Ramón Badaracco.
JÁCOME
CASTELLÓN.
Cumana, 2014
Autor:
Ramón Badaracco
LIBRO:
JACOME CASTELLÓN
Copyright
Ramón Badaracco 2009
Primera
edición 2009
Correo
y cel.
Cronista40@hotmail
.com
0416-8114374
Derechos
reservados.
Diseño
de la cubierta R. B.
Ilustración
de la cubierta R. B.
Depósito
legal
Impreso
en Cumaná
INTRODUCCIÓN
En esta fecha fue nombrado por el Rey Carlos I de España, Alcalde de la
Fortaleza de Santa Cruz de La Vista y Capitán General -de hecho- de la
Provincia de Nueva Andalucía. Nació éste atildado
aventurero en la ciudad de Toledo España, hijo de un rico mercader, don
Bernardo Castellón, casado con una dama de la familia Suarez.
En un
documento de viaje auténtico en el Archivo de Indias, están todos sus datos
filiatorios, donde aparece como mercader genovés de 18 años, que en 1512 viaja
a la isla “La Española”, acompañado por Andrés de Villacorta y un criado de nombre Alonso Salvanés.
Al
parecer, en este viaje hizo negocios productivos por pingues, ya que a su
vuelta a España, se une a un grupo de ricos comerciantes en Sevilla; uno de
ellos don Esteban Centurión, importante factor genovés, acostumbrado a ese tipo
de ganancias, quedó muy satisfecho y continuó sus negocios con el joven
aventurero.
En su
segundo viaje a La Española, representando varias firmas importantes de los
señores: Don Andrea Plavesyn y Francisco de Riberol, no le fue nada bien, o
decidió burlarlos; y quedarse en América, para rehacer su fortuna.
En un
documento de 1517 del proceso de Residencia que se le siguió a los
licenciados Lucas Vásquez de Ayllón,
Juan Ortiz de Matienzo y Marcelo de Villalobos, jueces de apelación en la
Española, instruido por el Lcdo. Alonso de Suazo, nombrado por los regentes,
quedantes a la muerte de Fernando el Católico, junta que presidía el
todopoderoso Cardenal Cisneros, que toma esta medida instruido por Bartolomé de
Las Casas, que actúa en representación de fray Pedro de Córdoba y sus
dominicos, en cuyo proceso resalta la figura de Castellón. El cual actuando en
sociedad con don Jerónimo de Grimaldo, poderoso factor de la Española, venía
armando expediciones esclavistas a tierra firme valiéndose de cuantiosos
sobornos a favor del poderoso Pasamonte, enfrentado a la autoridad de don Diego
Colón. Castellón en declaración dada el 15 de julio de 1517, si bien defiende a Pasamonte, admite que los
jueces Villalobos y Ayllón, lo había extorsionado exigiéndole la sexta parte de
sus ganancias del producto de una expedición financiada por Grimaldo, para
cargar sal de Araya, y también reconoció que “resgataban” indios para venderlos
como esclavos. De donde queda claro que Castellón era tratante de
esclavos.
Castellón
fue uno más en la cadena de los hombres empleados por el Imperio para
establecer en forma definitiva una cabeza de playa en el Nuevo Continente, los fundadores y refundadores de Cumaná, en el mismo
sitio que ya era conocido como “Puerto
de Perlas”, en la desembocadura del Río Chiribichií, la última luenga, como
dice Las Casas; y su método queda al
descubierto en el asiento primero de las misiones dominicas y franciscanas de
Pedro de Córdoba, y su Nueva Córdoba; ciudad, por cuanto contaba con una
numerosa población indígena, ubicada en “Los Cerritos” –médanos- lugar
paradisíaco por donde desembocaba el río, que tiempo después los españoles llamaron
Manzanares, (pueden ver este formidable río en la fotografía a su paso por
Cumaná, cuando aún conservaba todo su esplendor, en su asiento primario, en lo
que es hoy el barrio “El Barbudo”)
Por
supuesto que Castellón conocía muy bien las costas, comerciaba con los indios
casabe y maíz, era también tratante de esclavos y sobre todo explotador de las
salinas de Araya, de donde proveía su riqueza.
