lunes, 3 de octubre de 2016

YASOARAYTA LA DITAINA


RAMÓN BADARACCO


YASOARAYTA LA DITAINA


CUMANÁ
















Autor Tulio Ramón Badaracco Rivero
Que firma Ramón Badaracco
Título de la obra:

YASOARAYTA “LA DITAINA”

Diseño de la cubierta R. B.
Ilustración de la cubierta  R. B.
Depósito legal
Impreso en Cumaná

cronista40@hotmail .com                                         
academia.sucre@gmail.com
Cel. 0416-8114374












A MANERA DE PRÓLOGO


EL RAPTO DE CAWANÁ o DON ALONSO Y SU FAMILIA. VISTO POR DON VICENTE RUBIO. Con algunas glosas mías.

El acucioso investigador e historiador don Vicente Rubio, en relación con la captura de Alonso y familia, nos da los siguientes datos y argumentos:

“Todo se inició en una conjura en Santo Domingo”, veamos: 

“El 5 de agosto de 1514 era convocada una reunión en casa del Licdo. Marcelo de Villalobos, uno de los tres jueces de Apelación (12). Once personas más asistieron a ella: El Lcdo. Juan Ortiz de Matienzo, colega de Villalobos.  Gil González Dávila, contador de la Isla. Juan de Ampiés, factor de la misma. Pedro de Ledesma, secretario de la Real Audiencia.  Cristóbal Sánchez Colchero, naviero. Juan de León, vecino de Santo Domingo. Gómez de Ribera, ídem (13).  Diego Caballero, ídem (13 bis). Bartolomé Palacios. Ídem (14).  Diego Bernal, ídem. Y Juan Fernández de las Varas (15), el cual se hizo representar por un tercero.

 Entre todos acordaron organizar una expedición o “armada” “contra los caribes de las islas cercanas”; éste razonamiento equivalía a “ir a la cacería de indios”.  Nada importaba que los nativos cazados fuesen en verdad “caribes” (antropófagos según les convenía)   enemigos de indios “guatiaos”, como de los colonos hispanos; al volver de la cacería y a la hora de declarar su mercancía humana ante las autoridades del puerto de Santo Domingo… “Siempre los armadores  hacían pasar a todos sus aborígenes apresados como “caribes” sabiendo que así la ley les amparaba”.

Constituida por aquellos individuos la expedición, “gastos y beneficios se repartían por partes iguales entre los doce socios.  Tomarían parte dos naves pertenecientes a dos de los socios: el navío “Latino” de Cristóbal Sánchez Colchero y el barco de Palacios.  Juan de León fue nombrado capitán de la armada; Pedro de Ledesma y Diego Caballero, recibieron el encargo de proveer y despacharla…

            Aportaron capitales, además de los socios de la empresa, el repartidor de los indios de la española, Rodrigo de Alburquerque, que poco después sería nombrado alcalde mayor de la isla, y el procurador de Santo Domingo Juan García Caballero.  Probablemente también invirtió capital en la empresa el tercer oidor, Lucas Vázquez de Aillón, pariente de la mujer  de Gómez de Ribera; éste último fue  nombrado veedor de la amada… La expedición se dirigió primero a la isla de San Vicente, donde tras saltar  a tierra, el capitán Juan de León y el naviero y maestro de su nave,  Cristóbal Sánchez Colchero, fueron matados por los indios.  Muertos dos de los jefes de la expedición, asumió el mando de la armada Gómez de Ribera. Ordenó tomar rumbo a “Puerto de las Perlas”, donde rescataron perlas de los indígenas y también se dedicaron a pescarlas.
 
Siguiendo su camino “la costa abajo”, cogieron cautivo en la provincia de “Portugal” (17), tierra de “guatiaos”, a un cacique de paz, don Alonso con 18 personas. La traída de los indígenas a la Española sería motivo de revelar públicamente, por primera vez, las ambiciones desmedidas de los empresarios antillanos”
Desde aquí se apartan del relato de Bartolomé de Las Casas, que para mí es el propósito de este libro, burlar a Las Casas, porque lo consideran un enemigo de España. Entonces hablan de Portugal por Pertigalete, y del rio Chriviche, como lo escribe Pedro de Córdoba, que es el de Santa Fe; y de esa confusión vienen todos sus errores, no saben ni entienden que el río de Cumaná se llama Chiribichii, la última luenga, igual o perecido al de Santa Fe, pero con una pequeña diferencia, la “i” final alargada, pero es el “Cawaná” o sea el gran rio del reino de Alonso “Cawaná Chiribichií”.

Y es en la desembocadura del rio Chiribichií donde están los misioneros dominicos de Pedro de Córdoba en 1514, donde son raptados Don Alonso su mujer y 17 familiares o personal de servicio del cacique. Y es de este rapto de donde viene toda la historia de aquel evento, que da a conocer a Cumaná en la Corte del Rey Fernando el Católico, y de ese rapto que proviene el interés de Las Casas, de Vitoria y de Suarez por Cumaná, que se impregna la filosofía humanitaria de aquellos tiempos. No podemos perder ese hito histórico, del cual se han ocupado tantos cronistas de indias e historiadores y hasta el Vaticano.  

 Pero en interés de la historia veamos como continúa Vicente Rubio este pasaje.

“En esta página del historiador Enrique Otte estamos de acuerdo con él en lo que se refiere a la armada organizada en Santo Domingo el 5 de agosto de 1514 para ir a saltear indios. Estamos igualmente de acuerdo con él en que, muertos en la isla de San Vicente los dos jefes de la expedición (Juan de León y Cristóbal Sánchez Colchero), asumió el mando de la armada Gómez de Ribera, que es a quien Bartolomé de Las Casas, sin nombrarlo responsabiliza del posterior desastre ocurrido; pero no estamos de acuerdo en lo que se refiere a  la “Costa de las Perlas”, Cumaná, Paria o provincia de “Portugal” o de Maracapana, como algunos la llamaban sin apoyo legar, y que llegasen dos barcos; en el relato coetáneo de Reginaldo Montesino, solo habla solo de un navío. Quizá, se puede aceptar que otro barco -el de los dos jefes muertos en San Vicente- fue incendiado por los nativos de aquella isla, o quizá quedó destruido por la “broma” -comején- o tal vez regresó a la española, para dar noticia sobre el triste final de sus patronos. Tampoco estamos de acuerdo en la forma que ¨ahora cogieran cautivo “a un cacique de paz, don Alonso, con 18 personas”, a pesar de que esto mismo repite Otte (20). Reginaldo Montesino únicamente habla de que solo fue presa “la mujer del dicho cacique” y diecisiete criados y criadas de su casa”.

”Tocante al cacique, Montesinos expresa que cuando los dos misioneros dominicos, Fernández de Córdoba y el hermano Garcés, aportaron al valle de Chiribichí.
“…hallaron un señor que se llamaba Alonso, el cual días pasados avía   venido a la isla Española con una nao que tte  Otte por allí avía pasado y tornárolo  christiano, y estovo en nuestro convento en la isla Española”.

Montesinos no se confunde él está diciendo la verdad porque Alonso es el cacique de Cumaná del valle de Chiribichii, porque el cacique de Santa Fe es Maraguey, y el de Maracapana es Gil González.  Vicente Rubio es el que tuerce la historia al confundir el nombre de los ríos y las fechas, porque Santa Fe fue fundada después, del rapto, en noviembre de 1515, cuando vuelve Pedro de Córdoba con la tercera expedición; y estos sucesos, el rapto de Alonso y su familia, se produjeron en septiembre de 1513, los misioneros han tenido que pasar una temporada entre los indígenas para poder decir que familiarizarse con ellos y moverse dentro del reino de Alonso como 8 leguas  y es fácil calcularlo pasando cuatro o cinco meses antes del 10 de febrero cuando arriba otra vez Pedro de Córdoba a buscar a los misioneros, tiempo que concedieron los indígenas para devolver a su jefe y sus familiares; y  porque Pedro de Córdoba, vuelve  a Cumaná en febrero de 1515 a buscar a los frailes rehenes, y ya habían sido sacrificados.

Don Vicente continúa su interpretación de aquella historia, veamos:
“De modo que, según la versión de R. Montesino, el cacique de Chiribichí, don Alonso, ya era conocido de los frailes que marcharon al litoral venezolano a estudiar el terreno mejor para plantar allí el futuro  centro de evangelización pacífica (junio -julio 1514);  ese mismo cacique había vivido hacia abril o mayo de 1514 en el monasterio  de los predicadores  de la ciudad de Santo Domingo. Cómo y con quién vino hasta aquí  y cuando regresó a sus nativos lares, no lo hemos podido averiguar todavía de modo preciso,  aunque pensamos que su vuelta a Chiribichí debió tener lugar entre mayo –junio de 1514 (21)”. 

