viernes, 7 de octubre de 2016

GENERAL EN JEFE FRANCISCO MEJÍA

RAMÓN BADARACCO










GENERAL EN JEFE 
FRANCISCO MEJÍA.
EL HÉROE DE MARIGUITAR






CUMANA 1997







Autor: Tulio Ramón Badaracco Rivero
Que firma Ramón Badaracco
Copyright Ramón Badaracco- 2013
Primera edición 1997
1500 ejemplares
Hecho el depósito de ley
Correo y cel.
0416-8114374
Segunda edición
Derechos reservados.
Diseño de la cubierta R. B.
Ilustración de la cubierta R. B.
Depósito legal
Impreso en Cumaná
tlf. 0416-811-4374 











INTRODUCCIÓN

A MANERA DE PRÓLOGO

         “Nació el General en Jefe Francisco Mejía, hijo natural de doña Concepción Mejía, de calidad distinguida, en 1798 en Marigüitar, en esa época parroquia foránea de Cumaná. Se crio y educó al arrimo de su tío presbítero don Francisco Mejía, cura entonces de dicha parroquia. Muy joven en 1813, incorporado como aspirante al ejército del General Santiago Mariño, asistió el 2 de agosto del mismo año, a la toma de la plaza de la ciudad de Cumaná, donde experimentó el 16 de octubre de 1814 en la Sabana del Salado la formidable derrota dada por Boves a Piar. En Juncal fue vencedor. Hallose en más de 36 combates y
tres heridas recibieron lidiando por la Independencia. Concurrió por Cumaná como Diputado Suplente, al Congreso Constituyente de Venezuela en 1830. Cultivó las letras, ocupó elevados cargos, obtuvo diploma de Libertador de Venezuela en 1819, el Busto del Libertador en 1827, el grado de General en Jefe en 1863 y el título de Ilustre Prócer en 1867. Anciano, pobre y digno murió en El Valle, parroquia foránea de Caracas en 1882, y sin débiles vacilaciones sostuvo en su larga existencia con cívica honradez, los luminosos principios de la bien entendida doctrina liberal. En 1902 publicamos en esta ciudad una noticia biográfica de este notable patrio.”

                                                                         Silverio González Varela








PRÓLOGO DE LA BIOGRAFIA DEL GENERAL EN JEFE FRANCISCO MEJIA, ESCRITA POR RAMÓN BADARACCO P-OR ENCARGO DEL CORONEL CARLOS LUIS GRAU GIL, PARA LA EDICIÓN DE 1997 DEL MINISTERIO DE LA DEFENSA.

         Hacer un prólogo para esta edición de la biografía o estudio histórico acerca de la personalidad del General en Jefe Francisco Mejía es una tarea comprometedora, primero porque las notas escritas sobre él, son escasas, y segundo porque hay mucho material que deberíamos estudiar y analizar y no lo tenemos en Cumaná; pero compromiso es compromiso e intentaré, con lo que tengo en mi biblioteca, remontar este caudaloso río.

         Para tener una idea de este ciudadano esclarecido, debemos revisar y fundamentar cualquier juicio, en la obra y notas biográficas escritas por el relevante maestro cumanés Don Silverio González Varela, y tener muy en cuenta la biografía del héroe, escrita sobre esa base, por Ildefonso Riera Aguinagalde

Dice don Silverio, que Francisco Mejía nació en Marigüitar, parroquia foránea de Cumaná, en el año de 1798, hijo natural de

Concepción Mejía, y se educó bajo la protección de su tío materno el presbítero Francisco Mejía, el cual se esmeró para que su sobrino recibiera una buena educación, lo que se verá por los resultados. No se puede extrañar que este guerrero luego se dedicara al periodismo y escalara posiciones como la de Ministro de Guerra y Marina y ostentara el máximo grado militar de General en Jefe, y candidato a la Presidencia de la República.

Francisco Mejía acogió como modelo de su vida  la recomendación que daba el Libertador: “Mi sentir es que, la libertad depende de las virtudes, de la moderación y del amor a la gloria del ciudadano que, por sus talentos y grandes acciones, adquiere la confianza de sus compatriotas y una grande influencia sobre ellos, si emplea estas ventajas solo en enseñarlos a ser libres,  dándoles el ejemplo del respeto y obediencia debida a las leyes, que aseguran los derechos de sus conciudadanos para que sean respetadas de todos”.
   
