viernes, 7 de octubre de 2016

DICIEMBRE. MEMORIA HISTÓRICA DE CUMANÁ

RE 2016


TITULOS

1-12-1906. LOS PRIMEROS TELÉFONOS DE CUMANÁ.

2.-12-1966.- IMPETRACIÓN DE MONS. DR. MARIANO JOSÉ PARRA LEÓN.

3-12-1626. CAPITAN GENERAL Don ENRIQUE ENRIQUEZ DE 
SOTOMAYOR. 1626 -1631.

4-12-1929. EL DR. ANTONIO ÁLAMO, RECONSTRUCTOR DE CUMANÁ.-

5-12-1814. ¡MATARON A BOVES!... “URICA” DONDE MURIÓ BOVES. 6-12-
1693.-GASPAR MATEO DE ACOSTA ENTREGA EL GOBIERNO.

5-12-1855. NATALICIO DEL DR PEDRO ELÍAS MARCANO AUTOR DEL 
CONSECTARIO DE LA CIUDAD DE CUMANA

7-12-1903.- MACURO.

8-12-1767. FUNDACIÓN DE GUIRIA.

8-12-1837. FR. JOSÉ ANTONIO RAMOS MARTÍNEZ. MAESTRO DE 
MAESTROS.

9-12-1824. LA BATALLA DE AYACUCHO.

10-12-1774.- DON MÁXIMO BOUCHET

10-12  MUERE JOSE ANTONIO MAYZ

11-12-1955.- INAUGURACIÓN DE LA PLAZA DEL INDIO.

12-12-1891. DR. DIEGO CÓRDOVA. 

13-01- 1884. JOSE FRANCISCO BERMÚDEZ FIGUERA.

14-12-1797. TERREMOTO DE LA DIVINA PASTORA.

15-12-1811.- LLEGA CUMANÁ EL CAPITÁN FRANCISCO JAVIER 
CERVÉRIZ.

15-12-1831. ASESINADO EN CUMANÁ EL GENERAL EN JEFE, JOSÉ

16-12-1775. GENERAL AGUSTIN ARMARIO.

17-12-1830. MUERTE DEL LIBERTADOR.

17-12-1830. DR. ANDRÉS ELOY MEAÑO.

18-12-1916. SE INAUGURA LA PLAZA RIBERO.  ORIGEN DE LA PLAZA 
BADARACCO.

19-12-1913. MONUMENTO A SUCRE. LAS CADENAS.

20-12-1816.- CONTADA POR SUCRE “LA BATALLA EN RIO CARIBE”.

21-12-1742.- Pbro. MANUEL TOMÁS AGORERA JIMÓN,



22-12-1881. DR. ANTONIO JOSÉ ANZOLA CARRILLO. 

23-12-1493. DESCUBRIMIENTO DE CUMANÁ.

24-12-1822. SUCRE COMBATE EN GUAITARA, YACUANQUER Y PASTO.

 25-11-1820. LA LIBERACIÓN DE CARÚPANO 

 26-12-1816.- MUERTE LEONOR GUERRA.

27-12-1872. EL POETA DE LOS VERCICULOS PROFANOS

28-12-1873.- Dr. Ángel Cesar Rivas.  

29-12-1739.- GREGORIO ESPINOZA DE LOS MONTEROS. 

29-12- 1893. NATALICIO DEL POETA BOHEMIO RAMÓN SUAREZ

30-12-1931. MUERTE DE  JUAN MIGUEL ALARCÓN.

31-12-1808.- JUAN MANUEL CAJIGAL Y NIÑO.

31-12-1795.- EL PRIMER PERIÓDICO “EL PATRIOTA


LOS DÍAS HISTÓRICOS

1-12-1906. LOS PRIMEROS TELÉFONOS DE CUMANÁ.

 DÍA DE FIESTA EN CUMANÁ. En esta fecha la empresa telefónica de Cumaná de Don Rafael Peronne, inauguró el servicio público y familiar de telefonía; ya el cotilleo podía hacerse impunemente, y, por supuesto las damas estaban de fiesta.
Se había inaugurado el servicio de luz eléctrica  en el centro de la ciudad, y el pueblo entusiasmado e incrédulo, iba a los negocios en los cuales se ofrecía por el módico precio de un cuartillo el minuto de uso del teléfono, hasta un máximo de tres minutos por persona, sin embargo la mayoría se sintió defraudada, porque pretendieron llamar a sus casas donde no habia receptores. El pueblo tuvo que esperar varios meses hasta que la red se expandiera. Pagaban hasta para tocar el teléfono.
En la Cumaná de esos tiempos se respiraba aire de revolución, patriotismo y progreso: el gobierno del Cabito, hablaba de democracia, era una novedosa esperanza. Su partido promovía al General Carlos Herrera para la presidencia del Estado, él fue el primer presidente electo por votación popular.
Los hermanos Peronne estaban de moda. Rafael fue un  interesante personaje  de la historia de Cumaná, fundador y administrador  de la compañía de teléfonos; llegó a nuestra ciudad en compañía de su hermano Alfredo Peronne; se hicieron ricos en el comercio de importación de artefactos eléctricos, también introdujeron en nuestra ciudad la comida italiana, como propietarios del célebre “Hotel Saboya”. Alfredo era una persona de simpatía desbordante, tanto que se casó con una de las mujeres más bellas de la Cumaná de su época, como fue Nieves Silva Zabala, hermana de Emira, más bella aún, eternizada por Sergio Martínez Picornel en el vals “Emira”, con el que bailaban e sus fiestas  todas las quinceañeras, pero no pudo conquistar su amor. Era tan bella que compitió para representar a Cumaná en el primer concurso de belleza realizado en Venezuela.
Para animar la fiesta, los Peronne invitaron a un numeroso grupo de amigos a una “cuchipanda”, o sea, una comilona amenizada por la orquesta del maestro Benigno Rodríguez Bruzual,  en “Las Palomas”, el  lugar o sala de fiestas preferido de aquella sociedad, que adoraba los baños en el río sobre todo en diciembre, y la enramada con su buena y amplia pista de baile, era la más adecuada en aquellos tiempos, entre los invitados figuraba nada menos que la familia del Presidente del Estado, el Dr. Aquiles Iturbe, su familia, y su comitiva; por lo tanto, en el brindis no faltaría el champán francés y los buenos vinos españoles de Valdepeñas, que por cierto embotellaba en Cumana mi abuelo Ramón Badaracco Rojas.
En la noche toda aquella gente fue invitada por el empresario don Ramón Eduardo Ortiz, a la décima función de la “TOSCA” de la Compañía de Teatro de Ema Soler y Pellicer, en elegante teatro montado en el interior del edificio del Mercado Público en la Plaza Miranda de Cumaná, como era casi obligatorio en esos tiempos. 
Muchos escritores, periodistas y hasta cronistas,  confunden al Ing. Alfredo Peronne, con el popular don Ángel Peronne, su primo, casado con la bella caripera Melania Vechio, pareja que  fundó en Cumaná, el “Hotel Saboya”, que durante muchos años ocupó una vieja casa colonial frente de la Iglesia de Santa Inés, y se hizo famoso, por la elaboración y degustación de estupendos espaguetis y la variedad de salsas que también fabricaba el mismo Don Ángel y su bella dama. .

Sirva esta nota para recordar también el viejo “Hotel Saboya” y a estos personajes que hicieron mucho más amable la vida social de Cumaná, durante las tres primeras décadas del siglo XX.      

2-12-1501. LA ODISEA DE CRISTOBAL GUERRA. 
Fernando el Católico condena por Cédula Real, de esta fecha, el comercio de esclavos indígenas. Sin embargo, Cristóbal Guerra  entró a Cumaná, donde fue bien recibido por los indígenas,  a “rescatar perlas y esclavos” que luego vendió en España. El Rey ordenó enjuiciar a los que habían cometido el delito; pero al poco tiempo,   se autorizó la trata de esclavos en América, sobre todo en las islas del Caribe, a los cuales se les tenía por caníbales.
Este navegante español Realizó tres viajes a la América siguiendo la ruta de Colón de 1498, con su hermano Juan, veamos: el primero, en la expedición de Per Alonso Niño (1499-1500), arribó  a la Isla de las Perlas y recogió en el puerto de Cumaná 49 marcos de perlas que había contratado el Almirante Cristóbal Colón, y  regresó a España  Al negociar las perlas  contratadas por Colón se le acusó de haber ocultado esa riqueza a los reyes por lo cual se abrió causa al Visorey. 
Con el objeto de realizar otro viaje a las Indias en busca de perlas, de cuya existencia ya se conocía bastante, Cristóbal Guerra estableció negociaciones con Per Alonso Niño para una segunda expedición, para la que contó con el apoyo financiero de su hermano Luis. Partieron de Palos y  arribaron a 300 leguas al sur del Golfo de Paria con la finalidad de explorar el territorio geográfico próximo a las islas ya descubiertas por el almirante. Desde allí emprendieron rumbo norte hasta llegar a la isla Margarita (que avistaron antes que Ojeda, aunque éste había iniciado el viaje con anterioridad), con lo cual recorrieron por primera vez la Costa de las Perlas, entrando otra vez al puerto de Cumana, y nuevamente cargaron perlas.  En febrero de 1500, con un importante cargamento de perlas, iniciaron el viaje de regreso a España, coronando la primera expedición española a América que obtuvo una rentabilidad material.

2.-12-1966.- IMPETRACIÓN DE MONS. DR. MARIANO JOSÉ PARRA LEÓN.

En esta fecha Sustituye al dignísimo obispo de Cumaná, Mons. Crisanto Mata Cova, de grata recordación, que fue nombrado por el Papa Pablo VI Arzobispo de Guayana.

El culto cronista zuliano Julio Franco, nos dice de los méritos de Mons. Parra León, en un corto perfil, detalles de su personalidad y sobre su carrera sacerdotal y política, que:

Nació Mariano parra León en los Puertos de Altagracia el 13 de Agosto de 1911. Recibió una esmerada educación, fue educador, escritor, periodista, ensayista, activista de Cristo Redentor, y sobre todo ardiente orador, que desde el púlpito, con su voz atronadora, después de lograr una clara visión de los sucesos, procedía a denunciarlos con valentía, pero muy cuidadoso, antes  se percataba muy bien de los hechos, desechando aquellos amarillistas, los cotilleos de vecinos, las calumnias, y los hechos que no ameritaban la más leve consideración, detestaba las murmuraciones y los tremendistas, cuidaba que sus palabras no se perdieran en el vacío y se aseguraba de que llegaran donde debían. Así lo conocí en Cumaná, donde tuve más de un disgusto por los ataques a que fue sometido por algunos de sus denunciados. 

Debido a esa valentía y a su honradez, fue diputado y Presidente de la Asamblea Legislativa del Estado Zulia.

Fundó el periódico “La Columna” fuerte bastión de luchas sociales para aquellos que aman la libertad y la justicia. Fue nombrado miembro correspondiente la Academia Nacional de La Historia en el estado Zulia y Obispo de Cumaná.

Nosotros, los cumaneses, somos testigos de su obra, de su entrega, de su trabajo sin descanso por elevar el nivel del sacerdocio y mejorar la conducta de los cristianos católicos en su diócesis.

Además nos dejó un libro apasionante con sus homilías y escritos.

El 28 de noviembre de 1981, se le rindió en Cumaná, con motivo de sus 70 años de vida y 48 de su ordenación sacerdotal,  un grandioso homenaje a este líder del catolicismo. Se constituyó un comité pro homenaje, conformado por los ciudadanos Cristóbal Correa, como coordinador, Ramón Yánez, Dra. Norma Romero, Isabel Alvarado, el Ing. Jorge Yánez, Julio García, Rolando Castillo, Víctor Montes, Dr. Jesús Torres Rivero, Dr. Ramón Badaracco y los  padres Gregorio J. Finol y Valbuena.

Se unieron al homenaje que Cumaná le rindió a su pastor, la Federación de Vecinos de Yolanda Patiño y Pablo Castillo; el MIR de Juan Azocar, el Rectorado de la UDO, el Consejo Parroquial de Santa Inés, el Comité de Solidaridad con Chile de Cumaná, la Nueva Alternativa, el Consejo Parroquial de la Catedral, representado por el padre Manuel Fernández Martínez, el PCV, representado por Ana de Prada, el MIR, representado por el profesor Antonio Guevara, la Sociedad Bolivariana representada por Zenaida Valera; además todo el pueblo de Cumaná, los sindicatos, los podres públicos, todos participaron             

3-12-1626. CAPITAN GENERA Don ENRIQUE ENRIQUEZ DE SOTOMAYOR. 1626 -1631.

En esta fecha fue recibido por el Ayuntamiento Cumanés, este ilustre Capitán General. Orgulloso Capitán de Flandes, Caballero de la Orden de Santiago, de la ilustre casa de los Enríquez de Salamanca.  Viene a sustituir a Don Diego de Arroyo y Daza, al que tocó enfrentar y derrotar en dos batallas épicas, a los Holandeses, que con más de cien naves bien guarnecidas, reinaban desde hacía más de 50 años en la península, y su presencia se hacía intolerable, ya que pretendían establecerse en forma definitiva en esta provincia del Imperio, que explotaban a placer.
Gobernó cinco años en Cumaná, hasta 1631, en que entregó el poder a. don Cristóbal Eguino de Mallea.
 Aprovechó muy bien la paz lograda por su antecesor, fue gobernante de paz y progreso. Durante su gobierno se refunda la ciudad de Cariaco, cuyo territorio, el reino de los Tiaos,  era gran productor de maíz, cacao y algodón. Fray Francisco de Tauste en carta al Rey en 1660,  dice al respecto: “Habrá más de 80 años que se fundó en esta provincia un pueblo de españoles, llamado San Felipe de Austria, en la tierra adentro en un sitio llamado “Guaravera”, distante de Cumaná cuatro o cinco días de camino”.
Era nada menos que la ciudad sagrada de los Tiaos, del reino de Yasoarayta, la reina de todos los caciques caribes, un reino “poblantísimo” del que Las Casas dice que tenía ciudades de más de diez mil casas, y ocupaba toda la parte nororiental de la provincia de Venezuela.
Es época de crecimiento de la población, probablemente la Ciudad de Cumaná, tendría unos 10 mil habitantes blancos y tal vez 15 mil indígenas Kaimas. La ciudad ya había consolidado sus instituciones religiosas, civiles y militares.
Tanto la gobernación como el Ayuntamiento, sus fuerzas militares y las milicias. Se había regulado la explotación de sal, de las perlas y el pago del quinto real; aumentó la producción de café, cacao, coco, maíz, algodón, etc.
Por su desempeño en Cumaná este gobernante fue designado para la gobernación de Puerto Rico, que se consideraba un ascenso, y desde allí pasó a regir la Audiencia de Tierra Firme en Panamá, donde murió en 1638.

4-12-1929. EL DR. ANTONIO ÁLAMO, RECONSTRUCTOR DE CUMANÁ.-

En esta fecha fue nombrado Presidente del Estado Sucre, por el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, para sustituir al General Emilio Fernández, que murió en la batalla que se dio en la cabecera del puente Guzmán Blanco en la mañana del 11 de agosto de 1929, cuando las fuerzas comandadas por el General Román Delgado Chalbaud, intentaban tomar la ciudad, en el curso de la revolución liderada por el heroico paladín cumanés Pedro Elías Aristeguieta Rojas, que rindió su vida por la Libertad de su pueblo.

El Periódico “Sucre” publica en Cumaná, la noticia del nombramiento del Dr. Antonio Álamo, como Presidente del Estado Sucre, en estos términos:

“El Dr. Álamo, ejerció con lucido acierto por varios años el alto cargo del Ministerio de Fomento, donde llevó metódica y eficiente organización. Su nombre es conocido en la República como un genuino representante de la Venezuela intelectual  y científica, y es hoy uno de los valiosos factores de la actual era política que sustenta por el Benemérito Jefe General J. V. Gómez de quien es amigo y leal y eficaz colaborador. .. Etc.

El Dr. Álamo prestó el juramento de ley para ejercer el cargo de Presidente del Estado Sucre,  el 9 de diciembre de 1929, y desde esa fecha se dedicó en cuerpo y alma a la reconstrucción de la ciudad destruida por el terremoto del 17 de enero de 1929. Cumaná le adeuda el homenaje que se les rinde a los héroes civiles.
 
            No se le puede seguir cobrando a este alto exponente de la cultura venezolana y bienhechor de Cumaná, el haber trabajado con el General Gómez, que al fin y al cabo fue y es un gobernante histórico por decir lo menos. 