Ahora bien, para esta fecha Pedro de Córdoba con sus misioneros no había llegado a Santa Fe, y sus enviados el padre Francisco Fernández de Córdoba y el lego Juan Garcés, se habían ganado la amistad de los indígenas y podían recorrer hasta 8 leguas dentro del reino de Alonso, y buscaron y encontraron el lugar apartado “donde españoles no hubieran…” para el asiento definitivo de la misión de Pedro de Córdoba, y así fue que escogieron el reino de Maraguey o sea Santa Fe de Chiribiche, que tiene un rio pequeño, que no tiene las riquezas del puerto de Cumaná: las perlas, la sal, las piedra de Araya, las mujeres, la mano de obra, etc. cuyo río tiene un nombre parecido al de Cumaná, Pedro de Córdoba en sus cartas  lo nombra “Chiribiche”

 Pero como es muy interesante el relato veamos como lo continúa Vicente Rubio:
“Tornando al hilo de nuestra narración diremos que cierto día de las postrimerías de agosto de 1514 apareció por el sitio donde el par de misioneros dominicos se encontraban, una nao cuyo capitán, nuestro ya conocido Gómez de Ribera, y su tripulación parecían animados de bondadosos propósitos de saludar a los dos frailes  y de realizar algún trueque  o rescate  con los aborígenes; ocultaba Gómez de Ribera, sin embargo, el siniestro propósito de cazar sorpresivamente algunos naturales  de aquella región  para trasportarlos a Santo Domingo  y aquí venderlos como esclavos  so pretexto de que eran “caribes”.

 “Ocurrió que cuando la esposa del cacique Alonso quiso ver la embarcación, rodeada por una comitiva de diecisiete personas de su tribu, el capitán de la nao, tan pronto hubieron penetrado  los curiosos nativos en el barco, mandó en secreto recoger anclas e izar las velas, y con aquella carga humana, tan traidoramente cazada, enfiló proa hacia Santo Domingo, a donde llegaría  después de una travesía normal de siete u ocho días (22).  se llamaba don Alonso, o que los frailes le habían puesto ese nombre, u otros españoles porque los indios son amigos e codiciosos de tener nombre de cristianos e luego lo piden que se lo den, aun antes que sepan nada para ser bautizados. Así que engañan al dicho don Alonso para que entrase al navío con su mujer e otras ciertas personas, y que les harían allá fiesta.  Finalmente que entraron 17 personas con el Señor y su mujer, con confianza que los religiosos estaban en su tierra y que los españoles por ellos no harían alguna maldad porque de otra manera no se fiaban de ellos.  Entrados los indios en el navío, alzan las velas los traidores  e viénense a La Española  y véndelos por esclavos”.
           
 “En la urbe del Ozama los jueces de apelación y demás socios suyos se repartieron entre si la mercancía clandestinamente, quedándose con la mejor parte el  Lcdo. Marcelo de Villalobos”.

Pero según el testimonio de Fr. Reginaldo, el capitán Gómez de Ribera no capturó al cacique Alonso, sino a su esposa y a diez y siete servidores de ella.  Es una lástima que este estudio este parcializado y preconcebido y jamás superará al de Bartolomé de Las Casas, que, si dice la verdad del rapto de Alonso, de su personalidad, de su reino, y del martirio de Alonso y su mujer y su familia y agrega que todo se lo contaron los indios los actores de la tragedia de Alonso, el gran caique de Cumaná. 



LA REBELIÓN DE TORONOIMA.

El padre Bartolomé de Las Casas, llamado el Protector de los indios, en su obra “Historia de Las Indias” (1),  da su versión de la rebelión en 1521, del cacique de Maracapana, el indómito, sabio y valiente Toronoima, al cual los españoles habían bautizado con el nombre de Gil González cuando estuvo en  Quisqueya (2), isla de Santo Domingo o La Española, donde residían para esa época, los poderes reales. 
Dice Las Casas, que él arribó a la isla de Puerto Rico en 1521, probablemente el 15 de febrero (3),  dotado de poderes reales que le confirió el Rey Carlos I de España y V de Alemania, y se enteró de las novedades del alzamiento de los indios caribe-tagares que poblaban un reino en las costas de Tierra Firme,  en Chiripichi (4), Pedro de Córdoba, al fundar la misión, lo llamó “Chirichi de Santa Fe”,   y para la fecha de la rebelión, con permiso del Cacique,  habían construido una iglesia y una casa, y se dedicaban a la enseñanza de los indios, a los cuales les enseñaban religión y también a sembrar y pescar con redes, así las cosas, cuando surgieron, como solían hacer,  unos  españoles que se dedicaban al comercio de esclavos.

Esta partida estaba bajo el mando de un tal Alonso de Ojeda,  habían armado un navío para “rescatar” y capturar indios;  “corrían  la costa que llamaban Tierra Firme”, visitando los pueblos indígenas, buscando indios  para llevarlos a Quisqueya y venderlos como esclavos, venían del Oeste hacia el Este barriendo las costas,  hasta llegar a Chiribiche, tierra del cacique Maraguey, donde estaba la misión de predicadores de Pedro de Córdoba.
Los misioneros recibieron a los expedicionarios de Alonso de Ojeda, el impostor, y a su tripulación con ingenua alegría. Dice Las Casas que Ojeda preguntó por el cacique y este se presentó. Lo interrogó: ¿Dónde están los indios que comen carne humana?   Eso bastó para que el indio herido en su amor propio, se marchara protestando. Ojeda se dio cuenta de que no iba a poder hacer sus tropelías en ese pueblo, por estar amparados por los misioneros, y se marchó con rumbo a Maracapana, el reino de Toronoima, al cual los españoles bautizaron, como hemos dicho en La Española,  con el nombre de Gil González, donde estuvo algún tiempo, y se ganó el respeto y la amistad de muchos de ellos, sobre todo de los frailes.
Ojeda se entendió con Toronoima,  le compró 50 cargas de maíz. Pidió a los indios que se los llevaran a los barcos que les pagaría el acarreo con vinos españoles, a los cuales eran aficionados.  Cuenta Las Casas que una vez en la playa, los españoles sacaron las espadas, mataron a varios indios y a los demás se los llevaron a los barcos.
Al otro día Ojeda volvió al pueblo de Toronoima, como si nada hubiese pasado, pero allí lo estaba esperando el Cacique con sus guerreros emboscados, los cuales a una orden del Cacique, atacaron sin importarles las armas que llevaban los españoles, ni el riesgo que corrían, y le dieron muerte al tal  Ojeda, y a seis más de sus compañeros, y los otros esclavistas pudieron fugarse  milagrosamente, iniciándose así en la tierra virgen americana, la guerra de resistencia indígena.     

         Enseguida “se apellidó la tierra”, dice Las Casas, es decir sonaron las maderas por toda la serranía, comunicando el suceso.
        
El 19 de septiembre de 1520, estando los indígenas en pie de guerra, arriba a las costas de la provincia de Cumaná una expedición de tratantes de esclavos, bajo el mando del Capitán Hernando Ibáñez, y caen en una emboscada ejecutada por Maraguey y Toronoima, estos caciques convocaron a todos los caciques indígenas de sus reinos.
Bartolomé de Las Casas dice “se apellidó la tierra” con ello quería decir que las maderas sonaron a muerte y aquellos hombres suscribieron el primer acto de guerra contra los invasores, continuó así la resistencia indígena, luego miles de aborígenes en los reinos de los Chaimas, Tagares y Cumanagotos, levantados en armas defenderían su territorio contra elementos de guerra desiguales; en esta acción en el valle del Chiripiche,  mueren decenas de indígenas pero también rinden sus vidas el Capitán Ibáñez y todos sus hombres, en el fiero combate.

La guerra continuó, y otra expedición de 46 hombres, bajo el mando de los capitanes Villafañe y Gregorio Ocaña, con el mismo propósito, es íntegramente sacrificada en otra batalla planificada y ejecutada por los mismos caciques,  después de terribles y dramáticos combates.
Estos heroicos caciques fueron ejecutados, pero sus huestes nunca fueron derrotadas, Cayaurima los aglutina y los convierte en un ejército indomable que mantuvo la resistencia por más de cien años. 
                                  

NOTAS:


1.- Bartolomé de Las Casas.  Historia de las Indias. Editora Nacional, S. A.  México. D. F. 1951.
2.-    Quisqueya, nombre originario de la Isla de  Santo Domingo,
3.- Dato de Don Vicente Rubio, en su obra “Los primeros mártires dominicos de América”
4.- Chiribichi, Chiripiche, Chiripichii, Chichiripichi, este nombre de la lengua Caribe, ha sido usado en diferentes formas creando confusión en los cronistas. Es indudable que el río de Santa Fe se llama Chiripiche, porque es el nombre que usa Pedro de Córdoba, y el río de Cumaná, se llama Chripichii, la última luenga, como dice Las Casas. Pichi quiere decir río, ver Tavera Acosta. Venezuela Precoloniana. Pág. 22. 
Nota. Uso la palabra “indio(s)” porque es la usada por Las Casas, entiéndase aborigen. El español pronuncia ¨K¨ y escriben ¨CH¨, distinto a los venezolanos. Entones todo lo confunden, como puede advertirse. 






YASOARAYTA LA DITAINA SOBERANA DE TODOS LOS CACIQUES

EXHORTO


Para glorificar la resistencia indígena declaramos heroína y mártir a la Ditaina Yasoarayta como símbolo femenino de la identidad nacional; y así mismo que mantenemos nuestra incuestionable condición de descendientes de indígenas, sea por vía de la sangre, de la cultura o por ambas vías.    

