Ramón Badaracco
MUESTRA POETICA de MARCO TULIO
Cumaná
2013
Compilador: TULIO RAMÓN BADARACCO RIVERO
Que firma: Ramón Badaracco
Título original: MUESTRA POETICA DE MARCO TULIO
Puede ser reproducido total o parcialmente.
Diseño de la cubierta R. B.
Ilustración de la cubierta R. B.
Depósito legal
impreso en Cumaná
Tlf. 0416.811.43
E-MAIL
TLF. O416-8114-374
OF. 0293-5145-753
Prólogo
La antología poética de Cumaná de verdaderos y constantes hacedores
líricos, que en esta ley nacieron, vivieron y murieron, como los inolvidables Blanco Meaño
y Salmerón Acosta, y
los que casualmente incursionaron en este quehacer,
para cantar a la ciudad de sus amores o algún amor de mujer, a veces
desciñendo la espada, como Valentín Valiente— fue, en sus orígenes, en manos
de su compilador Marco-Tulio Badaracco, un proyecto discreto y casi tímido, una
colección de textos hacia cuyo conjunto el periodista ya de tantos años dirigía
la intención de comprobar que si la ciudad de más de cuatro siglos contenía un
suelo feraz para la dulce cosecha frutal de traspatios y charas, asimismo
resultaba opima en inteligencias o dones inspirados tradicionalmente
reservados o cultivados por esa casi excepcional y vocacional naturaleza del
lírida; ese el principio del modesto esfuerzo de Marco-Tulio Badaracco, no por
ello digno de los mejores encomios, pues a su paciencia y a su tenacidad se
debían que versos dispersos y perdidos en la tradición oral no siempre
absolutamente verídica o en papeles viejos e inencontrables —estas nuestras
comunidades sin fuentes bibliográficas, sin archivos defendidos de terremotos,
comejenes e indolencias, o bibliotecas sistematizadas, sin pasado documental
propio y cierto— lograran salvarse y reunirse hasta alcanzar fisonomía
editorial y gráfica. Al empeño de don Marco-Tulio se aliaba una como
desesperanza de quien no habría de vivir para ver el libro de tantos afanes y
búsquedas, y la prisa hubo de detener o dejar a medias cualquier otra
intención del editor, como fuera la del cotejo de los textos, la inclusión sin
excepción de cuantos poetas de una hora o de todo el tiempo aquí junto a este
río nacidos aquí tañeron su lira así la pidiesen prestada, esto dicho con
palabras del uso todavía de ciertos cronistas; de "que no se omitiese
fecha de nacimiento y muerte de todos, como un medio de valorizar con
información de interés biográfico siquiera la compilación y, por último, la noticia bibliográfica en los casos de obra
publicada como existen. Digamos entonces, para completar la historia de Fuego
de blanca luz, título tomado no al azar sino a través de un proceso de
selección, y debido a Dionisio López
Orihuela, que lo trae en su composición
titulada El fiel color (página 115), que sí no están todos aquí
convocados, responsabilidad no cabe ni al autor ni al editor, pues de nuestra parte agotamos- cuanta posibilidad
existía para evitar tal o cual ausencia; nos resultó imposible, por ejemplo,
obtener algún material de Claudio Bruzual Serra, José Antonio Pérez Coronado o
Pedro Elías Marcano y se sabe, cuando menos del primero, de la existencia de
una elegía escrita con motivo de la muerte del maestro José Silverio González. El rastro del acucioso Pedro Elías termina
con; su huida frente al Orinoco; ¿qué de sus papeles y de sus apuntes? Nacimiento
y muerte, impenetrables
enigmas sobre una mayoría,
errores y falsas datas. ¿Hasta
noviembre del 66 no se tenía como el de 1897 el empiezo —como en Cumaná
se dice— del ciclo vital de Andrés Eloy Blanco? Así estaba grabado en la tarja sobre la
fachada de su casa de la
Calle Sucre 79 y así en el pedestal del busto de la antigua
placita 19 de abril de la ciudad también de Sucre; y nos tocó a nosotros, con
la colaboración de Millana Arias restablecer, con partida de nacimiento y fe de
bautismo, el verdadero de 1896, contra lo que asientan autores de
enciclopedias, diccionarios y antologistas.
Ahora se sabe que Juan Miguel Alarcón
vivió entre 1887 y
1932; Rosa Alarcón Blanco, 1890-, 1967; Juan E. Arcia entre 1872
y 1931; otras fechas: Pedro Elías
Aristeguieta, 1885-1929; Domingo
Badaracco, 1871-1935; Don Marco-Tulio, 1883;
Ramón Badaracco, 1932; Félix A. Barberí, 1838-1891; Santos Barrios, 1928; el grande
Andrés de Giraluna, ya se dio 1896 y ya se conoce su injusta muerte en Ciudad
México, en 1955; su padre, Luis Felipe Blanco, 1859-1927;
Rafael Bruzual López, 1886-. 1932; Claudio Bruzual Serra, 1860-1903; Aquiles
Certad, nació en 1914; Diego Córdoba, en 1892; Vicente Coronado, 1830-1896;
Andrés Eloy de la Rosa ,
1888-1947; José María Díaz, 1860-1903; Carlos M. Espín, moriría en 1957; José
Agustín Fernández anda en pos de la sublimación poética, desde 1895 y que nos
perdone si revelamos su secreto; Juan. N. Freytes, 1888-1949;
Humberto Guevara, 1892-1954;
el general y guerrillero Valentín García, acabó en 1856; Mario G. Gómez,
1891-1933; Rafael José Gómez Rodríguez proviene del 1920; J. M. González
Várela, 1846-1882; J. S. González Várela,
1859-1938; Jacinto Gutiérrez
Coll, 1835-1901; Inesita Guzmán Arias,
nació en 1890; Ramón David León, en 1888; Dionisio López Orihuela, en 1893;
Pedro Elías Marcano, 1855-1930; Trina Márquez Márquez, 1907-1950; Ramón B.
Mayobre, 1877-1947; J. M. Milá de la Roca Díaz , 1885-/ 1911; José Fernando Núñez,
1849-1896; José Carmen Oliveira, nació en 1905; José Antonio Pérez Coronado,
1828-1867; Ignacio Rodríguez Mejía, 1889-1966. Acaso haya que rectificar más
de un número. De más datos se carece; de una bibliografía, alguien que se
proponga un siglo de búsquedas con suerte. Que Andrés Eloy Blanco y Salmerón
Acosta estén representados en más de una página, obvia resulta la excusa; la
poesía fue agonía creadora en ellos como para considerarlos los de presencia
más cercana, más vigente y nos comprometemos en este juicio; uno le pertenece
a América, el otro, tan adolorido, anda aún por su blanca costra de Araya
solicitando el biógrafo y el compilador de una estancia humana sublimada y de
un torrente de versos que no dejan de recitar sus pescadores de Mérito y
Manicuare y esa, su voz, no la recogió Raúl Carrasquel y Valverde, dicho sea
de paso. Que Luis Teófilo Núñez e Inés Guzmán Arias nacieron en Cumanacoa, su
condición cumanesa, por derecho propio, nadie la discuta, porque a Cumaná la
tienen como suya y porque Cumanacoa no es sino una prolongación de la misma
tierra y el mismo idéntico rió y el mismo invariable cielo y la misma alma de
la capital marinera y siempre iluminada. Para la Dirección de Extensión
Cultural de la Universidad
de Oriente y para la
Casa Superior de Estudios de esta nuestra tierra litoral,
grato deber y compromiso la de entregar Fuego de blanca luz, bajo el
nombre de Marco-Tulio Badaracco, por diversos títulos persona de merecimientos,
tantos de esos por su lealtad a la cultura de una porción nacional que reclama
y pide comprensión y lealtad y devoción sumas.
