RAMÓN BADARACCO.
DON PEDRO ELÍAS MARCANO ACUÑA.
CUMANA, 2002
Autor:
Tulio Ramón Badaracco Rivero
Que
firma Ramón Badaracco
Título de la obra:
DON
PEDRO ELIAS MARCANO ACUÑA.
Diseño
de la cubierta. R. B.
Ilustración
de la cubierta. R. B.
Depósito
legal
Impreso
en Cumaná
cronista40@hotmail .com
Cel. 0416-8114374
Nació
don Pedro Elías Marcano en Cumaná, el día 5 de diciembre de 1855, siendo
sus padres don José Félix Marcano y la señora Rosario Acuña
Estudió las primeras letras en su
tierra natal, y el Bachillerato en el antiguo Colegio Nacional de Cumaná, cuyo
rector era el notable educador e íntegro republicado don José Silverio González, maestro de tantas generaciones cumanesas, y
quien a su muerte nos dejó el recuerdo de su vida y de su obra, ambas admirables El 19 de diciembre de 1878
recibe el título de Farmacéutico,
profesión ésta en la cual descolló, dada
su constancia y sus no comunes conocimientos científicos
Su
vida la dedicó por completo a las letras, especialmente al cultivo de la Historia, que tuvo en don edro Elías Marcano, un verdadero apóstol incansable en su labor
histórica las horas de que podía
disponer, pues,
una veces atendía alguna Farmacia y en otras ocasiones desempeñaba algún
modesto cargo público las empleaba en hurgar en los olvidados archivos
cumaneses, en examinar viejos y carcomidos infolios, estudiar la vida de nuestros grandes hombres
Estos honrosos trabajos también los compartía con las atenciones a su honorable
hogar
Escribió
mucho en revistas y periódicos, hoy desaparecidos editó numerosos opúsculos acerca de
interesantes temas históricos, entre los cuales recordamos algunos, como “La Defensa Patriótica de Maturín”, “Biografías del Coronel Juan José Quintero y
del Coronel Ramón Pérez”, publicó trabajos sobre la fundación
de Maturín y de otros pueblos orientales Sobre los próceres de nuestra gloriosa
independencia Escribió hermosas páginas relacionadas con el Gran Mariscal de
Ayacucho el general en jefe José Francisco Bermúdez el general Domingo Montes y
tantos otros paladines orientales Miembro fundador de la “Junta de la Historia”
realizaba en dicho cuerpo las labores de Secretario y Archivero y a él se deben
los pocos números de las magníficas memorias que publicara tan útil Asociación
También estuvo don Pedro Elías Marcano en
contacto con las musas ya que escribió diversas poesías tales como un canto a
Colón dedicado a don Felipe Tejera un poema en honor de Antonio José de Sucre
con motivo de la inauguración de la estatua ecuestre que se le erigió en esta
ciudad una poética ofrenda en la muerte del brillante poeta orador y periodista
cumanés Juan Manuel González Varela La Cruz en América esta poesía del 31 de
diciembre de 1887 oda premiada en el certamen literario promovido en Ciudad
Bolívar para celebrar el Jubileo Sacerdotal de su Santidad el Papa León XIII y
muchos otros versos de clásico estilo y de hermoso numen
Amigo
de la instrucción pública tambien desempeñó cátedras en algunas ocasiones y
escribió un texto de gramática Castellana hoy desgraciadamente desaparecido
En
la ciudad de Maturín vivió largos años y allí contrajo nupcias con la señorita
Liduvina Balderrama y en su matrimonio tuvieron varios hijos
Ahora
queremos referirnos a su obra de mayor importancia y a la cual dedico especial
afecto El Consectario de la ciudad de Cumaná en la que trabajo con paciencia
benedictina con incansable tenacidad con señalado esfuerzo hasta verla
finalizada Eran los días en que se celebraban el Centenario de la batalla de
Ayacucho en diciembre de 1924 Cumana revivía sus gloriosas tradiciones su culto
por la historia y su amor con el héroe sin tacha el Bayardo Americano Antonio
José de Sucre Gobierno y pueblo corporaciones y ciudadanía se esmeraban en glorificar
al hijo máximo de nuestra legendaria tierra todos querían aportar la ofrenda al
recuerdo del inmortal paladín Don Pedro Elías Marcano trabajaba silenciosamente
en la obra de sus afanes y de sus más caros ideales se trataba del Consectario
de la ciudad de Cumaná el cual habia comenzado un ilustre sacerdote y noble
filántropo cumanés el Arcediano don Antonio Patricio de Alcalá Don Pedro lías
Marcano completó la obra y como brillante complemento escribió una serie de biografías
de importantes hijos de la ciudad del manzanares en las cuales encontramos el
dato preciso y la información oportuna acerca de tantos varones que fueron
gloria de la tierra que los vio nacer la primera edición del Consectario de la
ciudad de Cumaná se realizó en la imprentas El Heraldo de Marco Tulio Badaracco
en 1924
En
la advertencia de la primera edición nos dice don Pedro Elías Marcano lo
siguiente “Ahora bien si toda ocasión es oportuna para exhibirse cualquier trabajo ninguna como
el presente en que se festeja el centenario de la batalla de Ayacucho es más
propicia para dar a luz pública este libro una vez que reunidas en el historia
mente las familias cumanesas cual si se hubiesen dado cita para asistir en
espíritu a la edificante apoteosis Cumana toda aviva su amor patrio al
contemplar en el horizonte mortal de su vida la figura luminosa de su hijo el
Gran mariscal Antonio José de sucre que selló con hidalguía en aquel campo
épico la emancipación política de Suramérica
Tan hermosas grases revelan la íntima satisfacción que experimentaba Don
Pedro Elías Marcano al publicar el Consectario de la Ciudad de Cumaná
Hombre
de gran espíritu religioso loó vimos formar filas en las sociedades de nuestra
tierra y fue honrado con el cargo de Mayordomo de Fábrica del hermoso templo de
Santa Inés
Algunos
anos después de publicar se notable trabajo histórico se trasladó con su
familia a Ciudad Bolívar donde lo sorprendió la muerte el día 27 de diciembre
de 1930 noticia esta que fe recibida con gran pesar en el seno de la sociedad
cumanesa
El
terremoto del 17 de enero de 1929 que destruyó a Cumaná causó gran dolor a don
Pedro Elías Marcano y en carta que dirigiera a su querido amigo y compañero el Drs
José Silverio Gonzales Varela le decía que
él deseaba bañar con sus lágrimas las ruinas de su amada tierra cumanesa tal
era el amor del anciano historiador por la ciudad que lo vio nacer.
LA CUNA Y LA TUMBA DEL GRAN MARISCAL DE
AYACUCHO CUMANÁ Y QUITO.
Por Pedro Elías Marrano.
En
el actual momento cuando el Continente
se pone de pies ante la evocación heroica que levanta la proximidad del
Centenario de la Batalla de Ayacucho, cobra particular interés el siguiente
artículo.
Don
Pedro Elías Marcano es un viejo escritor
de historia Patria, admirador del Libertador y de los grandes hombres de nuestra epopeya.
Actualmente
edita en Cumaná un libro que
aparecerá en los días centenarios,
LA CUNA
Para el año 1790 habían nacido los que fueron después
Generales en Jefe de la Gran Colombia, menos el más joven que, con estruendos
heroicos y generoso comportamiento fraternal
selló la Independencia de Sur América
Por más de un siglo generalmente se
ignoró la casa en que tuvo lugar el
nacimiento de Sucre, acaecido en esta ciudad el 3 de febrero de 1795, como que
los coterráneos de su época e inmediatos antecedentes se descuidaron en hacer
del dominio público éste y otros pormenores históricos que mucha labor ha
costado en nuestros días para conocerlos y trasmitirlos a la posteridad.
