RAMÓN BADARACCO
YASOARAYTA LA
DITAINA
CUMANÁ
Autor Tulio Ramón Badaracco Rivero
Que firma Ramón Badaracco
Título de la obra:
YASOARAYTA “LA DITAINA”
Diseño de la cubierta R. B.
Ilustración de la cubierta R. B.
Depósito legal
Impreso en Cumaná
cronista40@hotmail .com
academia.sucre@gmail.com
Cel. 0416-8114374
A MANERA DE PRÓLOGO
EL RAPTO DE CAWANÁ o DON ALONSO Y SU FAMILIA.
VISTO POR DON VICENTE RUBIO. Con algunas glosas mías.
El
acucioso investigador e historiador don Vicente Rubio, en relación con la
captura de Alonso y familia, nos da los siguientes datos y argumentos:
“Todo
se inició en una conjura en Santo Domingo”, veamos:
“El
5 de agosto de 1514 era convocada una reunión en casa del Licdo. Marcelo de
Villalobos, uno de los tres jueces de Apelación (12). Once personas más
asistieron a ella: El Lcdo. Juan Ortiz de Matienzo, colega de Villalobos. Gil González Dávila, contador de la Isla. Juan de Ampiés,
factor de la misma. Pedro de Ledesma, secretario de la Real Audiencia. Cristóbal Sánchez Colchero, naviero. Juan de
León, vecino de Santo Domingo. Gómez de Ribera, ídem (13). Diego Caballero, ídem (13 bis). Bartolomé
Palacios. Ídem (14). Diego Bernal, ídem.
Y Juan Fernández de las Varas (15), el cual se hizo representar por un tercero.
Entre todos acordaron organizar una expedición
o “armada” “contra los caribes de las islas cercanas”; éste razonamiento
equivalía a “ir a la cacería de indios”.
Nada importaba que los nativos cazados fuesen en verdad “caribes”
(antropófagos según les convenía)
enemigos de indios “guatiaos”, como de los colonos hispanos; al volver
de la cacería y a la hora de declarar su mercancía humana ante las autoridades
del puerto de Santo Domingo… “Siempre los armadores hacían pasar a todos sus aborígenes apresados
como “caribes” sabiendo que así la ley les amparaba”.
Constituida
por aquellos individuos la expedición, “gastos y beneficios se repartían por
partes iguales entre los doce socios.
Tomarían parte dos naves pertenecientes a dos de los socios: el navío
“Latino” de Cristóbal Sánchez Colchero y el barco de Palacios. Juan de León fue nombrado capitán de la
armada; Pedro de Ledesma y Diego Caballero, recibieron el encargo de proveer y
despacharla…
Aportaron capitales, además de los
socios de la empresa, el repartidor de los indios de la española, Rodrigo de
Alburquerque, que poco después sería nombrado alcalde mayor de la isla, y el
procurador de Santo Domingo Juan García Caballero. Probablemente también invirtió capital en la
empresa el tercer oidor, Lucas Vázquez de Aillón, pariente de la mujer de Gómez de Ribera; éste último fue nombrado veedor de la amada… La expedición se
dirigió primero a la isla de San Vicente, donde tras saltar a tierra, el capitán Juan de León y el
naviero y maestro de su nave, Cristóbal
Sánchez Colchero, fueron matados por los indios. Muertos dos de los jefes de la expedición,
asumió el mando de la armada Gómez de Ribera. Ordenó tomar rumbo a “Puerto de
las Perlas”, donde rescataron perlas de los indígenas y también se dedicaron a
pescarlas.
Siguiendo
su camino “la costa abajo”, cogieron cautivo en la provincia de “Portugal”
(17), tierra de “guatiaos”, a un cacique de paz, don Alonso con 18 personas. La
traída de los indígenas a la
Española sería motivo de revelar públicamente, por primera
vez, las ambiciones desmedidas de los empresarios antillanos”
Desde
aquí se apartan del relato de Bartolomé de Las Casas, que para mí es el
propósito de este libro, burlar a Las Casas, porque lo consideran un enemigo de
España. Entonces hablan de Portugal por Pertigalete, y del rio Chriviche, como
lo escribe Pedro de Córdoba, que es el de Santa Fe; y de esa confusión vienen
todos sus errores, no saben ni entienden que el río de Cumaná se llama
Chiribichii, la última luenga, igual o perecido al de Santa Fe, pero con una
pequeña diferencia, la “i” final alargada, pero es el “Cawaná” o sea el gran
rio del reino de Alonso “Cawaná Chiribichií”.
Y
es en la desembocadura del rio Chiribichií donde están los misioneros dominicos
de Pedro de Córdoba en 1514, donde son raptados Don Alonso su mujer y 17 familiares
o personal de servicio del cacique. Y es de este rapto de donde viene toda la
historia de aquel evento, que da a conocer a Cumaná en la Corte del Rey
Fernando el Católico, y de ese rapto que proviene el interés de Las Casas, de
Vitoria y de Suarez por Cumaná, que se impregna la filosofía humanitaria de
aquellos tiempos. No podemos perder ese hito histórico, del cual se han ocupado
tantos cronistas de indias e historiadores y hasta el Vaticano.
Pero en interés de la historia veamos como
continúa Vicente Rubio este pasaje.
“En
esta página del historiador Enrique Otte estamos de acuerdo con él en lo que se
refiere a la armada organizada en Santo Domingo el 5 de agosto de 1514 para ir
a saltear indios. Estamos igualmente de acuerdo con él en que, muertos en la
isla de San Vicente los dos jefes de la expedición (Juan de León y Cristóbal
Sánchez Colchero), asumió el mando de la armada Gómez de Ribera, que es a quien
Bartolomé de Las Casas, sin nombrarlo responsabiliza del posterior desastre
ocurrido; pero no estamos de acuerdo en lo que se refiere a la “Costa de las Perlas”, Cumaná, Paria o
provincia de “Portugal” o de Maracapana, como algunos la llamaban sin apoyo
legar, y que llegasen dos barcos; en el relato coetáneo de Reginaldo Montesino,
solo habla solo de un navío. Quizá, se puede aceptar que otro barco -el de los
dos jefes muertos en San Vicente- fue incendiado por los nativos de aquella
isla, o quizá quedó destruido por la “broma” -comején- o tal vez regresó a la española,
para dar noticia sobre el triste final de sus patronos. Tampoco estamos de
acuerdo en la forma que ¨ahora cogieran cautivo “a un cacique de paz, don
Alonso, con 18 personas”, a pesar de que esto mismo repite Otte (20). Reginaldo
Montesino únicamente habla de que solo fue presa “la mujer del dicho cacique” y
diecisiete criados y criadas de su casa”.
”Tocante
al cacique, Montesinos expresa que cuando los dos misioneros dominicos,
Fernández de Córdoba y el hermano Garcés, aportaron al valle de Chiribichí.
“…hallaron
un señor que se llamaba Alonso, el cual días pasados avía venido a la isla Española con una nao que por allí avía pasado y tornárolo christiano, y estovo en nuestro convento en
la isla Española”.
Montesinos
no se confunde él está diciendo la verdad porque Alonso es el cacique de Cumaná
del valle de Chiribichii, porque el cacique de Santa Fe es Maraguey, y el de
Maracapana es Gil González. Vicente
Rubio es el que tuerce la historia al confundir el nombre de los ríos y las
fechas, porque Santa Fe fue fundada después, del rapto, en noviembre de 1515,
cuando vuelve Pedro de Córdoba con la tercera expedición; y estos sucesos, el
rapto de Alonso y su familia, se produjeron en septiembre de 1513, los
misioneros han tenido que pasar una temporada entre los indígenas para poder
decir que familiarizarse con ellos y moverse dentro del reino de Alonso como 8
leguas y es fácil calcularlo pasando
cuatro o cinco meses antes del 10 de febrero cuando arriba otra vez Pedro de
Córdoba a buscar a los misioneros, tiempo que concedieron los indígenas para
devolver a su jefe y sus familiares; y
porque Pedro de Córdoba, vuelve a
Cumaná en febrero de 1515 a buscar a los frailes rehenes, y ya habían sido
sacrificados.
Don
Vicente continúa su interpretación de aquella historia, veamos:
“De
modo que, según la versión de R. Montesino, el cacique de Chiribichí, don
Alonso, ya era conocido de los frailes que marcharon al litoral venezolano a
estudiar el terreno mejor para plantar allí el futuro centro de evangelización pacífica (junio
-julio 1514); ese mismo cacique había
vivido hacia abril o mayo de 1514 en el monasterio de los predicadores de la ciudad de Santo Domingo. Cómo y con
quién vino hasta aquí y cuando regresó a
sus nativos lares, no lo hemos podido averiguar todavía de modo preciso, aunque pensamos que su vuelta a Chiribichí
debió tener lugar entre mayo –junio de 1514 (21)”.