Aunque suene repetitivo incursionaré en detalles curriculares, que sé muy bien, luego encontraremos en los textos prologados, pero vistos de otra forma; veamos: Mejía entra en acción bajo la égida de Mariño, pundonoroso militar, altivo en exceso, conductor de firme y decidido carácter, que lo lleva a rivalizar con el Libertador. Bajo el mando de este héroe leyendario, participa a los 15 años, en el bloqueo y toma de Cumaná, en 1813. No hay noticias de su actuación en esa campaña, pero no ha debido ser ignorada, puesto que se queda prestados servicios a la causa en la zona de guerra hasta 1814, y es noticia al participar en la aciaga Batalla de la Sabana del Salado, cuando el General Manuel Piar, en inferioridad de condiciones, enfrentó a aquel terrible gladiador que fue el general español José Tomás Rodríguez Boves. Este titán victorioso acuchilló a más de dos mil cumaneses, ríos de sangre vertieron entonces los más inocentes, la Cartago de América, fue llamada nuestra ciudad, al paso del furioso Cesar, que se cebó en las mujeres y los niños, cuenta su propio Vicario, el padre Llamozas, que enturbiaron las cristalinas aguas del Manzanares, y no podemos menos que intuir las pesadillas de aquel soldado superior, ante el martirio de su pueblo; pero su coraje no decae, y enseguida, lo encontramos en persecución del Asturiano temible, hasta Urica, la  tumba al fin,  del terrible émulo de Atila; y, continuó Mejía incansable, batallando al lado del invencible “Áyax” venezolano, aquel guerrero inmortal que fue el General en Jefe José Francisco Bermúdez.

Las derrotas de 1814 no hicieron mella en él, pasó a las guerrillas de los llanos de Maturín, en conocimiento de las hazañas de José Tadeo Monagas, Jesús Barreto Ramírez, y otros audaces lanceros, que se batieron en mil escaramuzas, contra las partidas realistas que fueron a su encuentro;  y también participa en guerrillas en las intrincadas faldas y montañas del majestuoso Turimiquire, comandadas por el genio guerrero del Coronel Domingo Montes, a quien los españoles llamaban el Diablo, y decían que las balas no lo herían, y cuyas hazañas son cantadas siempre por nuestros trovadores. De tal suerte este guerrero adolecente se destaca, que en 1816 forma parte del Estado Mayor de Mariño, acantonado en Catuaro; y después, en 1818, es segundo del General Antonio José de Sucre, Jefe De Estado Mayor de la División de Oriente, que comanda el General José Francisco Bermúdez, y asedian la Plaza de Cumaná.

Pero su encuentro definitivo con su destino y la historia, lo alcanza después de adquirir una férrea disciplina, tras duro y diario batallar, dándole el frente a la muerte bajo el hálito de la gloria, cuando el 30 de mayo de 1818, el émulo del formidable “Áyax”, el General José Francisco Bermúdez, lo llama para que ocupe el cargo de Secretario de su Estado Mayor, y desde entonces, lo acompaña en las más extraordinarias acciones de guerra, en importantes y peligrosas misiones y en todas las campañas del gran jefe oriental, que es lo mismo que decir que en la biografía de Bermúdez, escrita por él,  se pinta de cuerpo entero.    