En no lejana ocasión se promovieron
solicitudes a este respecto, y de todas ellas no se produjo conclusión
favorable, bien por falta de detalles que contribuyeran a dilucidar rotundamente la cuestión, o porque
de los datos obtenidos se desconfió en que saliese esclarecida la verdad. Pero revividas hoy a instancia nuestra esas
solicitudes y en posesión de los informes suministrados por parientes de Sucre y por personas ancianas, ya fenecidas como
Doña Carmen Alcalá de Vigas, Doña Trinidad Bermúdez de Berrizbeitia y Doña María Rosario Sucre de Sucre, hermana
del Mariscal, podemos congratularnos de
haber alcanzado nuestro propósito demostrándolo
con el relato que aquí dejamos consignado.
Don Vicente de
Sucre contrajo matrimonio con Doña María
Manuela Alcalá el 8 de diciembre de 1782
y desde entonces vivieron en la casa que
les pertenecía situada al pie de la colina en que se halla el Castillo de San Antonio, que llaman “La Luneta ” y en ella nacieron
sus hijos José María, Jerónimo, Vicente, Pedro, Antonio José, Francisco, Aguasanta, María Josefa y
Magdalena.
Muerta Doña María Manuela de Alcalá, en esa misma
casa, el 12 de julio de 1802, su marido Don Vicente, deseando
mudar de domicilio, la vendió al licenciado Alonso Bruzual, como lo
expresa una nota de 1804, inserta en la Instrucción Pública ,
periódico de esta capital, número 14 de fecha 16 diciembre de 1898; y luego, casado en segundas nupcias con Doña
Narcisa Marques de Alcalá en 1803, habitó la de portales que poseía cerca del
puente de la parroquia Altagracia, la cual daba hacia el río Manzanares
quedando entre las calles de la Marina y El Baño (calles de Mariño y Bermúdez)
y le fue arrebatada a la familia por soldados de Boves, cuando tomaron esta
ciudad el 16 de octubre de 1814, destinándola a Cuartel, que fortificaron con
cañones de pequeño calibre montados en sus balcones (1)
Otra casa que hoy
es de la señora Antonia Picornell de Aguirre, tuvo Don Vicente en la Calle de
san Carlos (Calle de Sucre) que cambió por la de alto en la calle de Belén
(Calle de Montes, en el barrio de Chiclana) Parte de las ruinas de esta última
existen alrededor de la vivienda de la señora Carmelita Fuentes, y en ella
vivieron su hermano Don José Manuel Sucre y su hija Aguasanta, esposa de don
José Antonio Cortegoso.
“En medio de la
guerra de independencia la casa donde nació Sucre fue destruida por las
autoridades españolas, a la par de otras en distintos puntos. Era de alto; su frente de 29 metros y 36 centímetros ,
miraba al Norte; y por consiguiente, su fondo que tenía 30 metros , se extendía
hacia el barrio de San Francisco; a su lado oriental estaba la colina del
castillo de San Antonio; y al Oeste la
plaza de Armas contigua al castillo de Santa María. En su solar, que es
propiedad del señor Ramón Bruzual, no se ha fabricado, como si esperara que
la Patria lo trasforme en sitio de venerable
recreación, para conservarlo como santuario
de gloriosos recuerdos”. (8
(1)
Este edificio vino a menos por efecto del terremoto de 1853; en su lugar
fabricó el señor Juan de La Cruz Meaño una casa, que es del señor Santos
Berrizbeitia, y cuatro cuartos que pertenecen a la sucesión del mismo Meaño.
Copiado del
Bisemanario ‘’EL DISCO’’ de Don Marco Tulio Badaracco Bermúdez .
RAMÓN
BADARACCO
LA
CASA DONDE NACIÓ
EL
GRAN MARISCAL DE AYACUCHO
Cumaná 1 de Enero de 2014.
Lcdo. Luis Marcano Barrios,
Director del Diario La Región.
Cumaná.
Distinguido
amigo, me parece prudente la publicación en su diario “La Región” de mi trabajo sobre la casa donde nació el
Mariscal, ya que nuevamente se plantea el tema que fue resuelto en 1924, por
don Pedro Elías Marcano.
No creo
necesario un debate, eso no resuelve nada; y ya se hizo la mejor investigación
en 1924; sin embargo, si se le quiere hacer una casa al Mariscal, me parece que
allí, en ese sitio de “Las Cadenas”, quedaría muy bien.
Ahora bien,
creo que nunca dejará de plantearse el problema histórico, porque siempre surgirá un majadero que
encuentre nuevas “evidencias” ya que don
Vicente procreó 29 hijos en sus dos esposas,
y otros más fuera del matrimonio; de los cuales algunos han debido nacer
en diversos sitios, pero siempre será el
Mariscal, el que cuenta.
Este trabajo
no es para polemizar con nadie, simplemente se trata de poner en el tapete la
investigación requerida y publicada; y la opinión de uno de sus familiares
cercanos. Que se hizo cuando aun podían
dar testimonio sus contemporáneos.
Humboldt nos dejó una descripción de la Cumaná de Sucre: “La ciudad
está aun medio hundida en los escombros, porque el terremoto de Quito, el
famoso de 1797, ha
destruido también a Cumaná. La ciudad está situada en un golfo, tan bello como
el de Tollón, detrás de un anfiteatro de 5 a 8000 pies de altura, rodeado de montañas
adornadas de bosques.
Todas las casas están construidas de Siena
blanco y en madera de atlas. A lo largo del riachuelo (río de Cumaná) que es
como el de Saale de Jena, se encuentran siete conventos, con plantaciones que
recuerdan verdaderos jardines ingleses.”
Esta es la visión del sabio andariego después
de la terrible hecatombe, Cumaná destruida, sin embargo, sus habitantes le
daban aquel tono del cual el sabio no
quería separarse.
Entre aquellas casas de siena blanco, cercanas
al río estaba el solar de los Sucre Alcalá,
donde nació el Mariscal Sucre, dos años antes del terremoto de
1797. Se han tejido muchas versiones
fantásticas acerca de ese hecho, que se relaciona de alguna manera con la
diáspora del padre, Don Vicente y su segunda esposa Narcisa Márquez, con la
cual procreó 17 hijos, que hieren el sentimiento de los cumaneses;
pero entre las versiones que cobran mayor crédito, hay dos cuyos fundamentos, a mi modo de ver,
surgen de crónicas publicadas en Cumaná en 1924, y cuyos autores son Don Pedro Elías Marcano y
el Dr. Miguel Aristeguieta Sucre; vamos
a ver la del primero de los nombrados:
Marcano, acucioso historiador cumanés, publicó
su investigación sobre la casa donde nació Sucre en el bisemanario Sucre No. 27
de fecha 11 de octubre de 1924, y nos
dejó datos imprescindibles para la
ubicación de la dicha casa, dice que:
“Don Vicente de Sucre contrajo matrimonio con Doña Maria Manuela
Alcalá el 8 de diciembre de 1782 y desde
entonces vivieron en la casa que les
pertenecía situada al pie de la colina en que se halla el Castillo de San Antonio, que llaman “La Luneta ” y en ella nacieron
sus hijos José María, Jerónimo, Vicente, Pedro, Antonio José, Francisco, Aguasanta, María Josefa y
Magdalena. Muerta Doña María Manuela de Alcalá, en esa misma
casa, el 12 de julio de 1802, su marido Don Vicente, deseando
mudar de domicilio, la vendió al licenciado Alonso Bruzual, como lo
expresa una nota de 1804, inserta en la Instrucción Pública ,
periódico de esta capital, número 14 de fecha 16 diciembre de 1898; y luego, Don Vicente casado en segundas
nupcias con Doña Narcisa Marques de Alcalá en 1803, habitó la de portales que
poseía cerca del puente de la parroquia Altagracia, la cual daba hacia el río
Manzanares…”
“En medio de la guerra de independencia la
casa donde nació Sucre fue destruida por las autoridades españolas, a la par de
otras en distintos puntos. Era de alto;
su frente de 29 metros
y 36 centímetros ,
miraba al Norte; y por consiguiente, su fondo que tenía 30 metros , se extendía
hacia el barrio de San Francisco; a su lado oriental estaba la colina del
castillo de San Antonio; y al Oeste la
plaza de Armas contigua al castillo de Santa María. En su solar, que es
propiedad del señor Ramón Bruzual, no se ha fabricado, como si esperara que la Patria lo trasforme en sitio de venerable
recreación, para conservarlo como
santuario de gloriosos recuerdos”.
