RAMÓN BADARACCO
MUELLES ANTÍGUOS DE CUMANÁ Y CARÚPANO
CUMANÁ 2016
Autor Tulio Ramón Badaracco Rivero
Que firma Ramón Badaracco
Título de la obra:
MUELLES ANTIGUOS DE CUMANÁ Y CARÚPANO
Diseño de la cubierta R. B.
Ilustración de la cubierta R. B.
Depósito legal
Impreso en Cumaná
cronista40@hotmail .com
academia.sucre@gmail.com
Cel. 0416-8114374
MUELLES DE CUMANÁ Y CARÚPANO
A MANERA DE PRÓLOGO
LA
CASA FUERTE DE CUMANÁ
En
una entrevista que le di al autor de este prólogo, además de informarle lo que
sabía de ese tesoro colonial, lo animé a investigar y publicar su trabajo de
investigación, y lo acompañé a visitar las sagradas ruinas; pero los
cancerberos no nos permitieron entrar, tal vez por vergüenza de los
propietarios de la empresa, que la han dejado abandonada y aniquilada por su
descuido. Ramón Badaracco.
Veamos lo que nos cuenta Orlando Balbas:
¨La vida en las grandes urbes, la vida metropolitana,
universalizada actualmente como una uniformidad existencial, ha venido
desapareciendo o distorsionando todos los signos, símbolos, mitos, religiones e
idiomas. Se impuso un modelo de desarrollo humano que resquebraja y atomiza las
culturas locales y regionales, convirtiendo a una gran parte de la humanidad en
sociedades sin identificación cultural-temporal, siendo presa fácil del dominio
ideológico y político impuesto desde las grandes potencias que dirigen y rigen
la economía mundial y por ende son el paradigma de la civilización planetaria.
Dice Ricoeur (citado por García (2000: p.60)): “Este proceso civilizador puede
impedir salvaguardar las culturas locales, al destruir lo que él llama el
núcleo creador de la humanidad, su núcleo ético y mítico”.
El sentido fundamental de estudiar los testimonios
culturales edificados como fieles sustentadores de la memoria histórica y
motivo de identificación de los habitantes de un lugar con ese espacio, es la
defensa de la identidad y tomar como símbolo un bien que permita encontrar las
explicaciones de la formación de la sociedad y su desarrollo en tanto que, como
pueblo, siempre hay una característica originaria y autentica en la que se
puede perfectamente definir la procedencia de las personas. Es como que se
llevara una “marca” de nacimiento y formación.
Sin embargo, es muy común oír decir, que todo se ha ido
perdiendo, como un argumento lapidario de la desaparición de nuestras
verdaderas raíces. No es para menos. La mano invisible del capitalismo salvaje
o la sociedad de consumo y la degradación humana, se desplazan hacia dentro del
corazón identitario y destruye severamente cualquier fuerza reacia al sometimiento
de los valores de cambio o la transversalidad de la mercancía como elemento motor
desde el punto de vista económico. Todo el andamiaje formulado para tomar las
conciencias, se montó desde los laboratorios de la inteligencia comunicacional,
con resultados muy eficaces, logrando hasta la propia negación a pertenecer a
las culturas de procedencia. Por esa razón los términos civilización y
desarrollo se consolidaron universalmente para otorgándoseles a las naciones
que ejercen su gran influencia en regiones del mundo que históricamente han
sido sujeto de sometimiento y expoliación, surgiendo las eficaces estrategias
de ideologización y educación para el extrañamiento de sus bases originarias de
existencia y crecimiento.
Los símbolos de una nueva civilización que destruyó lo
nuestro americano quedaron sobre los pedazos de otras civilizaciones. La
violencia de la conquista y colonización tuvo la tendencia a no dejar vestigios
de la americanidad originaria, la, pero hubo resistencia y quedaron nuestros
lenguajes sobrevivientes y con la oralidad se ha permanecido en el tiempo y se
mantienen las manifestaciones de las culturas que encontraron los europeos en
este continente americano y que hoy si El Estado no interviene y dignifica la
ancestralidad, será más cuesta arriba que se reconozca. La América Latina como
una diversidad de culturas y un producto del mestizaje.
Este tema trata sobre la denominada casa fuerte de
Cumaná, casi desaparecida de los libros y las escuelas, poco buscada por los
investigadores sociales. La casa fuerte de Cumaná, tiene el sentido de un
patrimonio edificado casi desaparecido para sus habitantes. Por ello el interés
en este bien histórico, que debe ser sacado a luz pública, como un paso seguro
de avanzar en reconstruir nuestra vida local, descubriendo las razones de la
presencia de tantas construcciones militares en las inmediaciones de la
primogénita del continente y como un aporte en la búsqueda a las respuestas.
CUMANÁ Y SU DEFENSA
¨La ciudad de Cumaná tuvo una interpretación en
planimetría y fue elaborado su plano con inexactitudes y errores técnicos.
