RAMÓN
BADARACCO.
SELECCIÓN DE
POEMAS
POEMA PUBLICADO POR LA REVISTA”ORIENTE
UNIVERSITARIO” DE LA UNIVERSIDAD DE ORIENTE
EN 1964.
ESQUEMA PARA
LA
POESIA DEL HOMBRE.
I
La vi crecer
Desde su
tallo ínfimo,
Cubrir de
flores
Toda la
pradera.
Las garzas
de regreso
Me miraron
Al perderse
en el poniente
Mi estatura.
Más flores
vi
En el
virginal camino
Desde lo
alto
El relieve
de la playa
El sol
quemaba
Las espumas
nítidas
Hay algo
tuyo
En mi
pensamiento;
Elevación
del hombre
Sobre la
materia
¿!Qué
pequeña
Esta cárcel
podrida!?
Soy tan
alto como las estrellas
Y desde allí
miro las hormigas.
¡Qué testigo
más fiel,
Este yo
presente
En todas mis
intenciones!
¡Qué
hermoso este capullo,
Este aroma!
¡Que
absoluto
El vuelo de
la gaviota
II
Soy una
fibra vertical y tensa
Mi voz
sonora y antigua,
La sabiduría
brota y crece
Como agua de
manantial.
Tengo los
ojos abiertos
En todos los
nacimientos
Y aun en las
oscuridades de la noche
Cuando solo
iluminan las estrellas.
En medio de
las tinieblas
Sé lo que
dicen los siglos,
Por encima
de mis ojos
Aprendo y
presiento;
Fuera de mis
órbitas
Leo en todo
lo creado.
Estoy
dormido y mi espíritu
Se remonta
como águila
Por el
espacio infinito
Más alto que
la cumbre
De toda
montaña.
¿Materia,
solo materia?
Espíritu y
materia,
Creación,
evolución,
Infinito,
vivir, morir,
Soñar,
resucitar...
Soy una
dimensión vivo,
Una
dimensión muerto,
Eterno
porque me uno a los átomos.
Voy hacia mi
presencia
Con mi
equipaje de sueños,
Con lo bueno
y la maldad
Recogida en
todo campo.
III
Desde el
fondo de mí
Hablo a
todos los hombres;
Quiero
mostrar mi camino
Para que
transiten por él.
Soy una
palabra, una idea,
Eterno en lo
puro
Repetido
invariablemente.
No quiero
levantarme
Para ser
árbol o vereda.
Es difícil
sobresalir
Entre todos
los buenos,
Los
correctos, los íntegros.
Soy una
planta de trigo
Con sus
frutos y espigas.
Me prolongo
en la carne,
Soy la
multiplicación y la vida.
Recuero mil
siglos por mil
Y digo toda
la verdad
Que subsume
en mi aliento.
IV
Soy parte de
Dios que me ha creado
Doy
testimonio de El
Más tengo
que decirlo
Con una voz
que todos oigan
Porque soy
común
En cada
nacimiento.
El hombre es
sencillo como la luz,
Silencioso
como el pensamiento
Alto en
imitación a Cristo
Gregario
como rebaños indistintos.
Amo lo recto
y sobresalgo,
Soy
virtuoso,
Prudente,
sabio, me siguen.
Dos personas
unidas,
La
muchedumbre.
Dos personas
unidas,
El pueblo.
Los
gobernados son nuestros hijos
Y los hijos
de nuestros hijos,
Entonces
diré soy el líder,
Soy el
pueblo en mi espacio limitado
Me acatan,
entonces digo soy el rey
V
En mi
espíritu
Cobra forma
el pensamiento
Y el amor
puro.
En la brisa,
en el espacio,
Presiento tu
estancia dimanante.
En los ríos,
en la montaña
En la
claridad del cielo
En las
flores en las aves,
Naces cada
vez que amanece
En ti todo
se ha realizado.
Creador de
lo mío
Lo que se ve
desde el fondo mismo.
Toda la
luz
Que penetra en mí,
Toda la
poesía de la naturaleza,
Todo el amor
que nace y crece.
¡Eso eres TU
Señor
De los
cielos y la tierra!
Soy el
testigo orante
De todo lo
creado.
Selección de textos de Ramón Badaracco, publicados en el libro “CIEN +
20 poetas orientales”. Antología editada
por el gobierno del estado Anzoátegui, durante el gobierno del poeta Tarek
William Saab. Del Fondo editorial del Caribe, dirigido por
Fidel Flores y el Consejo
Consultivo-seleccionador: formado por el
excelso poeta Gustavo Pereira, y Freddy Hernández Álvarez, Ramón Ordaz y
Chevige Guayke.