Siguiendo a Marcano, porque concuerda
con mis propias observaciones, digo
que sin lugar a dudas, el terreno y la
casa en cuestión, donde nació el
Mariscal, linda con las murallas del
castillo o fuerte de Santa María de la Cabeza , como dice el bando, tiene ahora por su
frente la calle de la Luneta ,
que no existía como podemos ver en un
plano de la época; y por el fondo linda con el barrio de Quetepe que a la
vez da al barrio de San Francisco.
Ocupaba parte del solar que luego fue dado a la iglesia de Santa Inés
para la construcción de la casa parroquial, y era el sitio sagrado donde
nuestros padres le rendían tributo al Mariscal. Se sabe que la casa la adquirió
el licenciado Alonso Bruzual, y sus linderos y demás datos figuran en el bando
publicado por Don Vicente, tal como lo afirma el notable historiador cumanés.
A su vez el Dr. Miguel Aristeguieta
Sucre publica su versión en el bisemanario Sucre No. 43 de fecha 27 de
diciembre de 1924, y entre otras cosas, dice:
“Cuando se hicieron las primeras
gestiones con el objeto de saberse cual era la casa en que había nacido Sucre,
para conservarla como una reliquia histórica, su padre el Coronel Don Vicente
Sucre, la segunda esposa de este y sus hijos del primer matrimonio, de los
cuales era Sucre el séptimo, ya no existían. Aguasanta, María Josefa y
Magdalena, fueron mártires de la independencia; y Pedro, Vicente, Carlos y
Francisco, fecundaron con su sangre el árbol de la Libertad. Jerónimo ,
más afortunado que todos ellos, murió en Margarita después de la magna guerra
con el grado de Coronel de la
República , ganado en los campos de batalla y como siempre, al
servicio de la Patria ,
pues ejercía la
Secretaría General de Gobierno en la Isla.
Los hijos del segundo matrimonio,
únicos que sobrevivían, informaron: que
por referencias de la familia y de los ancianos de la época, sabía que su padre
habitó en sus primeras nupcias, en esta ciudad de Cumaná, tres casas de su
legítima propiedad, situadas en la parroquia Santa Inés, pero que no podían
decir con certeza en cuál de ellas había nacido Sucre.
Estas casas estaban situadas así: una
en San Francisco, por la Luneta ; otra en
la calle del Medio, hoy calle
Bolívar, cerca de la iglesia parroquial, actualmente nuestra Santa Iglesia Catedral y la tercera en la
calle de Belén, hoy Montes.
Ninguna de estas casas existe; cayeron
derrumbadas por nuestros sacudimientos sísmicos, como así mismo la que habitó
don Vicente en sus segundas nupcias, situada en la calle La Marina, hoy calle
de Bermúdez, en la parroquia Altagracia.
Además de las cuatro ya mencionadas Don
Vicente tenía otras casas, sólo se conserva una situada en la calle Larga, hoy
de Sucre, en la parroquia de Santa Inés.
Mi abuelo materno, que era el mayor de
los hijos del segundo matrimonio, así como estos y algunos ancianos de
entonces, supervivientes del tiempo heroico, se inclinaban a creer que Sucre
había nacido en la casa de la calle de Belén.
La duda está vigente, pero bajo el
punto de vista del interés histórico, y para que se conserve debidamente la
tradición, deben ponerse inscripciones conmemorativas en los lugares donde
estaban dichas casas, porque puede suceder que la buena suerte nos depare en
nuestros archivos, o bien en los de España el valioso hallazgo de un censo o de
cualquier otro documento público que venga a cuento y de luz suficiente para
esclarecer la verdad”.
En una nota al pie de la crónica, dice que la
casa de la Luneta
estaba ubicada de Sur a Norte, la primera casa de la derecha, lo que también
coincide con la casa parroquial de la iglesia de Santa Inés.
Por mi parte he escrito varias crónicas sobre
la casa donde nació Antonio José de Sucre, uno de ellos se refiere al artículo
publicado por el Dr. Miguel Aristeguieta Sucre, veamos:
Entre viejos papeles encontré unas notas del
Dr. Miguel Aristeguieta Sucre, que tal vez nunca publicó. En ellas deja constancia
detallada de las propiedades inmobiliarias de Don Vicente Sucre García y
Urbaneja, padre del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.
Refiere Don Miguel, que Don Vicente poseía en
Cumaná varias casas de las cuales las más importantes estaban en el Barrio de
San Francisco, una a lado de la
Iglesia de Santa Inés, otra en la falda del cerro San
Antonio, otra al comienzo de la calle del Medio, hoy Bolívar, además tenía
otras, una en la calle de Belén, hoy
Montes, otra frente al la al mercado
colonial hoy plaza Pichincha; otra, a la cual llama su casa de familia, que
ocupó en su segundo matrimonio, construida frente al río Manzanares, entre las
calles La Marina ,
hoy Bermúdez, y la calle del Baño, hoy Mariño. Veamos las anotaciones:
Dice el Dr. Miguel Aristeguieta Sucre: “La
calle del Medio, hoy Bolívar, era la primera de la derecha de Sur a Norte. El
solar cuya mitad se está fabricando, tiene nueve metros de frente y diez y ocho
metros de fondo. Como puede observarse era una casa pequeña que no puede
considerarse como la principal de una familia tan importante. - En la
actualidad el solar está ubicado frente a la panadería Santa Inés
La casa
de la Luneta ,
era de Oeste a Este, la primera de la derecha. El solar que dista cinco metros
de la Iglesia
de Santa Inés, que es hoy la
Catedral de la
Diócesis , tiene veintidós metros de frente por cincuenta de
fondo.
´El patriotismo se ocupa de convertirlo en un
hermosos parque o jardín, que será un bello ornato para el templo y para la
calle´.
A mi
entender esta última casa corresponde a la actual casa parroquial de Santa
Inés, que según Pedro Elías Marcano, fue vendida por Don Vicente Sucre en 1804,
esta indudablemente fue la casa principal de la familia, y lugar de nacimiento
de Antonio José, porque allí vivía Don Vicente
y Maria Manuela de Alcalá, y allí procrearon su numerosa y heroica prole
(12 hijos). También debe observarse que el jardín o parque, según dice Don
Miguel, será ornato del templo y de la calle, lo que no deja dudas en relación
con su ubicación, se refiere indudablemente a la casa parroquial de Santa Inés.
