domingo, 16 de octubre de 2016

CANTARES DE OCIO



RAMON BADARACCO




CANTARES DEL OCIO



Cumaná 2006








Autor: Ramón Badaracco
Copyright Ramón Badaracco  2006
Primera edición 1997
1500 ejemplares
Hecho el depósito de ley
Título original: CANTARES DEL OCIO
Primera Edición
Puede ser reproducido total o parcialmente.
Diseño de la cubierta  R. B.
Ilustración de la cubierta  R. B.
Depósito legal
Impreso en Cumaná







introito
MAR CARIBE
    

             ¡Qué bien está que en nuestro mar me quieras!
¡Qué bueno fue nacer en sus riveras!
¡Qué bien sabrá morir en sus orillas!
¡Qué llano azul para sembrarle quillas!
¡Qué historia de vigilias costaneras!
¡Qué mar de ayer para inventar banderas,
Coloradas, azules y amarillas!
¡Qué bien esta decir que el mar es tuyo,
Que el mar es mío y que en el mar te arrullo,
Con arrullo del mar de nuestra infancia!
Si hasta morir con él tiene su encanto;
La barca es suya, de su sal el llanto,
Suyo el adiós y suya la distancia.
                                                   Andrés Eloy Blanco




PRIMERA ESTANCIA



                                                        EL POETA

El poeta es pan
Es arcilla
Pluma de colibrí
Una pizca de azul
Un poco de sol
Una rendija de luz
Un poco de tiempo
Un pedazo de papel
Un creyón.
La pesada puerta
Tengo sed
Déjame estirar las piernas
Escayoladas
Déjame respirar la brisa
Sácame de este negro muro

                                                                 Muéveme un poco


Para ver por el trasluz
Deja que mi amigo
Recite un poema
Deja que su manos
Peinen mis cabellos
Deja que otra mano
limpie mis heridas

y...
tengo frío
enciende más leños
cubre con mantas mi cuerpo
si...
tengo
hambre
dame un poco
llama a mi madre
déjala estar a mi lado
un minuto antes y otro después
déjame anotar el día de mi muerte




                                                      CARPE DIEM

Nací rico del alma
Nunca fui pobre
Tengo mi cuerpo
Soy como Diógenes
Solo necesito luz
Soy abundante de vida
Antes y después
A veces no lo entendía
No pregunté nada
Tampoco se lo dije a nadie
En realidad no me importaba
Lo de todo
Lo tengo todo
Si tan siquiera pedirlo
Cuando no se tiene nada
Lo que tengo es de todos
No lo puedo perder
Cada día vivo el presente
Carpe diem

Mi primer verso

                                                EL NIÑO Y LA ROSA

El niño es como rosa blanca
Cualquier golpe le deja su huella
Y si se juntan los golpes
Se irán juntando las huellas
Como las del gusano
En hojas de enredadera
Hay niños como rosas
De preciosa jardinera
Entre abonos y cuidados
Van creciendo perfectas
hay rosas que se marchitan
con su comunión de tierra
y  junto a las más hermosas
crecen las rosas feas
Si este jardín tuviera jardinera
Quitaría zarzas y piedras
Y todas las rosas
Amarillas, blancas y negras
Serían iguales en el jardín
De mi jardinera
La cara del niño alegre
Se va poniendo más seria
Sobre todo si es de un niño
Que ha germinado en la tierra
La sonrisa se termina
donde se  inicia una pena
y donde un pena nace
hay otra pena que espera
En la lágrima que tiembla
O en la lágrima prisionera
Deja el niño la sonrisa
Y  la flor la  jardinera











LA CIUDAD

Cumaná es
Una ciudad de pájaros
El mar y las montañas
Son pájaros azules
Las naves de Colón
Son garzas blancas
Entre caimanes
Al subir el río