Alfredo Armas Alfonso.
INTROITO
Mi padre, Marco Tulio Badaracco
Bermúdez, fue sobre todo un gran padre
de familia de estilo clásico; hizo una pareja para toda una vida con mi madre, María
Providencia Rivero Morales, a la que amó intensamente, como para sentirme orgulloso y enamorado de tal
pareja, al igual que todos mis hermanos, porque lo amamos y recordamos con
orgullo y apasionamiento; unidos en la diversidad como hemos sido hasta ahora y
que despues de 80 años lo pueda decir y
podemos decir; y agregar: modelo nuestro y para esta ciudad también.
Fue un hombre de muy buena
estatura (m.1.77), buenmozo,
verdaderamente hermoso de cuerpo y alma: intelectual, pulcro, de extensa
cultura, atildado, de amena conversación salpicada de anécdotas, cristiano
practicante, combativo en su estilo, comunitario, fanático de su pueblo y sus
valores: fino poeta y guerrero, fue Coronel en la revolución Libertadora, no
quiso optar al titulo de abogado que se le ofreció a la muerte del General Gómez; también fue buen orador y dan testimonio de ello varios
discursos que he recogido en mi libro “Cuando LA PALABRA ES BRONCE”: cronista por naturaleza, por lo cual llegó a
ser miembro correspondiente de la
Academia Nacional de la Historia; así mismo y por distinguirse en sus trabajos
e investigaciones, fue electo primer presidente de la Sociedad Bolivariana del
Estado Sucre. Mi padre fue maestro de inglés, y para que dar clases escribió
una gramática de ese idioma. Después de esa vida azarosa de la política y el
periodismo, aceptó el cargo de registrador subalterno del Municipio Sucre del
Estado Sucre que ejerció dignamente por más de 20 años.
De su experiencia como registrador,
como estudioso de las leyes, como competente trabajador, nos dejó dos obras que
ilustran su trabajo: La jurisprudencia registral, y el Manual del Registrador. Obras
estas que con la técnica existente resulta fácil hacer, pero en su tiempo era
muy difícil, y sobre todo en la provincia; por lo difícil del acceso a las
gacetas y otra publicación: y a las
sentencias de la Corte. La dedicación, además, que necesitaba para hacerlo, el medio
y el diario trajín del oficiante.
Mi padre fue esencialmente periodista, doy
testimonio de ello en varios libros, en los cuales recojo sus editoriales, y
sus campañas periodísticas y todo su amor por Cumaná y su pueblo.
Como alumno del maestro Silverio González Várela, perteneció
a la generación de oro de este pueblo; amigo y editor de Juan Miguel Alarcón, Cruz María Salmerón
Acosta, Humberto Guevara, Dionisio López Orihuela, Julio y Ramón Madriz, José
María Milá de La Roca Díaz ,
Ramón David León, Mario Castro Díaz, Norberto Salaya, Ramón Suárez, Rafael
Bruzual López, Miguel y Pedro Aristeguieta Sucre, Luis Álvarez Marcano, Rondón
Sotillo, Alejandro Villanueva, Luis Beltrán Sanabria, los hermanos Arcia, Juan
José Acuña, Luis Teófilo Núñez, Jesús Antonio Cova, Ramón Moreno Cova, Salvador Córdova, Humberto Guevara, los
hermanos Silva Díaz, los Damas Blanco, los Espín Rivero, Federico Madriz Otero,
Santos Erminy Arismendi, Luisa del Valle
Silva, Tin Fernández, Julio Zerpa, Domingo Antón, Emilio, Mauricio, Francisco
José, Santos Emilio Berrizbeitia; Juan
José Acuña, Laureano Frontado, Antonio Machado, Antonio Minguet Letteron, Luis
Teófilo Núñez, Dionisio López
Orihuela, Andrés Eloy Blanco, Luis y
José Antonio Ramos Sucre, Pedro Elías y Francisco de Paula Aristeguieta, Antonio Machado, y tantos de su intimidad, que resulta prolijo
enumerarlos.
Hombre humilde, bondadoso, sencillo,
amistoso, participativo, en su juventud fue a la par de excelente estudiante, parrandero,
tocaba muy bien el cuatro, componía y cantaba, amaba a su pueblo, amigo muy
querido de su maestro Silverio González Varela, cuya amistad cultivo hasta su
muerte, y a quien llamaba Silverito.
Lector empedernido de todo cuanto caía
en sus manos. El sabio Dr. Antonio Minguet Letteron, su devoto amigo, lo
visitaba todas las tardes, decía: ¨que él no necesitaba comprar libros, porque
Marco Tulio los compraba todos y se los prestaba¨. Él recibía periódicos y
revistas de muchas partes del mundo, compraba y coleccionaba cuanto papel caía
en sus manos, copiaba y atesoraba los versos de los poetas cumaneses; un día se los entregó al poeta Alfredo Armas
Alfonso, en la UDO, éste hizo una selección, me imagino que autorizada, no solo como curador sino que Papá lo aceptó; pero que en cierto
sentido no le gustó; como me lo dijo a mí, porque desechó muchos poemas, que no
eran de su agrado, o por ahorrar, o por la causa que fuera, le restaron sentido
a su búsqueda, y esos textos se perdieron; sin embargo, si no hubiese sido por
el poeta, nunca se hubiese publicado su obra.
En cuanto a la poesía, él fue poeta y mecenas
de los poetas y escritores, de la generación de oro de Cumaná; a quienes conminó
a escribir, de ello hay pruebas porque publicó, este llamado, en sus periódicos
¨El Disco¨ y el ¨Sucre¨, con nombres y apellidos.
Marco Tulio mantenía comunicación
permanente con ellos, estuvo siempre
bien informado de sus trabajos, puedo decir, al día en todo lo relacionado con la vida y
la obra de los escritores de su generación; mantuvo correspondencia con casi
todos los periodistas y poetas hispanoamericanos de su tiempo, y promovió
muchas competencias florales; envió
textos a Rubén Darío, y este los publicó
en París, mantuvo correspondencia con
José Antonio Ramos Sucre, y con el ginebrino George Obraian Messerly, a quien conoció aquí en Cumaná, y durante 50 años
mantuvo esa relación por correspondencia, y por fin, un día decidió ir a
Ginebra a saludarlo, y yo que viví el suceso, porque estuve antes q él en
Ginebra, sé cuanta amistad había entre
aquellos dos caballeros de singular sabiduría.