“La casa que estaba a la izquierda, arriba, al
pie del cerro San Antonio no fue nunca habitada por Don Vicente y su familia,
porque este la hizo construir, únicamente para recreo de caballeros o club de
amigos, como lo dice y explica mi hermano Pedro en nota de su soneto a la
batalla de Pichincha”.
Yo mismo estaba convencido que ese lugar, en
la colina, que aprendimos a venerar
desde niño era el solar sagrado de la casa de Don Vicente, pero estas
notas de Don Miguel, bisnieto de Don Vicente, me demuestran la confusión, cual
es que la casa solariega de los Sucre quedaba al frente, y esa construcción
alzada, en las faldas del cerro simplemente era un palacete para esparcimiento con sus amistades.
“La casa de la calle de Belén, cuyo solar está
fabricado en su mayor parte, era la tercera de la izquierda, de Sur a Norte,
partiendo de la avenida Norte de la plaza de “La Libertad ”, llamada
después de “La
Independencia ” hoy Bolívar”.
“Con su vistoso balcón que dominaba el mar
hacia Caigüire, donde en sociedad con Luis Cabello y Miguel Aristeguieta, tenía
Don Vicente un tren de pesca”, lo que demuestra que la ocupó despues de 1821,
cuando regresó a Cumaná.
Actualmente corresponden a la Plaza “Andrés
Eloy” y la calle “General Domingo Montes”. “La primera casa de la derecha,
causa confusión y de errada información, no era de Don Vicente, sino de su hijo
Gerónimo.”
De estas notas se me ocurre deducir que esta
casa fue la última que habitó Don Vicente con su mujer Narcisa Márquez Alcalá y
sus hijos, después de 1821, que pudo regresar
a Cumaná, y de acuerdo con los apuntes de Don Miguel, no la pudo
terminar.
Ramón
Badaracco.
Cronista Oficial de Cumaná.
Incluyo en este ensayo, la carta con que respondí el planteamiento
hecho por el profesor Simón López Lares en relación con este artículo que fue
publicado en el semanario “Mensajero de Oriente”.
Cumaná, 20
de agosto de 2006.
Ciudadano
Rafael Marín
Director General del Semanario “Mensajero de
Oriente”.
Cumaná..
Muy distinguido amigo:
Reciba un
saludo extensivo a todos los directivos y colaboradores de “Mensajero de
Oriente”.
Me
refiero ésta vez, al trabajo del profesor Simón López Lares, (Mensajero de
Oriente 19 al 25 de este mes) en el cual se ocupa de mis opiniones relacionadas
con otras del mismo conspicuo profesor, el cual considera equivocadas, no solo
las mías, sino la de los grandes maestros de Cumaná en esta materia, cuales
son, don Pedro Elías Marcano, Dr. Miguel Aristeguieta Sucre, y mis propias
deducciones expuestas en 15 libros sobre la historia de Cumaná; pues, me veo
obligado a aclarar sus equivocaciones por cuanto mucha gente podría
confundirse, y ya están demasiado confundidas al respecto; él parte de una
equivocación mayor, que versa sobre la ubicación del edificio de la Aduana de Cumaná para el
año de 1795, y por supuesto que desconoce los planos y la demografía de Cumaná
de todas las épocas, anteriores y
posteriores a esa fecha.
El
Edificio de la Aduana
para 1774, según plano certificado por el Hermano Nectario María, en el Archivo
de Indias, quedaba en lo que hoy ocupa el Seminario Arquidiocesano, en frente quedaba y aún queda la casa
cedida por don Vicente Sucre García y Urbaneja a don Antonio Maiz Astudillo -es
una casa que tiene mucha historia- de por medio estaba la plaza del Convento de
los Dominicos donde funcionaba el mercado de Cumaná.
En Puerto Sucre no había absolutamente nada
para esa época, como puede apreciarse en decenas de planos, que puede
escudriñar el profesor López Lares, cuando quiera, en la oficina de Catastro de
Cumaná, con los cuales está trabajando, comparando y compendiando, el Prof. Rommel Contreras, a
quien puede solicitar.
El
puerto de Cumaná era el de “Toporo”, en “la divortia acuarum” que quedaba
después del Hospital de La
Caridad. También puede visitar al Prof. Luis Germán Pérez, en
la Casa Ramos
Sucre, que le puede aclarar muchas dudas. Sería muy oportuno que viera y
estudiara las pinturas de la ciudad de Cumaná amurallada.
Humboldt
amó mucho a Cumaná: “Me voy de Cumaná cuando se acaben las maravillas”, y nos
dejó además estas visiones de la ciudad:
“Todas las casas están construidas de siena
blanco y en madera de atlas. A lo largo del riachuelo (río de Cumaná) que es
como el de Saale de Jena, se encuentran siete conventos, con plantaciones que
recuerdan verdaderos jardines ingleses.”…”…la ciudad de Cumaná propiamente
dicha, ocupa el terreno comprendido entre el castillo de San Antonio y los
pequeños ríos del Manzanares y Santa Catalina”.
Cuando
Humboldt llegó, pese al terremoto de 1797, Cumaná florecía con el mejor
gobierno que tuvo en su historia colonial. En esa época se establecieron
grandes corrientes migratorias de catalanes y canarios, la población llegó a
12.000 habitantes, sin contar a los indígenas. Altagracia era un suburbio en
pleno desarrollo. En cambio Puerto
Sucre viene a poblarse convenientemente a partir de 1916, cuando la empresa
“Cumaná & Carúpano Pier & Tranway Compani”, construye el puente de
madera, el gran Faro de Cumaná y los
edificios de la Aduana
y sus depósitos. Antes de este muelle solo existían rancherías y pesquerías de
los guaiqueríes, del mismo don Vicente Sucre, los Cabello y los Aristeguieta.
Los barcos atracaban principalmente frente al fuerte de “Santa Catherina” o de
“La Boca ”.
Existía sí, el caserío de El Salado
alrededor del viejo y arruinado templo; antes fue habitado por Indios
Guaiqueríes que fueron trasladados en 1771, para la primera urbanización
construida en Cumaná por Don Pedro de Urrutia, reconstruida por Emparan y Orbe,
en lo que es hoy la plaza Bermúdez y sus aledaños, donde estuvo la iglesia colonial de Nuestra Señora de Altagracia, que pasó a
ser la más importante de la ciudad. Todos estos detalles y esta historia, está narrada en mi novela “Las
Conjuradas” y otros libros.
No tengo ánimo de polemizar con el Prof.
López Lares, pero hay errores que se
convierten en verdades para los que adversan interesadamente todo lo que se
refiere a la historia de Cumaná con fines indefinibles. No creo que ésta sea la posición del profesor,
me imagino que no sabe la cantidad de personas y grupos en el mundo, que
estudiamos la interesantísima historia de Cumaná.. Basta señalar las
investigaciones del Fr. Nectario María,
del formidable historiador cubano Chacón y Calvo, Fr. Buenaventura de
Carrocera, Fr. José Antonio Ramos Martínez,
Pedro Elías Marcano, Marco Tulio Badaracco Bermúdez, Prof. Pablo Ojer, del polémico Dr. Juan
Manzano Manzano, del S J. Germán González Oropeza, S. J. Gómez Canedo, de Fr.