Sabemos
que en 1522, después de la partida de Las Casas desde Cumaná, los indios
vuelven a sublevarse y dan muerte a
varios piratas, algunos colonos, al capitán Soto, que se había dedicado al
pillaje, a fray Dionisio que se había escondido en la huerta contigua al
convento, y también prenden fuego a la iglesia, las casas y la huerta.
En
represalia Castellón desembarca con su armada, tal como lo hizo Ocampo, entró a
sangre y fuego por Maracapana; trae armaduras de hierro, caballos y esclavos
negros a la tierra firme, para mayor crueldad y horror de los indefensos
pobladores; ordena la captura y ejecución inmisericorde de los guerreros y caciques, desapercibidas e
inocentes víctimas del salvajismo imperial: destruye los caseríos, los bohíos,
janocos, chozas, cuanto había edificado;
y también “resgata” muchos
hombres, mujeres y niños, para venderlos
como esclavos, cuál era el objetivo principal de su expedición.
Sin
embargo Castellón tuvo mucho cuidado con los pobladores indígenas de Cumaná; por eso López de Gómara dice que “Perdía mucho el Rey
con perderse Cumaná porque cesaba la pesca y trato de las perlas de “Cubagua”; y entonces Castellón hizo aquí, el papel de pacificador. Los señores de
Canoa tenían su domicilio en la Nueva Córdoba, y de allí salían a pescar en
Margarita y en Cubagua.
Casi
todos los cronistas de la época están contestes en acreditar la importancia que
había adquirido la misión franciscana de Cumaná, que “florecía” como dice Oviedo, y daba muy
buenos frutos. La mejor demostración de ello es que el Vaticano en 1519 nombró
para Paria, el primer obispo de la tierra firme, Pedro Barbirio; con sede
apostólica, indudablemente en Cumaná, porque la Nueva Cádiz, -fundada por
Castellón en 1521-, aún no era nada.
Castellón se instala en la misión franciscana
de Cumaná, que ya era el pueblo y puerto conocido como Puerto de Perlas, y
misión de Córdoba, como podemos verlo en dibujos y mapas de 1601, ubicado en Los Cerritos a la desembocadura del río
Chiribichií; allí establece su cuartel general,
bautiza el poblado con el nombre con el que era conocido, de Misión
de Córdoba, en honor a su verdadero
fundador, y la llamó Nueva Córdoba. Se dedica a la reconstrucción de todo lo
que había sido destruido unos días
antes, y concluye la fábrica de la fortaleza de Santa Cruz de La Vista, en la
propia boca del río, como reconoce Las Casas en “La Historia de Las Indias”:
Veamos esta apostilla:
“Edificó
Jácome Castellón una fortaleza a la boca del río de Cumaná, donde el clérigo
Las Casas la quería edificar, para tener segura la cogida del agua, sin la
cual, como está dicho no podían vivir los de la isleta de Cubagua”
Fácilmente
se puede advertir que esta cita no fue escrita por Las Casas, fue incluida en
su obra por hábiles manos, como muchas otras que aparecen en sus libros. En la
pintura del propio Castellón se ve la fortaleza construida a la orilla del rio
y rodeada de las casas de La Nueva Córdoba.
Y
aunque la cita fuese de Las Casas, creemos que
algo hizo en el fuerte de Santa Cruz de la Vista, como afirman sus
biógrafos, y era uno de sus objetivos proteger a los pobladores de Puerto de
Perlas, porque aún no habían fundado La Nueva Cádiz; y estuvo en Cumaná cuatro meses, desde el 15 de
agosto hasta el 15 de diciembre de 1521; además, porque dudamos, y es imposible, que Castellón haya podido construir la fortaleza
en dos meses, que hay entre su arribo a
Cumaná, a fines de noviembre de 1522 y
el 23 de enero de 1523, como lo canta Castellanos:
“La
cual concluyó muy a provecho
Año
de veintitrés y un mes corrido,
Nombróse
por Alcaide de lo hecho
y
Capitán Mayor deste partido”. (46)
El
juglar se cuida de decir, construyó, emplea más bien el término “concluyó”.
