RAMÓN BADARACCO
CAPITAN DE NAVIO
JOSE
MARÍA GARBAN.
Cumana
2016
Autor: Tulio Ramón Badaracco
Rivero
Que firma Ramón Badaracco
Título de la obra: NOTAS
BIOGRÁFICAS DEL
CAPITÁN DE NAVIO JOSÉ MARÍA
GARBAN
Diseño de la cubierta R. B.
Ilustración de la cubierta
R. B.
Depósito legal
Impreso en Cumaná
cronista40@hotmail .com
academia.sucre@gmail.com
Cel. 0416-8114374
Desde
niño escuché un refrán en San Francisco “Más guapo que Garban” y a mi padre
Marco Tulio, le escuché el comentario sobre ese refrán: él decía que el viejo
Garbán, porque murió muy viejo, contaba sus interminables anécdotas de la
guerra, y mucha gente se reunía en su casa para escucharlo; y de allí nació ese
refrán.
Se hizo
famoso y muy querido por su pueblo. Al parecer, tenía problemas para cobrar su
jubilación militar, y peleaba con los Presidentes del Estado, los fastidiaba
hasta que le pagaban; y eso lo hacía más grato al pueblo.
Era un viejo temible, pero lleno de virtudes y
de historias. Su figura patriarcal causaba admiración y respeto. Se le veía por
las calles y en el mercado, no se desprendía de su Aco, y nadie se atrevía a faltarle
el respeto. El pueblo, al saludarlo, debía decirle “Capitán”, él lo exigía, y
el que no lo trataba con respeto, lo llamaba “igualado”, y apretaba el Aco. Porque
se lo había ganado peleando por la Patria, y había sido herido en muchas
batallas. ¡Me costó mucha sangre! Decía, y se enderezaba para decirlo con voz
ronca, pero muy audible; y luego, sonreía, masticaba el tabaco, y escupía con
cierta gracia.
Todo eso
lo decía mi padre, que en cierta forma lo admiraba; él no lo conoció, pero El
Capitán fue muy amigo de su padre mi abuelo, y todas sus anécdotas las escuchó
de sus labios; pero, él las contaba como si las hubiese vivido.
No han logrado los que han tocado este tema,
contar lo que significó para Cumaná la derrota de Sorondo.
El
General en Jefe Don Vicente Sucre y García, jefe del gobierno revolucionario de
la Provincia de Nueva Andalucía o Cumaná, envió una flota con una
fuerza de 1.100 hombres al mando del Almirante González Moreno y del Capitán de
Navío Manuel de Villapol, a someter la provincia de Guayana, levantada contra
la República. La flota remontó el Orinoco
con 32
embarcaciones, ante la cual, los guayaneses leales
a la Corona se retiraron al puerto de Angostura. tras haber perdido una goleta.
Veamos cómo lo cuenta el Dr. Bartolomé Tavera
Acosta, en su obra Historia de Carúpano: “Al efecto organizarse tres cuerpos
expedicionarios que marcharon en combinación, a las órdenes, respectivamente de
los coroneles Francisco González Moreno, José Antonio Freites de Guevara, a
quien acompañaba su hijo Pedro María, y Manuel Villapol. El primero a operar
sobre Moitaco por el Pao y Santa Cruz, el segundo por Soledad sobre Angostura,
y el último sobre Barrancas para atacar las fortalezas de Guayana la Vieja, que
son los tres únicos puntos que tenían guarnecidos y fortificados los
guayaneses. Todos tres llegan a sus destinos a mediados de 1811.
La división de Villapol se compone de
seiscientos cumaneses, carupaneros y margariteños. Entre los cumaneses marchan
el Comandante de ingenieros José Francisco Azcue, el Comandante de artillería
Ignacio Certad, los oficiales Carlos Winet, Miguel Correa, Rafael de Mayz Luis
de Vallenilla, que es el primer ayudante de Villapol, Pedro, Vicente y
Francisco Sánchez, Quintín Vallenilla, Manuel Coronado, Pedro Guevara, José de
Cásares, Domingo Jiménez y otros jóvenes distinguidos: entre los de Carúpano:
José Nicolás Salazar Navarro, de 63 años, Braulio Guerra, Jacinto y Joaquín
Goitia, Benito López, Juan Bautista Peña, Juan del Campo, Nicolás González,
Celestino Acosta, Juan Antonio Núñez y algunos más.