Comienza el cadete Juan Bautista de Navarrete, miembro del cuerpo de nobles de
húsares de Fernando VII su registro está encabezado desde la playa llamada de
los bordones y continúa hacia la zona del barbudo (hoy ocupada por las
urbanizaciones de los Chaimas y los Mangles. En este plano de Navarrete, están
identificadas cuatro baterías construidas a lo largo de la costa para hacer
frente a las incursiones de corsarios fundamentalmente ingleses.
En el entorno cumanés se construyeron trece
fortificaciones, de las cuales quedan de ellas tres que nutren lo testimonial y
simbólico.
Estaba la batería en frente del cerro colorado llamada
“del colorado”, sería muy cerca del lugar que hoy ocupa la Universidad de Oriente
cerca de la Playa San
Luis, llegando al muelle, donde se encuentra Puertos de Sucre ubicaron otra y
la nombrada de San Carlos, conocida popularmente como de la boca, por estar
colocada en la Boca
del Río Manzanares. “esta fortaleza era considerada la llave de la capital, y
sus ruinas se ven ahora junto al edificio conocido por el nombre de Casa
Fuerte” p577.
Recorriendo las playas en dirección este, aparece el
conocido dique y sus manglares por donde se supone hubo otro amurallamiento
pequeño en tamaño denominado “la batería de Cortabarría”. Respecto al plano de
Cumaná expresa Ramos Martínez (1980:577) “El plano en referencia tiene marcados
con letras muchos puntos principales de la ciudad, con preferencia los
estratégicos y de importancia militar”
Pero se debe orientar también en torno a la primera
fortaleza construida en Cumaná por Jácome de Castellón. En una de las
desembocaduras del río Manzanares, pero más hacia el este, donde se erigió el
famoso monumento de Cumaná y donde todavía se ven sus bases. Ese lugar lo conocen también como los
castillitos.
También se construyó la fortaleza Santa María de la
cabeza en el cerro Quetepe, donde hoy también está la iglesia Santa Inés entre
1669 y 1673. Fue la segunda en
edificarse después de la de Castellón. Luego es levantado el castillo San
Antonio de la Eminencia como el principal centro para la defensa del
territorio. Todo el desarrollo de la construcción de fortalezas y baterías se
debió a la posición estratégica de Cumaná fundada por los capuchinos. Gómez
(1982): A la llegada de los frailes capuchinos en 1515, construyeron. Una choza
o casa de palmas para el ejercicio del culto. Católico. Luego fue mejorada y se
llamó el convento.
LA CASA FUERTE Y LA
CAPITULACIÓN
Esta asa fuerte, fue construida para ser la Aduana de
Cumaná, al lado del fuerte de La Boca, por Don Gregorio Espinoza de Los
Monteros, en el siglo XVIII y al frente que da al río casi en su desembocadura,
en el mar, donde recibe después de la liberación de Cumaná, a la gran flota
real española, que fue rendida y sometida por las fuerzas navales patriotas
durante el asedio a Cumaná por las fuerzas patriotas del General en Jefe José
Francisco Bermúdez
En 1821, una vez que se logra la victoria en la batalla
de Carabobo el 24 de junio donde Bermúdez se agiganta, y obteniéndose la
libertad de Venezuela, es enviado por El Libertador a liberar a Cumaná, que
todavía estaba en manos de la monarquía española. En los bordones Bermúdez
inicia una operación por mar. Se le hace el llamado de rendición al Comandante
José Caturla, gobernador de Cumaná y este rechaza la propuesta. Las fuerzas
patriotas toman San Luis y San Fernando, la batería de San Carlos y la Boca. Se
hacía ya imposible que los realistas lid erizados por Caturla siguieran
resistiendo y aceptan la rendición. Dice Gómez (1982): “El 14 de octubre es
firmada la rendición realista. El 16 de octubre entran en Cumaná las fuerzas
libertadoras”.
La capitulación entre Caturla y Bermúdez se firma en la
famosa casa fuerte, que tenía funciones de aduana y ese edificio se utilizó
para el encuentro de los jefes militares de ambos ejércitos y declarar y
celebrar el triunfo patriota que ya se venía desarrollando desde el centro del
país.
La casa fuerte es poco documentada, hay un vacío en los
registros y no hay antecedentes. En verdad este patrimonio histórico no ha sido
valorado en su justa magnitud, el hecho histórico de la firma de la
capitulación allí denota su importancia como un bien que sirvió, se utilizó
para tratamientos comerciales de los españoles y en los tiempos de la lucha por
la independencia tuvo la presencia del alto mando militar patriota que
triunfaba y hacía capitular al poder español en el oriente de Venezuela.
Actualmente la Casa Fuerte, que no jugó el papel de
fortaleza en Cumaná está situada dentro de una empresa de producción en la
conservación de alimentos del mar y no se permitió entrar a graficar y
fotografiar la estructura. El Doctor Ramón Badaracco, cronista de la ciudad
cumanesa, se le negó el acceso a esta edificación colonial, que por decidía de
la empresa se encuentra en ruinas. Por lo que se hace necesario una
intervención de las autoridades regionales con el fin de recuperar este sitio
representativo de uno de los acontecimientos más trascendentes en Cumaná, como
lo fue la independencia definitiva de la región nororiental.