Castellón
bautizó el asiento poblacional, ya lo dijimos, con el nombre de Nueva Córdoba,
en honor del verdadero fundador fray Pedro de Córdoba, seguramente a petición
de los dominicos y franciscos, que lo
acompañaron en todas sus campañas; de lo cual da parte a la Real Audiencia de
La Española, y de haber construido y terminado la fortaleza en el mes de enero
de 1523, y anexa su “figura e traza”, es decir sus planos, mapas y una pintura, todo lo cual se conserva.
Nosotros
creemos que esta fortaleza es más antigua, tenía tiempo en construcción, como puede advertirse en los dibujos del
mismo Castellón, donde se observa la
antigüedad de sus muros, nos parece que solo
faltaba terminar la parte superior, que tanto adelantó Las Casas y ponerlo en servicio, que fue lo que hizo
Castellón, y colocar la “rama de olivo”,
como dice uno de los biógrafos de Bartolomé de Las Casas. Es absolutamente
imposible haber puesto en servicio las canteras de piedra de Araya y fabricado
el fuerte de Santa Cruz de la Vista, en dos meses, y además Castellón tuvo que
pacificar a los indígenas y reconstruir
la misión.
Nuestro
cronista, Dr. José Mercedes Gómez, al referirse al intrépido y temible
conquistador, dice: “Jácome de Castellón cumple papel importante en la génesis
de la Historia de Cumaná. Es él sin duda, el personaje que más sobresale en los
albores de su nacimiento. Impuesto por una serie de circunstancias y sucesos
coyunturales a desempeñar su función de castigador de indios rebeldes, asume esa función y con
vivencia del futuro, no deja el cargo de Capitán de la expedición punitiva,
sino que asume también el de consolidar
el poblado misional franciscano y proyectar más allá del reducido ámbito
lugareño la importancia, que como sede de un gobierno militar, en lo defensivo
y ofensivo, podía cumplir en la conquista
y dominio de toda la costa oriental”.
En
fin, aunque a nuestro antiguo Cronista, Dr. José Mercedes Gómez, no le queda
ninguna duda en relación con la autoría de la construcción del fuerte de Santa
Cruz, producto de sus inapreciables
investigaciones sobre documentos y registros del constructor, Bernaldo
Dinarte, a nosotros si nos queda esa
duda; y es que Castellón si terminó la construcción de la torre en la parte superior del fuerte,
como se puede apreciar en sus dibujos, y completó lo hecho por Las Casas, esa
es la verdad, y no todo el fuerte, que es más antiguo, solo
la torre en la parte superior. El Dr. Gómez no conoció los dibujos de
Castellón.
Y
surge algo importante que nos proponemos investigar, que ahora solo intuimos, y salta de los mismos documentos examinados
por nuestro antiguo Cronista, a quien
tal vez no se le escapó; y es que al nombrar, la Real Audiencia de Santo
Domingo, un Alcalde de hecho Capitán General de la Provincia, con todos los
poderes, para el fuerte que a la vez lo
fue de La Nueva Córdoba, y su numerosa población
indígena; tuvo que nombrar también el primer ayuntamiento de la tierra firme,
el primero de setiembre de 1523.
Teniendo, como tengo, los dibujos
y mapas de la Nueva Córdoba de esa época, no puedo concebir a Castellón solo,
es decir autoridad única: construyendo y gobernando un fuerte, la explotación de las piedras de Araya, el
pueblo indígena, reconstruyendo lo dañado, poblando, manteniendo el orden, “resgatando”, explotando,
enseñando y acarreando los bloques de piedra ciclópea de las canteras de Araya, a la Nueva Córdoba o
Cumaná; y la explotación de las salinas de Araya, y las pesquerías de perlas,
etc.; además defendiendo las misiones y sus iglesias, la escuela, el
convento, organizando a los indios, viajando. No es posible todo eso sin
autoridades legítimas; el necesitó y tuvo que nombrar un Ayuntamiento,
porque así se lo exigían las Leyes de
Indias y las Cédulas Reales, así lo creo aunque no tengo la evidencia ni los
nombres de los ediles de aquel tiempo.