Estos patriotas son los más nombrados sin
embargo sabemos que la actuación de Garbán no pasó desapercibida para hombres
como Mariño y los
hermanos Bermúdez con los cuales aparece después en Trinidad
Freites llega a las riberas del Orinoco
(Soledad) antes que los otros. Allí le ataca el coronel Lorenzo Fernández de La
Hoz. Comandante Militar de Angostura, y lo rechaza el 5 de setiembre. Freites
retrocede y se incorpora en el Pao a González Moreno. Villapol, al tener
conocimiento del fracaso de la expedición del centro, se retira de Barrancas a
Tabasca. El Poder Ejecutivo que funciona en Caracas, para dar unidad a la
dirección de la Campaña, nombra en 7 de octubre a González Moreno, General en
Jefe Supremo expedicionario.
González
Moreno, en el Pao se refuerza con nuevos contingentes de tropas cumanesas,
entre esos refuerzos esta nuestro biografiado que lo trae el coronel Francisco
Solá quien había marchado desde el Manzanares a principios de setiembre, y
juntos emprenden la invasión del territorio guayanés. Freites de Guevara,
enfermó y regresa a Barcelona.
González
Moreno y Solá atraviesan el Orinoco, invaden en enero de 1812 y llegan hasta
las inmediaciones de Angostura. Mientras tanto, Villapol, apoyado por la
escuadrilla patriota al mando de sus comandantes, Felipe Esteves y Juan
bautista Videau, y por un cuerpo auxiliar venido con el coronel Juan Bautista
Arismendi, el capitán Vicente González y el oficial Santiago Mariño, establece
de nuevo su Cuartel General en Barrancas. Margarita concurría por segunda vez
con sus buques y sus hijos al sometimiento de la provincia guayanesa en
acatamiento de las insinuaciones del Ejecutivo de Caracas.
Los de
Angostura se hallan preparados para rechazarlos. El Coronel Matías Farrera se
sitúa en Borbón, en espera del ataque del general González Moreno. El Sargento
Mayor José de Chastre baja el Orinoco con una flotilla en auxilio de la
guarnición de los Castillos de Guayana la Vieja. El Gobernador Doctor Farrera
queda en la plaza con corta guarnición, pero resuelto a no dejarse quitar la
ciudad. Desbaratado como resulto el cuerpo que operó por Soledad, los realistas
concentran su atención sobre los que pretenden llegar por el Este, y por el
Occidente de la capital Guayanesa.
La
escuadrilla patriota sale de Barrancas, aumentada con varios esquifes
organizados por Villapol, y se viene sobre los Castillos; pero antes de llegar
a ellos ya Chastre había salido a esperarla, situándose en Sorondo. Allí se
encuentran El 26 de marzo, La de los patriotas ataca briosamente. La de los
realistas se defiende con valor y con pericia y tras rudos choques, sangrientos
abordajes y gallardos episodios múltiples, al empezar a declinar el sol, queda
vencida, dispersos unos y apresada la florilla republicana, y, centenares de
prisioneros en poder del jefe realista el Sargento Mayor Don José de Chastre.
-Ángel
Grisanti dice, al referirse a Don Vicente de Sucre y García Urbaneja, al cual
me he dado a la tarea de reconocer y honrar como Padre de la Emancipación de la
Provincia de Cumaná o Nueva Andalucía: “A mediados de julio de 1812, quizá el
15, fue nombrado por el Ayuntamiento, General en Jefe del Ejército de Cumaná,
destinado a someter al Partido Capitular de Barcelona”-.