5-12-1814. ¡MATARON A BOVES!... “URICA” DONDE MURIÓ BOVES.
Acción táctica militar de la Guerra de Independencia venezolana librada en el pueblo de “Urica”, en la provincia de Cumaná donde se enfrentaron el general en jefe José Félix Ribas (por los republicanos) y José Tomás Boves (por los realistas); triunfaron los españoles, pero tuvo como desenlace final,  la muerte de Boves, que ya fue una mayor victoria para la causa de la independencia.
Dice el manual de la guerra, que luego de la victoria obtenida por Boves en Los Maguelles (9-11-1814) contra el coronel José Francisco Bermúdez, que lo obligaba a pelear, el caudillo asturiano se dirigió con su ejército  por la vía de Nuevo Mundo al sitio de  “Urica”, a reunirse con su segundo, el coronel Francisco Tomás Morales, quien desde “Santa Rosa” había marchado hacia aquella zona.
Por su parte, Bermúdez, retornaba a Maturín, donde el general en jefe José Félix Ribas, dispuso la ejecución de la ofensiva contra los realistas en “Urica”; operación que no se había llevado a cabo debido a la decisión de Bermúdez de ir a Los Maguelles a sorprender a Boves.
Para esta empresa contaba Ribas con 2.000 hombres, entre los cuales se destacaban varios campeones patriotas: Bermúdez, Antonio José de Sucre, José Tadeo Monagas y José Gregorio Monagas, Andrés Rojas, Agustín Armario, Pedro Zaraza, Manuel Cedeño, Francisco Parejo y otros.
Al llegar al sitio de El Areo, procedió Ribas a la formación de 2 columnas de caballería de 180 hombres, las cuales recibieron el nombre de “Rompelíneas”, con Monagas y Zaraza de comandantes.
Después de efectuar todos los preparativos para la batalla, el destacamento patriota marchó durante la noche del 4 al 5 de diciembre, para amanecer en “Urica” frente a los realistas (ya Boves se había incorporado al lugar), desplegados en 3 columnas en una extensa sabana. Las hostilidades fueron iniciadas por Boves, cuando salió con su columna a enfrentarse a la que mandaba el coronel Bermúdez, al que ya había derrotado, quien ésta vez pudo rechazar el ataque. Este éxito inicial de los patriotas permitió a Ribas la colocación de sus hombres en línea de batalla, y con ellos cargó contra los realistas, quienes respondieron con intenso fuego de su poderosa artillería.
En este momento, ordenó Ribas que las columnas Rompelíneas emprendieran el ataque contra la columna derecha enemiga bajo el mando de Boves.
Cuando Boves advirtió que su columna podía ser envuelta, salió del centro de su batallón imprudente y precipitadamente y pereció en el choque. Se cuenta que el Coronel Pedro Zaraza, que se la tenía jurada, y lo vigilaba, se adelantó hasta el caudillo español y aprovechó un momento en  que el caballo del jefe español se le encabritó, para traspasarlo con su lanza.
El movimiento de la caballería patriotas falló, porque la caballería bajo el mando de Monagas, no pudo actuar, debido a que entraron en un pantano y quedaron inmovilizadas, lo que le dio la victoria a Morales que sustituyó a Boves sobre la marcha
El resto de las fuerzas realistas bajo el mando de Morales, (centro e izquierda), cargaron contra la línea republicana que esperaba la entrada de su caballería, la envolvió, y con ello obtuvo la victoria. Las bajas fueron numerosas.
Tomada esta relación con adiciones mías las tomé de Google.
Dice don Vicente Lecuna,  que fue la lanza de Zaraza, la que acabó con la vida de aquel terrible enemigo de nuestra libertad, y si lo dice don Vicente debe ser verdad, pero hay muchas versiones sobre este lance atribuido a Zaraza.

En Cumanacoa, donde Boves se ensañó contra algunos distinguidos ciudadanos, me contaba el cronista ex oficio de Cumanacoa,  don Tranquilino Saud, que algunos deudos de aquellos hombres ilustres asesinados por Boves o sus soldados, envenenaron el caballo de Boves, este inconsolable buscó a los culpables y no los encontró, total que se fue como “alma que lleva el diablo” expresión de don Tranquilino.

“El indio Zaraza, venia persiguiendo a Boves, porque dizque le mató la mujer y un ganado en una finca que tenía en Guárico. Pues, “se juntó el hambre con las ganas de comer”, los hijos de los señores ajusticiados sumariamente en Cumanacoa  por Boves, se le unieron y se fueron tras “El Taita”, hasta Urica. Dicen que al Indio no se le perdía un solo movimiento del caudillo español, y dio la casualidad, que en plena batalla, cantando victoria por todos lados,  el caballo que montaba Boves, que era muy arisco, y no estaba acostumbrado a la guerra, a cada rato se encabritaba, y el indio Zaraza, se le fue acercando, aprovechando que el caudillo no lo controlaba;  y cuando lo tuvo cerca, se le dio la oportunidad que esperaba,  el caballo se encabritó, se levantó en sus dos patas traseras, y Boves quedó indefenso, sosteniendo las riendas, cayendo hacia atrás,  entonces el indio Zaraza,  como un tigre, salto de su caballo y le dio un lanzazo que lo atravesó de parte a parte, es decir, le entró por las costillas, por la espalda, y la lanza salió por el esternón, Boves y que le gritó: ¿Por qué me tiras por la espalda cobarde?; y Zaraza le respondió… Y, como mataste tú a mi mujer, acaso la dejaste que rezara un padrenuestro?... ¡Perro asesino!... Copiado textualmente.   



5-12-1855. NATALICIO DEL DR PEDRO ELÍAS MARCANO. AUTOR DEL CONSECTARIO DE LA CIUDAD DE CUMANA. POETA LAUREADO. 


Nació don Pedro Elías Marcano  en Cumaná, el día 5 de diciembre de 1855,  siendo sus padres don José Félix Marcano y la señora Rosario Acuña  Estudió las primeras letras  en su tierra natal,  y el Bachillerato  en el antiguo Colegio Nacional de Cumaná,  cuyo rector era el notable educador e íntegro republicado don José Silverio González, maestro de tantas generaciones cumanesas,   y quien a su muerte nos dejó el recuerdo de su vida y de su obra, ambas admirables El 19 de diciembre de 1878 recibe el título de Farmacéutico, profesión ésta en la cual descolló, dada su constancia y sus no comunes conocimientos científicos.
Su vida la dedicó por completo a las letras,  especialmente al cultivo de la Historia, que tuvo en don Pedro Elías Marcano, un verdadero apóstol
Incansable en su labor histórica; las horas de que podía disponer, pues, una veces atendía alguna Farmacia y en otras ocasiones desempeñaba algún modesto cargo público las empleaba en hurgar en los olvidados archivos cumaneses, en examinar viejos y carcomidos infolios,  estudiar la vida de nuestros grandes hombres Estos honrosos trabajos también los compartía con las atenciones a su honorable hogar.
Escribió mucho en revistas y periódicos, hoy desaparecidos; editó numerosos opúsculos acerca de interesantes temas históricos, entre los cuales recordamos algunos, como “La Defensa Patriótica de Maturín”, “Biografías del Coronel Juan José Quintero y del Coronel Ramón Pérez”; publicó trabajos sobre la fundación de Maturín y de otros pueblos orientales Sobre los próceres de nuestra gloriosa independencia,  escribió hermosas páginas relacionadas con el Gran Mariscal de Ayacucho, el General en Jefe José Francisco Bermúdez, el general Domingo Montes y tantos otros paladines orientales
Miembro fundador de la “Junta de la Historia”, realizaba en dicho cuerpo las labores de Secretario y Archivero,  y a él se deben los pocos números de las magníficas “Memorias” que publicara tan útil Asociación.      
  También estuvo don Pedro Elías Marcano en contacto con las musas, ya que escribió diversas poesías,  tales como un Canto a Colón,  dedicado a Don Felipe Tejera;  un poema en honor de Antonio José de Sucre, con motivo de la inauguración de la Estatua ecuestre que se le erigió en esta ciudad, una poética ofrenda en la muerte del brillante poeta, orador y periodista cumanés Juan Manuel González Varela; “La Cruz en América”, oda premiada el 31 de diciembre de 1887, en el Certamen Literario promovido en Ciudad Bolívar para celebrar el Jubileo Sacerdotal de su Santidad el Papa León XIII;  y muchos otros versos de clásico estilo y de hermoso numen.
Amigo de la instrucción pública, tambien desempeñó cátedras en algunas ocasiones, y escribió un texto de gramática Castellana, hoy desgraciadamente desaparecido.
En la ciudad de Maturín vivió largos años,  y allí contrajo nupcias con la señorita Liduvina Balderrama, y en su matrimonio tuvieron varios hijos.  
Ahora, queremos referirnos a su obra de mayor importancia, y a la cual dedico especial afecto “El Consectario de la ciudad de Cumaná”, en la que trabajo con paciencia benedictina, con incansable tenacidad, con señalado esfuerzo, hasta verla finalizada. Eran los días en que se celebraban el Centenario de la batalla de Ayacucho,  en diciembre de 1924. Cumaná revivía sus gloriosas tradiciones, su culto por la historia, y su amor con el héroe sin tacha el Bayardo Americano Antonio José de Sucre. Gobierno y pueblo,  corporaciones y ciudadanía se esmeraban en glorificar al hijo máximo de nuestra legendaria tierra, todos querían aportar la ofrenda al recuerdo del inmortal paladín; Don Pedro Elías Marcano trabajaba silenciosamente en la obra de sus afanes y de sus más caros ideales, se trataba del “Consectario de la ciudad de Cumaná”, el cual habia comenzado un ilustre sacerdote y noble filántropo cumanés,  el Arcediano don Antonio Patricio de Alcalá. Don Pedro Elías Marcano completó la obra, y como brillante complemento escribió una serie de biografías de importantes hijos de la ciudad del Manzanares, en las cuales encontramos el dato preciso y la información oportuna acerca de tantos varones, que fueron  gloria de la tierra que los vio nacer La primera edición del Consectario de la ciudad de Cumaná se realizó en la imprentas “El Heraldo” de Marco Tulio Badaracco en 1924.
En la advertencia de la primera edición, nos dice don Pedro Elías Marcano, lo siguiente “Ahora bien, si toda ocasión es oportuna  para exhibirse cualquier trabajo, ninguna como el presente, en que se festeja el Centenario de la Batalla de Ayacucho, es más propicia para dar a luz pública este libro,  una vez que,  reunidas en él históricamente las familias cumanesas,  cual,  si se hubiesen dado cita para asistir en espíritu a la edificante apoteosis. Cumaná toda aviva su amor patrio al contemplar en el horizonte mortal de su vida la figura luminosa de su hijo el Gran Mariscal Antonio José de Sucre, que selló con hidalguía en aquel campo épico la Emancipación política de Sur América  “Tan hermosas grases revelan la íntima satisfacción que experimentaba Don Pedro Elías Marcano al publicar “El Consectario de la Ciudad de Cumaná”.
Hombre de gran espíritu religioso lo vimos formar filas en las sociedades de nuestra tierra,  y fue honrado con el cargo de Mayordomo de Fábrica del hermoso templo de Santa Inés.
Algunos años después de publicar se notable trabajo histórico,  se trasladó con su familia a Ciudad Bolívar, donde lo sorprendió la muerte, el día 27 de diciembre de 1930, noticia ésta que fe recibida con gran pesar en el seno de la sociedad cumanesa.  
El terremoto del 17 de enero de 1929, que destruyó a Cumaná, causó gran dolor a don Pedro Elías Marcano, y en carta que dirigiera a su querido amigo y compañero el Dr José Silverio Gonzales Varela, le decía,  que él deseaba bañar con sus lágrimas las ruinas de su amada tierra cumanesa, tal era el amor del anciano historiador por la ciudad que lo vio nacer.  
Alberto Sanabria Primer Cronista Oficial de Cumaná

6-12-1693.-GASPAR MATEO DE ACOSTA ENTREGA EL GOBIERNO.

  En esta fecha. Habiendo terminado su período de cinco años, y por no haber llegado su sustituto, este gobernador hizo entrega del poder al Ayuntamiento de Cumaná, como estaba pautado,  después de haber cumplido cabalmente sus funciones.

Al Maestre de Campo, se le nombró gobernador y Capitán General de estas provincias de Nueva Andalucía, Nueva Barcelona y San Cristóbal de Cumanagotos y sus fuerzas reales en sustitución de Don Francisco Rivero Galindo y Torrealba; y Gobernó desde el 15 de agosto de 1687 hasta el 5 de diciembre de 1693.

Le tocó emprender la reconstrucción de los fuertes y defensas de Cumaná, destruidos por el terremoto del 4 de mayo de 1684. Continúa la labor de fundación de pueblos a lo largo y ancho de la provincia,  de los anteriores gobernadores en una época de crecimiento demográfico de la provincia, y de la expansión de la iglesia sobre todo en la provincia de los cumanagotos.

Organiza las fuerzas reales, fomenta la agricultura, con el mejoramiento de las siembras de tabaco, algodón, maíz y cacao; emprende la construcción de algunas baterías   y la reparación, como ya dije,  de los tres fuertes principales con que contaba la ciudad, algunos averiados por la fuerza del terremoto de   1684. Dotó al fuerte de San Antonio de una muy buena estacada y atendió convenientemente todo lo de la artillería.

Se fundan durante este mandato los pueblos de misiones: Roldadillo (1688) en el sitio de los Bordones a orillas del río Tacar; Catuaro (1689), El Rincón (1690) en Araya; Santa Cruz de Cariaco (1691)  y Aricagua (1692) en el valle de Cumanacoa.


7-12-1903.- MACURO.

En esta fecha se estableció en Macuro la administración de la Aduana Cristóbal Colón.

El Almirante  Cristóbal Colón arribó al puerto de  Macuro,  en su tercer viaje a la América recién descubierta, del 5 de agosto de 1498. Hoy es un pueblo olvidado del municipio Valdés.

Al cumplir los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón a sus playas, cuando todo mundo esperaba un gran acontecimiento, durante la administración del Dr. Ramón Martínez, cuando el pintor Juvenal Ravelo habia presentado un proyecto a la Comisión Macuro 500 años presidida por el Dr. Ramón Badaracco que iba a tener relevancia mundial todo quedó en sal y agua porque se le negó el presupuesto y apenas  se realizaron algunos tímidos trabajos de reparación y remodelación de sus antiguas construcciones, calles y plazas.

Durante el gobierno de Cipriano Castro en 1903 fue construido su puerto, con el nombre de Cristóbal Colón. Entre 1904 y 1909, fue capital del Territorio Federal Cristóbal Colón, de existencia fugaz, con aduana, cuartel y sucursal del Banco de Venezuela; pero en 1935 el puerto fue eliminado, a favor del desarrollo de Guiria.

 Más tarde el Presidente de la República, Hugo Rafael Chávez Frías, auxilió al pueblo de Macuro, y se ha continuado trabajando, mejorando su calidad de vida en todos los aspectos, educación, salud, seguridad social, comunicación, y también se  ordenó la construcción de una carretera, Guiria-Macuro,  que se ha hecho imposible a través del tiempo. Esa carretera no es recomendable porque atravesaría todo el parque nacional Paria, que se conserva como un santuario nacional y debería conservarse así como patrimonio universal. Macuro es un pequeño paraíso.

8-12-1767. FUNDACIÓN DE GUIRIA.

Como homenaje al maestro Alberto Betancourt, Cronista de esa Ciudad, que mantiene esta fecha, traemos a la memoria histórica la fundación de Guiria, Capital del Municipio Valdés del Estado Sucre, como nosotros la conocemos.

            Guiria es la ciudad con el mejor futuro del estado Sucre, será la capital de la industria del Gas en Venezuela, fue fundada el 8 de diciembre de 1767, día de la Inmaculada, por los misioneros capuchinos aragoneses bajo el patronato de Nuestra Señora de la Concepción, sin embargo, Francisco Isnardy,  venezolano nacido en Trinidad, que fuera redactor del Acta de la Independencia el 5 de julio de 1810, y después Secretario del Congreso Constituyente de 1811, es quien aparece y es reconocido como su fundador.

Cristóbal Colón el 5 de agosto de 1498,  entró por la boca del río Guiria, pisó por vez primera la tierra del Continente, y fue recibido amistosamente por el pueblo Arecuna, y pasó dos días con los indígenas caribes que le obsequiaron todo lo que necesitaba para continuar su viaje.  

            Sin embargo de la relación que hace el Capitán General don Gregorio Espinoza de los Monteros, Guiria fue fundada el 21 de octubre de 1677, por el padre Agustín de Frías, y fue erigida en doctrina por el obispo Urteaga Salazar y Parra, el 21 de enero de 1713

Para 1793 el pueblo de misión era atendido por misioneros capuchinos navarros; Francois Depons decía en 1804 que era de reciente fundación, dado que se repobló con emigrados españoles y franceses fugitivos de la isla de Trinidad cuando ésta pasó a dominio británico en 1797. Entre 1872 y 1875 fue capital del territorio federal Mariño, correspondiente a los actuales distritos Mariño y Valdés del Estado Sucre.

            El pueblo de Guiria entra en la historia heroica, con grandes méritos, en enero de 1813, cuando el general Santiago Mariño, en una campaña la más arriesgada y heroica, según dice el Libertador, viene al frente de una expedición desde Trinidad, con 45 patriotas, a luchar por nuestra libertad, y desembarca victorioso en las costas de Guiria, donde su pueblo patriota se acoge bajo sus banderas en aras de la Patria. Desde Guiria Mariño emprende la portentosa campaña de 1813, que en menos de un año, colocaron sus banderas en los torreones donde antes flameaban las armas españolas, derrotando a más de nueve mil hombres que le opusieron tenaz y feroz resistencia, en todos los campos de batalla en el oriente venezolano. 

8-12-1837. FR. JOSÉ ANTONIO RAMOS MARTÍNEZ. MAESTRO DE MAESTROS. 