Seguiremos indagando.
Castellón
participó al Rey la culminación de los trabajos del fuerte de Santa Cruz de La
Vista, y pidió que se le concediera Escudo de Amas para él y sus descendientes.
Todo le fue concedido.
Texto donde el Rey narra hechos trascendentes de la Nueva Córdoba,
y su reconstrucción.
“El
Rey. Jácome de Castellón, vecino de la ciudad de Santo Domingo de la isla Española, nuestro Alcaide de la fortaleza de Cumaná,
que es en la costa firme llamada de
Castilla del Oro, nos hiciste relación que vos, con deseos de nos servir,
pasaste a aquellas partes, e que estando vos en la dicha isla, los indios
naturales de la dicha costa se revelaron
e alzaron la obediencia que nos debían, y quemaron y robaron los
monasterios uno de Santo Domingo e otro de San Francisco, que en la dicha
provincia habían mandado fundar para la conversión de los naturales a nuestra Fe Católica, e que el nombre de
Nuestro Señor entre ellos fuese ensalzado e predicado e que además de
quemar dichos monasterios, mataron todos
los frailes que en ellos había e a los españoles que en la dicha tierra pudieren haber, de manera que ninguno dejaron, e defendieron a los cristianaos
españoles que en dicha isla de Cubagua residían en la pesquería e granjerías de
las perlas, que no tomasen agua en aquella costa para su sustentación, y que para castigar y
remediar lo susodicho, fueron enviados
en nuestro nombre dos capitanes con armas y gentes y mucho gasto, los cuales diz no hicieron cosa ninguna, e que vos con deseo de nos
servir aventuraste vuestra persona y hacienda, e fuiste por capitán de la misma
empresa e que mediante la ayuda de Nuestro Señor, con vuestra diligencia e ánimo entraste e la dicha provincia, que
así estaba rebelada e que por fuerza sojuzgaste, e pusiste la dicha tierra en nuestro servicio, castigando a los delincuentes
e culpables en la dicha rebelión e quema
de los dichos monasterios e muerte de los dichos religiosos e cristianos
españoles, e hiciste la dicha fortaleza a la boca del río de Cumaná, mediante
la cual en ningún tiempo los indios de
la dicha provincia se pudiesen
alzar ni rebelar como antes lo habían
fecho, e que para que los pobladores de
la dicha isla de Cubagua tuviesen segura
el agua de dicho río, lo cual todo hicisteis
en mucha costa de vuestra
hacienda e trabajo e peligro de vuestra
persona, e de los que con vos iban, lo cual hicisteis por nos servir con tan justa
e buena empresa, y edificar la primera fortaleza que se hizo en la Tierra firme con cuyo amparo y seguridad
se ha poblado la dicha isla de
Cubagua, de que tanto servicio se nos ha
seguido y espera seguir, y nos
suplicaste, e pediste por merced, que además de las armas que vos tenéis de vuestros antecesores, vos dispensamos por armas
la dicha fortaleza e torre que en
ella hicisteis, puesta en costa de mar, e campo verde, e a un lado de ella el dicho río de Cumaná e
al pie de ella un yugo de oro en señal de la sujeción que en la dicha
fortaleza tiene toda aquella tierra, e
cuatro cabezas de indios principales, capitanes
de que hicisteis justicia al pie della, e por orla ocho llaves de color de plata en campo colorado, en significación del
oficio de nuestro Alcaide de la dicha fortaleza, e como la nuestra
merced fuese…Dado en Toledo, a catorce
de noviembre de mil quinientos veinte y
ocho . Yo El Rey.