Amigo entrañable de Ramón David León, Luis
Teófilo Núñez, Marco Aurelio Rodríguez, Jesús Antonio (JA) Cova, Antonio Ramón
Moreno Cova, Andrés Eloy Blanco, J. A. Ramos Sucre, y compadre de su hermano el
Dr. Luis Ramos Sucre, y de José María Milá de La Roca Díaz , Salmerón Acosta,
Moleiro, Paz Castillo, Gerbasi, etc.
Marco Tulio, era un romántico permanente,
con estro elevado, dominaba la rima y la métrica, sin embargo, su estro
revolucionario se desencadenaba hacia otros linderos, como puede advertirse al
leer sus poemas. Fue maestro, primer director de la escuela Sucre en Cumaná;
fue maestro de inglés y escribió una gramática de ese idioma, para enseñar a
sus alumnos; Marco Tulio se distraía traduciendo a los poetas franceses e ingleses, en especial a
Henry Wadsworth Longfellow.
En su juventud cantaba y tocaba el
cuatro con bastante gracia. Aventurero, en su juventud militó en la revolución
Libertadora con el grado de Coronel, debido a su cultura y formación, en esos
tiempos de Castro, fue Jefe Civil de Maturín. Disparaba muy bien el revólver,
participó en varias escaramuzas.
En fin, Marco Tulio fue un animador de
la cultura en Cumaná, durante toda su vida. Participó activamente en los
eventos de la vida social y política de su tiempo en Cumaná, con absoluto
despego y honestidad. Fue un hombre de palabra, galante, atildado, un gran
ciudadano de reconocida solvencia moral; sin duda un gran hombre. Junto con su
primo hermano el Dr. Domingo Badaracco Bermúdez, que en cierta forma fue su maestro
y guía, ejerció en buena parte el rectorado de la generación de oro de Cumaná, y
desde el club “Surge et Ambula” y la revista “Broches de Flores”, trabajo que
continuó después en sus periódicos “El Heraldo Oriental”, “El Disco” y “El
Sucre”, desde los cuales, como dije, convocó a los intelectuales cumaneses para
la renovación cultural necesaria en época de crisis. bajo la dictadura de Gómez,
consolidó su obra.
Marco Tulio fue un cruzado del
periodismo cumanés. En una carta a Ramón David León le dijo: Cuando tenía 15
años, Rafael bautista Bruzual López y yo, fundamos ¨El Porvenir¨. Yo tuve ¨Broches
de Flores¨ con el Club Surge et Ambula, cuando apenas contábamos los 20 años.
Tuve a ¨Pléyades¨, fundada por Juan Miguel Alarcón. Y que me la traspasó.
alejándose él de Cumaná. Tuve ¨Ritmo e Ideas. Tuve ¨El Diario¨, tuve ¨El Disco
y Sucre¨.
Indudablemente fue periodista por sobre
todas las demás cosas que hizo en su larga vida, y utilizó su pluma como un
arma, en beneficio de la cultura y del progreso, y de esa manera entregó su
vida a su pueblo; para él cada necesidad de Cumaná, era una batalla, a la cual
se entregaba con pasión desbordada.
Así es, pero también debo agregar que mi
padre se inició en 1898, a
los 15 años, en el semanario de oposición “El Látigo”, de los estudiantes:
Pedro Arcia, Fortunato Serra Rodríguez, Pedro Guerra, Pedro Golindano y Manuel
de Jesús Álvarez. Este periódico se editaba en una imprenta que tenían oculta
en la cisterna del castillo de San Antonio, que en aquella época estaba
abandonado y en ruinas. En 1902 se une con el poeta Rafael Bautista Bruzual
López, y editan “El Porvenir”; en 1903, como el mismo dice, fue fundador y redactor
de “Broches de Flores” donde se dieron cita los intelectuales cumaneses para
competir con “El Cojo Ilustrado”; en 1907, fundó la revista “Pléyades” con el
poeta Juan Miguel Alarcón; en 1909, se une con Joaquín Silva Díaz y el poeta
Andrés Eloy de la Rosa ,
y editan “La Voz
de Sucre”, y “Triquitraque”; en este
mismo año edita “El Heraldo Oriental”; en 1911, con José Antonio Moreno Cova,
edita la revista “Ritmo e Ideas”; en 1921, con José Vicente Rodríguez
Valdivieso, edita “El Disco” (este es fue el primer periódico de Cumaná, que abre sus páginas
a la publicidad comercial), y en 1924, con el mismo socio edita “El
Sucre”, periódico moderno que produjo buenos dividendos y se mantuvo hasta
después de 1937, y fue acogido con simpatía
en casi todo el oriente venezolano.
Mi padre se sembró para siempre en
Cumaná, lo que se refleja en su poesía, sus campañas periodísticas y sus
editoriales. Dejó para nuestra historia, como dice Alberto Sanabria, “Fuego de
Blanca Luz”, antología de poetas cumaneses publicada por la UDO , bajo la curatoría del
escritor Alfredo Armas Alfonso; también nos dejó un poemario inédito y
revolucionario escrito a los 19 años; sus investigaciones sobre la Primogénita del
Continente Americano, publicadas en 1924, que le valieron para ser nombrado
individuo correspondiente de la
Academia Nacional de la Historia. Sus
editoriales en sus periódicos, entrevistas, cartas, pitorreos, discursos publicados por diversas
instituciones, poesía dispersa en
nuestros periódicos y revistas, bajo
seudónimos: C. O. Quelin, A. R.
LEQUIN, Jim, Otilio Murac, V. N. Zolano,
MTB, y otros; su crítica literaria, sus
opiniones sobre diversos temas, sus impecables discursos, sus campañas; y en
fin, su sabiduría que se desborda en los periódicos que publicó y conservo en colecciones, sobre todo El Heraldo Oriental”, “El Disco” y “El Sucre”
que se editaban desde 1908 hasta más allá de 1935.
Allí brilla y brillará por siempre su
magisterio, su calidad humana y su formación humanística.
Sus
poesías:
BATURRILLO
Nací el año 83
Por mi currículum
vitae
Para llegar hasta
aquí
He tomado hasta
salvite…
Nos da el destino
la vida
Y desde la propia
infancia
Conocemos el dolor
Que empieza con la
lactancia.
Ya nos lo dice
Fray Luis:
“Cuan presto se va
el placer
Cómo después de
acordado
Da dolor;
Cómo a nuestro
parecer
Cualquier tiempo
pasado
Fue mejor…”
Nuestra juventud
fue alegre
Con tantas
revoluciones
Que allá en Cumaná
dejaban
Burros, sillas y
sillones.
Era el botín de
nosotros
Que los vendíamos
baratos
Y conozco un
compañero
Que cambió uno por
zapatos.