Garban
también participó en toda la campana de Marino de 1813, y aparece en rol protagónico al lado de
Antonio Díaz en la sitio de Cumaná en 1813 cuando 45
patriotas bajo el mando de Santiago Mariño, entre los cuales se destacaban:
Francisco Azcue, los hermanos Bernardo y José Francisco Bermúdez, José María
Sucre Alcalá, Manuel Carlos Piar, Manuel Valdés y Concepción Mariño y podemos
incluir porque no pasó desapercibido a
este valiente marino que sabemos lo dio
todo pen la increíble campana de Marino que se inició el 10 de enero de 1515
veamos
La
toma de Guiria se produjo al día siguiente. En vista de su actuación Mariño le
concede el grado de Teniente Coronel. Al parecer fue quien decidió el combate.
Así aparece en la novela “Los Orientales” de Tosta García y en la novela de
Ramón Badaracco “Águila Blanca”.
En la isleta
de Chacachacare, al Nor-Oeste de Trinidad, los expedicionarios se reúnen y
antes de invadir la Tierra firme, el 11 de enero de 1813, suscriben la
memorable “Acta”, cuyo texto se explica por sí mismo en términos heroicos
inconfundibles, veamos:
“Violada por
el jefe español D. Domingo Monteverde la capitulación que celebró con el
ilustre general Miranda, el 25 de julio de 1812; y considerando que las
garantías que se ofrecen en aquel solemne tratado se ha convertido en cadalsos,
cárceles, persecuciones y secuestros. Que el mismo general Miranda ha sido
víctima de la perfidia de su adversario;
y en fin, que la sociedad venezolana se halla herida de muerte, cuarenta
cinco emigrados nos hemos reunido en
esta hacienda, bajo los auspicios, de su dueña, la magnánima señora Concepción Mariño, y congregados en consejo de familia,
impulsados por un sentimiento de
profundo patriotismo, resolvemos expedicionar sobre Venezuela, con el objeto de
salvar esa patria querida de la dependencia española y restituirle la dignidad de nación que el tirano Monteverde y su terremoto le arrebataron
Mutuamente
nos empeñamos nuestra palabra de caballeros de vencer o morir en tan gloriosa
empresa; y de este compromiso ponemos a Dios y a nuestras espadas por testigos.
Nombramos Jefe Supremo con plenitud de facultades, al coronel Santiago Mariño”
Chacachacare, 11 de enero de 1813.
Firman. Santiago Mariño, Francisco Azcúe, José Francisco Bermúdez, Manuel
Piar, Manuel Valdés.
Nota. El sabio carupanero
Bartolomé Tavera Acosta, conocedor como ninguno, de los idiomas que hablaban
los Caribes, la pronuncia y escribe “Chacachacari”, pero nosotros para no
entrara en confusiones la llamaremos como comúnmente es llamada y pronunciada
“Chacachacare”.
Este
sabio historiador al tratar el tema de la campaña de Mariño, nos dice:
“Es
de lamentarse que hasta hoy no se
conozcan todos los nombres de esos cuarenta y cinco patriotas expedicionarios, pues si bien es cierto que algunos autores han publicado sendas listas de ellos,
es necesario observar que con excepción
de Mariño, Manuel Piar, los Bermúdez,
José Francisco Azcúe, Manuel Valdés, Agustín Armario, Juan Bautista
Videau, Pbro. Domingo Bruzual de
Beaumont, José Rafael de Guevara, Rafael de Mayz, José María Otero, Mateo Guerra Olivier, Juan Bautista Cova, José Leonardo Brito
Sánchez, Juan Bautista Darías, Bernardo Martínez, Fernando Gómez de Saa y uno que otro
más, del resto no hay constancia
histórica para poder afirmar que fueron
de los de Chacachacare. En cambio, es de presumirse que si se encontraron allí
José María Sucre y Antonio José de Sucre, quienes habían salido de Cumaná para
Trinidad trece días antes y aparecen luego en los sucesos de Maturín.
En Chacachacare los expedicionarios toman las
armas que había obtenido y ocultado doña Concepción Mariño, para la empresa
libertadora que iniciaron el 12 de enero de 1813:
Veamos
los sucesos:
Ese día, Mariño y sus 44 compañeros salen de
Chacachacare en una goleta de Carlos Manuel Piar, la “Carlota” comandada por
Juan Bautista Videau, rumbo a la hacienda “Cauranta”, donde Concepción tenía
hombres dispuestos y también había escondido armas y pertrechos antes de
exiliarse
El realista Brigadier Juan Gavanzo, en
conocimiento del proyecto invasor, en una goleta con 50 hombres, vigila los
movimientos de Mariño en alta mar, pero, o no los detecta o teme enfrentarlos;
más bien los evade y se refugia en el puerto de Guiria, donde tiene una
guarnición bien dotada, de doscientos hombres; y donde pretende
capturarlos.