El Comandante  Francisco Mejía, que andando el tiempo vestiría el uniforme de General en Jefe, en una acción prodigiosa y heroica, cuyo escenario fue la bahía de Montecristo, en Marigüitar, donde brilló su talento militar, porque improvisó una estrategia idónea,  al mando de un batallón de infantería, que se ocupaba en  sostener las acciones de la División del  General Santiago Mariño, en su avance hacia Cumaná, y que sin advertirlo,  a su vez desembarcaba sus tropas sin percatarse del peligro. porque iban a ser emboscadas; entonces se adelantó Mejía con sus tropas, y sorprendió a las fuerzas sutiles españolas bajo el mando del Capitán de Navío don José de Echeverría, avistadas en plena faena, en aquellas playas de Marigüitar; y para mayor sorpresa del enemigo, Mejía esperó que desembarcaran las tropas, antes de atacarlas, que desembarcaran y ordenaran, y luego, los derrotó completamente. Solo se salvaron aquellos que pudieron llegar a los barcos surtos en la bahía. Mariño informado del triunfo de sus armas, ascendió a Mejía al grado de Teniente Coronel.
         Para conocer el carácter irreductible de Mejía, mencionaremos un pasaje de su actuación contra Páez, cuando el llanero era jefe todopoderoso en tiempos de la Gran Colombia; por aquellos tiempos se murmuraba, se comentaba que algunos partidos intentaban poner una corona en la cabeza de Bolívar, e imponer  a Colombia la Constitución Boliviana, redactada por el Libertador, eran rumores, pero que produjeron mucho malestar y profundas divisiones en el mundo político y militar del Departamento de Venezuela. Todo ello, además de muchos desaciertos de Páez en el gobierno; entonces Mejía inicia una vigorosa campaña de prensa en Cumaná, contra aquel estado de cosas. Páez alarmado y engreído envía al General Francisco Carabaño, otro insigne Cumanés, para arrestar al general Mejía y llevarlo ante Páez en Caracas. Mejía, no acepta ir en calidad de prisionero, pero se trasladó bajo palabra, y se entrevistó con Páez, que le da explicaciones, Mejía  se da cuenta de la terrible situación por la que atraviesa la Gran Nación, obra cumbre del Libertador, que costó tantos años de sacrificio,  y no solo acepta a Páez, sino que también se incorpora al trabajo político de recuperar la confianza en el Libertador, y en la unión de la Gran Patria;  entonces se trasladarse a Margarita y Cumaná,  para trabajar en favor de concederle al Libertador por tiempo limitado,  el poder total y dictatorial de la Gran Colombia. Cumple al lado del General Bartolomé Salom, su delicada misión con la dignidad que siempre observó y por la cual fue dignificado. No fue fácil la labor en esta zona oriental que aspiraba la separación del poder central, pero una vez más el egregio soldado supo cumplir con las obligaciones contraídas. 

         Mejía es Bermúdez redivivo. Después de la muerte del gran Jefe cariaqueño, asesinado en Cumaná en 1831, libera su alma y comienza a caminar con el vestido que se había confeccionado al lado del invencible Bermúdez. Llamado el “Áyax” de los Libertadores por otro cumanés, J. A. Cova. Entonces Mejía era representante de la provincia de Cumaná en el Congreso Constituyente de 1830 y se estrena en el campo de las grandes biografías históricas. Este libro lo eleva en ese otro campo de la cultura la historiografía, y nos obliga a su estudio, sin él la pátina del tiempo lo hubiera borrado y perdido el rastro de aquel pulcro soldado que solo aspiró en la vida cumplir con su pueblo dentro de las limitaciones de la jerarquía militar. J. A. Cova, se pregunta: “¿Dónde está ahora el Áyax oriental? Con su sable va abriendo brechas por las enmarañadas montañas del Tigre. Su esclavina hecha girones es un remedo del desastre que va dejando a sus espaldas.  Por los caños pantanosas de Guiria, en lucha abierta contra la naturaleza inclemente va a salir a las costas de Paria, para desafiar de nuevo la adversidad entre los muros humeantes de Cartagena de Indias. Troya de América, que nuevamente lo empuja al mar a pastorear las tormentas que va arrastrando su vida cual si fuera un personaje de Esquilo”

Para conocer el alma de Francisco Mejía, oigámoslo llorar la muerte de Bermúdez: “Adonde está el héroe con quien deba compararte, invicto Bermúdez? ¿Adonde? ¿Quién sino Marte mismo podrá disputarte la intrepidez y el valor? ¡Oh memoria fatal! ¡Tú bañas mis mejillas con copiosas lágrimas y el más intenso dolor embarga mis sentidos! ¡Oh Bermúdez infortunado! ¡Tú has muerto!  Tú reposas en la mansión eterna, pero tú vivirás siempre en el corazón de tus compatriotas y de tus amigos. El mío alimentado con el sentimiento del más puro reconocimiento no te olvidará jamás. Sobre la fría losa en que yaces, allí lo juro secretamente”.

En 1835 el incansable soldado participa en la Revolución de las Reformas al lado de Santiago Mariño. Derrotado elije el exilio. Regresa a su Patria y otra vez va al Congreso representado a Cumaná; pero al poco tiempo vuelve a vestirse de soldado y acompaña como Jefe de Estado Mayor a su antiguo camarada de las guerrillas de 1814, el General en Jefe José Tadeo Monagas, y al triunfar se establece en Caracas en forma definitiva. Se dedica a escribir y es llamado para ejercer cargos importantes como el de Juez de Primera Instancia, Jefe de Estado Mayor y Ministro de Guerra y Marina. Luego de aquella magnífica hoja de servicios, en 1863, a los 66 años, el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, le dio el grado de General en Jefe, grado este con el cual es reconocido por la historia.