Ahora
bien, para esta fecha Pedro de Córdoba con sus misioneros no había llegado a
Santa Fe, y sus enviados el padre Francisco Fernández de Córdoba y el lego Juan
Garcés, se habían ganado la amistad de los indígenas y podían recorrer hasta 8
leguas dentro del reino de Alonso, y buscaron y encontraron el lugar apartado
“donde españoles no hubieran…” para el asiento definitivo de la misión de Pedro
de Córdoba, y así fue que escogieron el reino de Maraguey o sea Santa Fe de
Chiribiche, que tiene un rio pequeño, que no tiene las riquezas del puerto de
Cumaná: las perlas, la sal, las piedra de Araya, las mujeres, la mano de obra,
etc. cuyo río tiene un nombre parecido al de Cumaná, Pedro de Córdoba en sus
cartas lo nombra “Chiribiche”
Pero como es muy interesante el relato veamos
como lo continúa Vicente Rubio:
“Tornando
al hilo de nuestra narración diremos que cierto día de las postrimerías de
agosto de 1514 apareció por el sitio donde el par de misioneros dominicos se
encontraban, una nao cuyo capitán, nuestro ya conocido Gómez de Ribera, y su
tripulación parecían animados de bondadosos propósitos de saludar a los dos
frailes y de realizar algún trueque o rescate
con los aborígenes; ocultaba Gómez de Ribera, sin embargo, el siniestro
propósito de cazar sorpresivamente algunos naturales de aquella región para trasportarlos a Santo Domingo y aquí venderlos como esclavos so pretexto de que eran “caribes”.
“Ocurrió que cuando la esposa del cacique
Alonso quiso ver la embarcación, rodeada por una comitiva de diecisiete
personas de su tribu, el capitán de la nao, tan pronto hubieron penetrado los curiosos nativos en el barco, mandó en
secreto recoger anclas e izar las velas, y con aquella carga humana, tan
traidoramente cazada, enfiló proa hacia Santo Domingo, a donde llegaría después de una travesía normal de siete u
ocho días (22). se llamaba don Alonso, o
que los frailes le habían puesto ese nombre, u otros españoles porque los
indios son amigos e codiciosos de tener nombre de cristianos e luego lo piden
que se lo den, aun antes que sepan nada para ser bautizados. Así que engañan al
dicho don Alonso para que entrase al navío con su mujer e otras ciertas personas,
y que les harían allá fiesta. Finalmente
que entraron 17 personas con el Señor y su mujer, con confianza que los
religiosos estaban en su tierra y que los españoles por ellos no harían alguna
maldad porque de otra manera no se fiaban de ellos. Entrados los indios en el navío, alzan las
velas los traidores e viénense a La Española y véndelos por esclavos”.
“En la urbe del Ozama los jueces de apelación
y demás socios suyos se repartieron entre si la mercancía clandestinamente,
quedándose con la mejor parte el Lcdo.
Marcelo de Villalobos”.
Pero
según el testimonio de Fr. Reginaldo, el capitán Gómez de Ribera no capturó al
cacique Alonso, sino a su esposa y a diez y siete servidores de ella. Es una lástima que este estudio este
parcializado y preconcebido y jamás superará al de Bartolomé de Las Casas, que,
si dice la verdad del rapto de Alonso, de su personalidad, de su reino, y del
martirio de Alonso y su mujer y su familia y agrega que todo se lo contaron los
indios los actores de la tragedia de Alonso, el gran caique de Cumaná.
LA
REBELIÓN DE TORONOIMA.
El
padre Bartolomé de Las Casas, llamado el Protector de los indios, en su obra
“Historia de Las Indias” (1), da su
versión de la rebelión en 1521, del cacique de Maracapana, el indómito, sabio y
valiente Toronoima, al cual los españoles habían bautizado con el nombre de Gil
González cuando estuvo en Quisqueya (2),
isla de Santo Domingo o La Española, donde residían para esa época, los poderes
reales.
Dice
Las Casas, que él arribó a la isla de Puerto Rico en 1521, probablemente el 15
de febrero (3), dotado de poderes reales
que le confirió el Rey Carlos I de España y V de Alemania, y se enteró de las
novedades del alzamiento de los indios caribe-tagares que poblaban un reino en
las costas de Tierra Firme, en
Chiripichi (4), Pedro de Córdoba, al fundar la misión, lo llamó “Chirichi de
Santa Fe”, y para la fecha de la
rebelión, con permiso del Cacique,
habían construido una iglesia y una casa, y se dedicaban a la enseñanza
de los indios, a los cuales les enseñaban religión y también a sembrar y pescar
con redes, así las cosas, cuando surgieron, como solían hacer, unos
españoles que se dedicaban al comercio de esclavos.
Esta
partida estaba bajo el mando de un tal Alonso de Ojeda, habían armado un navío para “rescatar” y
capturar indios; “corrían la costa que llamaban Tierra Firme”,
visitando los pueblos indígenas, buscando indios para llevarlos a Quisqueya y venderlos como
esclavos, venían del Oeste hacia el Este barriendo las costas, hasta llegar a Chiribiche, tierra del cacique
Maraguey, donde estaba la misión de predicadores de Pedro de Córdoba.
Los
misioneros recibieron a los expedicionarios de Alonso de Ojeda, el impostor, y
a su tripulación con ingenua alegría. Dice Las Casas que Ojeda preguntó por el
cacique y este se presentó. Lo interrogó: ¿Dónde están los indios que comen
carne humana? Eso bastó para que el
indio herido en su amor propio, se marchara protestando. Ojeda se dio cuenta de
que no iba a poder hacer sus tropelías en ese pueblo, por estar amparados por
los misioneros, y se marchó con rumbo a Maracapana, el reino de Toronoima, al
cual los españoles bautizaron, como hemos dicho en La Española, con el nombre de Gil González, donde estuvo
algún tiempo, y se ganó el respeto y la amistad de muchos de ellos, sobre todo
de los frailes.
Ojeda
se entendió con Toronoima, le compró 50
cargas de maíz. Pidió a los indios que se los llevaran a los barcos que les
pagaría el acarreo con vinos españoles, a los cuales eran aficionados. Cuenta Las Casas que una vez en la playa, los
españoles sacaron las espadas, mataron a varios indios y a los demás se los
llevaron a los barcos.
Al
otro día Ojeda volvió al pueblo de Toronoima, como si nada hubiese pasado, pero
allí lo estaba esperando el Cacique con sus guerreros emboscados, los cuales a
una orden del Cacique, atacaron sin importarles las armas que llevaban los
españoles, ni el riesgo que corrían, y le dieron muerte al tal Ojeda, y a seis más de sus compañeros, y los
otros esclavistas pudieron fugarse
milagrosamente, iniciándose así en la tierra virgen americana, la guerra
de resistencia indígena.
Enseguida “se apellidó la tierra”, dice
Las Casas, es decir sonaron las maderas por toda la serranía, comunicando el
suceso.
El 19 de septiembre de 1520, estando los
indígenas en pie de guerra, arriba a las costas de la provincia de Cumaná una
expedición de tratantes de esclavos, bajo el mando del Capitán Hernando Ibáñez,
y caen en una emboscada ejecutada por Maraguey y Toronoima, estos caciques
convocaron a todos los caciques indígenas de sus reinos.
Bartolomé de Las Casas dice “se apellidó la
tierra” con ello quería decir que las maderas sonaron a muerte y aquellos
hombres suscribieron el primer acto de guerra contra los invasores, continuó
así la resistencia indígena, luego miles de aborígenes en los reinos de los
Chaimas, Tagares y Cumanagotos, levantados en armas defenderían su territorio
contra elementos de guerra desiguales; en esta acción en el valle del
Chiripiche, mueren decenas de indígenas
pero también rinden sus vidas el Capitán Ibáñez y todos sus hombres, en el
fiero combate.
La guerra continuó, y otra expedición de 46
hombres, bajo el mando de los capitanes Villafañe y Gregorio Ocaña, con el
mismo propósito, es íntegramente sacrificada en otra batalla planificada y
ejecutada por los mismos caciques,
después de terribles y dramáticos combates.
Estos heroicos caciques fueron ejecutados, pero
sus huestes nunca fueron derrotadas, Cayaurima los aglutina y los convierte en
un ejército indomable que mantuvo la resistencia por más de cien años.
NOTAS:
1.- Bartolomé de Las
Casas. Historia de las Indias. Editora
Nacional, S. A. México. D. F. 1951.
2.- Quisqueya, nombre originario de la Isla
de Santo Domingo,
3.- Dato de Don
Vicente Rubio, en su obra “Los primeros mártires dominicos de América”
4.- Chiribichi,
Chiripiche, Chiripichii, Chichiripichi, este nombre de la lengua Caribe, ha
sido usado en diferentes formas creando confusión en los cronistas. Es indudable
que el río de Santa Fe se llama Chiripiche, porque es el nombre que usa Pedro
de Córdoba, y el río de Cumaná, se llama Chripichii, la última luenga, como
dice Las Casas. Pichi quiere decir río, ver Tavera Acosta. Venezuela
Precoloniana. Pág. 22.
Nota. Uso la palabra
“indio(s)” porque es la usada por Las Casas, entiéndase aborigen. El español
pronuncia ¨K¨ y escriben ¨CH¨, distinto a los venezolanos. Entones todo lo
confunden, como puede advertirse.
YASOARAYTA LA DITAINA SOBERANA DE
TODOS LOS CACIQUES
EXHORTO
Para
glorificar la resistencia indígena declaramos heroína y mártir a la Ditaina Yasoarayta como símbolo femenino de la
identidad nacional; y así mismo que mantenemos nuestra
incuestionable condición de descendientes de indígenas, sea por vía
de la sangre, de la cultura o por ambas vías.
Y
que este exhorto sirva para expresar la continuidad de la resistencia indígena
en la resistencia afroamericana, criolla, mestiza
múltiple y en el pensamiento crítico europeo, desde fray
Pedro de Córdoba y Antonio Montesinos, Bartolomé de Las Casas, Vitoria
y Suarez que lo defendieron, hasta Carlos Marx, cuya
doctrina y filosofía lo sustenta, pasando por sus
nuevos mártires Gandhi. Luther King y
Mandela contra el apartheid en África.
