OCTUBRE 2016
TÍTULOS
1-10-1815.
COMANDANTE JOSÉ CARLOS PEÑALOSA. JOVEN MÁRTIR DE LA EMANCIPACIÓN.
2-10-1777. GENERAL EN JEFE, FRANCISCO VICENTE PAREJO.
3-10-1912. TELARES DE CUMANÁ. DATOS DE ESTA IMPORTANTE INDUSTRIA
4-10-1811. EL IMPERIO INICIA SU
OFENSIVA ATAQUE NAVAL CONTRA CUMANÁ.
5-10-1906. GENERAL Y Dr. AQUILES ITURBE
6-10-1825. EL MARISCAL HONRA A CUMANÁ.
7-10-1834. Dr. MARCO ANTONIO
SALUZZO CASTILLA. EL GRAN ORADOR
7-10-1856. EL GENERAL VALENTIN GARCIA – EL “VALENTÍN VALIENTE”.
7-10-1834. NATALICIO DE MARCO ANTONIO SALUZO
8-10-1741.- COMBATE NAVAL EN LA CUMANÁ COLONIAL.
9-10-1773. EL
RECTOR DR. JUAN MARTÍNEZ ALEMÁN.
10-10-1835. EL ILUSTRE POETA JACINTO GUTIÉRREZ COLL.
12-10-1892.- CRISTOBAL COLÓN DESCUBRE EL NUEVO CONTINENTE
12-10-1886. SILVERIO GONZALEZ VARELA. RECTOR DEL COLEGIO NACIONAL DE CUMANÁ
12-10-1521. SE INICIA EN SANTA FE PROVINCIA DE CUMANÁ LA RESISTENCIA
INDÍGENA.
12-10-1922. MONS. DR. SIXTO SOSA OBISPO DE
CUMANA.
13-10-1869. “LA DIANA”. BISEMANARIO DE SILVERIO
GONZÁLEZ.
14-10-1815. FUSILAMIENTO DEL CORONEL JOSE RIBERO. MARTIR DE LA PATRIA.
15-10-1816.
BERMÚDEZ Y SUCRE EN OTRA BATALLA EN RIO CARIBE.
16-10-1814.
EL GENERAL EN JEFE MANUEL PIAR EN LA BATALLA DEL SALADO.-
16-10-1822. SIMÓN BOLIVAR Y MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO.
16-10-1821.
BERMÚDEZ Y LA LIBERACION DE CUMANA.
17-10-1854. MUERTE DEL CORONEL
JOSE JERÓNIMO SUCRE.
18-10-1766. TERREMOTO EN LA
PROVINCIA DE CUMANÁ.
19-10-1818.
LA IMPORTUNA DERROTA DE DOMINGO MONTES.
20-10-1880. FUNDADOR DEL DIARIO EL UNIVERSAL, DR. LUIS TEOFILO NUÑEZ
GÓMEZ.
21-10-1859. EL MAESTRO DE CUMANÁ SILVERIO GONZALEZ VARELA.
21-10-1766. TERRIBLE TERREMOTO EN CUMANÁ
22-10-1954.-Dr. JOSÉ
SALAZAR DOMINGUEZ. PRESIDENTE DEL ESTADO SUCRE
23-10-1903. MUERE EN CARÚPANO FRAY JOSÉ ANTONIO RAMOS
MARTÍNEZ.
24-10-1825. EL
PERIODISMO EN CUMANA. DETALLES SOBRE EL MÁS ANTIGUO
25-10-1773.- NATALICIO DE DON DIEGO DE VALLENILLA.
26-10-1667- EL CAPITAN GENERAL Don JUAN BRAVO DE ACUÑA.
27–10-1824.- EL COLEGIO NACIONAL DE CUMANÁ
27-10-1830. EL ILUSTRE POETA
VICENTE CORONADO.
28-10-1769. NATALICIO DE SIMÓN RODRÍGUEZ, MAESTRO DEL LIBERTADOR
28-10-1890. EL MONUMENTO A SUCRE
EN CUMANA.
29-10-1854.-
EL GRAN MÚSICO SALVADOR LLAMOZAS.
30-10-1784
DR. JOSE GRAÜ MACHADO.
31-10-1520. PROCESO DE
RESISTENCIA INDÍGENA.
LOS DÍAS HISTÓRICOS
1-10-1815.
COMANDANTE JOSÉ CARLOS PEÑALOSA. JOVEN MARTIR DE LA EMANCIPACIÓN.
En 1815 el General
Pablo Morillo cumpliendo su objetivo de pacificar al Virreinato de la Nueva
Granada con fuerzas superiores y logró
gobernarlo dictatorialmente pero por poco tiempo El pacificador se hizo llamar y al parecer
nadie se atrevía a retarlo sin embargo
el joven guerrero José Carlos Peñalosa al
frente de una guerrilla en fecha como esta derrota una avanzada de ese ejército invencible en la épica batalla de ”Juan de Solo”.
En ese año,
se destacó este heroico paladín al lado de Domingo Montes, Jesús Barreto, José
Ribero, Manuel Inocencio Villarroel, etc. Las
hazañas de estos líderes llenaron las páginas de la historia del año 15
de toda Venezuela y en esas victorias sonó su nombre Ellos señalaron el camino
de la victoria.
El acucioso
historiador Dr. Bartolomé Tavera Acosta sigue sus pasos y lo nombra tras la
derrota de Piar en la batalla del Salado, cuando dice que “Tras la completa
derrota de El Salado, el jefe patriota con José Francisco Azcue, José Rivero,
José Carlos Peñaloza, Carlos Núñez, Juan José Quintero sus hermanos, y otros oficiales más, se
dirigen a Margarita, de donde pasa a Carúpano, convertido en refugio de los
patriotas y en efecto lfue la indomable ciudad guerrera.
Quedo a
cargo de la Plaza el coronel José Rivero con el carácter de Jefe Militar de la
Plaza, y con él los hermanos Quintero,
con una escasa guarnición mientras el
General Manuel Piar con su Estado Mayor
y sus guerreros siguen persiguiendo a los reales en las poblaciones de la península pariana.
Vuelve a
citarlo Tavera Acosta, cuando dice que “Con La salida de los principales jefes
patriotas, quedan las ciudades y pueblos del Oriente de Venezuela en poder de
los realistas al mando de Morales, desde principios de enero de 1815, solo
permanecen tremolando las banderas de la libertad en esas regiones José Francisco Bermúdez Carlos Peñaloza, José Rivero, y Juan Carlos
Fouchet, y en las montañas de Yaguaraparo e Irapa, Manuel Inocencio Villarroel, con los Centeno,
Quintero, Mejía, José Antonio Vívenes, en las ásperas serranías vecinas al
extenso valle de Cumanacoa; y los Monagas, Zaraza, Infante, los Barreto, los
Rojas, Lucas Carvajal, los Blanco, los Hernández, Carlos Padrón, Manuel Vicente
Parejo, los Sotillo, Barroso, y cien
más, que no se someten tampoco y continúan en las llanuras orientales alentados
por el ideal de independencia patria. Así mismo Sedeño en las regiones
orinoqueñas y Páez en el Alto Apure.
Contrayéndonos
a quienes quedan en la provincia cumanesa, cabe decir que Manuel Inocencio
Villarroel, Peñalosa y sus demás compañeros combaten en san Fernando el 26 de
agosto de ese año; en la Acequia, el 28; en Cumaná, el 2 de setiembre; en
Guaipía, el 5 y en Aricagua el 15. En el mismo mes de agosto, los patriotas
comandados por José Carlos Peñaloza, toman la población de Guiria, en tanto que
otros se adueñan de Maturín, aunque transitoriamente.
Los
españoles estaban cansados de tal suerte que Morillo le escribía al Rey, que peleaban dos y tres veces a la
semana; que los derrotaban en un sitio y volvían otra vez sin descanso.
Al fin Peñalosa fue
apresado, y, en el mismo mes y en la misma plaza en que sacrificaron al
benemérito Coronel José Ribero, pasaron también por las armas a su valeroso
compañero el Comandante José Carlos Peñalosa, nacido en Cumaná el 3 de noviembre
de 1793, cuyos padres fueron Juan de
Dios Peñalosa, portugués, e Inés María López de Arjona. Mandáronle que se
arrodillase, y sereno, apaciblemente obedeció, apartando antes, con sus propias
manos amarradas con duras cuerdas, los abrojos que cubrían el suelo, y, alta la
frente, con ánimo gritó ¡Viva La Patria!.., antes de recibir la descarga mortal.
2-10-1777. GENERAL EN JEFE, FRANCISCO VICENTE PAREJO.
Nace en esta
fecha en Cumaná el General en Jefe
Francisco Vicente Parejo, destacado soldado de la guerra de independencia. Dice
en el Consectario de la Ciudad de Cumaná que “La familia Parejo de Cumaná cuyo
progenitor fue el Capitán Alonso Parejo casado con doña Juana Rengel no dejó de
ser extensa A ella pertenecía don Miguel José Parejo esposo de doña Juana
Serpas Vetancourt los cuales fueron los
padres los cuales fueron los padres del Prócer de la Independencia General en
Jefe Francisco Vicente Parejo que nació en Cumana el 2 de octubre de 1777 se
casó en primeras nupcias con la señorita Guevara (familia del arzobispo Guevara
y Vasconcelos) y en segundas nupcias Con Clatab Tersa Blasco Freites que nació en Cumaná El General Parejo murió
el 24 de julio de 1864 en Caracas donde
residió por muchos anos
De familia
distinguida entró muy joven a la carrera militar, en 1810, a los 33 años,
figura en las filas patriotas con el grado de capitán. Participó bajo el mando del General Francisco
González Moreno, en la expedición de Guayana. En 1813 se incorpora al grupo de
los 45 de Mariño y hace toda la campaña libertadora de la Provincia de Cumaná.
Eh 1814
participó bajo las órdenes de Piar en la batalla del Salado. Se destacó siempre bajo el mando de Mariño,
José Félix Ribas, Sedeño, Monagas, Urdaneta, Mac Gregor, y sobre todo con
Bermúdez, en la Diversión sobre Caracas, epopeya que aún espera el lápiz y el
pincel que la eternicen: Estuvo en los principales combates de Bermúdez: El
Calvario, las Cocuizas, la Laja, el Rodeo y Santa Lucía; y luego con Bolívar,
en el Estado Mayor del ejército Libertador.
Después de la
independencia, Como ciudadano esclarecido, por su ilustración, ocupó las
gobernaciones de Margarita y Barcelona.
Fue un guerrero
patriota ejemplar, que repasó todos los empleos del ejército y recibió como
premio todas las condecoraciones y homenajes, hasta el máximo grado del
ejército. Para eternizarse solo espera
el bronce. Una calle del barrio de San Francisco nos lo recuerda siempre.
3-10-1912. TELARES DE CUMANÁ. DATOS DE ESTA IMPORTANTE INDUSTRIA
En este día de júbilo en la ciudad se escuchó el primer silbato previo a
la Inauguración de los Telares de Cumaná, que se empezaron a construir en marzo
de 1911, y si tardaba la instalación de las maquinarias, se perdía mucho dinero
porque los ingenieros alemanes no pudieron venir a cumplir con el contrato de
instalación de las maquinarias, y los propietarios estaban desesperados,
buscando personal capacitado para tamaña empresa; pero veamos en la anécdota
como se resolvió el problema, y el
personaje de esta ciudad prodigiosa.
Cuando iban a instalar los
telares de Cumaná, los ingenieros alemanes no pudieron venir por causa
fortuitas, los dueños del proyecto, los directivos y accionistas no encontraban
como resolver el tremendo problema; entones, el Presidente de la firma, Sr. Francisco
Braschi, y el gerente Tomás Llamosas,
inducidos por don Eulogio González Maneiro, Jefe de Almacenes, llamaron al
empírico Ezequiel Freytes, famoso personaje de la picaresca cumanesa, mecánico
intuitivo, que decía que no habia mecanismo que él no pudiese reparar,
entonces lo presentaron a la Junta
Directiva, hablaron, él les dijo que tal vez podía hacerlo; le entregaron los
planos, nadie creía que pudiera hacerlo, pero era la única esperanza.
Ezequiel se encerró en la oficina, y al otro día dijo: “Si puedo”. Puso sus
condiciones, se las aceptaron, no les quedaba otro remedio, estuvo trabajando
con dos ayudantes de su confianza durante 30 días, y al terminar llamó a los
gerentes y les dijo. Aprieten ese botón y todo comenzará a marchar, desde ese momento
fue el único mecánico que tocó aquella maquinaria maravillosa. Lo mismo pasó y
lo hizo con el reloj de Santa Inés después del terremoto de 1929.
Nadie conoció a
Ezequiel como Ramón David León, veamos el perfil que escribe sobre el personaje
en su obra “La Cumaná Eterna”:
“Hay en aquel remoto ambiente cumanés
otra personalidad que por lo que ahondó en mi afecto la llevo impresa en todo
lo fraterno de mi sensibilidad: Ezequiel Freytes, compañero de correerías
campestres, camarada insustituible de expediciones cinegéticas, asociado
insoslayable en aventuras extramuros… Pocos talentos prácticos ni tan
ingeniosos como el suyo. Fino, más bien alto sutilísimo y ágil; morenizado como
estaba por el tremendo sol de la intemperie cumanesa, parecía un árabe. Estaba
dotado de inmensa vocación para las artes mecánicas. No había en Cumaná máquina
de coser, molino de triturar maíz o café, ni lámpara o aparato deficiente que
no le encomendasen su reparación. Mi madre le tenía, por su hermandad conmigo,
gran simpatía. Con una vara de tubo de
media pulgada, cierto resorte que él mismo fabricaba y una culata de madera que
igualmente salía flamante de sus hábiles manos, construía algo muy parecido a
un fusil que denominaba “mausin”. De que el artefacto llenaba a cabalidad su
misión lo testificaban los conejos, pollos, gallinas y chivos descarriados que
le ofrecían blanco a estratégica y clandestina distancia… Siempre contaba con
la casa fresca en su vivienda, allá en la calle de La Ermita. Es decir, siempre
disponía de cuartos de chivo que clasificaba como “venado”, de “patos de laguna
bordoneros” que fueron incautos plumíferos de corral sorprendidos lejos de
alojamientos más o menos domésticos. Pero, si nos ateníamos a las contundentes
exhibiciones de pieles y plumas que el cazador mostraba con gesto displicente,
todas esas piezas eran genuinas…
Sonriente, cordial y risueño, ágil de imaginación, con voluntad siempre
dispuesta, Ezequiel Freites estaba también siempre presto a hacer un servicio,
a ser útil. Entre los dos mediaba una camaradería de esas que solo se cancelan
con la muerte.
4-10-1811. EL
IMPERIO INICIA SU OFENSIVA ATAQUE NAVAL CONTRA CUMANÁ.
Siendo Presidente del Poder Ejecutivo el General en
Jefe Don Vicente de Sucre y García Urbaneja, Padre de la Emancipación de la
Provincia de Cumaná, la ciudad fue atacada por la armada española bajo el
mando del coronel don Lorenzo Fernández de La Hoz, que venía de Barcelona, derrotado por el
capitán de navío José Antonio Freites de Guevara.
Este suceso, del cual tenemos muy poca información, acaeció siendo Don Lorenzo, jefe del gobierno
provincial en Barcelona, ya separada de la Provincia de Cumaná desde el 27 de
Abril de 1810; sintiéndose suficientemente poderoso como para intentar someter a
Cumaná, opta por invadirla con una poderosa escuadra a su mando. Se posesiona
del mar frente a sus costas y acomete, sobre todo a las embarcaciones de
pescadores y navíos de cabotaje, dominando las aguas territoriales de la
provincia en las cuales permanece 22 días,
destruyendo además los barcos que de trasporte que comerciaban con la
ciudad.
Don Vicente
destacó entonces contra él, por tierra y por mar, con refuerzos de
Margarita, un ejército poderoso de Cumaná y su marina de guerra, bajo el mando
del intrépido marino y conductor de tropas, Coronel Manuel de Villapol, que
obtuvo una contundente victoria.
A ese evento se refiere Don
Vicente Sucre y García, cuando responde la demanda de rendición de Don Joaquín
de Puelles.
El Coronel Lorenzo Fernández
de León, vecino de Cumaná, casado con la cumanesa María Sotillo de La Hoz, tenía el grado de Teniente Coronel y
era Sargento Mayor de la plaza de
Cumaná. Había despachado como Intendente de la provincia, en agosto y
septiembre de 1809; participó entre los patriotas, en los sucesos del 19 de
abril de 1810, en Caracas; pero se le tuvo como desafecto a la Junta Suprema
allí creada aquel día. Después de perdida la primera República, fue propuesto
en el Ayuntamiento de Cumaná, para ejercer el poder en lo militar, pero
temiendo los representantes del pueblo que fuese a ejercer venganza por lo que
había sufrido en diferentes oportunidades, por causa de los patriotas;
exigieron los cumaneses ante el Ayuntamiento, que no se le diese mando en la
provincia cuando pudieron hacerlo y las circunstancias lo permitieron; y eso
acaeció cuando aceptaron someterse
nuevamente al dominio español en 1812; sin embargo poco se logró y don Lorenzo
fue elevado a la jefatura de la provincia de Barcelona.
En 1813 esta al frente de un ejército que
acude a Maturín se une primero a Zuazola
y después al propio Monteverde, atacando
a los patriotas de Piar, Azcue y Sucre, y es totalmente derrotado; y vuelve con
Monteverde y es nuevamente derrotado.
Lorenzo Fernández de León,
fue mimado por el Imperio, pero tuvo muy mala suerte con los patriotas, siempre
fue derrotado.
5-10-1906. GENERAL Y Dr. AQUILES ITURBE.
Presidente del Gran Estado Bermúdez, Capital Cumaná, nombrado siendo
presidente de la República el General Cipriano Castro, sucedió en el mando al
General Andrés Aurelio Betancourt, del gran Estado Bermúdez, que comprendía el
territorio de los estados de Oriente: Anzoátegui, Monagas y Sucre. Gobernó
en el período de 1906 a 1908, permaneció en Cumaná un tiempo más, pero
su familia y en especial su hijo el Ing. Aquiles Iturbe, se casó en Cumaná con
Ernestina Fuentes, hija de don Manuel Fuentes, y ejerció no solamente su
profesión, sino que mantuvo exitosamente la empresa de electricidad creada por
su padre; y, también fue un formidable
profesor de matemáticas del Liceo Antonio José de Sucre, en cuya escuela se
forjaron muchos ingenieros famosos.