Y que este exhorto sirva para expresar la continuidad de la resistencia indígena en la resistencia afroamericana, criolla, mestiza múltiple y en el pensamiento crítico europeo, desde fray Pedro de Córdoba y Antonio Montesinos, Bartolomé de Las Casas, Vitoria y Suarez que lo defendieron, hasta Carlos Marx, cuya doctrina y filosofía lo sustenta, pasando por sus nuevos mártires GandhiLuther King y Mandela contra el apartheid en África.  

Y en América, siguiendo el pensamiento de  nuestros próceres indígenas y afroamericanos:  Guaicaipuro,  Cayaurima,  Cawaná,  Maraguey, Toronoima  Tupac Amaru,  el Negro Miguel y los próceres de la independencia como Bolívar,  Sucre,  Miranda,  Martí, Petión,  San Martín,  Morazán,  Hidalgo,  Abreu de Lima y actualmente con la resistencia que sigue con Chávez,  Fidel,  Lula,  Evo Morales,  Kisner y nuestros líderes políticos y comunitarios     




YASOARAYTA
LA DITAINA

La Casica Yasoarayta, bella como el lirio recién nacido, reina y diosa viva de los caribes Tiaos. Llamada hija de Maquire, el cacique Chaima Caribe, que se convirtió en pájaro y subió a la silla  de la sierra, el Turemaquire, para que su pueblo no lo olvidara.

Era morena, de mediana estatura, delgada y flexible como una palmera, fuerte como el guayacán, dulce y frágil como la espiga de maíz. Superó a todos los Ditainos en inteligencia y en los juegos de guerra de los batallones caribes; fue elegida, respetada y hasta venerada, como Gran Cacica de todas las naciones caribes del Oriente.
 
Tenía el centro del poder,  de su reino, en Cariaco, su capital se llamaba Guarabera,  la tierra o valle de la erepa -maíz- el reino de los Tiaos-Caribes, que se extendía por todo el litoral,  de lo que es hoy la parte oriental del Estado Sucre,  las islas de Margarita y  Trinidad, el estado Monagas, el Orinoco y toda la Guayana;  era considerada y venerada como una verdadera diosa de todas esas naciones al norte y sur del Orinoco, que le prestaban ciega obediencia, sobre todo los caciques principales y sus numerosas familias, que eran capaces de sacrificarle sus hijos en sus ritos sagrados.

Tenía  su retiro o su templo en las montañas y cuevas de Guácharo, donde solo ella y sus piaches podían entrar;  su guardia personal estaba formada por un ejército de diez mil individuos, entre hombres y mujeres –las amazonas-, preferiblemente de las tribus caribes arawacas sedentarias, que habitaban al Este del Oriente, consideradas invencibles por su disciplina y formación; además de todos los ejércitos de sus súbditos, que ella podía llamar si era necesario, y a cuyas fuerzas presidía en las batallas desde un trono llevado por sus sirvientes, que algunos historiadores dicen que pasaban de un millón de guerreros, caribes arahuacos y tiaos.
 
Se conservan los nombres de los últimos caciques de esa poderosa nación: Macanicagoa, Canamero, Camayacoa, Cabocaburi, Nicoto, Paracagone, Guatoro y el más conocido, Charaima abuelo de la cacica Isabel, madre de Francisco Fajardo.

Los colaboradores inmediatos de Yasoarayta eran los piachas y discípulos, que ejecutaba los ritos sagrados que ella presidía, y los sacrificios; ellos mantenían su poder. Sembraban y veneraban el Erepa –Maíz- a cuya planta le dedicaban las fiestas de la cosecha.
 
Cada dos años, la cacica se bañaba desnuda en los ríos que salen de las cuevas; Yasoarayta siempre estaba desnuda pero no se dejaba ver, y nadie se atrevía a espiarla bajo pena de muerte;  cuando se bañaba en los ríos que salen de la Cueva, permitía  a uno de  los caciques, ditainos campeones, que se bañara con ella para emparejarse y concebir. Esto lo hacía ritualmente bailando y cantando entre sus doncellas preferidas, dentro de los diez días del período de la menstruación,  bajaba al río, escogía a uno de los campeones, se emparejaba con él, le permitía todo cuanto el varón deseara y lo estimulaba para que disfrutara de su cuerpo todas las veces que quisiera.  Ella debía parir un hijo varón, las hembras eran sacrificadas para evitar una nueva sucesión femenina, y sobre todo, para evitarle los dolores del parto, lo que consideraba un sacrificio inútil.
 
Todos los años los caciques de todas las tribus tributarias, se reunían frente a la Cueva del Guácharo, viajaban hasta Guarabera, para venerar a su reina, entonces tenían fiestas, juegos y competencias, que duraban muchos días con sus noches; en esas fiestas se enfrentaban  los mejores atletas de los batallones, para escoger  un líder de cada batallón, al que llamaban Ditaino. Tenía que ser el más valiente y el más diestro. Los demás se emborrachaban, bailaban al son de la música y las maderas hasta caer exhaustos,  es de notar que había cantantes que improvisaban versos y hermosas melodías, pero lo más notable eran las  borracheras y las peleas, se mataban para demostrar sus habilidades. Eran costumbres milenarias. Había batallones de hombres caimanes, hombres cunaguaros, hombres monos; estos aprendían las habilidades de esos animales para el combate. Los Ditainos llevaban pequeños escudos de cuero que colocaban en los tobillos y en las muñecas, con los cuales esquivaban las flechas. Eran invencibles. Conocían todos los secretos del combate y les apasionaba la lucha cuerpo a cuerpo.

  Los españoles nunca tuvieron acceso a esta noble reina del imperio de los Tiaos, solo algunas noticias de ella se reflejan en las crónicas. Se piensa que la reina Yasoarayta, después de la muerte del gran cacique Maturín y muchos otros jefes, y la rendición de otros, huyó con su pueblo y sus ejércitos hacia los confines de la Guayana, y aun, restos de su poder se encuentran en las montañas donde nace el gran río Cuyuní. 

Humboldt y Rómulo Gallegos, los mencionan. Gallegos dice en su novela Canaima: “Las primeras noticias acerca de aquellos panoramas le habían llegado a Cristóbal de Ureña hacia los quince años.

De vuelta a Caracas, por vacaciones, uno de sus tíos, que era jefe del resguardo del puerto de San Félix, llevó un precioso chinchorro tejido por  los indios “arecunas” del alto Caroní, un moriche del delta del Orinoco muy cantaor y un pichón de minero de los bosques del Cuyuní, pájaro salvaje que, según la leyenda, no canta sino donde hay yacimientos auríferos, de lo cual le viene el nombre”.


LAS RAZONES QUE TUVO YASOARAYTA PARA RETIRARSE

En esos tiempos gobernaba en la provincia de Nueva Andalucía, Don José Francisco Carreño,  1717-1720. Sucedió en el cargo a don Mateo Ruiz del Mazo, 1711-1715.  A Carreño le tocó emprender la conquista del formidable y esperanzador río Guarapiche, lo que significaba la apertura de los fértiles llanos del centro de la provincia.
Nos guiaremos, en esto, por las crónicas  que nos dejó Fr. Buenaventura de Carrocera.

Era Gobernador y Capitán General de la Provincia de Nueva Andalucía, como dijimos,  Don José Francisco Carreño, cuando más de 20 caciques Arekunas de la península de Paria, entre los cuales podemos mencionar a Yasoarayta la reina de todos los caciques, el famoso guerrero Uricuar y  Aguacaima, Poye,  Atirana, Macareina, Ocapra, todos bajo el mando de Yasoarayta y el formidable Maturín, cacique de los Arecunas y unidos a los invasores franceses, trataron de  liquidar el intento  de colonización del territorio bañado por el formidable río Guarapiche, rio conductor a los prometedores llanos de Maturín;  y  los españoles de Cumaná  consideraban muy grave, el inminente ataque a la estratégica misión de San Francisco, cuya noticia  produjo  un terrible desconcierto y más grave aún, la deserción anunciada de los  misioneros y sus habitantes de aquella misión que habían costado tanto, todo ello era caótico en la Capital de la provincia.

 Levantar aquella misión había costado mucho esfuerzo, un levantamiento de los Caribes, era muy grave,  un caso  de vida o muerte. La formidable nación Arekuna Caribe sonaba las maderas de guerra, unida a los invasores franceses, como se había comprobado en los sucesos que pasamos a reseñar.

Hacía más de 50 años la nación Arekunas –Caribe- capitaneados por Yasoarayta unida a misioneros franceses de Martinica, se oponían a la colonización por los españoles de esa zona pariana; y no les interesaba la cristianización emprendida por misioneros capuchinos de Cumaná. Entonces sonaron las maderas y se reunieron los ancianos para iniciar  acciones de guerra, nada podía detenerlos y atacaron el hato de ganado de don Francisco Blanco, el 9 de diciembre de 1718, ubicado en el valle de  Aragua, a orillas del Guarapiche,  cercano de la misión  de San Francisco de Chacaraguar; y,  después de dar muerte a 11 vaqueros se dirigieron a la misión de San Félix de Cantalicio, en el valle de Ropopan, muy cerca del hato destruido,  ubicada entre los ríos Guarapiche y  Guantar,  que saquearon y le prendieron fuego; lo propio hicieron en San Miguel, cada vez más cerca de la importante misión de San Francisco, matando y dispersando a sus habitantes.

El esfuerzo civilizador que inició el padre Francisco de Tauste en 1664, se perdía irremediablemente. Era un descalabro de la empresa colonizadora. 