PERFIL BIOGRAFICO DEL GENERAL EN JEFE FRANCISCO MEJJIA POR EL Dr. ARQUÍMEDES ROMÁN.

El Dr. Arquímedes Román, Cronista del Municipio Bolívar del Estado Sucre, nos trae un perfil biográfico del General en Jefe Francisco Mejía, en su obra titulada ¨DE SUCRE, PARA LA PATRIA… PRÓCERES Y SERVIDORES¨, veamos:
    
Nació en Marigüitar, cantón o parroquia foránea de Cumaná. En su fe de bautismo se registra:

¨En catorce días, el mes de octubre de mil setecientos noventa y tres. Yo, don Buenaventura Márquez, cura de esta santa iglesia parroquial de la Santísima Trinidad de Cumaná, certifico que bauticé solemnemente, puse óleo y crisma a José Francisco, hijo legítimo de don Alejandro Mejía y doña Isabel María Alcalá, el presbítero Don Diego bautizó con mi permiso y asistencia, fueron padrinos Don Luis Fernando Mejía y doña Juana Márquez. quienes quedaron advertidos de su obligación y para que conste lo firmo y doy fe. Buenaventura Márquez¨.

(1) Nota. - Indudablemente que esta certificación de bautismo, producto de la pasión y la diligencia, pareciera corresponder al héroe de Marigüitar, pero en ella éste José Francisco Mejía Alcalá, no puede ser el héroe que presenta nuestro dilecto amigo, porque aparecería como mayor que Antonio José de Sucre, y de la misma cronología que expone el autor, puede advertirse que Sucre era mayor que Mejía.    

 Este gran defensor y luchador por las instituciones democráticas, desde muy temprana edad, se nutre de los conocimientos indispensables de la enseñanza impartida en la escuela primaria, la cual se presume cursó en Cumaná.

1812: Lo registra la historia como escribiente del poder legislativo en la provincia de Cumaná, donde se curte de las experiencias de los hombres comprometidos con la causa que él posteriormente abrazaría.

1813: se incorpora como soldado en el Cuartel General de los Capuchinos, al lado de otros jóvenes también decididos partidarios fervorosos y seguidores de los ¨Patriotas de Oriente¨, por su admiración y respeto a Santiago Mariño, Manuel Carlos Piar, José Francisco Bermúdez y otros, quienes desde la isla de Trinidad invaden a Venezuela y se apoderan del Oriente. El 2 de agosto del mismo año, tiene lugar su inicio como guerrero en la defensa de Cumaná, la cual fue tomada por el sanguinario Antoñanzas.
Subsumido en las huestes libertadoras, siguió las vicisitudes de la guerra en el Oriente, formando parte del ejército comandado por el general Manuel Piar en 1814   
En los alrededores de Cumaná se gana el grado de subteniente. El 16 de octubre entra Boves en esta procera ciudad y en la Sabana del Salado derrota a las fuerzas patriotas bañando de sangre a la Primogénita del Continente. A los gritos tantas veces recordados por los cumaneses, ¨este es caraqueño… parece patriota¨ sacrifica a más de dos mil personas, hombres, mujeres y niños. Mejía, junto con otros compañeros de armas, escapa de la muerte. Luego se reagrupan y se unen a las fuerzas dirigidas por el valiente guerrero, Manuel Inocencio Villarroel. En mayo de 1815 combate a las fuerzas realistas invasoras de Cumaná comandadas por el expedicionario Pablo Morillo, quien tenía instrucciones de la Corona de reprimir a los patriotas. Ese mismo año, cuando la resistencia patriota estaba reducida a grupos guerrilleros por los triunfos realistas, pelea en los valles de Cumanacoa, en los sitios cocidos como San Fernando, La rinconada y Aricagua. En este último pueblo cae gravemente herido.     

1817: En enero el General Santiago Mariño tiene noticias de que en el Golfo de Cariaco surcan las aguas tres barcos de guerra con bandera española, los cuales venían cargados con armas y prestos al desembarco por las playas de Marigüitar. El Comandante en Jefe comisiona al teniente Francisco Mejía para que junto a un puñado de hombres regrese al lugar nativo. En el pueblo, toma informaciones y al amanecer del día 21 de enero de 1817, en el sitio conocido como Montecristo, las tropas enemigas inician el desembarco y se da allí una escaramuza.

El historiador Ildefonso Riera Aguinagalde, en su biografía, dice de él.    