Para apresurar la
venta
Se daba el sillón
de ñapa
Y cuando llegaba
el dueño
Se formaba la
cayapa…
Apuraban los
estudios;
Álgebra y
filosofía,
Griego, latín,
castellano,
Retórica y poesía…
El maestro
Silverito,
Napoleón y Juan
Milá,
Rivas Maza, Milá
Himiob
Y otros tantos de
allá.
Fundamos Broches
de Flores
Y el club
“Levántate y Anda”
Nos llamaban “Los
Lebranches”
Y no era aquello
parranda.
POEMAS DE 1900.
LA VIDA
¿La vida y que es la vida?... Luz fugaz
Que la tiniebla eterna de la muerte
Oculta en los abismos de lo ignoto;
Es el rayo que en un momento ha roto
Los bellísimos senos del espacio
Y con sus resplandores de topacio
Iluminó un instante el negro caos,
Y luego sumergiose para siempre
En las profundidades del averno…
Esta es la vida, si: tormentos, azares,
caprichos, vanidades, fanatismos.
Esto es obra del hombre, en su cinismo
no una fina senda ha formado
sino una vía siniestra de tristezas.
Ha impuesto sociedades, religiones,
gobiernos, y en fin mil distinciones
tan necias, que todo es pergamino
que le sirven de valla en su camino.
¿Que son las religiones? Una traba,
los gobiernos, está bien que halla gobiernos,
ellos son necesarios para el mismo
que es una fiera hiena en su idiotismo.
¿Mas, que es la sociedad? nada, arcilla…
Mas no, ésta es el cadalso, la cuchilla…
¡Oh impía sociedad te compadezco,
de ti solo nace la ambición…
En ti, en tu lacerado corazón
es donde está arraigada tiranía,
en tus locos caprichos, en tu manía
de querer parecer como aristócrata,
de querer llevar títulos exóticos,
y para esto impones beneficios
al pueblo, y le llamas sacrificio!
Si, no ves que es tu sangre sustraída,
no ves que es el pan que te da vida.
¡Hipócritas! ¡Terribles oligarcas!
Acaso no es del pueblo vuestro lujo,
no es el sudor que él ha derramado
en el estéril campo, en el arado,
y después lleváis títulos que os honran
y al humilde pueblo le deshonran;
y sin embargo hay seres en la vida
que envidian vuestro nombre, vuestra altura,
altura de sarcasmo y de cinismo,
altura sepultada en el abismo…
Queréis seguir en pos de los germanos,
queréis avasallar vuestros hermanos,
queréis resucitar el feudalismo
y tener un castillo por morada,
y en frente una horca, y ser señor,
como pasaba en Francia? me da horror…
Pues me parece ver allá colgado
en el negro cadalso, y picoteando
el carnívoro cuervo, el cuerpo inerte
de la inocente víctima de un noble…
Un noble… le escupiré yo la cara,
Aristócratas, ríome yo de ellos.
Distinción, sí, muy bien que siempre la halla
porque ella para el hombre es una valla
que puede excitarlo en sus vehemencias,
en sus locos anhelos, y sus demencias.
Mas para que será ese orgullo necio
no veis allí la muerte tan altiva
que a todos nos recoge eternamente,
y nos lleva donde el humano expía
aunque tenga su tumba de diamante,
aunque haya a su redor flores fragantes,
siempre esta máxima hemos de seguir:
recuerda hombre que polvo eres
y que en polvo te has de convertir.
3-11-1901.
CREPÚSCULO.
¡Dejad! Sombras de la no-
che portadora de mis cuitas
que contemplan engalanadas la
naturaleza tropical, no tratéis
con vuestro velo ese valle pin
toresco, ocultar en esta vez.
¡Oh! Sombras de la no-
che no apresuréis vuestro paso
dejad que estático admire…
allá el sol que ya se hun-
de en lejanos horizontes derra-
mando vanidoso su luz, fúlgi-
da en el mar, acá el llano
que ya cubre a medias las
densas sombras, allá las fres-
cas praderas, allá el búho co-
lozal; a lo lejos las monta-
ñas coronadas por neblinas,
y que rayos caprichosos y
muy vívidos alumbran del
rey astro que a propósito
se detiene en su carrera, y las
brisas autumnales que mur-
muran en la fronda y se
llevan el perfume de las
flores en sus ondas…
No véis el buitre que a-
zaroso, vuela y busca asilo
en la empinada cumbre
después, baja y va aple
gar sus alas en la fal-
da del cerro blanquecino.
Más aquí cerca en el teja-
do buscan ya su frágil ni-
do ansiosas por descansar,
los graznidos de aquel cuer-
vo, la fatídica ave negra,
que ya sale de su cueva los
ánimos a turbar.
¡Mas oh!, sombra de la noche
también tenéis vuestro
encanto…
El ganado que encaminan
a su sitio los pastores can-
turreando humildemente los
cantares del lugar y la ale-
gre campesina que condu-
ce su rebaño, no la véis en
la explanada como trisca
cual la oveja que entra
mustia en su corral.
Oh las sombras de la no-
che portadora de mis cuitas!
Esa alegre campesina es na-
cida en la campiña cuan-
do recio vendaval azota-
ban la montaña, ella es
musa de mis versos, es el
blanco de mis citas, es mi
ensueño; es mi bien y por eso
oh! noches claras y serenas
del otoño yo quisiera que tu
velo no ocultase la mora-
da, que en la falda de a-
quel monte se apercibe
tan aislada…
Esas noches silenciosas
traen a mi tantos recuer-
dos, que entonces es tanto el
gozo que me parece sufrir.
Salve, oh diosa de mi amor,
oh campesina gentil!
Penumbrosa y solitaria, de
altar te sirven las rocas, de
incienso tu hálito suave, de
Imagen te sirve Dios, a
quien llevas tus plegarias.
Yo recuerdo tus mejillas
de carmín están teñidas,
y tus ojos chispeantes, y tus
labios de coral, eres cual
Venus de Milo de conjun-
to escultural.
Por eso, oh noches serenas
y apacibles otoñales, como el
fraile ante su nave,
con oración rutinosa, con
murmullo sepulcral; no
traigas a mi memoria los
recuerdos de mi amada:
de mi amada angelical.
Baja verdes cortinajes
de campánula altanera
que enredaba en la ven-
tana de su morada cho-
cil, reclinábame en su se-
no y apercibía sus besos:
besos que me hacían dormir.
Luego aparecía la luna
Como en las noches de ene-
ro soñadora e incierta co-
mo el cielo de Venecia, de-
rramando poca lumbre,
ostentando su belleza…
Las titilantes estrellas
nos envían su luz pálida,
luz de cirio funeral y al-
rrededor danzaban guza-
nillos luminosos que mi-
raban nuestro idilio, que
tambien querían amar…
Noches portadoras de mis
cuitas, que bella es la pe-
numbra de los días oto-
ñales, el sol tiene en el
ocaso sobre el tangente hori-
zonte su disco ya casi hun-
dido, y acá en el Oriente
sobre las vírgenes selvas, ne-
gras como un panteón, ya
las sombras de la noche, por-
tadoras de mis cuitas des-
cuelgan su pabellón.