ESQUEMA PARA LA POESIA DEL HOMBRE
I
La vi crecer
Desde su tallo ínfimo,
Cubrir de flores
Toda la pradera.
Las garzas de regreso
Me miraron
Al perderse en el poniente
Mi estatura.
Más flores vi
En el virginal camino
Desde lo alto
El relieve de la playa
El sol quemaba
Las espumas nítidas
Hay algo tuyo
En mi pensamiento;
Elevación del hombre
Sobre la materia
¿!Qué pequeña
Esta cárcel podrida!?
Soy tan alto como las estrellas
Y desde allí miro las hormigas.
¡Qué testigo más fiel,
Este yo presente
En todas mis intenciones!
¡Qué
hermoso este capullo,
Este aroma!
¡Que absoluto
El vuelo de la gaviota!
DIEZ POEMAS DE AMOR Y UN SONETO
DISPERSO.
POEMA V
Puedo rescatar
De las palabras
Tu ausencia
Y tú nombre
Y recorrer con ellos
Las cosas donde yo existo
Puedo recordar
En la noche
Tus ojos inmensos
Mirándome desorbitados
Puedo recordar
Mi propia angustia
Al sentirte lejana,
Dolorosamente lejana
Partir sin pensar en el regreso
Caminar bajo la bruma
Bajo los copos blancos
Al lado de los esqueletos
Partir de lo mío
Y de lo tuyo
Del eterno presente
Al pasado que vive
Adiós, recostada al espacio
Pegada a mis ojos
Anudada en mi garganta
Y en cada onda
Adiós besada
En mis sollozos
Buscada en mis lágrimas
Y en el eterno
Regresar de las olas.
TE TENGO PRISIONERA
En el milagro del río
El molino y el cerezo
Te sentí mi prisionera
En mis pupilas
En el cántaro rubí
Quebrado en la cintura
De la negra
En el golpe de agua tibia
Más allá de la acequia
Del parral y el nido
En el canto tempranero
De la paraulata
El vocerío y el aljibe
Y el olor a estiércol
Llegando a los corales
Te sentí mi prisionera.
Desde mi nacimiento
Te tengo prisionera
En mis pupilas
Tú sabes que fui goloso
Y en tu seno bebí
Todo lo que ahora te prolonga.
Te tengo prisionera
Bajo las uvas y almendrones,
En todo tejado
En el musgo de los rincones
En cada grito
Que pronuncia tu nombre
En cada gesto
Que te devuelve intacta.
MAHATMA GANDHY
Ni una gota de sangre
Pero tampoco lágrimas…
Caminaré hasta el Himalaya
Allí colocaré mi bandera.
En el corazón de cada hombre
Prenderé claveles
En una orgía sin nombre
Agitaré pañuelos blancos
Desde un monte de olivos
Repetiré sermones y parábolas
Pero eso si…
Ni una gota de sangre
Pero tampoco lágrimas.
Robaré un puñado de sal
Y todos podrán hacerlo
Cuando esté lista la conciencia
Y los hombres desarmados
Cuando haya multitudes quietas
En caminos sin fronteras.
Cuando una bala inocente
Haga raíces en mí
Y entregue mi cuerpo a la buena
tierra
De las cenizas surgirá un
ejército
Que enarbolará claveles
Pañuelos y palomas
Pero eso si…
Ni una gota de sangre
Pero tampoco lágrimas.
DEL LIBRO DE LAS PARABOLAS.
IV
Indagué en el pasado
de toda piedra
sus lados verticales
semejan agujas
incrustadas
en el pasado
que me grita y
dialoga conmigo.
Puedo leer las edades
todos los arcanos
gravados como una cinta
y repasarlos así
desde la previda cámbrica
dormida y somnolienta
Escuché las trompetas
De Marte
Advertí la pesadilla
Dolorosa y alucinante
Los fantasmas se sumergen
En éxtasis incomparable
Y lujuriante.
No puedo dejar de sentir
La tristeza Einsteniana
Por el hongo de fuego
Los mil millones
de años del cactus
y mi propio camino olvidado,
porque no me gusta estar
entre perros rabiosos
si no en los espacios luminosos
en la tarde y el tiempo
cuando danzan las estrellas
Selección de textos de Ramón Badaracco, publicados en el libro “NUEVA
ANTOLOGÍA DE POETAS VENEZOLANOS ( nacidos entre 1930 y 1960) del excelso poeta
y antologista venezolano JOSE ANTONIO ESCALONA ESCALONA. AÑO 2001.