Mariño
aconsejado por el comodoro Videau, decide merodear a distancia de la costa y
calibrar la situación. Sabe que Gavanzo tiene 50 hombres a bordo, bien armados,
pero Mariño no sabe cuántos hombres más componen la guarnición de Guiria. Por
eso decide barloventear o maniobrar por la costa hacia el Oeste, para distraer
la atención del enemigo. Maniobra que da frutos, pues Gavasso los consideró
evadidos, y Mariño que mantiene su estrategia por 24 horas, volviendo rumbo
Este, logra despistarlo; y es entonces, amaneciendo el día 13, desembarca en su
hacienda “Cauranta” al Oeste del poblado, donde tiene armas y cerca de 100
hombres entrenados, engañando de esta manera, al enemigo que lo esperaba en el
puerto cerca de Guiria.
Mariño reúne
su Estado Mayor y decide atacar aplicando una estrategia simple, operación
tenaza.
Antonio José
de Sucre, combate en toda la campaña de 1813 bajo el mando de Mariño, nos dice
Laureano Villanueva, uno de sus mejores biógrafos: “Unas veces como primer
ayudante del General Mariño y otras como comandante del batallón de zapadores,
formado por el mismo’’.
Mariño
en Guiria, con Sucre a su lado, irá con parte de sus hombres por tierra, para
atacar la guarnición por el Oeste, mientras Piar y Bermúdez atacarán por el
mar. Desembarcarán en el lado
contrario, por el Este en la finca “Cauranta”. Así lo ejecutan y a las once de
la mañana, Mariño ataca la guarnición con más de cien hombres y pocas
municiones; los españoles valientemente soportan y rechazan la carga; los
patriotas les hacen creer que se retiran desordenadamente hacia el caserío,
donde se fortalecen. Esta maniobra se
ejecutó dentro del plan de Mariño que necesitaba sacar a los reales de sus
posiciones en el puerto y atraerlos al poblado.
Los realistas sin perder tiempo ni ánimo, salen de sus trincheras y
atacan, esperando triunfar rápidamente. No se percataron de la estrategia, y
que Piar y Bermúdez, entrarían en la batalla tomándolos entre dos fuegos y
causándoles estragos. Los patriotas se resentían escasos de municiones; pero
los reales también estaban escasos y observando al avance de Mariño, creyeron
que estaban mejor surtidos., y se ven obligados a abandonar el terreno, dejando
muertos y heridos en las calles del poblado, Se retiran perseguidos por Piar y
Bermúdez hacia el puerto. Entonces los patriotas del pueblo se incorporaron a
la persecución de los realistas la victoria fue completa y dio muchos
frutos
Gavanzo,
que tenía prevista la retirada, embarca a los que quedaron con vida, y pudieron
salir del puerto, abandonando a los heridos. Se retiran hacia Irapa, quedando a
los patriotas todo el parque que los reales abandonaron en su huida.
Mariño
toma la ciudad y aprovecha para aumentar su tropa y pertrecharla
convenientemente, así da inició a la campaña de oriente, con buen pie, pero
tenía que continuar sin descanso para evitar la reacción realista. Sucre se
destaca en esta acción por su inteligencia, de tal suerte que algunos
historiadores creen que él dirigió las acciones, y su prestigio aumentó a los
ojos de sus compañeros.
Mariño
armó un batallón con los pertrechos dejados por los reales y envía al coronel
José Francisco Bermúdez al mando de un destacamento, a perseguir a los reales
que huyen por mar y por tierra hacia Irapa. Sucre lo acompaña como Jefe de
Estado Mayor de ese destacamento.