Ocultándose en el bosque de esta cubierta marina, esperó cauteloso y prevenido que desembarcaran los contrarios. Apenas pisaron estos la costa, fueron atacados desde diferentes posiciones con seguro y espantable tiroteo. Varios de ellos perecieron. Sorprendidos y amedrentados, los otros se arrojaron al mar y en confuso tropel pusieron se a bordo de sus naves y dispararon sus cañones.  
Cumplida su misión, regresa a dar parte a su Estado Mayor en donde el general José Guevara y el sub jefe Antonio José de Sucre, comentan y ponen como ejemplo ante las tropas el valor del joven oficial republicano. En ese mismo año se convierte en ayudante de órdenes del coronel Antonio José de Sucre. Este hecho lo narra el historiador Migue Ángel Mudarra en su obra ¨La Independencia en cada sitio de Venezuela¨, página 98.

1818 y 1826: Se convierte en el más leal e inseparable amigo del general José Francisco Bermúdez. Junto a él combate el 30 de mayo de 1818 en el Puerto de La Madera. Poco después toma parte en batallas realizadas en Guiria y Río Caribe. En 1819 es nombrado primer ayudante de campo del general José Francisco Bermúdez y recibe el diploma de ¨Libertador de Venezuela¨.

1821: Cuando el Libertador organiza el Plan de Campaña que culmina en Carabobo, orden Bermúdez movilizar sus tropas del oriente hacia el centro, a fin de distraer al enemigo. Mejía combate en las batallas de El Rodeo, Santa Lucía, El Calvario, El Limón, y, junto a Bermúdez, entra a Caracas el 14 de mayo de 1821 ciudad que pisa por vez primera y que posteriormente lo va a distinguir como uno de sus habitantes más notables.

Su lealtad, inteligencia y espíritu de lucha le hacen merecer el cargo de oficial mayor de la Secretaría General de la Intendencia del Orinoco en 1822 y en 1823 es ascendido a teniente coronel por el general Bermúdez.

1831: Con motivo del asesinato del general José Francisco Bermúdez, escribe la biografía de éste y expresa:    
¡Bermúdez asesinado! ¿Quién sino los enemigos de a causa de la América podrían hacerlo? Ningún republicano, el más inmoral soldado
veterano de nuestras filas no era capaz de tan tremendo atetado. Las leyes, las leyes, descargarán sobre vosotros toda su severidad. La Patria entera resentida espera l ejemplo.

Nota mía, - Para conocer el alma de Francisco Mejía, oigámoslo llorar la muerte de Bermúdez: “Adonde está el héroe con quien deba compararte, invicto Bermúdez? ¿Adonde? ¿Quién sino Marte mismo podrá disputarte la intrepidez y el valor? ¡Oh memoria fatal! ¡Tú bañas mis mejillas con copiosas lágrimas y el más intenso dolor embarga mis sentidos! ¡Oh Bermúdez infortunado! ¡Tú has muerto!  Tú reposas en la mansión eterna, pero tú vivirás siempre en el corazón de tus compatriotas y de tus amigos. El mío alimentado con el sentimiento del más puro reconocimiento no te olvidará jamás. Sobre la fría losa en que yaces, allí lo juro secretamente”.

1835: Es Senador por la provincia de Cumaná y a su vez Jefe de Estado Mayor del Ejército de Oriente. En eta ciudad nace el 9 de noviembre de 1841, su hijo Francisco Sotero, habido en su matrimonio con Isabel Clara Betancourt. En 1847 es designado ministro de Guerra y Marina. Un año después es ascendido a general de brigada por el Congreso de la República.        

Vuelve al Parlamento en 1859, para destacarse como orador por su verbo encendido en los debates, en momentos cuando se discutía sobre el federalismo.

1862: El Presidente de la República, mariscal Juan Crisóstomo Falcón, lo designa miembro del Consejo de Estado yes ascendido al grado de General en Jefe en 1863, cuando es nombrado ministro de Fomento.

1869: Vuelve a ocupar el cargo de Ministro de Guerra, por merecer el respeto, conoce su arte y no tener identificación que lo armonice con la política de ese momento.

1870: A pesar de su edad, su nombre aparece como candidato a la Presidencia de la República. Pero su estado de salud y el consejo de sus amigos le hace desistir de tan alta responsabilidad.

El 2 de septiembre de 1881, muere en la ciudad de Caracas y es enterrado en el cementerio de El Valle, como testa en el libro de registro civil de defunciones de la parroquia El Valle, Departamento Libertador del Distrito Federal, año 1881, la cual quedo inserta bajo el número 70, folio 37. Sus restos desaparecieron.



















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