 Esta misión de San Francisco de Chacaraguar, fue fundada por Fr. Francisco de Tauste en 1664, y refundada en 1690  por Buenaventura de Malvenda. 

El Capitán General de la Provincia de Cumaná Don José Francisco Carreño, decidió enfrentarlos. A tal efecto organizó una expedición de 400 hombres bien armados  y se puso al frente de ella, partieron por mar recorrieron toda la costa norte de la provincia de Cumana navegando hacia el oriente penetraron por la Boca de Dragos en el golfo de Paria con rumbo Sur y entrado por el río Guarapiche,  penetraron a la región de los llanos donde acampó en el valle del río Amana. 

Veamos como lo cuenta Buenaventura de Carrocera en su obra “Misión de los Capuchinos en Cumaná”, Tomo I, pág. 256.

“Ante estos hechos Carreño tuvo que decidirse por organizar una expedición de castigo contra los caribes, marchando personalmente al frente de ella hasta la llanura de Amana. En el sitio que posteriormente se llamaría de Maturín, se trabó personal combate entre el indio caique que llevaba ese nombre – de quien al parecer tomó la denominación aquel lugar- y uno de los capitanes de la expedición, a quien el P. Caulín denomina Arrioja. “Maturín –dice el citado historiador- salió al encuentro del capitán Arrioja, y puesto en tono de batalla, se mantuvo peleando a bala y flecha contra los españoles hasta morir de un balazo con que le quitó la vida uno de ellos” Aparte de eso, otros varios caiques fueron muertos o apresados por la gente de Carreño, pues, teniendo en cuenta la descripción que el P. Caulín hace de esta entrada de Carreño, en esa batalla tomaron parte varios caciques que demostraron su valor en la pelea y que no sucumbieron ni se entregaron fácilmente”.    

En ese sitio se presentó el indómito cacique Maturín, con 20 caciques más, entre los cuales se encontraba la reina de todos los caiques Yasoarayta y Ocapra, Aguacaima, Poye, Atirama, Macairena, Cunaguaro, y sus huestes; y retó a los invasores de Carreño.

 Veamos como lo vemos nosotros: El campamento de Carreño en Amana, fue atacado por las fuerzas Arekunas –caribes- comandadas por 20 caciques arekunas, y franceses de Martinica.

Después de muchas horas de batalla, el cacique Maturín, recurrió al Consejo de Ancianos  y previo su consentimiento  retó a un duelo personal al Capitán General  J. F. Carreño, el cual deseaba tambien el final del combate y aceptó el reto pero puso como condición que el perdedor abandonaría el territorio con todos sus guerreros 

Carreño seleccionó para enfrentar a Maturín al fuerte y valiente capitán Arrioja.

Las dos fuerzas contendientes se dividieron en dos grandes y bulliciosos bandos. Arrioja hacia la parte alta de la sabana por parte de los españoles y Maturín cerca de la orilla del río  por los arekunas. Después de mirarse y estudiarse como fieras hambrientas  se enfrentaron los dos campeones en  lucha a muerte,  se mantuvieron peleando, con todas las artes de aquellos dos titanes Maturín que campeón de todos los ditainos que conocía todos los secretos de la lucha dominaba la pelea

Dice el cronista, “a bala y flecha” hasta que un certero disparó  terminó con la vida del heroico Cacique Maturín. 

El combate fue el 25 de febrero de 1719; y fue tan importante la contienda, que los misioneros marcaron el sitio donde cayó Maturín, para que la misión y el pueblo que fuesen a levantar, en esos pródigos llanos, tuviese asiento en el mismo sitio en que derramó su sangre el formidable Cacique Maturín.

Aparte de eso dice el cronista, que varios caciques fueron víctimas de las balas de los colonizadores; otros fueron apresados, es el caso de Cunaguaro, el cual fue enviado prisionero al Castillo de Araya. Por cierto que este cacique tal vez fue Ditaíno capitán del batallón de Cunaguaros, y su nombre no era ese, sino que fue identificado como miembro de ese batallón.

Todo hace pensar que una heredera de Yasoarayta el 30 de marzo de 1719 después de la muerte del cacique Maturín cayó prisionera junto a otros caciques Arecunas y trasladada a Cumaná por orden del gobernador Don José Francisco Carreño fue juzgada en el Tribunal de la Inquisición acusada de practicar la brujería  y fue condenada a muerte 

 Es sabido que los caribes, preparaban sus batallones de acuerdo a las habilidades de sus miembros, así había batallones de cunaguaros, monos, caimanes, tortugas, pájaros, etc., cada uno formado con las habilidades de esos animales. Maturín era el campeón de los Arekunas, su formación pasó por el entrenamiento de todos los batallones: fue cunaguaro, mono, caimán, águila, fue arquero y conocía todos los secretos de su tribu; Arrioja,  ya estaba vencido, herido y perdía mucha sangre aprovechó un momento de lucimiento del guerrero para matarlo de un disparo. Carreño le había dicho: “Tienes que matarlo o tendremos que abandonar el territorio para siempre”. 

Los ditaínas o ditainos eran invencibles, estaban entrenados para desviar las flechas mediante pequeños escudos de cuero que colocaban en sus muñecas y en los tobillos, iban siempre delante y sus órdenes eran inapelables, las daban con silbidos de diferentes tonalidades. Maturín no sabía que un disparo no se podía detener. No tenía la malicia de los europeos por eso fue la víctima propiciatoria. 

Se puede decir desde el punto de vista de los españoles, que Francisco Carreño fue el pacificador del territorio y por tanto de los llanos de Maturín, como lo dice el rector de los capuchinos Fr. Felipe Martínez, en 1723, y el propio Carreño, en Acta Notariada participa a la Corte en 1718, sobre los pueblos pacificados y visitados por él: San Fernando, que tenía 72 familias; San Lorenzo, 134; San Miguel, 57; Santa María, 120; Santa Cruz de Cumaná, 44; Santa Ana, 164;  y, San Juan de Cotúa, 73; y sobre la fundación de San Félix También escribió a la Corte, sobre el procedimiento seguido, conjuntamente con el Rector de los Capuchinos, Fr. Felipe Martínez,  a nombrar los Corregidores e imponer tributos a los indios.

Sin embargo Maturín se fundó mucho después de estos sucesos, más adelante en 1760, pero eso si, en el sitio donde murió el Cacique Maturín. La misión de Maturín y por lo tanto la ciudad de Maturín, tuvo su verdadero comienzo el 7 de diciembre de 1760 cuando los capuchinos aragoneses bajo el mando de Fr. Lucas de Zaragoza, sembraron una cruz, en el mismo lugar donde derramó su sangre el cacique Maturín,  y allí mismo construyeron la primera iglesia de su misión, como ha sido aceptado por la Academia Nacional de la Historia de Venezuela.

GUARABERA –CARIACO-, CENTRO DE LA CULTURA TIAO,

Los Tiaos tenían el centro del poder de su reino, en Cariaco, su capital se llamaba Guarabera,  la tierra o valle de la erepa -maíz- el reino de los Tiaos-Caribes, que se extendía por todo el litoral,  de lo que es hoy la parte oriental del Estado Sucre,  las islas de Margarita y  Trinidad, el estado Monagas, el Orinoco y toda la Guayana. 

Antropólogos, como Luis Adonis Romero, han encontrado restos de su magnífica artesanía y habla de una búsqueda más activa. Personalmente le regalé una colección de ocho muñecas encontradas en la laguna de Campoma.  Los españoles, solo encontraron los restos de esa cultura, y su capital pudo haber sido destruida por un terrible cataclismo hace muchos siglos.

Los etnohistoriadores no dicen nada de esta nación que alguna vez ocupó casi toda la costa oriental de Venezuela y la isla de Trinidad en el valle del río Cawo dejando solo raíces de su idioma, restos de artesanía y  costumbres,  que, los etnohistoriadores han procurado  identificar. Otros investigadores como Miguel Acosta Saignes, orientan sus estudios a través de la lengua, simplificando el problema, y usan generalmente el término “Caribe”, para identificarlos por su lengua; pero el investigador Bartolomé Tavera Acosta, al estudiar las lenguas del oriente venezolano, y presentar sus distintos vocabularios, encontró raíces del idioma universal: el sanscrito. 

Fr. Francisco de Tauste,  que escribió el diccionario chaima español, y dice que es el idioma más extendido en la zona, no particularizó; y Marc de Civrieux lo condensa y lo llama Chotomaimu –“choto” pueblo y “maimu” lengua-; tal vez, digo yo, este idioma entronca todas las lenguas anteriores y milenarias, arawacas y caribe de aquel vasto territorio, que llegaba según dice Tauste, desde Paria hasta el lago de Valencia y se interna por la Guayana: pero ninguno ha logrado penetrar e identificar a aquella nación poderosa  que se menciona tantas veces en nuestra etno historia.

Ya es muy difícil, ubicar las distintas naciones que poblaban el territorio que hoy ocupa Venezuela, y menos a través de las lenguas que hablaban aquellos primitivos habitantes, es mejor hacerlo zonificándolos como lo hacían los cronistas de indias, buscando en los documentos, investigaciones  y cartas de aquellos tiempos.