Pedro de Córdoba
Es el grito de la pizcua
En la mañana originaria
Antonio José
Águila sobre montañas
De nieve
A caballo, siempre arriba
Pájaro clarín
Que repite su canto
José Antonio
Sin nombre
Está alto
En el Olimpo
Inalcanzable
Gaviota entre nubes
Nenúfar en el torrente
Canto de colorado
En la tarde, frente al mar
Andrés Eloy
Es el Que canta mejor
Su trino es dulce licor
En la mañana
Cuando la luz se hace
Y hay miel de abejas
En los pétalos
Multicolores de las rosas.
Cumaná es una ciudad
Limpia de amanecer
Las cotúas y alcatraces
Buscan el Este
Indetenibles
Se internan en línea marcial
Hacia el horizonte de los delfines
Una vela corta la espuma
Cruz María
Canta…Grita…
Y bullen las aguas
Mano Catire lanza las redes
Y los pájaros danzan
Sobre la ardentía
En la casa de mis antepasados
Hay jaulas de trinos
En los pilares y helechos
La cotorra parlotea
En la mata de cerezas
Las paraulatas
Ahítas de uvas
Imitan al canario
En la fuente
Bajo el guayabo
Las potoquitas
Picotean sin cesar
Cumaná es
Una ciudad de pájaros
Construida de prisa
Las fincas cercanas y el barro
Facilitan los nidos
Mi casa es un nido grande
De techos rojos
Llenos de palomas
En mi casa tengo
Una paloma blanca
De sangre aborigen
Cuando mi paloma canta
Mi alma se vuelve brisa…
Bajo el cotoperí
Tendí mi chinchorro cariña
Allí esperaré a mi paloma
Y luego, los dos volaremos
Por la línea azul del viento
Hacia el Este, en el viaje sin fin
Hacia el horizonte de los delfines
Y habitaremos en el paisaje azul
De los pájaros
Pájaros de alas doradas


                                                  EL AMOR


El parque, los encuentros,
Las noches aquellas
Distraída, de rosa  vestías
Azabaches tus ojos
Tu cintura se quebraba
Apretada en las querellas
Bella andaluza enjoyada
Míos tus labios rojos
Turbado caminaba
Te vi,  me detuve en la esquina
Apreté el cigarrillo hasta
Quemarme de placer
Sensible, tu  perfume
Me seduce,  me domina
Tus pasos se hicieron lluvia
Aurora, amanecer
Apreté las manos de tu amiga

Lo entendió todo
Me sonrió, lo supe desde entonces
Camino largo
Sufrir el dolor de la ausencia
El rayo,  la noche y yo
En el cruce de esa plaza\

Solitaria se quedó tu modo
Amapolas y guaruras
Disecadas del andar amargo
Vuelo de cucaracheros
Hojarasca lejana, solo yo.












                                            MI MUJER AMADA

Tenías dieciocho años
Airosa paseabas por la plaza
Tú figura helena
Gacela en celo
Alción en vuelo
Dabas vueltas a la derecha
Mirabas sin mirar
Tus cabellos de miel
Sobre tus hombros
Una cohorte de mirones
Te devoraba
Sin embargo
Era indudable
Yo era el preferido
De tus ojos.
Al principio entre los dos,
Sólo fue el silencio
El código secreto
El movimiento
Pasear por el parque
Tus ojos los míos
Tus manos mis manos
Las primeras palabras
Florecieron de ansias
Los recuerdos
Los desencuentros
La misma mudez
De los que se aman
Sin saber sin indagar
Hay un instante
Sin decirnos nada
Y el corazón palpita
                                                   Y se escucha
Y vuelve el silencio
Y nos apretamos las manos
Y se aprietan nuestros cuerpos
Y ya no sabemos quién es quien
Y ya no importa la vida
Y ya no importa la muerte
Y nos dijimos todo
En la mudez del viento
Desde aquel instante
Me hundí en tus ojos
Y el calor de tus manos
Cobijaron mi cuerpo
Y no hay noche
Y no hay amanecer
Y no hay un instante
Sin que te sienta dentro
Como un carbón encendido
Queriéndote como te quiero
Que es quererte por entero
Como si fueras yo mismo
Como si fueras mi cuerpo
Y tengo un aliento
Y tengo tantas ganas
De hacer el amor contigo
Como aquella mañana
De aquel domingo definitivo
Que solo recuerda el tiempo.