Y
en América, siguiendo el pensamiento de nuestros próceres indígenas y afroamericanos: Guaicaipuro, Cayaurima, Cawaná, Maraguey, Toronoima Tupac Amaru, el Negro Miguel y los próceres de la
independencia como Bolívar, Sucre, Miranda, Martí, Petión, San Martín, Morazán, Hidalgo, Abreu de Lima; y
actualmente con la resistencia que sigue con Chávez, Fidel, Lula, Evo Morales, Kisner y nuestros
líderes políticos y comunitarios
YASOARAYTA
LA DITAINA
La
Casica Yasoarayta, bella como el lirio recién nacido, reina y diosa viva de los
caribes Tiaos. Llamada hija de Maquire, el cacique Chaima Caribe, que se
convirtió en pájaro y subió a la silla
de la sierra, el Turemaquire, para que su pueblo no lo olvidara.
Era
morena, de mediana estatura, delgada y flexible como una palmera, fuerte como
el guayacán, dulce y frágil como la espiga de maíz. Superó a todos los Ditainos
en inteligencia y en los juegos de guerra de los batallones caribes; fue
elegida, respetada y hasta venerada, como Gran Cacica de todas las naciones
caribes del Oriente.
Tenía
el centro del poder, de su reino, en
Cariaco, su capital se llamaba Guarabera,
la tierra o valle de la erepa -maíz- el reino de los Tiaos-Caribes, que
se extendía por todo el litoral, de lo
que es hoy la parte oriental del Estado Sucre,
las islas de Margarita y
Trinidad, el estado Monagas, el Orinoco y toda la Guayana; era considerada y venerada como una verdadera
diosa de todas esas naciones al norte y sur del Orinoco, que le prestaban ciega
obediencia, sobre todo los caciques principales y sus numerosas familias, que
eran capaces de sacrificarle sus hijos en sus ritos sagrados.
Tenía su retiro o su templo en las montañas y
cuevas de Guácharo, donde solo ella y sus piaches podían entrar; su guardia personal estaba formada por un
ejército de diez mil individuos, entre hombres y mujeres –las amazonas-,
preferiblemente de las tribus caribes arawacas sedentarias, que habitaban al Este
del Oriente, consideradas invencibles por su disciplina y formación; además de
todos los ejércitos de sus súbditos, que ella podía llamar si era necesario, y
a cuyas fuerzas presidía en las batallas desde un trono llevado por sus
sirvientes, que algunos historiadores dicen que pasaban de un millón de
guerreros, caribes arahuacos y tiaos.
Se
conservan los nombres de los últimos caciques de esa poderosa nación:
Macanicagoa, Canamero, Camayacoa, Cabocaburi, Nicoto, Paracagone, Guatoro y el
más conocido, Charaima abuelo de la cacica Isabel, madre de Francisco Fajardo.
Los
colaboradores inmediatos de Yasoarayta eran los piachas y discípulos, que
ejecutaba los ritos sagrados que ella presidía, y los sacrificios; ellos
mantenían su poder. Sembraban y veneraban el Erepa –Maíz- a cuya planta le dedicaban
las fiestas de la cosecha.
Cada
dos años, la cacica se bañaba desnuda en los ríos que salen de las cuevas;
Yasoarayta siempre estaba desnuda pero no se dejaba ver, y nadie se atrevía a
espiarla bajo pena de muerte; cuando se
bañaba en los ríos que salen de la Cueva, permitía a uno de
los caciques, ditainos campeones, que se bañara con ella para
emparejarse y concebir. Esto lo hacía ritualmente bailando y cantando entre sus
doncellas preferidas, dentro de los diez días del período de la menstruación, bajaba al río, escogía a uno de los
campeones, se emparejaba con él, le permitía todo cuanto el varón deseara y lo
estimulaba para que disfrutara de su cuerpo todas las veces que quisiera. Ella debía parir un hijo varón, las hembras
eran sacrificadas para evitar una nueva sucesión femenina, y sobre todo, para
evitarle los dolores del parto, lo que consideraba un sacrificio inútil.
Todos
los años los caciques de todas las tribus tributarias, se reunían frente a la
Cueva del Guácharo, viajaban hasta Guarabera, para venerar a su reina, entonces
tenían fiestas, juegos y competencias, que duraban muchos días con sus noches;
en esas fiestas se enfrentaban los
mejores atletas de los batallones, para escoger
un líder de cada batallón, al que llamaban Ditaino. Tenía que ser el más
valiente y el más diestro. Los demás se emborrachaban, bailaban al son de la
música y las maderas hasta caer exhaustos,
es de notar que había cantantes que improvisaban versos y hermosas melodías,
pero lo más notable eran las borracheras
y las peleas, se mataban para demostrar sus habilidades. Eran costumbres
milenarias. Había batallones de hombres caimanes, hombres cunaguaros, hombres
monos; estos aprendían las habilidades de esos animales para el combate. Los
Ditainos llevaban pequeños escudos de cuero que colocaban en los tobillos y en
las muñecas, con los cuales esquivaban las flechas. Eran invencibles. Conocían
todos los secretos del combate y les apasionaba la lucha cuerpo a cuerpo.
Los españoles nunca tuvieron acceso a esta
noble reina del imperio de los Tiaos, solo algunas noticias de ella se reflejan
en las crónicas. Se piensa que la reina Yasoarayta, después de la muerte del
gran cacique Maturín y muchos otros jefes, y la rendición de otros, huyó con su
pueblo y sus ejércitos hacia los confines de la Guayana, y aun, restos de su
poder se encuentran en las montañas donde nace el gran río Cuyuní.
Humboldt
y Rómulo Gallegos, los mencionan. Gallegos dice en su novela Canaima: “Las
primeras noticias acerca de aquellos panoramas le habían llegado a Cristóbal de
Ureña hacia los quince años.
De
vuelta a Caracas, por vacaciones, uno de sus tíos, que era jefe del resguardo
del puerto de San Félix, llevó un precioso chinchorro tejido por los indios “arecunas” del alto Caroní, un
moriche del delta del Orinoco muy cantaor y un pichón de minero de los bosques
del Cuyuní, pájaro salvaje que, según la leyenda, no canta sino donde hay
yacimientos auríferos, de lo cual le viene el nombre”.
LAS
RAZONES QUE TUVO YASOARAYTA PARA RETIRARSE
En
esos tiempos gobernaba en la provincia de Nueva Andalucía, Don José Francisco
Carreño, 1717-1720. Sucedió en el cargo
a don Mateo Ruiz del Mazo, 1711-1715. A
Carreño le tocó emprender la conquista del formidable y esperanzador río Guarapiche,
lo que significaba la apertura de los fértiles llanos del centro de la
provincia.
Nos
guiaremos, en esto, por las crónicas que
nos dejó Fr. Buenaventura de Carrocera.
Era
Gobernador y Capitán General de la Provincia de Nueva Andalucía, como dijimos, Don José Francisco Carreño, cuando más de 20
caciques Arekunas de la península de Paria, entre los cuales podemos mencionar
a Yasoarayta la reina de todos los caciques, el famoso guerrero Uricuar y Aguacaima, Poye, Atirana, Macareina, Ocapra, todos bajo el
mando de Yasoarayta y el formidable Maturín, cacique de los Arecunas y unidos a
los invasores franceses, trataron de
liquidar el intento de
colonización del territorio bañado por el formidable río Guarapiche, rio
conductor a los prometedores llanos de Maturín;
y los españoles de Cumaná consideraban muy grave, el inminente ataque a
la estratégica misión de San Francisco, cuya noticia produjo
un terrible desconcierto y más grave aún, la deserción anunciada de
los misioneros y sus habitantes de
aquella misión que habían costado tanto, todo ello era caótico en la Capital de
la provincia.
Levantar aquella misión había costado mucho
esfuerzo, un levantamiento de los Caribes, era muy grave, un caso
de vida o muerte. La formidable nación Arekuna Caribe sonaba las maderas
de guerra, unida a los invasores franceses, como se había comprobado en los
sucesos que pasamos a reseñar.
Hacía
más de 50 años la nación Arekunas –Caribe- capitaneados por Yasoarayta unida a
misioneros franceses de Martinica, se oponían a la colonización por los
españoles de esa zona pariana; y no les interesaba la cristianización
emprendida por misioneros capuchinos de Cumaná. Entonces sonaron las maderas y
se reunieron los ancianos para iniciar acciones de guerra, nada podía detenerlos y atacaron
el hato de ganado de don Francisco Blanco, el 9 de diciembre de 1718, ubicado
en el valle de Aragua, a orillas del
Guarapiche, cercano de la misión de San Francisco de Chacaraguar; y, después de dar muerte a 11 vaqueros se
dirigieron a la misión de San Félix de Cantalicio, en el valle de Ropopan, muy
cerca del hato destruido, ubicada entre
los ríos Guarapiche y Guantar, que saquearon y le prendieron fuego; lo
propio hicieron en San Miguel, cada vez más cerca de la importante misión de
San Francisco, matando y dispersando a sus habitantes.
El
esfuerzo civilizador que inició el padre Francisco de Tauste en 1664, se perdía
irremediablemente. Era un descalabro de la empresa colonizadora.
Esta misión de San Francisco de Chacaraguar,
fue fundada por Fr. Francisco de Tauste en 1664, y refundada en 1690 por Buenaventura de Malvenda.
