lunes, 12 de diciembre de 2016

JOSÉ T. BOVES Y SANTIAGO MARIÑO

RAMÓN BADARACCO




BOVES Y SANTIAGO MARIÑO.
BATALLA DE BOCACHICA







CUMANÁ, 2.000











Autor: Tulio Ramón Badaracco Rivero
Que firma Ramón Badaracco
Título de la obra:

BOVES Y MARIÑO
BATALLA DE BOCACHICA

Diseño de la cubierta R. B.
Ilustración de la cubierta R. B.
Depósito legal
Impreso en Cumaná

cronista40@hotmail .com

Cel. 0416-8114374











EN LA CAMPAÑA DEL CENTRO

Bolívar triunfa en Araure contra Cevallos y Yánez, y vuelve a llamar a Mariño, para que coopere en la salvación de la República.  Mariño acepta expedicionar hacia el Centro, y se pone al frente de un ejército de 3000 hombres bien pertrechado; así luce cuando en el mes de enero se reúne en la Villa de Aragua, organizado en tres divisiones de 1000 hombres cada una. Y el 26 de enero de 1814, arenga a su ejército.

  La primera División,  a la derecha  bajo el mando del General Manuel Valdés, formada por 600 hombres de infantería y 300 de caballería;  la Segunda División,  del centro por el General José Francisco  Bermúdez, con el coronel Antonio José de Sucre y Pedro José de Sucre, su hermano, con el grado de capitán, con 700 de infantería y 450 de caballería ;  y la Tercera División,  por la  izquierda, bajo el mando del coronel Agustín Arrioja, con 600 de infantería y 300 de caballería; la reserva bajo el mando del coronel Manuel  Isaba Sucre, formado por 600 de infantería y 300 de caballería; y un cuerpo de artillería de 300 hombres bajo el mando del coronel Antonio Freites.
 
José Ribero se  destaca cuando solo ostentaba el grado de  sargento bajo el mando de Bermúdez y Sucre 

Valdés avanzó por Tucupido, Orituco y Lezama, batiéndose con enemigos fanatizados, sobre todo los de Tucupido, bajo el mando del cura vasco Ybarrolaburo. El coronel Arrioja, siguió con su división bordeando el Orinoco  para ocupar Cabruta, poblado  que tomó por asalto después de fuere oposición. La división de Bermúdez  no encontró oposición, hasta reunirse con las otras divisiones en el hato “Belén” de Don Juan de Ascanio, cerca de Ocumare, donde se instaló un tribunal militar para juzgar a los prisioneros.

Puesto en conocimiento, el General Santiago Mariño, que en las adyacencias de su ejército se movilizaban  fuerzas realistas bajo el mando del coronel  Rosete, destacó a Bermúdez con Sucre al frente de un batallón,  para reducirlo y en ese batallón iba nuestro biografiado. El encuentro se produjo en el sitio de Los Pilones; dramático combate que duró desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde de ese día, y luego al siguiente se reinició con refuerzos que el mismo Mariño condujo a la lid. Rosete fue derrotado y perseguido por el batallón Valencia, bajo el mando del  coronel Leandro Palacios,  hasta su liquidación total. (43)

Después de esta victoria todo el ejército oriental convergió en Camatagua y Mariño procedió a su reorganización.
 
Por su grado, sus notables servicios y sus conocimientos,   nombró al Coronel Mariano Montilla Jefe de Estado Mayor y en la jefatura de la  vanguardia, designó  al coronel Leandro Palacios.


BATALLA DE BOCACHICA

El ejército de Oriente se desplazaba hacia Bocachica y al pasar cerca de San Luis de Cura, el 31 de marzo, tienen noticias de las fuerzas realistas comandadas por el temible asturiano José Tomás  Boves que perseguía, con 5000 hombres, al patriota coronel Lucas Ballivián.  Mariño sin perder tiempo ordenó  su ejército en las cercanías de Bocachica para enfrentar al sanguinario realista. Mariño ordenó maniobrar al valiente coronel Leandro Palacios,  con  la vanguardia, sobre una quebrada seca que dividía el campo, para inquietar al realista.   Boves convencido de su superioridad,  no esperó y  atacó precipitadamente. Mariño esperó pacientemente el desarrollo de los acontecimientos y cuando notó que Palacios flaqueaba y podían cortarlo, ordenó a Bermúdez cargar con todas sus fuerzas contra los realistas, y así lo ejecutó el Ayax venezolano con la terrible fuerza que poseía y desarrollaba en circunstancias tales. Mariño ordenó a Valdés atacar por el centro mientras la caballería desplegada evitaba que las fuerzas de Boves lograran cohesionarse en las faldas de los cerros.  Los realistas, ante el ímpetu de los patriotas, atropelladamente lograron protegerse en alturas laterales del escenario de la batalla, pese a los esfuerzos de la caballería,  y en un intento desesperado, a la derecha prendieron fuego a la paja, con tan mala surte que el viento que les era favorable, cambio y los rodeó por todas partes. Mariño envió contra Boves a una brigada de negros libertos bajo el mando de José Ribero que peleaba a su lado, y que atravesaban  el fuego sin  temor,  además eran diestros en el manejo de las lanzas. La entrada de estas tropas fue suficiente, los realistas se dispersaron por los barrancos y  montes. 
 De esta batalla quedan para la historia  actos de entrega heroica, de patriotismo  desbordado y valor. El   capitán Tánago que destrozó  la caballería de Boves con una sola pieza  de artillería, se inmortalizó; y  el grupo de lanceros, que  a las 5 de la tarde, dispuestos a inmolarse por la Patria,  asaltaron una fortificación realista que hacía mucho daño,  con intrepidez nunca vista, y la destruyeron. 

A las 6 de la tarde Valdés advierte a Mariño que ha llegado la hora de resolver la acción, y ambos al frente de sus oficiales se lanzan con todas las fuerzas a su mando contra el asturiano que está irremisiblemente derrotado; hay que rematar la faena, y los dos capitanes entran al campo de batalla  para compartir con sus soldados aquella heroica victoria; ante su empuje,  el asturiano  huye desordenadamente. 

En los partes de la batalla no se nombra a Sucre ni a Ribero, pero sin lugar a dudas esa batalla lleva el sello del Mariscal.  

LA BATALLA DE BOCACHICA EN OTRA VERSIÓN

Mariño derrota a Boves. Sucre de 19 años, jefe de Estado Mayor de Bermúdez, con el grado de teniente coronel,  combate al frente de  su batallón de zapadores, y como formidable artillero, bajo el superior mando del General Santiago Mariño; y se hizo acreedor de un mandato de Bolívar, para que fuera nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército de Oriente con el grado de Coronel.  El desempeño de Sucre, pese a su edad fue valorado, lo que quiere decir que ya Bolívar lo conocía, no se le escapaba nada; y además lo premia con el Escudo de Bocachica. Él lo propone y es aceptado por Mariño, que después de la batalla lo nombra Jefe del Estado Mayor del Ejército de Oriente.
El 31 de marzo de 1814, en horas de la mañana, se presentó Boves a la cabeza de unos 4.000 combatientes, la mayor parte de caballería.[] Al empeñarse el combate, las fuerzas realistas fueron rechazadas, gracias a la eficacia de los fuegos, particularmente los de artillería. Trató Boves de hacer un desbordamiento, pero fracasó en su intento, porque el terreno de los flancos de la posición, escarpado en extremo, no era apto para la maniobra. Varias veces cargaron los realistas, con iguales resultados; hasta que, en las últimas horas de la tarde, fatigados y diezmados los atacantes y agotadas sus municiones, emprendieron la retirada hacia Villa de Cura y de allí a Valencia por Guigue, perseguidos de cerca por una columna de infantería y caballería bajo el mando del coronel Tomás Montilla, destacada por el Libertador desde San Mateo Por su parte, el general Mariño se retiró por la serranía del Pao de Zárate, en dirección de La Victoria.
Boves se uniría a José Ceballos en el ataque a Valencia, el 2 de abril la urbe casi cayó en su poder, pero al día siguiente se retiraron debido a las terribles bajas del asalto y la férrea resistencia demostrada por los defensores.
Boves y sus huestes decidieron ir hacia  Agua Negra, donde esperaron a Mariño, que tenía 2.000 hombres veteranos de Bocachica y San Carlos  (las tropas de Mariño, habían soportado un importante número de deserciones tras la batalla.
El 16 de abril en la batalla de Arao, Mariño fue envuelto por el flanco izquierdo y forzado a retirarse,  tratando de impedir la destrucción de su ejército. Bolívar, que está en todo, trae tropas frescas desde Puerto Cabello para auxiliarlo.
Derrotado en sus asaltos hacia la capital, Boves incansable se retiró a los Llanos con los 3.000 hombres que le quedaban,  a un territorio intransitable para sus enemigos, pero donde su ejército podía subsistir, gracias al  conocimiento de aquel terreno y sus de sus recursos, así como del apoyo de la población. Boves no era invencible, pero no se podían descuidar con él.   
LA BATALLA DE BOCACHICA EN ITERNET.