         Nació el padre Ramos Martínez, en Cumaná el 8 de diciembre de 1837; hijo dilecto de padres ilustres, el meritorio maestro cumanacoense Dr. José Antonio Ramos González y la matrona cumanesa Doña Trinidad Martínez Vallenilla.
         Desde muy joven se distinguió por su inteligencia y aplicación al estudio; recién tonsurado regresó a Cumaná, a servir la Vicaría Forense y el curato de Santa Inés, donde prestó servicios por 14 años, desde 1862 hasta 1876. En este tiempo su actividad fue prodigiosa, fue el animador social y cultural que el pueblo anhelaba, y un líder sin igual en todos los campos de la actividad pública; brilló en el pulpito, en el periodismo, en la organización de eventos de toda índole; era  incansable en la búsqueda del bien público y en el rescate de la historia, la cual conocía y trasmitía con entusiasmo inigualable. Cumaná toda lo amó ingenuamente.
         Le debemos la construcción de la santa iglesia de Santa Inés, fue su empeño, su constancia; nadie creía posible construirla, las condiciones, al parecer no estaban dadas, eran tiempos muy difíciles desde el punto de vista financiero, y Cumaná, vivía el espanto del último terremoto; la grey católica le debe su empecinamiento, su optimismo y su trabajo tesonero y comunitario, para lograr su empeño; Cumaná toda se volcó tras el pastor, y cuando los ánimos estaban decaídos, sin esperanzas, él vino al rescate y lo hizo, su palabra fue entonces el vino embriagante que condujo al bravo pueblo; y ese pueblo fue abriendo caminos, tocando corazones dormidos, y así se hizo el milagro de los campanarios que mueven montañas.
         Sus primeros años de sacerdocio, el pastor novicio los dedicó a esa obra y lo logró, una casa grande para la patrona bendita, la que nos protege de la inminente tragedia; esa de las torres gemelas cuyas aristas apuntan al cielo, esa que cantan nuestros poetas, de las escalinatas que ascienden hacia la casa de la poesía y el milagro, esa tranquila y sosegada celda donde aprendimos a rezar, a elevarnos espiritualmente, donde reina María, en la gruta bajo las trinitarias, la madre del Señor.
         Cada vez que oramos ante el altar de María, musitamos el nombre de nuestro benefactor, el padre José Antonio Ramos Martínez. Cumaná había quedado sin iglesia después del terremoto de 1853: la iglesia de Altagracia, la Ermita del Carmen y la Divina Pastora, los conventos de San Francisco y Santo Domingo, todo estaba en ruinas. José Antonio se dedicó en cuerpo y alma a la reconstrucción de la Ermita del Carmen y a levantar la iglesia de Santa Inés, y Cumaná se llenó de júbilo con la inauguración de esos santos espacios; y cuando todo era fiesta en Cumaná, vino la separación forzada de José Antonio, imprevistamente enviado a servir en otros pueblos, tal vez más necesitados de él. Fue un trauma que el pueblo de Cumaná tardó en asimilar, y para el mismo fue duro, porque era un hombre apegado a su grey, y aceptaba difícilmente los cambios a los que estaba obligado, por muy honoríficos que fueran, pero el juramento de obediencia se impuso y acató la orden superior.
         El Padre Ramos Martínez, era un constructor de la Iglesia de Cristo y así lo entendió, inició su peregrinaje, sirvió en Porlamar, Arenas, Mariguitar, Santo Tomás de Guayana, cuyo obispado no quiso aceptar; y sirvió sus últimos años en Carúpano. Murió este noble sacerdote el 23 de octubre de 1903 y está enterrado en el corazón del Estado Sucre, en la iglesia de Santa Rosa de Lima, desde el 13 de agosto de 1905, donde recibe todos los días, las oraciones e invocaciones de aquel pueblo tan amado por él. En todas partes dejó su olor a santidad y el recuerdo perdurable de su trabajo y sus servicios.
         Ramos Martínez aportó a la iglesia no solo su vida, sino su sabiduría y espíritu de servicio, si fuésemos a hablar de sus obras en la iglesia tendríamos que ocupar mucho espacio y el tiempo que no tenemos y además los historiadores mencionados ya han escrito sobre este aspecto.
         En mi caso particular, lo tengo conmigo a cada instante. Amante como era de la historia de su pueblo natal escribió muchas obras, cuya publicación constituye el mejor aporte del que pueblo alguno pueda ufanarse. El padre Cayetano de Carrocera recogió sus trabajos en un tomo que titulo “Memorias para la Historia de Cumaná y Nueva Andalucía”, que luego la Universidad de Oriente, y el Dr. José Mercedes Gómez, publicaron en dos volúmenes, que todo mundo conoce. Además de este trabajo colaboró en el Consectario de Cumaná, iniciado por Antonio Patricio de Alcalá, y que luego fue terminado por don Pedro Elías Marcano. Esta “Historia de Cumaná” y el “Consectario”, proveen y alumbran por los siglos de los siglos, la investigación de los orígenes de nuestro pueblo, como si fuese un nuevo Génesis Bíblico para la Primogénita de América.
La laboriosidad del Dr. Ramos Martínez fue constante y fecunda: el tiempo que le dejaba libre su santo ministerio lo dedicaba a estudiar y escribir. Dio a luz pública una traducción del francés de la edificante obra filosófica de Tomás de Kempis, intitulada “El Jardín de las Rosas”, infinidad de artículos relativos a la historia de Cumaná, de sus sacerdotes, de la formación de sus pueblos, de la historia de sus iglesias, sus gobernadores, alcaldes, cabildos, regidores, de la iglesia de Barcelona, Carúpano, Guayana, Cumanacoa, también publicó “Anales Eclesiásticos”, “La Iglesia en América durante la dominación Española”, y muchas monografías de sacerdotes cumaneses; y por el sabemos de nuestras tradiciones y de muchas instituciones y otras cosas históricas de Cumaná. Sus investigaciones son insustituibles.
         El padre Ramos Martínez, fue uno de los hombres más cultos, inteligentes, sabios y eficientes que han nacido en nuestro pueblo. Su magisterio no terminará nunca, de ello se encargará no solo su obra, sino la diosa fama, que irá unida por siempre a la de su discípulo el poeta José Antonio Ramos Sucre, cada días más elevado, cada día más imitado en Venezuela y en todo el mundo. Yo invito a conmemorar con entusiasmo el centenario de la muerte de José Antonio Ramos Martínez, nuestro gran héroe civil.

9-12-1824. LA BATALLA DE AYACUCHO.

Esta es la fecha de la victoria de toda América, porque fue la derrota definitiva de las fuerzas imperialistas de España en América. El ejército del Sur, triunfa  contra el ejército español que opera bajo el mando directo de Virrey del Perú,  Don José de Laserna, y catorce generales, los mejores guerreros de España en América.
El General Jerónimo Valdez, viniendo por su derecha al borde del farallón,  atacó a la división comandada por el honorable General La Mar, y lo hizo  con tal ímpetu, que la obligó a retroceder perdiendo muchos hombres. En el acto Sucre,  que mostraba seguridad en sus decisiones y serenidad inalterable desde un punto llamado ‘’La Sabaneta’’, ordenó al General José María Córdova, comandante  de la Segunda División de su Ejército, dar la vida de ser necesario para salvar al Continente.  Córdova, decidido a morir en el intento, carga sobre el centro del enemigo, mientras Sucre, en persona, resuelve entrar en la batalla con dos batallones de la reserva, división de Jacinto Lara.
Pero sucedió algo inesperado, lo sublime… el apolíneo General José María Córdova, desde su cabalgadura se da cuenta del peligro que corre la libertad de la América Hispana, cuando no se vislumbra un triunfador,  y la responsabilidad que le tocaba a él, en lo decisivo de sus movimientos. Entonces decide afrontarlo con su propia vida.  Toma una decisión trascendental que supera todos sus cálculos. Desmonta, mata su caballo  de un pistoletazo, para evitar retroceder y manchar su honor. Y a pie, magnifico de heroísmo, con la espada en alto, resonante la voz que atruena el aire, con la sublime orden de combate, nunca jamás oída en ningún campo de batalla. Un grito desesperado sale de su garganta… ¡Colombianos! …  ¡Armas a discreción…De frente… Paso de vencedores! Y aquel ejército como un solo hombre desmonta y lo sigue, y van a entregar la vida por la Patria, pero antes tendrán que pagar con su sangre la violación del territorio sagrado de la América inmortal.   
Monet corrió con su división en ayuda de Villalobos; pero Jacinto Lara con Silva la desbarató también. En breves instantes, Monet estaba herido, varios jefes habían perecido, y los soldados se dispersaban con pavor. Dos batallones quisieron formarse, pero Sucre se les adelantó,  no les dio tiempo...
 ‘’Un combatiente escribió: La acción se empeñó entre los batallones 1º, 2º, y 3º, de nuestras fuerzas y los Guías españoles reforzados por Rifles y Tiradores. La artillería enemiga hizo estragos en nuestras filas, cuyas bajas fueron cubiertas con el ‘’Vencedor’’, de la reserva. Por cuatro horas la lucha se mantuvo con furor los hombres caían como frutas maduras de un árbol que mueve el viento.
Se peleaba en todo la sabana de Ayacucho. Sin embargo el enemigo no habia empeñado sino sus fuerzas de la derecha, entonces resolvió comprometer sus columnas del centro y de la izquierda y mandó cargar en toda la línea La División española avanzó hasta la Sabaneta, pero allí estaban Sucre, Córdoba, Lara y La Mar… El choque fue dramático, los españoles no pudieron y enloquecieron.    
Atónito el Virrey, ordenó adelantar la reserva que mandaba Canterac, con la intimación expresa de hacer el último y más desesperado esfuerzo. Todo fue en vano! Nuestros soldados eran hombres a toda prueba, regidos por capitanes valerosísimos, ganosos todos de honra, fieles a los intereses de la independencia y determinados a perder la vida al lado de su líder.
Al General La Mar le tocó perseguir y desbandar a los vencidos atravesando profundas y escabrosas cañadas que se le interponían. Córdova avanzó con sus batallones las ásperas faldas del Condorcunqui  e hizo prisionero al Virrey que estaba herido. Lara marchó por el centro destrozando al enemigo que aún se mantenía en la pelea. 
Contra el doble de las fuerza enemigas, pelearon nuestros soldados; y en la tarde de aquel espléndido y venturoso día, nuestros depósitos contaban más prisioneros que tropas para custodiarlos.
A las cinco y media de la tarde se presentó en nuestro campo el Comandante Mediavilla, ayudante de campo del General Jerónimo Valdés, solicitando al General en Jefe para proponer una Capitulación. Sucre magnánimo sopesó la petición y la admitió. Luego vinieron los Generales Canterac y Carratalá, y ajustaron con el General Sucre las condiciones de aquel tratado, que se firmó en el poblado de Quinua.

9-12-1923 y 1924. CENTENARIO DE LA BATALLA DE AYACUCHO. 

Obra de una generación ilustre fue la Celebración de los 99 y los 100  años, de la batalla de Ayacucho en Cumaná;  para lo cual  se fundó  la “Sociedad Patriótica Ayacucho”, que la glorificó, bajo la presidencia del Dr. Delfín Ponce Córdoba.  Se nombró con anuencia del Gobierno del Estado y después, del Gobierno Nacional,  un gran Comité Directivo para que se encargase de los trabajos  objeto de la sociedad, resultando electos por unanimidad los señores siguientes:  Presidente Dr. Delfín Ponce Córdova; Primer Vicepresidente, Dr. E. L. Silva Díaz; Segundo Vicepresidente, Don Emilio Berrizbeitia; Secretario General, Dr. Domingo Badaracco Bermúdez; Sub Secretarios de Correspondencia: Dr. J. V. Rodríguez Valdivieso, Humberto Guevara, Alberto Sanabria, Paco Damas Blanco, y Octavio Rafael Neri; Secretario de Actas, Dr. F. Madriz Otero; Sub Secretario de Actas,  General F. Reyes Gordon; Tesorero, Don Manuel Fuentes; Sub Tesorero,   Enrique S. Berrizbeitia; Vocales: Dr. José Silverio González Varela;  Gral. Rafael Velásquez, Gral. Simón Núñez Ortiz, Dr. B. Milá de La Roca H., Dr. José Rafael Rojas, Dr. Miguel Aristeguieta Sucre, Andrés A. Bruzual, Dr. J. M. Urosa Ortiz, Dr. Luis Ramos Sucre, y Archivero, don Pedro Elías Marcano. 88 años transcurridos y el Cronista de Cumaná, Ramón Badaracco, recogió en un libro “El Centenario de Ayacucho en Cumaná” todo lo que se hizo y se publicó en la conmemoración de este hecho histórico.

10-12-1774.- DON MÁXIMO BOUCHET

En esta fecha fue nombrado Capitán General de la Provincia de Nueva Andalucía Ostentaba el grado de Capitán de Navío, fue nombrado gobernador y capitán general de las provincias de Nueva Andalucía, Nueva Barcelona y Guayana. 

El 10 de enero de 1778 ordenó prestar obediencia a la Cédula Real que dispuso la segregación de las provincias de Venezuela y Nueva Andalucía del Virreinato de La Nueva Granada en lo gubernativo y militar, con las cuales y con Caracas, Maracaibo, y Guayana,  y las islas de Margarita y Trinidad se formó la Capitanía General de Venezuela.

A partir de esa fecha los gobernadores de Cumaná se llamarían  Comandantes generales de la provincia lo que nunca se cumplió. En ese mismo año de 1777 se estableció  en Caracas  la Intendencia del Ejército y Real Hacienda. Desde entonces, por más de una década los gobernadores  fueron intendentes con excepción del señor Bouchet, que no aceptó la delegación por lo que el gobernador de Caracas nombró intendente suyo al señor  a don Francisco Andréu.
           
Con el establecimiento de la Intendencia y la desaparición de la Guipuzcoana, creció tanto la pobreza  de nuestros pueblos que sus clamores llegaron a la Corte.
            El gobernador Bouchet chocó con el protector de los indios Pedro González de Flores, que había denunciado ante el Consejo de Indias las injusticias y atropellos contra sus representados, esta denuncia lo llevó a la cárcel y fue trasferido a Santo Domingo y Puerto Rico. Las persecuciones contra Flores forman un amplio expediente. 
A todos estos males se agregó la pérdida de las tierras al otro lado del Unare, que se disputaban Barcelona y Caracas, los que sumados produjeron la desgracia del gobernador; sin embargo, luego se produjo un repunte en la agricultura, las pesquerías y la ganadería en los llanos de Maturín;  y Margarita pasó bajo la jurisdicción de la Intendencia de Cumaná.    
Florecieron las artes, las ciencias y la educación, fue el tiempo de  doña María de Alcalá y Rendón, 1778, que fundó, en una casa de su propiedad, una escuela para niños pobres de Cumaná, dotándola de un patrimonio en el orden de los  de 3.500 pesos anuales puestos a rédito.
En 1779 comenzó a construirse la iglesia de la Venerable Orden  Tercera al lado del Templo principal del Convento de San Francisco.

10-12-1832.- MUERE  EL COMANDANTE JOSE ANTONIO MAIZ

En San Felipe de Austria de Cariaco, vino al mundo el valeroso patriota Comandante José Antonio Maiz, cuyos padres fueron don Jaime Maiz y doña Ignacia Alcalá. Desde 1816 comenzó sus servicios a la patria y alcanzo la victoria en el juncal, Santa Fe, San Félix, Pantano de Vargas y Boyacá. Hallábase rigiendo en enero de 1820, la flotilla del Magdalena la cual se mantenía cruzando entre la angostura de Carare y San Pablo cuando salió de Mompox, con objeto de atacarla, la flotilla realista de nueve buques mayores de gruesa artillería, dos menores y algunos transportes  a cargo del Teniente Coronel don Pedro Barradas. A pesar de su inferioridad la flotilla republicana navegó hacia la contraria con entusiasmo y denuedo trabando el combate cerca del peñón  y playa de Barbacoas,  echaron los patriotas a pique dos buques, tomaron dos al abordaje, junto con nueve transportes, mataron oficiales y soldados y cogieron cincuenta prisioneros con seiscientos fusiles y muchos pertrechos. En semejante acción naval resultó herido en una pierna el patriota Maiz y por esa fatalidad sucedióle inmediatamente en el mando el coronel venezolano Juan Carvajal quien desembarcando enseguida puso término dichoso a la encarnizada lucha con un arrojo extraordinario tal victoria reportó  grandes ventajas a la causa independiente porque elevó el espíritu público, hizo a los patriotas dueños del Alto Magdalena y contribuyó con eficacia a la defensa de Antioquia. Honrosas y bien adquiridas condecoraciones mostraba en su pecho el Comandante José Antonio Maiz el cual quedó inválido con motivo de la herida mencionada y no pudo por tanto continuar en servicio de la República. Murió en Villa Vieja de Nueva Granada el 10 de diciembre de 1832; por la patria renuncio por noble desprendimiento a las comodidades de su familia y era deudo cercano del coronel don Francisco Javier Maiz, signatario como diputado por Cumaná del Acta de la Independencia el 5 de julio de 1811.
11-12-1955.- INAUGURACIÓN DE LA PLAZA DEL INDIO.

En esta fecha fue inaugurada por el Presidente del Estado Sucre, Dr. José Salazar Domínguez, la plaza o redoma del Indio  que se levantaba airosa a la entrada de Cumaná por el Oeste, y dividía la avenida Perimetral con la Nueva Toledo.

Allí terminaba la calle Arismendi y daba  principio la Av. Universidad, era y sigue siendo un centro de convergencia vial de la mayor importancia.

   El monumento al Indio, es una alegoría al origen de nuestra nacionalidad,  se construyó durante el gobierno del Dr. José Salazar Domínguez -1953-58- era Presidente del Conejo Municipal don Norberto Sanabria, entusiasta animador de esta obra; siendo director de Obras Públicas el ingeniero Iván La Cruz, que se ocupó de la vialidad y la construcción de las obras civiles; el contratista fue el italiano Salvatore Toro, apoyado por el maestro de obras Pablo Amundarain. El escultor fue el maestro  italiano José Pizzo, escultor itinerante, y para la obra fue modelo el popular  y célebre Candelario Rodríguez “El Polaco”, que en aquella época era un joven atlético, agraciado por la naturaleza, y según comentario  de sus múltiples admiradoras, era un verdadero Apolo.

Mucha gente aún recuerda a Giuseppe Pizzo haciendo su obra en un taller improvisado. Muy pocos saben que ese escultor se confió en la gentileza del pueblo cumanés, el hizo la obra sin pensar en la remuneración, en lo que se la iban a pagar, aunque siempre apostó por que el Estado se interesaría en ella, que aquí había un gobernador poeta, con numen en ejercicio, que se enamoraría de ella;  y nunca imagino el éxito de ese extraordinario monumento, que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad.    
                                                                                                              
En esta obra hay tres protagonistas, sumamente interesantes: El Dr. José Salazar Dionisio Domínguez, Gobernador del Estado Sucre, abogado, poeta y periodista,  que aceptó el trabajo del escultor; nació en Cumaná el 22 de septiembre de 1903, casó con la cumanesa Vidalina Caldera Serra. En el gobierno del Dr. Francisco Aristeguieta Badaracco, ocupo el cargo de Procurador General del Estado Sucre.; también ocupó el cargo de Secretario y Gobernador del Estado Barinas; Diputado al Congreso Nacional por el Estado Sucre, en el gobierno de Isaías Medina Angarita; Consultor Jurídico de la Gobernación del Distrito Federal, y Gobernador del Estado Sucre, durante el gobierno de Pérez Jiménez.

Su trabajo literario, se inicia con  la publicación de su libro “Guesped”, luego publica “Cuentos del Mar” en  “Fantoche”, “Elite” y “Billiken”. En 1932 publica su famoso “Santelmo”. Su meritoria carrera literaria, culmina trabajando en el ateneo de Caracas y como vicepresidente de la Asociación de Escritores Venezolanos.