Al cumplirse los 500 años de fundada Cumaná en 27
de noviembre de 2015, sería una buena iniciativa acordar con los ejecutivos de
la empresa AVECAISA, de enlatados de alimentos marinos, donde está la Casa
Fuerte, se libere ésta y sea recuperada para el pueblo. Lo testimonial,
representativo y simbólico del pasado de la opresión española; y también la
liberación a través de la Capitulación a favor de los patriotas en el año 1821,
está contenido allí. Según Santacana y Martínez (2000: 52)
“hay que recordar que el patrimonio cultural es
lo que podríamos denominar, la parte visible de la cultura”
Los patrimonios edificados heredados de la
colonia pueden ser instrumentos de liberación permanente si se utilizan para
mejorar la economía con el turismo y dar a conocer nuestra propia historia.
Orlando Balbas.
EL PUERTO DE
CUMANÁ EN LA HISTORIA
El
puerto de Cumaná toca la leyenda, es la historia del nauta que nos cuenta Bartolomé
de Las Casas, en La Historia de Las Indias, y repite Juan Manzano Manzano,, en
su obra “Colón descubrió América del Sur en 1494, y es en verdad el puerto de
que hablan Ángelo Trevisán, López de Gómara, y Garcilaso de la Vega, entre
otros, que como cuentan con lujo de detalles, la expedición, nunca bien
investigada, de Alonso Sánchez de Huelva,
un marino bien conocido, dueño de un navío con el cual navegaba entre las Islas
Canarias, la isla “Madera” y “España, cargado de mercancías. Una gran tormenta
lo arrastró hasta las costas del Nuevo Mundo, probablemente el año de 1484. De
los 17 hombres que lo acompañaban no regresaron más de cinco (5), que se
refugiaron en la casa de Cristóbal Colón, conocido entonces, como sabio marino,
residenciado en la isla de Madera, al cual le contaron los pormenores de la
travesía; después de ellos, todos los cronistas de indias y expedicionarios.
que siguen la ruta de Colón, arriban a Cumaná, por eso, Manzano Manzano, no
tiene dudas, y concluye, que fue al puerto de Cumaná, y no a Santo Domingo,
donde llegaron esas expediciones, y ya no sabemos si es leyenda o es historia.
Cumaná,
entre las cosas maravillosas de su historia, también es el lugar sagrado de los
primeros mártires cristianos, y tal vez, de la primera misa en tierra firme,
Veamos la Cédula Real, de la cual se entiende que en Cumaná se dio la primera
misa:
Cédula Real de 28
de mayo de 1513, que entregó Pedro
de Córdoba al Almirante Don Diego Colon, que dice:
“El Rey.
Don Diego Colón, nuestro Almirante Visorey, etc. a nuestros jueces e oficiales,
etc. Ya sabéis como el devoto padre fray Pedro de Córdoba, vicario del Orden de
Santo Domingo en la Española ,
va con cierto número de frailes a tierra firme, y (en) el despacho que para su
ida se les dio vos mandé que dentro de un año después que fuesen idos
embiásedes a saber dellos, y que
truxiesen dos frailes para me informar de lo que allá se supiese, como más
largo en el despacho que para lo susodicho mandé dar se contiene; e porque al tiempo que fueren a saber de los
dichos frailes ternán necesidad de alguna harina para hacer hostias e vino para decir misa, yo vos mando
que cuando enbiáredes a saber dellos, les enviéis diez arrobas de vino, e otras
diez de harina muy cernida, e les deis pasaje e flete por ellas fasta que
se lo entregar a los dichos frailes que
allá estubieren, e mando al nuestro tesorero que es o fuere que de cualquier
maravedíes u oro de su cargo compre lo susodicho que con carta de pago de las personas que lo llevaren que con esta mi cédula mando que les sea
recibido en quenta lo que lo susodicho costare sin otro recaudo alguno, e mando
que se tome la razón desde mi cédula, etc. fechada en Valladolid, a XXVIII días
del mes de mayo de mil quinientos treze. Yo El Rey. Por mandado de su Alteza,
Lope Conchillos, señalada del Obispo.
Yo
quiero agregar a esta historia, porque nadie lo ha mencionado, que el hecho de
que el cacique de Cumaná, haya escogido el nombre ¨Alonso¨ ,en la pila del
bautismo, no puede ser un hecho casual, sino un tributo, que el cacique de
Cumaná, escogió, como homenaje a su amigo, el capitán Alonso Sánchez de Huelva,
el cual pasó mucho tiempo reparando su barco, ayudado por el cacique y sus
súbditos, hábiles constructores de
barcos, como lo reconoce Bartolomé de Las Casas, pobladores; y es más, muchos de sus marineros se quedaron
en Cumaná y formaron familia; he allí las indias blancas que sirvieron la mesa a Trevisán y sus acompañantes; y estos marinos,
es indudable, enseñaron muchas cosas de las cuales solo el pueblo indígena de
Cumaná pudo disfrutar, como hacer vinos tintos y blancos y construir mejores
barcos, como nos lo cuentan: Ángelo
Trevisán, Bartolomé de Las Casas, López de Gómara, Juan Manzano Manzano y otros
tantos historiadores, cronistas y
viajeros.