La batalla ocurrió 31 de marzo de 1814, cerca de San Mateo  en el estado Aragua, las fuerzas republicanas se encontraban bajo el mando del general  Santiago Mariño y las realistas bajo la conducción del general  José Tomas Boves el guerrero sin par.
La gran victoria del general Santiago Marino que auguraba una promisoria campaña del ejército unido de las provincias de Cumaná y Caracas la Batalla de Bocachica que fue un glorioso enfrentamiento entre las fuerzas patriotas de la Venezuela heroica  y el Imperio Español  en el marco de la Guerra de Independencia Venezolana.
El 31 de marzo de 1814, en horas de la mañana, se presentó Boves a la
cabeza de unos 4.000 combatientes, la mayor parte de caballería.[] Al empeñarse el combate, las fuerzas realistas fueron rechazadas, gracias a la eficacia de los fuegos, particularmente los de artillería. Trató Boves de hacer un desbordamiento, pero fracasó en su intento, porque el terreno de los flancos de la posición, escarpado en extremo, no era apto para la maniobra. Varias veces cargaron los realistas, con iguales resultados; hasta que, en las últimas horas de la tarde, fatigados y diezmados los atacantes y agotadas sus municiones, emprendieron la retirada hacia Villa de Cura y de allí a Valencia por Guigue, perseguidos de cerca por una columna de infantería y caballería bajo el mando del coronel Tomás Montilla, destacada por el Libertador desde San Mateo Por su parte, el general Mariño se retiró por la serranía del Pao de Zárate, en dirección de La Victoria.
Boves se uniría a José Ceballos en el ataque a Valencia, el 2 de abril la urbe casi cayó en manos realistas; pero,  al día siguiente se retiraron las huestes de Boves,  debido a las terribles bajas del asalto y la férrea resistencia demostrada por los defensores.
 Decidieron ir a Agua Negra donde esperaron a Mariño,  que tenía 2.000 hombres venidos de Bocachica y San Carlos;   (las tropas de Mariño habían superado terribles daños y pérdidas  en la batalla del Arao;  Mariño fue envuelto por el flanco izquierdo y forzado a retirarse, para impedir la destrucción de su tropa. Sin embargo, lograron superar las pérdidas y volver al combate, reforzado con tropas frescas de Puerto Cabello, traídas por Bolívar, que  vinieron a auxiliarlo.
Por otra parte Boves, derrotado dos veces,  en su avance hacia la capital, habiendo salvado buena parte de sus tropas, unos 3000 hombres,  logra retirarse a los llanos, aunque  perseguido muy de cerca por Mariño, que cumple órdenes de Libertador. Mariño no pudo penetrar en el territorio de Boves, o no se atrevieron a perseguirlo,  es un territorio intransitable para sus enemigos, pero donde su ejército podía subsistir, gracias a su liderazgo en esos espacios;  y el conocimiento del terreno y sus recursos, así como el apoyo de la población.
1814.- Piar repliega de Carúpano sobre la plaza de Cumaná, y en su cercanía, en la quebrada de Los Frailes, o de los Caneyes, derrota al comandante  Pascualito, ocupando dicha plaza el mismo día 29 de setiembre de 1814. Piar, que había recibido orden de Rivas para proteger la retirada de la emigración caraqueña, lejos de cumplirla, y alentado por el triunfo en la Quebrada de Los Frailes, se quedó en Cumaná, y en la Sabana del Salado esperó a Boves, que venía triunfante de La Puerta. Grande fue la derrota que sufrieron los patriotas: una parte de ellos tomó la vía hacia Carúpano, en compañía de Piar, Azcúe, Rivero, Peñaloza y Carlos Núñez; los demás, al mando de Villarroel, fueron a situarse a Cumanacoa. Allí murieron los patriotas coroneles Dionisio Sánchez de Gordón y León Mejía. Entre el combate y vecinos de la ciudad hubo como mil víctimas de los republicanos, de los cuales se recuerdan: a Pedro Avendaño y Vicente Sucre, muertos en el Hospital de Lázaros; a Rosa y Carmen Mercié, sacrificadas por el oficial criollo, al servicio de Boves, Pedro Rondón (a) Maruto, sobre la tarima del altar del Carmen en la Iglesia de Santa Inés; a Don Baltazar de la Cova, Domingo Pantaleón García y Carlos Malaret. 16 de octubre de 1814.

Nota.- Boves entra a Cumaná.
Es la más extraordinaria y sangrienta acción de armas realizada en Cumaná. Tuvo como escenario la Sabana de “El Salado”. El bárbaro José Tomás Boves, derrota al General Manuel Carlos Piar,  y  entra a “sangre y fuego” a la ciudad de Cumaná; 3000 jinetes hambrientos de sangre  contra 1500 defensores, la mayor parte de infantería. 
El General Manuel Piar, cumpliendo órdenes del General en Jefe Santiago Mariño, Jefe del Ejército Libertador de Oriente, que no debe sacrificarse y que tiene que encargarse de la emigración de los patriotas a Guiria. Previendo la derrota, Piar sale al encuentro del enemigo que lo duplica en arbitrios para una batalla, y espera la embestida en las sabanas de ‘’El Salado’’, a la entrada de la ciudad por el Oeste.
Va acompañado de un formidable Estado Mayor, y  contando con los mejores guerreros orientales: José Francisco Bermúdez, José Maria, Gerónimo y Antonio José de Sucre, Andrés Rojas, Agustín Armario, los hermanos Ortiz, Azcue, Villarroel, Barreto, José Ribero, José Carlos Peñaloza, Domingo Montes,  Francisco Mejía, Manuel Vicente Parejo, Zaraza, Garván, Guillermo Román, Juan José Quintero y sus hermanos, Carlos Núñez, algunos como jefes de batallones  y otros de sus propios batallones, y cien nombres más para la historia.
El combate se desarrolla entre el brazo del rio que salía por él Oeste, profundos caños,  los humedales propios de la zona  y la sabana de San Luis, que se extendía por todo el noroeste de Cumaná; Piar trata de contener el avance de Boves, y le causa considerable daño en emboscadas y atinados avances,  que irritan, indignan,  y tocan el amor propio del temible guerrero.
Piar con conocimiento del terreno, abre sus fuerzas en pequeños grupos de fusileros,  le impide el paso durante 9 sangrientas horas, con el propósito de que los patriotas abandonaran la ciudad, como en efecto se logró, lo que se conoce como “La emigración a Guiria”.
Sabiéndose perdido superado y dolido por el número de muertos y heridos que fueron rematados sin piedad; pero cumplido su propósito de salvar la vida de miles de ancianos, mujeres y niños, con aquella estrategia, anocheciendo abandona el combate y sale para Margarita con la mayor parte de sus combatientes.
Los hermanos Sucre con Bermúdez  y muchos más van hacia Maturín. 
Boves, el sanguinario campeón de España entra a Cumaná, aclamado por sus partidarios que muy pronto se van a arrepentir y demasiado tarde.
 Boves después de arruinar a Barcelona, bañándola en sangre y fuego; en Cumaná sacrifica al pueblo realista incrédulo, que sale a recibirlo entre cantos y aclamaciones.
El Comandante Quijada citado por Hernán Muñoz Villafuerte en su obra ‘’Historia de San Felipe de Austria de Cariaco’’ dice que Boves atacó con crueldad a la población especialmente con los emigrados que allí se habían refugiado. Diariamente llevaba a los barrancones del río multitud de estos infelices los ultimaban a lanzazos y los arrojaban al agua método que tambien habia seguido en Aragua y en Barcelona por la facilidad de desembarazarse de los cadáveres.
Ríos de sangre corren por las calles de Cumaná; en la iglesia del Carmen son acuchilladas en una orgía de sangre, quinientas damas, madres de respetables familias, por las hordas desatadas  de Boves. Según cuenta el propio capellán de su ejército, el padre Ambrosio Llamozas, la mayor parte eras partidarias del realismo. Este sacerdote acompañó a Boves desde enero de 1814, desde la matanza de san Marcos, en la toma de San Juan de Los Morros, en Villa de Cura, San Mateo, Valencia, Caracas y Barcelona.  En todas esas plazas procedió de igual forma. Se calcula en 2000 el total de sacrificados en Cumaná, ríos de sangre corrió por sus calles y el río, por lo que fue bautizada “Cartago de América”.
Un hermano, Vicente, y una hermana del Mariscal, Magdalena, que luchó al lado de Piar, se contaron entre los muertos.
            1814.- En Cumaná celebra Boves un baile en la casa de la familia Andrade al cual asistieron por apremiante imposición, como parejas, damas escogidas al intento de las familias que lloraban en ese día de la entrada de Boves la muerte de  algunos de sus deudos. Después de terminado el acto fueron fusilados la mayor parte de los músicos que eran patriotas, figurando entre los asesinados Juan Landaeta, autor del Himno Nacional,  y Antonio Caro de Boesi, que había venido en la emigración caraqueña

            Notas.- Los himnos nacionales inspiran siempre en los buenos patriotas un profundo sentimiento de respeto. Unas veces son, como la dulce voz de la madre, capaz de mitigar los más grandes dolores, otras como el grito angustioso  con que ella advierte a sus hijos encontrarse en peligro, y siempre, un acento de la patria  que va rectamente al corazón.

            Cuando en un país extranjero llegan a nuestros oídos los primeros acordes  de nuestro Himno Nacional, parece que nos tocase una corriente eléctrica que pone en conmoción todas las más delicadas fibras del sentimiento.
           
El Autor de nuestro Gloria al Bravo Pueblo,  tiene su historia y es bueno hacerla popular. Corría el año 1814, los patriotas huían espantados ante el asombroso  José Tomás Boves, ángel o demonio,  dominador y exterminador, y fue entonces cuando el caraqueño Juan  Landaeta, compuso su épica e inspirada canción.

La canción que inspiró a nuestros guerreros, v tras ella fue a derramar su sangre por la patria que nacía en nuestros corazones. Y con ella en los labios vinieron los vítores y la victoria. Bolívar, Mariño, Bermúdez y Sucre, derrotaron a Boves y al Mariscal Juan Manuel Cajigal, en Bocachica y la primera de  Carabobo. 

Pero en la batalla de  “La Puerta” se esfumaron los laureles del triunfo y vino la derrota y el derrotero. Boves ocupó todos los rincones de la Patria, y se estableció la barbarie.  Landaeta envuelto en el vértigo de pavor de aquellos días, se acogió a la Emigración,  fue a buscar refugio a Cumaná, junto con otros músicos compañeros suyos: pero Cumaná cayó también bajo el mando militar del sanguinario José Tomás Boves; éste conocía la música de Landaeta,  y promovió un baile, que tenía gusto, dijo, “la tocase la orquesta caraqueña”.

Esta orquesta fue de Monteverde y los patriotas la capturaron en Maturín.  Con ella entró Mariño a Cumana en 1813, y, Landaeta vino con la emigración liderada por el Libertador.

Empezada la fiesta corrió el rumor  de que Boves abrigaba intenciones siniestras y mientas algunos pudieron ponerse a salvo, Landaeta fue hecho prisionero y condenado a muerte.

            Boves mandó copiar la canción  “Gloria al Bravo Pueblo”, en una hoja de papel que atada a la cabeza de Landaeta,  le servía de mofa, una especie de ridículo adorno o capirote, que lucía cuándo iba hacia el patíbulo entre la insolente  muchedumbre realista que se había congregado para festejar la criminal hazaña del bárbaro caudillo; así iba, arrastrado por la brutal soldadesca.

El patíbulo lucía su siniestra imagen frente a la Iglesia del Carmen, hoy Santa Inés, y es allí, donde debemos colocar una placa con letras de oro, que  lo recuerde y rinda  honor permanente al excelso músico, que nos llama a la vigilia patriótica, y nos inflama de amor y enardece a  nuestro pueblo.

Esta anécdota es cierta y fue contada por el mismo capellán de Boves, el Padre Llamozas; y así fue la muerte de éste caraqueño eternizado por el pueblo venezolano y admirado por el mundo entero, y,  también es cierto que derramó su sangre por la patria en Cumaná en 1814, aunque otros autores lo cuentan para sus pueblos.   

            Juan Landaeta merece contarse entre los Padres de la Patria, pues en los acordes  que han inmortalizado su nombre supo encerrar el alma de Venezuela. 


Detalles biográficos sobre la vida de Boves, tomados de mi estudio sobre la Cronología del Estado Sucre, de Don Pedro Elías  Marcano.
 