Álvaro Huerga, de Fr. Enrique Otte, y muy recientemente de
Fray Vicente Rubio y Ricardo Castillo; y en Cumaná: además de los
estudios del Dr. José Mercedes Gómez, las comisiones nombradas por el rector,
Dr. Pedro Mago H., coordinadas por el Prof. Luis German Pérez, y la Dra. Cohinta Berrio,
el Prof. Pablo Ramírez, Prof. Carlos Isaba, Dr. Arquímedes Román, Prof. Elizabeth Yabur, Dr. Luis Delfín Ponce
Ducharne, profe. Nelly Garzón, Licda. Marialina Amundarain, el Prof. Rommel
Contreras, la ing. Maria Teresa Oropeza, etc. etc., y este servidor.
En
Cumaná, nuestro Alcalde Enrique Maestre y el Dr. Pedro Mago Hermison, se han
unido y han nombrado una comisión permanente que está estudiando a Cumaná, día
a día, minuto a minuto y centímetro a centímetro, con el objeto de proponerla a
la UNESCO ,
para que sea declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad; precisamente por su
fundación y su permanencia, por haber conservado en la zona histórica la
disposición de sus calles y principales edificios, las mismas líneas que fueron
trazadas desde su fundación durante todo
el tiempo de estos 500 años de existencia:
La
dicha Comisión, acaba de publicar el Plan Integral de conservación y desarrollo
del Centro Histórico de Cumaná, y dice
en su introducción: “La
Ciudad de Cumaná, capital del Estado Sucre, como resultado de
su trayectoria histórica de casi 500 años, presenta en su estructura un
conjunto urbano con características únicas, de una gran significación histórica
(núcleo originario de la ciudad y base de su expansión urbana y asiento del
quehacer administrativo, social, cultural y económico de relevancia durante el rol que le tocó
desempeñar en función de ser la capital
de la Provincia
de Nueva Andalucía en el periodo colonial
y capital provincial en el
republicano), armonización ambiental y
adaptación humana al entorno, cultura
arquitectónica urbana con sus tipologías de sucesivas etapas
históricas, crisol cultural legado de un
sincretismo cultural multiétnico, grupos sociales signados por la
espiritualidad, sensibilidad creativa, conjugación dialéctica entre lo antiguo
y lo contemporáneo, y múltiples manifestaciones culturales de orden tradicional”.
Esto
lo dice un grupo científico que ha estudiado con documentación y técnicas, que estoy seguro no
tiene el profesor López Lares, y yo sí puedo decir, como él dice “Esto no
parece un tema de discusión…”
Pues,
en fin, no sé si el profesor ha entendido bien lo de la casa de Sucre o
simplemente reacciona alborozado por haber descubierto el documento a que nos
referimos, lo que tiene un mérito indiscutible, solo que se equivoca en cuanto
a la ubicación de la casa y sobre ese error quiere recrear su imaginación; puedo agregar que creo más en el testamento
de don Vicente y en lo que dicen don Pedro Elías Marcano y el Dr. Miguel
Aristeguieta Sucre, sobre todo en el bando publicado para la venta a don
Lorenzo Bruzual.
Entonces,
amigo Rafael, anexo el plano de 1774, y si lo consideras oportuno y
conveniente, publícalo con estas consideraciones acerca de la casa de Sucre y
de las otras curiosidades alegadas por el distinguido profesor, con el cual me
gustaría trabajar algunos temas relacionados con la ciudad y su historia, pero
si no es conmigo, también lo invito a que se integre en los grupos de trabajo
mencionados.
Sin
otro particular, su atte y ss.
Tulio Ramón
Badaracco Rivero
Para terminar esta investigación transcribo
el artículo de don Pedro Elías Marcano
LA CUNA Y LA TUMBA DEL GRAN MARISCAL DE
AYACUCHO CUMANÁ Y QUITO.
Por Pedro Elías Marcano.
En
el actual momento cuando el Continente
se pone de pies ante la evocación heroica que levanta la proximidad del
Centenario de la Batalla de Ayacucho, cobra particular interés el siguiente
artículo.
Don
Pedro Elías Marcano es un viejo escritor
de historia Patria, admirador del Libertador y de los grandes hombres de nuestra epopeya.
Actualmente
edita en Cumaná un libro que
aparecerá en los días centenarios,
LA CUNA
Para el año 1790 habían nacido los que fueron después
Generales en Jefe de la Gran Colombia, menos el más joven que, con estruendos
heroicos y generoso comportamiento fraternal
selló la Independencia de Sur América
Por más de un siglo generalmente se
ignoró la casa en que tuvo lugar el
nacimiento de Sucre, acaecido en esta ciudad el 3 de febrero de 1795, como que
los coterráneos de su época e inmediatos antecedentes se descuidaron en hacer
del dominio público éste y otros pormenores históricos que mucha labor ha
costado en nuestros días para conocerlos y trasmitirlos a la posteridad.
En no lejana ocasión se promovieron
solicitudes a este respecto, y de todas ellas no se produjo conclusión
favorable, bien por falta de detalles que contribuyeran a dilucidar rotundamente la cuestión, o porque
de los datos obtenidos se desconfió en que saliese esclarecida la verdad. Pero revividas hoy a instancia nuestra esas
solicitudes y en posesión de los informes suministrados por parientes de Sucre y por personas ancianas, ya fenecidas como
Doña Carmen Alcalá de Vigas, Doña Trinidad Bermúdez de Berrizbeitia y Doña María Rosario Sucre de Sucre, hermana
del Mariscal, podemos congratularnos de
haber alcanzado nuestro propósito demostrándolo
con el relato que aquí dejamos consignado.
Don Vicente de
Sucre contrajo matrimonio con Doña María
Manuela Alcalá el 8 de diciembre de 1782
y desde entonces vivieron en la casa que
les pertenecía situada al pie de la colina en que se halla el Castillo de San Antonio, que llaman “La Luneta ” y en ella nacieron
sus hijos José María, Jerónimo, Vicente, Pedro, Antonio José, Francisco, Aguasanta, María Josefa y
Magdalena.
Muerta Doña María Manuela de Alcalá, en esa misma
casa, el 12 de julio de 1802, su marido Don Vicente, deseando
mudar de domicilio, la vendió al licenciado Alonso Bruzual, como lo
expresa una nota de 1804, inserta en la Instrucción Pública ,
periódico de esta capital, número 14 de fecha 16 diciembre de 1898; y luego, casado en segundas nupcias con Doña
Narcisa Marques de Alcalá en 1803, habitó la de portales que poseía cerca del
puente de la parroquia Altagracia, la cual daba hacia el río Manzanares
quedando entre las calles de la Marina y El Baño (calles de Mariño y Bermúdez)
y le fue arrebatada a la familia por soldados de Boves, cuando tomaron esta
ciudad el 16 de octubre de 1814, destinándola a Cuartel, que fortificaron con
cañones de pequeño calibre montados en sus balcones (1)
Otra casa que hoy
es de la señora Antonia Picornell de Aguirre, tuvo Don Vicente en la Calle de
san Carlos (Calle de Sucre) que cambió por la de alto en la calle de Belén
(Calle de Montes, en el barrio de Chiclana) Parte de las ruinas de esta última
existen alrededor de la vivienda de la señora Carmelita Fuentes, y en ella
vivieron su hermano Don José Manuel Sucre y su hija Aguasanta, esposa de don
José Antonio Cortegoso.