En esta campaña, se produce el primer
encuentro entre las dos fuerzas el 15 de enero de 1813, en las afueras del
pueblo, y los patriotas vuelven a derrotar a los reales con una carga suicida;
los reales defienden palmo a palmo sus posiciones causando mucho daño en las
fuerzas patriotas. Pelean bravamente bajo el mando de Gavanzo, pero su
contendor es nada menos que el invencible Áyax venezolano. Gavanzo no aguanta
la embestida de Bermúdez, y las tácticas de Sucre; tiene la retirada asegurada
y huye en sus naves hacia Yaguaraparo que era un pueblo de españoles.
Bermúdez se instala en Irapa donde se le
incorporan muchos patriotas dispuestos a morir por la Patria bajo sus
banderas; en Cumaná, causa revuelo la
situación en toda la península de Paria, aunque las noticias no llegan muy
claras por cierto sobre las acciones de Guiria e Irapa; y Cervériz en Cumaná
organiza una partida para silenciar los rumores, a los cuales no dio ninguna
importancia; pensó que unos cuantos fusileros bastarían para dominar la
disidencia; sin embargo a esos efectos
preparó un contingente con los mejores oficiales de que disponía y tropas
veteranas.
Estuvo
rápidamente presto para aplastar a los insurgentes y a los dos días, o sea el 17 de Enero, aparece frente a Irapa el propio comandante
Cervériz al mando de un batallón de
caballería de 400 hombres, y ataca de
frente y tratando de arrollar a los patriotas. Bermúdez, que lo esperaba, tomo posiciones estratégicas y bien resguardadas.
Sucre con sus zapadores se encargó de preparar las defensas y armó al pueblo,
un pueblo de cazadores, que no necesitaban mucho para saber lo que tenían que
hacer. Luego el mismo se encargó de la
artillería, listos para un nuevo
triunfo; entonces reciben el ataque frontal de Cervériz, y se defienden
heroicamente, era la batalla de todo un
pueblo, con una estrategia
luminosa, lograda por aquel joven que nació para domar al coloso español, de la indudable factura del Aguilucho
Inmortal; Sucre, tuvo tiempo suficiente para construir sus defensas y colocar
las baterías; el enemigo no preveía nada de esto, simplemente atacarían y
destrozarían a los patriotas los cuales se rendirían ante el ataque, nunca
pensó Cervériz, en la sabiduría y sagacidad de Sucre; que como jefe de
ingenieros y de artillería, sabía muy bien manejar la metralla, y con esos
elementos en su poder era invencible; se luchó
en terreno plano pero difícil,
muy poblado de grades árboles que servían de escudo propicio, en las afueras de
Irapa, donde dicen los lugareños que aún se sienten el sordo tronar de los
cañones y de la fusilería de los contendores.
Cervériz,
con su caballería, intenta denodadamente
una y otra vez romper la resistencia patriota, pero una y otra vez es rechazado
con pérdidas incontables. Tercamente insistía una y otra vez, muchas veces sin
el menor cuidado, contra los árboles, contra la oscuridad, como don Quijote
contra los Molinos de Viento, sin tener en cuenta la vida de sus hombres que
caían mortalmente heridos y eran arrastrados por sus cabalgaduras. La fusilería y la artillería patriota, bien
ubicadas, los diezman. Las fuerzas de Cervériz, ya de noche, desmoralizadas se dispersaron en el bosque,
que ahora los amparaba, acosadas por Bermúdez, incansable, agigantado en
aquella memorable e intensa batalla que da continuidad al triunfo de Guiria.
Cervériz
logró escapar con vida, dejó el teatro de la guerra lleno de cadáveres, que
Bermúdez ordenó enterrar en la misma
noche; los heridos de ambos bandos fueron atendidos debidamente. Libre Irapa,
durante varios días los lugareños se presentaban voluntariamente para engrosar
las filas patriotas. Más tarde el
General Santiago Mariño, sería recibido en Irapa en triunfo y establecería allí su cuartel
General de guerra.
A
Sucre se le otorgaron las barras de Comandante del batallón de zapadores.
Entre
tanto el comandante Don Juan Gavanzo y el teniente coronel Cervériz, ocupan
nuevas posiciones en Yaguaraparo, donde
se hacen fuertes, y despliegan su flota
por el Golfo de Paria o Golfo Triste como aparece en los partes de guerra.