Partiendo de Cumanacoa, y otros puntos de la provincia donde se ejecutan ordenes de Boves, y se ejecutaron muchos asesinatos, hasta principios de noviembre de 1814.

Muertos en Cumanacoa: Pedro Barreto González, Don Domingo Márquez que era Comisario del Ejército de Oriente, fue alanceado en la noche del 3 de noviembre de 1814, y el licenciado Julián Padilla Morón.

Nota.- Don Pedro Elías Marcano no menciona para nada la batalla de Urica, no estaba entre sus objetivos pero yo no puedo seguir adelante sin tomarla en consideración. 
Ésta acción táctica militar de la Guerra de Independencia venezolana librada en el pueblo de “Urica”, en la provincia de Cumaná. Donde se enfrentaron el general en jefe José Félix Ribas (por los republicanos) y José Tomás Boves (por los realistas); donde triunfaron los españoles, pero tuvo como desenlace final, la muerte de Boves, que ya fue una mayor victoria para la causa de la independencia.
Dice el manual de la guerra, que luego de la victoria obtenida por Boves en Los Magueyes (9-11-1814) contra el coronel José Francisco Bermúdez, que lo obligaba a pelear, el caudillo asturiano se dirigió con su ejército por la vía de Nuevo Mundo al sitio de “Urica”, a reunirse con su segundo, el coronel Francisco Tomás Morales, quien desde “Santa Rosa” había marchado hacia aquella zona.
Por su parte, Bermúdez, retornaba a Maturín, donde el general en jefe José Félix Ribas, dispuso la ejecución de la ofensiva contra los realistas en “Urica”; operación que no se había llevado a cabo, debido a la decisión de Bermúdez de ir a “Los Magueyes” a sorprender a Boves.
Para esta empresa contaba Ribas con 2.000 hombres, entre los cuales se destacaban varios campeones patriotas: Bermúdez, Antonio José de Sucre, José Tadeo Monagas y José Gregorio Monagas, Andrés Rojas, Agustín Armario, Pedro Zaraza, Manuel Cedeño, Francisco Parejo y otros.
Al llegar al sitio de ¨El Areo¨, procedió Ribas a la formación de 2 columnas de caballería de 180 hombres, las cuales recibieron el nombre de “Rompe líneas”, con Monagas y Zaraza de comandantes.
Después de efectuar todos los preparativos para la batalla, el destacamento patriota marchó durante la noche del 4 al 5 de diciembre, para amanecer en “Urica” frente a los realistas (ya Boves se había incorporado al lugar), desplegados en 3 columnas en una extensa sabana. Las hostilidades fueron iniciadas por Boves, cuando salió con su columna a enfrentarse a la que mandaba el coronel Bermúdez, al que ya había derrotado, quien ésta vez pudo rechazar el ataque. Este éxito inicial de los patriotas permitió a Ribas la colocación de sus hombres en línea de batalla, y con ellos cargó contra los realistas, quienes respondieron con intenso fuego de su poderosa artillería.
En este momento, ordenó Ribas que las columnas ¨Rompe líneas emprendieran el ataque contra la columna derecha enemiga bajo el mando de Boves.
Cuando Boves advirtió que su columna podía ser envuelta, salió del centro de su batallón precipitadamente y pereció en el choque. El Coronel Pedro Zaraza, que se la tenía jurada, y lo vigilaba, se adelantó hasta el caudillo español y aprovechó que el caballo se le encabritó, para traspasarlo con su lanza.
El movimiento de la caballería patriotas falló, porque la caballería¨, bajo el mando de Monagas, no pudo actuar, debido a que entraron en un pantano y quedaron inmovilizadas, lo que le dio la victoria a Morales que sustituyó a Boves sobre la marcha.
El resto de las fuerzas realistas bajo el mando de Morales, (centro e izquierda), cargaron contra la línea republicana que esperaba la entrada de su caballería, la envolvió, y con ello obtuvo la victoria. Las bajas fueron numerosas.
Tomada esta relación con adiciones mías de Google.
Dice don Vicente Lecuna, que fue la lanza de Zaraza, la que acabó con la vida de aquel terrible enemigo de nuestra libertad, y si lo dice don Vicente debe ser verdad, pero hay muchas versiones sobre este lance atribuido a Zaraza.

En Cumanacoa, donde Boves se ensañó contra algunos distinguidos ciudadanos, me contaba el cronista ex oficio de Cumanacoa, don Tranquilino Saud, que algunos deudos de aquellos hombres ilustres asesinados por Boves o sus soldados, envenenaron el caballo favorito de Boves: éste, inconsolable, buscó a los culpables y no los encontró, total que se fue como “alma que lleva el diablo” expresión de don Tranquilino.

“El indio Zaraza, me contó, venia persiguiendo a Boves, porque dizque le mató la mujer y un ganado en una finca que tenía en Guárico. Pues, “se juntó el hambre con las ganas de comer”, los hijos de los señores ajusticiados sumariamente en Cumanacoa, por orden de Boves, se le unieron y se fueron tras “El Taita”, hasta Urica. Y que dicen,  que al Indio no se le perdía un solo movimiento del caudillo español, y dio la casualidad, que en plena batalla, cantando victoria por todos lados,  el caballo que montaba Boves, que era muy arisco, y no estaba acostumbrado a la guerra, a cada rato se encabritaba, y el indio Zaraza, se le fue acercando, aprovechando que el caudillo no lo controlaba;  y cuando lo tuvo cerca, se le dio la oportunidad que esperaba,  el caballo se encabritó, se levantó en sus dos patas traseras, y Boves quedó indefenso, sosteniendo las riendas, cayendo hacia atrás,  entonces el indio Zaraza, como un tigre, salto de su caballo y le dio un lanzazo que lo atravesó de parte a parte, es decir, le entró por las costillas, por la espalda, y la lanza salió por el esternón, Boves y que le gritó: ¿Por qué me tiras por la espalda cobarde?; y Zaraza le respondió… ¿Y, como mataste tú a mi mujer, acaso la dejaste que rezara un padrenuestro?... ¡Perro asesino!... Copiado textualmente.   


 BOVES Y LANDAETA EN CUMANÁ.
ANÉCDOTA CONTADA POR EL PBRO. J. M. GUEVARA CARRERA.

El ALMA DE VENEZUELA.

            Los himnos nacionales inspiran siempre en los buenos patriotas un profundo sentimiento de respeto. Unas veces son, como la dulce voz de la madre, capaz de mitigar los más grandes dolores, otras como el grito angustioso con que ella advierte a sus hijos encontrarse en peligro, y siempre, un acento de la patria  que va rectamente al corazón.

            Cuando en un país extranjero llegan a nuestros oídos los primeros acordes de nuestro Himno Nacional, parece que nos tocase una corriente eléctrica que pone en conmoción todas las más delicadas fibras del sentimiento.
           
El Autor de nuestro Gloria al Bravo Pueblo, tiene su historia y es bueno hacerla popular. Corría el año 1814, los patriotas huían espantados ante el asombroso José Tomás Boves, ángel o demonio, dominador y exterminador, y fue entonces cuando el caraqueño Juan  Landaeta, compuso su épica e inspirada canción.

La canción inspiró a los patriotas, v tras ella fueron a derramar su sangre por la patria que nacía en nuestros corazones. Y con ella en los labios vinieron los vítores de la victoria. Con ella Bolívar, Mariño, Bermúdez y Sucre, derrotaron a Boves y al Mariscal Juan Manuel Cajigal, en Bocachica y en Carabobo. 

Pero en La Puerta se esfumaron los laureles del triunfo y vino la derrota y el derrotero. Boves ocupó todos los rincones de la Patria, y se estableció la barbarie. 
           
Landaeta envuelto en el vértigo de pavor de aquellos días, fue a buscar refugio a Cumaná, junto con otros músicos compañeros suyos: pero Cumaná cayó también bajo el mando militar del sanguinario José Tomás Boves; éste conocía la música de Landaeta, y promovió un baile, que tenía gusto, dijo, “la tocase la orquesta caraqueña”.

Esta orquesta fue de Monteverde y los patriotas la capturaron en Maturín.  Con ella entró Mariño a Cumana en 1813, y, Landaeta vino con la emigración liderada por el Libertador.

Empezada la fiesta corrió el rumor de que Boves abrigaba intenciones siniestras y mientas algunos pudieron ponerse a salvo, Landaeta fue hecho prisionero y condenado a muerte.

            Boves mandó copiar la canción “Gloria al Bravo Pueblo”, en una hoja de papel que atada a la cabeza de Landaeta, le servía de mofa, una especie de ridículo adorno o capirote, que lucía cuándo iba hacia el patíbulo entre la insolente  muchedumbre realista que se había congregado para festejar la criminal hazaña del bárbaro caudillo; así iba, arrastrado por la brutal soldadesca.

El patíbulo lucía su siniestra imagen frente a la Iglesia del Carmen, hoy Santa Inés, y es allí, donde debemos colocar una placa con letras de oro, que  lo recuerde y rinda  honor permanente al excelso músico, que nos llama a la vigilia patriótica, y nos inflama de amor y enardece a  nuestro pueblo.

Esta anécdota es cierta y fue contada por el mismo capellán de Boves, el Padre Llamozas; y así fue la muerte de éste caraqueño eternizado por el pueblo venezolano y admirado por el mundo entero, y, también es cierto que derramó su sangre por la patria en Cumaná en 1814, aunque otros autores lo cuentan para sus pueblos.   

            Juan Landaeta merece contarse entre los Padres de la Patria, pues en los acordes  que han inmortalizado su nombre supo encerrar el alma de Venezuela. 



CAPITULOS DE LA VIDA DE BOVES                                 
1.- SU ORIGEN Y PRIMERAS ARMAS
ANOS 1813 Y 1814
2.- EL BANDO DE GUAYABAL
3.-  SU PARTICIPACION CRIMINAL EN 1813 EN ARAGUA DE MATURIN
4.- COMBATE EN SANTA CATALINA
5.- DERROTADO EN LA BATALLA DE MOSQUITERO
6.- VICTORIOSO EN SAN MARCOS
7.- VICTORIOSO EN LA PRIMERA DE LA PUERTA
8.- DERROTADO Y HERIDO EN SAN MATEO
9.- SEGUNDA DERROTA EN SAN MATEO
10.- MANDA A DECAPITAR A PEDRO LÓPEZ EN GUAYABAL
11.- ES DERROTADO POR MARINO EN BOCACHICA
12.- BOLIVAR LO DERROTA EN COJEDES
13.- 1814-  OBTIENE LA BATALLA DECISIVA EN LA PUERTA CONTRA MARINO Y BOLIVAR
EL AZOTE DE DIOS
FORMA UN ESTADO APARTE
IBA MATANDO SIN DISTINCION DA ORDENES DE DEGUELLO
DECRETO LA PENA DE MUERTE
ESE MISMO ANO MUERE EN URICA.