El Dr. Aquiles Iturbe, progresista Presidente llegó a nuestra ciudad
precedido de fama bien lograda en sus luchas políticas revolucionarias, y, se
ganó el aprecio de nuestro pueblo por su empeño progresista, humanitario y sus
ejecutorias. Por ejemplo en que lo recordamos, decretó y ejecutó la
construcción de las aceras de las principales calles de Cumaná; a él, a su
empeño por ver la ciudad tan luminosa como la llamó el poeta Tin Fernández,
se le
debe la primera planta de luz eléctrica y la iluminación por ese medio
del centro de la ciudad.
El Dr. Iturbe se despidió de Cumaná el 25 de enero de 1908, el periódico
“La Constitución” de Federico Madriz
Otero, dice: “Por holandés, procedente
de Carúpano, partió para la capital de la República el señor doctor Aquiles
Iturbe acompañado de su honorable familia.
Lleva el Dr. Iturbe la satisfacción de haber cumplido a cabalidad los
deberes que hubo contraído con los pueblos del Estado durante el tiempo que
ejerció la Primera Magistratura Regional y de haber conquistado por ello el
buen concepto público.
La apreciable familia del Dr. Iturbe
captóse las generales simpatías, y deja gratos e inolvidables recuerdos
en el seno de esta sociedad que le distinguió, cual merecía, con elevadas
demostraciones de estimación y de respeto”.
Federico Madriz, dice también de este gobernante: “Digno es de todas
nuestras consideraciones no solo como elemento principal en la política Restauradora cuyos grandes
ideales sustenta con entusiasmo y legítimo orgullo, sí que también, como persona
de levantados quilates sociales, que ha conquistado gratas simpatías en esta
tierra donde ocupa un puesto de altos y honrosos merecimientos y deja recuerdos
imperecederos de su franca amistad.
Todavía es mayor nuestro
acendrado cariño y estimación; porque como Magistrado acató y trilló la senda de la ley durante el
período en que dirigió los destinos de este importante Estado y como ciudadano,
respetó todos los fueros sociales satisfaciendo con su fina y exquisita
educación todas las solicitudes que le fueron encomendadas.
Y don Federico no era fácil de soltar prendas.
6-10-1825. EL MARISCAL HONRA A CUMANÁ.
En esta
fecha el General en Jefe Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho, dona
a la ciudad de Cumaná, con una emocionada epístola, la guirnalda de oro y la pluma con que la
municipalidad y el pueblo de Cochabamba,
premiaron al fundador de la República de
Bolivia, que dice:
A la muy
ilustre municipalidad de Cumaná, etc..
En medio de
los favores que la fortuna ha querido dispensarme en la guerra al sur de
Colombia y la del Perú, jamás he tenido sentimientos más agradables que los
recuerdos de la tierra de mi nacimiento. Yo no decidiré cual objeto me ha
estimulado más en mis trabajos militares, si el patriotismo, la gloria o el
anhelo de buscar la paz con la esperanza de que ella me restituya donde mis
amigos de la infancia. Puedo sí asegurar que Cumaná nunca se separó de mi
corazón.
Después que una espléndida victoria
llenó en el Perú los votos del ejército Libertador, con cuyo mando he sido
honrado, fue un sagrado deber presentar memorias de amor y respeto a la
república; nuestros trofeos están remitidos al gobierno supremo, y satisfecha
esta agradable obligación, vuelvo los ojos a mi país para cumplirlo también.
Pongo pues, en manos de V. S. M. I. una corona de oro que me regaló Cochabamba
al entrar en aquella ciudad, la cual no tiene otro valor, que ser el sencillo
presente de un pueblo entusiasta por la causa de América, y destinada a un
cumanés que ha venido a obtenerla combatiendo constantemente por la libertad bajo
las armas de Colombia, a dos mil leguas de su Patria.
El Colegio de
Cochabamba me obsequió una pluma de oro para que mis hijos escribiesen las
glorias de Ayacucho, yo la destino con mucho más placer a que con una pluma de
oro del Potosí escriban mis paisanos las páginas brillantes que caben a Cumaná
en la historia de la Revolución, y los sacrificios heroicos de un pueblo
generoso en la guerra de la Independencia.
Dígnese V. S.
M. I. aceptar la distinguida consideración con que soy de V. S.- M. I. atento humilde
servidor.
Antonio José de Sucre
Recopilada por don Vicente Lecuna.
7-10-1834. Dr. MARCO ANTONIO
SALUZZO CASTILLA.
EL GRAN ORADOR
Nace en Cumaná este poeta extraordinario, hijo
de don Agustín Saluzzo y doña Crispina Castilla. Dejo muchas obras escritas
entre ellas “Estudio sumario acerca de la literatura Hebraica”. “Los tres
máximos oradores griegos. Fue miembro fundador de las Academias Venezolanas de
la Lengua y de la Historia. Su talento se hizo sentir en Caracas, sobre todo en
sus discursos que rebosaron sabiduría. .
Miembro
fundador de la Academia Nacional de la Historia. Considerado como el más alto orador Cumanés
de todos los tiempos, que es decir bastante porque fueron muchos lo cumaneses
que se destacaron en este arte: veamos algunos nombres: Andrés Eloy Blanco, Estanislao
Rendón, José Silverio González, Jesús María Morales, Mauricio Berrizbeitia,
Pedro José Rojas, Claudio Bruzual Serra, José Fernando Núñez, José Vitorio
Guevara, Manuel Antonio Martínez, Pbro. Federico V. Mendoza, Jesús María
Espíndola, Domingo y Marco Tulio Badaracco Bermúdez, Arturo Guevara, Rafael
Bruzual López, Eliso Silva Díaz, Juan Miguel Alarcón,
Nació este hijo ilustre de Cumaná, el siete de octubre de 1834. Fueron sus
padres don Agustín Saluzzo y doña Crispina Castiya de Saluzzo.
Se unió en él, el talento, la educación, la sabiduría y la modestia. Brilló
como orador y se le tiene entre los mejores de Venezuela. Dejó a su muerte una
producción literaria abundante y selecta: Las Mesenianas, Esbozos y Versiones,
Estudio sumarios acerca de la literatura Hebraica, Los tres máximos oradores
griegos. Tradujo del francés el drama de Copée titulado Severo Torrell””.
Alberto Sanabria dice de
él, que su vida fue ejemplar, aureolada de cristianas virtudes, paradigma de
caballero y de íntegro y patriota. Lo llama hijo espiritual de Grecia, dice,
uniose en él, el talento a la educación, el saber a la. Su gentil hombría lo
perfila como un tipo de selección, digno de haber frecuentado el Partenón y los
jardines de Academo.
Dedicó lo mejor de su existencia
a la noble carrera de las letras. Romántico por naturaleza y por la época en
que le toco actuar, dejó a su muerte una producción abundante y selecta:
Dice Sanabria, Las
Mesenianas, que en Francia tuvieron por cultor a Casimiro Delavigne, y en Venezuela
al gran escritor don Juan Vicente González, llenan uno de los más hermosos
aspectos de su obra lírica. Entre sus principales obras, mencionaremos algunas
que no son conocidas, como “Esbozos y Versiones”, Estudio Sumario acerca de la
literatura Hebraica, Los Tres Máximos Oradores Griegos”. Tradujo del francés el
drama de Copeé titulado “Severo Torrell”,
Ocupó importantes
destinos en la administración pública nacional: Ministro de Relaciones
Exteriores, Embajador en España. Miembro fundador de las Academias de la Lengua
y de la Historia. Una escuela de Cumaná horna su nombre.
Cumaná le debe el bronce
que lo eternice y cante sus hazañas.
7-10-1856. EL GENERAL VALENTIN GARCIA – EL “VALENTÍN VALIENTE”.
En esta
fecha murió en Cumaná el General de Brigada Valentín García, de los nobles
Guaiqueríes de la parroquia Altagracia,
llamado por el Libertador
“Valentín Valiente”; desempeñaba el cargo de Comandante de Armas de
Cumaná.
Don Alberto
Sanabria nos trae un perfil del
“Valiente entre los Valientes”,
capitanes venezolanos de la independencia, dice:
“Descendiente
de la luchadora raza Guaiqueri, llamada
noble y leal por el destacado Monarca español, era el ilustre prócer de nuestra independencia General Valentín
García. Nació el General Valentín García en la ciudad de Cumaná, y según
tradición, en la historiada parroquia de Altagracia. En los primeros años de la
guerra emancipadora, comienza sus servicios militares, pues ya se le nombra en
1813. En numerosas campañas demostró
Valentín García su valor, sirviendo
al lado de ilustres militares, en largas
y difíciles jornadas. En los gloriosos campos
de El Juncal, San Félix, Boyacá
Bomboná, y muchos otros sitios
luchó denodadamente el inmortal
Guaiqueri.
“Episodio
interesante en la vida del general Valentín García, fue aquel ocurrido en la Quebrada de Semen, cuando en momento
conflictivo, salva la vida del Libertador, quién pregunta al humilde cumanés, como se llama, respondiéndole que su nombre era Valentín García, y entonces el Padre de la Patria, con su
prodigioso talento y natural nobleza, le dice, desde hoy te
llamarás Valentín Valiente. Este hermoso
y emocionado episodio debe
destacarse en las brillantes
páginas de la Venezuela Heroica, que
forjó la Independencia y creó nuestra
nacionalidad”.
Como podemos apreciar, este
soldado ejemplar se inicia desde muy temprano en la guerra de independencia, al
lado del general Mariño, Bermúdez y Sucre, hace la campaña libertadora de 1813,
y la campaña del centro de 1814, luego está entre los defensores de Cartagena
en 1815. Luego combate en Los Frailes, El Salado, Urica, Juangriego, Carúpano, Ocumare, Los Aguacates,
en la Retirada de los Seiscientos, y en
“El Juncal”; incansable hace las campañas de Guayana, Centro, Apure y
Nueva Granada. Se destacó aún más en las batallas de “Boyacá y Bomboná”.
Sucre
conoció muy de cerca a este soldado ejemplar
y por su intermedio fue enviado a
Cuba, en 1821, para conocer y coadyuvar en su liberación. Regresa a Cumaná después de cumplir
la misión encomendada. Estando en La Habana publicó un poema al “Gua” que mi
padre Marco Tulio Badaracco publicó en su antología de poetas cumaneses “Fuego
de Blanca Luz.
En 1854, aun en
servicio, derrota el alzamiento del general Juan Bautista Rodríguez, Jefe de
operaciones de Aragua. La muerte lo
sorprende cuando ejercía como Comandante de Armas de Cumaná, durante la
dinastía de los Monagas.
8-10-1741.- COMBATE NAVAL EN LA CUMANÁ COLONIAL.
Tenemos una
simple información del suceso, sin mayores detalles, sin análisis ni planos,
víctimas, nada, ni de las consecuencias, en la obra de Fray José Antonio Ramos
Martínez; hecho heroico ocurrido, sin lugar a dudas, en el fuerte de Santa Catherina recién
concluido, ya que Don Carlos de Sucre, lo había dejado casi terminado y
equipado; el cual estaba ubicado en la boca principal del río Cumaná o
Chiribichií, donde lo visitó el barón
Alejandro de Humboldt, cuando llegó a Cumaná el 16 de julio de 1799, y el cual
fue concluido siendo Capitán General de la provincia de Nueva Andalucía, don
GREGORIO ESPINOZA DE LOS MONTEROS, en 1741,
y ya estaba en servicio cuando se produjo el ataque corsario.
Don
Gregorio vino a reemplazar al coronel
don Carlos de Sucre, Marqués de Preux, que ya había cumplido su quinquenio, y
ya estaba en Cumaná cuando se produjo el ataque
que le sirvió para probar la eficacia de su obra.
Don Gregorio, marqués de Monte
Olivar, Brigadier del Imperio, natural de Granada, España, fue nombrado por Felipe V, en Buenretiro el
29 de diciembre de 1739, Gobernador y Capitán General de la Nueva Andalucía
(Cumaná y Cumanagotos) con Guayana y El Dorado, en remplazo del coronel don
Carlos de Sucre que, como dije, había
cumplido su quinquenio.
Don Gregorio
gobernó hasta 1741; llegó a Cumaná,
acompañado de su esposa doña Ana de Cubas y Palacios, quien al mes de estar en
la ciudad parió a su hija María Ignacia,
de la que fue padrino el Vicario Superintendente Dr. Tomás de Sifontes
Valdivieso. Acompañáronolo también tres
hijos de su primer matrimonio llamados: Félix, Gerardo y Luciana. Este bautizo
fue un hecho memorable en la bucólica ciudad de aquel río Chiribichií que tanta fama daba a la
Primogénita de América, de tal suerte que lo llamaron como el río de Madrid,
Manzanares, y así se quedó hasta nuestros días
En realidad,
como nos dice el padre José Antonio Ramos Martínez, gran maestro de los
cronistas de Cumaná: que le tocó a este gobernador terminar de construir el
fuerte de Santa Catherina en la desembocadura del río Cumaná, o Chiribichií, la
última luenga, nombre Kaima, como dice
el padre Las Casas (Tomo I, pág. 81 de sus Obras Completas. “Historia de Las Indias), para lo cual
encomendó los trabajos de ingeniería a
su hijo Don Félix Espinoza de los Monteros, al cual, poco después le tocó defenderlo heroicamente
del ataque pirata, mencionado, de una
fuerza, formada por una navío bien artillado,
y una balandra de banderas inglesas, que intentaron tomar la ciudad; y
en una acción heroica, comandada por el prenombrado hijo del gobernador, el 1°
de octubre de ese año, después de cuatro horas de combate, obtuvieron una
victoria esplendida. Lamentablemente, como hemos dicho, no hemos encontrado los
detalles de este evento.
Los
cumaneses derrotaron una vez más, a los piratas y pusieron en fuga a los
legendarios dueños del mar, los ingleses.
En esta
acción, fue como la primera intentona de los ingleses en 1569, cuando fueron
desalojados por Fernández de Serpa; y como en otras que intentaron tomar por la
fuerza la ciudad, probó el pueblo de Cumaná, la fortaleza y destreza de sus
fuerzas regulares y sus milicias, siempre prestas; y su capacidad para disuadir a los invasores.
Es oportuno
recordar los ataques de los holandeses y de otros piratas que también atacaron la ciudad: 1595, Walter Raleigh y Amias
Preston, que al igual de Barker y Hawkins, los franceses en 1654, que
destruyeron el antiguo pueblo de la Nueva Córdoba y asesinaron a sus menguados
habitantes; y los ingleses en 1669, y otros más, que intentaron tomarla y no pudieron, aunque llenaron sus
barcos de sal en Araya, según las noticias que nos dan las crónicas.
9-10-1773. EL
RECTOR DR. JUAN MARTÍNEZ ALEMÁN.
Nació en Cumaná en esta fecha este formidable héroe
civil, cuya personalidad brilló por su cultura y su dedicación al culto de La
Patria. Fueron sus padres el coronel Don Jerónimo Martínez y Doña Luisa Alemán.
Fue el primer Rector de la Universidad de Cumaná decretada en 1812, a la cual
fueron llamados los mejores valores
de aquella época: los señores: Pbros. Doctores Pedro Coronado,
Don Pedro Level Alén, Don Diego Antonio Alcalá Mayz, Don José Lorenzo Rendón, y
Don José Martínez de Gordon; doctores Don José Gervasio Rodríguez de Astorga,
Don Andrés Level de Goda, Don Juan Martínez Alemán, Don Mariano de La Cova y
Don Ignacio Rendón; Pbro. Don Martín de La Cova, Licenciado Don José Joaquin
Coronado, Don Pedro Márquez de Valenzuela, Don Felipe Sánchez, Don Antonio
Sotillo Verde, Don Ramón Sánchez, Don Vicente Andrés Sánchez, Don Joaquín
Suárez, Don Alonso Bruzual, Don Antonio José Betancourt y Don José Manuel Grau.
Formaron el Claustro los doctores Mariano de La Cova, Juan Martínez Alemán,
Pedro Level Alén, Rafael Avalos, Pbros. Martín de La Cova, Fray Tomás Garmendia
y los licenciados: José Justo Betancourt, Pbro. Andrés Antonio Callejón,
Vicente Andrés Sánchez y José Manuel Grau. Resultando electos: para Rector el
Dr. Juan Martínez Alemán, para Carcelario Fray Tomás Garmendia y para
Secretario el licenciado José Manuel Grau. Dicha Universidad erigida el 11 de
mayo de 1812, desapareció poco después con motivo de la guerra.
Si comparamos estos eminentes y selectos
maestros sabremos apreciar el sitio que ocupaba entre ellos el Dr. Juan
Martínez Alemán
De su
curriculum podemos destacar que en 1810 fue nombrado por el Cabildo cumanés
Teniente Gobernador y Auditor de Guerra. En 1813 pagó a la tiranía su
patriotismo y estuvo preso con otros dignos cumaneses, en la cárcel de la
Guaira, de la cual salió en 1813, cuando el Libertador terminó la Campaña
Admirable y entró victorioso a Caracas.
En 1814
logra evadirse de la persecución de
Boves y pasa a la isla de Margarita, donde presta sus abundantes auxilios
jurídicos a los patriotas margariteños hasta 1817; de allí en ese año, buscando al Libertador, se embarca en la
escuadra del almirante Luis Brión y pasa
a Guayana, donde presta servicios como Presidente de la Alta Corte de Justicia,
como miembro del Consejo de Estado y
también colaboró con el Libertador como redactor del Correo del Orinoco.
En 1821,
asiste como Diputado por Cumaná y Margarita a la Asamblea Constituyente en
Cúcuta, que creó La Gran Colombia,
“El Dr. Juan Martínez Alemán, fue
honrado con el grado de General de Brigada, al cual quedó asimilado por ley de
la República de Colombia, con goce del haber militar. Murió tan
descollante hijo de Cumaná, en Caracas,
el 27 de Julio de 1847, dejando una pulcra memoria y un glorioso nombre en la vida pública de
Venezuela.