El
Capitán General de la Provincia de Cumaná Don José Francisco Carreño, decidió
enfrentarlos. A tal efecto organizó una expedición de 400 hombres bien armados y se puso al frente de ella, partieron por mar
recorrieron toda la costa norte de la provincia de Cumana navegando hacia el
oriente penetraron por la Boca de Dragos en el golfo de Paria con rumbo Sur y
entrado por el río Guarapiche,
penetraron a la región de los llanos donde acampó en el valle del río
Amana.
Veamos
como lo cuenta Buenaventura de Carrocera en su obra “Misión de los Capuchinos
en Cumaná”, Tomo I, pág. 256.
“Ante
estos hechos Carreño tuvo que decidirse por organizar una expedición de castigo
contra los caribes, marchando personalmente al frente de ella hasta la llanura
de Amana. En el sitio que posteriormente se llamaría de Maturín, se trabó
personal combate entre el indio caique que llevaba ese nombre – de quien al
parecer tomó la denominación aquel lugar- y uno de los capitanes de la
expedición, a quien el P. Caulín denomina Arrioja. “Maturín –dice el citado
historiador- salió al encuentro del capitán Arrioja, y puesto en tono de
batalla, se mantuvo peleando a bala y flecha contra los españoles hasta morir
de un balazo con que le quitó la vida uno de ellos” Aparte de eso, otros varios
caiques fueron muertos o apresados por la gente de Carreño, pues, teniendo en
cuenta la descripción que el P. Caulín hace de esta entrada de Carreño, en esa
batalla tomaron parte varios caciques que demostraron su valor en la pelea y
que no sucumbieron ni se entregaron fácilmente”.
En
ese sitio se presentó el indómito cacique Maturín, con 20 caciques más, entre
los cuales se encontraba la reina de todos los caiques Yasoarayta y Ocapra,
Aguacaima, Poye, Atirama, Macairena, Cunaguaro, y sus huestes; y retó a los
invasores de Carreño.
Veamos como lo vemos nosotros: El campamento
de Carreño en Amana, fue atacado por las fuerzas Arekunas –caribes- comandadas
por 20 caciques arekunas, y franceses de Martinica.
Después
de muchas horas de batalla, el cacique Maturín, recurrió al Consejo de
Ancianos y previo su consentimiento retó a un duelo personal al Capitán General J. F. Carreño, el cual deseaba tambien el
final del combate y aceptó el reto pero puso como condición que el perdedor
abandonaría el territorio con todos sus guerreros
Carreño
seleccionó para enfrentar a Maturín al fuerte y valiente capitán Arrioja.
Las
dos fuerzas contendientes se dividieron en dos grandes y bulliciosos bandos.
Arrioja hacia la parte alta de la sabana por parte de los españoles y Maturín
cerca de la orilla del río por los
arekunas. Después de mirarse y estudiarse como fieras hambrientas se enfrentaron los dos campeones en lucha a muerte, se mantuvieron peleando, con todas las artes
de aquellos dos titanes Maturín que campeón de todos los ditainos que conocía
todos los secretos de la lucha dominaba la pelea
Dice
el cronista, “a bala y flecha” hasta que un certero disparó terminó con la vida del heroico Cacique
Maturín.
El
combate fue el 25 de febrero de 1719; y fue tan importante la contienda, que
los misioneros marcaron el sitio donde cayó Maturín, para que la misión y el
pueblo que fuesen a levantar, en esos pródigos llanos, tuviese asiento en el
mismo sitio en que derramó su sangre el formidable Cacique Maturín.
Aparte
de eso dice el cronista, que varios caciques fueron víctimas de las balas de
los colonizadores; otros fueron apresados, es el caso de Cunaguaro, el cual fue
enviado prisionero al Castillo de Araya. Por cierto que este cacique tal vez
fue Ditaíno capitán del batallón de Cunaguaros, y su nombre no era ese, sino
que fue identificado como miembro de ese batallón.
Todo
hace pensar que una heredera de Yasoarayta el 30 de marzo de 1719 después de la
muerte del cacique Maturín cayó prisionera junto a otros caciques Arecunas y
trasladada a Cumaná por orden del gobernador Don José Francisco Carreño fue
juzgada en el Tribunal de la Inquisición acusada de practicar la brujería y fue condenada a muerte
Es sabido que los caribes, preparaban sus
batallones de acuerdo a las habilidades de sus miembros, así había batallones
de cunaguaros, monos, caimanes, tortugas, pájaros, etc., cada uno formado con
las habilidades de esos animales. Maturín era el campeón de los Arekunas, su
formación pasó por el entrenamiento de todos los batallones: fue cunaguaro,
mono, caimán, águila, fue arquero y conocía todos los secretos de su tribu;
Arrioja, ya estaba vencido, herido y
perdía mucha sangre aprovechó un momento de lucimiento del guerrero para
matarlo de un disparo. Carreño le había dicho: “Tienes que matarlo o tendremos
que abandonar el territorio para siempre”.
Los
ditaínas o ditainos eran invencibles, estaban entrenados para desviar las
flechas mediante pequeños escudos de cuero que colocaban en sus muñecas y en
los tobillos, iban siempre delante y sus órdenes eran inapelables, las daban
con silbidos de diferentes tonalidades. Maturín no sabía que un disparo no se
podía detener. No tenía la malicia de los europeos por eso fue la víctima
propiciatoria.
Se
puede decir desde el punto de vista de los españoles, que Francisco Carreño fue
el pacificador del territorio y por tanto de los llanos de Maturín, como lo
dice el rector de los capuchinos Fr. Felipe Martínez, en 1723, y el propio
Carreño, en Acta Notariada participa a la Corte en 1718, sobre los pueblos
pacificados y visitados por él: San Fernando, que tenía 72 familias; San Lorenzo,
134; San Miguel, 57; Santa María, 120; Santa Cruz de Cumaná, 44; Santa Ana,
164; y, San Juan de Cotúa, 73; y sobre
la fundación de San Félix También escribió a la Corte, sobre el procedimiento
seguido, conjuntamente con el Rector de los Capuchinos, Fr. Felipe
Martínez, a nombrar los Corregidores e
imponer tributos a los indios.
Sin
embargo Maturín se fundó mucho después de estos sucesos, más adelante en 1760,
pero eso si, en el sitio donde murió el Cacique Maturín. La misión de Maturín y
por lo tanto la ciudad de Maturín, tuvo su verdadero comienzo el 7 de diciembre
de 1760 cuando los capuchinos aragoneses bajo el mando de Fr. Lucas de
Zaragoza, sembraron una cruz, en el mismo lugar donde derramó su sangre el
cacique Maturín, y allí mismo construyeron
la primera iglesia de su misión, como ha sido aceptado por la Academia Nacional
de la Historia de Venezuela.
GUARABERA
–CARIACO-, CENTRO DE LA CULTURA TIAO,
Los
Tiaos tenían el centro del poder de su reino, en Cariaco, su capital se llamaba
Guarabera, la tierra o valle de la erepa
-maíz- el reino de los Tiaos-Caribes, que se extendía por todo el litoral, de lo que es hoy la parte oriental del Estado
Sucre, las islas de Margarita y Trinidad, el estado Monagas, el Orinoco y
toda la Guayana.
Antropólogos,
como Luis Adonis Romero, han encontrado restos de su magnífica artesanía y
habla de una búsqueda más activa. Personalmente le regalé una colección de ocho
muñecas encontradas en la laguna de Campoma.
Los españoles, solo encontraron los restos de esa cultura, y su capital
pudo haber sido destruida por un terrible cataclismo hace muchos siglos.
Los
etnohistoriadores no dicen nada de esta nación que alguna vez ocupó casi toda
la costa oriental de Venezuela y la isla de Trinidad en el valle del río Cawo
dejando solo raíces de su idioma, restos de artesanía y costumbres,
que, los etnohistoriadores han procurado identificar. Otros investigadores como Miguel
Acosta Saignes, orientan sus estudios a través de la lengua, simplificando el
problema, y usan generalmente el término “Caribe”, para identificarlos por su
lengua; pero el investigador Bartolomé Tavera Acosta, al estudiar las lenguas
del oriente venezolano, y presentar sus distintos vocabularios, encontró raíces
del idioma universal: el sanscrito.
Fr.
Francisco de Tauste, que escribió el
diccionario chaima español, y dice que es el idioma más extendido en la zona,
no particularizó; y Marc de Civrieux lo condensa y lo llama Chotomaimu –“choto”
pueblo y “maimu” lengua-; tal vez, digo yo, este idioma entronca todas las
lenguas anteriores y milenarias, arawacas y caribe de aquel vasto territorio,
que llegaba según dice Tauste, desde Paria hasta el lago de Valencia y se
interna por la Guayana: pero ninguno ha logrado penetrar e identificar a aquella
nación poderosa que se menciona tantas
veces en nuestra etno historia.
Ya
es muy difícil, ubicar las distintas naciones que poblaban el territorio que
hoy ocupa Venezuela, y menos a través de las lenguas que hablaban aquellos
primitivos habitantes, es mejor hacerlo zonificándolos como lo hacían los
cronistas de indias, buscando en los documentos, investigaciones y cartas de aquellos tiempos.
Lo
que sabemos de la nación Tiao o Siao, es muy importante, y vamos a su encuentro
según el relato que hace Ricardo Ignacio Castillo Hidalgo, en su obra
“Asentamiento Español y Articulación Interétnica en Cumaná (1560-1620).