1814.- Piar repliega de Carúpano sobre la plaza de Cumaná, y en su cercanía, en la quebrada de Los Frailes, o de los Caneyes, derrota al comandante  Pascualito, ocupando dicha plaza el mismo día 29 de setiembre de 1814. Piar, que había recibido orden de Rivas para proteger la retirada de la emigración caraqueña, lejos de cumplirla, y alentado por el triunfo en la Quebrada de Los Frailes, se quedó en Cumaná, y en la Sabana del Salado esperó a Boves, que venía triunfante de La Puerta. Grande fue la derrota que sufrieron los patriotas: una parte de ellos tomó la vía hacia Carúpano, en compañía de Piar, Azcúe, Rivero, Peñaloza y Carlos Núñez; los demás, al mando de Villarroel, fueron a situarse a Cumanacoa. Allí murieron los patriotas coroneles Dionisio Sánchez de Gordón y León Mejía. Entre el combate y vecinos de la ciudad hubo como mil víctimas de los republicanos, de los cuales se recuerdan: a Pedro Avendaño y Vicente Sucre, muertos en el Hospital de Lázaros; a Rosa y Carmen Mercié, sacrificadas por el oficial criollo, al servicio de Boves, Pedro Rondón (a) Maruto, sobre la tarima del altar del Carmen en la Iglesia de Santa Inés; a Don Baltazar de la Cova, Domingo Pantaleón García y Carlos Malaret. 16 de octubre de 1814.

Nota.- Boves entra a Cumaná.
Es la más extraordinaria y sangrienta acción de armas realizada en Cumaná. Tuvo como escenario la Sabana de “El Salado”. El bárbaro José Tomás Boves, derrota al General Manuel Carlos Piar,  y  entra a “sangre y fuego” a la ciudad de Cumaná; 3000 jinetes hambrientos de sangre  contra 1500 defensores, la mayor parte de infantería. 
El General Manuel Piar, cumpliendo órdenes del General en Jefe Santiago Mariño, Jefe del Ejército Libertador de Oriente, que no debe sacrificarse y que tiene que encargarse de la emigración de los patriotas a Guiria. Previendo la derrota, Piar sale al encuentro del enemigo que lo duplica en arbitrios para una batalla, y espera la embestida en las sabanas de ‘’El Salado’’, a la entrada de la ciudad por el Oeste.
Va acompañado de un formidable Estado Mayor, y  contando con los mejores guerreros orientales: José Francisco Bermúdez, José Maria, Gerónimo y Antonio José de Sucre, Andrés Rojas, Agustín Armario, los hermanos Ortiz, Azcue, Villarroel, Barreto, José Ribero, José Carlos Peñaloza, Domingo Montes,  Francisco Mejía, Manuel Vicente Parejo, Zaraza, Garván, Guillermo Román, Juan José Quintero y sus hermanos, Carlos Núñez, algunos como jefes de batallones  y otros de sus propios batallones, y cien nombres más para la historia.
El combate se desarrolla entre el brazo del rio que salía por él Oeste, profundos caños,  los humedales propios de la zona  y la sabana de San Luis, que se extendía por todo el noroeste de Cumaná; Piar trata de contener el avance de Boves, y le causa considerable daño en emboscadas y atinados avances,  que irritan, indignan,  y tocan el amor propio del temible guerrero.
Piar con conocimiento del terreno, abre sus fuerzas en pequeños grupos de fusileros,  le impide el paso durante 9 sangrientas horas, con el propósito de que los patriotas abandonaran la ciudad, como en efecto se logró, lo que se conoce como “La emigración a Guiria”.
Sabiéndose perdido superado y dolido por el número de muertos y heridos que fueron rematados sin piedad; pero cumplido su propósito de salvar la vida de miles de ancianos, mujeres y niños, con aquella estrategia, anocheciendo abandona el combate y sale para Margarita con la mayor parte de sus combatientes.
Los hermanos Sucre con Bermúdez  y muchos más van hacia Maturín. 
Boves, el sanguinario campeón de España entra a Cumaná, aclamado por sus partidarios que muy pronto se van a arrepentir y demasiado tarde.
 Boves después de arruinar a Barcelona, bañándola en sangre y fuego; en Cumaná sacrifica al pueblo realista incrédulo, que sale a recibirlo entre cantos y aclamaciones.
El Comandante Quijada citado por Hernán Muñoz Villafuerte en su obra ‘’Historia de San Felipe de Austria de Cariaco’’ dice que Boves atacó con crueldad a la población especialmente con los emigrados que allí se habían refugiado. Diariamente llevaba a los barrancones del río multitud de estos infelices los ultimaban a lanzazos y los arrojaban al agua método que tambien habia seguido en Aragua y en Barcelona por la facilidad de desembarazarse de los cadáveres.
Ríos de sangre corren por las calles de Cumaná; en la iglesia del Carmen son acuchilladas en una orgía de sangre, quinientas damas, madres de respetables familias, por las hordas desatadas  de Boves. Según cuenta el propio capellán de su ejército, el padre Ambrosio Llamozas, la mayor parte eras partidarias del realismo. Este sacerdote acompañó a Boves desde enero de 1814, desde la matanza de san Marcos, en la toma de San Juan de Los Morros, en Villa de Cura, San Mateo, Valencia, Caracas y Barcelona.  En todas esas plazas procedió de igual forma. Se calcula en 2000 el total de sacrificados en Cumaná, ríos de sangre corrió por sus calles y el río, por lo que fue bautizada “Cartago de América”.
Un hermano, Vicente, y una hermana del Mariscal, Magdalena, que luchó al lado de Piar, se contaron entre los muertos.
            1814.- En Cumaná celebra Boves un baile en la casa de la familia Andrade al cual asistieron por apremiante imposición, como parejas, damas escogidas al intento de las familias que lloraban en ese día de la entrada de Boves la muerte de  algunos de sus deudos. Después de terminado el acto fueron fusilados la mayor parte de los músicos que eran patriotas, figurando entre los asesinados Juan Landaeta, autor del Himno Nacional,  y Antonio Caro de Boesi, que había venido en la emigración caraqueña

            Notas.- Los himnos nacionales inspiran siempre en los buenos patriotas un profundo sentimiento de respeto. Unas veces son, como la dulce voz de la madre, capaz de mitigar los más grandes dolores, otras como el grito angustioso  con que ella advierte a sus hijos encontrarse en peligro, y siempre, un acento de la patria  que va rectamente al corazón.

            Cuando en un país extranjero llegan a nuestros oídos los primeros acordes  de nuestro Himno Nacional, parece que nos tocase una corriente eléctrica que pone en conmoción todas las más delicadas fibras del sentimiento.
           
El Autor de nuestro Gloria al Bravo Pueblo,  tiene su historia y es bueno hacerla popular. Corría el año 1814, los patriotas huían espantados ante el asombroso  José Tomás Boves, ángel o demonio,  dominador y exterminador, y fue entonces cuando el caraqueño Juan  Landaeta, compuso su épica e inspirada canción.

La canción que inspiró a nuestros guerreros, v tras ella fue a derramar su sangre por la patria que nacía en nuestros corazones. Y con ella en los labios vinieron los vítores y la victoria. Bolívar, Mariño, Bermúdez y Sucre, derrotaron a Boves y al Mariscal Juan Manuel Cajigal, en Bocachica y la primera de  Carabobo. 

Pero en la batalla de  “La Puerta” se esfumaron los laureles del triunfo y vino la derrota y el derrotero. Boves ocupó todos los rincones de la Patria, y se estableció la barbarie.  Landaeta envuelto en el vértigo de pavor de aquellos días, se acogió a la Emigración,  fue a buscar refugio a Cumaná, junto con otros músicos compañeros suyos: pero Cumaná cayó también bajo el mando militar del sanguinario José Tomás Boves; éste conocía la música de Landaeta,  y promovió un baile, que tenía gusto, dijo, “la tocase la orquesta caraqueña”.

Esta orquesta fue de Monteverde y los patriotas la capturaron en Maturín.  Con ella entró Mariño a Cumana en 1813, y, Landaeta vino con la emigración liderada por el Libertador.

Empezada la fiesta corrió el rumor  de que Boves abrigaba intenciones siniestras y mientas algunos pudieron ponerse a salvo, Landaeta fue hecho prisionero y condenado a muerte.

            Boves mandó copiar la canción  “Gloria al Bravo Pueblo”, en una hoja de papel que atada a la cabeza de Landaeta,  le servía de mofa, una especie de ridículo adorno o capirote, que lucía cuándo iba hacia el patíbulo entre la insolente  muchedumbre realista que se había congregado para festejar la criminal hazaña del bárbaro caudillo; así iba, arrastrado por la brutal soldadesca.

El patíbulo lucía su siniestra imagen frente a la Iglesia del Carmen, hoy Santa Inés, y es allí, donde debemos colocar una placa con letras de oro, que  lo recuerde y rinda  honor permanente al excelso músico, que nos llama a la vigilia patriótica, y nos inflama de amor y enardece a  nuestro pueblo.

Esta anécdota es cierta y fue contada por el mismo capellán de Boves, el Padre Llamozas; y así fue la muerte de éste caraqueño eternizado por el pueblo venezolano y admirado por el mundo entero, y,  también es cierto que derramó su sangre por la patria en Cumaná en 1814, aunque otros autores lo cuentan para sus pueblos.   

            Juan Landaeta merece contarse entre los Padres de la Patria, pues en los acordes  que han inmortalizado su nombre supo encerrar el alma de Venezuela. 

1814.- En Cumanacoa, Cariaco y otros puntos de la provincia se ejecutan de orden de Boves muchos asesinatos hasta principios de noviembre de 1814.
Muertos en Cumanacoa: Pedro Barreto González, Don Domingo Márquez que era Comisario del Ejército de Oriente, fue alanceado en la noche del 3 de noviembre de 1814, y el licenciado Julián Padilla Morón.