El otro personaje es el propio escultor itinerante Guiseppe Pizzo, de quien tenemos  muy poco que decir, solo que el pueblo de Cumaná le debe un merecido homenaje; y  Candelario “El Polaco”, representante del pueblo cumanés, identificado con la obra, no solo físicamente, sino que asumiendo el papel que le tocaba, se dejó conducir durante meses  trasmutado en piedra viva para la eternidad a la cual entregó, no solo un pez, sino su cuerpo rotundo, dispuesto al sacrificio permanente, expuesto  al agua bautismal donde se bañan los peces, una sirena y aves del Paraíso, que rondan vigilia permanente, alrededor de su imagen.

El Indio, como dijo Pastor López, representa a Cumaná “Marinera y Mariscala” como la llaman Diego Córdoba y  Andrés Eloy, el poeta cuyos versos no se dicen, se rezan; él tomó el calificativo, que hoy identifica a nuestro pueblo del libro de Diego Córdoba, son dos poetas cumaneses que cantan juntos, y predican al mundo las glorias de un pueblo que nació enmantillado, cuya tierra, como dijo Don Mauro, tiene “El Caliche Cumanés”   que nos identifica, ese sabor que nos distingue entre todos los hombres del planeta, no para hacernos mejores o superiores, es simplemente el “ánima” del cumanés,  su don de lucha, eso de presentar el rostro limpio, la sonrisa pura, el alma candorosa, la disposición, para una buena conversación y la alegría de vivir.  

El Indio se ha convertido por obra del crecimiento de la ciudad en un epígono, ante el cual todos nos inclinamos. Es posible que allí, en ese monumento,  esté el espíritu del Cacique Cawaná, el cumanés más destacado de los primeros tiempos de la conquista, cuando llegaron los españoles en 1513 o 14, y se establecieron a orillas  del río Chiribichií, que así se llamaba el Manzanares, donde él les indicó. Era un río poderoso por donde surcaban las naves de los reyes de Europa, era un río poderoso por donde entraron Los Colones, y los bravos piratas de los mares a Cumaná, que era la joya más preciada del Imperio más poderos de la Tierra.

Es muy significativo, que ese indio le salga al paso a todo transeúnte que venga en son de paz o de guerra, a nuestra amada ciudad. Es muy significativo que se le ofrezca de comer al viandante, como lo hizo el cacique Cumaná, cuando llegaron a esta tierra los primeros Dominicos, que pagaron muy caro la traición de sus congéneres,

El  Dr. José Salazar Domínguez, intelectual reconocido por sus interesantes obras como Santelmo, que gobernó en el período  1953-58;  en su gobierno de amplitud democrática, se realizaron en Cumaná muchas obras tendientes a  la ampliación de la ciudad, tales fueron la Av. Perimetral, con su hábitat,  esos Bloques bien diseñados, amplios y confortables; el antiguo puente “Gonzalo de Ocampo”, que permitía un paseo perimetral; el Cuartel de Policía, que llamaban popularmente “El Tamanaco”;  la calle Fernández de Serpa, el Hotel Cumanagoto,  se construyeron muchas casas solariegas en la Av. Gran Mariscal y en otras calles y avenidas; y la carretera hasta Barcelona,  donde se hizo famosos Chichí Bosquetti, con su maquinaria; esta vía  dio origen a la gran avenida Universidad que amplió los límites de la ciudad, y otras calles y plazas. Cumaná vivía la euforia de las construcciones y la ampliación,  venían viajeros de todas partes, ingenieros como Iban La Cruz; en la presidencia del Concejo Municipal estaba el Dr. Germán Bastardo, que luego presidió en Caracas el Banco Obrero; se crearon grandes expectativas, se inició la industrialización en alguna áreas, por fin llegaba el progreso a Cumaná; por eso se pensó en un monumento que plasmara aquella nueva visón de nuestra bella ciudad, porque en realidad lo era, con sus playas de San Luis incontaminadas, sus balnearios y su río aun en esplendor. 


12-12-1891. DR. DIEGO CÓRDOVA. POETA Y EXELENTE CRONISTA Y DIPLOMÁTICO

Nació en Cumaná el doce de diciembre de 1891.- Recordamos hoy al escritor y poeta cumanés Diego Córdoba, hermano del eminente médico Dr. Salvador Córdova, que menciono porque ambos formaron parte indiscutible de aquella generación de científicos, literatos y periodistas, que figuran en la vanguardia de la cultura venezolana del siglo pasado, entre los cuales podemos mencionar algunos que se nos vienen a la memoria pero hay tantos más que llenaríamos esta página y faltarían nombres:  José Antonio Ramos Sucre, Andrés Eloy Blanco, Marco Antonio Saluzzo, Cruz María Salmerón Acosta, José María Milá de la Roca Díaz, Jacinto Gutiérrez Coll, Manuel Norberto Vetancourt, Pedro Elías Gutiérrez, Estanislao Rendón, Arturo y  Humberto Guevara, Domingo y Marco Tulio Badaracco B., Luis Teófilo Núñez, Delfín Ponce Córdoba, Federico Madriz, Jesús Sanabria Bruzual, Diego Carbonell, Ramón David León, Juan Miguel Alarcón, Dionisio López Orihuela, Alberto y Luis Beltrán Sanabria, Eliso, Joaquín y Agustín Silva Díaz, José Agustín Fernández, J.M. Rondón Sotillo, J.A. Cova, Napoleón Blanco, Antonio Machado, Paco Damas Blanco, y una decena más,  que dieron lustre a esa generación de intelectuales.

Fue un espíritu revolucionario que se opuso a toda suerte de dictaduras. Durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, va al exilio, a México, donde trabaja como maestro, desarrolla su obra literaria y ejerce el periodismo. En 1935, cuando muere Juan Vicente Gómez, regresa a Venezuela; pero regresa, vuelve a México como Embajador y Ministro Plenipotenciario, allá se casa y  procrea 4 hijos. Al ser derrocado don Rómulo Gallegos en 1948, renunció a la embajada y se quedó a vivir en México.      
Diego Córdoba dejó como legado su ejemplo y una obra literaria de numerosos títulos, tales como “La Ciudad Marinera y Mariscala’, “Venezuela Agonizante”, “Soñadores en el destierro”, “Miranda Soldado del Infortunio”, “Caracas de la bohemia“ y otros.
Eduardo Avilés Ramirez, dice de él, que “…es uno de esos hombres modernos, pero en el fondo dignos descendientes de los héroes de Plutarco; y agrega que era “…poeta, periodista, diplomático de larga carrera, héroe civil, a veces hasta Quijote…”
Nosotros lo vemos como un exaltado cumanés que adjetivo a nuestra ciudad para siempre.  Cumaná “La ciudad Marinera y Mariscala”. 
Para conocer su espíritu nos dejó este poema:

¡Oh dama!
Recuerdas ¡Oh virgen! De formas divinas
La euritmia sublime de Venus triunfal,
Y pienso que eres al ver que caminas
Gentil y ritmante cual un madrigal
Desohójase el verso del bardo que admira
La rosa de minio sutil de tu boca,
Y dulces cadencias te brinda su lira
Al ver que tu gracia de ángel provoca.




Veamos al poeta visto por el Cronista de Cumaná,

Dr. José Mercedes Gómez.

Diego Córdova nació en Cumaná el 12 de diciembre de 1891. Formó parte de una generación notable de escritores y poetas de relevante obra literaria que constituyó más significativo aporte de su generación a las letras Cumanesas y de significativa figuración en la literatura venezolana de todos los tiempos. Fue coetáneo de José Antonio Ramos Sucre, Andrés Eloy Blanco, Luis Teófilo Núñez, Alberto y Luis Beltrán Sanabria, Humberto y Arturo Guevara, Marco Tulio Badaracco y tantos otros que sobresalieron en la literatura, la historia, el periodismo y las ciencias médicas, como su hermano el Dr. Salvador Córdova, señera figura de las ciencias médicas venezolanas. Asistió como los jóvenes de su época al instituto de educación  secundaria que con el nombre de Colegio de Cumaná fundó en 1905, y dirigió durante muchos años,  su pariente el insigne educador José Silverio Córdova, luego de aprobadas con excelentes calificaciones los estudios de primaria.

Al finalizar los estudios secundarios se dirige a Caracas para la educación superior. Eran los tiempos de clausura de la Universidad Central en el primer septenio del régimen de Gral. Juan Vicente Gómez.

            Decidido opositor del régimen, se adhiere a los grupos juveniles que combaten la férrea dictadura del gobierno. Como muchos otros toma el camino del exilio y se residencia en Méjico, donde vivió hasta 1936 cuando regresó a Venezuela. Fue en Méjico donde desarrolló su obra literaria, ejerció el periodismo durante sus muchos años de exilio, así como la noble profesión de Maestro. Aquí contrajo matrimonio. Dos hijos, varón y hembra, fueron los frutos de esa unión.

            Finaliza la dictadura, con justa razón para quien fue decidido demócrata, paradigma del gentilicio cumanés y destacado representante de las letras venezolanas en el exterior, ingresa en la carrera diplomática. Designado embajador y Ministro {Plenipotenciario de Venezuela en Méjico, desempeñó on distinción y brillantez.

            Al ser derrocado el gobierno de Don Rómulo Gallegos, renuncia a la Embajada y con la hidalguía de siempre combate on la pluma y con los hechos el nuevo régimen dictatorial. Su casa de Méjico es el hogar de los exiliados de 1948, como lo fue también para los exiliados del Gomesismo. A el dedicó Andrés Eloy Blanco el bello soneto que sirve de pórtico a este libro, la Ciudad Marinera y Mariscala, editado por primera vez en Méjico en 1958, y que hoy reeditamos en forma facsimilar.

            Residenciado en Méjico durante muchos años, fue en este país donde realizó su obra literaria. Entre los varios títulos publicados señalaremos: Venezuela Agonizante. Méjico 1926; Poemas de Ayer y de Hoy. .San José de Costa Rica 1943; Bolívar y Roosevelt. Guatemala 1947. Soñadores en el Destierro. Méjico 1950; Miranda Soldado del Infortunio. Méjico 1954; Presencia y Poemas de Juana de Ibarboroug. Méjico 1954; Caracas de la Bohemia. Méjico 1955; Vida del Mariscal Sucre. Méjico 1959; Los Exiliados de Juan Vicente Gómez. Méjico. 1959.

            Como podemos observar, fue en la ciudad de Méjico donde se editaron la mayoría de sus libros, quizás por ello es ignorada su obra en nuestro país. Solo es conocida por algunos biógrafos y escritores. Posiblemente, a esto se debe que, su nombre no figure en el Diccionario de la fundación Polar (1988).

            Nosotros hemos encontrado en el antiguo periódico “Renacimiento” de Cumaná cinco sonetos, que insertamos en esta segunda edición de la presente obra, así como el epigrama que escribió, tal vez una de sus primeras producciones poéticas para la bella señorita Elvira Ducharne, cuyo original nos facilito el Dr. Luis Delfín Ponce Ducharne, hijo de quien seria ulteriormente Doña Elvira Ducharne de Ponce.


15-12-1831. ASESINADO EN CUMANÁ EL GENERAL EN JEFE, JOSÉ FRANCISCO BERMÚDEZ FIGUERA.

Llamado el Áyax americano.  Veamos como lo cuenta Marco Tulio Badaracco Bermúdez: 

“El día de la tragedia, por la tarde, regresaba el General Bermúdez de la visita a un buque inglés surto en el puerto, al que acudiera por invitación de la oficialidad de esa nave para un agasajo a su persona.  En el tránsito a la ciudad, uno de esos áulicos que jamás faltan,  le comunicó que Carera estaba en la ciudad, que había estado reunido  con Sotillo y sus cómplices y que el acuerdo entre ellos había sido  la premura de suprimirlo, que Carrera estaba en la casa de Don Jaime.
Bermúdez violentado por el chisme apresuró el paso, dirigiéndose directamente a la casa de Don Jaime que como de costumbre esa tarde estaba sentado a su puerta y al ver a Bermúdez  se paró para impedir el paso al Héroe pero este lo increpó: “Don Jaime, aquí está Carrera y me prometió usted no hospedarlo más en su casa”. No está,  General…” – “Si está”, y penetró airado.
Carrera no está solo, con él se encuentra Berrizbeitia que le acompaña en sus preparativos nefandos. Oyen Ambos la voz alterada de Bermúdez y se preparan…Carera está  sentado frente a su escritorio y a su izquierda, parado, está Berrizbeitia con sus manos sobre el mueble.  Carera rueda la pistola y la pone junto a la mano del joven, éste la agarra  a tiempo que Bermúdez se detiene, buscando a Carera, en el dintel de la puerta del cuarto.  Berrizbeitia dispara y el hombre, todo un pueblo, al que respetaron las lanzas de Boves, el que burlo la escuadra de Morillo huyendo de Margarita, el que acometió a Caracas, distrayendo las fuerzas realistas, para hacer factible el triunfo de Carabobo que dio la independencia a Venezuela, cae de espaldas, muerto instantáneamente. No llevaba armas de ninguna clase. Esto no es fantasía, consta en el expediente.


14-12-1797. TERREMOTO DE LA DIVINA PASTORA.
A las siete de la noche de este día, un violento terremoto cuyas víctimas fueron el famoso templo de la Divina Pastora y la madre de su párroco. Dice la Crónica del Padre José Antonio Ramos Martínez, que el terremoto derribó el famoso templo del populoso barrio de Chiclana a las siete de la noche de ese día, sepultando bajo sus escombros a la madre del padre José Patricio Quintero, famoso por el don de la oratoria sacra, lo que constituyó un triste suceso en la Cumaná de finales del siglo XVIII.  Este templo fue reconstruido por el padre Quintero, pero duró muy poco tiempo ya que el Capitán General don Tomás de Cires, ordenó su destrucción en 1818 conjuntamente con el populoso barrio de Chiclana.

15-12-1811.- LLEGA CUMANÁ EL CAPITÁN FRANCISCO JAVIER CERVÉRIZ.

Con el carácter de Comisionado Militar del General Monteverde. Cervériz es un joven de 23 años, orgulloso y cruel, compañero de Monteverde desde que inició su campaña en Coro. Desde que llegó a Cumaná, inició una cacería de patriotas que vivían en paz bajo la protección del Capitán General Don Eusebio Ureña, en su despropósito apresó a los padres de las familias más importantes de la ciudad y los envió presos a La Guaira, donde muchos murieron; a .otros, con desprecio los mataba. Con la presencia de Cerveriz la autoridad de Ureña quedó totalmente desfigurada y es destituido por Monteverde, que en su lugar nombró a don Eusebio Antoñanzas, que venía con fama de infame, el cual se presta a todas las arbitrariedades de Cerveriz.

            La actitud de estos tiranos trajo como consecuencia la reacción de los patriotas que desde el exilio iniciaron la reconquista de la Patria.  Líderes como Santiago Mariño y la colaboración de familias heroicas como los Sucre, los Bermúdez, Ortiz, Carabaño, Vallenilla, Mayz, etc., que en 8 meses de campaña logran derrotarlos.      

16-12-1775. GENERAL AGUSTIN ARMARIO.


En esta fecha nació en Puerto Cabello estado Carabobo pero escogió a Cumana como cuna y madre  Este héroe patriota, cuyo nombre honra una de las calles emblemáticas de Cumaná, nació en esta fecha  en Puerto Cabello, donde es casi desconocido. Él adoptó a Cumaná,  fue un héroe entre los cumaneses, peleó como los bravos guaiqueríes, se casó, formó familia, vivió y murió en Cumaná, después de una vida homérica, al servicio de la independencia de su Patria.

A los 35 años se incorporó a  las fuerzas de Santiago Mariño en Trinidad, y  el año de 1813 formó parte de los 45 que invadieron por Chacachacare;  se destacó en las cinco batallas de la gesta heroica de Maturín de 1813.

Continuó al lado do Mariño en 1814, en toda la Campaña del Centro, peleó a su lado en Tucupido, Altagracia, Lezama, Bocachica, la primera de Carabobo, Aragua de Barcelona;  y en 1821, en la campaña que liberó a Cumaná, bajo el mando del general Bermúdez, desplegó sus fuerzas, avanzando desde Carúpano, y  salió victorioso en las batallas contra las fuerzas realistas de Echeverría en la zona de Marigüitar,  contribuyendo decisivamente en la victoria final liberadora.

 Murió en Cumaná  en 1833,  a los 58 años. Fue enterrado con honores en la Iglesia del Carmen, en el lugar que hoy ocupa la Iglesia de Santa Inés.   

FICHA TÉCNICA

Nace en Puerto Cabello el 16-12-1783, fueron sus padres Agustín Armario y Agustina María González. Su esposa fue Josefa Manuela Cova y Alcalá de Armario.
         Se unió al movimiento emancipador desde los primeros sucesos del 19 de abril de 1810 s une a la lucha emancipadora y realiza carrera militar en la Armada y el Ejército hasta alcanzar el grado de General de Brigada de la Armada Nacional de Venezuela1
Su primera asignación en 1811 por orden del para entonces Capitán de Fragata Lino de Clemente que lo puso al mando de la cañonera  “Barinas”, que junto a la “Caracas”, al mando de Felipe Estévez, debían patrullar el área comprendida desde Puerto Cabello hasta la punta de Tucacas. En dicha asignación se enfrentaron al Capitán de Navío Juan Gabazo en Chichiribiche en aguas de la Provincia de Coro lo que fue el primer encuentro naval  a favor de nuestra gesta independentista.
En el año de 1812 es enviado a Cumaná, donde participara en las acciones de la provincia de Guayana hasta que ocurre la derrota en la Batalla Naval de Sorondo. En marzo de 1812 migra a Trinidad.1 3
Regresa a Venezuela el año 1813 en la expedición de la goleta Carlota, donde toman la provincia de Cumaná y derrotan al generalDomingo Monteverde. Desde ese momento participa en numerosos eventos de la justa emancipadora de Venezuela y asume varios cargos entre los que destacan: Gobernador de Maturín en 1814; Comandante General de la provincia de Cumaná en 1820. Al ser ascendido a General de Brigada el Libertador Simón Bolívar en 1823 lo comisiona como comandante del primer y segundo Departamento de Marina con sede en Puerto Cabello. En 1831 fue senador al Congreso de la República por su estado natal.1 3
Agustín Armario Gonzáles muere en la ciudad de Cumaná, estado de Sucre, Venezuela, el día 13 de agosto de 1833 y sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio parroquial de Cumaná el 14 de agosto de 19331
Honores a Agustín Armario
·         Condecorado con la Estrella de los Libertadores1
·         Como homenaje póstumo se dio su nombre a la promoción de oficiales que egresaron de la Escuela Naval de Venezuela en 19551
·         Por resolución Nº M-111 de fecha 22 de julio de 1963, se asigna el nombre de Contralmirante Agustín Armario a la base Naval Nº 1. (hoy Base Aeronaval)  10°299N 67°5939O4ubicada en la ciudad de Puerto Cabello, estado CaraboboVenezuela1
·         En la ciudad llanera venezolana de San Juan de Los Morros, estado Guárico existe la “Unidad Educativa Militarizada Agustín Armario”5
·         En la ciudad mirandina de Guatire se halla la E.T.P. Agustín Armario


17-12-1830. MUERTE DEL LIBERTADOR.