Fue una fiesta increíble
Y no invitamos a nadie
Ni los dioses ni la fama
Lo supieron  jamás
Era un domingo de campo
Te vestiste de blanco
Sabías que te esperaba
Y tú cerraste los ojos
Y  te rendiste
Y  dijiste soy tuya
Y yo te dije soy tuyo
El amor no tiene espera
Hubo lágrimas, hubo risas
Palabras entrecortadas
Recriminaciones, protestas
Pero entre tanto caían
Tus vestidos en la grama…
Y tu cuerpo desvestido…
¡Oh Dios! …
De este amor sin quejas
Han brotado los azahares
Es un  jardín hermoso
Donde tú eres mi jardinera
Y yo soy tu jardinero
Los frutos se multiplicaron
Son de distintos sabores
Pero todos son brotes fuertes
Como el apamate del frente
Semillas en la buena tierra
De las campiñas de oriente
Abonadas con  el alma
Con paz y amor cristiano
Son  benditos del Señor
Que siempre estuvo presente.
Lo que puedo decirte después
De tantos años contigo, amor
Es que nunca podré pagar
Por todo lo que me diste:
El perfume de tu vida,
La tranquilidad de tus quitas
Tus celos, tus consuelos
Tus modos, tus caricias
Tu constancia, tu fe
Tú entrega, tu fuerza
Y tu indestructible belleza
Que has compartido conmigo
Sin guardarte nada
Con la más absoluta devoción
Con una pasión sin igual
Porque he compartido solo con Dios
Todos estos años de amarte
                                                   Mi Diana amada








                       

                                                CONFESIÓN

                                                       Amada
                                                   No merezco
El amor que me has dado
Tanto tiempo
No he jugado limpio contigo.
Pero a mi modo
Te he amado tanto
Y he estado
Y has estado en mis ojos
En mi cuerpo
En mis entrañas
Tanto tiempo.
Tanto tiempo en mí y yo en ti
Juntos  uno solo
Juntos tú y yo
Siempre tú y yo
Cada vez que abro los ojos
Es un estado de estar unidos
Como una escultura
Una escultura de Fidias
No es cuestión de tiempo
Es la perfección del amor
Estoy en tus ojos perfecto
Hay un grado de amor
Que no se corrompe
No hay manera de golpearlo
De torcerlo
Es inmaterial
No obedece a  leyes
A la temporalidad
Pasan los años y es más sólido
Como un poema de Homero
No hay un solo movimiento
Sino en ese sentido
Tu cuerpo es mi cuerpo
Cuerpo de Cristo
Somos tres cuerpos sólidos





                                                   EL SUCESO

Que dulce es la luz
Que te ilumina
vestida de blanco
Frente al altar

Eres cual el ángel
Que buscó a María
La virgen divina
Amada de Dios

Eres la novicia
Más pura y más fina
Que aspira la gracia
De ver al Señor

No se si el Señor
Estará perturbado
Al ver en tus manos
Tan rico tesoro

El mismo ha bajado
Cubierto de nieve
Para que tus labios
De rojo escarlata
Le den un mordisco
Y en rito sagrado
Le vuelvan la vida
Que perdió en la Cruz.












SEGUNDA ESTANCIA

I
Si no fuera este día
Estaría mirando tras de ti
Si hay algo tras la sombra
Murmuraría
Si no fuera este día
El Cucarachero cantaría
Tras la ventana
Pero apenas escucha mi voz
Amanece
Y la lluvia no cesa
Hoy se espanta la soledad
Y se encienden los rincones
En el alma hay un grito nuevo
Como de aurora radiante
El grito del Comandante
Caminaremos de nuevo
Nunca volverán las sombras
No habrá dolor en las madrugadas
Andaremos erguidos
Por verdes praderas
Tus manos las mías
Tu cuerpo mi cuerpo
Si no fuera este día
Amada                               












II

Yo, el campeón del barrio
Temido entre ruinas
Me acobardo y escondo
Ante cualquiera que mire y reconozca
Pertenezco a la generación
De los anticuarios
Resido en la edad media
Salgo con yelmo y adarga
Me detengo en las esquinas
Y  en mesas de dominó
Permanente visitador
Del banco de la plaza
El vago de siempre me sonríe
Hoy ganó el Magallanes
El velorio de anoche
La novela brasileña
El golpe de estado.
Amén

III

Caminando por las calles
Como siempre
Amanecí y vi la luna blanca
Colgada del lucero
El cibernauta de al lado
Escribe cartas
Por la guía de teléfonos
Vende oraciones
Y recibe millones de dólares
Al otro lado, el mecánico
No tiene vida
El hombre del correo no lo saluda.
Entrega la correspondencia a los vecinos
Me mira de mal modo
Mi perro lo persigue
Algo anda mal
No tiene la culpa de que nadie me escriba.