Queremos
destacar la existencia para esa fecha de los monasterios de Santo Domingo y de
San Francisco, que fueron reconstruidos por Castellón. Hecho este negado por la
mayor parte de los historiadores que se han interesado por la fundación de
Cumaná, porque nunca han leído este texto pese a que, seguramente, lo tienen y
lo conocen muy bien.
Dice
el Rey, que Castellón construyó la torre sobre la fortaleza; y eso se entiende
con solo observar la pintura que hizo para enviarla al Rey, y que ha llegado a
nosotros. La investigación del fuerte de Santa Cruz de la Vista es un reto que
debemos alcanzar porque es la clave de la fundación y trascendencia de
Cumaná.
Después de la partida de Las Casas, de
Cumaná hacia Santo Domingo, en ese año de 1521, las naciones indígenas de la Costa de las
Perlas, se pusieron en pie de guerra,
matando y destruyendo la obra de los conquistadores: las tribus chaimas,
arawacas, cumanagotos, guaiqueríes, tagares, chacopatas, cacheimes, parias,
caribes, pariagotos; con sus caciques:
Maraguey, Toronoima, Diego, Cariaco,
Cayaurima, Melchor, Sacana, Niscoto, Querecrepe, Cuserú, Querequepana,
Doña Isabel, Queneriqueima, Juan
Cavare, Manoa, Maicana, Zapata, Tucupabera,
Uriapari, Omeguas, y muchos otros.
La noticia de la revuelta indígena
sorprendió y corrió por Cubagua y Santo
Domingo; sobre todo Cubagua que recordaba el asalto de los cumaneses
y la cobarde huida del alcalde Flores.
Antonio Flores, Alcalde de La Nueva Cádiz,
es importante en nuestra historia porque
fue juez territorial de tierra firme,
había arribado a la isla de las perlas con la expedición de Rodrigo de
Figueroa, que fue Juez de Residencia en La Española, y lo nombró Juez Territorial de la Nueva Andalucía,
siendo el primero en ese cargo. Luego Flores fue también Alcalde Mayor de las
Islas y Tierra Firme con domicilio en Cubagua.
Antonio Flores se destaca en la trata de
indios, connotado perlero e importador de mercancías para Cubagua. Este hombre
que había martirizado al valiente cacique Melchor, del Golfo de Cariaco,
soltando sus lebreles para acorralarlo y
después matarlo despiadadamente
con un certero disparo de lombarda, huyó cobardemente de Cubagua,
dejándola indefensa cuando los indios de la costa de Cumaná, la invadieron en
1521. Por eso fue destituido y apresado
por Gonzalo de Ovalle.
Para
controlar la revuelta indígena, el Cabido de Cubagua, a cuyo frente estaba Don
Francisco de Vallejo, ordenó a Jácome Castellón Suárez, traficante de esclavos
y conocedor como ninguno del territorio y sus jefes indígenas, armar una
expedición para pacificar la Costa Firme; el cual, al frente de una flota
punitiva, partió a cumplir su cometido.
Nació este atildado aventurero en Toledo
España, hijo de un rico mercader, don Bernardo Castellón, casado con una dama cuya familia era de origen italiano. Hay un
documento de registro, de Jácome
Castellón Suárez, en el cual están todos sus datos filiatorios, donde aparece
como mercader genovés de 18 años, que en 1512 viaja a la isla “La Española”,
acompañado por Andrés de Villacorta y
un criado de nombre Alonso Salvanés.
Al parecer en este corto viaje hizo negocios
productivos por pingues, ya que a su vuelta a España, se une a un grupo de
ricos comerciantes en Sevilla; uno de ellos don Esteban Centurión, importante
factor genovés, acostumbrado a ese tipo de ganancias.
En su segundo viaje a La Española,
representando varias firmas importantes de los señores: Don Andrea Plavesyn y
Francisco de Riberol, no le fue nada bien o decidió burlarlos; y decide quedarse en América, para rehacer su
fortuna.