FLORECERAN
ROSAS
Otra vez florecerán
Rosas en mis heridas.
En la noche pesadilla
Maldeciré luceros
En cada hombre frío
Contaré ausencias
Y en cada retoño
Buscaré mi regreso.
Ganaré a cada grano
De trigo una sonrisa pura
Mi sangre no tocará
Una sola huella
Marcharé y brindaré
En la mesa, donde una mujer
Esté buscando dolores
En el campo de batalla.
No quiero soldados
Forrados de hojalata
Que digan una oración
De perros inflamados.
Yo quiero una mujer
Con un libro en la mano
Una vela encendida
Una débil sonrisa
Que cubra mis ojos
Con un pañuelo blanco
Y otra vez florecerán
Rosas en mis heridas
LA
CONQUISTA
Tam
tam tam tam
Tam
tam tam tam
Airó
airó airó airó
El
Viejo piache nos dijo
Del
mar vendrán dioses
De
pálida faz, cual luna dolorida…
Ellos
traerán la sabiduría.
Inca
tu cruz en mi ombligo
Levanta
el nuevo altar
Apaga
el fuego de los ídolos
Esparce
las cenizas patriarcales
Escoge
las vestales vírgenes
Vierte
su sangre germinal
Santifica
en el templo del viento
Bajo
las ojivas forestales
El
advenimiento de tu Dios blanco.
Corta
en tu brazo, une tu sangre
con
mi sangre…Hermano…
mis
caciques son amos de los ríos
mares
y montañas…
Nuestra
cuna es la tierra
Nuestro
techo, las estrellas
Aprendimos
el lenguaje
del
río y del trueno
del
canto de los pájaros
del
rugido del jaguar
A
dios lo adoramos
En
el templo infinito de la noche
El
Sol la luna y las estrellas.
Tam tam tam tam
Tam tam tam tam
Airó airó airó airó
DEL LIBRO DE LAS PARABOLAS
I
La noche
Espejo de luciérnagas
Resbala en mi cuerpo
La silueta de la gaviota
Buscando mi aliento inmortal
Revives en la aurora
Anidas y te reproduces
En un átomo de claridad
En la bucólica aldea
Solo encontré parásitos
Caracolas carcomidas
Y huevos de tortugas ciclópeas
Emergí del mar
Te vi con toda lucidez
En tu tranquilidad de algas
Suspendido el ritmo
Besando los restos
Del naufragio
Ahora en la noche
Escucho voces antiguas
EN LA REVISTA DE ARMJANDO
BELLO, “TEXTOS SOBRE LA CIUDAD COMO OBSESIÓN”. Cumaná 1996.
LA FUNDACIÓN
Udla Há…
Padre del Pueblo Kaima
Caribe
Nos enseñó la doctrina.
Schy…
Luz de la mañana
Con la fuerza
irresistible
De sus ojos
Rompe los hechizos de
Nuna
Madre de la noche y las
cosechas.
Calienta la tierra
húmeda
Y nos da la erepa.
Abre nuestros ojos
Y pone música
En el pico de Turpial,
el Constructor.
Udla Há…
Padre del pueblo Kaima
Quiso castigar a Nuna
Y envió al guerrero
indomable
Ahisa Hamá
El Constructor se
enamoró de Nuna,
reina del destino y la
noche.
Nuestro padre,
justiciero,
Ordenó el castigo del
Turpial,
Lo convirtió en lucero,
Para que siempre,
Besando sus sandalias
de oro
Al paso indetenible de
las noches
Persiguiera a Nuna sin
tocarla.
Nuestro padre Udla Há
Fue tras él y perdió en la batalla
Pero su hijo Kudada, el
Valeroso
Convocó ejércitos
celestiales
Y lucha por las noches
entre tormentas
Contra el gigante
Kuamashi
Se oye el fragor del
combate
Y llega hasta el pueblo
Kaima
El llanto de las
vestales.
Udla Há regresará
victorioso
Cuando Hudada en la
batalla
Del final del tiempo
De muerte al tirano
Kuamashi
Enemigo de nuestra raza
Rey de las tinieblas
Que pueblan el espacio.
Con sus rallos
terribles
La noche se retirará
para siempre
Reinara la luz,
desaparecerá la muerte
Dinos ¡Oh venerable
enviado!