Nota.- Don Pedro Elías Marcano no menciona para nada la batalla de Urica, no estaba entre sus objetivos pero yo no puedo seguir adelante sin tomarla en consideración. 
Ésta acción táctica militar de la Guerra de Independencia venezolana librada en el pueblo de “Urica”, en la provincia de Cumaná. Donde se enfrentaron el general en jefe José Félix Ribas (por los republicanos) y José Tomás Boves (por los realistas); donde triunfaron los españoles, pero tuvo como desenlace final,  la muerte de Boves, que ya fue una mayor victoria para la causa de la independencia.
Dice el manual de la guerra, que luego de la victoria obtenida por Boves en Los Maguelles (9-11-1814) contra el coronel José Francisco Bermúdez, que lo obligaba a pelear, el caudillo asturiano se dirigió con su ejército  por la vía de Nuevo Mundo al sitio de  “Urica”, a reunirse con su segundo, el coronel Francisco Tomás Morales, quien desde “Santa Rosa” había marchado hacia aquella zona.
Por su parte, Bermúdez, retornaba a Maturín, donde el general en jefe José Félix Ribas, dispuso la ejecución de la ofensiva contra los realistas en “Urica”; operación que no se había llevado a cabo debido a la decisión de Bermúdez de ir a “Los Maguelles” a sorprender a Boves.
Para esta empresa contaba Ribas con 2.000 hombres, entre los cuales se destacaban varios campeones patriotas: Bermúdez, Antonio José de Sucre, José Tadeo Monagas y José Gregorio Monagas, Andrés Rojas, Agustín Armario, Pedro Zaraza, Manuel Cedeño, Francisco Parejo y otros.
Al llegar al sitio de El Areo, procedió Ribas a la formación de 2 columnas de caballería de 180 hombres, las cuales recibieron el nombre de “Rompelíneas”, con Monagas y Zaraza de comandantes.
Después de efectuar todos los preparativos para la batalla, el destacamento patriota marchó durante la noche del 4 al 5 de diciembre, para amanecer en “Urica” frente a los realistas (ya Boves se había incorporado al lugar), desplegados en 3 columnas en una extensa sabana. Las hostilidades fueron iniciadas por Boves, cuando salió con su columna a enfrentarse a la que mandaba el coronel Bermúdez, al que ya había derrotado, quien ésta vez pudo rechazar el ataque. Este éxito inicial de los patriotas permitió a Ribas la colocación de sus hombres en línea de batalla, y con ellos cargó contra los realistas, quienes respondieron con intenso fuego de su poderosa artillería.
En este momento, ordenó Ribas que las columnas Rompelíneas emprendieran el ataque contra la columna derecha enemiga bajo el mando de Boves.
Cuando Boves advirtió que su columna podía ser envuelta, salió del centro de su batallón precipitadamente y pereció en el choque. El Coronel Pedro Zaraza, que se la tenía jurada, y lo vigilaba, se adelantó hasta el caudillo español y aprovechó que el caballo se le encabritó, para traspasarlo con su lanza.
El movimiento de la caballería patriotas falló, porque la caballería bajo el mando de Monagas, no pudo actuar, debido a que entraron en un pantano y quedaron inmovilizadas, lo que le dio la victoria a Morales que sustituyó a Boves sobre la marcha
El resto de las fuerzas realistas bajo el mando de Morales, (centro e izquierda), cargaron contra la línea republicana que esperaba la entrada de su caballería, la envolvió, y con ello obtuvo la victoria. Las bajas fueron numerosas.
Tomada esta relación con adiciones mías de Google.
Dice don Vicente Lecuna,  que fue la lanza de Zaraza, la que acabó con la vida de aquel terrible enemigo de nuestra libertad, y si lo dice don Vicente debe ser verdad, pero hay muchas versiones sobre este lance atribuido a Zaraza.

En Cumanacoa, donde Boves se ensañó contra algunos distinguidos ciudadanos, me contaba el cronista ex oficio de Cumanacoa,  don Tranquilino Saud, que algunos deudos de aquellos hombres ilustres asesinados por Boves o sus soldados, envenenaron el caballo de Boves, este inconsolable buscó a los culpables y no los encontró, total que se fue como “alma que lleva el diablo” expresión de don Tranquilino.

“El indio Zaraza, venia persiguiendo a Boves, porque dizque le mató la mujer y un ganado en una finca que tenía en Guárico. Pues, “se juntó el hambre con las ganas de comer”, los hijos de los señores ajusticiados sumariamente en Cumanacoa  por Boves, se le unieron y se fueron tras “El Taita”, hasta Urica. Dicen que al Indio no se le perdía un solo movimiento del caudillo español, y dio la casualidad, que en plena batalla, cantando victoria por todos lados,  el caballo que montaba Boves, que era muy arisco, y no estaba acostumbrado a la guerra, a cada rato se encabritaba, y el indio Zaraza, se le fue acercando, aprovechando que el caudillo no lo controlaba;  y cuando lo tuvo cerca, se le dio la oportunidad que esperaba,  el caballo se encabritó, se levantó en sus dos patas traseras, y Boves quedó indefenso, sosteniendo las riendas, cayendo hacia atrás,  entonces el indio Zaraza,  como un tigre, salto de su caballo y le dio un lanzazo que lo atravesó de parte a parte, es decir, le entró por las costillas, por la espalda, y la lanza salió por el esternón, Boves y que le gritó: ¿Por qué me tiras por la espalda cobarde?; y Zaraza le respondió… Y, como mataste tú a mi mujer, acaso la dejaste que rezara un padrenuestro?... ¡Perro asesino!... Copiado textualmente.   


 BOVES Y LANDAETA EN CUMANÁ.
ANÉCDOTA CONTADA POR EL PBRO. J. M. GUEVARA CARRERA.

El ALMA DE VENEZUELA.

            Los himnos nacionales inspiran siempre en los buenos patriotas un profundo sentimiento de respeto. Unas veces son, como la dulce voz de la madre, capaz de mitigar los más grandes dolores, otras como el grito angustioso  con que ella advierte a sus hijos encontrarse en peligro, y siempre, un acento de la patria  que va rectamente al corazón.

            Cuando en un país extranjero llegan a nuestros oídos los primeros acordes  de nuestro Himno Nacional, parece que nos tocase una corriente eléctrica que pone en conmoción todas las más delicadas fibras del sentimiento.
           
El Autor de nuestro Gloria al Bravo Pueblo,  tiene su historia y es bueno hacerla popular. Corría el año 1814, los patriotas huían espantados ante el asombroso  José Tomás Boves, ángel o demonio,  dominador y exterminador, y fue entonces cuando el caraqueño Juan  Landaeta, compuso su épica e inspirada canción.

La canción inspiró a los patriotas, v tras ella fueron a derramar su sangre por la patria que nacía en nuestros corazones. Y con ella en los labios vinieron los vítores de la victoria. Con ella Bolívar, Mariño, Bermúdez y Sucre, derrotaron a Boves y al Mariscal Juan Manuel Cajigal, en Bocachica y en Carabobo. 

Pero en La Puerta se esfumaron los laureles del triunfo y vino la derrota y el derrotero. Boves ocupó todos los rincones de la Patria, y se estableció la barbarie. 
           
Landaeta envuelto en el vértigo de pavor de aquellos días, fue a buscar refugio a Cumaná, junto con otros músicos compañeros suyos: pero Cumaná cayó también bajo el mando militar del sanguinario José Tomás Boves; éste conocía la música de Landaeta,  y promovió un baile, que tenía gusto, dijo, “la tocase la orquesta caraqueña”.

Esta orquesta fue de Monteverde y los patriotas la capturaron en Maturín.  Con ella entró Mariño a Cumana en 1813, y, Landaeta vino con la emigración liderada por el Libertador.

Empezada la fiesta corrió el rumor  de que Boves abrigaba intenciones siniestras y mientas algunos pudieron ponerse a salvo, Landaeta fue hecho prisionero y condenado a muerte.

            Boves mandó copiar la canción  “Gloria al Bravo Pueblo”, en una hoja de papel que atada a la cabeza de Landaeta,  le servía de mofa, una especie de ridículo adorno o capirote, que lucía cuándo iba hacia el patíbulo entre la insolente  muchedumbre realista que se había congregado para festejar la criminal hazaña del bárbaro caudillo; así iba, arrastrado por la brutal soldadesca.

El patíbulo lucía su siniestra imagen frente a la Iglesia del Carmen, hoy Santa Inés, y es allí, donde debemos colocar una placa con letras de oro, que  lo recuerde y rinda  honor permanente al excelso músico, que nos llama a la vigilia patriótica, y nos inflama de amor y enardece a  nuestro pueblo.

Esta anécdota es cierta y fue contada por el mismo capellán de Boves, el Padre Llamozas; y así fue la muerte de éste caraqueño eternizado por el pueblo venezolano y admirado por el mundo entero, y,  también es cierto que derramó su sangre por la patria en Cumaná en 1814, aunque otros autores lo cuentan para sus pueblos.   

            Juan Landaeta merece contarse entre los Padres de la Patria, pues en los acordes  que han inmortalizado su nombre supo encerrar el alma de Venezuela. 



HOJA TÉCNICA DE JOSÉ TOMÁS BOVES.
1.- SU ORIGEN Y PRIMERAS ARMAS
ANOS 1813 Y 1814
2.- EL BANDO DE GUAYABAL
3.-  SU PARTICIPACION CRIMINAL EN 1813 EN ARAGUA DE MATURIN
4.- COMBATE EN SANTA CATALINA
5.- DERROTADO EN LA BATALLA DE MOSQUITERO
6.- VICTORIOSO EN SAN MARCOS
7.- VICTORIOSO EN LA PRIMERA DE LA PUERTA
8.- DERROTADO Y HERIDO EN SAN MATEO
9.- SEGUNDA DERROTA EN SAN MATEO
10.- MANDA A DECAPITAR A PEDRO LÓPEZ EN GUAYABAL
11.- ES DERROTADO POR MARINO EN BOCACHICA
12.- BOLIVAR LO DERROTA EN COJEDES
13.- 1814-  OBTIENE LA BATALLA DECISIVA EN LA PUERTA CONTRA MARINO Y BOLIVAR
EL AZOTE DE DIOS
FORMA UN ESTADO APARTE
IBA MATANDO SIN DISTINCION DA ORDENES DE DEGUELLO
DECRETO LA PENA DE MUERTE
ESE MISMO ANO MUERE EN URICA.
Nacido en la calle ¨Postigo¨ Asturias, hijo de Manuel Boves y Manuela de la Iglesia. Su padre falleció cuando tenía apenas cinco años por lo que tanto su madre como sus dos hermanas tuvieron que trabajar de criadas.4 Cursó estudios de Náutica y Pilotaje en el recién inaugurado Real Instituto Asturiano de Náutica y Mineralogía entre 1794 y 1798, de donde pasó a prestar servicio en la Real Armada Española y en buques mercantes o de correos y paso a Venezuela. Se vio involucrado en delitos de contrabando disque por la necesidad de ayudar a mantener a su familia en España,4 fue juzgado y sentenciado a 8 años de prisión y deportado al castillo de Puerto Cabello, en la entonces Capitanía General de Venezuela. Gracias a que Lorenzo Joves, amigo de su padre, le consiguió los servicios del abogado criollo venezolano Juan Germán Roscio, futuro primer vicepresidente de la Gran Colombia, vio conmutada su pena de prisión por la de destierro a la Villa de Calabozo.
Después de cumplida su sentencia, se asentó en la región de los Llanos donde abrió una pulpería, actividad considerada infame por los mantuanos de Caracas.
Ampliando luego sus actividades comerciales, con el tráfico de ganado cimarrón o salvaje. Se sintió rechazado por la aristocracia criolla y se refugió en el pueblo llanero,  formado por negros, mulatos, mestizos e indios, a los que trataba como iguales;  y por lo que ellos empezaron a llamarle Taita (papá).4 Allí contrajo nupcias con la mulata María Trinidad Bolívar,  con la que tuvo un hijo (José Trinidad Bolívar).
En cuanto a su semblanza física, Boves es frecuentemente descrito como grueso de cuerpo, cabeza grande de frente alta y chata, barba rojiza, rubio y «hundidos ojos azules de los que emanaba una clara mirada con fulgores primitivos».6
Al estallar la Guerra de Independencia de Venezuela en 1810, Boves intenta unirse a la causa independentista, apoyándola económicamente con su patrimonio.4 A pesar de su experiencia militar y de su habilidad como jinete, su solicitud de un mando militar fue rechazada por los criollos de Caracas debido al desprecio a su condición social. Inesperadamente, fue acusado de traidor y sentenciado a muerte en San Carlos, posiblemente por enemigos personales. Su pulpería fue saqueada y quemada y su mujer asesinada delante de su hijo. Finalmente, fue liberado en Calabozo por los jefes militares realistas Eusebio Antoñanzas y Antonio Zuazola, cuando estos tomaron la ciudad el 20 de mayo de 1812. A continuación, se unió a la columna de vanguardia del ejército de Domingo de Monteverde (1773-1832) bajo el mando de Antoñanzas.7 8
Participó en la sangrienta toma y saqueo de San Juan de Los Morros el 23 de mayo, destacando por su valor. Gracias a esto, fue nombrado comandante del Cuerpo Urbano de Calabozo, unidad de milicianos a caballo.9 Poco después, el 29 de julio Monteverde entraba en la capital venezolana y la Primera República quedaba liquidada.