10-10-1835. EL ILUSTRE POETA JACINTO GUTIÉRREZ COLL.
Llamado El Poeta de Caracas. Nació en
esta fecha en Cumaná. El poeta laureado, considerado según don Luis
Correa, como el “Poeta de Caracas”, hermano del músico Pedro Elías Gutiérrez
Hart, autor del joropo “Alama Llanera”; ambos hijos del ilustre patriota
General Jacinto Gutiérrez Martínez Alemán,
que fue secretario del Libertador, de una familia de músicos y guerreros
ilustres de Cumaná. El gran poeta, Marco
Antonio Saluzzo, dijo de él:
“Como poeta lírico Gutiérrez Coll deja una
obra que honrará siempre a las letras venezolanas y puede competir con la de
cualquiera de los grandes poetas españoles”.
Entre sus
actividades políticas podemos anotar, que fue secretario de nuestra embajada en
Roma, y encargado de negocios en Paris. Figura entre los fundadores y
directores de las academias nacionales de La Lengua y de La Historia. En 1970
fue ministro de Relaciones Exteriores.
Por su
estilo poético podemos decir que se integró a la legión de poetas parnasianos de moda en Paris en su
tiempo.
11-10-1773. DON DIEGO DE VALLENILLA GUERRA.
“La cabeza,
la pluma y la espada de la revolución”. En esta fecha nació en Cumaná, el
egregio patricio, don Diego de Vallenilla Guerra, hijo de don Félix Vallenilla Salaverría y
doña Isabel María Guerra de la Vega.
Dice Alberto
Sanabria, que don Diego, fue de los hombres que con valor y actividad,
iniciaron el movimiento independentista en la Provincia de Cumaná, el día 27 de
abril de 1810, secundando brillantemente el glorioso gesto del 19n de abril en
la ciudad de Caracas. Designado Secretario de Gobierno en aquellos difíciles momentos, don Diego
supo comportarse dignamente en el desempeño de tan delicado cargo. Fue uno de
los redactores de las actas del Ilustre Ayuntamiento cumanés, el 27 de abril de
1810.
En 1810 se
alistó, al igual que sus hermanos: Domingo, Luis y Quintín, en las filas
patriotas. Actuó como Secretario de la Junta de Gobierno emancipadora, donde
ejerce sus facultades como líder, de tal suerte que el historiador don Ángel
Grisanti, lo considera “La cabeza, la
pluma y la espada de la revolución”.
En 1811,
forma parte como miembro principal del
Poder Ejecutivo de Cumaná. En 1812, al perderse la primera República, cae
prisionero en manos de Cerveriz, y es
remitido a la Guaira, conjuntamente con los principales patriotas de
Cumana. Rescatado por el Libertador en
1813, luego de la Campaña Admirable, vuelve a Cumaná y lo encontramos liderando
el Congreso de Cariaco. En 1819 se traslada a Angostura como Diputado,
representando a Cumaná, con el General Santiago Mariño, el Dr. Juan Martínez
Alemán y el General Tomás Montilla. Tal era la reputación de don Diego, que fue
nombrado Secretario del Congreso
Admirable.
Don Diego
también nos representó en el Congreso de Cúcuta en 1821, al cual asistió como
diputado conjuntamente con el General Antonio José de Sucre, el Dr. Juan
Martínez Alemán, Don Fernando de Peñalver y Don José Gabriel de Alcalá.
12-10-1892.-
CRISTOBAL COLÓN Cristóbal DESCUBRE EL NUEVO CONTINENTE
“San Salvador”.
El viernes 3 de agosto de 1492 partió de la
barra de Saltés, formada por los ríos Odiel y Tinto, con rumbo a las islas
Canarias, con tres naves, cuyos nombres todo mundo conoce: La Santa María o La
Gallega, de 129 toneladas, 25 metros de eslora por 8 de manga, 3 metr4os de
bodega y 2 metros de calado. La Pinta,
de 60 toneladas, 20 metros de eslora y 6 con tres cuartos de manga, 3 metros de
bodega y 2 metros de calado. La Niña o Santa Clara, carabela andaluza, un poco
más pequeña que La Niña, pero muy marinera, es la preferida de Colón. Los
principales acompañant4s de Colón fueron:
En la Santa María, Juan de La Cosa, Peralonso Niño, piloto, Rodrigo de
Escobedo, escribano, Diego de Arana, Alguacil y Luis de Torres, interprete. De
La Pinta, iba el dueño Cristóbal Quintero, de capitán Alonso Martín Pinzón,
maestre Francisco Martín Pinzón, piloto
Cristóbal García Sarmiento, y también van Diego Martín Pinzón y Juan Rodríguez
Bermejo, o se Rodrigo de Triana, el primero que gritó “!Tierra!”. Y La Niña,
cuyo capitán es Vicente Yánez Pinzón, el dueño Juan Niño con Francisco Niño y
el piloto Sancho Ruiz de Gama. Cosa muy rara, no llevan sacerdotes.
A las diez
de la noche, pasadas que fueron once semanas de viaje desde el puerto de Palos,
a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, Colón, estando con Pedro Gutiérrez, vio
una luz, como una candelilla, que
oscilaba indudablemente en tierra cercana, pero el veedor del Rey Pedro Gutiérrez,
no ve nada. A las dos de la madrugada, Rodrigo de Triana, desde La Pinta, grita “!Tierra!” y Martín Alonzo Pinzón, lo
confirma.
12-10-1886. SILVERIO GONZALEZ VARELA. RECTOR DEL COLEGIO NACIONAL DE CUMANÁ
En esta
fecha Silverio González Varela, fue nombrado por el General Carlos Herrera,
Presidente Constitucional del Estado Bermúdez, Rector del Colegio Nacional de
Cumaná; había estado encargado del
rectorado desde la muerte de su padre el General José Silverio González; ambos
maestros llenaron toda una época, y son los responsables de la brillante
generación de Cumaneses que dieron tanta gloria a este pueblo. La Generación de
Oro Siglos XIX y XX.
El maestro Silverito, como lo llamaban cariñosamente sus alumnos,
nació en la bucólica aldea que fue la primera ciudad fundada y desarrollada por
el imperio español en la tierra firme del continente americano, su padre
maestro como él, dedicado toda su vida a enseñar, lo tuvo a su lado desde su
nacimiento, y aprendió de él el arte de la enseñanza. Su infancia discurre
entre libros y papeles, lápices, pizarrones, pupitres, creyones y tizas. Jamás se separara de su padre ni de
la escuela, sobre todo porque el gran maestro Silverio González, hijo del
general Tomás García, jefe del batallón Valencey, no se lo permitía. Silverito
fue su alumno y heredero. Formaron una
dupla inmortal, un verdadero Olimpo en la aldea primaria, en su Atenas de
Venezuela.
Cuando Don Silverio muere en 1886, a
nadie le extrañó que Silverito continuara la obra de su padre, y todo el pueblo
lo vio como lo más natural, es más si no hubiese sido así, el pueblo lo hubiese
reclamado, era su derecho, nadie podría haberlo hecho como él. Entre padre e
hijo formaron la generación de oro de Cumaná.
No podemos negar que Cumaná nació
como una escuela, donde los maestros eran sacerdotes dotados de un espíritu
elevado, que se dedicaron a enseñar la doctrina de Cristo a los indígenas y a
los primeros pobladores blancos del continente, pero nunca les tocó una
generación tan ambiciosa de conocimiento como la que le tocó en suerte a estos
dos grandes maestros.
En la Cumaná de Silverito, la música
y la poesía caminaban por sus calles, los poetas y artistas eran los
gladiadores, paladines y campeones de todas las jornadas. En los periódicos se
publicaban los sonetos y demás composiciones en primera página de todos los
periódicos y revistas que eran muchos en esos tiempos. Los juegos florales
cobraron importancia nacional, los eventos artísticos de todas clases, eran la
primera atracción de la ciudad. Venían compañías de España, Argentina y México,
y pasaban meses disfrutando del deleite del pueblo que idealizaba a los
actores. Las páginas de los periódicos están llenas de las dulzuras de la
época. Los nombres de Ramos Sucre,
Andrés Eloy, Rondón Sotillo, Tin Fernández, Humberto Guevara, José María Milá
de la Roca Díaz, Cruz Maria Salmerón Acosta, quedaron grabados para siempre en
el nuevo Olimpo.
El maestro publicaba para deleite de
sus alumnos y del pueblo ansioso de sus palabras, sus poesías y sus notas de la historia de los
héroes cumaneses. ¿Quién no leyó entonces su canto a “La tarde”?, ¿Quién no
lloró con su égloga a LEONORA? ¿Quién no cantó su himno a Bolívar?
Los héroes cumaneses fueron en su
vida fuente inagotable de los dulces goces de su duro corazón. Bermúdez, aquel
campeón fuerte e invencible como Ayack, héroe de La Eneida, en parte también
mitológico; y Antonio José, amado tierno y sublime al que nunca dejo de llorar…
Eran sus héroes. Entones en sus poesías comunicaba sus penas y alegrías que
aquellos le causaban, para compartirlas, y esa era su mayor ventura.
Silverito no se contentó con enseñar
en el Colegio Nacional, él educó a Cumaná, iba a las plazas de la ciudad, a las
casas de sus alumnos y hablaba con los padres y demás familiares, hizo amistad
con todos ellos, los trataba como alumnos, y todos, le obedecían y colaboraban
con él en su humanitaria tarea. Él decía que todos los cumaneses eran poetas.
Silverito fue
amigo entrañable de Domingo Badaracco, que estuvo a su lado como maestro de
gramática y literatura por más de 30 años, y con quien departía todos los días.
Silverito además de Rector del Colegio, era el Presidente del Asamblea
Legislativa y Domingo era Presidente del
Concejo Municipal, y por lo tanto tenían que discurrir todo el tiempo sobre el
gobierno de la ciudad.
12-10-1886. EL GRAN MAESTRO DE
CUMANÁ, SILVERIO GONZALEZ VARELA.
Silverio González Varela, fue nombrado por el General Carlos Herrera,
Presidente Constitucional del Estado Bermúdez, Rector del Colegio Nacional de
Cumaná; había estado encargado del
rectorado desde la muerte de su padre el General José Silverio González; ambos
maestros llenaron toda una época, y son los responsables de la brillante
generación de Cumaneses que dieron tanta gloria a este pueblo. La Generación de
Oro Siglos XIX y XX.
El maestro Silverito, como lo llamaban
cariñosamente sus alumnos, nació en la bucólica aldea que fue la primera ciudad
fundada y desarrollada por el imperio español en la tierra firme del continente
americano, su padre maestro como él, dedicado toda su vida a enseñar, lo tuvo a
su lado desde su nacimiento, y aprendió de él el arte de la enseñanza. Su
infancia discurre entre libros y papeles, lápices, pizarrones, pupitres,
creyones y tizas. Jamás se separara de
su padre ni de la escuela, sobre todo porque el gran maestro Silverio González,
hijo del general Tomás García, jefe del batallón Valencey, no se lo permitía.
Silverito fue su alumno y heredero.
Formaron una dupla inmortal, un verdadero Olimpo en la aldea primaria,
en su Atenas de Venezuela.
Cuando Don Silverio su padre muere en 1886, a nadie le extrañó que
Silverito continuara su obra, y todo el pueblo lo vio como lo más natural, es
más si no hubiese sido así, el pueblo lo hubiese reclamado, era su derecho,
nadie podría haberlo hecho como él. Entre padre e hijo formaron la generación
de oro de Cumaná.
No podemos negar que Cumaná nació
como una escuela, donde los maestros eran sacerdotes dotados de un espíritu
elevado, que se dedicaron a enseñar la doctrina de Cristo a los indígenas y a
los primeros pobladores blancos del continente, pero nunca les tocó una
generación tan ambiciosa de conocimiento como la que le tocó en suerte a estos
dos grandes maestros.
En la Cumaná de Silverito, la música
y la poesía caminaban por sus calles, los poetas y artistas eran los
gladiadores, paladines y campeones de todas las jornadas. En los periódicos se
publicaban los sonetos y demás composiciones en la primera página de todos los
periódicos y revistas que eran muchos en esos tiempos. Los juegos florales
cobraron importancia nacional, los eventos artísticos de todas clases, eran la
primera atracción de la ciudad. Venían compañías de España, Argentina y México,
y pasaban meses disfrutando del deleite del pueblo que idealizaba a los
actores. Las páginas de los periódicos están llenas de las dulzuras de la
época. Los nombres de Ramos Sucre,
Andrés Eloy, Rondón Sotillo, Tin Fernández, Humberto Guevara, José María Milá
de la Roca Díaz, Cruz Maria Salmerón Acosta, quedaron grabados para siempre en
el nuevo Olimpo.
El maestro publicaba para deleite de
sus alumnos y del pueblo ansioso de sus palabras, sus poesías y sus notas de la historia de los
héroes cumaneses. ¿Quién no leyó entonces su canto a “La tarde”?, ¿Quién no
lloró con su égloga a LEONORA? ¿Quién no cantó su himno a Bolívar?
Los héroes cumaneses fueron en su
vida fuente inagotable de los dulces goces de su duro corazón. Bermúdez, aquel
campeón fuerte e invencible como Ayack, héroe de La Eneida, en parte también
mitológico; y Antonio José, amado, tierno y sublime al que nunca hemos dejado de
llorar… Eran sus héroes. Entones en sus poesías comunicaba sus penas y alegrías
que aquellos le causaban, para compartirlas, y esa era su mayor ventura.
Silverito no se contentó con enseñar
en el Colegio Nacional, él educó a Cumaná, iba a las plazas de la ciudad, a las
casas de sus alumnos y hablaba con los padres y demás familiares, hizo amistad
con todos ellos, los trataba como alumnos, todos le obedecían y colaboraban con él en su
humanitaria tarea. Él decía que todos los cumaneses eran poetas.
Silverito
fue amigo entrañable de Domingo Badaracco su alter ego y de mi padre su alumno,
Domingo estuvo a su lado como maestro de gramática y literatura por más de 30
años, y con quien departía todos los días. Silverito además de Rector del
Colegio, era el Presidente de la Asamblea Legislativa y Domingo era
Presidente del Concejo Municipal, y por
lo tanto tenían que discurrir todo el tiempo sobre el gobierno de la ciudad.
Hay tanto que decir de él que he escrito todo un libro con sus mejores estudios
históricos pueden buscarlo en internet
12-10-1521. SE INICIA EN SANTA FE PROVINCIA DE CUMANA LA RESISTENCIA
INDÍGENA.
Entre nosotros se ha tomado como inicio de la Resistencia Indígena los
acontecimientos de 1521 sin embargo hay historias
anteriores como la de 1513 con motivo del rapto del cacique Cawaná y sus
familiares que produjo consecuencias parecidas a las de 1521 Sin embargo el
grito de guerra del Cacique Maraguey de Santa Fe de Chiribiche, unido a los caciques:
Toronoima, Gil González, Tacar o Don Diego, Pasamonte y otros, con sus
numerosos guerreros, que atacan a los misioneros dominicos del monasterio de
Santa Fe de Chiribiche, y resultan muertos dos misioneros y algunos indios
guatiaos, dando inicio a este movimiento
llamado de “Resistencia Indígena”, como resultado de los crímenes cometidos por españoles al
mando de un tal Alonso de Ojeda, que murió en manos de Toronoima.
Enrique Bernardo Núñez, en su obra Cubagua, nombra entre los caciques que la invadieron
Nueva Cádiz, a Toronoima, lo que viene a contradecir al cronista de Guanta, Dr. Salazar Cordero que afirma que el cacique Gil González, es el
mismo cacique Toronoima, por cuanto este cacique Gil González resultó asesinado por Ocampo en
un lance descrito con todos sus detalles por Bartolomé de Las Casas, en 1521 como veremos más adelante
Este movimiento
indígena se conoce minuciosamente, tanto por el informe de Gonzalo de Ocampo,
como por la carta de los misioneros dominicos de fecha 14 de noviembre de 1520,
dirigido desde Santa Fe a las autoridades de Santo Domingo.
Fray Bartolomé
de Las Casas llegó a Cumaná en esos mismos días, con 13 colonos, con ánimo de trabajar en la misión
de los dominicos asentados desde 1514 en la desembocadura del río Chiribichií,
en el golfo de Cariaco; pero ya Gonzalo de Ocampo había llegado con una
expedición de castigo, y los indígenas,
estaban en pie de guerra, y no se compadecía la situación de guerra con sus métodos evangélicos.
En ese periodo
de Resistencia, los indígenas obtuvieron victorias memorables: Gil González en
Maracapana emboscó victorioso una partida de esclavistas bajo el mando de
Alonso de Ojeda, que dejó 40 cadáveres en sus playas; luego los
indígenas en pie de guerra enfrentaron al capitán Hernando Ibáñez, y lo
derrotaron causándole 5 bajas;
y luego atacaron a Gregorio de Ocaña, y le causaron 46 bajas,
después unidos los jefes de tribus con
todos sus guerreros atacaron al pueblo de Puerto de Perlas o Cumaná, dando muerte a sus habitantes hombres mujeres
y a la servidumbre, esclavos negros e indígenas, que trabajaban
para los españoles, tambien
destruyeron las escuelas, iglesias, monasterios
dominicos y franciscanos, y las instalaciones de los perleros en Puerto
de Perlas ya que estos se salvaron huyendo despavoridos para la isla de Cubagua, pero
en la isleta de Puerto de Perlas no dejaron ni rastros de aquel emporio de riquezas. También destruyeron
todo lo que tenían adelantado los misioneros, así como sus barcos, huertas y riegos, armas, reservas de provisiones , útiles de labranza, casas y cuanto habia de valor en aquellas
misiones, luego
se juntaron todos los caciques y asaltaron los poblados de Margarita y Cubagua,
dejándolo todo en ruina.