Lo que sabemos de la nación Tiao o Siao, es muy importante, y vamos a su encuentro según el relato que hace Ricardo Ignacio Castillo Hidalgo, en su obra “Asentamiento Español y Articulación Interétnica en Cumaná (1560-1620).

El habla de la expedición que hace Fr. Francisco de Villacorta por las tierras que dan al golfo y a la región de Cariaco en 1533, hace alusión a la nación de los Tiaos de la provincia de Cariaco, cuyos caciques, en ese tiempo, eran Macanicagoa, Canamero, Camayacoa y Cabocaburi. Este reino habia sido invadido por orden de Jerónimo de Ortal, cuando era gobernador del Golfo de Paria, y dos traficantes conocidos como don Juan de Guillen y don Sebastián de Villena. En esa expedición también intervino Girolano Benzzoni, autor de la Historia del Nuevo Mondo,  el cual dejó un relato pintoresco de la cacería de indios capitaneada por Ortal. 

Se dice en un informe de Sebastián de Villena,  que después del atropello de Ortal contra los Tiaos, los caciques y las familias de estos indígenas  se habían refugiado en Margarita, y,  sus jefes fueron ahorcados cuando pretendieron regresar a sus tierras. Esta nación se distinguió por su valor, eran guerreros, hombres fuertes y valientes, que acompañaron a Fajardo en sus expediciones de  1561 y 62, contra los indómitos Teques y Caracas. Fajardo  el gran capitán cumanés, hijo de la cacica Isabel, que era de esa nación, nieta del gran cacique Charaima   y también lo siguieron en sus incursiones para fundar pueblos en aquellos valles de Caracas, los dominios de Guaicaipuró, donde fueron derrotados y expulsados. En esos combates murió la cacica Isabel, la nieta del Cacique Charaima del reino de los Tiaos.

A esta nación se refiere el pirata expedicionario y escritor Walter Raleigh, cuando abordó y fue derrotado por don Francisco de Vides, en las costas de Cumaná en 1595.  Él refiere que un cacique Tiao que llevaba de piloto, le dijo que las llanuras al norte del Orinoco eran las llanuras de Sayma  (Chaima). Raleigh dice que en esas llanuras habitaban algunas naciones principales, primero estaban los saymas, después los wikiri (caribes), y después los aroaras (Aruacos o Arawacos), no menciona a los Tiaos, lo que puede significar que ya no habitaban en esos territorios; pero si los menciona en Trinidad, aunque los llama los Iaos. Tambien los menciona en Guayana, Mr. Lawrence Keymis. Uno de sus caciques le informó que salieron de su territorio cuando un gobernador español les quemó sus casas y mató sus jefes. Hablan del río Morugua donde habitaban en el valle del Carinicuao, pero no hemos podido identificar ese valle con ese nombre. Los Tiaos fueron un pueblo poderoso y, como ellos mismos lo dicen, antiguamente eran dueños de todo el territorio de la costa del mar incluyendo las islas de Margarita y  Trinidad.

Los españoles se apoderaron de sus territorios y ellos optaron por retirarse, era una costumbre de aquellos pueblos cuando eran derrotados; pero un jefe Tiao, además se quejaba de que un español trató de quitarle su mejor esposa. Este detalle parece que era imperdonable y vergonzoso.

De los Tiaos, para la última década del 1500, casi no quedaban indígenas adultos, se habían reducido, según esa versión,  a 95 guerreros,  casi a la impotencia. Cuando llega Walter Raleigh -1595- con su expedición corsaria, y gobernaba el tirano don Francisco de Vides en Cumaná, habían desaparecido como nación, y ahora no pueden ser reconocidos por su idioma como pretendían, es decir, no podemos reconstruir su historia por esa vía,  ya que en toda esta provincia se hablaba una misma lengua compuesta por raíces Arekuna-Caribe, lengua dominante y cumanagotas y Chaimas, como lo prueba Tavera Acosta en su obra “Venezuela Precoloniana”; y, Francisco de Tauste, el más estudioso de esas lenguas., de tal suerte que los traductores y “lenguas”, que traían  los españoles de Santo Domingo, se entendían perfectamente con todos ellos, en esa lengua, único idioma que hablaban que era el chaima o chotomaimu como lo llama Marc. Prueba de ello es que las oraciones, el catecismo y las misas,  estaban escritas en esa lengua, en la que escribe Pedro de Córdoba y Francisco de Tauste, etc. Tenemos que confesar que nunca podremos saber nada de aquella cultura de los Tiaos que dominaron por muchos siglos en toda la zona oriental de Venezuela.

Solo conocemos estos datos de esa Nación, cuyo centro de poder era Cariaco;  más lo que dicen algunos cronistas y viajeros, y un vecino de Margarita que los menciona cuando acudieron al llamado de Fajardo para defender a la Isla  del salvajismo del Tirano Aguirre.

Puede ser que Luis Adonis Romero, Sanoja Obediente, etc.;  y otros estudiosos digan algo más de este extraordinario pueblo.