IV

Caminando la calle Sucre
aquel olor a tiempo
recuerdo todos los rostro
en las piedras
 las altas mujeres y los sabios
 luego la pesadilla
nadie escucha mis pasos
un sapo gordo salta
ante mis ojos atónitos
presume que no lo veo
una lagartija lo persigue
tal vez veo visiones
en su lugar
había un hombre montado
en  bicicleta
Me saludó cortésmente
Tipo raro
Llevaba una espada
un sombrero de tres picos
 y una gran cruz gamada
sentí una explosión
salté por los aires
al parecer la junta mahometana
del cerro de Quetepe
le prendió fuego al polvorín
Jesús Torres se alzó
Levantando al pueblo con un discurso
Copiado de Caupolicán Ovalles
A los mahometanos
Que se rindieron
Oh Ala
Como siempre los reunimos
En la Plaza Bolívar.
Oligarcas temblad
Viva la libertad.




V

La señora Juanita se fracturó
La pierna izquierda
Todos la vieron caer
Alguien llamó
Se escuchó la sirena
Atención inmediata.
 Ramón Martínez Abdenour
Servicio a domicilio
Muchas gracias.
Juanita iba malhumorada
La gente la veía
Y ni siquiera disimulaban
La subieron en la camilla
Dos jóvenes robustos
Pero ella tenía
los ojos inyectados
Los brazos estirados y ese rictus
De tal modo
Se movía, decía umjú umjú
                                                               VI
Al lado de mi casa
Se mudó hace un año
La familia Chung Li
Arroz en la mañana
En la tarde arroz
No salen a la puerta
La sonrisa del chino está allí
Sus palabras favorita
Ola señol, buen día
Usted es de Hong Kong
No señol, de Beijing
Tienes trabajo
Soy cocinelo
Está Casado
Tenel esposa y tles hijos
La familia Li
Está instalada en mi concina
Mi mujer muy fastidiada
Solo se ocupan en comer.

VII

Por fin compré
una computadora
Hice el curso
Compré el mueble
Resmas de papel
Cartuchos de tinta
Internet, teléfono celular
Dios mío
Estoy arruinado
Antes de comprarla
Tenía tiempo de sobra
Ahora tengo horario
Y cuando duermo
sueño con ella.





VIII

En la mañana
Del primero de enero
Me asomé al balón
Es increíble
Mis mangos dorados
Están en sazón
Después de las lluvias
Canta la paraulata
el gato juguetea
entre los capachos
todos los gallos cantan al amanecer.








                                                      IX
                                                   
Tengo la paciencia de la ola
Que se acurruca  en la orilla.
A veces pienso en ti
Como el jinete de Caimán
Suspirando  por la meta
Tatas veces jugué contigo
Y solo ahora  recuerdo
El sabor de tus besos
Arrancados al olvido.
El aroma de tu pañuelo
En la cruel despedida
El canto del cucarachero
En el parral… al regreso.
Ahora suspiro por tu cabellera
Alborotada en esa forma tuya
Que tantas veces me hizo soñar
Que tantas veces me hizo soñar.
Hoy amanecí sin balas
Como el Chino.
Tengo el pan y el vino en la mesa.
En este sitio hay paz para mi abrigo




TERCERA ESTANCIA

                                                              I

“De donde tan inmensa es la luz
Espiritual de Dios y tan excede
Al entendimiento natural
Que llega más cerca, le ciega y escurece”
El excelso San Juan de La Cruz
En su forma inimitable guía mis pasos
Estos días son de victoria
El era un hombre cualquiera
Hoy es lanza de punta afilada
Su doctrina política
Tiene algo de divino
Para todos los pueblos
Darle poder a los pobres
Darle el anzuelo
Las muchedumbres caminaran
                                                    Nadie las detendr
II

Lanza de punta afilada
Eran aquellos tiempos
Del topo y el lince
Soy tácita lanza
En el hombro, la cadera,
El templo en paz
Lanza de punta afilada.
He pensado
el significado misterioso
De cada palabra
Escribir sueños
Como agua desde la oscuridad
En la palma de mi mano
No me pertenece
Lanza de punta afilada
He descubierto ácido en mi
Fermento
Y la voz pausada que hiere
Como tizón en el costado
No debo hablar
Abarcando los cuatro vientos
Tú lo sabes pero falta mucho
Aguaviento y noches
Es como otear en los espejos
Como saltar descalzo entre tunas
Lanza de punta afilada
Si fuera posible irse
Despacio muy despacio
Sin que nadie lo sienta
Ni el silencio
Como un animal cualquiera
Yo sería el primer náufrago
Lanza de punta afilada.