De esta guerra
no dicen nada bueno los historiadores que solo conocen la historia por la parte
de los triunfadores, como siempre lo hacen. Pero esta fue la respuesta contra
los bárbaros que apoyados desde Santo Domingo los esclavizaban y sometían como
esclavos La resistencia indígena duró más de cien años y de aquellas jornadas
saltaron a la historia muchos nombres de caciques y tribus heroicas, uno de ellos el portentoso Cayaurima caudillo de todos los caciques cumanagotos y chacopatas, que formo ejércitos de hasta diez mil
guerreros, él y sus descendientes mantuvieron la antorcha de la libertad entre
sus tribus hasta bien entrado el siglo XVIII
12-10-1922. MONS. DR. SIXTO SOSA OBISPO DE CUMANA.
En esta fecha fue creada por el Papa Pio XI, con la Constitución
Apostólica “Munus ab Unigenito” la Diócesis de Cumaná, y nombró su primer
obispo al Excelentísimo Mons. Dr. Sixto Sosa Díaz -1923-1943, cuyo expediente
de canonización cursa en el Vaticano.
Después
de él, han sido obispos de esta diócesis: los Excmo.: Crisanto Mata Cova,
Mariano José Parra León, Alfredo José Rodríguez Figueroa y Diego Rafael Padrón
Sánchez, que es el actual obispo. Durante la vacante producida tras la muerte
de Sixto Sosa, sirvieron en calidad de obispos administradores apostólicos los
Excmos: Francisco Iturriza Guillen y Rafael Pulido Méndez; y sirvieron como
Obispos Auxiliares los Excemos: Rafael Arias Blanco, Pedro Pablo Tenreiro,
Eduardo Herrera Riera y Manuel Felipe Díaz Sánchez. El Papa Juan Pablo Segundo,
erigió la provincia eclesiástica de Cumaná,
separándola de Ciudad Bolívar, por la Constitución Apostólica
Necessitate Adducti, del 16-05-1992, y la elevó a sede metropolitana, asignándole
como iglesias sufragáneas, las de Barcelona, Margarita y Valle de la Pascua,
nombrando su primer Arzobispo al Dr. Alfredo José Rodríguez Figueroa, el 18 de
julio de 1992., y actualmente es Arzobispo de la Diócesis de Cumaná, Monseñor Dr. Diego Rafael Padrón Sánchez.
Notas sobre la Catedral de Cumaná. LA CATEDRAL DE
CUMANA. Fernando VI, en 1746 aprobó el proyecto presentado por el Ayuntamiento
Cumanés para la construcción de nuestra catedral. Se escogió el mejor sitio de
la ciudad, un pequeño montículo sobre el cual giraba el río, que es el mismo
que actualmente ocupa. Era un proyecto equilibrado y ajustado a las necesidades
de la ciudad. Para 1760 ya estaba en construcción y se solicitó ayuda al Rey
Carlos III, que aprobó los recursos necesarios para iniciar los trabajos. En
1762 se aprobó una reforma del proyecto original, obra del arquitecto José
Aparicio Morata, que contó con la aprobación del pueblo de Cumaná. En 1764 en
la visita apostólica del Obispo Mariano Martí, se quejó de la lentitud de los
trabajos, y a su regreso 1674, cuando la
creía terminada, la encontró paralizada,
lo que difirió la creación de la Diócesis de Cumaná. En 1796 el sacerdote
Cumanés Andrés Antonio Padilla Morón, se propuso terminar la Catedral y obtuvo
del Rey Carlos IV la ayuda necesaria. Sin embargo, por muchas razones e
inconvenientes, se abandonó la obra por
muchos años, y en tiempos de Guzmán Banco, 1875, tiempos de persecuciones de la iglesia, la obra pasó
a ser proyecto de teatro. Para 1998 casi
terminado el teatro, el pueblo pidió que se volviera al proyecto original y se
terminara como catedral, no hubo decisión y así llegaron las cosas hasta el 12
de octubre de 1922, cuando se creó la Diócesis de Cumana y el Vaticano nombró
obispo a Monseñor Dr. Sixto Sosa, que de inmediato logró que le devolvieran el
edificio, y emprendió su transformación, y casi
concluyó la Catedral, pero entonces se produjo el terrible terremoto de
1929, que destruyó por completo aquel extraordinario proyecto; pero eso no
amilano a Sixto Sosa, que se sobrepuso a la naturaleza y de inmediato procedió
a construir el templo que actualmente nos sirve de Catedral. “SEO CORDIS
JESU” LA SANTA IGLESIA CATEDRAL DE
CUMANA.
13-10-1869. “LA DIANA”. BISEMANARIO DE SILVERIO
GONZÁLEZ.
Ve la luz en esta fecha, este
periódico de don Silverio González.
El maestro, después de la derrota de la dinastía Monagas, aplaude a los
nuevos gobernantes y dice en su editorial:
“Vamos a establecer un periódico
que sirva de órgano al pensamiento de todos los ciudadanos amantes del
bienestar y progreso de la Patria; de garantías al derecho; de auxilio a la
paz pública; de vehículo a los intereses
generales y particulares; de satisfacción a las necesidades de los Municipios i
del Estado; de gaceta semi-oficial, de boletín comercial, de folletín literario
&&&;” ¡Cuantas veces se lo hemos dicho, otras tantas nos han
contestado!: “No es tiempo”. ¿Cuándo será tiempo?
14-10-1815. FUSILAMIENTO DEL CORONEL JOSE RIBERO. MARTIR DE LA PATRIA.
En esta
fecha fue fusilado en la plaza de San Francisco el coronel José Ribero, heroico
hijo de Cariaco, que venció muchas veces a los españoles colonialistas. Derrotado en Punta de Piedras,
por el Sargento mayor de Dragones Don Miguel Domínguez, cae prisionero y es
fusilado en la Plaza de San Francisco, que lleva su nombre desde entonces; y
sus restos fueron descuartizados y exhibidos en diferentes sitios de la ciudad.
Su nombre honra un Municipio del Estado, y su hidalguía y heroísmo, a la ciudad donde nació, la capital Cariaco.
Perfil
biográfico del Coronel José Ribero.
El Coronel José Ribero fue un guerrero
inmortal que ofrendó su vida en plena juventud por la libertad. Desde temprana
edad se le encuentra al lado de Mariño, en Guiria y Maturín, y también a las
órdenes de Bernardo Bermúdez y Piar en Maturín. Para 1814 acompaña al
victorioso Mariño, llamado por Bolívar,
a su Campaña del Centro, después de triunfos inmortales como Bocachica,
luego terminó con el desastre de la batalla de La Puerta. Ribero regresa la
zona Oriental con el mismo Mariño. Es la hora de Boves, en su campaña infernal
y depredadora, llega y vence en Barcelona, donde asesina al pueblo
inocente; y avanza sobre Cumaná, y con
una fuerza superior en todo, derrota al invicto Carlos Manuel Piar, en la
batalla de El Salado; entra a la ciudad el 15 de octubre de l814, y la llena de
luto y espanto. Sus atrocidades hicieron olvidar a los bárbaros Zuazola,
Cervériz y Antoñanza. Los Patriotas se repliegan, Domingo Montes, Jesús
Barreto, los Monagas, mantienen el pabellón patriota en las sabanas de Maturín.
Barreto, el heroico hijo de Cumanacoa se hace fuerte en las inmensas llanuras
donde es invencible.
Mientras
tanto el Coronel Ribero, se ha ganado su grado heroicamente, siempre al lado de
los Libertadores de Oriente; al lado del General Santiago Mariño, gana en cada
batalla un jalón, y el último en 1815, en Punta de Piedra, resiste con sólo 150
hombres, la embestida del Sargento Mayor de Dragones Miguel Domínguez, jefe
realista que lo derrota con un ejército tres veces superior; entonces se retira
hacia Caño Colorado, cae en una emboscada lo hacen prisionero; es traído a
Cumaná y mediante un juicio sumario es condenado a muerte.
En
las primeras horas de la mañana de un día lluvioso, el 27 de septiembre, desde
el campanario de la capilla de la Venerable Orden Tercera, contigua al Convento
de Nuestra Señora de las Aguas Santas, que así es el nombre de la casa mayor de
San Francisco, comenzó el repique de campanas; el pueblo había sido convocado
para el fusilamiento. Desde Cariaco había llegado toda la familia del Héroe,
sumida en profundo dolor y santa impotencia. A Ribero lo trajeron desde el
Castillo de San Antonio, en cuyas mazmorras pasó sus últimos días; venía
amarrado, escarnecido, pero altivo sin jactancia, lo acompañaba un sacerdote
que había abogado por su vida ante el nuevo Gobernador, Don Tomás de Cires, el
mismo inaudito individuo que ordenó la demolición de la bella iglesia de la
Divina Pastora, y arrasó el próspero barrio de Chiclana. ¿Cómo podía este
sujeto tener piedad con el bizarro patriota?
La
plaza de San Francisco de esa época, aunque muy importante, ya que se
encontraba frente al Convento, que presentaba las huellas del tiempo pero era
considerado el más importante de la Provincia, era una sabana calichosa usada
muchas veces para los festejos, la venta de esclavos y otros eventos.
El
Coronel Ribero fue colocado en el centro de la plaza. Un sargento le ordenó que
se hincara de rodillas, no quiso hacerlo, pero fue obligado. Rechazó la venda y
mirando a sus familiares, amigos y al pueblo, grito con fuerza: ¡Viva Mariño!
¡Viva la Libertad!. Un murmullo recorrió la multitud. El pueblo contuvo el
aliento… Ribero estaba allí de rodillas. Por la comisura del labio inferior se
le escapaba un hilillo de sangre; sin embargo, se mantenía sereno, con esa serenidad
que da el cumplimento del deber. Atento al menor movimiento, sus ojos buscaban
a sus seres queridos, y al cruzar sus ojos, se llenaba de una dulce alegría.
Altivo, tranquilo, de frente al pelotón, atento a los gatillos, tal vez sumido
en profunda oración, convencido que al derramar su sangre contribuía con la
causa a la cual había dedicado todo. El pelotón de fusilamiento ajo la orden
del Coronel Aldama, estaba preparado. Oyó la orden… Disparen… Recibió la
descarga mortal sin un lamento, ni una queja salió de sus labios. Su boca besó
la tierra que tanto amó y exhaló su último suspiro. Cayó hacia delante y luego
resbaló lentamente hasta quedar en posición fetal. Tal vez el engreído Aldama,
aquel esbirro que azotó públicamente a Doña Leonor Guerra, le dio el tiro de
gracia. Los verdugos cumplieron con el mandato, pero ¡oh miserables!, no
entregaron el cuerpo a sus deudos, que lo imploraban. El pueblo se tragó sus
lágrimas, pero dentro del corazón creció como un árbol la sed de venganza y el
deseo de ser libres. La conciencia de una patria distinta y más justa.
No
había terminado la fiesta. Se cumplían expresas órdenes del General Pablo
Morillo, que señoreaba victorioso con sus fuerzas infinitas, y que pretendía
amedrentar a los patriotas orientales; y por ello y por escarmiento, el cuerpo
del Coronel Ribero fue descuartizado y sus restos exhibidos en Cumaná, Cariaco
y otros pueblos vecinos. Durante mucho tiempo el cráneo del egregio soldado
sirvió como bronce para el recuerdo de su inmortalidad.
15-10-1816. BERMÚDEZ Y SUCRE EN OTRA BATALLA EN RIO CARIBE.
Encarnizado
combate en Río Caribe. Sucre participa bajo las órdenes de Bermúdez, contra el
Comandante Ramón Añez, y no pueden derrotarlo en el primer intento. Veamos cómo
lo narra el propio Mariscal:
“Bermúdez salió de Guiria con 125
hombres en siete flecheras al mando del capitán de navío Antonio Díaz con
dirección a Carúpano resuelto a tomarlo; pero habiendo intentado hacer el
desembarcó en la boca del río, fue rechazado por la fuertes emboscadas que allí
había con pérdida de dos soldados de Dragones muertos y cuatro heridos a bordo
de la flechera Comandanta. En consecuencia, Bermúdez se dirigió con todas la escuadrilla al puerto
principal de la ciudad y ancló fuera del
alcance de los tiros de artillería de la plaza, donde permaneció fondeado hasta
llegara la noche que determinó salir y salió en efecto con tres flecheras y 75
hombres de desembarco hacia Río Caribe dejando el resto de los buques en el
puerto, hasta otra disposición. A las siete de la mañana ya a la vista de Río
Caribe hizo desembarcar 25 hombres al mando del Capitán Gabriel Guerra para que
cargase por la derecha sobre una casa fuerte que había en el puerto, mientras
que él, con el resto de la tropa y su estado mayor desembarcaba también y
atacaba de frente. Practicose con el mayor éxito la operación, pues los
enemigos al cuarto de hora de combate se pusieron en retirada por la población
que estaba muy inmediata, tomando en seguida posiciones en una casa de alto en
la plaza donde se hicieron firmes y
resistieron los fuegos que los patriotas hacían casi a quema ropa. En este
estado y como a las dos de la tarde, el capitán Añez, margariteño al servicio
de los españoles, que se encontraba apostado
con una columna de más de 200 hombres en Puerto Santo, punto
inmediato, llegó en auxilio de los
suyos. Aunque convencido Bermúdez y su jefe de estado mayor Sucre de que era
imposible resistir a los realistas con la insignificante fuerza que tenían,
determinaron esperarlos en la playa para
hacer allí una tentativa apoyados en las flecheras; y en realidad, como a las tres de la tarde los enemigos
seguros de la victoria, por la superioridad de su número, atacaron con intrepidez
a los patriotas, quienes resistieron con heroísmo, luchado casi a las manos,
por más de hora y media, hasta que se vieron obligados a tirarse al mar, única
retirada que tenían, para tomar a nado las flecheras bajo un fuego nutridísimo
de los realistas, pues estos hicieron la persecución hasta donde les fue dable dentro del agua.
El General Bermúdez y el coronel
Isava Sucre fueron los únicos que
pudieron reembarcarse sin verse obligados a nadar, por haberlos tomado
con mucha dificultad y peligro un bote de la flechera Comandanta, pues todos los demás, inclusive el coronel Sucre,
el comandante Machado, y los capitanes Quintero y Mejía del Estado Mayor,
lograron hacerlo a nado desde la playa,
perdiendo todos estos jefes y oficiales sus espadas, y el último hasta el
anteojo de Bermúdez que como edecán suyo tenía
a la espalda en el acto del combate. La pérdida de los patriotas fue
considerable entre muertos de bala, ahogados y heridos, contándose en los
primeros dos valientes oficiales, Catalán y Zapata.
En un año, aquellos heroicos
paladines de las provincias unidas de Venezuela, habían llevado las banderas de
la Patria a
todo el territorio de la
Capitanía General. Caracas y Cumaná eran libres otra vez.
16-10-1814. EL GENERAL EN JEFE MANUEL PIAR EN LA BATALLA DEL SALADO.-
Es la más
extraordinaria sangrienta acción de armas realizada en Cumaná. Tuvo como
escenario la Sabana del Salado. El bárbaro José Tomás Boves, derrota al General
Manuel Carlos Piar, y entra a “sangre y fuego” a la ciudad de
Cumaná; 3000 jinetes hambrientos de sangre
contra 1500 defensores, la mayor parte de infantería. Piar sale a su encuentro en las sabanas del
Salado, acompañado de un formidable Estado Mayor, y contando con los mejores guerreros
orientales: José Francisco Bermúdez, José Maria, Gerónimo y Antonio José de
Sucre, Andrés Rojas, Agustín Armario, los hermanos Ortiz, Azcue, José Ribero,
José Carlos Peñaloza, Domingo Montes,
Francisco Mejía, Manuel Vicente Parejo, Zaraza, Garván, Guillermo Román,
Juan José Quintero y sus hermanos, Carlos Núñez, como jefes de batallones y
cien nombres más para la historia.
El combate
se desarrolla entre el brazo del rio, los humedales propios de la zona y la sabana de San Luis, que se extendía por
todo el noroeste de Cumaná; Piar trata de contener el avance de Boves, y le
causa considerable daño, con conocimiento del terreno, abre sus fuerzas en
pequeños grupos de fusileros, le impide
el paso durante 9 sangrientas horas, con el propósito de que los patriotas
abandonaran la ciudad, como en efecto se logró, lo que se conoce como la
emigración a Guiria.
Sabiéndose
perdido pero cumplido su propósito, abandona el combate y sale para Margarita
con la mayor parte de sus combatientes. Los hermanos Sucre con Bermúdez y muchos más van hacia Maturín.
Boves, el sanguinario campeón de España entra a
Cumaná, después de arruinar a Barcelona, bañándola en sangre y fuego; en Cumana
sacrifica al pueblo realista que sale a recibirlo. Ríos de sangre corren por
sus calles; en la iglesia del Carmen son acuchilladas quinientas mujeres por
las hordas de Boves. Según cuenta el propio capellán de su ejército, el padre
Llamozas, la mayor parte partidarias del realismo. Se calcula en 2000 el total de sacrificados.
Un hermano, Vicente, y una hermana del Mariscal, Magdalena, que luchó al lado
de Piar, se contaron entre los muertos.
16-10-1822. SIMÓN BOLIVAR Y MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO.
Este
extraordinario texto poético coloca al Libertador entre los más grandes poetas iluminados de la
historia. Se publicó por vez primera en
Quito en 1822 y en Venezuela en 1823.
Yo venía
envuelto con el manto de iris, desde donde paga tributo el caudaloso Orinoco al
Dios de las aguas. Había visitado las encantadas fuentes amazónicas y quise
subir a la atalaya del universo. Busque
las huellas de la Condamine y de
Humboldt. Seguilas audaz, nada me detuvo. Llegue a la región glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta
humana había hollado la corona diamantina que pusieron las manos de la
eternidad sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes. Yo me dije este
manto de iris que me ha servido de estandarte ha recorrido en mis manos sobre
regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares, ha subido sobre los
hombros gigantescos de los Andes. La tierra se ha allanado a los pies de
Colombia, y el tiempo no ha podido detener la marcha de la libertad. Belona ha sido humillada por
el resplandor del iris ¿Y no podré yo trepar sobre los cabellos canosos del
gigante de la tierra? Si podre! Y arrebatado
por la violencia de un espíritu desconocido para mí, que me parecía divino,
deje atrás las huellas de Humboldt empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo. Llego como
impulsado por el genio que me animaba y desfallezco al tocar con mi cabeza la
copa del firmamento. Tenía a mis pies los umbrales del abismo. Un delirio
febril embargaba mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y
superior. Era el Dios de Colombia que me poseía. De repente se me presenta el
tiempo bajo el semblante venerable de un viejo cargado con los despojos de las
edades; ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano… “!Yo soy
el padre de los siglos; soy el arcano de la fama y del secreto; mi madre fue la eternidad, los límites de mi
imperio los señala el infinito. No hay sepulcro para mí, porque soy más
poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro y por mis manos pasa el
presente ¿Por qué te envaneces, niño o viejo, hombre o héroe? Crees que es algo
tu Universo? Que levantaros sobre un átomo de la creación, es elevaros? Pensáis
que los instantes que llamáis siglos pueden servir de medida a mis arcanos?