LA RESISTENCIA ABORIGEN
Miguel Cortez

Caballos, perros amaestrados, arcabuces o armas de fuego, espadas largas, corazas, fuerte vestidura, casco de protección y una gran experiencia en el arte de la guerra de más de 20 siglos, se hacen insuficientes para extinguir el grito de libertad del aborigen americano que retumba en las montañas venezolanas, bosques, selvas, ríos y mares: "¡Ana Karina rote, aunicon paparoto mantoro itoto manto!".  En castellano: "¡Solo nosotros somos gente, aquí no hay cobardes ni nadie se rinde" 
El aborigen venezolano enfrenta al invasor con macanas, arcos y flechas (CON CURARE), lanzas, guayucos, penachos de plumas y a pie.  Atacan en oleadas humanas y desnudos. (Los jefes Caribes se llamaban ditainos) Quizás superan a los españoles en número (Los Carines eran guerreros no les temían a los españoles) 
Pero, una carga de arcabuz de 100 disparos puede matar a 100 personas en un segundo.  Que hace huir a los nativos despavoridos e indefensos ante el ruido y los disparos.  Los invasores, luego, les alcanzan por la velocidad de sus caballos.  Desde el lomo del caballo, el soldado los lancea impunemente y degüella a placer con sus largas espadas.  Para que después los perros rematen a heridos y moribundos, que yacen en el suelo.  Aunado a ello, la creencia del aborigen de que el español montado en un caballo se convierte en un monstruo de dos cabezas.  Y el temor y respeto del aborigen a la oscuridad. 
A partir de la entrada del bolivianismo en la historia del país como tendencia política e ideológica, se cuestiona lo que representa para América la llegada de Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492. 
Mercedes Ortuño (2013) en el diario VEA, refiere: “Se nos enseñó a honrar y a recordar el 12 de octubre como una fecha patria, donde los conquistadores eran héroes que debíamos venerar.  El 12 de octubre “Día de la Raza” venerábamos un mestizaje, que no se dio, sino hasta cientos de años después, cuando terminó la esclavitud en nuestra patria”. Manifiesta Nelson Guzmán en el Semanario Cultural del 1 de noviembre de 2014, N 535, que: “Los historiadores venezolanos maltrataron la significación del 12 de octubre, se enseñaba en las escuelas venezolanas que ese día debíamos celebrar el día de la raza.  Muchas calles, plazas y monumentos importantes se erigieron para rendir honores y glorias a los que nunca la tuvieron”. 
En las escuelas durante muchos años se enseña que al amanecer del 12 de octubre de 1492 Rodrigo de Triana avista tierra americana y lanza su famoso grito de ¡Tierra...!, después de una navegación llena de problemas a través del océano.  Incluso y en función de lo anterior, uno de los autores de este ensayo histórico-cultural escribe un poema cuando estudia 5 grado en la Escuela “Luis Beltrán Sanabria” de Cumaná.  El poema lo declama otro niño en un acto cultural de ese día.  El poema dice así:
 FACTORES DE LA DOMINACIÓN  
Señala Nelson Guzmán: “La presencia del europeo significó el genocidio y el etnocidio.  Los indígenas fueron sometidos al trabajo duro.  Se les impusieron creencias diferentes a las suyas. Los indígenas estaban obligados a hablar en castellano “.    El colonizador sabe que debe borrar la identidad cultural.  Y desprecia profundamente al nativo.  Sin embargo, refiere Guzmán, “Las costumbres y la identidad cultural de la Venezuela irredenta se han mantenido, con fortuna no pudieron hacer claudicar a unos pueblos que siempre han estado en la resistencia cultural y que son anteriores a la llegada del colonizador.”
En 1992, las Naciones Unidas proclama ese año como el Año Internacional de los pueblos indígenas.  Para Ortuño, esta decisión deja a un lado la aspiración de España que ese año se proclame como el Año Internacional del descubrimiento de América.  La proclama de las Naciones Unidas visibiliza a los aborígenes como pueblos que existen en el planeta.  Y reconoce su permanencia en el tiempo y en el espacio, soportando pacientemente la discriminación económica, racial, social y cultural a la que se les somete desde la llegada de los europeos.
Los nativos rechazan la invasión de sus territorios y la injerencia en sus modos de vida y creencias.  Mantienen sus lenguas, dialectos e idiomas o formas de comunicación oral, mediante las cuales transmiten y preservan sus tradiciones y costumbres.  Resguardan sus formas de sobrevivencia, su modo de producción y sus vías de comunicación acuáticas y terrestres, caños, ríos y quebradas.  Protegen sus lagos y mares, sus montañas y ambientes naturales, los cuales les proporcionan el sustento y el hábitat. 
Los pueblos nativos mantienen sus formas ancestrales de vida.  Una historia tan antigua como la euroasiática.  Que cuando Colón llega a América encuentra un continente en desarrollo, vivo, antiguo e igual al europeo.  Con una cultura diferente y desarrollada.  Solo para ellos se presenta como un continente nuevo.  Pero, para los que habitan este lado del océano, han pasado miles de generaciones de seres humanos por estas tierras.  Y desmontan los mitos y tergiversaciones que sobre su tierra y su gente se levantan por más de quinientos años.  Desde hace 20 siglos, en Europa la sociedad se divide en clases.  En 10 siglos del esclavismo, el trabajo esclavo permite el desarrollo de la ciencia, la filosofía, las artes, la forma de gobernar y hacer política.  Se utiliza el papel para recoger experiencias de la vida y de investigaciones.  Se alcanza a medir la longitud del meridiano terrestre y existe la teoría sobre la esfericidad de la tierra.  Se impulsa el comercio entre el lejano oriente y el occidente.  Mil años a.C. los fenicios fundan Cádiz, Málaga y Sevilla.  Los navegantes utilizan instrumentos que les permiten ubicar sus embarcaciones en el mar.  Se crean universidades que intercambian saberes con el lejano oriente y transforman estos conocimientos en nuevos saberes.  Que luego regresan al lejano oriente repotenciados. 
Diez siglos más y culmina feudalismo, el uso de la tierra como medio de riqueza de las naciones.  La edad media representa una época de alternativas en el pensar social.  Gutenberg crea la imprenta.   Los chinos consiguen la pólvora y se fabrican las armas de fuego.  Desde el esclavismo, los romanos utilizan al caballo como arma de guerra.  Igualmente, las corazas de acero y armaduras para proteger el cuerpo de flechas, lanzazos, puñaladas y espadazos durante las acostumbradas carnicerías, en que se convierten las batallas de esa época.  Los árabes llevan a España el alfabeto y el número cero que sustituye el sistema de numeración romana. 
Después de la tierra como fuente de poder se impone el oro y la plata en el comercio como dinero o medio de cambio universal.  Se convierten en los metales preciosos más apetecidos como sinónimo de riqueza y poder.  La codicia, la usura y la avaricia como pecados capitales de la religión católica se imponen como formas de ver la vida.  El comercio moviliza el capital, las finanzas y las mercancías.  Las ciudades sustituyen al campo como fuente de sustento para las familias, porque en ellas consiguen el trabajo, que les permite un ingreso para comprar bienes para la vida. Durante el esclavismo y el feudalismo predomina la guerra como arte, oficio y forma de gobernar.  La economía, la iglesia y la guerra sirven de instrumentos de dominación y control de las sociedades.  Una forma de obtener una victoria militar consiste en sitiar a las ciudades y cortar sus fuentes de suministro.  Por hambre se toma una ciudad para luego saquearla, incendiarla, destruir sus sistemas de producción, de vida, sus culturas y creencias.  
Solo los árabes reconstruyen lo que encuentran.  Y conviven con las culturas sin imponer el islam.  La conversión al islam se hace de manera consciente y personal.  En cambio, la iglesia católica impone la conversión, mediante la represión social, económica, racial y militar, so pena de excomunión y quema en la hoguera, lapidación y exilio. 
Cuando los europeos llegan a tierras americanas, traen como conocimiento esa cultura.  Mientras, que los pueblos nuestro americano se encuentran en el estadio medio del comunismo primitivo.  Predomina la cultura del arco y la flecha, de la caza, de la pesca y la recolección.  Sus medios de comunicación les permiten navegar por caños y riachuelos cercanos.  La agricultura obliga a una vida sedentaria y tranquila.    Su producto sustenta a la comunidad y se complementa con los aportados por otras actividades productivas. 
Hace 500 años se enfrentan dos enfoques de vida y modos de producción.  Uno sustentado en el trabajo de la naturaleza y otro en la fuerza de trabajo del pueblo, el comercio y el mercado.  Mientras, en el intercambio primitivo se hace innecesario el dinero para conseguir el producto, en Europa se hace imprescindible el dinero para conseguir el medio de sustento.  Aun cuando, la fuente de riqueza en ambos casos consiste en el trabajo, en el medio primitivo se hace poco esfuerzo para conseguir lo necesario para vivir, porque el bien lo proporciona la naturaleza.  En cambio, en Europa para conseguir el bien que sustente la vida, se requiere de un esfuerzo de transformación sobre los bienes naturales e instrumentos de trabajo adecuados para cada tarea y una jornada laboral.  El trabajador se obliga a vivir dentro de las fábricas.
El grado de desarrollo en ambos continentes transita caminos diferentes.  América con una cultura amplia y diversificada.  Nuestros pueblos se encuentran en un nivel de cultura y de subsistencia sustentable y autosuficiente.  Los medios de producción sostienen la vida consustanciados con la naturaleza.  Mientras, los europeos navegan en grandes barcos para cientos de personas y grandes animales, los aborígenes se trasladan en pequeñas embarcaciones.  Por lo general, se embarcan tres personas en una canoa o curiara, barco pequeño, liviano y rápido. 
Dos culturas, dos enfoques, dos visiones.  ¿Quién descubre a quién? ¿Quién encuentra a quién?  Cuando llegan los españoles a estas estas tierras ya existen millones de seres humanos pululando entre las matas, selvas y bosques, ríos y mares de Nuestramérica.  La población americana cuenta con 17.000 años de edad.  Un continente nuevo para los europeos.  Pero, viejo para los americanos.  Por tanto, el mito de que los europeos tienen la experiencia y la sabiduría.  Y, además, la inteligencia y la cultura, se inventa para crear la imagen de inexperiencia, incultura, brutos, sin alma y salvajes de nuestros pueblos.  Unos animalitos del monte, calificados de herejes por la Iglesia sin tener ésta conocimientos sobre su fe, creencias y dioses.  Los europeos llegan a dar cultura y enseñar cómo vivir en santidad.  Todo un pretexto para justificar la invasión, el saqueo y el genocidio.
Varios factores resaltan en la imposición del poder español en estos territorios.  Entre ellos, la superioridad en la intriga, el engaño, la traición y su poder militar, junto con la ingenuidad de los nativos para conseguir su confianza.  Porque, ¿Cómo se explica que un jefe aborigen, cacique de una tribu se deje cazar en su propia choza mientras duerme?? Y porque, ¿Luego de un trato de paz, cae acribillado por la espalda por los arcabuces españoles o cazado en una emboscada? 
O ¿Por qué un aborigen maltratado prefiere seguir al lado de los invasores y en muchos casos traicionar a su tierra y su gente?  ¿Que en ese momento se saquea y exterminan a sus pobladores, incendian sus casas y bosques, violan a sus mujeres, asesinan a sus hijos?  O ¿Por qué un cacique de importancia se mata con cualquiera en un combate cuerpo a cuerpo, sea soldado español sin importar su rango o nativo desleal?  O ¿Por qué mediante artimañas y engaños se dejan llevar a una emboscada donde mueren acribillados? 
O ¿Por qué en medio del combate el aborigen por bravo y fiero prefiere morir entre sus agresores atravesado por sus lanzas, espadas y disparos de sus armas de fuego? O ¿Por qué el jefe que hace la paz y amistad con el agresor se retira a lo más intrincado del monte, donde muere de edad avanzada o nunca se sabe de él y su gente?  
En general, se observa, que el aborigen venezolano puede ser muy bravo, valiente, altivo, orgulloso y muy fuerte.  Pero, llevado por su cultura ancestral, carece de la pericia militar que da el convivir con la guerra o tener a ésta como oficio, como sucede en más de 20 siglos en Europa y Asia.  Y a pesar de que los aborígenes pelean entre sí, nunca tienen la experiencia de enfrentar una carga de arcabuces, que les mata o hiere al instante.  O enfrentar el avance de una caballería que les atropella y aplasta.  O que sus flechas, por mucho veneno que tengan, resbalen en las corazas protectoras de los españoles, flechas hechas para herir la carne desnuda.
Los caribes se imponen sobre otras tribus.  Pero, estas peleas entre tribus en nada se parecen a las guerras protagonizadas por las legiones romanas y sus caballerías.  Las legiones romanas se hacen famosas por su gran poder militar y estratégico.   Se hacen casi invencibles.  Y sostienen al estado romano por más de cinco siglos.  En la edad media el enfrentamiento se hace rutinario.  Pueblos que se ven invadidos y sometidos militarmente por otros pueblos.  La guerra se hace una constante.  Y aun cuando participan numerosos soldados, se practica como un arte en lo táctico y en lo estratégico, que extiende el campo de la diplomacia y la política.  Lleva un fin en procura de extender un poder territorial y militar.  La extensión territorial se hace perfectamente identificable mediante tratados, acuerdos, documentos y mapas oficiales aceptado por las partes. 
En cambio, en América las guerras se producen entre tribus belicosas que imponen su fuerza ante las demás.  Y las someten.  Generalmente, el número de guerreros decide las victorias.  Se impone la fuerza física, la bravura y la resistencia.  Y aun cuando una tribu pueda extenderse territorialmente.  Se hace difícil resguardar estos territorios, por cuanto su demarcación se hace de manera imprecisa.  Sin documentos y sin mapas.  La propiedad comunitaria desvanece estos límites.  Y cuando un cacique muere estos territorios los toman otras tribus de manera pacífica. 
La forma de hacer la guerra de los aborígenes ofrece pocas ventajas sobre los europeos.  Estos tienen armas de fuego y armaduras que les protegen de flechazos y lanzazos.  Tienen el caballo y perros de presa amaestrados para perseguir a las personas y comérselos incluso.  Tienen la picardía del oficio. Y a pesar del menor número de sus ejércitos presentan mayor disciplina y organización militar.  Además de ello, tienen un valor a toda prueba.  Su audacia, codicia y avaricia, el desprendimiento de sus propios valores y creencias les lleva a emprender la ruda tarea de conquistar a América. 
Por la parte aborigen, se cree que un español montado en un caballo representa a un monstruo de dos cabezas.  Y llenos de pánico se dejan matar por ese monstruo que los degüella con su espada o atraviesa con su lanza.  Una caballería o muchos monstruos de dos cabezas al galope imponen el terror y la desbandada entre las tribus indígenas.  Y al caer el jefe que guía el combate, las fuerzas se dispersan y cada quien toma su propio rumbo.  Pocas veces se reagrupan. 
Otro factor de dominación se refiere al derecho europeo.  Europa lleva 20 siglos de propiedad privada.  Las leyes escritas, cédulas reales y bulas papales, permiten preservar esa propiedad y organizar la sociedad.  En América se desconoce la propiedad privada.  Porque se vive en comunidad.  Las tierras corresponden a todos y a todas.  Existen áreas de gobierno o territoriales correspondientes a cada tribu o grupo de tribus.  Pero, delimitados de manera natural como dominio o ejercicio del poder.  La tierra corresponde a quien la ocupa o permanezca en ella en ese momento. 
Cuando los residentes de un territorio lo abandonan, otros lo ocupan y se erigen como los nuevos “dueños”.  Los documentos de propiedad se hacen inexistentes.  Y se corresponde con una ley de convivencia social que todos acatan.  Pero, sin sustento de documentos que indiquen propiedad o posesión sobre algún lote territorial.   Este papeleo y burocracia se hace inexistente e innecesario en América.  Porque, carece de estado.  Una institución existente en Europa hace 20 siglos cuando se divide la sociedad en clases.  