¿Eres tú Udla Há
Padre de nuestro
pueblo?
II
Tam tam tam tam
Tam tam tam tam
Airó
airó airó airó
El
Viejo piache nos dijo
Del
mar vendrán dioses
De
pálida faz, cual luna dolorida…
Ellos
traerán la sabiduría.
Inca
tu cruz en mi ombligo
Levanta
el nuevo altar
Apaga
el fuego de los ídolos
Esparce
las cenizas patriarcales
Escoge
las vestales vírgenes
Vierte
su sangre germinal
Santifica
en el templo del viento
Bajo
las ojivas forestales
El
advenimiento de tu Dios blanco.
Corta
en tu brazo, une tu sangre
con
mi sangre…Hermano…
mis
caciques son amos de los ríos
mares
y montañas…
Nuestra
cuna es la tierra
Nuestro
techo, las estrellas
Aprendimos
el lenguaje
del
río y del trueno
del
canto de los pájaros
del
rugido del jaguar
A
dios lo adoramos
En
el templo infinito de la noche
El
Sol la luna y las estrellas.
Tam tam tam tam
Tam tam tam tam
Airó airó airó air
III
Tam tam tam tam
Tam tam tam tam
Airó airó
airó
Aquella
mañana
En la orilla
incontaminada
Dos sombras
avanzan,
Una larga
cruz de hierro
Un color de
sol
Un color de
lucero
Claros lo ojos
Ronca la voz.
Los hombres de bronce
danzan
Una sibila cautiva
visiones
Y el caique
invulnerable, aguarda
Fija la mirada
Vio aparecer las velas
En el blancor impávido
El susurro trémulo
Transmutose en eco
Incomprensible y
factico.
La litúrgica voz
prendió fuego
irresistible
con la magia de la cruz
El caique de bronce
El cacique invicto
De amor sometido
Cambió por cadenas
Su trono de selvas
De horizontes infinitos
De tiempos
Loa cohorte gozosa
Huyó de la sibila
triste
Y en rito bizantino
Se dio nuevo nombre al
cacique
¡Don Alonso…!
En el nombre del padre
Y del hijo
Y del espíritu santo…
amén.
Tam tam tam tam
Tam tam tam tam
Airó airó airó
Poema publicado por Jesús Torres en el papel literario
“Angoleta” del diario La Región en 1981.
EL POETA
El poeta es pan
Es arcilla
Pluma de colibrí
Una pizca de azul
Un poco de sol
Una rendija de luz
Un poco de tiempo
Un pedazo de papel
Un creyón.
La pesada puerta
Tengo sed
Déjame estirar las piernas
Escayoladas
Déjame respirar la brisa
Sácame de este negro muro
Muéveme un poco
Para ver por el trasluz
Deja que mi amigo
Recite un poema
Deja que su manos
Peinen mis cabellos
Deja que otra mano
limpie mis heridas
y...
tengo frío
enciende más leños
cubre con mantas mi cuerpo
si...
tengo
hambre
dame un poco
llama a mi madre
déjala estar a mi lado
un minuto antes y otro después
déjame anotar el día de mi muerte
EN LA REVISTA ¨ARFADA¨ DE LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES DE
VENEZUELA.
TEXTOS RECTANGULARES
En todas las palabras
encontré yo, el mismo significado misterioso,
El recuerdo onírico que
atormenta al sabio intérprete de huesos,
Rastros de trilobites,
tortugas ciclópeas estratos calcificados.
Detrás de la conciencia
hay una explosión de átomos atrincherados.
Cuantas veces he pensado
en la guerra, y creo en ella como en un monstruo japonés que me divierte, pese
a mi resignación y lágrimas.
Indague
en el pasado de toda piedra, sus lados verticales semejan agujas incrustadas en
el pasado que conversan conmigo.
Puedo
leer en ellas las edades, todos los arcanos como en una cinta, y repasarlos
desde la previda cámbrica, dormida y somnolienta.
Escuché
las trompetas, advertí la pesadilla dúctil y alucinante.
Los
fantasmas se sumergen en éxtasis incomparable y lujuriante.
No
puedo dejar de sentir la tristeza Einsteniana por el hongo de fuego y los mil
millones de años del cactus; y en mi
propio camino olvidado; porque no me gusta estar entre perros rabiosos, sino en
los espacios luminosos, al vuelo de la tarde y el tiempo, cuando danzan las
estrellas.
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