COMO CANTO
Hay cosa más sublime todavía
Que la fuente que corre susurrando
y que en sus dulces aguas va llevando
las amarillas hojas del estío.
Y es la soledad que siempre reina
en el campo: y el apurado frío
que sale de los pechos inocentes
de tiernos pajarillos;
Y las potentes masas de dura roca,
que parece que al cielo
con indecible anhelo
quisieran ya tocarlo.
Mas cual es su tristeza
al ver la comba azul
que sobre su cabeza
viste de negro tul.
Ya ves amigo mío
que hay algo más sombrío
y sublime también,
que el incansable fuete
que corre susurrando
en sus aguas llevando
la amarillenta hoja
que la montaña arroja.
NAUFRAGIO
En una noche negra, negra como el abismo.
los negros nubarrones, tan negros como el
crimen,
ocultan las estrellas y con furor ya gimen
las tumultuosas olas con sin igual cinismo.
Un barquichuelo que va empujando el viento
lo lleva hacia la tumba, lo lleva hacia la
muerte,
ya de luchar cansado se resigna a su suerte
un infeliz marino que antes iba contento.
¡Luego todo es silencio! Solo reina la calma
y las tétricas sombras del barco se apoderan:
al exánime nauta parece que dijeran
reza triste marino, vas a entregar tu alma!
De pronto todo brilla el choque de dos nubes
ha querido que el nauta contemplara su tumba
mas, luego ruge el trueno y la tormenta zumba,
cofúndense los vientos el barco baja y sube.
La arboladura cruje, los mástiles rechinan.
Las jarcias se revientan, las velas
desaparecen:
solo queda el casco, las aguas lo estremecen
y sigue la tormenta y las nubes fulminan.
Óyese luego un grito de desesperación
las aguas inundaban el buque con furor,
y el triste marinero reuniendo su valor,
luchaba en la borrasca ya casi sin razón.
Aquello era un combate, al fin las aguas
vencen.
Los relámpagos y truenos brotaban sin cesar,
y el buque: y el marino sin poder resollar,
cansado de luchar a su fin obedecen.
Ya todo va calmando, solo se siente a veces
esfuerzos inauditos que el triste nauta hace,
y más lejos en la roca el buque se deshace
y tú ¡Oh! tormenta ruda todo lo desapareces…
Y ahora yo pregunto ¿Qué es la vida?
Nacemos y un sello en nuestra frente,
nos marca nuestro sino gravemente
y decreta la muerte aborrecida.
SINFONÍA DE INVIERNO
Estamos
en plena danza de invierno, la cara del sol desdibujándose en lo alto ríe
irónicamente: se han desteñido los cielos, no hay un girón escarlata, ni una
nube rosa, ni un solo rincón azul en todo el éter infinito, y bajo la agonía de
la luz pasan los días macilentos como una caravana de supliciados; el color desvaído
del espacio se proyecta en la tierra y tiñe de tedio las almas. La lluvia cae
permanentemente en una danza gris, una danza grotesca de arañas multiformes.
Hermes está de plácemes… El agua hilándose a chorros en los alares de las
casas, encierra la calleja solitaria y aburrida en un marco diáfano, que radía
como un velo mágico a ras de la acera, semejante a una serpiente fabulosa que
estirara sus mallas y al rozar contra las guijas prorrumpiese en un quejido
bronco, angustioso y febril que desespera, desconcierta y exalta los
nervios.
TU DESNUDEZ
INTACTIL
Cuando la última
risa había transpuesto
El radioso dintel
de la morada,
Y la quietud, en
la noche, como un palio
Nuestro amor
cobijaba…
Cuando solos, por
fin, tu mano blanca
Estreché entre mis
manos,
Y te dije las
grandes ilusiones
Que tu amor me
brindaba…
Cuando los
azahares de tus sienes
Por la alfombra
rodaron,
Y la estancia
nupcial, con fina esencia
Devotos
perfumaron…
Cuando del albo
lirio de tu cuerpo
El traje fui
quitando
Y se ofreció a mis
ojos deslumbrados
Tú desnudes
intáctil…
Imagino el cariño
que los dioses
Pusieron al
crearte,
Y di gracias a
Dios que me había dado
La firme fe de
amarte.
TITANIA A MARIA
En noches que la
luna y las estrellas
Se ocultan tras
las nubes en el cielo
Cuando amenazan
ráfagas de viento
Llevase cuanto
encuentran en su vuelo.
Cuando la lluvia
fría y fastidiosa
A todos nos
detiene en el hogar
El spleenk se
apodera de mi cuerpo
Y amenaza en el
alma penetrar
¡Siento miedo!
Diríjome a la sala
Agarro la cabeza
entre mis manos
Me bullen mil
ideas, cual si fueran
En un fresco
cadáver los gusanos.
¡Que horror! He
soñado una tumba...
Cuatro amigos
cargaban mi ataúd,
Lleváronme a la
iglesia y del coro
Se desprendían las
notas de un laúd.
Después miré una
fosa muy oscura
Sentí que me
bajaban lentamente
Luego sentí un
golpe, un ruido sordo,
Era la tierra que
caía a torrentes.
Grité, nada, no
oían, era en vano,
Mi voz en la
garganta se atrasaba
Perdí el juicio y
desespereme tanto
Que con furia mi
pecho destrozaba.
Luego unos golpes
sordos me anunciaron
Que ya el
sepulturero terminaba
Era que aquel
demonio ya mi fosa
Con sus pies de
granito la apretaba.
Me resigné a
morir; creció un ruido,
Era mis compañeros
de la vida,
Era un pueblo
feliz que se alejaba
Y me daba la
eterna despedida.
Después faltome el
aire, me asfixiaba
De la muerte sentí
las convulsiones
Y traté de gritar,
y despertarme...
¡Que loca alegría!
¡Oh ilusiones!
Encontrarme en la
sala envuelto en luz
De María herido
por las notas,
Oh como viertes en
el piano
tu genio, como el
rocío sus gotas.
Que feliz, la
tumba era el hastío
Que devorando
estaba el alma mía...
Mas ya era
realidad y en el piano
Resbalando sus
manos vi a María.
Escrito a los 18
años, el 6 de noviembre de 1901
MASCARADA
Sigamos juntos la
mascarada,
No te acongojes, no
sufras más;
Yo te aseguro que
has de atraerlo,
Estás preciosa con
tu disfraz.
Todos admiran tus
formas gráciles,
Aunque de vieja
fingiendo vas:
Los vivos soles de
tus pupilas
Queman la seda del
antifaz.
No te apresures
que ya no puedo
Ir tan de prisa, y
esa inquietud,
Mohín gracioso de
gentileza,
Va pregonando tu
juventud,
Dame tu brazo, ya
soy tan viejo,
Y estoy cansado,
tú me guiarás;
Llévame al parque
ya abandonado,
Y allí tus cuitas
me contarás.