El
habla de la expedición que hace Fr. Francisco de Villacorta por las tierras que
dan al golfo y a la región de Cariaco en 1533, hace alusión a la nación de los
Tiaos de la provincia de Cariaco, cuyos caciques, en ese tiempo, eran Macanicagoa,
Canamero, Camayacoa y Cabocaburi. Este reino habia sido invadido por orden de
Jerónimo de Ortal, cuando era gobernador del Golfo de Paria, y dos traficantes
conocidos como don Juan de Guillen y don Sebastián de Villena. En esa
expedición también intervino Girolano Benzzoni, autor de la Historia del Nuevo
Mondo, el cual dejó un relato pintoresco
de la cacería de indios capitaneada por Ortal.
Se
dice en un informe de Sebastián de Villena,
que después del atropello de Ortal contra los Tiaos, los caciques y las
familias de estos indígenas se habían
refugiado en Margarita, y, sus jefes
fueron ahorcados cuando pretendieron regresar a sus tierras. Esta nación se
distinguió por su valor, eran guerreros, hombres fuertes y valientes, que
acompañaron a Fajardo en sus expediciones de
1561 y 62, contra los indómitos Teques y Caracas. Fajardo el gran capitán cumanés, hijo de la cacica
Isabel, que era de esa nación, nieta del gran cacique Charaima y también lo siguieron en sus incursiones
para fundar pueblos en aquellos valles de Caracas, los dominios de Guaicaipuró,
donde fueron derrotados y expulsados. En esos combates murió la cacica Isabel,
la nieta del Cacique Charaima del reino de los Tiaos.
A
esta nación se refiere el pirata expedicionario y escritor Walter Raleigh,
cuando abordó y fue derrotado por don Francisco de Vides, en las costas de
Cumaná en 1595. Él refiere que un
cacique Tiao que llevaba de piloto, le dijo que las llanuras al norte del
Orinoco eran las llanuras de Sayma
(Chaima). Raleigh dice que en esas llanuras habitaban algunas naciones
principales, primero estaban los saymas, después los wikiri (caribes), y
después los aroaras (Aruacos o Arawacos), no menciona a los Tiaos, lo que puede
significar que ya no habitaban en esos territorios; pero si los menciona en
Trinidad, aunque los llama los Iaos. Tambien los menciona en Guayana, Mr.
Lawrence Keymis. Uno de sus caciques le informó que salieron de su territorio
cuando un gobernador español les quemó sus casas y mató sus jefes. Hablan del
río Morugua donde habitaban en el valle del Carinicuao, pero no hemos podido
identificar ese valle con ese nombre. Los Tiaos fueron un pueblo poderoso y,
como ellos mismos lo dicen, antiguamente eran dueños de todo el territorio de
la costa del mar incluyendo las islas de Margarita y Trinidad.
Los
españoles se apoderaron de sus territorios y ellos optaron por retirarse, era
una costumbre de aquellos pueblos cuando eran derrotados; pero un jefe Tiao,
además se quejaba de que un español trató de quitarle su mejor esposa. Este
detalle parece que era imperdonable y vergonzoso.
De
los Tiaos, para la última década del 1500, casi no quedaban indígenas adultos,
se habían reducido, según esa versión, a
95 guerreros, casi a la impotencia.
Cuando llega Walter Raleigh -1595- con su expedición corsaria, y gobernaba el
tirano don Francisco de Vides en Cumaná, habían desaparecido como nación, y
ahora no pueden ser reconocidos por su idioma como pretendían, es decir, no
podemos reconstruir su historia por esa vía,
ya que en toda esta provincia se hablaba una misma lengua compuesta por
raíces Arekuna-Caribe, lengua dominante y cumanagotas y Chaimas, como lo prueba
Tavera Acosta en su obra “Venezuela Precoloniana”; y, Francisco de Tauste, el
más estudioso de esas lenguas., de tal suerte que los traductores y “lenguas”,
que traían los españoles de Santo
Domingo, se entendían perfectamente con todos ellos, en esa lengua, único
idioma que hablaban que era el chaima o chotomaimu como lo llama Marc. Prueba
de ello es que las oraciones, el catecismo y las misas, estaban escritas en esa lengua, en la que
escribe Pedro de Córdoba y Francisco de Tauste, etc. Tenemos que confesar que
nunca podremos saber nada de aquella cultura de los Tiaos que dominaron por
muchos siglos en toda la zona oriental de Venezuela.
Solo
conocemos estos datos de esa Nación, cuyo centro de poder era Cariaco; más lo que dicen algunos cronistas y
viajeros, y un vecino de Margarita que los menciona cuando acudieron al llamado
de Fajardo para defender a la Isla del
salvajismo del Tirano Aguirre.
Puede
ser que Luis Adonis Romero, Sanoja Obediente, etc.; y otros estudiosos digan algo más de este
extraordinario pueblo.
LA RESISTENCIA ABORIGEN
Miguel
Cortez
Caballos,
perros amaestrados, arcabuces o armas de fuego, espadas largas, corazas, fuerte
vestidura, casco de protección y una gran experiencia en el arte de la guerra
de más de 20 siglos, se hacen insuficientes para extinguir el grito de libertad
del aborigen americano que retumba en las montañas venezolanas, bosques,
selvas, ríos y mares: "¡Ana Karina rote, aunicon paparoto mantoro itoto
manto!". En castellano: "¡Solo nosotros somos gente, aquí no
hay cobardes ni nadie se rinde"
El
aborigen venezolano enfrenta al invasor con macanas, arcos y flechas (CON
CURARE), lanzas, guayucos, penachos de plumas y a pie. Atacan en oleadas
humanas y desnudos. (Los jefes Caribes se llamaban ditainos)
Quizás superan a los españoles en número (Los Carines eran guerreros no les
temían a los españoles)
Pero, una carga de arcabuz de 100 disparos puede
matar a 100 personas en un segundo. Que hace huir a los nativos
despavoridos e indefensos ante el ruido y los disparos. Los invasores,
luego, les alcanzan por la velocidad de sus caballos. Desde el lomo del
caballo, el soldado los lancea impunemente y degüella a placer con sus largas
espadas. Para que después los perros rematen a heridos y moribundos, que
yacen en el suelo. Aunado a ello, la creencia del aborigen de que el
español montado en un caballo se convierte en un monstruo de dos cabezas.
Y el temor y respeto del aborigen a la oscuridad.
A partir de la entrada
del bolivianismo en la historia del país como tendencia política e ideológica,
se cuestiona lo que representa para América la llegada de Cristóbal Colón el 12
de octubre de 1492.
Mercedes Ortuño (2013) en
el diario VEA, refiere: “Se nos enseñó a honrar y a recordar el 12 de octubre
como una fecha patria, donde los conquistadores eran héroes que debíamos
venerar. El 12 de octubre “Día de la Raza” venerábamos un mestizaje, que
no se dio, sino hasta cientos de años después, cuando terminó la esclavitud en
nuestra patria”. Manifiesta Nelson Guzmán en el Semanario Cultural del 1 de
noviembre de 2014, N 535, que: “Los historiadores venezolanos maltrataron la
significación del 12 de octubre, se enseñaba en las escuelas venezolanas que
ese día debíamos celebrar el día de la raza. Muchas calles, plazas y
monumentos importantes se erigieron para rendir honores y glorias a los que
nunca la tuvieron”.
En las escuelas durante
muchos años se enseña que al amanecer del 12 de octubre de 1492 Rodrigo de
Triana avista tierra americana y lanza su famoso grito de ¡Tierra...!, después
de una navegación llena de problemas a través del océano. Incluso y en
función de lo anterior, uno de los autores de este ensayo histórico-cultural
escribe un poema cuando estudia 5 grado en la Escuela “Luis Beltrán Sanabria”
de Cumaná. El poema lo declama otro niño en un acto cultural de ese
día. El poema dice así:
FACTORES DE LA DOMINACIÓN
Señala Nelson Guzmán: “La
presencia del europeo significó el genocidio y el etnocidio. Los
indígenas fueron sometidos al trabajo duro. Se les impusieron creencias
diferentes a las suyas. Los indígenas estaban obligados a hablar en castellano
“. El colonizador sabe que debe borrar la identidad
cultural. Y desprecia profundamente al nativo. Sin embargo, refiere
Guzmán, “Las costumbres y la identidad cultural de la Venezuela irredenta se
han mantenido, con fortuna no pudieron hacer claudicar a unos pueblos que
siempre han estado en la resistencia cultural y que son anteriores a la llegada
del colonizador.”
En 1992, las Naciones
Unidas proclama ese año como el Año Internacional de los pueblos
indígenas. Para Ortuño, esta decisión deja a un lado la aspiración de
España que ese año se proclame como el Año Internacional del descubrimiento de
América. La proclama de las Naciones Unidas visibiliza a los aborígenes
como pueblos que existen en el planeta. Y reconoce su permanencia en el
tiempo y en el espacio, soportando pacientemente la discriminación económica,
racial, social y cultural a la que se les somete desde la llegada de los
europeos.
Los nativos rechazan la
invasión de sus territorios y la injerencia en sus modos de vida y
creencias. Mantienen sus lenguas, dialectos e idiomas o formas de
comunicación oral, mediante las cuales transmiten y preservan sus tradiciones y
costumbres. Resguardan sus formas de sobrevivencia, su modo de producción
y sus vías de comunicación acuáticas y terrestres, caños, ríos y
quebradas. Protegen sus lagos y mares, sus montañas y ambientes
naturales, los cuales les proporcionan el sustento y el hábitat.