Cuando el español llega a estas tierras toma un área de la misma que denomina ciudad o villa.  Y nombra un gobernador y demás elementos burocráticos y militares.  Se delimita el territorio y se fortifican con murallas o empalizadas.  Se emite una proclama que se lee en público en donde se deja constancia que a nombre del Rey y de Dios Todopoderoso se toma posesión sobre esta área delimitada en plazas y calles con sus casas y sus pobladores.  De esta manera, se invade y se apropian de una propiedad comunitaria ancestral.  Que nadie les cede.  Sola la toman.  Y se concentran allí y la defienden de los aborígenes que se muestran en descuerdo por esta situación.  Y hacen valer “su derecho” sobre ese lote de tierra.  A estas ciudades, los aborígenes entran como traidores, siervos, esclavos o fieles al rey de turno.  Al asentarse en un lugar, establecen su campamento militar y organizan la ciudad, como en Europa.  Y desde allí, amplían su radio de acción territorial.  Y siguen adelante en busca de los minerales preciosos que tanto anhelan. 
Utilizan todas las fórmulas para aprovechar la ingenuidad de los nativos.  Mediante la religión destruyen sus creencias, para que acepten la destrucción de sus centros poblados y cultivos.  Y el arrebato de sus tierras.  Asimismo, les someten a jornadas de trabajo más allá de sus fuerzas.   Se hace creer al nativo que carece de fuerza para el trabajo.  Que tiene escasa cultura y poca o nada de inteligencia.  Además, que se trata de un ser vivo sin alma.  Un ateo o un hereje al que hay que convertir para salvar su alma del infierno.  O excomulgar.  O imponerle severos castigos, a menos que acepten la religión que se les impone a sangre y fuego. Mientras el invasor sigue un plan y funda ciudades.  Los aborígenes luchan dispersos entre si y sin dirección.  Su afán se reduce a vivir consustanciados con la naturaleza y preservar sus aves, animales y fuentes de agua. 
Se desconoce el mercado y el dinero.  El trabajo sirve directamente para conseguir los bienes que necesita. Y no un medio para conseguir dinero y comprar.  Para ellos la tierra pertenece a todos y la ocupa quien la trabaje.  Tienen sus propios dioses a los que temen de manera inocente y honesta.  Los nativos, según expresa José Mercedes Gómez: “No tenían grandes preocupaciones que resolver, salvo el de las guerras inter tribales.  Lo inmediato y cotidiano llenaba su atención presente.  Buena pesca, buena caza y descanso.  No pedían, ni solicitaban de su dios milagros.  Las enfermedades podían ser también parte de su enojo; una epidemia era considerada como expresión de su cólera.  Los fenómenos naturales, inundaciones, terremotos, eran también parte de esa expresión.  Los relámpagos y los truenos eran manifestaciones de su poder y divinidad.” 
Solo algunos jefes carismáticos y valerosos logran la unión temporal de las tribus, como Guaicaipuro, Toronoima, Maraguey, Terepaima, Tamanaco, Cayaurima, Tiuna, Maracay.  Pero, al desfallecer éstos, las fuerzas se dispersan.  Algunos negocian la paz.  Otros se pierden en el monte y nunca más se sabe de ellos.  Al final dejan tranquilo al invasor que se apodere de las tierras y riquezas ancestrales de nuestros abuelos.  Otro elemento importante y diferenciable entre las dos culturas lo representa el dinero.  En Europa se maneja el dinero para hacer comercio y en América se practica el trueque.  El comercio y el mercado forman parte de la subsistencia de Europa.  En América el dinero se hace innecesario dado el escaso desarrollo del mercado, por tratarse de una economía autosuficiente e independiente del mercado.   Al imponerse militarmente Europa sobre los nativos americanos, prevalece su criterio.  Y se hace creer que la economía americana presenta atraso tecnológico y productivo, cuando se trata de otra economía.  Y de esta forma, imponen un modelo económico diferente y truncan el desarrollo económico y social de los pueblos americanos. 
Si se coloca frente a frente la economía de ambos pueblos se observa la asimetría.  Los puntos de comparación se hacen innecesarios por cuanto provienen de modelos y estructuras productivas diferentes.  Para el modelo europeo, el fin consiste en maximizar la ganancia.  Producir para vender y obtener una utilidad financiera.  Y mientras más grande mejor.  En cambio, para el modelo americano, el fin consiste en atender las necesidades de la comunidad.  Se produce en jayapa para satisfacer necesidades colectivas.  Sin perseguir una ganancia o utilidad financiera.  Porque, tiene un fin social.  El dinero y el lucro se hacen innecesarios en la transacción.  Sus objetivos se hacen diferentes.  Su filosofía e ideología, también.  Por tanto, incomparables como modelos. 
Los españoles provienen de una cultura diferente y desconocen la aborigen, lo cual los lleva a malinterpretar los conceptos culturales nativos.  El orden económico y social americano carece de sentido para ellos.  La producción y distribución no existe por ningún lado, tal como la manejan.  Por tanto, niegan la existencia de un orden productivo en estas tierras.  En consecuencia, imponen lo que saben hacer, el modo de producción europeo.  E insertan la economía nativa en su modelo de producción como suministradores de recursos humanos, materias primas e insumos y minerales para la producción europea.  Y como resultado, la economía y cultura europea se impulsan con el aporte que reciben de los recursos que extraen de Nuestramérica.  Mientras, se corta abruptamente el desarrollo de la economía americana. 
Sin embargo, este choque y rompimiento abrupto del orden natural de la producción americana y la subsiguiente mestización, no impiden que las culturas americanas conserven sus raíces.  Y en el mestizaje se observa la particularidad o aporte de cada raza.  La esencia de cada pueblo se trasluce.  Y la raíz autóctona del venezolano resalta en todo momento como una característica especial de su existencia.  Esto significa que, a pesar de la conquista y el exterminio de millones de seres humanos de estas tierras, la naturaleza resguarda a los nativos que buscan refugio en sus montes, bosques, selvas, ríos, quebradas, mares, cerros y montañas más alejados.  Y desde allí, conservan la esencia de la raza americana.  Que junto a la mezclada clama justicia histórica.  Y su papel como pueblo originario de estas tierras.
Chávez y la resistencia indígena
En Venezuela se habla abiertamente de resistencia indígena o aborigen a partir de la llegada del Comandante Hugo Chávez Frías como líder del país.  Una vez en el gobierno, en 1998, quinientos años después de la llegada de Colón a tierra firme, el presidente Hugo Chávez asume el tema aborigen, su historia y raíces.  Se otorga rango constitucional a los pueblos originarios con plenos derechos y deberes, igual a todos los demás ciudadanos.  La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en el artículo 119: “El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida.  Corresponderá al Ejecutivo Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y garantizar el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con establecido en esta Constitución y en la Ley”.