Imagináis que habéis visto la Santa verdad? Suponéis locamente que vuestras
acciones tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a la
presencia del Infinito que es mi hermano.
Sobrecogido
de un terror sagrado, ¿Cómo, ¡oh tiempo! Respondí no ha de envanecerse el mísero mortal que ha
subido tan alto? He pasado a todos los hombres en fortuna, porque me he elevado
sobre la cabeza de todos. Yo domino la tierra con mis plantas, llego al Eterno
con mis manos; siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos; estoy
mirando junto a mi rutilantes astros, los soles infinitos; mido sin asombro el
espacio que encierra la materia, y en tu rostro leo la historia de lo pasado y
los pensamientos del Destino.
Observa, -me
dijo- aprende, conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus
semejantes el cuadro del Universo físico, del Universo moral, no escondas los
secretos que el cielo te ha revelado. Di la verdad a los hombres.
La fantasma
desapareció. Absorto, yerto, por decirla así quedé exánime largo tiempo,
tendido sobre aquel inmenso diamante que me servía de lecho. En fin, la
tremenda voz de Colombia me grita, resucito, me incorporo, abro con mis propias
manos los pesados párpados, vuelvo a ser hombre, y escribo mi delirio.
16-10-1821. BERMÚDEZ Y LA
LIBERACION DE CUMANA.
El
Libertador entró a Caracas pacificada el 29 de junio de 1821 y ese mismo día
recibe los partes de guerra de Bermúdez, el Áyax venezolano, que le entrega a
Caracas libre, y recibe al Libertador
estrechándolo en sus enormes brazos, pero entre lágrimas de niño, contenidas
por la emoción de la victoria.
Después de esta rotunda hazaña, el
Libertador le otorga a Bermúdez, el
grado de General en Jefe, y lo envía a
libertar a Cumaná.
En Oriente, los patriotas van de triunfo en triunfo. Casi todos los pueblos son libres al impulso
de las huestes libertarias. Una pléyade
de héroes derrota a los realistas en todos los campos de
batalla. El territorio se gana palmo a palmo y la sangre de los mártires de la
patria da frutos nuevos para himnos
nuevos.
Ese año de 1821, en Carúpano se lucha
encarnizadamente para lograr su libertad. El General Juan Bautista Arismendi es
el Comandante General del Ejército y el Lic. José Grau, es el Jefe Político de la Provincia. Lograda
la independencia de la ciudad, se establecen allí interinamente los poderes
públicos de la provincia. En los
primeros días de Agosto de ese año llega
Bermúdez a Margarita, asume el mando con órdenes precisas del Libertador de
rendir a Cumaná; allí lo espera el
General Juan Bautista Arismendi, Jefe provisorio de la Provincia.
Los realistas aun son fuertes, y pretenden
mantener su dominio. El general Agustín Armario, asistido por el invencible, Domingo Montes, estaba acantonado, con las
mayor parte del ejercito oriental, en el
Cuartel General de Güirintar. Los realistas
tratan de sitiarlo por tierra y
por mar para lo cual movilizan su
escuadra sutil al mando del Cap. de Navío Francisco de Sales
Echeverría, sin éxito alguno. Armario se anotó una gran victoria.
También pretenden prender al
Lic. José Grau, y retomar Carúpano, para lo cual contaban con refuerzos,
que deberían venir desde Puerto Cabello,
donde se refugiaban el Mariscal La Torre y el general Don Tomás Morales, pero esos refuerzos nunca llegaron.
Develada esta conspiración, nuestras fuerzas bajo el mando de Armario, derrotaron a los
realistas; y el Gobernador con el oportuno auxilio del Coronel Mateo
Guerra, apresan a los conjurados, los remiten a Margarita y preservan la
libertad de Carúpano.
A mediados de agosto, Bermúdez, se
traslada con su ejército a la costa de Cumaná, entrando por los Bordones;
de inmediato ataca y toma el fuerte de San Luis, sin mayores inconvenientes; convoca a todas
las fuerzas que se encontraban alertas y en guerrillas, bajo el mando del
coronel Domingo Montes, nunca inactivas,
ya que sus partidas mantenían la guerra contra los españoles en toda la
provincia. Desde este punto estratégico, del fuerte de San Luis, dirige
un bando al gobernador español de la provincia de Cumaná, Don José de
Caturla, tratando de evitar sufrimiento a su noble pueblo. Don José de Caturla,
había sustituido al coronel Antonio de Tovar, por orden del Mariscal Miguel de La Torre , que firmaba como
Gobernador Militar de Venezuela.
El
Bando dice así: “República de Colombia. División militar de Oriente. Cuartel
general en Bordones a 23 de Agosto de 1821. Al
señor Gobernador de la plaza de Cumaná. Los triunfos obtenidos por la República de Venezuela
han puesto en poder de sus hijos los pueblos de que estaban separados, y solo
resta la ocupación de esa plaza y la de Puerto Cabello parta terminar la guerra
desagradable que por once años se ha llevado. Encargado, pues, de realizar la
primera por el Excelentísimo Libertador
Presidente, me he acercado con las tropas y escuadrillas que la bloquean; más
como antes de emprender cualquier movimiento hostil, creo conforme a mis
naturales sentimientos, brindar a Usía una capitulación decorosa a ambos
gobiernos y proporcionar a los defensores de ese punto, su embarque libre de
temor; he tenido a bien comisionar al Teniente Coronel Ramón Machado, jefe de Estado Mayor de Oriente,
para que en clase de parlamento entregue a
V. S. este pliego y reciba sus respuesta de entrar o no en esta
negociación. Dios guarde a V. S. Muchos
años. José Francisco Bermúdez”.
El mismo día, y sin pérdida de tiempo,
el Gobernador Don José Caturla, contestó
en estos términos: “Señor General José Francisco Bermúdez. Veo el oficio de V.
S. de esta fecha que se ha querido molestar en anunciar los triunfos que dicen
han obtenido las armas de República en las provincias de Venezuela, y de las
órdenes que en su consecuencia ha recibido del Excelentísimo Señor Libertador
Presidente. De la certidumbre de todo
estaba yo impuesto y de otras particularidades más, sin que ni unas ni otras
puedan tener la menos influencia para
que admita la proposición que me hace por su indicado oficio, la cual ha
ofendido altamente mi delicadeza y honor, al paso que también considero hace poco a V. S. que la profiere, cuando le
debe constar el estado en que se haya esta plaza en todos sentidos. Ni me
lisonjean las ofertas de V. S., ni temo
sus amenazas, y en este concepto pude V. S., obrar en el modo y forma que le
parezca, firmemente persuadido que los ilustres defensores de esta referida
plaza que tengo el honor de mandar perecerán antes ente sus ruinas que sucumbir
– Dios, &. – Cumaná, agosto 23 de 1821. --- José Caturla”.
Bermúdez responde,
ratificando sus buenos propósitos para evitar un baño de sangre, en tono
mesurado, la conveniencia de la
Capitulación ; sin embargo, Caturla no cede y la
correspondencia entre los jefes se hace rutinaria.
El General Bermúdez,
despliega sus fuerzas, toma el fuerte de San Justo más conocido como
batería de El Dique, y continua fortaleciendo sus mandos mediante la incorporación de veteranos milicianos y
efectivos militares que se presentaban voluntariamente, y desde esta posición estratégica en los
fuertes de San Luis y San Justo, donde resistía el permanente bombardeo y a la
vez le causaba estragos al ejército y a las posiciones realistas.
El 25 de agosto Bermúdez decide accionar sobre la batería de la Boca o fuerte de San Carlos,
para impedir la fuga, que los jefes realistas preparaban en tres goletas surtas en el puerto de Hostia, protegidos por
el fuerte de la Boca
del Río. Bermúdez manda 50 hombres
para que tomen la
Casa Fuerte , y le
ordena al Comandante Sebastián Boguier,
jefe de las fuerzas sutiles, la captura
de las tres goletas. Esta acción duró tres horas de intenso fuego y acciones
heroicas de parte y parte. Boguier y Bermúdez obtuvieron la victoria. El Parte de esta batalla, lo escribe
escuetamente el propio comandante Sebastián
Boguier.
“Excelentísimo
Señor. En virtud del plan proyectado en combinación con V. S. el día de ayer
dispuse la fuerza de mi mando para batir
la batería y buques enemigos en la noche
anterior lo que se verificó habiéndole
quitado al enemigo un esquife y las tres
goletas que tenían ancladas bajo fuego
enemigo de la batería y de sus
buques. El Comandante Domingo Román y el
capitán de la caladora “Cariaqueña” ciudadano José Fermín fueron destinados a
cortar y remolcar las expresadas
goletas, los cuales verificaron con toda actividad cuanto se les ordenó lo que
pongo en consideración de V. S. Todos los demás capitanes contribuyeron
igualmente con eficacia a batir al enemigo
junto con la tripulación de sus buques
respectivos. El Ciudadano Francisco Gallega, fue también con el comandante Román. Dios guarde a V. S.,
muchos años. Restaurador, 27 de setiembre de 1821. Excelentísimo señor
Sebastián Boguier.
Resumen del expediente del Jefe
Español. El día 11 de octubre, Bermúdez
se apoderó de las ruinas de Santa
Catalina y las reconstruye en gran medida, haciendo casi un reducto bastante
apropiado a los efectos perseguidos; y
también tomó un horno de cal muy bien ubicado, a poca distancia del fuerte
de La Boca y de
las fuerzas sutiles, surtas en el puerto
de Hostia, y así logro cortar las comunicaciones de los sitiados. Caturla atacó fuertemente sin suceso, ya que Bermúdez, había consolidado su
posición, y tenía bajo su mando los fuertes San Justo, conocido como El Dique, y San Luis, de donde les proporcionaba toda
la ayuda que necesitaban a sus fuerzas. Las acciones de guerra no cesaban y la
artillería no descansaba. El día 13, Caturla envió un parlamentario
ante Bermúdez, para lograr un cese del
fuego y sacar a los heridos del teatro de operaciones, lo cual fue aceptado
por el jefe patriota, sobre todo porque ya se había dado la
circunstancia de la rendición del fuerte.
A pesar de estas derrotas y que
Bermúdez estrechaba el cerco sobre la ciudad, Caturla no se rendía; más
bien estaba dispuesto al sacrificio, y
anteponía como ejemplos históricos los de Sagunto, Numancia y Gerona, que prefirieron la muerte a la rendición.
Sin embargo la táctica de Bermúdez
estaba dando resultado, los patriotas se fugaban de la ciudad con sus familias,
y buscan la protección de Bermúdez. Mil
tretas hacían los patriotas para lograr huir del enemigo común.
A principios de octubre Bermúdez
logra terminar los trabajos en la antigua fortaleza de Santa Catalina, que
estaba abandonada, distante un tiro de fusil de la fortaleza de La Boca ; y montó en ella un
cañón de 18, uno de 8 y otro de 6, con los cuales hizo un fuego vivísimo, varios
días, contra la fortaleza.
El día 6, de ese mismo mes, se
presentó en el cuartel general de Bermúdez,
el disidente capitán de flecheras Tomás Luisete, acompañado con 2 marineros, para convenir con Bermúdez los términos de su
rendición, y afirmó que la plaza de
Cumaná no resistiría muchos días más, el pueblo estaba sufriendo mucho. Prueba de ello es la carta que escribe al
vicepresidente de Colombia, General en
Jefe Carlos Soublette, en la cual dice:
“No es posible, Excelentísimo Señor,
creer que Cumaná deje de ser ocupada antes del 15 del corriente: su
resistencia es una obstinación conocida
de su jefe, que yo trataré como merece
por su capricho y tenacidad. Dios Guarde
a V. S. Excelentísimo Señor. El
General en Jefe. José Francisco
Bermúdez.
El día 14 de octubre, se rindieron la
Batería de La
Boca o fuerte de San
Carlos, bajo el mando del Comandante Juan Bautista Ynrusarri, y las fuerzas sutiles de Echeverría. Bermúdez acogió con benevolencia las exigencias de los vencidos, nombró al
coronel Domingo Montes para recibirlas, y les dice:
“El Señor coronel Domingo Montes está facultado para
proceder al recibimiento de estados, y demás cosas necesarias, y el
dispondrá el relevo de esa guarnición
como U. S., lo solicitan en su artículo
2°, asegurándoles que seré tan
indulgente con esos bravos oficiales y
tropa, como humano. Dios guarde a U. S.
muchos años”.
Esta capitulación fue informada
inmediatamente al Gobernador José Caturla, el cual sobre la marcha convocó una Junta de Guerra para discutir los
términos de la rendición de la plaza, y redactó un memorial con todos
los sucesos que antecedieron a tal suceso.
El Estado Mayor realista de Cumaná, estaba formado por hombres curtidos: el Teniente Coronel Pío
Sánchez Garcés, Jefe del Batallón de
Granada; el coronel Salvador de Medina,
Jefe del batallón de Cachiri; El Coronel
Manuel Cid, Jefe del Batallón Navarra, y el Capitán Agustín Rodríguez, Comandante de Artillería.
El Estado mayor de Bermúdez, estaba
formado por el General Juan Bautista Arismendi, Coronel Ramón Machado, Coronel Domingo Montes y Capitán
de Navío Sebastián Boguier.
El mismo día 15 de octubre se
redactó el proyecto de
capitulación, y el 16, Bermúdez entró a Cumaná y fue recibido por el
pueblo, como su Libertador.
Caturla entregó la plaza en presencia del ejército y del pueblo.
Bermúdez cumplió cabalmente con los términos de la capitulación.
Cumaná era definitivamente libre.
Caturla
firma la capitulación de Cumaná. El mismo día 15 de octubre se redactó el proyecto de capitulación, y el 16,
Bermúdez entró a Cumaná y fue recibido por el pueblo, como su
Libertador. Caturla entregó la plaza en
presencia del ejército y del pueblo. Bermúdez cumplió cabalmente con los
términos de la capitulación. Cumaná era definitivamente libre. Podemos resumir así los últimos momentos de
la rendición de los españoles. El 13 y el 14 de octubre sale con su ejército de
los Bordones con el Coronel Domingo Montes que aportó 300 guerreros, e intentan
tomar el fuerte de la Boca, en la desembocadura principal de río Cumaná, pero
es recibido con una carga irresistible y tiene que retirarse; sin embargo dueño de la situación, contando
con un ejército superior en todo a los españoles, el día 14 ofrece una
capitulación honrosa y es aceptada por los españoles. Don José de Caturla,
firma la rendición de la plaza el 15 de octubre y Bermúdez la ocupa el 16.
El día 18, en
un gesto sin precedentes en la historia militar de las naciones, don José de
Caturla y el General en Jefe José Francisco Bermúdez, recibieron al Almirante
español Laborde, que venía a reforzarlo y a recuperar la plaza, la
encuentra rendida. Bermúdez en un gesto
que el solo sabía hacer, lo invitó a tomar una sopa con ellos en La Casa
Fuerte. Laborde y sus oficiales aceptaron bajar a tierra en sana paz.
La Casa Fuerte
ahora en ruinas nos cuenta su historia entre lamentos.
17-10-1854. MUERTE DEL CORONEL JOSE JERÓNIMO SUCRE.
Don José Jerónimo de Sucre y Alcalá, nació el 23 de
mayo de 1791, hijo de Don
Vicente de Sucre y García y Doña Maria Manuela Alcalá y Sánchez, era 4 años mayor que el Mariscal.
Se incorporó en Trinidad, en 1813, al ejército del General Santiago Mariño,
por lo tanto, participó con los 45 en la portentosa hazaña libertadora
de la Provincia de Cumaná.
Este prócer de la independencia contrajo matrimonio
con doña María del Rosario Sánchez de Torres y Salaverría, hija de don Pedro
Sánchez de Torres y Planes, y de doña María Dominga de Salaverría y Freites.
Durante toda la guerra de emancipación sirvió a la
patria en diferentes campos, en 1826 al gobierno de Colombia los ascendió a coronel,
en reconocimiento de sus valiosos
servicios a la causa de la Independencia;
el pueblo de Cumana reconoció sus talentos y fue diputado y senador por Cumaná, en 1837 1846. Este héroe discreto
y noble, recibió de Mariño, Bermúdez y Bolívar
honores militares y estima
personal.
Murió sirviendo a la Patria, si no en el campo de
batalla que lo hubiese elevado al Olimpo de los Héroes, humildemente murió de
cólera en la Asunción-Margarita, el 17 de octubre de 1854, siendo secretario
del general Francisco Esteban Gómez.
18-10-1766. TERREMOTO EN LA PROVINCIA DE CUMANÁ.
Según nos relata el padre Carrocera en su obra
Misión de los Capuchinos en Cumaná, pag.339. Catastrófico terremoto que devastó
la parte oriental de Venezuela. En esa ocasión también se palparon notablemente
las consecuencias en la misión de los capuchinos aragoneses. El hospicio que
tenían en Santa María de Los Ángeles, quedó totalmente arruinado; la iglesia de
Yaguaraparo fue totalmente destruida y las de Irapa y Soro. Para reparar tanto
daño se pidió ayuda al Rey de España que
por cierto fue muy generosa. En Cumaná
destruyó la ciudad casi por completo, en tiempos de crecimiento en todos los
niveles.