Pon fe en tu
gracia, luego en el baile
Habrá remedio para
tu mal:
¡Si así pudiera
dejar mis penas
¡Entre el bullicio
del carnaval!
Los años vierten
nieve en las almas…
Oye, apartemos el
antifaz;
Quiero que al
rostro libre nos besen
Los rayos de oro
del sol fugaz.
No te acobardes si
como sabes
El es ingrato, cruel
y falaz:
Dejando pronto la
cortesana
Ante tus gracias
se rendirá.
¿Mas por qué
juzgas mal de los hombres?
¡Cuántos pesares
sufren también!
Vamos, quitémonos
las cartetas…
¿Tú
Margarita? ¡Fausto, mi bien!
Se
muere el día, como un radiante
Vívido
ensueño que se nos va
Y cual
pupilas de novias blondas
Fulge
en la noche la luz del gas
AMANECER DE CUMANÁ
Entre fulgores
rompe alba la mañana
Con brochazos de
oro dora el día
En el cielo los
cirros se iluminan
Es de la luz
radiosa epifanía.
Un haz recorre la
lejana cumbre
Traza formas de
extraña fantasía
Penetra en el
boscaje, despertando
Las aves con
ruidosa algarabía…
De Norte a Sur,
con vuelo acompasado,
Cruzan los
alcatraces la bahía
La cotúa,
ingeniero del espacio
Vuela en arcos de
sabia geometría.
El gavilán da
giros en el aire,
Busca su presa en
la maraña umbría
La remonta en su
garra, es una sierpe
Que se retuerce en
vano en su agonía.
La gaviota se mece
perezosa
Arriba en el azul
que desafía
Las alas
extendidas, ojo alerta
Rauda se lanza al
mar en pesquería.
La garza blanca,
el cucharón rosado
La roja sidra, el
cuervo, la tirria,
La claya, el
tigüitigüe, la tigana,
El caraván todos
en romería.
Al pasar hacia el
mar en sus afanes
Dan al amanecer
grata armonía
Es Cumaná, su golfo,
sus colinas
Su río de ensueño,
toda poesía.
El despertar
feliz, el aire puro
Tibia la luz de la
mañana fría
Los florecidos árboles
difunden
Su fragancia, con
mezcla de ambrosía…
El Guaikerí tiende
su red afanosa
La arrastra plena,
en bronca gritería
Se rebosa la
playa, es la abundancia
La brinda el mar
salud y alegría.
Da comienzo a su
tráfago diuturno
La ciudad,
soñolienta todavía
Se abren los
almacenes y la calle
Toma un moderno
aspecto de Gran día.
1909
EL SAMÁN
En la planicie ardiente
El árbol milenario se estremece,
Lo sacuden las auras de la tarde
Y el sol le da sus postreros reflejos
Humboldt lo visito y le hizo historia.
Acampó allí Bolívar con sus huestes,
A su sombra quizá meditó el Genio,
En la emancipación del Continente…
Recio, de duras vértebras, cual símbolo
De la obra de Dios, de vida eterna:
Paree airada ostentación de fuerza
O vigoroso signo de protesta
Es la nocturna tienda, la guarida
De alados seres y furtivas fieras,
Erguido y fuerte se alza en la llanura
Que el verano quemó como un incendio…
Duermen en él los pájaros, se puebla
Su arropadora copa de gorjeos,
Acuden por bandadas: de la selva
Lejana, desde el Sur y del naciente.
Del mar también, trayéndole
Yodo en sus alas y en la garra fuerte,
Horizonte infinito en la mirada
Y en los ojos visiones de misterio…
Y del llano remoto, el de las gestas
Del Centauro triunfal de las Queseras
Traen olor de leyenda en el plumaje
Y en la actitud de nómades, el reto…
De la montaña nebulosa, enhiesta,
En la que Humboldt estampó
su huella,
Alta “Silla de Dios” en donde nacen
Caudalosos y eternos los torrentes…
Traen fragancias de vírgenes florestas
De secular quietud y honda opulencia,
En la que el agua fecundante brota
Para vitalizar la inmensa selva …
De la heroica ciudad, de la que fuera
Invencible bastión de luchas épicas,
Crisol de paladines, fragua ardiente,
Del valor y el amor al patrio suelo.
Y del sitio historiado donde el sino
Libró de un monstruo la sangrienta guerra,
Donde cayó ese azote de la Patria
Titán tremendo de feroz denuedo…
De la isla espartana, do el hispano
Quedó vencido del inerme pueblo,
Donde la estoica, indoblegable Mártir
Sublimó su calvario, en duro encierro.
De la noble ciudad, donde naciera
El ínclito varón, el hombre pueblo,
El que jamás temió, heroico siempre,
El del sitio inmortal de Cartagena.
De esa feraz región, antes rebelde,
Asilo de Patricios eminentes,
La que a la Patria diera ilustres hijos
La de congreso de levita egregio.
Y de aquella del áureo Vellocino,
Era del hierro y diamantinas piedras,
La del soberbio Padre de las Aguas
La del salto empinado contra el cielo…
Tribuna excelsa del Excelso Genio
Que el nombre del Epónimo ostenta
Calvario aciago del
heroico Héroe
Aquel de la victoria de San Félix.
No es el árbol sagrado de Güernica,
Ni el baobab de la africana selva
Tampoco el cedro secular del Líbano
Es el samán de Güere…
SONETOS
EL PRIMER BESO
¡No se como empezar! ¡ay! yo quisiera
tener en este instante inspiración,
para poderte describir el beso
ese símbolo inmenso de pasión.
Yo quisiera tener el don divino
de arrancar este sacro corazón;
Y enviarlo en exóticas líneas
en esta orfandad de mi pasión.
Dejándola en tus labios con sus besos
tu melódica venus te da su alma…
¿Y cómo te revelo en mi desvío
lo que a ti te pasó solo en la calma?
Yo me rindo, mas, te deseo la dicha
este mustio y terrible corazón,
que no te puede describir el beso
ese ósculo primero de pasión.
20-08-1901
LIBERTAD
Libertad pidió un
pueblo en su agonía
¡Libertad! Dijo un hombre providente
Y el mundo creyó
que era un demente
Porque juró cortar
la mano impía.
Y se lanzó a la
guerra en su manía
Aquel loco, aquel
genio, aquel gigante;
Y nos dio
libertad, y en su frente
El mal no se posó
un solo día.
Después creó sus
leyes, dio derechos
Al pueblo, y las
impías manos
De magistrados de
ambiciosos pechos
De protervos y
bárbaros tiranos
Sus leyes, y sus
glorias y sus hechos,
Todo lo han
profanado, ¡inhumanos!
7 de noviembre de
1901.
AL PASAR.
¿Que pensará? me digo cuando acierto,
Al pasar,
encontrarte en la ventana;
Escudriñando el
callejón desierto,
Esquivo del fulgor
de la mañana.