El 17 de diciembre de 1830, a la una de la tarde, tal como dice el Boletín  No. 33, firmado por el Dr. Alejandro Próspero Réverénd, dejó de existir en la ciudad de Santa Marta, República de la Gran Colombia, nuestro Padre  el Libertador… Así se rompió el hilo que ataba la vida a su eternidad.

Escuetamente dice el parte médico: “Desde las ocho hasta la una del día, todos los síntomas señalaban más la proximidad de la muerte. Respiración anhelosa pulso apenas sensible, cara hipocrática. A las 12 empezó el ronquido, y a la una en punto expiró, el excelentísimo señor Libertador, después de una agonía larga, pero tranquila”. 

No puedo evitar trasmitirles  el sentimiento del Dr. Réverénd, en aquellos momentos, ante la muerte del Semidiós:  “Me senté en la cabecera teniendo en mi mano la del Libertador, que ya no hablaba sino de modo confuso; sus facciones expresaban una perfecta serenidad, ningún dolor o señal de sufrimiento se reflejaban sobre su noble rostro, cuando advertí que ya  la respiración se ponía estertorosa, el pulso de trémulo casi insensible, la muerte era inminente, me asomé  a la puerta del aposento, y llamando a los generales, edecanes y los demás que componía el séquito de Bolívar, exclamé: Señores, si queréis presenciar los últimos momentos y postrer aliento del Libertador, ya es tiempo. Inmediatamente fue rodeado el lecho del ilustre enfermo, y a pocos momentos exhaló su último suspiro”.

En las conclusiones de la autopsia, el Dr. Réverénd asienta: “Según este examen, es fácil reconocer que la enfermedad de que ha muerto S. E. El Libertador, era en su principio un catarro pulmonar, que habiendo sido descuidado, pasó al estado crónico, y consecutivamente degeneró en tisis tuberculosa. Fue pues esta afección morbífica la que condujo al sepulcro al General Bolívar; pues no deben considerarse sino como causas secundarias las diferentes complicaciones que sobrevinieron e los últimos días de su enfermedad, tales como la arachnoides  y la neurosis de la digestión,  cuyo signo principal era un hipo  casi continuo;… ¿Y quién no sabe, por otra parte,  que casi siempre se encuentra alguna irritación local extraña al pecho en la tisis con degeneración del parénchima pulmonar?...  Si se atiende a la rapidez de la enfermedad en su marcha,  y a los signos patológicos observados  sobre el órgano de la respiración, naturalmente es de creerse que causas particulares influyeron en los progresos de esta afección. 

No hay duda que agentes físicos  ocasionaron primitivamente el catarro del pulmón, tanto más cuanto que la constitución individual favorecía el desarrollo de esta enfermedad, que la falta de cuidado hizo más grave; …que el viaje por mar, que emprendió el Libertador con el fin de mejorar su salud, lo condujo al contrario, a un estado de consunción deplorable, no se puede constatar; pero  también debe confesarse  que afecciones morales vivas y punzantes, como debían ser las que  afligían continuamente el alma del General, contribuyeron poderosamente a imprimir en la enfermedad un carácter de rapidez en su desarrollo, y de gravedad en las complicaciones, que hicieron infructuosos los socorros del arte.  Debe observarse a favor de esta aserción, que el Libertador, cuando el mal estaba en su principio, se mostró muy indiferente a su estado, y se denegó a admitir los cuidados de un médico. S.E. mismo lo ha confesado; era cabalmente en el tiempo en que sus enemigos lo hartaban de disgustos, y en el que estaba más expuesto a los ultrajes de aquellos que sus beneficios habían hecho ingratos”.



Cuando S. E. llegó a Santa Marta, bajo auspicios mucho más favorables, con la esperanza de un porvenir más dichoso para la Patria, de quien veía brillantes defensores entre los que le rodeaban, la naturaleza conservadora retronó sus derechos; entonces pidió con ansia los socorros de la medicina, pero ah!  No era tiempo!  El sepulcro estaba abierto aguardando a la ilustre víctima, y hubiera sido necesario hacer un milagro para impedirle descender a él”. San Pedro, diciembre 17 de 1830, a las 8 de la noche. Alejandro Prospero Reverend.


En la Quinta San Pedro Alejandrino, en un cuarto de siete varas, pasó el Libertador, los últimos días de su vida terrenal. El ídolo ante quien se postraban los pueblos, aquel que tuvo por compañeros los ejércitos y las muchedumbres, el hombre mimado por las mujeres en todas partes, venerado y respetado por los caudillos y gobernantes  ¡Helo allí!...Solo, esperando su encuentro con la eternidad; en medio de infinitas contradicciones, sintiendo el peso de los partidos, roto de dolor y aceptado por misericordia.






Su poderoso espíritu permanece en vela, no podemos olvidarlo. Después de una penosa enfermedad, amado por su pueblo y odiado por muchos poderosos de su época; muere, pero ya  había culminado su obra libertadora y pasa a la inmortalidad, abandonado de todo bien material;  según el  diagnóstico  del Dr. Reverend, que lo atendió hasta el último segundo de su vida, murió de tisis pulmonar;  así  muere  el Padre de La Patria, Simón Bolívar, a la una de la tarde en la ciudad de Santa Marta, en Colombia la grande, su obra inmortal, fuerte y poderosa, imbatible en la lucha por la libertad de los pueblos, la reina de las naciones libres el mundo.  Según él: con Cristo y el Quijote, son, para todos los tiempos, los más grades majaderos de la historia de la humanidad. Nosotros debemos velar por su espíritu, que resucita cada cien años cuando el pueblo se levanta, como lo dijo Neruda. Basta pronunciar su nombre, Simón Bolívar, para que las águilas tiendan sus alas. 

17-12-1830. DR. ANDRÉS ELOY MEAÑO. Nacimiento del Dr. Andrés Eloy Meaño, en Cumaná. Este ilustre médico cumanés fue Gobernador de la Provincia de Cumaná y Presidente del Ayuntamiento. Hizo demoler las ruinas del antiguo Coliseo y construir el antiguo mercado de la Plaza Miranda después del terremoto de 1853,  obra arquitectónica de singular belleza,  que también servía de teatro; este teatro hizo las delicias de los aficionados, sobre toda en la temporada de 1908, cuando se presentó la compañía de Ema Soler y Pellicer, el empresario  era Don Ramón Eduardo  Ortiz, y los críticos, que formaban fila en el periódico de Don Federico Madriz, eran eminentes maestros y escritores, como José Maria Milá, Silverio González Juan Miguel Alarcón y Domingo y Marco Tulio Badaracco.  Conservo  una  crítica de  “ La Tosca” ,  que demuestra el conocimiento de aquellos cultores, aparentemente improvisados, y de la cual recojo algunos aciertos:
La Tosca - dice la crónica – “Correspondió a la décima función. La escena primera caracterizada en un corto diálogo entre el padre Eusebio  (señor Carbonell)  y Gennarino  (señor Bosch) . Este aunque dormilón, se desenvuelve  con soltura en el desempeño de su humilde cargo, pero el cura con su cara de antruejo y sus gestos y lenguaje de bausán   quita mucho a la importancia  característica del suyo, o más claro,  descompone,  exagerándolo, el personaje de Sardou . En casi todo su desempeño trabajó bien, pero aquel tocado exótico le daba el aspecto de una de esas figuras  precitas de Alighieri. Benavente dice en una sentencia de sabor agustiniano: “El arte  es el arte”. En un capítulo inolvidable de nuestra historia cultural,  la Compañía presentó: “Malas Herencias”,  “El Estigma”,  “Amor Salvaje”, “Huérfanas de Bruselas”,  “Las Viudas Alegres”, “La Pasionaria”, etc.

Ema Soler, enfermó de gravedad  en Cumaná,  creando angustia y temor en el pueblo, que llegó a amarla; y fue atendida debidamente por el eminente médico cumanés,  Dr. J. C. Rivas Morales, luego miembro honorable de la Academia Nacional de Medicina. Ella  se despidió acongojada de Cumaná, donde quería permanecer, y lo hace con llanto contenido y el corazón palpitante de emociones; en  su  declaración a la prensa lo dice todo: 

“Ema Soler se despide especialmente  de las personas de quines ha recibido servicios  y demostraciones de simpatías y amistad personal en esta ciudad, y, en general  del público que con tanta sinceridad y entusiasmo  la ha prodigado aplausos repetidos  en su modesta carrera de artista.  Gratísimo recuerdo  lleva de la gentil y espiritual Cumaná, tan dada siempre  acciones generosas  y levantadas, y de renombre histórico,  por las virtudes y las glorias de sus hijos y héroes legendarios. Siente satisfacción en manifestar, que donde quiera que vaya arrastrada por el amor que profesa al arte, siempre tendrá presente la deuda de gratitud que, por solícitos cuidados y esmerada asistencia, y por multiplicadas pruebas  de aprecio  y de cariño, tiene íntimamente contraída  con el noble  culto y caballeroso pueblo cumanés.  4 de mayo de 1908.  Ema Soler”. 

También   publicó el bisemanario  una carta del empresario Ramón Eduardo Ortiz, en la que manifiesta su agradecimiento, tanto al  Dr. Rivas Morales, como al Dr. Rivas Maza y al Dr. Jesús Sanabria, que la rescataron de una muerte segura.

Lamentablemente este edificio de tantas historias culturales,  fue demolido durante el gobierno del Dr. Ángel Bustillo, en 1945, y en el terreno donde estaba construido se levantó la plaza de “La Fuente Luminosa”, más conocido como La Plaza de las Bolas de Bustillo.  


18-12-1916. SE INAUGURA LA PLAZA RIBERO.  ORIGEN DE LA PLAZA BADARACCO.

Esta plaza frente al Convento de San Francisco, fue la Plaza Mayor de Cumaná, desde 1641. Muchos terremotos la convirtieron en polvo, fue rescatada en 1912 por iniciativa del Presidente del Estado General Zoilo Vidal, y se inauguró en esta fecha en honor del héroe cariaqueño Coronel José Ribero, que fue ejecutado en 1815

Esa plaza -antigua Plaza de San Francisco, en 1945 pasó a ser la plaza Domingo Badaracco, y el antiguo nombre de “Calle de La Ermita”, pasó a ser calle José Ribero.


La Alcaldía debía ponerle los tres nombres en una placa de bronce, porque los tres nombres se usan aún, hasta en documentos oficiales, y cada nombre indica un periodo de nuestra historia, son  nombres históricos que demarcan épocas. Plaza de San Francisco desde 1641 hasta 1815. Plaza Ribero desde 1815 hasta 1945. Plaza Badaracco desde 1945 hasta nuestros días.
   
El 3 de febrero de 1945, durante la celebración del 150 aniversario del natalicio de Sucre, se develó el busto de Domingo Badaracco, en el centro de la plaza, se develó con un discurso de Andrés Eloy Blanco, que fue su alumno. El busto del Dr. Domingo Badaracco Bermúdez, fue adquirido por el pueblo del barrio de San Francisco, donde Domingo derramó su santidad y sabiduría, y desde esa fecha la plaza se le llama “Plaza Badaracco”.  

De ese discurso de Andrés Eloy se recuerda mucho, lo que dijo al principio, una oración que pasó a la voz anónima del pueblo. El primer orador fue el Dr. Eliso Silva Díaz, formidable orador, y luego le correspondió al poeta, que dijo: “En el discurso del Dr Eliso Silva Díaz, sobre el maestro Domingo, se parece más a Domingo, que en el busto”.

19-12-1917. EL PRIMER MONUMENTO A BOLÍVAR EN CUMANÁ.

Durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, y siendo Presidente del Estado Sucre, don Silverio González, se acondicionó la plaza de “La independencia”, que así se llamaba en aquel tiempo la actual plaza “Andrés Eloy”, y se le dio el nombre de “Simón Bolívar”, donde se  develó un busto del Libertador.  

Al gran poeta y maestro, Cecilio Acosta, le tocó decir el Discurso de Orden. Discurso en el cual casi lloró él e hizo llorar hasta al Presidente del Estado, debido a la diferencia de aquel busto carente de todo, con el monumento a Sucre.  Fue un acto memorable, a todo evento, el discurso fue publicado mucho tiempo después  en el bisemanario “Sucre” de Cumaná..

Cada vez que escribo el nombre de Bolívar, y este lance, recuerdo al gran maestro español Don Miguel de Unamuno, esta vez en la palabra del sabio cariaqueño Dr. Diego Carbonell, y hemos tomado de su obra “BOLIVAR CIEN JUICIOS CRÍTICOS”, pág.209 in fine y 210, donde dice:  “La sinceridad del indisciplinado maestro peninsular esboza la existencia del Hombre español, el Quijote de la América Hispana libertada, uno de los más grandes héroes en que ha encarnado el alma inmortal de la Hispania máxima, miembro espiritual sin el que la Humanidad quedaría incompleta.

Y agrega Unamuno: “La teoría (o doctrina tal vez) del Donquijotismo que con tanta habilidad traza el autor de “Don Quijote Bolívar” fue obra postrera de este último: fue el Libertador quien lo enunció y no sin la fuerza sentimental y definitiva de un agonizante que sabe decir y que debe decir la verdad. Luego el ilustre obispo de Barquisimeto, decorosamente, brillantemente y con el profundo respeto y veneración que le merece la rigidez del Dogma, abrían completado el pensamiento de Bolívar y la apretada síntesis del Señor Unamuno.

Para llevar a cabo su empresa, el rector de Salamanca necesitó antes definir o clasificar el metal humano de aquel Quijote, y por eso ha dicho: “Bolívar fue teatral y enfático, tal como es naturalmente y sin afectación su raza, nuestra raza, pero no fue un pedante, Bolívar fue un hombre, todo un hombre; un hombre entero y verdadero, y ser un hombre es más, mucho más que ser “Uebermensc”, una mera abstracción nitzscheniana, de los que quieren y presumen, pero no logran. Bolívar era de la estirpe de Don Quijote, el de los bigotes grandes, negros y… caídos.            

19-12-1913. MONUMENTO A SUCRE. LAS CADENAS.

En los años de Luna de Miel del gobierno de Juan Vicente Gómez, se iniciaron muchas obras a los héroes, y se cantaron canciones patrióticas en toda Venezuela. El pueblo vitoreaba el trabajo del gobernante y aplaudía a los Presidentes que enviaba a los estados centro federados por sus Constituciones, a los líderes andinos que habían salvado La Patria.  No hace falta más que leer los periódicos de aquellos años para darnos cuenta del  fervor patriótico de nuestros padres y maestros, agradecidos al Jefe andino por la pacificación del País.

En 1913 y 14 gobernaba en Cumaná, Don Eliseo Sarmiento, hombre culto que inclusive editó en Cumaná el bisemanario “Ecos de Sucre”, periódico muy importante para conocer su obra de gobierno, que contó con la colaboración de ilustres escritores y políticos.

En su tiempo se hizo una investigación sobre el solar que ocupó la casa donde nació el Gran Mariscal de Ayacucho, y se decidió que el lugar que aparecía mejor señalado,  es el que está ubicado en la falda del cerro de San Antonio de La Eminencia, que da frente al fondo de la Iglesia de Santa Inés, calle Santa Inés de por medio; allí se ordenó la construcción de un monumento a la memoria del Gran Mariscal, como en efecto se construyó de inmediato; pero fue visto por el pueblo como algo insignificante, tanto que los cumaneses le dieron el nombre despectivo de “Las Cadenas”, y de inmediato surgió una crítica satírica que dura hasta nuestros días.   

            Se inauguró regiamente el Monumento, pese a su simplicidad: una plaza cuadrada, con una pequeña columna conmemorativa sembrada en el centro, donde se presumía que había nacido el Mariscal; y cuatro cadenas que la conectaban con sus esquinas, fue construida sobre las ruinas de la casa de esparcimiento del General en Jefe, don Vicente de Sucre y García Urbaneja, que quedaba en la falda del cerro de San Antonio de la Eminencia, donde se decidió que había nacido el General en Jefe,  Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho. Correspondiendo al digno poeta cumanés Juan Miguel Alarcón, el discurso de orden, que sí fue el verdadero monumento, diría yo, eterno monumento al Redentor de los hijos del sol.

No podía ser más humilde este monumento, pero tal vez, el mismo Sucre lo hubiese considerado demasiado para un santo varón como él. En realidad este monumento nos pinta a los cumaneses tal cual somos, y debe ser reconstruido, precisamente por eso, porque un pueblo que lo ha dado todo, no debe tender la mano sino para dar todo lo grande que Dios en su infinita sabiduría, nos ha dado con holgura.