PUERTO DE LAS PERLAS.
El
primer nombre con el que se conoció la ciudad de Cumaná, y el pueblo de Kaimas
Caribes que lo habitaban como nos lo cuenta Ángelo Trevisán, y desde entonces
fue “Puerto de Las Perlas”, puerto habilitado en la Isla llamada ¨Isla de Las
Perlas´ ubicada en la desembocadura del río Chiribichií, hoy Manzanares, en su
desembocadura por el Golfo de Cariaco, nombre con el cual lo dio a conocer Per
Alonso Niño, cuando arribó a Cumaná en
1498, esta isla ha sido confundida por cronistas copistas, con la isla de Cubagua,
que para esos tiempos era una isla muy rica en perlas pero deshabitada; y desde
esa fecha llegaron a Cumaná los Señores de Canoa, o negociantes y explotadores
de placeres de perlas, en diversas partes del mundo; POR ESO Y SOLO POR ESO, el
Católico, ordenó 1504, la construcción del fuerte de Santa Cruz de La Vista, en la desembocadura del río
Chiribichií, por el golfo de Cariaco;
esos señores pagaban el Quinto Real.
Don Ricardo Castillo, menciona, entre los más
antiguas e importantes a: Don Gaspar de Antúnez, don Antón de Valenzuela, fray
Manuel de Catalá, don Martín de Olano, y decenas de Señores de Canoa, que
formaron familia en la Nueva Córdoba, y enriquecieron a la Corona Española, de
los primeros tiempos de la conquista del Nuevo Continente.
Margarita y Cubagua en esos
tiempos eran islas totalmente despobladas. Los señores de Canoa pescaban en sus
aguas, pero tenían sus negocios y casas en Puerto de Perlas, que luego se llamó
¨Nueva Córdoba. La primera casa que se construyó en Cubagua, con piedras de
Araya, data de 1521.
Veamos algunos testimonios:
El
formidable investigador Don Demetrio Ramos, identifica Puerto de Perlas en su
obra “La Fundación de Venezuela Ampiés y Coro” Dice en la pág. 148:
“Viniendo
de la Isla Española para estas partes casi en el paraje de la isla que se dice
de la Mona, encontré una carabela que venía de la dicha costa y de la isleta de
las Perlas, de la cual tomando lengua, dijo que dejaba levantados los indios de
toda la dicha costa y de la isleta de las perlas, y que habían muerto los
frailes Franciscos y es a donde el dicho Casas se había retirado, del cual me
dijeron que habían más de 40 días que no parescía, por donde yo creo ser
muerto: y dijo más, que dicha isleta de las Perlas quedaba a mucho peligro de
perderse por donde hay mucha necesidad que acerca de todo lo sobredicho vuestra
magestad mande facer presta ispidición. Relación de Miguel de Castellanos.
Contador de la Tierra firme de Paria.
Mucho
más claro aparece Puerto de Perlas en esa Representación del Contador Real,
Miguel de Castellanos, que acompañó a fray Bartolomé de las Casas en la Isla de
Las Perlas, veamos:
“Relación
que yo, Miguel de Castellanos, di a vuesa magestad de la ida que fui con el
licenciado Bartolomé de Las Casas, a la costa de Paria.”
Fui
de contador de vuesa majestad con ochenta mil maravedís. Vi que el dicho
licenciado a causa de no tener aquella facultad que le convenía para conseguir
lo que asentó, hizo otra nueva contratación y asiento con el Almirante y jueces
y oficiales de la isla española para que por cierto tiempo tuviera a su cargo
la armada que habían enviado a dicha costa, y se hiciesen ciertas partes lo que
por su industria se hubiese. Llegado a dicha costa, vi que ni pudo conseguir lo
uno ni lo otro, por no llevar aquella orden y forma que debía conforme al
primer asiento, y por le desamparar y desobedecer los soldados de la armada, y
serle también algo contrario el lugarteniente del Almirante que está en la Isla
de Las perlas, ante el cual el dicho licenciado yo vi pasó ciertos actos de
protestaciones sobre la jurisdicción de la dicha costa, porque se nombraba juez
así de la costa como de la dicha isleta de Cubagua, contra las facultades que
Casas llevaba de vuestra Majestad. -Aunque hay cierta confusión en este texto,
se sabe que Las Casas, estaba en el puerto de Cumaná con los dominicos y
franciscanos- Continúa como veremos:
“Yo
vine por la española llevando carta de Casas, en que pedía socorro al Almirante
y jueces, pues la dicha armada y todos lo habían dejado, visto que nada le
enviaban, me vine para vuesa majestad.