Te saludo: tu voz
es un concierto
Inimitable, de tu
labio grana,
Fluye apagada,
como el eco incierto
Que el aura trae
de música lejana,
Me detengo á
mirarte: tus pupilas
Cándidas como un
cielo é intranquilas
Me hablan de
insomnios, de perdida calma;
Y adivinando un
drama de acechanza,
Quiero verter mi
alma entre tu alma,
Como un óleo de
olvido y esperanza...
1909.
A CUMANA.
La primera del
Nuevo Continente,
La muy ilustre,
histórica ciudad,
La de Córdoba, Garceto
y Las Casas,
Y Castellón:
Gloria, inmortalidad…
La que fundaron
esos misioneros
Que a estas costas
vinieron a poblar,
La
cuatricentenaria Primogénita
Esta, donde
arraigó la cristiandad.
La que nunca negó
su sacrificio
Por la justicia y
por la humanidad,
La tierra de
Bermúdez y de Sucre
Que en Ayacucho
dio la libertad.
La del conde
Fernández de la Serpa
Quien la nombró
“Ciudad de Cumaná” …
1924
DE AYER
Son los mismos
crepúsculos de entonces,
Las mismas aguas
del tranquilo río,
El mismo es el
bastión de la colina,
Y el mismo sol de
nuestro eterno estío.
Son iguales el
templo y la colina
Igual la noche de
plafón sombrío
Igual la luz de la
lejana estrellas
Que tanto supo del
anhelo mío.
El mismo mar, el
cielo rutilante
De oro y azul, la
playa luminosa
La blanca vela del
bajel distante,
Más no así la
ilusión, ni la vivida
Embriaguez
juvenil, ni la esperanza
Remota ya, cuando
se va la vida…
1956
ACUARELA
Oh mar, a tu
ribera procelosa
Comenzó a declinar
la vida mía,
La viril plenitud
cayó achacosa
Y la mente sufrió
grave atonía
Perdida en un afán
de lucha ansiosa
Vine hacia ti en
busca de energía,
Más tu sal ni tu
brisa milagrosa
Me ha devuelto el
vigor ni la alegría.
Eres inmenso y
bello, tu belleza
Es símbolo de Dios
y su grandeza…
Sobre sus olas se creció
la gloria
Hombres ilustres
distes a la historia
Magallanes, Colón,
Vasco de Gama
Héroes que se
eternizan en la fama.
Julio
de 1967.
TU PELO SUELTO
Tienes tal gracia
y donaire
Que cuando pasas
ligera
renace la
primavera
Y hasta se perfuma
el aire
Pasas con gentil
donaire
Altiva y altanera
Tu pelo suelto al
desgaire
Y con sonrisa
parlera
Seductora y
desdeñosa
Cautivas con la
mirada
De tus ojos de
hechicera
Y con tu porte de
diosa
Tu mohín de
enamorada
Volverás loco a
cualquiera
PENSANDO
La inteligencia
humana es maravilla,
Don divino de Dios
omnipotente
Puede el hombre
crear obra sencilla,
Y magnas obras con
su propia mente.
Guarda Edison la
luz en su bombilla,
Gutenberg con su
máquina incipiente,
Guarda el saber
humano cuanto brilla
Y dignifica la
vida del presente.
Se ha conquistado
el éter, grandes naves
lo surcan,
majestuosas, serenas como aves.
se recoge la voz,
el movimiento,
La imagen, el
sonido, hasta el viento,
los tiempos idos,
para que el futuro
resucite el pasado
a ese conjuro
SÍMBOLO
Eres hecha con ampos de nieve
con pétalos níveos de un raro jazmín,
que una dulce maga, con su mano breve
delicadamente reunió en su jardín.
Eres hecha de rosa y del leve
pistilo purpúreo de
un lirio sutil,
que un dios milagroso perverso y aleve
los fue modelando con mano febril.
Tu cuerpo fue hecho de mármol y llama
tu alma es conjunto de risa y dolor,
de luz y de gracia, de angustia y placer.
Junto a tí está el cielo, tu mirada inflama…
Oh casta afrodita, Diana todo amor,
eres flor y virgen y diosa y mujer…!
FOLKLORE
EL SEBUCAN
Este lindo Sebucán
abierto como un
paraguas
tiene cintas de
colores
amarillas
y encarnadas.
Cuando el Sebucán
se enreda
no sabemos que nos
da,
si es dolor de
cabeza
o son ganas de
llorar.
Prepárense ahora
doctores
que vamos a reclamar,
obras de gran
importancia
que faltan en
Cumaná.
Esta ciudad
necesita
con urgencia, un
hospital
que sea de los
modernos
y de gran
capacidad.
Nosotras, las
cumanesas
pedimos de corazón
a tan nobles
visitantes
brinden
colaboración.
A los que tengan palanca
no se les vaya a
olvidar
hacer todo lo
posible
para darnos el
Hospital.
el tejer el
Sebucán
es de más
facilidad
porque para
destejerlo
esta la dificultad.
Ya lo vamos
destejiendo
terminará el
Sebucán
señoritas y señores
complacidos
quedarán.
Pero a todos les
pedimos
y hasta luego, les
decimos.
En la tradición de
oriente
es muy viejo el
Sebucán
se bailaba entre
los indios
como
baile principal.
Hermano de
Maremare
del Pájaro
Guarandol
antes que la Burriquita
la Jota y el
Galerón
Dicen que nació en
Guayana
lo reclaman en
Cumaná,
Barcelona y
Margarita
y hasta de la Capital.
Maturín pudiera
ser
de este joropo el
lugar
o Caicara de
Orinoco
o Guanta o Marigüitar.
Pero hay un
lugarcito
cerca de aquí, que
es San Juan
donde se muele la
yuca
comprimida en
Sebucán.
Y en alguna alegre
fiesta
que se tejía el
Sebucán
alguna de las
muchachas
de pronto empezó a
cantar.
Y de allí nació el
joropo
que ahora vamos a
entonar
mientras se teje y
desteje
el festivo
Sebucán.
Nosotras somos las
indias
las indias de Cumaná
y venimos a bailar
este lindo
sebucán.
PITORREOS
Pasatiempo
Es noticia ya
corriente
Entre la pícara
gente,
Una cosa singular,
Que no daña ni
encocora,
Porque advierto
desde ahora:
No es motivo de
rabiar.
El memorable tres
de los corrientes,
Con motivo de los
hidroaviones,
Aunque tanto fue
el bululú de gentes,
Un notable
episodio de bufones
Detalle resultó
sobresaliente;
Dos árbitros,
señores del buen gusto,
Sin saber donde aprietan
los zapatos,
Ni donde leva la
existencia el gato,
Firmes y resueltos,
nada de susto,
Manifestaron al
piloto,
Vivos deseos de
volar,
En el germánico
coroto…
El musiú, receloso
de la caña,
Y aunque notose en
él, malicia o maña,
A preparar comenzó
los hidroaviones,
Incontinente los
temblores
De un frío glacial
cundió e los huesos
De los dos pobres
“gentlemans” de moda,
Por eso el musiú,
en español novel
“Beber vigorona Whisky and soda”
Escribió sonriendo
en un papel.