III

Descuelgo una lámpara en la ventana
Me ata. Cómo pedir auxilio
Si solo los cucaracheros
Oyen indiferentes, cantan
Y saltan de rama en rama
Presiento el aullido del lobo
Que se queda
He rezado con mis cuentas árabes
Hechas solo de espíritus
Rodeado de avispas
Mi rezo osco entre rejas
Sin embargo los nidos, los zánganos
Alborotan sobre mi cabeza
Me tortura su inutilidad
No siempre estaré en condiciones
De ver y oír
Hay pájaros que advierten el final
Los oigo cantar de lej

IV

Disfruto en la mañana
El trino de los pájaros
y el fresco de los mangales
que perfuman  mi espíritu.
Siento  desde mi chinchorro cariña
En el calor de noviembre
El árbol inmenso de jovitos del río
Pintar de amarillo el patio de los gallos.
Su frondosidad cae sobre mí
Me separa un ventanal de hierro
Un pájaro carpintero taladra
El tallo  duro y seco
Tac tac tac
Otros árboles no se dan cuenta
Del paso de luna
El olor de frutas maduras
Viene a mi desde patios cercanos
Respiro profundo, cierro los ojos
Y mi espíritu se eleva como una mariposa
No habrá más lluvias este año
El pasado me trajo recuerdos
De chaparrones en la vieja casona
De San Francisco
De los tejados se desprendían
Cortinitas de líquido cristal
Cuyos destellos  pulía el sol


V

Qué triste fue la muerte de mamá
No fue una sorpresa pero su dolor
Se ancló en mi corazón, fue un aguijón
Aquel 17 de diciembre de 1994.
Por la mañana, cuando la noticia
se  públicó, las ancianas lloraban
Se encerraron de negro
Y un olor amargo se espació
Entre lilas, nardos y astromelias.
Y mi corazón galopaba al viento.
Este año los torditos regresaron
Han viajado mucho
Por la ruta de sus abuelos.
Mis lagrimas no sirven para nada
Ella, esta bella en su lecho eterno
Se quitó todo dolor
Y una sonrisa de triunfo sellaba su boca.
Esperó demasiado para encontrarse
En la eternidad con el único
Amor de toda su vida.


VI

La mañana floreció de mucho sol
Limpia de un cielo limpio
Desde las rejas
Me impacientan las cornetas
No cesan
No pude concentrarme
Recorrer el tiempo
Los que se fueron
Por qué duele tanto
Para qué queremos permanecer
Y mis viejos
A veces creo que no murieron
Los tengo a mi lado a cada hora
Los veo abrir la puerta
Quitarse los lentes
Me bendicen y me besan
 Ola hijo
Para dónde vas
Puedo acompañarte
Claro  viejo, vengan
Que bella está mi madre amada
Tú crees?
Claro, pareces una paloma
Hay vieja, que dura es la muerte
Para el que permanece
No… para todos
El llanto se queda
Se anuda no se va
Es tan sola, tan callada
Tan ausente


VII

Otra vez amanecí
Bajo los árboles
Mangos, macos, trinos
Los torditos picotean en el gallinero
Me siento fuerte
Ayer temblaba como una hoja
Tocada por una lágrima
Fui a la medicatura
El galeno me tomó el pulso
Hizo un gesto preocupante
Indicó una pastilla
Que colocó bajo mi lengua
Ella tenía mi mano
Y sus ojos brillaban
Cuan dulce es verla llorar
Sentir su dolor de soledad
Sufrir su pasión sin tiempo
Ella fue mi primavera
Una rosa extraña
En el jardín de La Giralda
El vuelo de la gaviota
El gato rendido en el diván
Los nietos en mi computadora
Los paseos a Tocuchare
Mi nieta Kira sobre la vela
Cortando las olas
Oh amada
Cada vez que sale el sol
Eres tú
Qué vida tan larga
corta entre tus brazos

                                                        VIII

Tengo la paciencia de la ola
Que se acurruca  en la orilla.
A veces pienso en ti
Como el jinete de Caimán
Suspirando  por la meta
Tatas veces jugué contigo
Y solo ahora  recuerdo
El sabor de tus besos
Arrancados al olvido.
El aroma de tu pañuelo
En la cruel despedida
El canto del cucarachero
En el parral… al regreso.
Ahora suspiro por tu cabellera
Alborotada en esa forma tuya
Que tantas veces me hizo soñar
Que tantas veces me hizo soñar.
Hoy amanecí sin balas.
Tengo el pan y el vino en la mesa.
En este sitio hay paz para mi abrigo





























CUARTA ESTANCIA




Ilustración 1. Ramón Badaracco a petición de Juan Liscano lee textos de Jesús Torres.