Gobernaba en
la Provincia de Nueva Andalucía don Pedro José de Urrutia, pero no estaba en
Cumaná, cuando sobrevino el terremoto, porque estaba sufriendo el juicio de
residencia por la gobernación de Portobello.
A su regreso en agosto de 1768, se ocupó en la reconstrucción de la
ciudad, a él se deben muchas obras entre ellas el puente sobre el rio Cumaná,
de grata recordación; también construyó la Iglesia de Altagracia en la plaza
Guaiquerí. Humboldt dice, que la
tierra se tragó la guarnición principal de la ciudad y su parte poblada,
causando muchas muertes.
Humboldt
seguramente tuvo minucioso conocimiento de este terrible terremoto, así como de
los que ocurrieron antes de su arribo en
1798, catorce meses antes de su llegada el 16 de julio de 1799, y tuvo
oportunidad de sentir los temblores de ese año, de menor intensidad, pero que
lo llevó a escribir, que no se iría de
Cumana, mientras ocurrieran tantas
maravillas.
19-10-1818. LA IMPORTUNA DERROTA DE DOMINGO MONTES.
Esta derrota
del coronel Domingo Montes, trastornó los planes del Libertador de tomar
Cumaná, que contaba con las fuerzas y pertrechos que tenía el ejército de Mariño, sin ellos no
era prudente continuar en ese proyecto.
Tavera
Acosta dice que Domingo Montes comandaba la vanguardia de Mariño, y que
impulsado por su valor, creyendo ocupar a Cariaco fácilmente, lo arriesga todo
sin darse cuenta de que la plaza estaba
muy bien guarnecida por el competente Comandante Noguera, que no era tarea fácil vencer. Ataca y lo hace
mal, ataca pero comete muchos errores tácticos que han sido criticados y
empañan su brillante hoja de servicios.
El resto de
las tropas bajo su mando, se desbanda, pierde más de 500 fusiles y a duras
penas logra Mariño reorganizarlas en Guanaguana
Así es derrotado completamente el invicto
guerrillero Domingo Montes, y el ejército de Mariño sufre las consecuencias; y
ese descalabro pone en riesgo el éxito
de la campaña ordenada por el Libertador para ocupar la plaza de Cumaná, que
tiene que abortar.
Dice Baralt,
notable historiador maracaibero, de este hecho trascendente, culpando al
General Santiago Mariño que: “por no
seguir las instrucciones del Libertador, tomó el camino de Caripe en lugar de
hacerlo por Cumanacoa, para atacar Cariaco. Mariño además ordenó atacar con un
solo batallón teniendo un ejército de 1500 hombres, y fue derrotado y
desbandado. Dejó 300 cadáveres, perdió casi todo el parque y dejó muchos
prisioneros. La pérdida en esta batalla fue tan inesperada y costosa, que el
Libertador tuvo que suspender su campaña para liberar a Caracas, y lo obligó a
volver hacia Guayana, lo que en definitiva fue grandioso.
20-10-1880. FUNDADOR DEL DIARIO EL UNIVERSAL, DR. LUIS TEOFILO NUÑEZ
GÓMEZ.
Nació en
Cumanacoa y se educó en Cumaná. Fueron sus padres, el gran tribuno José
Fernando Núñez y doña Clara Gómez. Fue alumno distinguido por su dedicación e
inteligencia del maestro Silverio González Varela, en el Colegio Nacional de
Cumaná. Graduado de bachiller se traslada a Caracas para estudiar abogacía, y
se gradúa con altas calificaciones en la facultad de Derecho de la Universidad
de Caracas, donde se queda ejerciendo su profesión de abogado. En Cumaná,
aprendido todo lo que sabía de la imprenta y sus periódicos, en el taller de
don Federico Madriz Otero, donde se publicaban el bisemanario “La Constitución” y “El Heraldo Oriental”, la
fragua de los grandes periodistas de Cumaná y de la Caracas de su tiempo, de
allí salieron: El Nacional, El Universal, La Esfera y otros.
En Caracas,
Luis Teófilo, fundó junto con Andrés Mata y Ramón David León, el Diario “El
Universal”, y fue su segundo director hasta su muerte en esta fecha. Luis Teófilo fue de la generación de Oro de Cumaná,
que fue la de Domingo
y Marco Tulio Badaracco, Silverio González Varela, Emilio,
Santos y Mauricio Berrizbeitia, Federico Madriz Otero, Julio y Ramón
Madriz Sucre, José Antonio Ramos Sucre, el grandioso erudito; fue también la
de Arturo, José y Luis Beltrán Bruzual
Bermúdez, Roberto y Humberto Guevara, de
Julio Miranda Madriz; la de Bienvenido y Sergio Martínez Picornell,
Enrique Segundo y Santos Emilio Berrizbeitia Guillén, la de Pedro Regalado y
Luis Esteban Mejía, de Juan Freites y Jesús María Forjonel, la de Ramón Mata
Andrade, la de Francisco, Antonio Miguel
y Jesús Manuel Aristeguieta Badaracco, de Norberto Salaya y Luis Beltrán y
Alberto Sanabria Bruzual, la de Pedro Elías y Francisco de Paula Aristeguieta
Rojas, la de Juan de Dios Gómez Rubio,
Jesús Maneiro Sánchez, Salvador Uban, Manuel Norberto Vetancourt
Aristeguieta, Horacio Márquez y Manuel Guzmán, la de Pedro Nicasio y Juan Silva
Carranza, la de Miguel Antonio, Miguel Ángel y Sixto Blanco, la de Eliso,
Joaquín y Agustín Silva Díaz, la de Salvador y Diego Córdova, la de Ramón
Suáres y Tin Fernández, de Roberto y Raimundo Martínez Centeno, la de Luis
Felipe y Andrés Eloy Blanco Meaño, la de Manuel José Malaret Coello, Dionisio
López Orihuela, Luis Bianchi y Cruz María Salmerón Acosta y José María Milá, ,
la de Aquiles Benítez, Alejandro Fernández Ortiz y Jesús Antonio Cova Cabello,
la de José Manuel y Ramón Yegres, la de Julio y Ramón Madriz Sucre, y Francisco
José Berrizbeitia Guillén.
El Dr. Luis Teófilo Núñez fue nombrado Presidente del Estado Sucre, por
Isaías Medina Angarita, Presidente de la
República de Venezuela, en 1945, y le
tocó rematar e inaugurar una serie
importante de obras, como el Hospital Antituberculoso y el cuartel Santiago
Mariño, durante los festejos del sesquicentenario del natalicio del Mariscal y
antes del derrocamiento de Medina.
Fastuosa
fiesta en los anales de Cumaná fue la celebración, en la cual se inauguraron un
conjunto de obras imprescindibles, como los edificios del Liceo, la Normal, el
Sanatorio Antituberculoso, el Mercado, el Muelle, el Regadío, la plaza Miranda, la Catedral de Cumaná, el
Palacio Municipal, el monumento a Domingo Badaracco, y otros, que le cambiaron
el rostro de la olvidada tierra del Gran Mariscal, a cuya efemérides asistieron los presidentes de las naciones
bolivarianas con sus guarniciones, y todos los poderes públicos nacionales y
municipales. Toda Cumaná se vistió de júbilo.
No se recuerda nada parecido en los fastos de nuestra historia.
20-10-1891.- Nació en Cumaná el aclamado músico JOAQUIN SILVA DÍAZ.
En esta
fecha nació el inspirado músico cumanés Joaquín Silva Díaz, llamado en España
el “Albéniz Americano” fueron sus padres
Don Eliseo Silva Cabrera y Doña Carmen Díaz Rojas. Puso muy alto el prestigio
de la música cumanesa
Cuando Joaquín tocaba el piano en Cumaná era día de fiesta y venían de
muchas partes a escucharlo. El pueblo
se deleitaba escuchándolo ya se anunciaba lo que iba a ser en el mundo del arte
Cumaná en esa época fue llamada “Atenas de América” En
todas las artes había epígonos.
Mis padres
guardan de este extraordinario músico cumanés recuerdos para mí inolvidables recuerdos que nacen no solo de los lazos de amistad que unían a
nuestras familias sino por las
atenciones que tuvo Don Joaquín con nosotros siempre tanto que este brillante
pianista que se trasladó a Mariguitar para amenizar el matrimonio de mis padres
como lo contaban ellos y yo recogí el relato o
narración de su matrimonio tal como me lo contaba Mamá
Joaquin
tenía que triunfar porque su arte era inigualable él le imprimía ese no sé qué
de los genios de la música que levantan
los espíritus los aplausos y los hurras
y los bravos incontenibles y las muchedumbres lo acompañaban donde quiera que
se inspiración lo llevaba
Por eso
viajó a Europa su música no se podía quedar en un solo pueblo tenia que hacerse
universal como tenía que suceder No lo dejaron regresar le llovieron los
contratos y las peticiones y los viajes
El afamado
músico que fue saludado en España como “El Albéniz” americano, levanto tanto
revuelo que hubo un crítico tan entusiasmado con este músico prodigio que
vaticinó o mejor dijo “la música en
América se dividirá en dos grandes períodos antes y después de Joaquin Silva
Díaz”
El residió
40 años en París, donde casó con una aristócrata. Actuó y triunfó en los mejores
escenarios del mundo: Alemania, Inglaterra, Italia, Suiza, Austria, Holanda,
Bélgica y los Estados Unidos.
Grabó su
música para varios sellos y sus discos
recorrieron el mundo y en todas partes fue aclamado Se hizo tan popular tan
popular como el Richard Klayderman de nuestros tiempos o cualquier otro pianista universal
Dejó una
copiosa obra según sus propias palabras: Tríos para violín, cello y piano, melodías para canto, dúos,
piezas para instrumentos, entre otras una Berceuse para cello, dedicada al
eminente artista Pablo Casal que la interpretó con frecuencia en sus recitales.
Sus obras
notables son: Nostalgia, Adiós, Canción de Cuna, Van, Caraqueña,
Corrido, Duerme, Negro, Ausencia,
Galerón y muchas más. Alguien dijo que sus discos se vendían como pan
caliente.
21-10-1766.
TERRIBLE TERREMOTO EN CUMANA.
El
21 de octubre de 1766, dentro de su período de gobierno, se desató un terrible
terremoto en la provincia, y la tierra quedó temblando por 14 meses,
produciendo incontables daños materiales. La tierra se tragó el edificio del
fuerte y una guarnición de 300 hombres en el centro de la ciudad, según
testimonios que anotó el barón de Humboldt cuando estuvo en la ciudad en
1799. Una réplica y aún peor, se produjo el 21 de octubre de 1766; Humboldt
nos lo cuenta, después de recibir una información valiosísima de aquella
sociedad culta con la cual compartió el sabio sus conocimientos, nos dice:
“Como no existe crónica ninguna acerca de Cumaná, y como sus archivos, a causa de las continuas devastaciones de los termites o comejenes, no contienen documento alguno que remonte a más de 150 años, no se conocen datos precisos sobre los antiguos temblores de tierra. Sábese tan solo que en tiempos más inmediatos a nosotros, el del año 1766 fue a una vez el más funesto para los colonos y el más notable para la historia física del país. Desde hacía 15 meses habíase mantenido una sequía semejante a la que se experimentan de vez en cuando en las islas de cabo Verde, cuando el 21 de octubre de 1766 fue enteramente destruida la ciudad de Cumaná. Renuévase todos los años la memoria de ese día con una fiesta religiosa acompañada de una procesión solemne. En el lapso de pocos minutos hundiéronse todas las casas y repitiéronse las sacudidas durante catorce meses de hora en hora. En varias ´partes de la provincia se abrió la tierra vomitando agua sulfurosa. Estas erupciones fueron frecuentes sobre todo en una llanura que corre hacia Casanay, dos leguas al Este de la ciudad de Cariaco, conocida con el nombre de “tierra hueca”, porque parece enteramente minada por fuentes termales. Durante los años 1766 y 1767 los habitantes de Cumaná acamparon en las calles, y empezaron a reconstruir sus casas cuando no se sucedieron sino de mes en mes los temblores de tierra. Sucedió entonces en estas costas lo que se experimentó en el reino de Quito inmediatamente después de la gran catástrofe del 4 de febrero de 1797. Mientras que oscilaba de continuo el suelo, parecía la atmósfera resolverse en agua. Fuertes aguaceros hicieron henchirse los ríos; fue el año sumamente fértil; y los indios, cuyas frágiles cabañas resisten fácilmente las más fuertes sacudidas, celebraban, según las ideas de una vetusta superstición, con fiestas y con danzas, la destrucción del mundo y la época próxima de su regeneración.
“Como no existe crónica ninguna acerca de Cumaná, y como sus archivos, a causa de las continuas devastaciones de los termites o comejenes, no contienen documento alguno que remonte a más de 150 años, no se conocen datos precisos sobre los antiguos temblores de tierra. Sábese tan solo que en tiempos más inmediatos a nosotros, el del año 1766 fue a una vez el más funesto para los colonos y el más notable para la historia física del país. Desde hacía 15 meses habíase mantenido una sequía semejante a la que se experimentan de vez en cuando en las islas de cabo Verde, cuando el 21 de octubre de 1766 fue enteramente destruida la ciudad de Cumaná. Renuévase todos los años la memoria de ese día con una fiesta religiosa acompañada de una procesión solemne. En el lapso de pocos minutos hundiéronse todas las casas y repitiéronse las sacudidas durante catorce meses de hora en hora. En varias ´partes de la provincia se abrió la tierra vomitando agua sulfurosa. Estas erupciones fueron frecuentes sobre todo en una llanura que corre hacia Casanay, dos leguas al Este de la ciudad de Cariaco, conocida con el nombre de “tierra hueca”, porque parece enteramente minada por fuentes termales. Durante los años 1766 y 1767 los habitantes de Cumaná acamparon en las calles, y empezaron a reconstruir sus casas cuando no se sucedieron sino de mes en mes los temblores de tierra. Sucedió entonces en estas costas lo que se experimentó en el reino de Quito inmediatamente después de la gran catástrofe del 4 de febrero de 1797. Mientras que oscilaba de continuo el suelo, parecía la atmósfera resolverse en agua. Fuertes aguaceros hicieron henchirse los ríos; fue el año sumamente fértil; y los indios, cuyas frágiles cabañas resisten fácilmente las más fuertes sacudidas, celebraban, según las ideas de una vetusta superstición, con fiestas y con danzas, la destrucción del mundo y la época próxima de su regeneración.
Reza
la tradición que en el temblor de tierra de 1766, así como en otro muy notable
de 1794, las sacudidas eran simples oscilaciones horizontales; y que no fue
sino el día malhadado del 14 de diciembre de 1797 cuando por primera vez en
Cumaná se hizo sentir el movimiento por
soliviadura, de abajo arriba. Entonces fueron destruidos por completo más de
los cuatro quintos de la ciudad, y el choque, acompañado de un ruido
subterráneo fortísimo, pareció como en Riobamba, la explosión de una mina
colocada a gran profundidad. Dichosamente la sacudida más violenta fue precedida de un ligero movimiento de
ondulación, de suerte que la mayor parte de los habitantes pudo escarparse en
las calles, no pereciendo sino un corto número de los que estaban congregados
en las iglesias”.
21-10-1859. EL MAESTRO DE CUMANÁ SILVERIO GONZALEZ VARELA.
Nace en Cumaná el GRAN MAESTRO DE NUESTRO PUEBLO Don José
Silverio González Varela, en la
leyendaria Cumaná, el 21 de octubre de 1859, hijo del general José Silverio
González y doña Luisa Varela Abreu. La figura procera del llamado “Maestro
Silverito” es una de las más
sobresalientes de la cultura sucrense, pues en él se reunían
elevadas cualidades: –educador
meritísimo, historiador, periodista, escritor, político- que lo consagraron ante la posteridad. En él
se reflejó también aquella prosapia espiritual cumanesa, de filantropía e
hidalguía.
Su vida
octogenaria, fue señaladamente dedicada a la educación, a las artes y en
general a la cultura. La personalidad
del maestro Silverito ha ganado la consagración histórica, pese a las
mezquindades y las circunstancias
políticas contemporáneas. Su obra de educador por sobre todo le ha salvado con
creces así como su probidad indiscutida. No olvidemos que el auge de la
actuación pública de este valor se desarrolla durante la dictadura de Juan
Vicente Gómez
La historia de
la educación sucrense cuenta entre los maestros eminentes a Silverio González
Varela, tipo de pedagogo por ancestro, vocación y estilo propio. Casi cincuenta
años de dedicación fructífera para su pueblo a enseñar generaciones tras
generaciones, derrochando a manos llenas el bien de la enseñanza, con devoción
y con fe. Pareciera también que la tierra del Manzanares fue magnífica simiente
para maestros de relieve, desde la Colonia pasando por Level de Goda, José
Antonio Ramos, Ramos Martínez, José Silverio Córdova, José Silverio González,
Modesto Silva Gómez, entre muchos más de
ese tiempo en el que la Escuela de Cumaná dio tanto fruto.
Luego de
permanecer algún tiempo dedicado a la vida privada en su casa de San Francisco
y aquejado ya por los males que su venerable ancianidad no resistió ni la
ciencia pudo curar, desapareció el 18 de julio de 1938. Así terminó su vida el
Maestro de generaciones “El hombre sabio, el erudito coterráneo, el arsenal de
la vieja Cumaná en la pobreza más grande y extremada”. El Cementerio viejo de
Santa Inés guarda sus despojos. Falta en Cumaná el bronce que lo eternice.
22-10-1954.-Dr. JOSÉ
SALAZAR DOMINGUEZ. 1953-1958.
En esta fecha
el Gobernador del Estado Sucre, Dr. José Salazar Domínguez, decreta la
adjudicación de las viviendas construidas en la Urbanización DOS DE DICIEMBRE
por el Gobierno Nacional en la Parroquia Altagracia de Cumaná. Al derrocamiento
del General Pérez Jiménez, se le cambió este nombre por el de Andrés Eloy
Blanco.
Su hijo
Alejandro Salazar Caldera escribió un
perfil biográfico de su padre el del Dr. José Salazar Domínguez, para el poeta
Ramón Ordaz, el cual me la cedió a mí, y
del cual tomamos algunas notas, dice:
“Nació en Cumaná en 22 de septiembre de 1903. Sus padres fueron Manuela Domínguez Ruiz,
nacida en Cumaná y José Natividad Salazar originario de Margarita,
establecieron una larga familia radicada en Puerto Sucre, Cumaná.