20-12-1816.- CONTADA POR SUCRE “LA BATALLA EN RIO CARIBE”.
  En esta fecha el General José Francisco Bermúdez y el Coronel Antonio José de Sucre, Jefe del Estado Mayor,  intentan tomar Rio Caribe en 1816.
El mismo Sucre lo narra en sus Memorias,, dice que salieron de Guiria con 125 hombres en siete flecheras al mando del capitán de navío Antonio Díaz con dirección a Carúpano, resueltos a tomarlo por asalto,  pero habiendo intentado hacer el desembarcó en la boca del río de Tío Pedro,  fue rechazado por la fuerte resistencia de partidas bien pertrechadas y emboscadas, que allí había, con pérdida de los patriotas, de dos soldados de Dragones muertos y cuatro heridos a bordo de la flechera “Comandanta”.
En consecuencia, Bermúdez  se dirigió con toda la escuadrilla al puerto principal de la ciudad de Carúpano, y ancló fuera  del alcance de los tiros de artillería de la plaza, donde permaneció fondeado hasta llegar la noche, que determinó salir y salió en efecto con tres flecheras y 75 hombres de desembarco hacia Río Caribe, dejando el resto de los buques cerca del  puerto de Carúpano, hasta otra disposición.
A las siete de la mañana, ya a la vista de Río Caribe, hizo desembarcar 25 hombres al mando del Capitán Gabriel Guerra, para que cargase por la derecha sobre La Casa Fuerte, que había en el puerto, mientras que él, con el resto de la tropa y su Estado Mayor, desembarcaba también y atacaba de frente a la Casa Fuerte.
 Practicose con el mayor éxito la operación, pues los enemigos al cuarto de hora de combate se pusieron en retirada por la población que estaba muy inmediata, tomando en seguida posiciones en una casa de alto en la plaza donde se  hicieron firmes y resistieron los fuegos que los patriotas hacían casi a quema ropa.
En este estado y como a las dos de la tarde, el capitán Añez, margariteño al servicio de los españoles, que se encontraba apostado  con una columna de más de 200 hombres en Puerto Santo, punto inmediato,  llegó en auxilio de los suyos.
Aunque convencido Bermúdez y su Jefe de Estado Mayor Coronel Antonio José de Sucre, de que era imposible resistir a los realistas con la insignificante fuerza que tenían, determinaron esperarlos  en la playa, para hacer allí una tentativa apoyados en las flecheras;  y en realidad,  como a las tres de la tarde los enemigos seguros de la victoria, por la superioridad de su número, atacaron con intrepidez a los patriotas, quienes resistieron con heroísmo, luchado casi a las manos, por más de hora y media, hasta que se vieron obligados a tirarse al mar, única retirada que tenían, para tomar a nado las flecheras bajo un fuego nutridísimo de los realistas, pues estos hicieron la persecución  hasta donde les fue dable, dentro del agua.

El General Bermúdez y el coronel Isaba Sucre fueron los únicos que  pudieron reembarcarse sin verse obligados a nadar, por haberlos tomado con mucha dificultad y peligro, un bote de la flechera “Comandanta”,  pues todos los demás, inclusive el coronel Sucre, el comandante Machado, y los capitanes Quintero y Francisco Mejía, del Estado Mayor, lograron hacerlo a nado, desde la playa, perdiendo todos estos jefes y oficiales sus espadas, y el último hasta el anteojo de Bermúdez, que como edecán suyo tenía  a la espalda en el acto del combate.

La pérdida de los patriotas fue considerable entre muertos de bala, ahogados y heridos, contándose entre los primeros dos valientes oficiales, Catalán y Zapata.

En un año, aquellos heroicos paladines de las provincias unidas de Venezuela, habían llevado las banderas de la Patria a todo el territorio de la Capitanía General: las provincias unidas de Venezuela y Cumaná, que eran libres otra vez.

Bartolomé Tavera Acosta, nos narra esta acción de Bermúdez,  así: “El Libertador por su parte, que había salido de Angostura en 24 de ese mismo mes de octubre, llega a Maturín el 31, y el primero de noviembre sigue a reunirse con Mariño.
En el tránsito tiene conocimiento por el teniente coronel Francisco Javier Mayz, de la derrota de Domingo Montes en Cariaco y la pérdida del parque, la dispersión de las tropas de la División de Mariño, y careciendo de noticias sobre las operaciones de Bermúdez, resuelve contramarchar, no sin antes enviar nuevas instrucciones a Bermúdez. Bolívar que siempre tenía una carta que jugarse, desde Maturín regresa a Angostura felizmente, por los acontecimientos que lo llevaron a la independencia de la nueva Granada.
Mientras tanto, Bermúdez,  ateniéndose a las primeras instrucciones recibidas, debía desembarcar en la Esmeralda, puerto situado a pocas leguas a sotavento de Carúpano, y por donde debía ponerse en contacto con Mariño; pero ya sobre el terreno, pensando hacerlo mejor y que ora por Carúpano ya por la Esmeralda, siempre sería lo mismo para los efectos del contacto, trata de apoderarse de Carúpano, pretendiendo desembarcar por la boca del río, en la playa que denominan Tío Pedro.
Los de la Plaza que ya están en cuenta de que se acercan los expedicionarios, tienen reforzado no solamente a Río Caribe, sino también a Puerto Santo y hasta la misma ensenada de Tío Pedro. De allí el que habiendo llegado Bermúdez a la Boca del Río, el comandante Ferino  rompiera los fuegos de manera tan nutrida, que se ve en la necesidad, no obstante su imponderable valor, de retirarse sin haber logrado siquiera poner los pies en tierra.
Despechado y tesonero Bermúdez presume que puede dar un golpe de mano a los de Río Caribe, y acto seguido toma tres flecheras y vuela en ellas a asaltar la Casa Fuerte del puerto, pero reforzado como se encuentra Añez, aumentada su gente con la guarnición de Puerto Santo, tras ruda brega, violenta y rápida, quedan rechazados los patriotas, quienes se salvan volviendo a las flecheras”
En este trance Sucre le salva la vida a Bermúdez, que junto con Francisco Mejía, hacen frente a las fuerzas de Añez, exponiendo sus vidas  atrincherados en la playa,  mientras Bermúdez y los demás llegan a las flecheras. Luego ellos a nado también logran evadirse. 

21-12-1742.- Pbro. MANUEL TOMÁS AGORERA JIMÓN,

Más conocido como el Santo Cura de Río Caribe. Dice el sabio cronista de Cumaná, sacerdote José Antonio Ramos Martínez, que Agorera nació en Cumaná en esta fecha, hijo de don Nicolás Agorera y doña Maria Petronila Jimón. De origen humildísimo, y así vivió toda su vida. Recibió las órdenes mayores en Cumaná, en 1766 cuando el obispo de Puerto Rico y Cumaná,  Martí, que tenía predilección por Cumaná  hacía la visita de las provincias de Cumaná y Margarita.

Sirvió el curato de Río Caribe cuando apenas se iniciaba su verdadero poblamiento, y la iglesia era de paja. El padre agorera se estableció con muchos allegados dice Ramos Martínez, creo que algunas familias de Cumaná n emigraron con él,  y estos se emparentaron con los pocos vecinos del pueblo. Y se arraigaron de tal manera al bellísimo pueblo que el padre Agorera no pensó jamás, salir de su iglesia.

Dice Ramos Martínez, “Muy cerca de un tercio de siglo duró la administración del padre Agorera. En ese lapso se transformó completamente el pueblo de Río Caribe, con la afluencia de nuevas familias y el desenvolvimiento de la agricultura. Emprendiose la fábrica de una iglesia de mampostería, de 49 varas de largo y 16 de ancho, la cual a la muerte del padre Agorera quedó enrasada, con frontis y arquería, teniendo además techada la sacristía y concluidos, de media naranja, el Presbiterio y las capillas laterales. Se había principiado también la torre, cuyos muros quedaron como se encuentran todavía después de 85 años.  (A dos varas de elevación) Así consta en el archivo del curato, bien que ninguno de los actuales vecinos de razón de la arquería, puesto que no han visto otra en el templo sino la construida de madera apenas hace 15 años.


22-12-1792 - VICENTE DE EMPARAN Y ORBE

Gobernador y comandante general de la provincia de Cumaná  y Gobernador y después Capitán General de Venezuela (1809-1810).

Fueron sus padres José Joaquín de Emparan y María Ana Javiera de Orbe. Ingresó en la Marina Real, donde obtuvo el grado de brigadier. Luego de este nombramiento, fue enviado al apostadero de Puerto Cabello y posteriormente gobernador y comandante general de Cumaná, cargos que desempeñó entre el 22 de diciembre de 1792 y el 6 de junio de 1804. Cabe destacar que su mandato en Cumaná coincidió con el arribo a esta provincia de Alexander Von Humboldt el 16 de julio de 1799.

En mayo de 1808 se encontraba en España, donde fue nombrado gobernador y capitán general de Venezuela por las autoridades napoleónicas. No obstante, pasó a la España adicta a la Junta de Sevilla y Junta Central Suprema, donde abjuró de su afrancesamiento, colaborando con dicho organismo, quien lo ratificó en su cargo de gobernador y capitán general de Venezuela en enero de 1809, en sustitución del fallecido Manuel de Guevara Vasconcelos y para reemplazar al interino Juan de Casas.

A Caracas llegó el 19 de mayo de 1809, en compañía del intendente Vicente Basadre. Una vez iniciado su mandato, se apreció como Emparan gobernó inclinado por los mantuanos, entre los que tenía muchos amigos, figurando entre ellos el propio Simón Bolívar; pero a la vez enfrentado al Ayuntamiento y a la Audiencia de Caracas. El gobierno de Emparan coincidió con un momento de gran agitación política, que se manifestó en las conspiraciones del 24 de diciembre de 1809 y del cuartel de granaderos de comienzos de 1810, que sin embargo pudo desarticular.

Las noticias del avance francés sobre Andalucía y de la disolución de la Junta Central Suprema, así como de la formación de la Regencia, avivaron la llama independentista de los patriotas quienes convocaron al capitán general en el Ayuntamiento el Jueves Santo 19 de abril de 1810, para que se les informara sobre la situación de la corona española con el fin de decidir que la política debía adoptar Venezuela. Por su parte,

Emparan tranquilizó a los patriotas y se dirigió a los oficios que iban a celebrarse en la catedral, pero fue detenido por el pueblo (entre ellos Francisco Salias) y obligado a regresar al Ayuntamiento, donde tuvo lugar la memorable sesión en la que se exigió la renuncia de las autoridades españolas y el nombramiento de la Junta Suprema de Caracas. En cuanto a Emparan, fue apresado y embarcado rumbo a Filadelfia. En este puerto notificó a la Regencia la rebelión de Caracas y envió órdenes al embajador español en Londres para que obstaculizara el suministro de armas a los patriotas. (Ver 16 de  julio y 19 de abril) 



22-12-1881. DR. ANTONIO JOSÉ ANZOLA CARRILLO. 
Nació en esta fecha en Cumaná donde estudió primaria y secundaria, bajo el rectorado de don Silverio González Varela, fue condiscípulo de Marco Tulio Badaracco, que después le abrió las puerta de la Revista literaria “Broches de Flores”, donde se destacó en aquella generación de literatos y científicos, como poeta y novelista, entre los cuales podemos nombrar a Luis Teófilo Núñez, Salvador Córdova, Delfín Ponce Córdova, Napoleón Blanco, Juan Miguel Alarcón, Pedro y Andrés Arcia, Marco Antonio Saluzzo, etc.
En las notas biográficas publicadas por Ricardo Arcila en su obra “La Literatura Venezolana y su Historia”, dice que, el eminente médico, por mucho tiempo, trabajó en el campo farmacéutico tanto en Cumaná como en Upata, ciudad que acogió a muchos ilustres cumaneses, y en la que el Dr.  Anzola, vivió 25 años. Decidió estudiar medicina en Caracas, donde se graduó a los 53 años, y en esa ciudad generosa se domicilió y ejerció medicina general, aprovechando sus importantes conocimientos de farmacopea, que lo ayudarían mucho, ya que quedó viudo y tenía 6 hijos a los cuales dedicó todos sus desvelos; pero con todo hizo una gran labor y brillo en literatura, como tenía que ser; ya que venía de la escuela de Cumaná.  


23-12-1493. DESCUBRIMIENTO DE CUMANÁ.
Cumaná fue descubierta por Cristóbal Colón, en sus viajes cortos,  y todo hace pensar que 16 años antes de este descubrimiento, fue visitada por una expedición inédita,  descrita por fray Bartolomé de Las Casas y defendida recientemente por el ilustre historiador español Don Juan Manzano Manzano, en sus obras: “Colón descubrió América del Sur en 1494” y “Colón y su secreto”. Veamos

El puerto de Cumaná toca la leyenda, es la historia del nauta que cuenta Bartolomé de Las Casas, en La Historia de Las Indias, que repite Juan Manzano Manzano, en su obra “Colón descubrió América del Sur en 1494, y es en verdad el puerto de que hablan Ángelo Trevisan, López de Gómara, y Garcilaso de la Vega, que cuenta con lujo de detalles esa expedición, nunca bien investigada, de Alonso Sánchez de Huelva, que era un marino bien conocido, dueño de un navío con el cual navegaba entre las Islas Canarias, la isla “Madera” y “España, cargado de mercancías. Una gran tormenta lo arrastró hasta las costas del Nuevo Mundo probablemente el año de 1484. De los 17 hombres que lo acompañaban no regresaron más de 5. Se refugiaron en la casa de Cristóbal Colón, sabio marino, en la misma isla de Madera, al cual le contaron los pormenores de la travesía; después de ellos,  todos los cronistas de indias  y expedicionarios que siguen la ruta de Colón arriban a Cumaná, por eso Manzano Manzano, concluye que fue al puerto de Cumaná y no a Santo Domingo, donde llegaron esas expediciones, y ya no sabemos si es leyenda o historia. Cumaná, también es el lugar sagrado de los primeros mártires cristianos, y tal vez de la primera misa”.

Otros documentos que apoyan este criterio se fundamentan en las obras: “Historia del nuevo mundo” de Girolano Benzzoni, en la famosa crónica -Relación de Ángelo Trevisán; y en cartas, crónicas y obras de Mártir de Anglería y López de Gómara y el Inca Garcilaso de La Vega. Viniendo a ser Cumaná y no Macuro, el primer puerto de América continental, visitado por europeos; y de esta manera, también se inicia el mestizaje en América del Sur.
Desde que los Colones descubrieron perlas en el golfo de Cariaco, la actividad de su puerto no decayó. Durante el reinado de Fernando el Católico, el puerto de Cumaná se conoció con el nombre de Puerto de Las Perlas, y por haber perlas en el golfo toda la costa que se iba descubriendo recibió también el nombre de Costa de las Perlas. Por la importancia de este puerto Fernando el Católico, en 1504, ordenó la construcción del fuerte de Santa Cruz de La Vista. No fue para preservar el agua para  Cubagua, pues allí no habia ningún pueblo, ni puerto, solo habia placeres de perlas, y los Señores de Canoa, que residían en Cumaná,  iban a esos placeres con todo lo que necesitaban, y regresaban al pueblo y puerto de Cumaná,  Puerto de Las Perlas, donde tenían todo lo que necesitaban.
El pueblo de indígenas de Cumaná, estaba a orillas del río Chiribichii, la última luenga, como dice Las Casas, se componía de doscientas unidades familiares, donde vivían cerca de 20 mil individuos, con su cacique bautizado Don Alonso, un hombre digno, respetado por los misioneros, dueño de barcos, seguramente llamado “Cawaná Chiribichii”, que quiere decir “río grande o caudaloso Chiribichii”  en la lengua chotomaimu que hablaban los caribes de toda la provincia y del caribe.
Las pinturas de Castellón, delatan las formidables estructuras del fuerte de Santa Cruz de La Vista, que aún se pueden ver bajo las aguas del golfo de Cariaco; y en la parte superior del dibujo, la torre construida por Bartolomé de Las Casas, e inaugurada por Castellón. Se me ocurre pensar, que para construir la mole inferior del fuerte, se requirió una verdadera movilización de materiales desde Araya, y personal capacitado desde Santo Domingo, como nunca lo habían hecho los españoles de aquellos tiempos; para ello fue preciso iniciar la explotación de la piedra de Araya, las canteras de piedra ciclópea, que es otro escalón al cual no se refieren estos historiadores de la antigua provincia de Venezuela que usurpan el conocimiento histórico. Yo me pregunto: ¿Qué dirían estos historiadores si  estuviesen estas ruinas, por ejemplo las de Araya,  en otro sitio  de los favorecidos por ellos?  Porque ya tienen un gran problema con las perlas, muy bien historiadas y contabilizadas por los españoles: ¿Qué dirán en su afán por desconocer su explotación en Cumaná?  En Araya  se constituyó la primera empresa de materiales de construcción del continente: con los bloques extraídos de sus canteras se construyó en todo el Caribe, incluyendo la Nueva Cádiz.
La fecha fue establecida en un análisis concienzudo hecho por el Ing. Víctor Silva Bermúdez.

24-12-1822.  SUCRE COMBATE EN GUAITARA, YACUANQUER Y PASTO.

Al Sur de Colombia. Sucre con el grado de General, que iba de victoria en victoria sobre las fuerzas imperialistas, al frente del ejercito Libertador o ejército del Sur, derrota tres veces al general español José Boves; este Boves que había derrotado a Sucre en Taindala,  no tiene nada que ver con el general José Tomás Boves, tormento de los patriotas en 1814, que murió en Urica  ese  mismo año.  Este, del mismo temple guerrero,  se enfrentó al Cumanés inmortal en varias oportunidades en  la provincia de  Pasto, al Sur de Colombia.  El día 25 de ese mes, Sucre incansable, persigue a las fuerzas imperiales y  enfrenta a Boves en Guaitara, luego lo derrota en Yacuanquer, pero el realista se recupera,  insiste y cae definitivamente, logrando Sucre dispersarlo y dejar toda la provincia de Pasto en manos patriotas. El ejército imperial bajo el mando del General Basilio García, aceptó una paz honrosa.

25-11-1820. LA LIBERACIÓN DE CARÚPANO 

Bartolomé Tavera Acosta, en su obra “Historia de Carúpano” nos cuenta con todos los detalles este formidable acontecimiento en la histórica y heroica ciudad. El final de la hegemonía española declina con el alzamiento en la Guarnición de Carúpano, batallón “Clarines”, bajo el mando del Comandante Ferino,  de varios oficiales:   Guillermo Navas, Manuel Hurtado, Rafael Rodríguez, José Guaramacuto, Manuel Infante y otros, que deciden jugarse la vida por la libertad de su pueblo, y planifican un golpe para el 16 de agosto de 1820 a las 12 de la noche. Ejecutado el plan, logran el control de la guarnición pero tienen que enfrentar a los oficiales españoles que mantienen sus fuerzas intactas, son ellos Ferino, Lameda, Respaldiza y el peligroso Macario Martínez, los que se organizan y toman otra vez el control de la ciudad, y los sublevados tienen que huir para Margarita buscando el auxilio de Arismendi.