Por
lo que he visto conozco que a vuesa majestad se seguiría gran provecho así de
la costa como de la isleta, que a partes dista cuatro leguas y a partes ocho,
enviado gobernador con Jurisdicción civil y criminal, y haciendo fortaleza en
el puerto de Cumaná a la punta del río. A causa de no haber esto proveído” …
Veamos
ahora como menciona Reginaldo Montesinos, a Puerto de Perlas, en su carta a la
Regencia, carta con la cual escribe su polémico libro don Vicente Rubio: “Los Primeros Mártires dominicos de la tierra
firme”.
“Que el Rey Católico dio licencia y lo mandó y ovo por bien y pagó la costa para ello, para que
fuesen algunos de sus frailes a predicar desde esta isla la Española a tierra firme,
y él mandó a dos frailes que fuesen a
ver aquella tierra en una nao que se
partió para allá, los cuales aportaron al puerto de Las Perlas, y desde
allí entraron en tierra por ocho leguas a un valle que llaman Chiribichi (es el
nombre Carina del rio de Cumaná), en el que hallaron a un señor que se llamaba
Alonso, el cual los días pasados había venido a la isla Española con una nao que allí había pasado y tornároslo cristiano y estuvo en nuestro convento en la isla
Española”. Tomado del Libro de don Vicente Rubio: “Los Primeros Mártires
dominicos de la tierra firme”.
Con el nombre del río Chiribichií, se inicia la torcida y gran confusión de
los cronistas, en relación con el sitio al que arribaron los primeros misioneros.
Los españoles le cambiaron al río de Cumaná, su nombre de ¨Chiribichií¨, por el
nombre del Cacique ¨Cawaná¨, como solían hacer.
El río de Santa Fe es el ¨Chiribiche¨, (los españoles pronuncian Kiribike),
como lo escribe Pedro de Córdoba, en su carta de 1517, carta que va más
adelante, EL nombre tiene en los dos ríos, Cumaná y Santa Fe, el mismo componente:
“Chiri” que quiere decir ¨pájaro¨ que deviene en nuestros “Chiritos”, colibrí cumanés;
y “bichi” o “pichi¨, que quiere decir río.
Son distintos, pero el tiempo y la confusión escritural y geográfica, ha
terminado por imponerse; y hoy el rio de Santa Fe ostenta el nombre legitimo
del rio de Cumaná. Lo escriben y
pronuncian Chiripichi
El fuerte de Santa Cruz de
la Vista, en Puerto de Perlas, que luce la torre construida por Bartolomé de
Las Casas y presentadas por Castellón como si él la hubiese construido. La
construcción de la inmensa estructura muestra los signos del tiempo; el Fuerte
se inició en vida de Fernando el Católico, que ordenó su construcción en 1504.
A su lado pueden observarse algunas casas de la Nueva Córdoba que ya se extendía
por las faldas del Pan de Azúcar. Las ruinas de este fuerte aún pueden verse
bajo las aguas del Golfo de Cariaco. Es la ubicación, el testimonio
irrenunciable de la primogenitura de Cumaná. La primera ciudad fundada y
construida por el Imperio Español en el Continente Americano.
Ruinas
del fuerte de Santa Cruz de la Vista, en el pujante pueblo de Nueva Córdoba,
protegida por la muralla construida por Jácome Castellón, después del terremoto
de 1530. La pintura del pueblo, que es
el inicio de Cumaná, no deja ninguna duda de su crecimiento, y su puerto sobre
el río, se empezó a formar desde que Per Alonso Niño, en 1499, descubrió Las
Perlas en sus mares, y llevó 49 marcos a España, encargadas por el Visorey, Cristóbal
Colón. La noticia trastornó el buen
juicio de los perleros que poblaron nuestro puerto. ¿No es esta acaso, una
prueba determinante y suficiente de su existencia? Hay algún otro pueblo de
esos tiempos que pueda mostrar algo semejante. Hasta las fortalezas en la
cumbre del pan de Azúcar, muestran su poder.
ALEJANDRO DE HUMBOLDT ENTRA A LA CIUDAD DE CUMANÁ POR EL
PUERTO DE LA BOCA DEL RÍO CHIRIBICHIÍ O MANZANARES, veamos sus
impresiones:
¨Habíamos llegado al fondeadero, frente a la embocadura del
río Manzanares, 16 de julio de 1799, al despuntar el día; más no pudimos
desembarcar sino muy tarde de la mañana, porque estábamos obligados a aguardar
la vista de los oficiales del puerto. Se fijaban nuestras miradas en los grupos
de cocoteros que ribeteaban la costa, cuyos troncos de más de sesenta pies de
altura dominaban el paisaje. La planicie estaba cubierta de conjuntos de
Casias, Cápparis, y de esas Mimosas arborescentes que, semejantes al pino de
Italia, extienden sus brazos en forma de quitasol. Las hojas pinadas de las
palmeras se destacan sobre el azul del cielo cuya pureza ningún vestigio de
vapores enturbiaba. Subía el sol rápidamente hacia el zenit. Difundíase una luz
deslumbradora por el aire, por colinas blanquecinas tapizadas de Nopales
cilíndricos, y por un mar siempre sosegado, cuyas
del día, el vigor de los colores vegetales, la forma de las
plantas, el variado plumaje de las aves, todo anunciaba el carácter prominente
de la naturaleza en las regiones ecuatoriales.