En 1813, Bolívar desde Colombia invade, derrota a los españoles y libera a Venezuela, en lo que se ha llamado La Campaña Admirable. 

Entre tanto, la unidad de Boves se unía al ejército de Juan Manuel de Cajigal y Martínez (1757-1823), segundo de Monteverde, que marchaba al oriente, dónde Mariño con otro grupo de patriotas exiliados en otra campaña similar a  la de Bolívar, el 13 de enero de 1813 desembarcó por Güiria bajo el mando de Santiago Mariño (1788-1854), Manuel Piar (1774-1817) y José Francisco Bermúdez (1782-1831), derrotaron fuerzas españolas y éstos clamaban por auxilio.
Los patriotas establecieron su base de operaciones en Maturín, infringiendo derrotas sucesivas a los españoles, el 20 de marzo11 de abril y 25 de mayo, fracasando los españoles en las tres ocasiones. Por este motivo la ciudad fue llamada por Bolívar Tumba de los Tiranos.  Tras el tercer y último fracaso, a cuyo frente estuvo el General Domingo de  Monteverde, que no solo resultó derrotado, sino que fue humillado y desprestigiado, después de haber llegado a la cumbre más  alta y glamorosa  en honores que le tributo el Imperio tras la rápida reconquista de  la provincia de Venezuela. 