En un documento de 1517, del proceso de Residencia que se le siguió a los
licenciados Lucas Vásquez de Ayllón,
Juan Ortiz de Matienzo y Marcelo de Villalobos, jueces de apelación en la Española,
instruido por el Lcdo. Alonso de Zuazo, nombrado por los regentes, quedantes a
la muerte de Fernando el Católico, junta que presidía el todopoderoso Cardenal
Cisneros, que toma esta medida instruido por Bartolomé de Las Casas, que actúa
en representación de fray Pedro de Córdoba y sus dominicos, en cuyo proceso
resalta la figura de Castellón. El cual actuando en sociedad con don Jerónimo
de Grimaldo, poderoso factor de la Española, venía armando expediciones
esclavistas a tierra firme valiéndose de cuantiosos sobornos a favor del
poderoso Pasamonte, enfrentado a la autoridad de don Diego Colón. Castellón en
declaración dad el 15 de julio de 1517,
si bien defiende a Pasamonte, admite que los jueces Villalobos y Ayllón,
lo había extorcionado exigiéndole la sexta parte de sus ganancias del producto
de una expdición financiada por Grimaldo, para cargar sal de Araya, y también
reconoció que “resgataban” indios para venderlos como esclavos. De donde queda
claro que Castellón era tratante de esclavos.
Este sujeto fue uno más en la cadena de los supuestos
fundadores y refundadores de Cumaná, antiguo Puerto de Perlas, y su método
queda al descubierto en el asiento primero de las misiones dominicas y
franciscanas de Pedro de Córdoba, su Nueva Córdoba, que contaba con una
numerosa población indígena, ubicada en “Los Cerritos” –médanos- lugar
paradisíaco, por donde desembocaba el
río Chiribichií, la última luenga, como dice Las Casas, río que tiempo después
los españoles llamaron Manzanares. Pueden ver este formidable río en la
fotografía que anexo, tomada en Cumaná
en 1905,, cuando aún conservaba todo su esplendor.
Ilustración 6 El río “Chiribichií, la última luega, como
dice el padre Bartolomé de Las Casas, al cual los españoles le cambiaron el
nombre por el de Manzanares. Admirémoslo
en su majestuoso paso por Cumaná en
1905. Las orillas del río eran una inmensa hacienda de cocos, tal vez la más
grande y generosa de Venezuela. No creo que hubiese otra igual.
El fuerte de Santa Cruz de la Vista, que luce
la torre iniciada por Bartolomé de Las Casas, sobre la inmensa mole que le sive
de base y terminada por Castellón. La construcción de la inmensa estructura muestra
los signos del tiempo, el Fuerte se inició en vida de Fernando el Católico, que
ordenó su construcción en 1504, y murió en enero de 1516. A su lado pueden
observarse casas de la
Nueva Córdoba. A lo
lejos puede verse el cerro Pan de Azúcar. Las ruinas de este fuerte aún pueden
verse bajo las aguas del Golfo de Cariaco. Es su ubicación, el testimonio
irrenunciable de la primogenitura de Cumaná. La primera ciudad fundada y
construida por el Imperio Español en el Continente Americano.
IRuinas del fuerte de Santa Cruz de la Vista. El pueblo de
Nueva Córdoba en Los Cerritos protegido por la empalizada o muralla construida
por Jácome Castellón. Este pueblo, que
es el inicio de Cumaná, y su puerto
sobre el río, se empezó a formar desde que Per Alonso Niño, en 1499, descubrió Perlas en sus mares, y un alijo encargadas por el Visorey, Cristóbal Colón y
que él llevó a España; la noticia de las
perlas trastornó el buen juicio de los
perleros. ¿No es acaso una prueba suficiente de la existencia de nuestro pueblo?
¿Hay algún otro pueblo de esos tiempos que
pueda mostrar algo semejante?