La ciudad de Cumaná, capital de la Nueva Andalucía, dista una
milla del embarcadero o de la batería de la Boca, cerca de la cual bajamos a
tierra, después de haber pasado el alfaque del Manzanares. Hubimos de recorrer
una vasta llanura, el Salado, que separa el arrabal de los Guaiqueríes de las
costas del mar. Aumentábase el calor excesivo de la atmósfera con la
reverberación del suelo desnudo en parte de vegetación. El termómetro
centígrado, hundido en la arena blanca, subía a 37º, 7. En las pequeñas charcas
de agua salada se sostenía en 30º,5, bien que el calor del océano en su
superficie es generalmente de 25º,2 a 26º,3 en el puerto de Cumaná (2). La
primera planta que recogimos en el continente de la América, fue la Avicenia
fomentosa (Mangle prieto) que en este lugar apenas alcanza dos pies de altura.
Este arbusto, el Sesúvium, la Gonfrena amarilla y los Nopales cubren los
terrenos impregnados de muriato de sosa; a este pequeño número pertenecen
vegetales que viven en sociedad, como el brezo de Europa, y que en la zona
tórrida solo se encuentran en las riberas del mar y en las altiplanicies
elevadas de los Andes (3). A Avicenia de Cumaná se distingue por otra
particularidad no menos notable: es el ejemplo de una planta común a las playas
de América meridional y a las costas del malabar.
El piloto indio nos hizo atravesar su sementera, que más
parecía una roza que un terreno cultivado. Mostrónos, como una prueba de la
fertilidad de ese clima, una Ceiba (Bombax heptaphyllum) cuyo tronco, a los
cuatro años, había llegado a unos dos y medio pies de diámetro. Hemos observado
en las orillas del Orinoco y del rio Magdalena, que los Bombax. Las Carolinea,
los Ochróma y otros árboles de la familia de las Malváceas, tienen un
crecimiento en extremo rápido. Pienso con todo, que hubo alguna exageración en
lo referido por el indio sobre la edad de la Ceiba; porque bajo la zona
templada en terrenos húmedos y cálidos de la América septentrional, entre el
Misisipí y los montes Aleghany, los árboles
en diez años no pasan de un pie de diámetro (4), y la vegetación no es allí en
general sino en un quinto más acelerada que en Europa, aun tomando como ejemplo
el Plátano de Occidente, el Tulipero y el Cupresus disticha, que adquieren de
nueve a quince pies de diámetro. Fue también en las playas de Cumaná, en la
cementera del piloto Guaiquerí, donde por primera vez vimos un Guamo cargado de
flores (5), y notable por la suma largura y brillo argentado de sus numerosos
estambres. Atravesamos el arrabal de los indios, cuyas calles están muy bien alineadas
y formadas con casitas nuevas todas y de un aspecto risueño. Este barrio de la
ciudad acababa de ser reconstruido, a causa del terremoto que había arruinado a
Cumaná dieciocho meses antes de nuestra llegada. Apenas habíamos pasado por un
puente de madera el rio Manzanares, que alimenta algunas babas o cocodrilos de
una especie pequeña, cuando vimos por todas partes los vestigios de aquella
horrible catástrofe. Nuevos edificios se elevaban sobre los escombros de los
antiguos.
EL FUERTE DE STA. CATHERINA
El fuerte de San Juan e Sta.
Catherina, es una construcción de cal y canto, cuya construcción inició Don
Juan Bravo de Acuña en 1665, en cuyos planos, puede observarse su ubicación,
dimensiones, la estacada que lo protege y el amurallado y amplio patio de armas,
desde el cual accede a una estructura superior en la cual están las
dependencias y baluartes, la casa del Sargento Mayor, el almacén de artillería,
alojamiento de artilleros y almacén. Fue
construido sobre la rada que forma el mar y la embocadura del río Manzanares,
en la cual rada puede surgir toda la fuerza sutil de esta comarca. Ha sido reconstruido durante este gobierno de
Emparan, por lo que lucía reparado y limpio, ya que, aunque había sido
arruinado a poco tiempo por un fuerte maremoto, se estaban realizando en él,
importantes trabajos de acomodamiento y pertrechage; además se le construyó una
buena estacada de palo sano, madera muy dura que era abundante en la zona,
sólida y difícil de abordar. También se repararon los torreones y baluartes,
dormitorios y demás partes del fuerte, como el almacén de la pólvora y el de la
artillería. El fuerte está dotado con cuatro cañones de calibre doce, otro de
calibre diez y otro de cinco, todos en sus cureñas y listos para disparar.
La construcción tiene forma cuadrada
hacia el mar, con muros de cal y canto de cincuenta pies de alto. Mirando hacia
el sur tiene dos lados en triángulo que dificultan la defensa. Se observa, a
simple vista, que esta parte del fuerte es más antigua; tal vez en el diseño
original tenía forma de estrella para una mejor defensa de sus lados, lo cual evidentemente
se abandonó, quedando este lado indefenso.
GREGORIO ESPINOZA DE LOS MONTEROS.