 Entonces todo el poder Imperial pasó a manos del General Juan Miguel Cajigal ex capitán general de la Provincia de Cumaná, Cajigal abandonó la idea de tomar Maturín; Y Ordenó a Boves ir con su unidad de setecientos jinetes a los Llanos y reclutar a todos los locales que pudiera en nombre del rey.10
 Pronto Boves utilizó un discurso muy demagógico contra las élites clasistas y racistas bajo el lema ¡Guerra a los blancos explotadores del pardo y del indio! ¡Las tierras de los blancos para los pardos!,11 unidas a promesas de botín, revancha y ascenso social llevaron a que en octubre, apenas dos meses después del inicio de su guerrilla, tuviera bajo su mando más de 2.000 hombres, y para diciembre alcanzaran los 3.000, momento en que envió a su segundo, Francisco Tomás Morales (1781-1845), a reclutar más hombres en la provincia de Guayana.12 Después de la segunda captura de Calabozo dispondrá, según los informes del oidor de la Real Audiencia de Caracas e inmigrante dominicano, José Francisco de Heredia y Mieses (1766-1820), de 20.000 lanzas llaneras.13 14 Boves castigaba con dureza a los desertores, imponía una férrea disciplina y vivía con y como sus hombres.15Sus tropas, aunque inicialmente actuaron como montoneras que obligaban a sus enemigos a dispersarse por la región, llegado cierto punto actuaron como un ejército capaz de vencer a tropas regulares en batallas campales.16
El 6 de agosto Bolívar entró en Caracas y se proclamó la Segunda República, pero aún quedaban núcleos de resistencia dispersos por Venezuela. Según una estimación oficial de los revolucionarios del 11 de enero de 1814, había 2.200 realistas en la provincia de Coro con Carlos Miguel Salomón, 500 en San Felipe a cargo de José de Milliet, 1.500 en Apure con José Antonio Yáñez y Sebastián de la Calzada y 2.000 en Calabozo a cargo de José Tomás Boves.17 Extrañamente, Boves y el otro caudillo llanero realista, Yáñez, nunca unieron sus fuerzas. Al parecer, cada uno prefería operar de manera independiente: Boves en los llanos de Calabozo (provincia de Caracas) y Yáñez en la provincia de Barinas.18
Caudillo militar[editar]
Su primera acción militar de importancia sucedió en el caño de Santa Catalina el 21 de septiembre, con 800 jinetes emboscó a una pequeña unidad republicana enviada desde Calabozo en su búsqueda.18 Los prisioneros en su mayoría fueron lanceados.19 Al día siguiente entraba en Calabozo por primera vez.
El gobierno republicano de Caracas no tardó en reaccionar y el general Vicente Campo Elías (1759-1814) fue enviado a derrotar a la guerrilla monárquica con 500 infantes y 1.000 jinetes.20 Boves salió a su encuentro con 1.000 infantes y 1.500 jinetes21 para caer en una trampa que Campo Elías le tendió en la sabana de Mosquiteros. El caudillo escapó con Morales y apenas 17 seguidores.22
Boves parecía acabado pero volvería a resurgir gracias a la dura represión que desataron las tropas republicanas contra los habitantes de los Llanos y a la captura de esclavos fugitivos que vivían ocultos en la región desde el colapso de la Primera República (un momento caótico en que muchos negros aprovecharon para huir de las plantaciones de la costa, precisamente, una de las misiones de Campo Elías era recuperarlos).23 También se daban numerosos casos en que peones y esclavos reclutados a la fuerza en la costa desertaban y se sumaban a las huestes llaneras.24 Estas acciones supusieron el completo rechazo de la población llanera a la naciente república, convirtiéndose la lucha por la Independencia en una guerra de castas.
Finalmente, el 1 de noviembre publicaba un famoso bando en Guayabal llamando a las clases populares a tomar las armas contra los mantuanos en nombre de «el Rey, la Religión y la Santa Causa»; se iniciaba así el periodo más brutal de la guerra venezolana y que no conocería fin hasta la llegada de la expedición de Morillo:25
Don José Tomás Boves, comandante en Jefe del Ejército de Barlovento, etcétera.
Por la presente doy comisión al capitán José Rufino Torrealva para que pueda reunir cuanta gente sea útil para el servicio, y puesto a la cabeza de ellos pueda perseguir a todo traidor y castigarlo con el último suplicio; en la inteligencia que sólo un creo (sic) se le dará para que encomiende su alma al Creador, previendo que los intereses que se recojan de estos traidores serán repartidos entre los soldados que defiendan la justa y santa causa, y el mérito a que cada individuo se haga acreedor será recomendado al señor Capitán Comandante General de la Provincia. Y pido y encargo a los comandantes de las tropas del rey le auxilien en todo lo que sea necesario.
Cuartel General del Guayabal, noviembre 1º de 1813.
26
Poco después Campo Elías y el grueso de sus hombres partió al noroeste para participar en la batalla de Araure el 5 de diciembre, lo que fue aprovechado por Boves para reunir un nuevo ejército.
Unidos en torno a Boves y con una bandera pirata como principal estandarte,27 un cuerpo de 4.000 llaneros aniquilo a la columna del coronel Pedro Aldao en el paso de San Marcos.28 Aldao terminó con su cabeza clavada en una pica.29 Esta victoria permitió la recuperación de Calabozo, ciudad que fue saqueada el 14 de diciembre. En la matanza se contaron entre las víctimas a un centenar de realistas peninsulares que salió a recibirlo.30 Posteriormente, la urbe se convertiría en la base de operaciones del asturiano.31
Campaña de los Valles de Aragua y del Tuy[editar]
Boves decidió avanzar con 3.000 infantes y 4.000 jinetes hacia los valles del Tuy y de Aragua;32 solo 600 tenían fusiles, el resto lanzas.33 Otras fuentes dicen que eran 2.000 fusileros, 1.100 lanceros a pie y 3.700 a caballo.34 Su objetivo era llegar a Valencia y Caracas aprovechando que Bolívar estaba ocupado asediando Puerto Cabello, pero antes debería forzar la sierra de La Puerta, donde estaba atrincherado Campo Elías. Ahí encontró su venganza por la derrota de Mosquiteros aniquilando al ejército rival el 3 de febrero de 1814. Sin embargo, poco después el caudillo comprobó la vulnerabilidad de sus milicias al intentar asaltar plazas fortificadas. Fue rechazado el día 12 al atacar La Victoria donde destacaron como defensores los universitarios y seminaristas locales, motivo de que en Venezuela se conmemore esa fecha como el Día de la Juventud. A pesar de todo, la peor derrota fue el asedio al que sometió a San Mateo. Tres veces, los días 28 de febrero, 20 y 25 de marzo, intentó romper la defensa dirigida por Bolívar sin conseguirlo. La derrota le costó más de un millar de muertos.35 Durante el asedio entró a caballo en la mansión de la familia Bolívar y grabó su nombre en la puerta del vestíbulo con un cuchillo.36 Mientras, el coronel Francisco Rosete había sido enviado con 2.000 soldados a arrasar los valles del Tuy a su paso, cometiendo una brutal masacre en Ocumare el 11 de febrero.37 Posteriormente, ambos reunieron sus fuerzas, alrededor de 4.000 hombres, casi todos a caballo.38 La infantería llanera, que estaba a cargo del asalto de las ciudades, había resultado aniquilada.
Ante la propuesta del arzobispo Coll y Prat de mediar en una guerra cada vez más violenta, Bolívar se limitó a responder «ante la salud de la Patria, no puedo estar cediendo a mis sentimientos de humanidad» en una carta escrita en Valencia el 8 de febrero.6
Bolívar, tras conocer la derrota de La Puerta, temeroso de que 1400 prisioneros y heridos peninsulares o de afinidad realista se alzaran en armas para sumarse a Boves, ordenó la matanza de 1253 monárquicos que se encontraban en las cárceles de Caracas y el hospital de La Guaira entre los días 13 y 16 del mes de febrero, siguiendo las pautas del Decreto de Guerra a Muerte.39 Las ejecuciones se daban principalmente en la mañana y el atardecer en la Plaza de Armas, la de San Pablo, La Trinidad y el Matadero, lugares que resultaron cubiertos de sangre y restos humanos como evidencias de lo sucedido ahí.40 Los prisioneros usualmente eran apuñalados o macheteados en largas agonías para ahorrar municiones, los más afortunados simplemente terminaban degollados o con sus cabezas aplastadas con grandes piedras. En La Guaira se insultaba a los prisioneros ordenándoles llevar el haz de leña con que quemarían su cadáver después. En aquellos espectáculos macabros, mujeres locales bailaban ebrias sobre los cuerpos inertes.
Derrotado en San Mateo, Boves se enteró de que Mariño marchaba con un ejército para liberar a Bolívar de su asedio y decidió salir a su encuentro antes de que ambos unieran sus fuerzas. Lo enfrentó el 31 de marzo en la sabana de Bocachica, cerca de Villa de Cura.41 Las feroces cargas de caballería llanera fueron incapaces de romper las líneas de la infantería y artillería republicanas. La batalla terminó cuando ambos bandos agotaron sus municiones, el comandante realista se retiró con 3.000 sobrevivientes alGuárico,42 43 región llanera intransitable para sus enemigos, donde su ejército podía subsistir y recuperarse gracias a su conocimiento del terreno y sus recursos como del apoyo de la población.44 Mariño, viendo a sus tropas agotadas, se negó a perseguirlo, posteriormente se reunió con Bolívar, hubo fricciones entre ambos de inmediato y para evitar un conflicto mayor se nombró jefe del Estado Mayor a Rafael Urdaneta (1788-1845) quien acompañó a Mariño en sus acciones.45
Durante su retirada Boves se encontró con José Ceballos mientras éste asediaba Valencia, tras ser informado de los sucesos de Bocachica Ceballos levanto el asedio y se retiró con su ejército a San Carlos (3 de abril). Mariño, envalentonado por su victoria, le atacó en la sabana de Arao el 16 de abril a pesar de los consejos de Urdaneta; al carecer de municiones estuvo a punto de sufrir un desastre militar. Tras esto, finalmente, reconoció la necesidad de unir fuerzas con su rival, Bolívar.
La rivalidad entre el Libertador-Dictador del Occidente (Bolívar) y el Libertador-Dictador del Oriente (Mariño) se empezó a notar tras la acusación de este último al otro culpándole de la ola masiva de deserciones,46 47 en efecto, su ejército se había reducido de 4.000 soldados justo antes de Bocachica a solo 2.000 tras Arao.48 Aunque el mando de jure estaba a cargo de Bolívar, de facto estaba dividido entre ambos caudillos rivales, algo muy frecuente en las primeras etapas de las guerras independentistas y que fue clave en su derrota.49 A esto hay que sumar las diferencias en la composición de ambas tropas: los soldados de Bolívar eran andinos y los de Mariño eran costeros.50 Sin embargo, el ejército reunido era poderoso, 5.000 combatientes experimentados y apertrechados acantonados en Valencia, incluidos 2.000 reclutas caraqueños.51 Entre tanto, Ceballos, tenía solo 2.500 hombres después de Arao52 y había sido reforzado por solo 400 jinetes apureños y la pequeña escolta que trajo Cajigal desde Coro, es probablemente que no tuviera más de 3.000 hombres para hacer frente.53 Por eso el historiador José Manuel Restrepo (1781-1863) estimó en 3.000 combatientes por bando al llegar el enfrentamiento decisivo en la sabana de Carabobo, rechazando las cifras tradicionales de 6.000 realistas y 5.000 republicanos.54
La batalla se libró el 28 de mayo. El ejército monárquico asumió una postura defensiva, negándose a avanzar contra el enemigo, esperando que Boves llegara a reforzarle pero nunca paso. Finalmente, Bolívar atacó con sus tropas, la victoria republicana parecía decisiva. Entre muertos, heridos y prisioneros los realistas habían perdido unos tres mil soldados; fueron capturados también cuatro mil caballos, cinco mil fusiles, toda la artillería y el parque completo.55 Ceballos escapo a Coro (región que había aportado el mayor número de soldados al ejército destruido) y Cajigal a Apure, donde logró reclutar una hueste de 3.000 jinetes con los que apoyo la ofensiva de Boves posteriormente.56 Pero en esos momentos la única fuerza realista capaz de enfrentarse a Bolívar era la hueste irregular que reunía Boves en el Guárico, no obstante, el Libertador no marchó inmediatamente contra él con todas sus fuerzas, en su lugar dividió a su ejército enviando 700 hombres con Urdaneta al oeste, 1.100 soldados a perseguir a Cajigal y Ceballos para que no auxiliaran al asturiano, 700 con él mismo volvieron a Caracas a calmar la situación política y conseguir refuerzos y 2.300 con Mariño a finiquitar a Boves.55
Ribas crítico al Libertador por dispersar sus fuerzas. Lo cierto es que había una razón política detrás: la posición de Bolívar dependía del apoyo de sus oficiales y soldados ya que el grueso del pueblo seguía siendo realista, debido a ello decidió dejar satisfechos a sus lugartenientes dándoles mandos independientes.6 Acababa de cometer el error de subestimar al caudillo de los Llanos.
Este último, a pesar de las peticiones de ayuda de Cajigal, se negó a involucrarse en la campaña de Carabobo, aprovechando el tiempo para conseguir refuerzos y apertrechar a sus tropas.57 Había recibido armas y suministros por vía fluvial, armado a nuevos reclutas y recuperado la moral de su milicia58 organizando una flotilla encargada de traerle armas en secreto desde las Antillas.59 Se levantó así un nuevo ejército llanero en Calabozo, dos o tres mil soldados a pie y cuatro o cinco mil a caballo. En total ocho mil hombres.10 60 61
Poco antes de la batalla decisiva, el asturiano envió al arzobispo Coll y Prat a negociar con Bolívar. Se le informó de los éxitos realistas en Chile y México, que Boves había sumado a su ejército los dispersos de Bocachica y los fugitivos de Carabobo y le llegaban envíos de armas y caballos procedentes de Guayana, siendo capaz de tomar Caracas.6 Finalmente, se le ofreció un armisticio honorable, de prometer interceder en la desmovilización de otras fuerzas insurgentes podría participar en el gobierno de la Capitanía General o del Virreinato. Bolívar consideró llegar a ser un día virrey, aunque luego lo desecho.
Batalla de La Puerta[editar]
Véase también: Segunda Batalla de La Puerta
Mariño marchó solo a enfrentarse a Boves, quien lo esperaba en la quebrada de La Puerta, el mismo lugar de su victoria sobre Campo Elías. El campo de batalla elegido por el asturiano estaba cerca de grandes planicies, si conseguía atraer al terreno abierto a los revolucionarios su caballería quedaría en condiciones de invencibilidad.62 En un extremo estaba la sabana de Ocumare, La Puerta en medio y la entrada del desfiladero en el otro lado, allí se atrincheraron los republicanos.
La tropa de Mariño se componía de 1.500 infantes, 700 jinetes, 100 artilleros y 7 cañones,63 se les sumaron los 700 refuerzos que trajo apresuradamente Bolívar desde Caracas poco antes de la batalla.55 En vista de lo vulnerable de su situación, Mariño ordeno a sus tropas permanecer en su posición de combate toda la noche anterior al combate. En la madrugada siguiente las tropas republicanas permanecían muy ordenas mientras que las realistas cambiaban constantemente de posición, el aparente caos servía para ocultar mejor el verdadero tamaño de la División Infernal. El comandante rebelde los estimó en 3.000 hombres, las cifras que daban sus informantes, casi tantos como él disponía.64 En esos instantes llegó Bolívar con los refuerzos, viendo el campo de batalla y sabedor de la anterior victoria de Boves en el mismo lugar dio órdenes de comenzar la retirada a un sitio más seguro, pero el asturiano se percató de inmediato y ordeno a sus batallones de infantería apoyados por alguna caballería atacar, pronto el combate se generalizado por todo el frente.
La hueste llanera cargó de frente dos veces contra el batallón Aragua pero fue rechazada por el nutrido fuego de infantería y artillería.62 Los monárquicos retrocedieron a la planicie y Bolívar ordenó entonces la carga general. El batallón Barcelona en el flanco izquierdo, el Cumaná en el derecho y el Aragua en el centro.65 En ese momento salieron sorpresivamente tres grandes unidades con más de mil quinientos jinetes cada una desde distintas posiciones.66 Los republicanos huyeron aterrorizados y su caballería fue aniquilada rápidamente por dos columnas.65 El Cumaná quedó rápidamente cercado por la caballería realista por lo que su comandante, el coronel Antonio María Freites, dio orden de formar un cuadrado defensivo. Todos los soldados con una rodilla al piso pusieron sus fusiles al hombro y, al agotar sus municiones, utilizaron las bayonetas como picas. Resistieron una y otra carga hasta que todos murieron. Freites, al final, se suicidó.65
Los comandantes del ejército republicano se dieron cuenta de que habían sido vencidos y escaparon como pudieron. Bolívar por Villa de Cura y Mariño por San Sebastián. Más de mil de sus soldados quedaron muertos en el campo de batalla, incluidos el ministro Antonio Muñoz Tébar, Manuel Aldao, Ramón García de Sena y el coronel Pedro Sucre. Diego Jalón fue capturado y decapitado.67 Parece ser que, en 1811, éste había arrestado a Boves en San Carlos cuando intentaba unirse a los revolucionarios.68 Hasta mil quinientos soldados vencidos fueron capturados y fusilados.69 Toda la artillería y tres millares de fusiles cayeron en manos de Boves.70 Menos de mil integrantes del ejército republicano consiguieron volver vivos a Caracas.71
La derrota en la quebrada significó la condena de la Segunda República. Boves, no obstante, no marchó inmediatamente sobre Caracas. Consideró que, primero, debía apoderarse de Valencia, urbe defendida por el gobernador militar, coronel Juan de Escalona, y el doctor Miguel Peña.72
Asedio de Valencia
El 17 de junio el asturiano avanzó sobre La Cabrera, pueblo defendido por 500 hombres capitaneados por el coronel José María Fernández, el mismo día capitularon y todos los sobrevivientes fueron degollados.73 Otras fuentes hablan de 1.600 ejecutados.74 El día anterior, justo después de su victoria en La Puerta, el caudillo envió a su vanguardia a cargo del capitán Ramón González contra Caracas; 1.500 jinetes, los primeros que entraron en ella el 8 de julio, saqueándola de inmediato.75
Boves llegó a Valencia en la jornada del 19. Inicialmente invitó a los defensores a rendirse bajo la amenaza de que sí luchaban mataría a todos los que en la urbe moraban. Tras ser rechazado su ofrecimiento ordenó el ataque contra la ciudad pero fracaso. Pasarían tres días más para que los realistas pudieran lanzar un nuevo ataque, que también fue rechazado.73 Solo tras conseguir ubicar su artillería en puntos estratégicos desde donde podían bombardear el centro de Valencia se consiguió algunos avances. Un nuevo asalto general fue nuevamente rechazado el 28, pero para ese entonces la situación de los defensores era insostenible. Les era obvio que no recibirían auxilios del exterior, más de seiscientos heridos se amontonaban en los hospitales locales sin suministros médicos y empezaban a sacrificar todo tipo de animales para alimentarse.76 El 3 de julio los defensores habían sido reducidos a menos de dos centenares, entonces hubo un nuevo ataque que consiguió apoderarse de parte importante de la ciudad. Al día siguiente llegaron numerosos refuerzos de Cajigal, Ceballos y La Calzada. Todo acabó el día 9 con la capitulación de la ciudad bajo el compromiso de Boves de perdonar la vida a los rendidos.
Durante la noche próxima se produjo una de las matanzas más infames de la guerra. Boves invito a los altos funcionarios y oficiales de Valencia a un baile en honor de su victoria, mientras ordenaba a las mujeres bailar un canto popular llamado El Piquirico sus parientes varones eran ejecutados.77 Trescientos soldados, sesenta oficiales y noventa civiles fueron asesinados,78 y eso a pesar de que el caudillo prometiera ante el Santísimo Sacramento respetar las condiciones de la capitulación.79 Entre sus víctimas destacan el músico y jurista Francisco Javier Ustáriz, el poeta Vicente Salías, el licenciado Miguel José Sanz, también los compositores Juan Caro de Boesi y Juan José Landaeta que fueron forzados a tocar El Piquirico hasta el final de las ejecuciones, momento en que fueron fusilados ellos también.80
El asturiano de inmediato dividió su ejército: 2.000 jinetes irían bajo su mando personal a Caracas mientras el resto de la tropa, 6.000 u 8.000 llaneros a pie y a caballo bajo la dirección de Morales, debían interceptar a la columna de refugiados que huía al este.77 81 Aunque otras fuentes dicen que dividió su hueste en dos mitades de 4.000 guerreros cada una.82
Emigración a Oriente[editar]
Véase también: Emigración a Oriente
Aprovechando que Boves asediaba Valencia Bolívar consideró inicialmente resistir a ultranza en Caracas, pero dado lo escaso de su tropa y ante el miedo que los esclavos se alzaran decidió ordenar la retirada que comenzó el 6 de julio.83 84 En el día siguiente siguió sus pasos una enorme masa de refugiados,76 más de 20.000,78 con solo 1.200 soldados para defenderlos.85 Otros 5.000 se quedaron en la ciudad, principalmente realistas.86
Nueve días más tarde entraba Boves a Caracas, iniciándose tiempo después la persecución de aquellos involucrados en las matanzas de españoles.87 Permanecería ahí hasta el 26, cuando parte a apoyar a Morales tras dejar en la capital a su vanguardia acantonada y reclutar a varios monárquicos locales. La columna de refugiados entre tanto, llegaba a Barcelona el 27 de julio, durante la marcha más de 12.000 gentes habían muerto, víctimas del hambre, agotamiento, fieras, clima, enfermedades, llaneros y serpientes.88 De los sobrevivientes, algunos siguieron por tierra a Cumaná, los que pudieron embarcaron a las Antillas. El 18 de agosto Morales intenta interceptarlos en Aragua de Barcelona, el combate es encarnizado, muere un millar de monárquicos y otro tanto de republicanos, dos mil llaneros son heridos.89
A finales de agosto y comienzos de septiembre José Félix Ribas (1775-1815) reunía una importante tropa en Maturín con apoyo de Bermúdez a la vez que Piar se hacía fuerte en Isla Margarita. Ribas y Piar terminaron por desconocer el rango de Bolívar y Mariño, obligándoles a exiliarse en Cartagena de Indias. Morales decidió asedia a Ribas y Bermúdez, llegó el 7 de septiembre a la ciudad y la puso bajo sitio, pero cinco jornadas después los republicanos salieron de sorpresa contra el campamento realista aprovechando que no había vigías. La horda llanera incluía 3.090 jinetes y 3.400 infantes,90 pero 2.200 murieron, 85 fueron heridos y 865 capturados junto a 2.100 fusiles.91Tras el desastre Morales se refugió en Urica para unirse con Boves.
Los republicanos han conseguido reclutar más de 6000 soldados, pero están agrupados en dos núcleos distintos: en Cumaná Piar ha reunido 2000 efectivos entre locales y margariteños;92 en Maturín Ribas y Bermúdez 2200 infantes y 2500 jinetes, incluyendo varios centenares de prisioneros.93 Los dos últimos esperaban marchar contra Morales antes de que se reuniera con Boves mientras Piar debía distraer al asturiano.94 Posteriormente irían contra el caudillo pero aquel demostró una velocidad tan en la campaña que consiguió aniquilar por separado a los grupos revolucionarios.