Después de una serie de acontecimientos favorables a los independentistas, que narra Tavera Acosta, con profusión de detalles, el Comandante Carbonell, recién nombrado Jefe Militar de Carúpano, dándose cuenta de que todo el pueblo está de acuerdo con la independencia, entendiéndose con el Alcalde de Carúpano, José Rufino Guanches y el comandante José María Fuentes, deciden entregarle la plaza a los patriotas en esta fecha.
El 30 de noviembre llegan a Carúpano las nuevas autoridades nombradas por el General en Jefe Santiago Mariño y son: General Agustín Armario, como Comandante Militar  y el coronel José Loreto Arismendi, como Jefe político del Cantón.
    
            Así concluyó el largo y oscuro periodo de la colonia en Carúpano, y solo quedó el fantasma del indio Macario Martínez, gritando ¡Viva España! en noches oscuras,  por los cerros y sitios escarpados entre tunas y cardones en las colinas aledañas.

26-12-1816.- MUERTE LEONOR GUERRA.

En esta fecha murió la martirizada heroína, después de dramático encierro en su casa de San Francisco. Alguien la llamo “La Lady Godiba” cumanesa 

El heroico pueblo de Cumaná, desde su fundación hasta nuestros días, ha sufrido terribles catástrofes naturales y martirios incontables, tal vez los de esta generación no tienen una percepción de estos sufrimientos

Durante los tres siglos de la colonia fuimos pasto para los traficantes y esclavistas, que atacaban nuestros pueblos, secuestraban y nos sometían a  esclavitud; cuando cesaban los terremotos venían los piratas y depredadores de las Antillas, pero este pueblo valiente supo siempre estar alerta y dispuesto a morir en aras de la justicia y el patriotismo.

Después vinieron las luchas por la independencia, y durante 11 años, sufrimos el asedio de las tropas libertadoras y la revancha de las realistas, que se turnaban y ensañaban sobre nuestro pueblo que hacía pródigos de valor en indescriptibles actos de entrega y heroísmo, de tal suerte que Cumaná fue llamada “Cartago de América”,  derramó ríos de sangre cuando los cuchillos de Boves  descuartizaron  niños, mujeres y ancianos, refugiados en las iglesias. Más tarde vinieron las luchas entre liberales y conservadores, y después entre federales y oligarcas, que también montaron sitio a la ciudad “Marinera y Mariscala”. Esta larga historia de 500 años de lucha incesante, ha producido una raza de hombres y mujeres de temple  que es orgullo de Venezuela y de América.

De esta raza mestiza y fuerte es Leonor Guerra, la heroína cumanesa, ideal de la mujer venezolana, cuya valentía la llevó al martirio y a  la muerte.

  Cuando el General Don Pablo Morillo, llega a Cumaná en 1815, al frente de 10.000 hombres, la más poderosa expedición que España envió a las cotas americanas, con el fin de “aliviar” los tormentos que causaron Antoñanzas, Cervériz, La Hoz, Zuazola,  Boves, que nombró Gobernador y Capitán General, el inefable Don Gaspar Miguel de Salaverría,  que resultó un tirano de la peor calaña y su mejor alumno

Los cumaneses, ante las promesas del Conde de Cartagena, aunque estaban curados de “buenas intenciones” de paz, bondades y clemencia, esperaron de Morillo, un mejor trato, en efecto destituyó a Salaverría y nombró en su lugar a Don Juan de Cini; también destituyó al Comandante General de la Guarnición de Cumaná y nombró en su lugar a Don Juan Bautista Prado, que luego fue Presidente de la Audiencia de Caracas. En ese mismo año de 1815, al Rey no le gustaron los cambios que hizo Morillo, y designo a Don Tomás de Cires, famoso por haber destruido las iglesias de Cumaná y Cumanacoa; y éste a su vez nombró al bárbaro Coronel don Juan de Aldama, en sustitución de Prado.

A Morillo no le fue nada bien en sus campañas contra  los patriotas de Oriente; en Margarita, sufrió lo indecible, y por todas partes, sobre todo  en la provincia de Nueva Andalucía, se armaron guerrillas: en Paria, el coronel  José Ribero, lo derrotó varias veces a las guarniciones de Guiria, Irapa y Yaguaraparo, hasta el punto, que el mismo Cini, tuvo que salir en persecución del valiente Ribero. En los valles de Cumanacoa, se destacaba el coronel José Inocencio Villarroel, que con bastante éxito y singular bravura, derrotó a los españoles en varias acciones. En las llanuras de Maturín y Guayana, estaban los coroneles Jesús Barreto, Andrés Rojas, los  Monagas, Zaraza y Sedeño. Esos héroes dividieron el ejército de  Morillo y lo mantenían en permanente zozobra. Los jefes españoles estaban desesperados a pesar de tener las riendas del poder en las dos provincias: Nueva Andalucía y Venezuela.

En Cumaná, a pesar de la “paz romana” admitida, el pueblo liberal se burlaba de los españoles y una de las damas más distinguidas y apreciadas de  la ciudad, Doña Leonor Guerra, paseaba su gracia andaluza,  usaba la banda azul y cantaba una cuarteta que hería el sentimiento y el orgullo de los españoles.

Las cintas azules
Son el estribillo
Que viva la Patria
Que muera Morillo


Fue denunciada por algún confidente, ante las autoridades policiales, tal vez ante el propio Don Tomás de Cires, hombre prepotente, vengativo, arribista, altanero y criminal; y éste le ordenó al Coronel Juan Aldama,  de similar  catadura, que apresara a la dama y le impusiera ejemplar castigo: el cobarde Aldama, no lo pensó dos veces, con un piquete de soldados, a la hora en que Sevilla va a la misa,  esperó que la dama saliera, como lo hacía todos los días, por ser muy devota de la Virgen de la Soledad,  venerada en esos tiempos por nuestro pueblo, en el Convento de San Francisco.

Violentamente salió Aldama con su piquete, al paso de la dama, y la aprendieron; la sujetaron entre varios, ella trató de defenderse,  pero la fuerza de varios sicarios la contuvo: la maniataron y amordazaron para que no pudiera pedir auxilio, que sin duda le hubiesen prestado los vecinos; y la arrastraron hasta su casa que estaba muy cerca en el propio barrio. Allí convocaron a sus vecinas, y las obligaron a presenciar la vejación que le inferían. La desnudaron hasta la cintura, la sacaron a latigazos, la subieron a un borrico, preparado al efecto, ya sin fuerzas para defenderse;  le pusieron una coroza, que es un capirote burlesco de papel engrudado, como de un metro de alto,  de figura cónica, que se le ponía en la cabeza  a los delincuentes, con figuras alusivas al delito, y que ya tenían preparada para adornar el martirio.

El paso del borrico era lento y los latigazos rápidos. Sus amigas y familiares lloraban a su paso. Dos hombres se turnaban para castigarla, casi no había espacio entre uno y otro latigazo. El borrico se detenía asustado y uno de los esbirros lo halaba para obligarlo. Otro daba voces, otros empujaban. Todo era un verdadero infierno para  Doña Leonor; ella delicada y suplicante, bañada en sangre, cual un lirio blanco caído en el barro,  se dejó llevar en silencio, mientras los verdugos, tapadas las caras con antifaces grotescos, esgrimían el látigo y arrancaban jirones de  carne de la virgen martirizada; y cada vez que la golpeaban un murmullo de angustia brotaba de la procesión que se formaba tras el macabro cortejo. Lastimeros ayes de dolor se escuchaban de los corazones de sus familiares y amigos, pero de ella ni un solo quejido sacaron los verdugos. Ya desfallecía sin quebrar su espíritu, cuando llegó la orden del coronel Juan Aldama de duplicar el castigo en seis de las esquinas más concurridas de la ciudad. La sangre de la mártir bañaba las piedras de la calle, sus vestidos empapados, y hechos jirones, caían a pedazo y el pueblo los recogía y guardaba piadosamente. Leonor alucinaba, en una esquina  pidió agua a una mujer que trató de aliviarla y se atrevió a limpiarle el rostro;  en respuesta los verdugos arreciaron el castigo y la sangre brotó como un manantial, la ropa que le cubría las piernas cedieron y Leonor quedo desnuda ante la mirada hiriente, como espadas, de sus verdugos. Algunas personas bondadosas trataron de cubrirla, pero los esbirros más bien arrancaron con sus manos lo que quedaba de sus vestiduras. Su cuerpo flagelado se dobló sobre el borrico, el látigo inclemente continuaba su obra, cada vez  con mayor ensañamiento  en cada una de las partes vulnerables del cuerpo  de la digna mujer, hasta hacerla insensible.  Ahora inmune al dolor,  se levantaba como una deidad, el cuerpo erguido, movió la cabeza con fuerza, la cabellera empapada en sangre se desbordó cubriendo su espalda y sus pechos; sus ojos retadores buscaron la mirada de los esbirros, que retrocedieron espantados;  un sentimiento de desprecio la poseía, levantó la cabeza y apretado los labios contuvo el dolor, y con un esfuerzo inaudito, grito: ¡Viva La Patria! ¡Viva la Patria!... y cayó del borrico sin fuerzas… El pueblo enardecido gritó con ella ¡Viva la Patria!.. Perdieron el temor y se acercaron amenazantes a los esbirros, que huyeron despavoridos.

Varias personas recogieron el cuerpo mancillado de Leonor Guerra, y lo llevaron a su casa, pero casi enseguida llegó un piquete de soldados a cuyo frente estaba el coronel Juan Romualdo Aldama, el cual ordenó a los soldados que presentaran el cuerpo de Leonor Guerra en el balcón de la casa para que el pueblo  lo viera, y supieran como iban a proceder con las otras mujeres que se atrevieran a ofender a los españoles. El pueblo retrocedió horrorizado, no se atrevieron a mirar a aquella mujer que veneraban y que ya era su bandera.
 
   Leonor Guerra, herida en lo más profundo de su ser, de sus creencias, de su patriotismo y  su honor, ordenó cerrar las puertas de su casa y no salió más; no comió ni bebió nada, no aceptó ningún medicamento y se abandonó en los brazos de la Virgen de la Soledad, hasta morir. No quiso escuchar a nadie, no admitió sino la compañía de sus familiares más allegados. Por más que insistieron sus vecinos, no claudicó en su decisión, dejó llegar el día y la hora para que su muerte se convirtiera en bandera de la revolución; no podía permitir que su martirio fuese solo un pasaje de la historia de la tiranía, solo una fiesta de los esclavizadores de su pueblo, no podía permitir que pasara como un pequeño castigo al pueblo insubordinado. No, su muerte debía ser como una resurrección, como la muerte de Jesús, que su espíritu heroico se elevara en majestad y gloria, para esa generación y para todas las generaciones. Como un castigo para los sacrílegos, los cobardes, los torturadores, los impíos; pero también, como una bandera para los pueblos libres, para los héroes, para los que siempre están alertas, vigilantes, ante los tiranos. 

En la puerta de la casa de Leonor Guerra se reunieron los vecinos a rezar por ella, a cantar Salmos a la Virgen de la Soledad; allí levantaron un altar y la honraron  todos los días durante muchos años;  allí se turnaron sus familiares y amigos  en silencio, guardando respeto y el recato que exigía  la dignísima mujer, que así ofrendaba la vida por la libertad de su pueblo.

Leonor  Guerra murió muchos días después del dramático martirio; sus restos mortales fueron llevados por todo el pueblo de Cumaná hasta el camposanto de Quetepe, donde reposan para siempre; pero su espíritu   vive y se manifiesta en todas las mujeres indomables del pueblo de Cumaná. 


27-12-1872. Nació en Cumaná el poeta de “Versículos Profanos”, Juan Arcia.

Llamado “Gran Lírico” por Mario Briceño Iragorry  Nació en Cumaná en esta fecha.   Intelectual de vasta erudición, manejó con acierto y elegancia la prosa y la poesía. Fue fecunda su labor como historiador, habiendo recopilado muchos hechos anecdóticos de nuestro pasado histórico. Fue uno de los más consecuentes colaboradores de la revista "El Cojo Ilustrado". Murió en Caracas en el año 1913. DON MARIO BRICEÑO IRAGORRI, escribió un perfil biográfico del poeta cumanés JUAN ARCIA, dice así: “Juan Arcia de Cumaná, actual secretario de la Academia de la Lengua, es poeta y filólogo. De pensamiento elevado, inclínase a veces  a meditaciones de orden religioso y así ha escrito  un tomo, “Versículos Profanos” donde en preciosas páginas presenta, las impresiones que le sugiera el Libro Santo. Como trabajo escriturario, ningún valor puede dársele a esta labor de Arcia, en cambio tiene el mérito de una imitación precisa del estilo bíblico, no solo en la forma sino por la condensación de ideas en el breve  cuadro evocador y sugerente. Sus versos, de factura clásica, encerrados la mayor parte en un pequeño volumen, bajo el título de “Vestigios”, lo señalan como elevado poeta, de inspiración y de escuela; en ellos  destila su hondo lirismo, porque ante todo Arcia, es un gran lírico, cualidad que mantiene cuando comenta a su modo la Sagrada Escritura”. 

28-12-1873.- Dr. Ángel Cesar Rivas.  

Nació en esta fecha en  Cumaná, éste verdadero adelantado de la cultura en Venezuela. Hizo sus estudios iniciales en Cumaná, en el Colegio Nacional,  luego en Caracas se graduó en la Universidad Central de doctor en Ciencias Políticas y Sociales, pero se dedicó por completo al estudio de la historia, y a la literatura,  formando filas dentro del movimiento modernista de Rubén Darío, al lado de Andrés Mata, Jacinto Gutiérrez Coll, Miguel Sánchez Pesquera,  Pedro Emilio Coll, Pedro Cesar Dominicci, Cesar Zumeta, Eloy G. González, Marco Tulio Badaracco, Jacinto López, Urbaneja Achephol,  Santiago Key Ayala, etc. Este formidable historiador cumanés nos dejó como legado varias obras incunables como son: “Orígenes de la Independencia de Venezuela, “La diplomacia de los Estados Unidos y la Monarquía Colombiana”, “Historia Política y Diplomática”,  y  “La Segunda Misión a España de Fermín Toro”.
 Ejerció como profesor en La Universidad Central de Caracas, durante varios años, la cátedra de Derecho Constitucional. Fue Ministro de Relaciones Exteriores y miembro de Número de la Academia Nacional de La Historia.   
Diego Córdoba, dice que: “ Su vasta cultura literaria y jurídica la maduró en los principales centros europeos sobre todo en España, Francia,  Inglaterra  y Alemania, donde por mucho tiempo, con infatigable empeño y devoción patriótica consagrose a hurgar en archivos y bibliotecas en la búsqueda del documento que completaran sus estudios  en torno a la formación de nuestra nacionalidad  y de la evolución político-social venezolana.
Este valor trascendente merece que el gobierno del Estado Sucre ordene la publicación de sus obras completas, para lo cual debería crearse nuevamente la “Biblioteca de temas y autores sucrenses”. Es muy triste que el trabajo extraordinario de éste y los grandes maestros de nuestro pueblo se pierda por la mezquindad de nuestros gobiernos;  y debe ser verdad, eso de que son demasiados los grandes hombres nacidos en  este pedazo de tierra bendito por Dios, por el trabajo que da darlos a conocer de las nuevas generaciones. 
 Son más de cien, pero por citar solo tres autores del estado Sucre: don Angel Grisanti, Bartolomé Tavera Acosta y Andrés Eloy Blanco, que llenarían una biblioteca.   