“En medio de la
guerra de independencia la casa donde nació Sucre fue destruida por las
autoridades españolas, a la par de otras en distintos puntos. Era de alto; su frente de 29 metros y 36 centímetros ,
miraba al Norte; y por consiguiente, su fondo que tenía 30 metros , se extendía
hacia el barrio de San Francisco; a su lado oriental estaba la colina del
castillo de San Antonio; y al Oeste la
plaza de Armas contigua al castillo de Santa María. En su solar, que es
propiedad del señor Ramón Bruzual, no se ha fabricado, como si esperara que
la Patria lo trasforme en sitio de venerable
recreación, para conservarlo como
santuario de gloriosos recuerdos”. (8
(1)
Este edificio vino a menos por efecto del terremoto de 1853; en su lugar
fabricó el señor Juan de La Cruz Meaño una casa, que es del señor Santos
Berrizbeitia, y cuatro cuartos que pertenecen a la sucesión del mismo Meaño.
Copiado del
Bisemanario ‘’EL DISCO’’ de Don Marco Tulio Badaracco Bermúdez .
Cumaná 1 de Enero de 2014.
Lcdo. Luis Marcano Barrios,
Director del Diario La Región.
Cumaná.
Distinguido
amigo, me parece prudente la publicación en su diario “La Región” de mi trabajo sobre la casa donde nació el
Mariscal, ya que nuevamente se plantea el tema que fue resuelto en 1924, por
don Pedro Elías Marcano.
No creo
necesario un debate, eso no resuelve nada; y ya se hizo la mejor investigación
en 1924; sin embargo, si se le quiere hacer una casa al Mariscal, me parece que
allí, en ese sitio de “Las Cadenas”, quedaría muy bien.
Ahora bien, creo
que nunca dejará de plantearse el problema histórico, porque siempre surgirá un majadero que
encuentre nuevas “evidencias” ya que don
Vicente procreó 29 hijos en sus dos esposas,
y otros más fuera del matrimonio; de los cuales algunos han debido nacer
en diversos sitios, pero siempre será el
Mariscal, el que cuenta.
Este trabajo
no es para polemizar con nadie, simplemente se trata de poner en el tapete la
investigación requerida y publicada; y la opinión de uno de sus familiares
cercanos. Que se hizo cuando aun podían
dar testimonio sus contemporáneos.
Humboldt nos dejó una descripción de la Cumaná de Sucre: “La ciudad
está aun medio hundida en los escombros, porque el terremoto de Quito, el
famoso de 1797, ha
destruido también a Cumaná. La ciudad está situada en un golfo, tan bello como
el de Tollón, detrás de un anfiteatro de 5 a 8000 pies de altura, rodeado de montañas
adornadas de bosques.
Todas las casas están construidas de Siena
blanco y en madera de atlas. A lo largo del riachuelo (río de Cumaná) que es
como el de Saale de Jena, se encuentran siete conventos, con plantaciones que
recuerdan verdaderos jardines ingleses.”
Esta es la visión del sabio andariego después
de la terrible hecatombe, Cumaná destruida, sin embargo, sus habitantes le
daban aquel tono del cual el sabio no
quería separarse.
Entre aquellas casas de siena blanco, cercanas
al río estaba el solar de los Sucre Alcalá,
donde nació el Mariscal Sucre, dos años antes del terremoto de
1797. Se han tejido muchas versiones
fantásticas acerca de ese hecho, que se relaciona de alguna manera con la
diáspora del padre, Don Vicente y su segunda esposa Narcisa Márquez, con la
cual procreó 17 hijos, que hieren el sentimiento de los cumaneses;
pero entre las versiones que cobran mayor crédito, hay dos cuyos fundamentos, a mi modo de ver,
surgen de crónicas publicadas en Cumaná en 1924, y cuyos autores son Don Pedro Elías Marcano y
el Dr. Miguel Aristeguieta Sucre; vamos
a ver la del primero de los nombrados:
Marcano, acucioso historiador cumanés, publicó
su investigación sobre la casa donde nació Sucre en el bisemanario Sucre No. 27
de fecha 11 de octubre de 1924, y nos
dejó datos imprescindibles para la
ubicación de la dicha casa, dice que:
“Don Vicente de Sucre contrajo matrimonio con Doña Maria Manuela
Alcalá el 8 de diciembre de 1782 y desde
entonces vivieron en la casa que les
pertenecía situada al pie de la colina en que se halla el Castillo de San Antonio, que llaman “La Luneta ” y en ella nacieron
sus hijos José María, Jerónimo, Vicente, Pedro, Antonio José, Francisco, Aguasanta, María Josefa y
Magdalena. Muerta Doña María Manuela de Alcalá, en esa misma
casa, el 12 de julio de 1802, su marido Don Vicente, deseando
mudar de domicilio, la vendió al licenciado Alonso Bruzual, como lo
expresa una nota de 1804, inserta en la Instrucción Pública ,
periódico de esta capital, número 14 de fecha 16 diciembre de 1898; y luego, Don Vicente casado en segundas
nupcias con Doña Narcisa Marques de Alcalá en 1803, habitó la de portales que
poseía cerca del puente de la parroquia Altagracia, la cual daba hacia el río
Manzanares…”
“En medio de la guerra de independencia la
casa donde nació Sucre fue destruida por las autoridades españolas, a la par de
otras en distintos puntos. Era de alto;
su frente de 29 metros
y 36 centímetros ,
miraba al Norte; y por consiguiente, su fondo que tenía 30 metros , se extendía
hacia el barrio de San Francisco; a su lado oriental estaba la colina del
castillo de San Antonio; y al Oeste la
plaza de Armas contigua al castillo de Santa María. En su solar, que es
propiedad del señor Ramón Bruzual, no se ha fabricado, como si esperara que la Patria lo trasforme en sitio de venerable
recreación, para conservarlo como
santuario de gloriosos recuerdos”.
Siguiendo a Marcano, porque concuerda
con mis propias observaciones, digo
que sin lugar a dudas, el terreno y la
casa en cuestión, donde nació el
Mariscal, linda con las murallas del
castillo o fuerte de Santa María de la Cabeza , como dice el bando, tiene ahora por su
frente la calle de la Luneta ,
que no existía como podemos ver en un
plano de la época; y por el fondo linda con el barrio de Quetepe que a la
vez da al barrio de San Francisco.
Ocupaba parte del solar que luego fue dado a la iglesia de Santa Inés
para la construcción de la casa parroquial, y era el sitio sagrado donde
nuestros padres le rendían tributo al Mariscal. Se sabe que la casa la adquirió
el licenciado Alonso Bruzual, y sus linderos y demás datos figuran en el bando
publicado por Don Vicente, tal como lo afirma el notable historiador
cumanés.
A su vez el Dr. Miguel Aristeguieta
Sucre publica su versión en el bisemanario Sucre No. 43 de fecha 27 de
diciembre de 1924, y entre otras cosas, dice:
“Cuando se hicieron las primeras
gestiones con el objeto de saberse cual era la casa en que había nacido Sucre,
para conservarla como una reliquia histórica, su padre el Coronel Don Vicente
Sucre, la segunda esposa de este y sus hijos del primer matrimonio, de los cuales
era Sucre el séptimo, ya no existían. Aguasanta, María Josefa y Magdalena,
fueron mártires de la independencia; y Pedro, Vicente, Carlos y Francisco,
fecundaron con su sangre el árbol de la Libertad. Jerónimo ,
más afortunado que todos ellos, murió en Margarita después de la magna guerra
con el grado de Coronel de la
República , ganado en los campos de batalla y como siempre, al
servicio de la Patria ,
pues ejercía la
Secretaría General de Gobierno en la Isla.
Los hijos del segundo matrimonio,
únicos que sobrevivían, informaron: que
por referencias de la familia y de los ancianos de la época, sabía que su padre
habitó en sus primeras nupcias, en esta ciudad de Cumaná, tres casas de su
legítima propiedad, situadas en la parroquia Santa Inés, pero que no podían
decir con certeza en cuál de ellas había nacido Sucre.