DOCUMENTOS DEL REY PARA CASTELLON, RELATIVOS
AL FUERTE DE CUMANÁ
“El Rey. Jácome de Castellón, vecino de la
ciudad de Santo Domingo de la isla
Española nuestro Alcaide de la fortaleza
de Cumaná, que es en la costa firme
llamada de Castilla del Oro, nos hiciste relación que vos, con deseos de
nos servir, pasaste a aquellas partes, e que estando vos en la dicha isla, los
indios naturales de la dicha costa se
revelaron e alzaron la obediencia que nos debían, y quemaron y robaron los
monasterios uno de Santo Domingo e otro de San Francisco, que en la dicha
provincia habían mandado fundar para la conversión de los naturales a nuestra Fe Católica, e que el nombre de
Nuestro Señor entre ellos fuese ensalzado e predicado e que además de quemar dichos monasterios, mataron todos los frailes
que en ellos había e a los españoles que en la dicha tierra pudieren haber, de manera que ninguno dejaron, e defendieron a los cristianaos
españoles que en dicha isla de Cubagua residían en la pesquería e granjerías de
las perlas, que no tomasen agua en aquella costa para su sustentación, y que para castigar y
remediar lo susodicho, fueron enviados
en nuestro nombre dos capitanes con armas y gentes y mucho gasto, los cuales diz no hicieron cosa ninguna, e que vos con deseo de nos
servir aventuraste vuestra persona y hacienda, e fuiste por capitán de la misma
empresa e que mediante la ayuda de Nuestro Señor, con vuestra diligencia e ánimo entraste e la dicha provincia, que
así estaba rebelada e que por fuerza sojuzgaste, e pusiste la dicha tierra en nuestro servicio, castigando a los
delincuentes e culpables en la dicha rebelión
e quema de los dichos monasterios e muerte de los dichos religiosos e
cristianos españoles, e hiciste la dicha fortaleza a la boca del río de Cumaná,
mediante la cual en ningún tiempo los
indios de la dicha provincia se pudiesen
alzar ni rebelar como antes lo habían
fecho, e que para que los pobladores de
la dicha isla de Cubagua tuviesen segura
el agua de dicho río, lo cual todo hicisteis
en mucha costa de vuestra
hacienda e trabajo e peligro de vuestra
persona, e de los que con vos iban, lo cual hicisteis por nos servir con tan
justa e buena empresa, y edificar la primera fortaleza que se hizo en la Tierra firme con cuyo amparo y seguridad
se ha poblado la dicha isla de
Cubagua, de que tanto servicio se nos ha
seguido y espera seguir, y nos
suplicaste, e pediste por merced, que además de las armas que vos tenéis de vuestros antecesores, vos dispensamos por armas
la dicha fortaleza e torre que en
ella hicisteis, puesta en costa de mar, e campo verde, e a un lado de ella el dicho río de Cumaná e
al pie de ella un yugo de oro en señal de la sujeción que en la dicha
fortaleza tiene toda aquella tierra, e
cuatro cabezas de indios principales, capitanes
de que hicisteis justicia al pie della, e por orla ocho llaves de color de plata en campo colorado, en significación del
oficio de nuestro Alcaide de la dicha fortaleza, e como la nuestra
merced fuese…Dado en Toledo, a catorce
de noviembre de mil quinientos veinte y
ocho . Yo El Rey. (48)
Como
puede constatarse, esta Cédula Real, pese a algunos errores comprensibles,
confirma paso a paso las crónicas de Bartolomé de Las Casas, que las escribe de
su propia vivencia o la copia de los protagonistas.
Después de Castellón el puerto de Cumaná,
adquirió gran importancia, y el mismo Guillermo Morón dice que a partir de 1534
desembarcan por él, todas las expediciones que vienen a tierra firme, y se
conservan las listas de pasajeros, que Guillermo publica, en detalles, en su
monumental Historia de Venezuela.
Me ocupo en escribir la genealogía de mis antepasados, que de la isla Cubagua, Cumaná etc. emigran de esa región hacia el Cabo de la Vela y a Riohacha y finalmente a Santa Marta y aparecen Los Castellanos, los Mendoza Castellón…..Mi inquietud es por saber con quien contrajo o no matrimonio JACOME CASTELLÓN, y sus hijos o hijas, para seguir la continuidad del linaje
ResponderEliminarAgradezco sobre manera
Atte.,
Arq.Luis Fernando Guerra Bonilla
Correo: luifern44@hotmail.com