Sucre
regresa a Guiria. Mariño destaca al comandante
Bernardo Bermúdez, al frente de un batallón de caballería, a rendir a la ciudad de Maturín.
Sucre lo secunda y lo escolta al frente de su batallón de ingenieros
zapadores; Maturín se rinde ante el empuje del comandante Bernardo Bermúdez
y abre a Mariño, las puertas de la mejor
despensa de oriente, con las mejores ganaderías de la Provincia.
El
Coronel Manuel Piar solicita permiso a
Mariño para acudir con refuerzos a Maturín, en
conocimiento del avance de Zuazola
y Boves, hacia ese sitio, con varios batallones de veteranos, Mariño no lo duda
y da el permiso solicitado, y Piar con Azcúe,
acuden a reforzar a las fuerzas patriotas en Maturín, con tropas de voluntarios y pertrechos
suficientes. Al llegar Piar a Maturín, Bernardo Bermúdez, de menor grado, se ve desplazado y decide volver a Guiria.
Sucre se queda en Maturín.
Guiria
se había convertido en un hervidero de
patriotas, venían de las Antillas, Cumaná, Margarita, Carúpano, de la
misma Guiria, de Irapa y sus alrededores
a prestar servicio bajo las banderas de Mariño.
El
impase entre Piar y Bermúdez, fue un hecho lamentable, al parecer por desacuerdos en el comando de
las tropas y la estrategia a seguir, entre Piar y Bermúdez, se produce un altercado aun no bien
aclarado, y Bernardo Bermúdez se separa del mando y parte hacia Irapa para
incorporarse al ejército de Mariño; después de algunos percances es sorprendido por la flota de Gavanzo, lo apresan herido y es trasladado a
Yaguaraparo, y puesto bajo el cuidado del afamado médico español Alonso
Ruiz Moreno, que había salido de Cumaná, donde prestaba importantes servicios
en el Hospital de Caridad. Al tener conocimiento el Coronel José Francisco Bermúdez, que su
hermano el capitán Bernardo Bermúdez, estaba herido y hospitalizado en Yaguaraparo, ataca esta posición; por lo cual
Gavanzo abandona la plaza con su escuadrilla y deja en el mando al Coronel
Cervériz, el cual en un acto de cobardía inexplicable, ordena
la ejecución sumaria del
comandante Bernardo Bermúdez, en el
famoso Totumo, hecho desgraciado que va
a traer funestas consecuencias para los colonos españoles de la zona a los
cuales José Francisco Bermúdez les declara una guerra implacable.
Tavera
Acosta dice que Cervériz, convirtió en un rito los asesinatos y suplicios de
cuanta persona con olor a patriota, tuvo la desgracia de caer en su poder.
José
María Garbán, nació en Cumaná; marino de nacimiento, fue desde soldado raso
hasta Capitán de Navío; entró al servicio en 1810, bajo el mando del egregio
don Manuel de Villapol.
Perteneció
a la expedición ordenada por el General en Jefe Vicente de Sucre y García
Urbaneja, que el 12 de enero de 1812, zarpó del puerto de Cumaná, a las órdenes
del Coronel Don Manuel de Villapol, para someter a Guayana, que se había
revelado contra la República, a favor del Imperio Español; entonces, entre
victorias y derrotas, sufrió la terrible experiencia de ¨Sorondo¨.
En 1813,
está en el bloqueó de Cumaná con el italiano Bianchi, luego sirvió con Arismendi
en Margarita hasta 1815, y en 1817 se encontró en la sangrienta acción de ¨Pagallo¨,
con el margariteño Antonio Díaz, con cuya escuadrilla partió para a Guiria.
Concurrió posteriormente a varios combates navales, en que los marinos de
oriente obtuvieron contundentes victorias, y dieron muestras de patriótico
heroísmo.
ESTE
EXTRAORDINARIO SOLDADO MERECE SU VESTIDO DE BRONCE PARA HONRAR A NUESTRO PUEBLO
Y PARA QUE LA POSTERIDAD CUENTE SUS HAZAÑAS.
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