José Dionicio
siguió sus estudios primarios en la escuela de Silverio Córdoba en Cumaná.
Posteriormente fue enviado para sus estudios secundarios a Trinidad. En la
escuela de la Reina, aprendió inglés y cursó estudios de bachillerato los
cuales no le fueron aceptados como equivalentes en Venezuela.
A sus 18 años
fue enviado a Caracas, donde cursó estudios en el Instituto San Pablo de los
hermanos Martínez Centeno (Después Colegio San Agustín), graduándose de
Bachiller. Cursó estudios profesionales en UCV., obteniendo el grado de Doctor
en Ciencias Políticas, y alternando sus estudios con la escritura de cuentos
titulados “Cuentos del Mar” publicados
en el periódico “Fantoche”, la revista “Elite” y “Billiken”. Durante esa época empezó
a consolidar su inclinación literaria publicando en “Santelmo” en 1932 del
género de cuentos.
Salazar
Domínguez es uno de los mejores narratistas de Cumaná de todos los tiempos.
23-10-1903. MUERE EN CARÚPANO FRAY JOSÉ ANTONIO RAMOS
MARTÍNEZ.
Maestro de José
Antonio Ramos Sucre. Nació en Cumaná el 8 de diciembre
de 1837; hijo dilecto de padres ilustres, el meritorio maestro cumanacoense Dr.
José Antonio Ramos González y la matrona cumanesa Doña Trinidad Martínez
Vallenilla.
Desde muy joven se distinguió por su inteligencia y aplicación al estudio;
recién tonsurado regresó a Cumaná, a servir la Vicaría Forense y el curato de
Santa Inés, donde prestó servicios por 14 años, desde 1862 hasta 1876.
En este tiempo su actividad fue prodigiosa, fue el animador social y
cultural que el pueblo anhelaba, y un líder sin igual en todos los campos de la
actividad pública; brilló en el pulpito, en el periodismo, en la organización
de eventos de toda índole; era incansable en la búsqueda del bien público y en
el rescate de la historia, la cual conocía y trasmitía con entusiasmo
inigualable. Cumaná toda lo amó ingenuamente, fue tan elocuente su sabiduría,
que fue nombrado, entre todos los doctos maestros de Cumana, Rector del Colegio
Nacional.
Le debemos también la reconstrucción de la histórica iglesia catedral, que
fue su empeño, su proyecto. La realización de aquel ideal, pero a su
constancia, su convicción, su fe, se unió todo el pueblo y, así nació el Templo de Santa Inés, de la ruinas del antiguo templo de la Virgen
del Carmen.
24-10-1825. EL
PERIODISMO EN CUMANA. DETALLES SOBRE EL MÁS ANTIGUO
En Cumaná se inició la historia del periodismo en Venezuela. El 24 de
octubre de 1825, se editó en Cumaná “El Indicador del Orinoco”. También se
publicó “Alerta”, cuyo primer número salió a la calle el 24 de noviembre;
“Argos Republicano”; “El Desengaño”, cuyo primer número salió el 9 de enero de
1826; y el “Zentinela de la Libertad”.
Cumaná era entonces capital de la provincia Colombiana del “Departamento
del Orinoco”, cuyo primer Presidente fue el general en jefe José Francisco
Bermúdez, nombrado por el Libertador después de la hazaña libertadora de Cumaná
protagonizada en 1821, por el mismo Bermúdez..
Para estos tiempos ya Cumaná, como siempre la primera en todo, en todo lo que se refiere a la cultura
venezolana, habia hecho historia en el periodismo, ya que en esta provincia se
habían publicado con anterioridad: “El Patriota Venezolano”, y “El Patriota
Cumanés” el primero se editaba desde 1811, en la Isla de Trinidad, que dependía
políticamente de la Gobernación de Cumaná;
y el segundo se publicaba en Cumaná, y circuló en 1811, según datos
obtenidos por el historiador Ignacio Rodríguez Mejía, publicado en su libro
“Periódicos y Revistas de Cumaná” editado en 1958.
Desde el 4 de julio 1812, se editó “”La Gazeta de Cumaná”, en este
periódico, publico el Dr. Luis Daniel Beauperthuy, sus trabajos científicos,
por eso representa un tesoro, es la prueba de la importancia que alcanzó la
medicina y la investigación en esta tierra de gracia; también se conservan
ejemplares en el “Public Office” de Londres, Inglaterra y en alguna bibliotecas
de Chicago; así lo dice también don Alberto Sanabria, Primer Cronista Oficial
de Cumaná, en conocimiento de la investigación realizada por don Pedro Grases.
Después el General en Jefe Santiago Mariño, el Libertador de Oriente
venezolano, editó, desde el 5 de agosto de 1827, su periódico “El Cacolín
Solitario”, del cual dice Ignacio Rodríguez Mejía, que una colección de este
periódico fue puesto en venta en la ciudad alemana de Leipzig, por Karl W.
Hiersemann, por el precio nada despreciable de 2000 marcos. Este periódico se
editó en la imprenta de don Manuel Escalante en Cumaná. Entre los redactores
del Cacolín, menciona al General en Jefe Francisco Mejía. Por esos tiempos
también se editaba el periódico “El Amigo del Pueblo”.
Como podemos ver el periodismo en Cumaná, no fue un hecho aislado, sino
un hecho que se fue fortaleciendo con el tiempo, a tal grado que de ese
periodismo fecundo, surgen con fuerza extraordinaria, periodistas como Pedro
José Rojas, que llega a gobernar la República en el último periodo de Páez;
Blas Bruzual, vocero de los Monagas; el General en Jefe Francisco Mejía, lleno
de méritos por su fuerza y sabiduría, fue escalando escaños hasta ser candidato
a la presidencia de la republica; Estanislao Rendón, el gran civilizador, el
perfecto ciudadano, también fue candidato a la presidencia de la república y
gran líder de la democracia venezolana; Silverio González, el gran maestro de
la cultura cumanesa, que logra la libertad
de los esclavos por la fuerza de sus convicciones y sus extraordinarios
discursos en el Congreso Nacional; y luego periodistas nacidos y formados en
Cumaná: Pedro José Rojas, Blas Bruzual, Andrés Mata, Enrique Otero Vizcarrondo,
Luis Teófilo Núñez, Ramón David León, van a fundar los grandes diarios de Caracas: el Nacional, La Esfera y
el Universal; y, por si fuera poco, Andrés Eloy Blanco, el gran poeta del
“Canto a España”, de “Giraluna” y Angelitos Negros, con su gracia inimitable, se enseñorea en el
“Morrocoy Azul”, y con Aquiles Nazoa, llenan de gracia las letras
venezolanas.
25-10-1773.- NATALICIO DE DON DIEGO DE VALLENILLA.
“La cabeza, la pluma y la espada de la
revolución”.
Nació en Cumaná, en esta fecha, don
Diego de Vallenilla Guerra, hijo de don Félix Vallenilla Salaverría y doña
Isabel María Guerra de la Vega.
En 1810 se alistó, al igual que sus
hermanos: Domingo, Luis y Quintín, en las filas patriotas. Actuó como
secretario de la Junta de Gobierno donde ejerce sus facultades como líder, de
tal suerte que el historiador don Ángel Grisanti, lo considera “La cabeza, la
pluma y la espada de la revolución”.
En 1811 pasa al Poder Ejecutivo de
la Provincia de Cumaná. En 1812 es arrestado y enviado por Cervériz, a la
prisión de La Güaira, con otros ciudadanos notables de la ciudad que sirvieron
en el gobierno revolucionario. Liberado en 1813 por el Libertador, ocupa puesto
legítimo en el Congreso de Cariaco, y es nominado para formar parte del Poder
Ejecutivo plural con Simón Bolívar, Santiago Mariño, Fernando del Toro, José Cortés
de Madariaga, Francisco Javier Maiz y
Francisco Antonio Zea.
En 1819 concurre como diputado por
Cumaná al Congreso de Angostura, convocado por el Libertador, en cuyo Congreso,
bajo la presidencia de Francisco Antonio Zea,
fue elegido Secretario.
En 1820, don Diego de Vallenilla es
nombrado Intendente de Venezuela, y en 1821, concurre con el carácter de
diputado por Cumaná al Congreso del Rosario de Cúcuta para sancionar la
Constitución que creó La Gran Colombia, allí va al lado de Antonio José de Sucre,
don Fernando Peñalver, José Gabriel de Alcalá y el Dr. Juan Martínez Alemán.
26-10-1667- EL CAPITAN GENERAL Don JUAN BRAVO DE ACUÑA.
Fue el constructor del fuerte de Santa
Catherine, y el fundador de El Pilar. Caballero de la Orden de Santiago y gentil hombre de boca,
como se le llama en algunos documentos.
En un informe de la Junta de Guerra, refiriéndose a un hecho del
pasado, dice “… pasa a discutir sobre el
estado en que se halla la Fuerza de Santa Catalina, que está a la boca del río,
que es la que fabricó don Juan Bravo de Acuña siendo gobernador de aquella
provincia…”
Mostró, igualmente, gran interés en la reconstrucción del fuerte de San
Antonio de la Eminencia, destruido por el terremoto de 1622, y presentó ante la
Corte nuevos planos que fueron los acogidos en definitiva. Este asunto reviste
la mayor importancia, porque el fuerte de San Antonio tenía forma redonda y
estaba construido con materiales de poca o ninguna fortaleza.
En su corto mandato, el 9 de mayo de 1667, se produjo el nombramiento
del padre Lorenzo de Magallón, por decreto de la Congregación de Propaganda
Fide, Prefecto de las provincias de Cumaná, Caracas, Guarapiche, Guácharo,
Aragua y Amano, este nombramiento produjo grandes disgustos entre el padre Lorenzo y el superior Francisco de
Jerez. No sabemos si el gobernador tuvo algo que ver en ese asunto.
Gobierna la provincia desde 1665, hasta el día de su muerte ocurrida en
Cumaná, en ejercicio de su cargo, el 26 de octubre de 1667. Al parecer lo más resaltante de su corto
gobierno fue la expedición pacificadora y refundadora que hizo por territorio
de los cumanagotos, para repoblar San Cristóbal de Cumanagotos y Nueva
Barcelona; también es importante la fundación de la ciudad de El Pilar, bajo la
advocación de San Pedro y San Pablo.
Muere
en Cumaná el Capitán General don Juan Bravo de Acuña. Cuyos restos reposan en
el cementerio español de Quetepe. Pasó a las páginas
de la historia de Cumaná, como el constructor del fuerte de Santa Catalina.
27-10-1824. EL COLEGIO NACIONAL DE CUMANA.
Erección del
Colegio Nacional de Cumaná. Decreto
Ejecutivo del gobierno Gran Colombiano, suscrito por el Vicepresidente de
Colombia General en Jefe Francisco de Paula Santander. Se ratifica en todas sus
partes la creación de la Universidad de Cumaná, creada en 1812.
En 1812 para la mejor administración de los diversos estudios que se
cursaban en Cumaná el Concejo Municipal reunió en un solo local todas las
clases y el Poder Legislativo constituyó con ellas una Universidad para lo cual
se congregaron los señores: Pbros. Doctores Pedro Coronado, Don Pedro Level
Alén, Don Diego Antonio Alcalá Mayz, Don José Lorenzo Rendón, y Don José
Martínez de Gordon; doctores Don José Gervasio Rodríguez de Astorga, Don Andrés
Level de Goda, Don Juan Martínez Alemán, Don Mariano de La Cova y Don Ignacio
Rendón; Pbro. Don Martín de La Cova, Licenciado Don José Joaquin Coronado, Don
Pedro Márquez de Valenzuela, Don Felipe Sánchez, Don Antonio Sotillo Verde, Don
Ramón Sánchez, Don Vicente Andrés Sánchez, Don Joaquín Suárez, Don Alonso
Bruzual, Don Antonio José Betancourt y Don José Manuel Grau. Formaron el
Claustro los doctores Mariano de La Cova, Juan Martínez Alemán, Pedro Level
Alén, Rafael Avalos, Pbros. Martín de La Cova, Fray Tomás Garmendia y los
licenciados: José Justo Betancourt, Pbro. Andrés Antonio Callejón, Vicente
Andrés Sánchez y José Manuel Grau. Resultando electos: para Rector el Dr. Juan
Martínez Alemán. para Carcelario Fray Tomás Garmendia y para secretario el
licenciado José Manuel Grau. Dicha Universidad erigida el 11 de mayo de 1812,
desapareció poco después con motivo de la guerra.
A esa generación de maestros le debe la ciudad
de Cumaná, su fama de tener un magisterio inigualable en toda América. En esa
lista faltan los nombres de Don Juan Crisóstomo Bermúdez de Castro, Blas de
Rivera, María Alcalá de La Guerra, y el formidable Fray Cristóbal de Quesada.
Sus nombres deben ser estampados en bronce a las puertas del Rectorado de la
Universidad de Oriente, para que se
sepa. Nació en Cumaná, el 27 de octubre
de 1830 y murió en - Caracas, el 23 de
marzo de 1896. Tomado de Don Alberto
Sanabria.
27-10-1824. EL COLEGIO NACIONAL DE CUMANA.
Erección del Colegio Nacional de Cumaná. Decreto Ejecutivo del gobierno Gran
Colombiano, suscrito por el Vicepresidente de Colombia General en Jefe
Francisco de Paula Santander. Se ratifica en todas sus partes la creación de la
Universidad de Cumaná, creada en 1812.
En 1812 para
la mejor administración de los diversos estudios que se cursaban en Cumaná el
Concejo Municipal reunió en un solo local todas las clases y el Poder
Legislativo constituyó con ellas una Universidad para lo cual se congregaron
los señores: Pbros. Doctores Pedro Coronado, Don Pedro Level Alén, Don Diego
Antonio Alcalá Mayz, Don José Lorenzo Rendón, y Don José Martínez de Gordon;
doctores Don José Gervasio Rodríguez de Astorga, Don Andrés Level de Goda, Don
Juan Martínez Alemán, Don Mariano de La Cova y Don Ignacio Rendón; Pbro. Don
Martín de La Cova, Licenciado Don José Joaquin Coronado, Don Pedro Márquez de
Valenzuela, Don Felipe Sánchez, Don Antonio Sotillo Verde, Don Ramón Sánchez,
Don Vicente Andrés Sánchez, Don Joaquín Suárez, Don Alonso Bruzual, Don Antonio
José Betancourt y Don José Manuel Grau. Formaron el Claustro los doctores
Mariano de La Cova, Juan Martínez Alemán, Pedro Level Alén, Rafael Avalos,
Pbros. Martín de La Cova, Fray Tomás Garmendia y los licenciados: José Justo Betancourt,
Pbro. Andrés Antonio Callejón, Vicente Andrés Sánchez y José Manuel Grau.
Resultando electos: para Rector el Dr. Juan Martínez Alemán. para Carcelario
Fray Tomás Garmendia y para secretario el licenciado José Manuel Grau. Dicha
Universidad erigida el 11 de mayo de 1812, desapareció poco después con motivo
de la guerra.
A esa generación de maestros le debe la ciudad
de Cumaná, su fama de tener un magisterio inigualable en toda América. En esa
lista faltan los nombres de Don Juan Crisóstomo Bermúdez de Castro, Blas de
Rivera, María Alcalá de La Guerra, y el formidable Fray Cristóbal de Quesada.
Sus nombres deben ser estampados en bronce a las puertas del Rectorado de la
Universidad de Oriente, para que se
sepa. Nació en Cumaná, el 27 de octubre de 1830 y murió en - Caracas, el 23 de marzo de 1896. Tomado de Don Alberto Sanabria.
27-10-1830. EL ILUSTRE POETA
VICENTE CORONADO.
Nació en Cumaná
el 27 de octubre de 1830 y murió en Caracas el 23 de marzo de 1896. Marco Tulio
Badaracco Bermúdez, lo incluye en su antología de poetas cumaneses “Fuego de
Blanca Luz”, con un soneto tremendo que tituló “El Laurel de la Discordias” y
en el cual con un solo pincelazo descubre todo el dolor de la batalla.
Don Alberto
Sanabria lo ubica entre las grandes figuras de la cultura venezolana, con una
cita, veamos:
“Don Felipe
Tejera, en su notable obra titulada “Perfiles venezolanos” nos dice lo
siguiente: “Como poeta, Coronado es de los más notables de Venezuela, de los
versos, lo atinado de sus tropos y lo encumbrado de su poesía. Trabaja mucho
sus composiciones sin dejarse arrebatar por el prurito de aparecer cada día con
una obra nueva en público; de ahí que Coronado tenga pocas composiciones; pero
todas buenas. En sus formas nos recuerda a Baralt. La oda a Bolívar es de lo
mejor que tenemos en nuestra lírica, y su oda “Al Cóndor” sostiene el paralelo
con las más selectas sobre el mismo asunto.
Como Baralt, nos parece más feliz en las liras que en las silvas.
Coronado dice mucho en sus poesías y no se anega en un mar de versos como
acontece por lo general en nuestros bardos. La concisión la pureza de las
formas y la limpieza y galanura del pensamiento sus principales cualidades.
Cuando vean la luz pública sus obras poéticas reunidas, se podrá apreciar mejor
en lo mucho que vale”
Agrega Sanabria: Entre sus trabajos en prosa, “bien merece recordarse su
brillante elogio de Alejandro de Humboldt”.
Coronado
estudió en el Colegio Nacional de Cumaná bajo el rectorado de Silverio
González, donde se graduó de bachiller. En Caracas culminó sus estudios de
Derecho. Ejerció exitosamente como abogado tanto en Cumaná como en Caracas; y en la carrera pública, brillo con luz
propia. Fué Ministro de Hacienda, de
Crédito Público, de Relaciones Interiores y de Fomento, con Guzmán Blanco, en
los años 70 y 80.
Le correspondió
el privilegio, siendo Ministro de Fomento de Guzmán lanco, de ser el cofundador
de las academias, de las cuales fue
Miembro fundador “Academias Venezolanas de la Lengua y de la Historia”.