29-12-1739.- CAPITAN GENERAL GREGORIO ESPINOZA DE LOS MONTEROS. 1740-1745.
Fue nombrado por Felipe V en Madrid, en el Palacio del Buenretiro, el 29 de diciembre de 1739. Nacido en Granada, era brigadier y marqués de Monte Olivar. Gobernó la provincia con el título de Gobernador y Capitán General de la Nueva Andalucía, Cumanagotos, Guayana y el Dorado, en reemplazo del coronel Carlos de Sucre que había cumplido su quinquenio, gobernó desde el 29 de junio de 1739.  Llegó acompañado de su esposa doña Ana de Cubas y Palacios, quien al mes de estar en la ciudad parió a su hija María Ignacia  de la que fue padrino el Vicario Superintendente Dr. Tomás de Sifontes  Valdivieso. Acompañáronle también tres hijos de su primer matrimonio.
            Construyó, en  1741,  la batería de “San Carlos” en la desembocadura del río Manzanares, para lo cual encomendó los trabajos a su hijo Félix Espinosa de los Monteros, se defendió del ataque de un navío y una balandra inglesas que intentaron tomar la ciudad, y en una acción heroica, el 1° de octubre de ese año,    después de cuatro horas de combate, derrotaron y pusieron en fuga  a los ingleses.
 Poco tiempo después de asumir su cargo reconoce la autoridad  del recién restablecido Virreinato de la Nueva Granada, al cual quedó sujeta la provincia.
En 1744 se funda la villa del Pao, continuando la acción sobre Guayana en unión de los jesuitas. 
Su sueldo se pactó en 4000 pesos anuales, lo que significó un aumento en relación con los 2000 ducados que se pagaban tradicionalmente, lo que significa mucho en relación con la extensión e importancia que iba adquiriendo la provincia; sin embargo el aumento estaba condicionado a la fundación  de un resguardo en el río Orinoco, en el lugar de su angostura.
En 1742 envía a España una relación de los pueblos de indios de su jurisdicción, y en 1745, expediciona por todo el territorio, recorre  todos los pueblos y ciudades de su provincia.
Dice Tavera Acosta, que: “El pueblo de Carúpano vino definitivamente a establecerse en parroquia eclesiástica, en 1742, un poco más abajo del caserío de Carúpano-Arriba, siguiendo el curso de su riachuelo. Erigióla bajo la misma advocación de Santa Rosa de Lima el Ilmo. Obispo de Puerto Rico  doctor Francisco Pérez Lozano, de acuerdo con el gobernador  de Nueva Andalucía  Gregorio Espinosa de Los Monteros, Brigadier de los Reales Ejecitos  y más tarde Marqués del Monte Olivar” La primera iglesia parroquial de Carúpano se bendijo el Viernes del Concilio, 5 de abril de 1743.
En el último año de su gobierno se fundó Río Caribe.
29-12- 1893. EL POETA BOHEMIO RAMÓN SUAREZ
Poeta y declamador de la bohemia cumanesa del siglo XX. Un joven moreno, hermoso de cuerpo y alma, bullanguero y trovador. Publicaba sus endechas en las primaras páginas de los periódicos de LA Cumaná, REINA DE LA POESIA CSTELLANA –llamada en esos tiempos “Atenas de Venezuela”-  y los versos del aeda los pegaban con almidón en las paredes de las calles, y se los aprendían de memoria, sobre todo los bodegueros, aficionados todos al canto y la poesía. En esos años la poesía caminaba por nuestras calles calichosas y en las tertulias madrugadoras se escuchaban al calor del cafecito, en las famosas bodegas, y  se hicieron famosas y los nombres de sus propietarios, se hicieron familiares desde San Francisco hasta el Salado. La fama del perturbador poeta rebasó la frontera y llegaron sus versos  hasta los grandes líridas de toda Venezuela, en armoniosos sonetos y églogas; y se convirtieron en sus entusiastas admiradores, así lo proclamaron en elogiosos cometarios que llegaron hasta nosotros, que también lo hemos admirado.  Mi padre Marco Tulio, su editor, lo distinguió siempre y en su antología y en sus periódicos mantiene  la eterna frescura de sus versos; y se conservaran siempre  para que las generaciones futuras  también  lo admiren y alaben.
Humberto Guevara, el tercero en la jerarquía poética cumanesa y tal vez de Venezuela, lo tenía en alta estima, en el decir del estudioso poeta, crítico y escritor, Ramón Ordaz, fue un hombre anecdótico, y todo mundo cuenta sus lances, sus ironías y pitorreos. Sin embargo, son pocos los que recuerdan a Ramón Suárez, un moreno al estilo de Santos Barrios, de aguda inteligencia, un poco mordaz, pero a la usanza de aquellos días, de finos modales y total adecuación al medio cultural de su época.
            Hace pocos días lo recordaba el poeta y abogado Rafael José Gómez, en las crónicas que entrega al semanario Clarín, sustituto del “Semanario”, premio nacional de periodismo, por el esfuerzo creador de Carmelo Ríos, el cual revive todo el encanto de aquel en este nuevo modelo.
            Nació   Ramón Suarez dentro de una familia de músicos su padre Agustín Suarez de profesión músico fue el maestro de su hija Teresa de Jesús notable pianista de Cumaná a la cual su hermano el poeta  le dedicó sus dulces y famosas endechas y su madre Isabel Rivero también pianista y excelente cocinera que hacia las delicias de la calle del Comercio de aquella Cumaná bullanguera y joropera  El poeta fue alumno de castellano y literatura de Domingo Badaracco por el cual sentía una gran devoción  y mi padre Marco Tulio Badaracco el editor de los poetas cumaneses publicó casi todos sus poemas en sus periódicos entre ellos “El Disco” y “El Sucre” de donde pasaron a todo el país y lo llevó a la fama Tambien publicó sus versos en su antología “Fuego de Blanca Luz” donde se eternizó
Contaba mi padre que en la segunda década del siglo XX, vino a Cumaná invitado por la Sociedad Patriótica Ayacucho, el poeta Otto de Sola, el último parnasiano que tenía porte alemán, era un catire de elevada estatura, cabellera leonina, con un vozarrón que hacía temblar al público, y por supuesto no necesitaba micrófono. El poeta inspirado le entregó a nuestra sociedad un recital de antología en el Teatro González, todo mundo concurrió y lo aplaudió a rabiar, leyó sus textos de “La Civilización”, con acentuada voz, muchas veces encendida y apasionada, y otra murmurante, como cascada de agua tibia. Fue un éxito que se inscribió en los fastos de la historia.
            Luego del recital el poeta fue asediado por los periodistas, los principales entrevistadores de esa época eran Humberto Guevara y Marco Tulio Badaracco Bermúdez, mi padre, que por supuesto me contó esta anécdota. Además de los fablistanes se acercaron los intelectuales: Ramón David León, Los  Aristeguieta, Los  Berrizbeitia, los hermanos Ramos Sucre, que estaban en Cumaná, Dionisio López Orihuela, el Dr. Badaracco, el Dr. Ponce Córdova, Joaquín, Agustín y Eliso Silva Díaz, y pare usted de contar.
            Todo era cordialidad y risa, entonces De Sola, preguntó por el poeta Ramón Suárez, y agregó, -siempre leo sus poemas, me agradan, porque tienen algo de mi estilo: –Quisiera conocerlo, saludarlo y expresarle mis sentimientos-
Se produjo un silencio cómplice y alguien dijo –Espere poeta, que se lo voy a buscar- Al cabo de un rato, apareció Ramón Suárez, le abrieron paso entre la concurrencia; y allí estaba, menudito, sonriente, sus ojos brillaban de picardía, expresó con tímida voz –yo soy Ramón Suárez-. El poeta De Sola tronó- ¡Usted es Ramón Suárez! –Sí, yo soy-, y regocijado, agregó- ¿Usted creyó que iba a ver un catirote, no es verdad?
            Todos celebraron aquel encuentro. De Sola abrazó a Ramón Suárez, y luego recitó dos de sus bellos sonetos, con aquella voz solemne de barítono:
Me obsesiona lo bello, lo artístico y pagano
Los ricos terciopelos, el oro, los brillantes’
Yo hubiera sido conde o príncipe africano
De haber nacido un siglo, o medio siglo antes.
Amo las; pompas regias; amo el gesto galano
De dos lirios de carne, escondidos en guantes;
Al torero que deja, con la capa en la mano,
La emoción en las almas, los senos palpitantes.
Mis anhelos de lujo los realiza cualquiera
Que resista el mordisco, si lo muerde la espera,
Que atesora en la mente un millón de ilusiones.
Yo tengo el alma siempre a la espera atenta,
Y si este afán de galas no lo suple mi renta,
Me hago en cualquier día Capitán de Ladrones.

            Entonces, Humberto Guevara, en tono jocoso dijo: Los sonetos de Ramón Suárez, los copia de Lope de Vega. 
Ramón Suárez no se quedó atrás y le ripostó, -y sí tú sigues con tus pitorreos, vas a escribir detrás de las rejas… Ellos continuaron entre dimes y diretes y Humberto terminó la fiesta con estas décimas, pesadas, pero entre poetas todo pasa.
                                    Con tu peinado a lo eterno
                                     Y tu color azabache
                                    Te pareces a un remache
                                    De las pailas del infierno.

Todo terminó en una fiesta ofrecida por el general José Garbi a la sazón presidente del Estado.

30-12-1931. MUERTE DEL POETA ROMÁNTICO  JUAN MIGUEL ALARCÓN.

En esta fecha, el  poeta de las “Rimas de Oro”, murió en esta ciudad de Cumaná, su tierra de nacimiento y amada. En el bisemanario “Sucre”, mi padre Marco Tulio Badaracco Bermúdez, gran amigo del poeta, escribió: “…de Alarcón pudiera decirse, con toda verdad, ha muerto el último romántico”, aplicándole la frase que es ya lugar común en la literatura universal: pero él es su ideal, en su producción poética, en sus manías, en sus lecturas predilectas, en su apasionamiento unilateral. ¡Cuántas veces!, por una mujer, en su manera insólita de confrontar la vida, fue por entero un romántico… Y es allí seguramente de donde emanaba la belleza de sus versos en los que sabía dejar siempre el toque sentimental, el quid divinum de los antiguos, para hacerlos inmortales”.

            El poeta Juan Miguel Alarcón nació el 29 de septiembre de 1882, hace 132 años para este año 2014. Sus “Rimas de Oro” siguen frescas y fragantes como azahares al viento. De él dice Jacinto Fombona Pachano: “Llevó existencia de bohemio, pero en ella se condujo siempre a lo señor. Acaso fue el último ejemplar de aquel grupo de escritores nuestros, actualizados por Baudelaire, que cultivaban entre paraísos artificiales, jardines de anecdotarios y Decarmerones. Así fueron Emiliano Hernández, Mario Torres Rodríguez y Jesús Semprún”.

            Los padres de Juan Miguel Alarcón fueron Don Andrés Alarcón, maestro de varias generaciones y Carmelita Meaño, fue precisamente en su escuela donde cursó la primaria, luego bajo la rectoría del maestro Silverio González Varela, en el Colegio Federal, se graduó de Bachiller en Filosofía, que era un equipaje suficiente en esa época, para viajar por el mundo en tren de primera clase. Mi padre dice al respecto: “Cursó estudios secundarios en el Colegio Federal de Cumaná, bajo el rigor y sabiduría del Rector José Silverio González Varela, de dura disciplina en la clase, hasta obligar la atención del alumno, indispensable al mejor aprendizaje: Latín, griego, francés, castellano, física, álgebra, geometría, agrimensura, filosofía, cosmografía, retórica y otras materias que formaban el programa del curso de humanidades en los años 1900 a 1904, cuando recibimos la borla del bachillerato”.

            Juan Miguel y Marco Tulio participaron juntos en la fundación y redacción de periódicos y revistas en Cumaná. Inicia su carrera periodística, a los 18 años como redactor en el semanario “Alba”, compartiendo labores con Pedro Arcia, Manuel de Jesús Álvarez y Fortunato Serra Rodríguez. Luego está entre los promotores del Club de intelectuales “Surge el Ambula”, del cual era secretario y animador el Dr. Domingo Badaracco Bermúdez. En este club se atrincheraron los intelectuales cumaneses de aquella generación y publicaron la revista “Broches de Flores” – Que constituye un hito en la historia cultural de Cumaná; fue la alborada, el toque de Diana, después de la terrible guerra mal llamada “Libertadora”, que sólo ofreció a nuestro pueblo, hambre y muerte. Cuando dejó de imprimirse esta magnífica producción, que competía con el “Cojo Ilustrado”, el poeta Alarcón, romántico empedernido pero pesimista en sumo grado, se sintió golpeado en el espíritu y aunque continuó colaborando con otras publicaciones y edita la revista “Pléyades”, decide irse de Cumaná.

            Juan Miguel Alarcón fue eternizado en su libro “La Fuente de Castalia”, publicado en 1954, con prólogo y selección de textos de J. A. Cova, introducción de Jacinto Fombona Pachano y epílogo de Marco Tulio Badaracco Bermúdez.

31-12-1808.- JUAN MANUEL CAJIGAL Y NIÑO.
  
Nació en Cádiz en 1757. Fue prisionero en Francia, rescatado por la paz de Basilea. Ascendió a Brigadier y fue enviado a Caracas en 1784 con el alto grado de Teniente del Rey. En 1804  es nombrado gobernador y capitán general de la Provincia de Nueva Andalucía, se traslada a Cumaná con su mujer, doña Mercedes Ponte, que también fue su administradora;  y en la fecha que celebramos asume la gobernación y la presidencia del Cabildo el 6 de junio de ese mismo año; gobierna hasta 1808, pero permanece en Cumaná donde se había ganado el aprecio y reconocimiento de la comunidad.
Durante el gobierno de Cajigal se terminó de reconstruir la Iglesia de Altagracia  en la plaza Guaiquerí, que había quedado muy dañada en los  terremotos de 1766 y 1797; y el Capitán General construyó en la calla “La Marina” hoy “Bermúdez”, la capilla de la Santísima Trinidad que sirvió al pueblo altagracino hasta que se construyó la Iglesia de Nuestra Señora de Altagracia
En 1806, durante su gobierno y debido al progreso de la ciudad hubo un despertar cultural muy importante, tanto que las corridas de toros y el teatro que tuvo manifestaciones populares y se desbordo por las calles, en efecto  comentan los cronistas de la época que,  en un teatro improvisado frente a la Ermita del Carmen,  hizo historia la  representación de varias obras dramáticas del teatro español,  por una compañía de aficionados cumaneses. Se iniciaba así la afición y pasión popular por el teatro que siempre ha tenido el pueblo cumanés.
Hijo de Felipe Cajigal y Niño, tercer marqués de Casa Cajigal, de familia con antigua tradición militar en el ejército borbónico, comenzó su carrera en el Regimiento de Asturias donde se licenció como capitán en 1777, formó parte del Regimiento de Zamora, y con más de dos décadas de servicio, Cajigal llegó a Venezuela en 1799 donde se desempeñó en el Regimiento Veterano de Caracas. De 1804 a 1808 desempeñó el cargo de Gobernador de la provincia de Cumaná, denominada también Nueva Andalucía.
Durante los sucesos del 19 de abril de 1810 en Caracas, repetidos en Cumaná el 27 de ese mismo mes y año, la Junta Suprema de Gobierno de la Provincia de Nueva Andalucía lo incorpora al gobierno revolucionario con el alto grado y cargo de Mariscal de Campo y Comandante General de las tropas de la provincia; sin embargo Cajigal, temeroso de los acontecimientos, huye hacia Puerto Rico. 
Más tarde regresa al país a las órdenes de la Regencia, a tratar de reconquistar el poderío de España en esta provincia desde Puerto Rico, donde se había refugiado al estallar la Revolución en Caracas  el 19 de abril, acudió Cajigal otra vez a Venezuela y, promovido a Mariscal de Campo
Tuvo que acudir en auxilio de Guayana, venciendo a las fuerzas independentistas en Santa María de Ipire. Tras ser nombrado segundo jefe de Costa Firme, mantuvo el mando en Puerto Cabello. Cajigal trató de conservar los restos del viejo orden habiéndolo recibido como  interino de la Capitanía General de Venezuela de manos del brigadier Domingo de Monteverde, aquejado de graves problemas de salud. Sin embargo, no pudo entenderse con el comandante José Tomás Boves, renuente a aceptar órdenes superiores Boves dirigía de manera independiente la contrarrevolución en los Llanos de Caracas y en Oriente. Esta situación además de haber sido derrotado provocó que Cajigal renunciase a su mando tras la llegada de Pablo Morillo a finales de 1815 y que partiese para España en 1816.
En España recibió las distinciones de San Hermenegildo y de Isabel la Católica y fue nombrado oficialmente capitán general de Venezuela el 6 de noviembre de 1817. Sin embargo, no salió de Cádiz hasta que recibió la orden de partir el 2 de julio de 1819 portando un pliego cerrado, el cual, al ser abierto ya en alta mar, contenía la noticia de su nombramiento como capitán general de Cuba. Tomó posesión el 29 de agosto de 1819 y mantuvo la disciplina en la isla en medio de los tumultos ocasionados por la revolución de Riego, entregando el mando de la capitanía el 3 de mayo de 1821 a su sucesor, Nicolás de Mahy y Romo.

Ese mismo año, debido a problemas de salud, se retiró a Guanabacoa, donde murió el 26 de noviembre de 1823, al lado de su esposa, Mercedes Ponte.

31-12-1795.- EL PRIMER PERIÓDICO “EL PATRIOTA VENEZOLANO”.

En esta fecha se publicó el único número conocido de este periódico en la Isla de Trinidad que formaba parte de la provincia de Cumaná o Nueva Andalucía y se inició así  la historia del periodismo en Venezuela. Para estos tiempos ya Cumaná, como siempre la primera en todo y especialmente en todo lo que se refiere a la cultura venezolana, también lo habia hecho en la historia del periodismo, ya que en esta provincia se habían publicado con anterioridad a cualquier otro periódico: “El Patriota Venezolano”, luego “El Patriota Cumanés”; el primero repetimos se editaba desde 1795, en la Isla de Trinidad, que dependía políticamente de la Gobernación de Cumaná; y el segundo circuló en 1811, según datos obtenidos por el historiador Ignacio Rodríguez Mejía, publicado en su libro “Periódicos y Revistas de Cumaná” editado en Cumaná en1958. Por supesto que en la historia del periodismo escrita en Caracas ni se menciona este hecho pero la prueba existe  La isla de Trinidad se separó de la Capitanía General de Venezuela en 1797.
Desde el 4 de julio 1812, se editó “”La Gazeta de Cumaná”, periódico del cual se conservan ejemplares en el Public Office de Londres, Inglaterra; así lo dice también don Alberto Sanabria, Primer Cronista Oficial de Cumaná, en conocimiento de la investigación realizada por don Pedro Grases.
El 24 de octubre de 1825, se editó en Cumaná “El Indicador del Orinoco”. Cumaná era entonces capital de la provincia Colombiana  “Departamento del Orinoco”, y su primer Presidente fue el general en jefe José Francisco Bermúdez, nombrado por el Libertador después de la hazaña libertadora protagonizada en 1821, por el mismo Bermúdez..
El General en Jefe Santiago Mariño, Libertador de Oriente en 1813, editó, desde el 5 de agosto de 1827, su periódico “El Cacolín Solitario”, del cual dice Ignacio Rodríguez Mejía, que una colección de este periódico fue puesto en venta en la ciudad alemana de Leipzig, por Karl W. Hiersemann, por el precio nada despreciable de 2000 marcos. Este periódico se editaba en la imprenta de don Manuel Escalante en Cumaná. Entre los redactores del Cacolín, menciona al General en Jefe Francisco Mejía. Por esos tiempos también se editaba el periódico “El Amigo del Pueblo”.

Como podemos ver el periodismo en Cumaná, no fue un hecho aislado, sino que se fue fortaleciendo con el tiempo, a tal grado que de ese periodismo fecundo, surgen con fuerza extraordinaria, periodistas como los del Dr Pedro José Rojas, que llega a gobernar la República en el último periodo de Páez, Blas Bruzual,  Francisco Mejía, que fue candidato a la presidencia de la república; Estanislao Rendón, el gran civilizador, también candidato a la presidencia de la república y gran líder de la democracia venezolana; José Silverio González, que logra la libertad de los esclavos con sus extraordinarios discursos en el Congreso Nacional; Marco Tulio Badaracco, poeta periodista y editor de la generación de oro de la cultura cumanesa; y luego, la avanzada de grandes periodistas nacidos y formados en Cumaná, que van a fundar en Caracas los grandes  diarios: el Nacional, La Esfera y el Universal; y, el luminoso Andrés Eloy Blanco, el más destacado poeta y narratista, el gran poeta del Canto a los Hijos y Giraluna, con su gracia inimitable, que se enseñorea en el “Morrocoy Azul”, con Aquiles Nazoa y Claudio Cedeño, y los demás cofrades de Leo;       y llenan de gracia las letras venezolanas.    



No hay comentarios:

Publicar un comentario