Estas casas estaban situadas así: una
en San Francisco, por la Luneta ; otra en
la calle del Medio, hoy calle
Bolívar, cerca de la iglesia parroquial, actualmente nuestra Santa Iglesia Catedral y la tercera en la
calle de Belén, hoy Montes.
Ninguna de estas casas existe; cayeron
derrumbadas por nuestros sacudimientos sísmicos, como así mismo la que habitó
don Vicente en sus segundas nupcias, situada en la calle La Marina, hoy calle
de Bermúdez, en la parroquia Altagracia.
Además de las cuatro ya mencionadas Don
Vicente tenía otras casas, sólo se conserva una situada en la calle Larga, hoy
de Sucre, en la parroquia de Santa Inés.
Mi abuelo materno, que era el mayor de
los hijos del segundo matrimonio, así como estos y algunos ancianos de
entonces, supervivientes del tiempo heroico, se inclinaban a creer que Sucre
había nacido en la casa de la calle de Belén.
La duda está vigente, pero bajo el
punto de vista del interés histórico, y para que se conserve debidamente la
tradición, deben ponerse inscripciones conmemorativas en los lugares donde
estaban dichas casas, porque puede suceder que la buena suerte nos depare en
nuestros archivos, o bien en los de España el valioso hallazgo de un censo o de
cualquier otro documento público que venga a cuento y de luz suficiente para
esclarecer la verdad”.
En una nota al pie de la crónica, dice que la
casa de la Luneta
estaba ubicada de Sur a Norte, la primera casa de la derecha, lo que también
coincide con la casa parroquial de la iglesia de Santa Inés.
Por mi parte he escrito varias crónicas sobre
la casa donde nació Antonio José de Sucre, uno de ellos se refiere al artículo
publicado por el Dr. Miguel Aristeguieta Sucre, veamos:
Entre viejos papeles encontré unas notas del
Dr. Miguel Aristeguieta Sucre, que tal vez nunca publicó. En ellas deja
constancia detallada de las propiedades inmobiliarias de Don Vicente Sucre
García y Urbaneja, padre del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.
Refiere Don Miguel, que Don Vicente poseía en
Cumaná varias casas de las cuales las más importantes estaban en el Barrio de
San Francisco, una a lado de la
Iglesia de Santa Inés, otra en la falda del cerro San
Antonio, otra al comienzo de la calle del Medio, hoy Bolívar, además tenía otras,
una en la calle de Belén, hoy Montes, otra frente al la al mercado colonial hoy
plaza Pichincha; otra, a la cual llama su casa de familia, que ocupó en su
segundo matrimonio, construida frente al río Manzanares, entre las calles La Marina , hoy Bermúdez, y la
calle del Baño, hoy Mariño. Veamos las anotaciones:
Dice el Dr. Miguel Aristeguieta Sucre: “La
calle del Medio, hoy Bolívar, era la primera de la derecha de Sur a Norte. El
solar cuya mitad se está fabricando, tiene nueve metros de frente y diez y ocho
metros de fondo. Como puede observarse era una casa pequeña que no puede
considerarse como la principal de una familia tan importante. - En la
actualidad el solar está ubicado frente a la panadería Santa Inés
La casa
de la Luneta ,
era de Oeste a Este, la primera de la derecha. El solar que dista cinco metros
de la Iglesia
de Santa Inés, que es hoy la
Catedral de la
Diócesis , tiene veintidós metros de frente por cincuenta de
fondo.
´El patriotismo se ocupa de convertirlo en un
hermosos parque o jardín, que será un bello ornato para el templo y para la
calle´.
A mi
entender esta última casa corresponde a la actual casa parroquial de Santa
Inés, que según Pedro Elías Marcano, fue vendida por Don Vicente Sucre en 1804,
esta indudablemente fue la casa principal de la familia, y lugar de nacimiento
de Antonio José, porque allí vivía Don Vicente
y Maria Manuela de Alcalá, y allí procrearon su numerosa y heroica prole
(12 hijos). También debe observarse que el jardín o parque, según dice Don
Miguel, será ornato del templo y de la calle, lo que no deja dudas en relación
con su ubicación, se refiere indudablemente a la casa parroquial de Santa Inés.
“La casa que estaba a la izquierda, arriba, al
pie del cerro San Antonio no fue nunca habitada por Don Vicente y su familia,
porque este la hizo construir, únicamente para recreo de caballeros o club de
amigos, como lo dice y explica mi hermano Pedro en nota de su soneto a la
batalla de Pichincha”.
Yo mismo estaba convencido que ese lugar, en
la colina, que aprendimos a venerar
desde niño era el solar sagrado de la casa de Don Vicente, pero estas
notas de Don Miguel, bisnieto de Don Vicente, me demuestran la confusión, cual
es que la casa solariega de los Sucre quedaba al frente, y esa construcción
alzada, en las faldas del cerro simplemente era un palacete para esparcimiento con sus amistades.
“La casa de la calle de Belén, cuyo solar está
fabricado en su mayor parte, era la tercera de la izquierda, de Sur a Norte,
partiendo de la avenida Norte de la plaza de “La Libertad ”, llamada
después de “La
Independencia ” hoy Bolívar”.
“Con su vistoso balcón que dominaba el mar
hacia Caigüire, donde en sociedad con Luis Cabello y Miguel Aristeguieta, tenía
Don Vicente un tren de pesca”, lo que demuestra que la ocupó despues de 1821,
cuando regresó a Cumaná.
Actualmente corresponden a la Plaza “Andrés
Eloy” y la calle “General Domingo Montes”. “La primera casa de la derecha,
causa confusión y de errada información, no era de Don Vicente, sino de su hijo
Gerónimo.”
De estas notas se me ocurre deducir que esta
casa fue la última que habitó Don Vicente con su mujer Narcisa Márquez Alcalá y
sus hijos, después de 1821, que pudo regresar
a Cumaná, y de acuerdo con los apuntes de Don Miguel, no la pudo
terminar.
Ramón
Badaracco.
Cronista Oficial de Cumaná.
Incluyo en este ensayo, la carta con que respondí el planteamiento
hecho por el profesor Simón López Lares en relación con este artículo que fue
publicado en el semanario “Mensajero de Oriente”.
Cumaná, 20 de agosto de 2006.
Ciudadano
Rafael Marín
Director General del Semanario “Mensajero de
Oriente”.
Cumaná..
Muy distinguido amigo:
Reciba un
saludo extensivo a todos los directivos y colaboradores de “Mensajero de
Oriente”.
Me
refiero ésta vez, al trabajo del profesor Simón López Lares, (Mensajero de
Oriente 19 al 25 de este mes) en el cual se ocupa de mis opiniones relacionadas
con otras del mismo conspicuo profesor, el cual considera equivocadas, no solo
las mías, sino la de los grandes maestros de Cumaná en esta materia, cuales
son, don Pedro Elías Marcano, Dr. Miguel Aristeguieta Sucre, y mis propias
deducciones expuestas en 15 libros sobre la historia de Cumaná; pues, me veo
obligado a aclarar sus equivocaciones por cuanto mucha gente podría
confundirse, y ya están demasiado confundidas al respecto; él parte de una equivocación
mayor, que versa sobre la ubicación del edificio de la Aduana de Cumaná para el
año de 1795, y por supuesto que desconoce los planos y la demografía de Cumaná
de todas las épocas, anteriores y
posteriores a esa fecha.