Escribió mucho
y dejó una obra variada y completa: Ensayos
de historia y literatura, Composiciones
literarias, y fue colaborador de “La
Crónica de Caracas”, de la revista “Vargasia” y “El Cojo
Ilustrado”.
Brillaba en
Caracas al lado de Jacinto Gutiérrez Coll y su hermano Pedro Elías Gutiérrez
Hart, Marco Antonio Saluzzo, Pedro José Rojas, los hermanos Arcia,
Fue en todo, un
digno representante de la Cultura Cumanesa del siglo XIX.
28-10-1769. NATALICIO DEL MAESTRO DEL LIBERTADOR SIMÓN RODRÍGUEZ.
Alias Samuel
Robinson, el maestro preferido del Libertador,
nació en Caracas el 28 de octubre de 1769, y murió el 28 de febrero de
1854, en Amotape. Indudablemente su sabiduría logró cambiar el destino del
Libertador de un mundo, totalmente distinto de todo lo que existía.
Algunos
datos biográficos:
1.- Nace en
Caracas de padres desconocidos, el 28 de octubre de 1771 2.- Murió en San Nicolás de Amotape el 28 de
febrero de 1854. 3.- 1793 trabaja como
amanuense en los negocios de don Juan Vicente Bolívar y Ponte, padre del
Libertador, 4.- En 1794 presenta un
proyecto pedagógico a la Municipalidad de Caracas “Reflexiones sobre los
defectos que vician la educación”. 5.- En 1796 un tribunal de Caracas le envía
al joven Simón Bolívar para que, en calidad de interno, contribuya en su
educación. En Francia lo rescata lo acompaña al Monte Sacro donde jura luchar
por la libertad de América. 6.- En 1828.- Publica en Arequipa el pródromo de
la obra Sociedades americanas en 1828,
donde afirma que: La América española es original y originales han de ser sus
instituciones, o inventamos o erramos.
7.- En 1830 publica su obra “El Libertador del Mediodía de América; ese mismo
año publica Observaciones sobre el territorio de Vincocaya 8.- En 1831 publica
su obra Luces y Virtudes Sociales 9.-
En 1838, Publica varios artículos en el Mercurio de Santiago de Chile 10.- En
1842 viaja a Paita en el Perú donde vive Manuelita Sáenz 11.- 1850 en
Bogotá, publica en el periódico El
Neogranadino su obra Educación Republicana. Desde Bogotá viaja a Latacunga,
donde entrega al Colegio San Vicente las lecciones dictadas en ese Colegio.
28-10-1890. EL MONUMENTO A SUCRE
EN CUMANA.
Obra del
escultor italiano GIOVANNI TURINI. En esta fecha se inauguró la Estatua
Ecuestre del Gran Mariscal Antonio José de Sucre en la Plaza Ayacucho de
Cumaná. Dice Pedro Elías Marcano: “La Estatua Ecuestre del Gran Mariscal
Antonio José de Sucre, fue decretada por el Presidente de la República Dr. Juan
Pablo Rojas Paul, el 9 de diciembre de 1888. La piedra fundamental se colocó el
9 de diciembre de 1889 y fue inaugurado el monumento el 28 de octubre de 1890,
con los festejos más pomposos que ha presenciado Cumaná. Las distintas
comisiones, gremios, sociedades y Estados de la República que tomaron parte en
dichas festividades fueron: La Representación del Gobierno Nacional, el Concejo
Municipal de Cumaná, La Junta de Fomento bajo la cual se hicieron los trabajos,
las sociedades “Gloria a Sucre” y Apoteosis de Sucre” de Cumaná, el gremio
comercial de Cumaná, el Gremio Agrícola de la parroquia de San Juan, el Colegio
Federal de Cumaná, la Escuela Normal de Cumaná, las representaciones de los
estados: Bermúdez, Carabobo, Miranda y Falcón. La Comisión del Estado Bolívar,
de la municipalidad de Maturín, del Distrito Montes y Distrito Ribero, La
Sociedad “Mariscal Sucre” de Ciudad Bolívar, y el gremio de Institutores de
Cumaná, cuyas ofrendas depositadas en las gradas del monumento y expuestas a la
contemplación del público en la noche del 28 se conservan en el Salón de la
Municipalidad. Las fiestas inaugurales duraron hasta el día 30 de octubre.
El
simbolismo. “Aparece el preclaro hijo de Cumaná sofrenando el caballo en el
acto de señalar con el índice de la mano derecha a su ejército el campo de
Ayacucho. Sostiene esta mano el sobrero
al tres, como quién al acto de saludar a su ejército, después de recorrer el
campo, se ocupar ante todo de anunciarle que había hallado el campo dela
victoria, y lo señalara con el índice.
Esta posición es uno de los méritos de esta escultura, porque la línea quebrada
formada por un ligero ángulo del brazo, por la mano y el sombrero, unida a una
ligera inclinación bajo la posición horizontal, comunica a la figura del héroe
la expresión de la seguridad del jefe que ha resuelto un gran problema militar.
El jinete lleva una capa corta, cuyo
caído de los hombros fue uno de los grandes elogios que le hizo el “Herald” de
Nueva York, pero es indudable que no merecen menos elogios los pliegues de la
capa sobre el lomo del caballo. El viento que mueve la capa deja ver el busto
del jinete, siendo muy notable que las hebras de la crin y las de la cola del
caballo tengan la dirección y ondulación que les comunicaría precisamente el
suave movimiento que les imprimiría a la vez el viento que ondula la capa y el
de la parada del animal combinados.
La modelación de la cabeza y el
busto del jinete, no deja que desear, pero la dignidad con que éste está
sentado es irrivalizable. Véase de frente, por detrás o a los costados, la
dignidad de aquella figura es imponente. El escultor buscó la posición en que,
por el hecho de sofrenar el caballo, una de las piernas del jinete quedase a
plomo y la otra avanzada, posición que contribuye no solo a comunicar
elegancia, sino vida al conjunto.
La expresión
del rostro del jinete es lo más acabado del arte italiano. Ahí está de
manifiesto la convicción del héroe, que ha hallado el campo donde vencer, la
decisión de combatir y aquella serenidad sin mezcla alguna de vanidad o
jactancia que tanto caracterizaba al Mariscal Sucre.
No quiso el
escultor modelar un caballo árabe o peruano, sino un caballo venezolano, al
cual ha dado mucha elegancia, representándolo en una corta subida en el momento
en que se le sofrenaba, lo cual hace que una de las pierna de adelante esté
sumamente tensa, poniéndose así el escultor en capacidad de exigir más de los
detalles anatómicos de esta y de la pierna encogida cuya musculatura da
movimiento al animal. El doblado del cuello, el de la cabeza y la posición de
las orejas le comunican el aire marcial que armoniza el gallardo plantaje del
jinete que lo sofrena
29-10-1854.- EL GRAN MÚSICO
SALVADOR LLAMOZAS.
En mi hemeroteca, con colecciones desde 1855, tengo
material sobre nuestra afición al teatro, que ya ocupaba páginas con acertados
comentarios de artistas y funciones. Indudablemente en Cumaná, desde sus
orígenes, floreció la música y la poesía, como lo observó Francisco Depons, el
Consejero Lisboa, y otros; sobre
todo en los dos períodos de gobierno de
don Vicente de Emparan, ese fue el tiempo de Gómez Cardiel, de Don Bartolomé Bello, excelente músico y
compositor, que escribió y dejó una celebrada misa; y organizó coros
gregorianos en la iglesia del Carmen; y
los aficionados al teatro comenzaron su trabajo en las calles; luego se
construyó el Coliseo en la plaza mayor, hoy plaza Miranda. Sin embargo, debo
reconocer que ésta noticia de don Pedro Elías Marcano, es la primera que se
publica sobre los inicios del teatro en Cumaná.
Cumana era
una ciudad donde la música ocupaba un lugar privilegiado por alguna razón fue
la cuna y la universidad de Gómez Cardiel y no fue de gratis que el gran
Francisco Depons se admiró tanto del conocimiento musical de sus habitantes que
dice admirado que él contó en el centro de la ciudad 21 pianos
Este pueblo
es así se enamoran de una afición y nace un representante universal asi fue y
tenía que ser así con la música En esta
fecha 29 de octubre de 1854 nació en Cumaná el extraordinario músico y afamado pianista don
Salvador Llamozas; es fama que dio su primer concierto a la edad de 10 años, a
beneficio de la iglesia de Santa Inés, en ruinas desde el terremoto de 1853. Se
podría decir que nacio genio, era un niño de los que nacen con la música en el
espíritu o sea un niño índigo. Estudio con el gran maestro cumanés don Silverio
González, bajo su rectorado se graduó de Bachiller en Ciencias Filosóficas en
el Colegio Nacional de Cumaná en 1870. Se sabe que viajó y dio varios
conciertos en Puerto Rico, en 1876.
Don Salvador
fue un gran periodista en su género, publicó en Cumaná su famosa revista Álbum
Lírico, que editó durante 16 años; ya había incursionado en el periodismo y en
unión del músico y poeta Alejandro
Villanueva y otros fundó “Gimnasio del Progreso”. También habia publicado en el “El Renacimiento” de Silverio
González.
Por cuestiones
de trabajo se mudó para Puerto Cabello y
en sus periódicos “El Zancudo”, “El Diario de Avisos”, “El Siglo XIX”, publicó
muchos artículos relacionados con la música venezolana.
Por último pasó
a Caracas y publicó muchos trabajos en “La Tribuna Liberal”, luego funda la
revista quincenal “Lira Venezolana” en 1882, con un suplemento musical.
Su obra no ha sido revisada. Se dedica a la enseñanza musical y compone valses,
nocturnos, fantasías y aires populares, al estilo de “Noches de Cumaná”.
30-10-1784 DR. JOSE GRAÜ MACHADO.
Nació en Cumaná este notable patriota que tal como fue su vida siempre
fue marginado y utilizado como comodín pero en la medida que lo estudiamos
encontramos en él una fuerza moral que lo guiaba y enaltecía Fueron sus padres: Miguel Francisco Graü,
nacido en Valencia de España, y María Aguasanta Machado, cumanesa. Sus abuelos paternos: Don José Graü y doña Ana Pelegrín, naturales del mismo
Valencia; y sus abuelos maternos: Don Manuel Machado Verdugo, de Orotava en las
islas Canarias, y doña Maria Manuela
Ricardo, cumanesa. El padre del Licenciado Graü, llegó de España a Cumaná en
1781, casó en 1783, era contador del Hospital Militar de la expresada ciudad,
enviudó en 1786, renunció luego a la contaduría; como había estudiado latín y
filosofía en Valencia, cursó después Teología Moral, y otras materias
relacionadas con el sacerdocio, fue ordenado de presbítero en septiembre de
1796 por el Obispo de Guayana, doctor Don Francisco Ibarra, y murió al fin, en
un convento de la isla de Trinidad.
El Licenciado José Graü Machado, nació el 30 de octubre de 1784 en
Cumaná, donde estudió latín, filosofía y teología moral. Pasó luego a Caracas
en cuya universidad ingresó en 1805 a cursar cánones y derecho civil; y se
graduó de bachiller en esta última facultad durante el rectorado del doctor
Tomás Hernández Sanabria.
Regresó a Cumaná para ejercer como abogado entrando a servir con el
asesor del gobierno de Cumaná Don José
Joaquín Maroto, y con el principió en Cumaná su pasantía de derecho civil la
cual continuó con el egregio doctor Juan Martínez Alemán.
Posteriormente vuelve a Caracas y se involucró en el movimiento político
independentista sirviendo al movimiento
desde que se inició el 19 de abril de 1810
En 1811 regresó a Cumaná, participando activamente el
en movimiento independentista, desempeñando varias comisiones y nombrado para
la Secretaría General del Poder Legislativo Provincial.
En 1812 se recibió de abogado ante el poder judicial de la provincia y
restablecido el propio año en Cumaná el gobierno español fue favorecido por el
entonces gobernador Don Emeterio Ureña
con la secretaría privada.
Sin embargo después de semejante prueba de aprecio fue prisionero de
Cerveriz el cual lo remitió preso a La
Guaira, pero como llevase fianza de Ureña, siguió para Caracas, donde
permaneció teniendo la ciudad por cárcel hasta agosto de 1813 cuando el
Libertador entro a Caracas y pudo regresar a
Cumaná.
Aquí obtuvo el nombramiento de Fiscal de Hacienda, expedido por el
General Santiago Mariño, y practicó importantes comisiones a favor de la
emancipación.
El 24 de agosto de 1814 emigró a Margarita con motivo de la
ocupación de la provincia por el ejército realista al mando de Boves.
En Margarita revalidó su título de abogado pero a la llegada de Pablo Morillo
con fuerzas superiores decidió exilarse en las colonias extranjeras.
En 1818 se traslada a Guayana
para servir bajo las banderas del Libertador y
con las formalidades requeridas, se recibió también de abogado ante la Corte Suprema de Justicia instalada
por orden del Libertador y quedó desde entonces hábil para ejercer su profesión
en toda la República.
En Maturín fue nombrado Asesor de la Intendencia del Departamento
Orinoco, y en 1821 con el carácter de Gobernador Interino, publicó en la ciudad
de Cumaná la Constitución de Cúcuta.
Luego con varios cargos honoríficos llegó a ser distinguido como Diputado Principal por Cumaná al Congreso
Constituyente de 1830. Diputado Provincial de Cumaná y Presidente de la
Diputación en 1832. Ministro y Juez de la Corte Superior del Distrito de Oriente.
Administrador de la Aduana de Cumaná. Presidente de la Corte de Justicia en la
misma ciudad. Y Presidente un año de la Sociedad patriótica denominada HOMBRES
LIBRES.
En su tierra natal publicó en 1822 un Catecismo Político, dedicado a la
juventud de Cumaná, el cual se mandó estudiar en las escuelas cantonales en
1839 por el Presidente de la República, General José Antonio Páez (1),
el 14 de marzo de 1849, falleció el licenciado José Graü, honorable y
valioso patriota, instruido y probo, cuyos despojos
reposan en la iglesia de Santa Inés en Cumaná.
La portada de esta obra que remití a la Academia Nacional de La
Historia, es como sigue: Catecismo Político Arreglado a La Constitución de la
República de Colombia de 30 de agosto de 1821, para el uso de las escuelas del
Departamento de Orinoco. Dispuesto por el Licenciado José Graü asesor de la
Intendencia del mismo departamento, y dedicado a la juventud cumanesa –Año de
1822- Impreso por el orden del Supremo Gobierno para el uso de las escuelas de
Colombia- Caracas: Reimpreso por Tomás Antero. 1824.
31-10-1520. PROCESO DE RESISTENCIA INDÍGENA.
“!Se
apellidó la tierra!” Exclamó Bartolomé de Las Casas cuando escuchó sonar las
maderas en todas las montañas de los reinos caribanos.
El grito de
guerra del Cacique Maraguey de Santa Fe de Chiribiche, unido a los caciques:
Toronoima, Gil González, Tacar o Don Diego, Pasamonte y otros, con sus
numerosos guerreros, atacan a los misioneros dominicos del monasterio de Santa
Fe de Chiribiche, y resultan muertos dos misioneros y algunos indios guatiaos,
dando inicio al movimiento llamado de “Resistencia Indígena”, debido a los
crímenes cometidos por españoles al mando de un tal Alonso de Ojeda, que murió
de manos de Toronoima.
Enrique Bernardo Núñez, en su obra Cubagua, nombra entre los caciques
que la invadieron, a Toronoima, lo que viene a contradecir al cronista de
Guanta, Dr. Salazar
Cordero, que afirma que el cacique Gil
González, es el mismo cacique Toronoima, porque Gil González resultó
asesinado por Ocampo en un lance descrito con todos sus detalles por Bartolomé
de Las Casas, en 1521 como veremos más adelante
Este movimiento
indígena se conoce minuciosamente, tanto por el informe de Gonzalo de Ocampo,
como por la carta de los misioneros dominicos de fecha 14 de noviembre de 1520,
dirigido desde Santa Fe a las autoridades de Santo Domingo.
Fray Bartolomé
de Las Casas llegó a Cumaná en esos mismos días, con 13 colonos, con ánimo de trabajar en la misión
de los dominicos asentados desde 1514 en la desembocadura del río Chiribichií,
en el golfo de Cariaco; pero ya Gonzalo de Ocampo había llegado con una
expedición de castigo, y los indígenas,
estaban en pie de guerra, y no se compadecía la situación de guerra con sus métodos evangélicos.
En ese periodo
de Resistencia, los indígenas obtuvieron victorias memorables: Gil González en
Maracapana emboscó victorioso una partida de esclavistas bajo el mando de
Alonso de Ojeda, que dejó 40 cadáveres en sus playas; luego los
indígenas en pie de guerra enfrentaron al capitán Hernando Ibáñez, y lo
derrotaron causándole 5 bajas;
y luego atacaron a Gregorio de Ocaña, y le causaron 46 bajas, unidos
todos los jefes de tribus con todos sus guerreros atacaron al pueblo de Puerto
de Perlas dando muerte a sus habitantes hombres mujeres y a la servidumbre, esclavos e
indígenas que trabajaban para los españoles, tambien destruyeron las escuelas las
iglesias, los monasterios dominicos y franciscanos.
Destruyeron sus barcos sus huertas y riegos sus casas sus armas, sus
reservas de provisiones sus útiles
de labranza y cuanto habia de valor en aquellas misiones, luego se juntaron todos los caciques
y asaltaron los poblados de Margarita y Cubagua, dejándolo todo en ruina.
De esta guerra
no dicen nada bueno los historiadores que solo conocen la historia por la parte
de los triunfadores, como siempre lo hacen. Pero esta fue la respuesta contra
los bárbaros que apoyados desde Santo Domingo los esclavizaban y sometían como
esclavos La resistencia indígena duró más de cien años y de aquellas jornadas
saltaron a la historia muchos nombres de caciques y tribus heroicas, uno de ellos Cayaurima y sus
descendientes, que mantuvieron la antorcha de la libertad entre las
tribus Chacopatas y Cumanagotos hasta bien entrado el siglo XVIII
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