Los pueblos nativos
mantienen sus formas ancestrales de vida. Una historia tan antigua como
la euroasiática. Que cuando Colón llega a América encuentra un continente
en desarrollo, vivo, antiguo e igual al europeo. Con una cultura diferente
y desarrollada. Solo para ellos se presenta como un continente
nuevo. Pero, para los que habitan este lado del océano, han pasado miles
de generaciones de seres humanos por estas tierras. Y desmontan los mitos
y tergiversaciones que sobre su tierra y su gente se levantan por más de
quinientos años. Desde hace 20 siglos, en Europa la sociedad se divide en
clases. En 10 siglos del esclavismo, el trabajo esclavo permite el
desarrollo de la ciencia, la filosofía, las artes, la forma de gobernar y hacer
política. Se utiliza el papel para recoger experiencias de la vida y de
investigaciones. Se alcanza a medir la longitud del meridiano terrestre y
existe la teoría sobre la esfericidad de la tierra. Se impulsa el
comercio entre el lejano oriente y el occidente. Mil años a.C. los
fenicios fundan Cádiz, Málaga y Sevilla. Los navegantes utilizan
instrumentos que les permiten ubicar sus embarcaciones en el mar. Se
crean universidades que intercambian saberes con el lejano oriente y transforman
estos conocimientos en nuevos saberes. Que luego regresan al lejano
oriente repotenciados.
Diez siglos más y culmina
feudalismo, el uso de la tierra como medio de riqueza de las naciones. La
edad media representa una época de alternativas en el pensar social. Gutenberg
crea la imprenta. Los chinos consiguen la pólvora y se fabrican las
armas de fuego. Desde el esclavismo, los romanos utilizan al caballo como
arma de guerra. Igualmente, las corazas de acero y armaduras para
proteger el cuerpo de flechas, lanzazos, puñaladas y espadazos durante las
acostumbradas carnicerías, en que se convierten las batallas de esa
época. Los árabes llevan a España el alfabeto y el número cero que
sustituye el sistema de numeración romana.
Después de la tierra como
fuente de poder se impone el oro y la plata en el comercio como dinero o medio
de cambio universal. Se convierten en los metales preciosos más
apetecidos como sinónimo de riqueza y poder. La codicia, la usura y la
avaricia como pecados capitales de la religión católica se imponen como formas
de ver la vida. El comercio moviliza el capital, las finanzas y las
mercancías. Las ciudades sustituyen al campo como fuente de sustento para
las familias, porque en ellas consiguen el trabajo, que les permite un ingreso
para comprar bienes para la vida. Durante el esclavismo y el feudalismo
predomina la guerra como arte, oficio y forma de gobernar. La economía,
la iglesia y la guerra sirven de instrumentos de dominación y control de las
sociedades. Una forma de obtener una victoria militar consiste en sitiar
a las ciudades y cortar sus fuentes de suministro. Por hambre se toma una
ciudad para luego saquearla, incendiarla, destruir sus sistemas de producción,
de vida, sus culturas y creencias.
Solo los árabes
reconstruyen lo que encuentran. Y conviven con las culturas sin imponer
el islam. La conversión al islam se hace de manera consciente y
personal. En cambio, la iglesia católica impone la conversión, mediante
la represión social, económica, racial y militar, so pena de excomunión y quema
en la hoguera, lapidación y exilio.
Cuando los europeos
llegan a tierras americanas, traen como conocimiento esa cultura.
Mientras, que los pueblos nuestro americano se encuentran en el estadio medio
del comunismo primitivo. Predomina la cultura del arco y la flecha, de la
caza, de la pesca y la recolección. Sus medios de comunicación les
permiten navegar por caños y riachuelos cercanos. La agricultura obliga a
una vida sedentaria y tranquila. Su producto sustenta a la
comunidad y se complementa con los aportados por otras actividades
productivas.
Hace 500 años se
enfrentan dos enfoques de vida y modos de producción. Uno sustentado en
el trabajo de la naturaleza y otro en la fuerza de trabajo del pueblo, el
comercio y el mercado. Mientras, en el intercambio primitivo se hace
innecesario el dinero para conseguir el producto, en Europa se hace
imprescindible el dinero para conseguir el medio de sustento. Aun cuando,
la fuente de riqueza en ambos casos consiste en el trabajo, en el medio
primitivo se hace poco esfuerzo para conseguir lo necesario para vivir, porque
el bien lo proporciona la naturaleza. En cambio, en Europa para conseguir
el bien que sustente la vida, se requiere de un esfuerzo de transformación
sobre los bienes naturales e instrumentos de trabajo adecuados para cada tarea
y una jornada laboral. El trabajador se obliga a vivir dentro de las
fábricas.
El grado de desarrollo en
ambos continentes transita caminos diferentes. América con una cultura
amplia y diversificada. Nuestros pueblos se encuentran en un nivel de
cultura y de subsistencia sustentable y autosuficiente. Los medios de
producción sostienen la vida consustanciados con la naturaleza. Mientras,
los europeos navegan en grandes barcos para cientos de personas y grandes
animales, los aborígenes se trasladan en pequeñas embarcaciones. Por lo
general, se embarcan tres personas en una canoa o curiara, barco pequeño,
liviano y rápido.
Dos culturas, dos
enfoques, dos visiones. ¿Quién descubre a quién? ¿Quién encuentra a
quién? Cuando llegan los españoles a estas estas tierras ya existen
millones de seres humanos pululando entre las matas, selvas y bosques, ríos y
mares de Nuestramérica. La población americana cuenta con 17.000 años de
edad. Un continente nuevo para los europeos. Pero, viejo para los
americanos. Por tanto, el mito de que los europeos tienen la experiencia
y la sabiduría. Y, además, la inteligencia y la cultura, se inventa para
crear la imagen de inexperiencia, incultura, brutos, sin alma y salvajes de nuestros
pueblos. Unos animalitos del monte, calificados de herejes por la Iglesia
sin tener ésta conocimientos sobre su fe, creencias y dioses. Los
europeos llegan a dar cultura y enseñar cómo vivir en santidad. Todo un
pretexto para justificar la invasión, el saqueo y el genocidio.
Varios factores resaltan
en la imposición del poder español en estos territorios. Entre ellos, la
superioridad en la intriga, el engaño, la traición y su poder militar, junto
con la ingenuidad de los nativos para conseguir su confianza. Porque, ¿Cómo
se explica que un jefe aborigen, cacique de una tribu se deje cazar en su
propia choza mientras duerme?? Y porque, ¿Luego de un trato de paz, cae
acribillado por la espalda por los arcabuces españoles o cazado en una emboscada?
O ¿Por qué un aborigen
maltratado prefiere seguir al lado de los invasores y en muchos casos
traicionar a su tierra y su gente? ¿Que en ese momento se saquea y
exterminan a sus pobladores, incendian sus casas y bosques, violan a sus
mujeres, asesinan a sus hijos? O ¿Por qué un cacique de importancia se
mata con cualquiera en un combate cuerpo a cuerpo, sea soldado español sin
importar su rango o nativo desleal? O ¿Por qué mediante artimañas y
engaños se dejan llevar a una emboscada donde mueren acribillados?
O ¿Por qué en medio del
combate el aborigen por bravo y fiero prefiere morir entre sus agresores
atravesado por sus lanzas, espadas y disparos de sus armas de fuego? O ¿Por qué
el jefe que hace la paz y amistad con el agresor se retira a lo más intrincado
del monte, donde muere de edad avanzada o nunca se sabe de él y su gente?
En general, se observa,
que el aborigen venezolano puede ser muy bravo, valiente, altivo, orgulloso y
muy fuerte. Pero, llevado por su cultura ancestral, carece de la pericia
militar que da el convivir con la guerra o tener a ésta como oficio, como
sucede en más de 20 siglos en Europa y Asia. Y a pesar de que los
aborígenes pelean entre sí, nunca tienen la experiencia de enfrentar una carga
de arcabuces, que les mata o hiere al instante. O enfrentar el avance de
una caballería que les atropella y aplasta. O que sus flechas, por mucho
veneno que tengan, resbalen en las corazas protectoras de los españoles,
flechas hechas para herir la carne desnuda.
Los caribes se imponen
sobre otras tribus. Pero, estas peleas entre tribus en nada se parecen a
las guerras protagonizadas por las legiones romanas y sus caballerías.
Las legiones romanas se hacen famosas por su gran poder militar y
estratégico. Se hacen casi invencibles. Y sostienen al estado
romano por más de cinco siglos. En la edad media el enfrentamiento se
hace rutinario. Pueblos que se ven invadidos y sometidos militarmente por
otros pueblos. La guerra se hace una constante. Y aun cuando
participan numerosos soldados, se practica como un arte en lo táctico y en lo
estratégico, que extiende el campo de la diplomacia y la política. Lleva
un fin en procura de extender un poder territorial y militar. La
extensión territorial se hace perfectamente identificable mediante tratados,
acuerdos, documentos y mapas oficiales aceptado por las partes.
En cambio, en América las
guerras se producen entre tribus belicosas que imponen su fuerza ante las
demás. Y las someten. Generalmente, el número de guerreros decide
las victorias. Se impone la fuerza física, la bravura y la
resistencia. Y aun cuando una tribu pueda extenderse
territorialmente. Se hace difícil resguardar estos territorios, por
cuanto su demarcación se hace de manera imprecisa. Sin documentos y sin
mapas. La propiedad comunitaria desvanece estos límites. Y cuando
un cacique muere estos territorios los toman otras tribus de manera
pacífica.