1923
PASATIEMPO
Con dos gentiles damas
de este mundo
Elegante y social
de Cumaná
Sostuve un tema,
sobre el cual me fundo
Para decir, que no
es tan vagabundo
Quien adora alas
damas, de verdad.
Es tan grato el
rencor de una mujer,
Por la propia
dulzura que ella encierra,
Que hasta el mismo
infierno en recia guerra
Con el demonio
pelearía
Y en honor a las
damas, yo vencer
Al mismo diablo
lograría.
Con tanta
ingenuidad, una de ellas
Así me preguntó:
“Por qué ha de
usar el Disco tiranía
Promoviendo de las
damas sus querellas
¿Sin la piedad del
hombre ni de Dios?
-Tiranía! Eso nunca, señorita;
Los señores de El
Disco son amables
Con la fea y la
bonita;
Y cuando en la
sección de “Inaceptables”
Lanzar quieren su
chinita---
Son consejos, nada
más,
Advertencia de
chismes perdonables
Por tratarse del
bien de Cumaná.
192
PASATIEMPO
De esta urbe un
notorio comerciante,
Cuyo nombre me
callo por discreto,
Revelome un
secreto,
Y de manera tal,
asaz picante,
Que sin mala
intención refiero el cuento.
No habrá porque
alarmarse, mis lectores;
Es un chisme sin
dolo ni aspaviento,
Pues son viejos compinches los autores,
Y de viejos
petuches comerciantes
Se trata de Don
“Z”,
El de abdomen
crecido, altisonante,
Anchos botines,
blusa y franeleta,
Astutos
espejuelos, y sin usar tirantes,
Aguántese quien
hiera su lanceta.
Compraba este
señor en el mercado
-serían ya las
seis de la mañana-
Una sola empanada
de a centavo,
Que en presencia
de todos con cuidado
En el bolso del
paltó guardara,
Cómo alguien con
maña preguntara:
¿A tanta prole
desayuno tanto?
“En la mesa coloco
la empanada”
-el pródigo señor
le respondió-
“luego voy con mi
esposa al desayuno,
y entre los dos, y
sin disgusto alguno
Quien agarre
primero la empanada,
Pues a ese le
tocó”.
1923
PASATIEMPO
La novedad de una
ocurrencia,
De las que no
suceden con frecuencia,
Es otro tema, de
los hebdomadarios
Que con diversos
comentarios
En ascuas tiene la
ciudad:
Uno es macabro: el
del infanticidio
Con degüello y
brutal ferocidad;
¡Horrible
infanticidio! Muy horrible
¡Sin que quepa
decirse nada más!
El otro es
Baco-joco: el suicidio
Común, de dos
buenos muchachos,
Quienes hartos del
brandy -es increíble-
Y después de un
hervido suculento,
Concibieron un
triste pensamiento:
El chiste, no muy
bueno de morir.
Y pensando en el
ojo mas opaco
De la calva señora
calavera,
Sus propias
muertes dieron a escribir;
Pero las gracias
del amigo Baco,
Quine no juega
chuscadas a la muerte,
Tuvieron, señores,
tan triste suerte
Que hasta el brío
probado de Aguilera
Se resintió por
vez primera.
Suscrita por
señores respetables
Doctores,
comerciantes y choferes
La
auto-invitación,
Toda la población,
Se preparó a los
misereres.
¿Quién no caer con
tales memoriales
Que la tal
rogatoria contenía,
Si hasta estaba
señalado el día,
y hora del
entierro, el cementerio?
Pero se les quebró
el serrucho,
Como quebrar se
puede a muchos
Porque los
auto-muertos comensales
Tuvieron nueva
vida en el pulguero…
1923
PASATIEMPO
De aquella la
dulce languidez divina
De los hermosos
ojos de la heroína
De este cuento
sencillo, que os voy a echar
-que la niña, de
cierto, ya lo adivina-
y del místico
anhelo con que fascina,
su perdón espero
si yo he de pecar:
Eran las cuatro en
punto de la mañana,
Conforme al anciano reloj de la iglesia,
Cuya campanada,
locuaz y traviesa
Del sueño
despierta a la neo espartana…
Salta ésta del
lecho, apresuradamente,
¿Por qué tan
inquieta? ¿Por qué tan de prisa?
Pregunta curiosa
el lector imprudente;
Porque en la
ternura de un amor ferviente,
A las seis debía,
quizás en la misa
Cumplir su promesa
por el novio ausente…
Sencilla se hizo
su toilette la dama,
Y cosa muy rara,
que hasta el vigorón
Usar olvidara, la Crema de Perla,
Polisoir, y liga,
también el creyón.
Con dos amiguitas
se fue para el templo,
Cuales tres
vestales parecían ellas:
Trinidad de
ensueño, luminar de estrella
Eran sus ojos, y
de piedad ejemplo…
Ahora ya sigue,
con toda prudencia
El chisme que
digo, si no, me reviento;
Refiérolo en
verso, con toda decencia.
Por Júpiter Tronante,
que no es un invento:
Se viste la joven,
quizás distraída,
Con el traje al
revés –el caso es de pena;
Y haciendo la cosa
aun más divertida,
En vez de llevar
el bendito rosario,
De orol o de plata
se llevó una cadena…
El cura oficiante
cerró su breviario;
Por fin las amigas
después de salir,
Ya fuera del
templo pudieron reír…
Para colmo mayor
de tantos errores,
Revelar vino el
sol de aquella mañana
Ante los ojos de
los espectadores:
Ver que dos medias
de diversos colores
Mal puesta llevaba
la neo-espartana…
Aunque tales
cositas son perdonables
Siempre serian de
las inaceptables
Que El Disco
castiga, como es natural.
1923
PASATIEMPO
Ya es cosa muy
juzgada en esta tierra,
Que aquí toda troupe
teatral fracasa,
Aunque venga del
Japón o de Pompeya,
De Himalaya, los
Alpes o Tarpeya;
Pues tenemos para
el bombo, calabaza,
Y, cataplum… cada quien para su casa.
Es pues visto que
esta tierra no es propicia
Ni para dramas,
maromas o comedias;
Si no viene
preparado con malicia
El artista aquí
encuentra su tragedia.
¿Pero cual la
malicia debe ser?
Sin pensarlo mucho
tiempo es muy sencillo;
Dar gratis las
funciones, pues un cuartillo
Que real
ame por entrada,
es para ver
Su esperanza de
bohemio perecer.
De equilibristas
la patria esta repleta,
De cómicos, no se diga,
mucho más,
Abundan fieras y
payasos, el veleta
Es difícil encontrarlo
pues jamás
Probar puede el
mondongo o la chuleta…
1923
No hay comentarios:
Publicar un comentario