1740-1745.
La ciudad de Cumana se había ganado
una posición relevante en el Imperio español, su titularidad era recamada en la
Corte por renombrados y nobles caballeros, por ello al Marqués de Preux Don
Carlos de Sucre, lo sustituye el Marques de Monte Olivar.
Nacido en Granada, este personaje
de la Corte, que ostentaba el rango de
con el rango de Brigadier con una brillante hoja de servicios, fue
nombrado por Felipe V, Gobernador de la provincia de Nueva Andalucía, en Madrid,
en el palacio del Buen Retiro, el 29 de diciembre de 1740. Se residenció con sus familias en Cumaná, Gobernó
con el título de Gobernador y Capitán General de la Nueva Andalucía,
Cumanagotos, Guayana y el Dorado, en reemplazo del coronel Carlos de Sucre, que
había cumplido su quinquenio. Llegó
acompañado de su esposa doña Ana de Cubas y Palacios, quien, al mes de estar en
la ciudad, parió a su hija María Ignacia, de la que fue padrino el Vicario
Superintendente Dr. Tomás de Sifontes Valdivieso. Acompañárosle en esta ciudad,
tres hijos de su primer matrimonio.
Construyó, en 1741, la batería de
“San Carlos” en la desembocadura del río Manzanares, para lo cual encomendó los
trabajos a su hijo Félix Espinosa de los Monteros, se defendió del ataque de un
navío y una balandra inglesas que intentaron tomar la ciudad, y en una acción
heroica, el 1° de octubre de ese año, después de cuatro horas de combate,
derrotaron y pusieron en fuga a los ingleses.
En el
mismo puerto de la desembocadura del rio, este gobernador construyó, en
1741, la batería de “San Carlos”, cerca de las ruinas del fuerte de Santa Catherina, para lo cual encomendó los trabajos a su hijo
Félix Espinosa de los Monteros, al cual, una vez terminada la obra, le tocó defender heroicamente la ciudad, del
ataque de un navío y una balandra inglesas, muy bien pertrechadas, que intentaron tomarla, desplegando toda su
fuerza; y en una acción sin igual, los cumaneses celebraron el 1° de octubre de
ese año, después de cuatro horas de intenso combate, cuando se logró
derrotar y poner en fuga a los enemigos ingleses.
CONTRATO DE LOS MUELLES
DE CUMANÁ Y CARÚPANO
NEGOCIADO DEL CONTRATO
El Contrato lo celebró el Gobierno Nacional por
órgano del Ministerio de Obras Públicas con el señor Miguel Alvarado Mendoza el
3 de abril de 1906. Se publicó en la Gaceta Oficial el 9 del mismo
mes.
PROCESO DE CESIONES DEL CONTRATO COMO SE ACOSTUMBRABA EN ESOS
TIEMPOS
Miguel Alvarado
Mendoza con el previo consentimiento del Gobierno Nacional otorgado por
Resolución de 9 de noviembre de 1906 que se publicó en la Gaceta Oficial de esa
fecha número 9 920 cedió al señor José María Iturbe los derechos y acciones que
le correspondían por dicho contrato en documento registrado en Caracas el 13 de
noviembre de 1906.
TEXTO DEL CONTRATO
Jesús María Iturbe también con el consentimiento del
Ejecutivo Federal expresado en la resolución de 19 de abril de 1907 que se
publicó en la gaceta Oficial de ese día número 10.017 hizo igual cesión de todos sus
derechos y acciones a la Compañía Anónima “Muelle de Puerto Sucre” que se llamó
luego “Muelles de Puerto Sucre y Carúpano” en documento otorgado y registrado
en Cumaná el 17 de abril de 1907.
Por último la Compañía “Muelles de Puerto Sucre y Carúpano”, con el consentimiento también del
Gobierno Nacional, contenido en la resolución de 19 de octubre de
1910, que se publicó en la gaceta oficial
de ese día,
número 11.134, cedió a “The Cumaná and Carúpano Pier and Tranway
Company”, Compañía Anónima constituida
en la ciudad de Jersey City Estados Unidos de América, el
mismo negocio de Puerto Sucre, con todos sus bienes derechos y consecuencias, por documento otorgado en Caracas, el 9 de noviembre de 1910, y registrado en Cumaná, el 22 de febrero de 1911.
Esta cesión,
fue además aprobada expresamente, por
el Ejecutivo Federal, en
virtud de Resolución dictada por el Ministerio de Obras Públicas, el 22 de diciembre de 1910, que se publicó en la Gaceta Oficial
del mismo día número 11.188.
MEMORIA DESCRIPTIVA DE LAS OBRAS
Caracas
Venezuela 7 de febrero de 1916.
Ciudadano
Ministro de
Obras Públicas.
Presente.