La forma de hacer la
guerra de los aborígenes ofrece pocas ventajas sobre los europeos. Estos
tienen armas de fuego y armaduras que les protegen de flechazos y
lanzazos. Tienen el caballo y perros de presa amaestrados para perseguir
a las personas y comérselos incluso. Tienen la picardía del oficio. Y a
pesar del menor número de sus ejércitos presentan mayor disciplina y
organización militar. Además de ello, tienen un valor a toda
prueba. Su audacia, codicia y avaricia, el desprendimiento de sus propios
valores y creencias les lleva a emprender la ruda tarea de conquistar a
América.
Por la parte aborigen, se
cree que un español montado en un caballo representa a un monstruo de dos
cabezas. Y llenos de pánico se dejan matar por ese monstruo que los
degüella con su espada o atraviesa con su lanza. Una caballería o muchos
monstruos de dos cabezas al galope imponen el terror y la desbandada entre las
tribus indígenas. Y al caer el jefe que guía el combate, las fuerzas se
dispersan y cada quien toma su propio rumbo. Pocas veces se
reagrupan.
Otro factor de dominación
se refiere al derecho europeo. Europa lleva 20 siglos de propiedad
privada. Las leyes escritas, cédulas reales y bulas papales, permiten
preservar esa propiedad y organizar la sociedad. En América se desconoce
la propiedad privada. Porque se vive en comunidad. Las tierras
corresponden a todos y a todas. Existen áreas de gobierno o territoriales
correspondientes a cada tribu o grupo de tribus. Pero, delimitados de
manera natural como dominio o ejercicio del poder. La tierra corresponde
a quien la ocupa o permanezca en ella en ese momento.
Cuando los residentes de
un territorio lo abandonan, otros lo ocupan y se erigen como los nuevos
“dueños”. Los documentos de propiedad se hacen inexistentes. Y se
corresponde con una ley de convivencia social que todos acatan. Pero, sin
sustento de documentos que indiquen propiedad o posesión sobre algún lote
territorial. Este papeleo y burocracia se hace inexistente e
innecesario en América. Porque, carece de estado. Una institución
existente en Europa hace 20 siglos cuando se divide la sociedad en
clases.
Cuando el español llega a
estas tierras toma un área de la misma que denomina ciudad o villa. Y
nombra un gobernador y demás elementos burocráticos y militares. Se
delimita el territorio y se fortifican con murallas o empalizadas. Se
emite una proclama que se lee en público en donde se deja constancia que a
nombre del Rey y de Dios Todopoderoso se toma posesión sobre esta área
delimitada en plazas y calles con sus casas y sus pobladores. De esta
manera, se invade y se apropian de una propiedad comunitaria ancestral.
Que nadie les cede. Sola la toman. Y se concentran allí y la
defienden de los aborígenes que se muestran en descuerdo por esta
situación. Y hacen valer “su derecho” sobre ese lote de tierra. A
estas ciudades, los aborígenes entran como traidores, siervos, esclavos o
fieles al rey de turno. Al asentarse en un lugar, establecen su
campamento militar y organizan la ciudad, como en Europa. Y desde allí,
amplían su radio de acción territorial. Y siguen adelante en busca de los
minerales preciosos que tanto anhelan.
Utilizan todas las
fórmulas para aprovechar la ingenuidad de los nativos. Mediante la
religión destruyen sus creencias, para que acepten la destrucción de sus
centros poblados y cultivos. Y el arrebato de sus tierras.
Asimismo, les someten a jornadas de trabajo más allá de sus
fuerzas. Se hace creer al nativo que carece de fuerza para el
trabajo. Que tiene escasa cultura y poca o nada de inteligencia.
Además, que se trata de un ser vivo sin alma. Un ateo o un hereje al que
hay que convertir para salvar su alma del infierno. O excomulgar. O
imponerle severos castigos, a menos que acepten la religión que se les impone a
sangre y fuego. Mientras el invasor sigue un plan y funda ciudades. Los
aborígenes luchan dispersos entre si y sin dirección. Su afán se reduce a
vivir consustanciados con la naturaleza y preservar sus aves, animales y
fuentes de agua.
Se desconoce el mercado y
el dinero. El trabajo sirve directamente para conseguir los bienes que
necesita. Y no un medio para conseguir dinero y comprar. Para ellos la
tierra pertenece a todos y la ocupa quien la trabaje. Tienen sus propios
dioses a los que temen de manera inocente y honesta. Los nativos, según
expresa José Mercedes Gómez: “No tenían grandes preocupaciones que resolver,
salvo el de las guerras inter tribales. Lo inmediato y cotidiano llenaba
su atención presente. Buena pesca, buena caza y descanso. No
pedían, ni solicitaban de su dios milagros. Las enfermedades podían ser
también parte de su enojo; una epidemia era considerada como expresión de su
cólera. Los fenómenos naturales, inundaciones, terremotos, eran también
parte de esa expresión. Los relámpagos y los truenos eran manifestaciones
de su poder y divinidad.”
Solo algunos jefes
carismáticos y valerosos logran la unión temporal de las tribus, como
Guaicaipuro, Toronoima, Maraguey, Terepaima, Tamanaco, Cayaurima, Tiuna,
Maracay. Pero, al desfallecer éstos, las fuerzas se dispersan.
Algunos negocian la paz. Otros se pierden en el monte y nunca más se sabe
de ellos. Al final dejan tranquilo al invasor que se apodere de las
tierras y riquezas ancestrales de nuestros abuelos. Otro elemento
importante y diferenciable entre las dos culturas lo representa el
dinero. En Europa se maneja el dinero para hacer comercio y en América se
practica el trueque. El comercio y el mercado forman parte de la subsistencia
de Europa. En América el dinero se hace innecesario dado el escaso
desarrollo del mercado, por tratarse de una economía autosuficiente e
independiente del mercado. Al imponerse militarmente Europa sobre
los nativos americanos, prevalece su criterio. Y se hace creer que la
economía americana presenta atraso tecnológico y productivo, cuando se trata de
otra economía. Y de esta forma, imponen un modelo económico diferente y
truncan el desarrollo económico y social de los pueblos americanos.
Si se coloca frente a
frente la economía de ambos pueblos se observa la asimetría. Los puntos
de comparación se hacen innecesarios por cuanto provienen de modelos y
estructuras productivas diferentes. Para el modelo europeo, el fin
consiste en maximizar la ganancia. Producir para vender y obtener una
utilidad financiera. Y mientras más grande mejor. En cambio, para
el modelo americano, el fin consiste en atender las necesidades de la
comunidad. Se produce en jayapa para satisfacer necesidades
colectivas. Sin perseguir una ganancia o utilidad financiera.
Porque, tiene un fin social. El dinero y el lucro se hacen innecesarios
en la transacción. Sus objetivos se hacen diferentes. Su filosofía
e ideología, también. Por tanto, incomparables como modelos.
Los españoles provienen
de una cultura diferente y desconocen la aborigen, lo cual los lleva a
malinterpretar los conceptos culturales nativos. El
orden económico y social americano carece de sentido para ellos. La
producción y distribución no existe por ningún lado, tal como la manejan.
Por tanto, niegan la existencia de un orden productivo en estas tierras.
En consecuencia, imponen lo que saben hacer, el modo de producción europeo.
E insertan la economía nativa en su modelo de producción como suministradores
de recursos humanos, materias primas e insumos y minerales para la producción
europea. Y como resultado, la economía y cultura europea se impulsan con
el aporte que reciben de los recursos que extraen de Nuestramérica.
Mientras, se corta abruptamente el desarrollo de la economía americana.
Sin embargo, este choque
y rompimiento abrupto del orden natural de la producción americana y la
subsiguiente mestización, no impiden que las culturas americanas conserven sus
raíces. Y en el mestizaje se observa la particularidad o aporte de cada
raza. La esencia de cada pueblo se trasluce. Y la raíz autóctona
del venezolano resalta en todo momento como una característica especial de su
existencia. Esto significa que, a pesar de la conquista y el exterminio
de millones de seres humanos de estas tierras, la naturaleza resguarda a los
nativos que buscan refugio en sus montes, bosques, selvas, ríos, quebradas,
mares, cerros y montañas más alejados. Y desde allí, conservan la esencia
de la raza americana. Que junto a la mezclada clama justicia
histórica. Y su papel como pueblo originario de estas tierras.
Chávez y la resistencia
indígena
En Venezuela se habla
abiertamente de resistencia indígena o aborigen a partir de la llegada del
Comandante Hugo Chávez Frías como líder del país. Una vez en el gobierno,
en 1998, quinientos años después de la llegada de Colón a tierra firme, el
presidente Hugo Chávez asume el tema aborigen, su historia y raíces. Se
otorga rango constitucional a los pueblos originarios con plenos derechos y
deberes, igual a todos los demás ciudadanos. La Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela establece en el artículo 119: “El Estado
reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su
organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres,
idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las
tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para
desarrollar y garantizar sus formas de vida. Corresponderá al Ejecutivo
Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y garantizar
el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán
inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con
establecido en esta Constitución y en la Ley”.