Se visibiliza a un pueblo que durante muchos años se mantiene fuera de las costumbres y sentir del resto del país, como un pueblo negado a extinguirse.  En lucha permanente por estar presente.  Pero, sin participar ni protagonizar nada.  Solo existe.  Con Chávez se dejan ver como personas y ciudadanos.  Y como hermanos de todos los demás.  Como originarios de la sangre que los venezolanos llevan mezclada en su alma y en su ser.  Igualmente, Chávez firma el Decreto 2028 del 10 de octubre de 2002, publicado en la Gaceta Oficial de Venezuela No. 5615, mediante el cual promulga la Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas.  Asimismo, la no celebración del Día de la Raza y la instauración del Día de la Resistencia indígena.
Antes del presidente Chávez, en 1921, el presidente Juan Vicente Gómez decreta el 12 de octubre como el Día de la Raza.  El cambio, que introduce Chávez conlleva a modificaciones en Caracas en sus esculturas y bustos, en el nombramiento de avenidas y calles.  Se cambia el nombre del cerro el Ávila por Huaraira Repano.  La estatua de Cristóbal Colón en el Paseo Colón cae derribada por una vanguardia del pueblo caraqueño.  La nave de Colón, la Niña, en Parque del Este o Parque Miranda se cambia por el Leander, el barco que trae a Francisco de Miranda y la bandera tricolor en su viaje libertario el 3 de agosto de 1806.   


 LA RESISTENCIA INDÍGENA. DECRETO.



RESISTENCIA INDÍGENA, DECRETO 2028, GACETA OFICIAL 5065, EXTRAORDINARIO  10 DE OCTUBRE DE 2002…

Celestino Flores

Acordaos de que sois descendientes
de aquellos ilustres indios…
Francisco de Miranda,
 Proclama de mayo de 1801

Son siempre evidentes las manifestaciones públicas institucionales que se expresan en señalamientos diversos en torno del reconocimiento de las culturas precolombinas de América (Abya Yala). La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999, contiene, por primera vez, definiciones y mandatos concretos sobre este reconocimiento: Capítulo VIII con sus ocho (8) artículos, 119 al 126), que antes se asumía y celebraba en forma mezquita y con esencia colonialista como el día de la raza.  
Con bien inmediata posterioridad, el Comandante Chávez reafirmó el señalado  acto de justicia política ante los habitantes originarios  de nuestro continente y ante el mundo mediante la promulgación  y de  decreto especial, poco difundido,   por el cual  se declara  al doce (12) de octubre,  como Día de la Resistencia Indígena, dándole así aliento liberador a las actuales etnias reconocidas como pobladores primarios de este continente, y que hoy han avanzado hasta el punto de tener en la República multiétnica de Bolivia un presidente Indio, personalizado en la figura de Evo Morales.  
En esta oportunidad proporcionada por nuestra Academia de la Geohistoria del Estado Sucre, nos permitimos transcribir el Decreto Presidencial 2028, en referencia, sobre la Resistencia Indígena, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No. 5065, (Extraordinario) del 10 de octubre de 2002, promulgado por el Presidente Hugo Chávez Frías…. A continuación, el texto del Decreto en referencia: …

Texto del Decreto:

De conformidad con lo dispuesto en el numeral 24 del artículo 236, 107, 119, 126 y 226 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 47 de la Ley Orgánica de la Administración Pública,
 “Considerando: Que el Congreso de los Estados Unidos de Venezuela mediante Acuerdo de 11 de mayo de 1921, acogió la iniciativa del Ejecutivo Federal relativa a la declaración de fiesta nacional del 12 de octubre como "día de la Raza", siguiendo la tradición de celebrarlo como exaltación de la colonización, incorporándolo posteriormente día festivo nacional a partir de la Ley de Fiestas Nacionales de 11 de junio de 1921, derogada por la Ley de Fiestas Nacionales de 17 de junio de 1971. Considerando: Que el concepto de raza, basada en una serie de rasgos físicos hereditarios, no da cuenta de la diversidad genética de la especie humana, a pesar de que muchos científicos sociales insisten en emplear el concepto de raza como base de una tipología de las poblaciones humanas, por tanto, es innegable que este concepto surge como una de las categorías básicas de las relaciones de dominación propias del sistema colonial que se instaura en América a partir de la presencia europea. Considerando: Que a pesar de haber sido superado en América el colonialismo como sistema político formal a partir del triunfo de las guerras de independencia del siglo XVIII, las estructuras sociales a lo interno y externo de nuestras sociedades está aún constituido sobre criterios originados en la relación colonial, entre los que destaca el considerar la "cultura e historia universal" como sinónimo de los valores culturales e historia de la sociedad dominante. Considerando: Que a partir de la conmemoración del V Centenario (1492-1992); del Decenio de los Pueblos Indígenas declarado por la Organización de las Naciones Unidas (1994-2004); la definición constitucional de país multiétnico y pluricultural así como el reconocimiento de los Derechos históricos de los primeros venezolanos (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,  1999); el proceso de incorporación simbólica de Guaicaipuro al Panteón Nacional (2001-2004); la firma del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (2001); el reconocimiento de los idiomas indígenas (2002); y el Acuerdo de la Asamblea Nacional de unirse al Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo (2002); nuestros pueblos retoman su historia local, regional, nacional y continental en todo su milenarismo indígena y los cincos siglos recientes, con los profundos cambios, rupturas parciales y continuidades, en su unidad y diversidad. Considerando: Que la diversidad cultural y étnica presente en todos los pueblos antes y después del origen de Venezuela, es hoy un hecho irrefutable y forma parte de nuestra herencia histórica, como garantía para el mutuo enriquecimiento cultural y la comunicación humana, en los valores de paz con justicia. Considerando: Que la importancia de la historia como eje cohesionador de la vida social de una nación, fuente de referencia en valores y de la visión propia como pueblo, hace impostergable e ineludible para el proceso de Refundación de la República como una Nación pluriétnica y pluricultural, superar los prejuicios coloniales y eurocéntricos que subsisten en el estudio y (la) enseñanza de la historia y la geografía. Considerando: Que las tendencias mundiales y organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), vienen revalorizando el estudio de la geografía, historia, cultura e identidad regional y local a solicitud de los mismos pueblos como parte vital e indiscutible de las instancias nacionales, sub-regionales y continentales para afrontar sin exclusiones el proceso de globalización, en el marco del diálogo de civilizaciones. Considerando: Que los pueblos Indígenas del mundo y particularmente los de América, han dado y seguirán dando sus aportes irremplazables en la configuración de una rica sociodiversidad, y que deben ser reconocidos plenamente como patrimonio de la humanidad para 'restablecer un nuevo equilibrio del universo como lo soñó el Libertador Simón Bolívar en su lucha independentista (ver Francisco de Miranda y José Martí, entre otros).
Decreta… Artículo 1°: Conmemorar el 12 de octubre de cada año "Día de la Resistencia Indígena", destinado a reconocer nuestra autoafirmación americanista por la unidad y diversidad cultural y humana, reivindicando tanto a los pueblos indígenas de América como los aportes de los pueblos y las culturas africanas, asiáticas y europeas en la conformación de nuestra nacionalidad, en el espíritu del diálogo de civilizaciones, la paz y la justicia. Artículo 2°: Incorporar en el calendario oficial y escolar el 12 de octubre como "Día de la Resistencia Indígena" conforme a lo acordado en el presente Decreto, e iniciar la revisión de los textos escolares sobre Geografía e Historia Nacional, de América y Universal. Artículo 3°: Exhortar a la Academia Venezolana de la Lengua para que realice un estudio pormenorizado sobre el Diccionario de la Real Academia Española, a los fines de proponer a esa Institución, la revisión de aquellas palabras que pudieran ser atentatorias contra la dignidad de nuestros pueblos, así como la incorporación de una serie de americanismos, indigenismos, africanismos y demás manifestaciones de nuestro universo sociocultural, aún no incorporados. Artículo: 4°. Promover ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la actualización tanto de la geografía e historia de América como la universal, en las enciclopedias americanas y universales, a fin de incorporar tos aportes de los pueblos indígenas, afroamericanos y criollos, con la participación activa de éstos, desde la perspectiva multilineal, pluridimensional e interdisciplinaria, con el propósito de liberar a los textos de investigación y educación, de racismos, eurocentrismos, etnocentrismos locales, patrialcalismos y discriminaciones de cualquier orden.  Artículo 5°:  Solicitar a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), una revisión actualizada de un verdadero calendario universal de naturaleza intercultural, con el concurso de todas las civilizaciones y sociedades, sin detrimento de los calendarios correspondientes a cada pueblo, hemisferio, región o subregión del planeta. Artículo 6°: Los (Ministerios) del Interior y Justicia; de Relaciones Exteriores; de Educación Superior; de Educación, Cultura y Deportes; del Ambiente y de los Recursos Naturales; y, de Comunicación e Información, quedan encargados de la ejecución del presente Decreto. Dado en Caracas, a los diez (10) días del mes de octubre de dos mil dos (2002). Años 192° de la Independencia y 143° de la Federación. Ejecútese (L.S.)  Hugo Chávez Frías. Refrendado:

Siguen firmas. (Final del texto).

Por una Tierra y una Patria sanas y habitables para todos y para siempre, a los doce días del mes de octubre de 2014, desde Cumaná, Sucre, Venezuela. Prof. Celestino Flores, Telefax 0293-431.8761; floga193580@cantv.net
                                                                 



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