I

Pablo lo dice y repite
Somos el pueblo de Dios
Pero lo hacemos mal
No seguimos las reglas
No las entendemos
No trabajamos en eso
Todo parece estar bien
Pero no nos ajustamos a la ley
Estoy de despedida
Se hizo largo el camino
El cansancio me ciega
Cada día es más largo
Cada hora
Hoy es 26 de octubre de 2006
Ahora está lloviendo
Una tormenta de rayos y truenos
Son las 3 y 30 pm.
Por los grandes ventanales
De la posada de San Francisco
Solo se ve lluvia
Jesús Torres fuma un tabaco
Guácharo de Krispin Patiño
Ramón Ordaz lo mira insatisfecho
Jesús pásame un tabaco
No, dejaste de fumar
Si pero quiero fumar
Tengo ganas de hacerlo
Oye… que silencio.
Es la hora de marcharse


II


Para los viejos  esta ciudad
Es una bendición
El hospital una maravilla
Mi tensión está mal
El electrocardiograma dixi
La Dra. Romero prescribe
Atenenolol todos los días
Cumaná es una ciudad equidistante
Tiene ventajas auditables
No es como París, Nueva York, Sao Pablo
Pero placentera, con sus ríos, playas y montañas
No hay cansancio en su espacio
El tiempo trascurre lento
Se hacen tantas cosas en un día
De tanto vivir en ella
Vine a ser su historiador
Tengo recuerdos de muchas centurias
Seguramente fui uno de sus fundadores
Camarada de Pedro de Córdoba
En la independencia fui un soldado
Lo sé y porque lo sé lo cuento.


III


En la noche
Cualquier molestia intestinal
Es desagradable
Sin embargo me siento restablecido
                                      Solo, sentado  en el patio interior
De la posada “San Francisco”
Betzaida se esmera y me sirve
Whisky and soda sobre hielo
Se aleja dejando su perfume
Y su forma perfecta…Embriagante
El amplio salón, todo silencio
Entre las sombras, palmeras y mesas
Percibo las pinturas de Tirso Chirinos
Su voz quedo gravada
En la penumbra
El torero pintor de Valencia
Su traje de luces, su coraje
Desde las gradas la gitanería y olé
En Valencia es la fiesta
Aun se escuchan las palmas
Allá quedo su capote
Pero aquí, en la posada
Quedó un pedazo de su alma
Una lágrima brotó impaciente
Murió el torero… su figura de matador
Y la paleta… su banderilla.

IV

Otra vez
Posada de San Francisco
Meditando en la  mesa del bar
Me interrumpen. Vienen voces.
Jesús Torres saca unas fotografías
del bautizo de mi libro “Formas”
con Juan Liscano de padrino:
gentleman atildado, de modales elegantes
De buen vivir, pero sobre todo de cultura avasallante
Esa vez en el ateneo fue una velada festiva
Era 3 de febrero de un año que no recuerdo
Me tocó presentar al poeta, y  había
Preparado una crónica sobre la iglesia de Chartres
que iba a publicar en esos días.
                            leía aquellas páginas con  tanta convicción
                                             Que me impactaban
Todo mundo estaba  expetante
El mismo Liscano no entendía nada
Hablar de Chartres de su historia
la construcción de aquel mágico lugar
Los detalles,  las piedra, los cristales
Las corporaciones, los maestros, los siglos
Pero al final le dije
 Tu formación se puede igualar
A la construcción de aquel templo.
Y le vi sonreír
Qué bueno fue ver reír a Juan
Y después tomar el vino en el Teide
                              Con él, Jesús Torres, Juan Durán y otros
La vida puede ser solo un momento
Como la flor del viento
Que abre y muere en la noche

VIII

Tendré el corazón dulce
Cuando se derrame toda la miel
Tendré el corazón tierno
Cuando haya paz en abundancia
Levantaré mis manos
Para pedir justicia
Invocaré el nombre de Dios
Cuando mis hermanos

 Encuentren la Paz

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