Se visibiliza a un pueblo
que durante muchos años se mantiene fuera de las costumbres y sentir del resto
del país, como un pueblo negado a extinguirse. En lucha permanente por
estar presente. Pero, sin participar ni protagonizar nada. Solo
existe. Con Chávez se dejan ver como personas y ciudadanos. Y como
hermanos de todos los demás. Como originarios de la sangre que los
venezolanos llevan mezclada en su alma y en su ser. Igualmente, Chávez
firma el Decreto 2028 del 10 de octubre de 2002, publicado en la Gaceta Oficial
de Venezuela No. 5615, mediante el cual promulga la Ley de Demarcación y
Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas. Asimismo, la no
celebración del Día de la Raza y la instauración del Día de la Resistencia
indígena.
Antes del presidente
Chávez, en 1921, el presidente Juan Vicente Gómez decreta el 12 de octubre como
el Día de la Raza. El cambio, que introduce Chávez conlleva a
modificaciones en Caracas en sus esculturas y bustos, en el nombramiento de
avenidas y calles. Se cambia el nombre del cerro el Ávila por Huaraira
Repano. La estatua de Cristóbal Colón en el Paseo Colón cae derribada por
una vanguardia del pueblo caraqueño. La nave de Colón, la Niña, en Parque
del Este o Parque Miranda se cambia por el Leander, el barco que trae a
Francisco de Miranda y la bandera tricolor en su viaje libertario el 3 de
agosto de 1806.
LA RESISTENCIA INDÍGENA. DECRETO.
RESISTENCIA
INDÍGENA, DECRETO 2028, GACETA OFICIAL 5065, EXTRAORDINARIO 10 DE OCTUBRE
DE 2002…
Celestino
Flores
Acordaos
de que sois descendientes
de
aquellos ilustres indios…
Francisco
de Miranda,
Proclama
de mayo de 1801
Son
siempre evidentes las manifestaciones públicas institucionales que se expresan
en señalamientos diversos en torno del reconocimiento de las culturas
precolombinas de América (Abya Yala). La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, 1999, contiene, por primera vez, definiciones y
mandatos concretos sobre este reconocimiento: Capítulo VIII con sus ocho (8)
artículos, 119 al 126), que antes se asumía y celebraba en forma mezquita
y con esencia colonialista como el día de la raza.
Con
bien inmediata posterioridad, el Comandante Chávez reafirmó el señalado
acto de justicia política ante los habitantes originarios de
nuestro continente y ante el mundo mediante la promulgación y de
decreto especial, poco difundido, por el cual se
declara al doce (12) de octubre, como Día de la Resistencia
Indígena, dándole así aliento liberador a las actuales etnias reconocidas como
pobladores primarios de este continente, y que hoy han avanzado hasta el punto
de tener en la República multiétnica de Bolivia un presidente Indio,
personalizado en la figura de Evo Morales.
En esta
oportunidad proporcionada por nuestra Academia de la Geohistoria del Estado
Sucre, nos permitimos transcribir el Decreto Presidencial 2028, en
referencia, sobre la Resistencia Indígena, publicado en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela No. 5065, (Extraordinario) del 10 de octubre
de 2002, promulgado por el Presidente Hugo Chávez Frías…. A continuación, el
texto del Decreto en referencia: …
Texto
del Decreto:
De
conformidad con lo dispuesto en el numeral 24 del artículo 236, 107, 119, 126 y
226 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en
concordancia con lo dispuesto en el artículo 47 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública,
“Considerando:
Que el Congreso de los Estados Unidos de Venezuela mediante Acuerdo de 11 de
mayo de 1921, acogió la iniciativa del Ejecutivo Federal relativa a la
declaración de fiesta nacional del 12 de octubre como "día de la
Raza", siguiendo la tradición de celebrarlo como exaltación de la
colonización, incorporándolo posteriormente día festivo nacional a partir de la
Ley de Fiestas Nacionales de 11 de junio de 1921, derogada por la Ley de
Fiestas Nacionales de 17 de junio de 1971. Considerando: Que el concepto de
raza, basada en una serie de rasgos físicos hereditarios, no da cuenta de la
diversidad genética de la especie humana, a pesar de que muchos científicos
sociales insisten en emplear el concepto de raza como base de una tipología de
las poblaciones humanas, por tanto, es innegable que este concepto surge como
una de las categorías básicas de las relaciones de dominación propias del
sistema colonial que se instaura en América a partir de la presencia europea.
Considerando: Que a pesar de haber sido superado en América el colonialismo
como sistema político formal a partir del triunfo de las guerras de
independencia del siglo XVIII, las estructuras sociales a lo interno y externo
de nuestras sociedades está aún constituido sobre criterios originados en la
relación colonial, entre los que destaca el considerar la "cultura e
historia universal" como sinónimo de los valores culturales e historia de
la sociedad dominante. Considerando: Que a partir de la conmemoración del V
Centenario (1492-1992); del Decenio de los Pueblos Indígenas declarado por la
Organización de las Naciones Unidas (1994-2004); la definición constitucional
de país multiétnico y pluricultural así como el reconocimiento de los Derechos
históricos de los primeros venezolanos (Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, 1999); el proceso de incorporación simbólica de
Guaicaipuro al Panteón Nacional (2001-2004); la firma del Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (2001); el reconocimiento de los idiomas
indígenas (2002); y el Acuerdo de la Asamblea Nacional de unirse al Día
Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo (2002); nuestros pueblos
retoman su historia local, regional, nacional y continental en todo su
milenarismo indígena y los cincos siglos recientes, con los profundos cambios,
rupturas parciales y continuidades, en su unidad y diversidad. Considerando:
Que la diversidad cultural y étnica presente en todos los pueblos antes y
después del origen de Venezuela, es hoy un hecho irrefutable y forma parte de
nuestra herencia histórica, como garantía para el mutuo enriquecimiento
cultural y la comunicación humana, en los valores de paz con justicia.
Considerando: Que la importancia de la historia como eje cohesionador de la
vida social de una nación, fuente de referencia en valores y de la visión
propia como pueblo, hace impostergable e ineludible para el proceso de
Refundación de la República como una Nación pluriétnica y pluricultural,
superar los prejuicios coloniales y eurocéntricos que subsisten en el estudio y
(la) enseñanza de la historia y la geografía. Considerando: Que las tendencias
mundiales y organismos internacionales como la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), vienen
revalorizando el estudio de la geografía, historia, cultura e identidad
regional y local a solicitud de los mismos pueblos como parte vital e
indiscutible de las instancias nacionales, sub-regionales y continentales para
afrontar sin exclusiones el proceso de globalización, en el marco del diálogo
de civilizaciones. Considerando: Que los pueblos Indígenas del mundo y
particularmente los de América, han dado y seguirán dando sus aportes
irremplazables en la configuración de una rica sociodiversidad, y que deben ser
reconocidos plenamente como patrimonio de la humanidad para 'restablecer un
nuevo equilibrio del universo como lo soñó el Libertador Simón Bolívar en su
lucha independentista (ver Francisco de Miranda y José Martí, entre otros).
Decreta…
Artículo 1°: Conmemorar el 12 de octubre de cada año "Día de la
Resistencia Indígena", destinado a reconocer nuestra autoafirmación
americanista por la unidad y diversidad cultural y humana, reivindicando tanto
a los pueblos indígenas de América como los aportes de los pueblos y las culturas
africanas, asiáticas y europeas en la conformación de nuestra nacionalidad, en
el espíritu del diálogo de civilizaciones, la paz y la justicia. Artículo 2°:
Incorporar en el calendario oficial y escolar el 12 de octubre como "Día
de la Resistencia Indígena" conforme a lo acordado en el presente Decreto,
e iniciar la revisión de los textos escolares sobre Geografía e Historia
Nacional, de América y Universal. Artículo 3°: Exhortar a la Academia
Venezolana de la Lengua para que realice un estudio pormenorizado sobre el
Diccionario de la Real Academia Española, a los fines de proponer a esa
Institución, la revisión de aquellas palabras que pudieran ser atentatorias
contra la dignidad de nuestros pueblos, así como la incorporación de una serie
de americanismos, indigenismos, africanismos y demás manifestaciones de nuestro
universo sociocultural, aún no incorporados. Artículo: 4°. Promover ante la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), la actualización tanto de la geografía e historia de América como la
universal, en las enciclopedias americanas y universales, a fin de incorporar
tos aportes de los pueblos indígenas, afroamericanos y criollos, con la
participación activa de éstos, desde la perspectiva multilineal,
pluridimensional e interdisciplinaria, con el propósito de liberar a los textos
de investigación y educación, de racismos, eurocentrismos, etnocentrismos
locales, patrialcalismos y discriminaciones de cualquier orden. Artículo
5°: Solicitar a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO), una revisión actualizada de un verdadero
calendario universal de naturaleza intercultural, con el concurso de todas las
civilizaciones y sociedades, sin detrimento de los calendarios correspondientes
a cada pueblo, hemisferio, región o subregión del planeta. Artículo 6°: Los
(Ministerios) del Interior y Justicia; de Relaciones Exteriores; de Educación
Superior; de Educación, Cultura y Deportes; del Ambiente y de los Recursos
Naturales; y, de Comunicación e Información, quedan encargados de la ejecución
del presente Decreto. Dado en Caracas, a los diez (10) días del mes de octubre de dos mil dos (2002).
Años 192° de la Independencia y 143° de la Federación. Ejecútese (L.S.)
Hugo Chávez Frías. Refrendado:
Siguen firmas.
(Final del texto).
Por una Tierra y una
Patria sanas y habitables para todos y para siempre, a los doce días del
mes de octubre de 2014, desde Cumaná, Sucre, Venezuela. Prof. Celestino Flores,
Telefax 0293-431.8761; floga193580@cantv.net
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