Tenemos el honor de remitir a Ud. las memorias descriptivas
de nuestras obras construidas en los puertos de Cumaná y Carúpano, de
acuerdo con los contratos celebrados con el Gobierno Nacional y de los cuales
somos cesionarios. Las del primero de dichos puertos se concluyeron en
su totalidad hace ya algún tiempo, y fueron en su oportunidad recibidas
y aprobadas por el Gobierno Nacional del mismo modo que las del muelle de
Carúpano. Las demás, relacionadas con este último puerto,
acaban de terminarse con el establecimiento y apertura al servicio público de
la línea de tranvías eléctrico que une el Muelle con la Aduana y la ciudad. También
se adjuntan los planos detallados de todas esas las obras y varias fotografías
que ilustran lo más posible las memora aludidas.
Hacemos constar al ciudadano Ministro, en
nuestro carácter de Gerente General en Venezuela de The Cumaná & Carúpano
Pier & Tranway Company, para los fines consiguientes, que, con
la terminación de las obras del Tranvía Eléctrico de Carúpano, que
era lo único pendiente, quedan cumplidas a cabalidad las
obligaciones que nos impone el contrato respectivo.
Con
sentimientos de alta consideración somos de Ud. Attos, ss., ss.
The Cumaná & Carúpano Pier & Tramway Company
C Freeman
Gerente General en
Venezuela
MUELLE DE CUMANÁ
El muelle de Cumaná en 1943.
Las
pertenencias de la Compañía en este negociado comprenden, además de los derechos
adquiridos en el contrato celebrado por el Señor Miguel Alvarado Mendoza con el
Gobierno Nacional el 3 de abril de 1906, del cual es cesionaria la Empresa, los siguientes bienes el muelle, el faro, las oficinas y depósitos y los
útiles y maquinarias para la descarga y transporte.
EL MUELLE.
El Muelle
es de madera, de 251
metros de largo y 5,40
de ancho, con
una cabeza o plataforma terminal de 15,60 metros en cuadro, techado en parte y provista de escaleras, para comodidad del tráfico de pasajeros.
Los
pilotes son todos de madera del país vera, morado y guatacare, en la mayoría de esta última,
porque,
de los ensayos realizados hasta hoy, resulta que es la menos atacada
por el “teredo” o “broma del mar”. Los pilotes están ligados entre sí por tirantes diagonales
de acero, de 0,25 de diámetro y 3,50 a 4,50 metros de largo.
La mansedumbre del puerto permitió hincarlos con un martinete
flotante; con lo que se ahorraron los gastos de andamiaje. La
maza del martinete pesaba 500 kilogramos y la altura de caída pocas veces
excedió de 4 metros, aunque podía alcanzarse hasta 8
metros Todos los pilotes se hincaron, en fondo de arena, hasta
el rebotamiento de la maza. El promedio de hincadura fue de 3,50
metros, más o menos.
Se emplearon en toda la obra 550 pilotes, desde
4,50 metros hasta 11 de largo y de 0, “20
a 0, “30 de diámetro.
Las vigas longitudinales principales, las
traviesas y el piso son de pitch-pine americano; aquellas de 0, “228
X 0, “152 de escuadria, estas
de 0 152 X 0 101 y el
piso de tablones de 0,”30 de ancho y 0,”05
de espesor.
Toda la clavazón y la empernadura usada fueron de hierro
galvanizado.
Como en la extremidad libre del Muelle hay 5,20
metros de agua, a él atracan los vapores nacionales y los veleros que visitan
nuestros puertos.
EL FARO
El faro está
emplazado en la base del Muelle,
a los 10º 27’ 40” de la longitud Norte a los 2º 44’ 8” de longitud Este (64º 11’
12” al Oeste de Greenwich)
Una torre cuadrangular de acero, sólidamente afianzada en cimientos de concreto, con una base de 4 metros de lado y
una altura de 21 20 metros,
soporta,
en su vértice, la caseta techada de la farola, convenientemente dispuesta, a fin de que la luz blanca de ésta, que brilla sin interrupción a 24 metros
de altura sobre el mar, pueda
verse desde todos los putos del horizonte
LAS OFICINAS Y DEPÓSITOS
Del área de terreno de 1220 metros cuadrados, pertenecientes a la Compañía, se reservaron para jardines y futuros
ensanches,
780 metros cuadrados
y sobre el resto se construyó el edificio destinado a depósitos y oficinas
Esencialmente está constituido por dos naves en su parte central, rodeada de corredores exteriores.
Se puede observar, un
poco alzado sobre el mar Hubo que levantarlo con un terraplén rodeado de muros
de concreto, sobre
los cuales se construyó el edificio, que
es de madera y cemento armado y techos de pizarra.
A fin de asegurar una ventilación permanente y de hacer más
fresco el ambiente, las
paredes no se llevaron hasta el techo, sino se dejó en contorno un espacio de 0, “75 de ancho, cubierto con amplia malla de alambre
galvanizado.
En parte de los corredores se dispusieron las habitaciones del
Gerente y la de los empleados, y
en el cuerpo central se distribuyeron el Despacho del Gerente, el departamento de la Caja, el archivo, el amplio depósito de mercancías y el almacén del
servicio de las lanchas, junto
con el hangar de los vagones de carga.
Los jardines, cercados con barandas, contribuyen a darle un aspecto
risueño al conjunto.
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