El
Edificio de la Aduana
para 1774, según plano certificado por el Hermano Nectario María, en el Archivo
de Indias, quedaba en lo que hoy ocupa el Seminario Arquidiocesano, en frente quedaba y aún queda la casa
cedida por don Vicente Sucre García y Urbaneja a don Antonio Maiz Astudillo -es
una casa que tiene mucha historia- de por medio estaba la plaza del Convento de
los Dominicos donde funcionaba el mercado de Cumaná.
En Puerto Sucre no había absolutamente nada
para esa época, como puede apreciarse en decenas de planos, que puede
escudriñar el profesor López Lares, cuando quiera, en la oficina de Catastro de
Cumaná, con los cuales está trabajando, comparando y compendiando, el Prof. Rommel Contreras, a
quien puede solicitar.
El
puerto de Cumaná era el de “Toporo”, en “la divortia acuarum” que quedaba
después del Hospital de La
Caridad. También puede visitar al Prof. Luis Germán Pérez, en
la Casa Ramos
Sucre, que le puede aclarar muchas dudas. Sería muy oportuno que viera y
estudiara las pinturas de la ciudad de Cumaná amurallada.
Humboldt
amó mucho a Cumaná: “Me voy de Cumaná cuando se acaben las maravillas”, y nos
dejó además estas visiones de la ciudad:
“Todas las casas están construidas de siena
blanco y en madera de atlas. A lo largo del riachuelo (río de Cumaná) que es
como el de Saale de Jena, se encuentran siete conventos, con plantaciones que
recuerdan verdaderos jardines ingleses.”…”…la ciudad de Cumaná propiamente
dicha, ocupa el terreno comprendido entre el castillo de San Antonio y los
pequeños ríos del Manzanares y Santa Catalina”.
Cuando
Humboldt llegó, pese al terremoto de 1797, Cumaná florecía con el mejor
gobierno que tuvo en su historia colonial. En esa época se establecieron
grandes corrientes migratorias de catalanes y canarios, la población llegó a
12.000 habitantes, sin contar a los indígenas. Altagracia era un suburbio en
pleno desarrollo. En cambio Puerto
Sucre viene a poblarse convenientemente a partir de 1916, cuando la empresa
“Cumaná & Carúpano Pier & Tranway Compani”, construye el puente de
madera, el gran Faro de Cumaná y los
edificios de la Aduana
y sus depósitos. Antes de este muelle solo existían rancherías y pesquerías de
los guaiqueríes, del mismo don Vicente Sucre, los Cabello y los Aristeguieta.
Los barcos atracaban principalmente frente al fuerte de “Santa Catherina” o de
“La Boca ”.
Existía sí, el caserío de El Salado
alrededor del viejo y arruinado templo; antes fue habitado por Indios
Guaiqueríes que fueron trasladados en 1771, para la primera urbanización
construida en Cumaná por Don Pedro de Urrutia, reconstruida por Emparan y Orbe,
en lo que es hoy la plaza Bermúdez y sus aledaños, donde estuvo la iglesia colonial de Nuestra Señora de Altagracia, que pasó a
ser la más importante de la ciudad. Todos estos detalles y esta historia, está narrada en mi novela “Las
Conjuradas” y otros libros.
No tengo ánimo de polemizar con el Prof.
López Lares, pero hay errores que se
convierten en verdades para los que adversan interesadamente todo lo que se
refiere a la historia de Cumaná con fines indefinibles. No creo que ésta sea la posición del
profesor, me imagino que no sabe la cantidad de personas y grupos en el mundo,
que estudiamos la interesantísima historia de Cumaná.. Basta señalar las
investigaciones del Fr. Nectario María,
del formidable historiador cubano Chacón y Calvo, Fr. Buenaventura de
Carrocera, Fr. José Antonio Ramos Martínez, Pedro Elías Marcano, Marco Tulio Badaracco
Bermúdez, Prof. Pablo Ojer, del polémico
Dr. Juan Manzano Manzano, del S J. Germán González Oropeza, S. J. Gómez Canedo,
de Fr. Álvaro Huerga, de Fr. Enrique Otte, y muy recientemente de
Fray Vicente Rubio y Ricardo Castillo; y en Cumaná: además de los
estudios del Dr. José Mercedes Gómez, las comisiones nombradas por el rector, Dr.
Pedro Mago H., coordinadas por el Prof. Luis German Pérez, y la Dra. Cohinta Berrio,
el Prof. Pablo Ramírez, Prof. Carlos Isaba, Dr. Arquímedes Román, Prof. Elizabeth Yabur, Dr. Luis Delfín Ponce
Ducharne, profe. Nelly Garzón, Licda. Marialina Amundarain, el Prof. Rommel
Contreras, la ing. Maria Teresa Oropeza, etc. etc., y este servidor.
En
Cumaná, nuestro Alcalde Enrique Maestre y el Dr. Pedro Mago Hermison, se han
unido y han nombrado una comisión permanente que está estudiando a Cumaná, día
a día, minuto a minuto y centímetro a centímetro, con el objeto de proponerla a
la UNESCO ,
para que sea declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad; precisamente por su
fundación y su permanencia, por haber conservado en la zona histórica la
disposición de sus calles y principales edificios, las mismas líneas que fueron
trazadas desde su fundación durante todo
el tiempo de estos 500 años de existencia:
La
dicha Comisión, acaba de publicar el Plan Integral de conservación y desarrollo
del Centro Histórico de Cumaná, y dice
en su introducción: “La
Ciudad de Cumaná, capital del Estado Sucre, como resultado de
su trayectoria histórica de casi 500 años, presenta en su estructura un
conjunto urbano con características únicas, de una gran significación histórica
(núcleo originario de la ciudad y base de su expansión urbana y asiento del
quehacer administrativo, social, cultural y económico de relevancia durante el rol que le tocó
desempeñar en función de ser la capital
de la Provincia
de Nueva Andalucía en el periodo colonial
y capital provincial en el
republicano), armonización ambiental y
adaptación humana al entorno, cultura
arquitectónica urbana con sus tipologías de sucesivas etapas
históricas, crisol cultural legado de un
sincretismo cultural multiétnico, grupos sociales signados por la
espiritualidad, sensibilidad creativa, conjugación dialéctica entre lo antiguo
y lo contemporáneo, y múltiples
manifestaciones culturales de orden
tradicional”.
Esto
lo dice un grupo científico que ha estudiado con documentación y técnicas, que estoy seguro no
tiene el profesor López Lares, y yo sí puedo decir, como él dice “Esto no
parece un tema de discusión…”
Pues,
en fin, no sé si el profesor ha entendido bien lo de la casa de Sucre o
simplemente reacciona alborozado por haber descubierto el documento a que nos
referimos, lo que tiene un mérito indiscutible, solo que se equivoca en cuanto
a la ubicación de la casa y sobre ese error quiere recrear su imaginación; puedo agregar que creo más en el testamento de
don Vicente y en lo que dicen don Pedro Elías Marcano y el Dr. Miguel
Aristeguieta Sucre, sobre todo en el bando publicado para la venta a don
Lorenzo Bruzual.
Entonces,
amigo Rafael, anexo el plano de 1774, y si lo consideras oportuno y
conveniente, publícalo con estas consideraciones acerca de la casa de Sucre y
de las otras curiosidades alegadas por el distinguido profesor, con el cual me
gustaría trabajar algunos temas relacionados con la ciudad y su historia, pero
si no es conmigo, también lo invito a que se integre en los grupos de trabajo
mencionados.
Sin
otro particular, su atte y ss.
Tulio Ramón
Badaracco Rivero
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