Mapa de las guerras entre 1806 y 1814 en las actuales repúblicas de Colombia y Venezuela.
Entre tanto Boves marchaba al oriente, a su hueste se les suman numerosos realistas, especialmente de Barcelona y Cumaná.95 El 15 de octubre la primera es saqueada. Al día siguiente se encuentra en la sabana de El Salado con la tropa de Piar al que aplasta, Cumaná es incendiada esa misma fecha. La tropa de Boves se compone de aproximadamente cinco mil combatientes.92 Poco después el caudillo intercepta a Rivas y Bermúdez en Los Magueyes cuando marchaban contra Morales, el primero decide retroceder a Maturín pero el segundo, con dos mil soldados, opta por presentar batalla. Boves obtiene así el 9 de noviembre una nueva victoria.94
Poco después Morales consigue reunirse con su comandante, ambos juntan más de 8.000 efectivos.94 Rivas y Bermúdez aún tienen unos 4.227 con los que salen a enfrentarlos en Urica el 5 de diciembre. Ahora el desastre es definitivo, se dice que hasta 3.000 soldados republicanos fallecen en ese campo.96 A pesar de lo decisiva de la victoria por ser destruido el último ejército revolucionario en Venezuela, se produce también otro suceso: el precio a pagar por los realistas fue la muerte de su carismático comandante, José Tomás Boves. Según varias versiones, su pecho fue atravesado durante el choque de caballerías por la lanza del oficial Pedro Zaraza (1775-1825).97

Muerte de Boves en Urica.
Boves, tan cruel y astuto como carismático y valiente, tuvo una breve pero destacada carrera militar desde su reclutamiento el 20 de mayo de 1812 hasta su muerte el 5 de diciembre de 1814. En su momento de mayor poder era el amo absoluto de los Llanos, capaz de movilizar una hueste que empequeñecía a las unidades de aliados y enemigos, 6.000 a 7.000 jinetes y 2.500 a 3.000 infantes.98 Menos de 160 eran europeos.99 Todo gracias a que supo ganar para su causa el resentimiento social de la masa de negros, indios y pardos identificando a los republicanos con los blancos propietarios, dándoles una justificación para sus matanzas.3 100 Esto último no era del todo demagogia, habían sido los blancos ricos e imbuidos por las ideas de la Ilustración los que habían iniciado la guerra.101 Este discurso de promesas concretas resultaba atractivo para poblaciones cuyas nociones de lo que era la monarquía eran muy simples.102 Desde su punto de vista, el poder real era visto por buena parte de la población como un control lejano del poder de las élites locales en defensa de los pequeños burgueses y gentes de color.99 En el caso específico de los llaneros, el poder real era un freno para las ambiciones de los comerciantes y terratenientes caraqueños deseosos de usurparles sus tierras, acabando así con su modo de vida tradicional.103
Como otros caudillos apoyaba su poder en el prestigio conseguido por sus victorias entre sus lugartenientes, soldados y el pueblo (entendido como una forma mucho más concreta que las abstracciones de los ideólogos políticos) identificando sus intereses y objetivos con los de éstos; gozando de un poder personalista, autoritario y arbitrario que podía volverlo un déspota para algunos y un salvador para otros.104 Boves, como jefe militar de los individualistas y desconfiados llaneros, su autoridad se depositaba en una disciplina de hierro.15
Repartía entre sus mejores guerreros a las damas aristocráticas que capturaba. También frecuentemente antes de fusilar a los prisioneros ordenaba disparar salvas de pólvora para ver sus expresiones de terror al creer que morirían, a muchos oficiales de alta cuna los toreaba y clavaba banderillas en la nuca, a otros simplemente los decapitaba.3 36Su Legión Infernal solía masacrar a todos los blancos en cada pueblo que encontraba, sin distinguir entre edad o género, sin importar que fueran españoles o criollos.105 Según los escritos del capellán de la División Infernal, Ambrosio Llamozas, Boves venía masacrando a los blancos desde Mosquiteros.106 Sus matanzas de blancos, en especial mantuanos, llegaron a tales niveles que muchos terminaron diciendo que planeaba exterminar a los criollos para repoblar Venezuela con "gallegos".102 Solía permitir a sus tropas el saqueo de los bienes de sus enemigos y llevar a cabo todo tipo de excesos.107
Rebelión popular
Tras la invasión francesa de 1808 se produjo un desorden institucional que llevó al colapso de los sistemas políticos tradicionales. Mientras las autoridades oficiales de mantuvieron no hubo mayor conflicto en Venezuela, de hecho, ese año la segunda incursión de Francisco de Miranda (1750-1816) será unánimemente rechazada.108 Sin embargo, gracias al ambiente intelectual generado por las obras ilustradas entre las élites mantuanas su caída estaba pronta, iniciándose un conflicto entre la Junta Suprema de Caracas (autodenominada representante del rey) y la Junta Suprema Central (depositaria de los poderes del apresado monarca) en 1810. Las consecuencias fueron la guerra civil, la insurrección popular de los marginados y finalmente, los gobiernos personalistas, primero Monteverde y luego, en forma más acuciada, de Boves.101 Algo que heredaron los gobiernos independentistas y decimonónicos.108
El caudillismo surgió en Venezuela como consecuencia de la anarquía reinante en las etapas finales de la Primera República, sobre todo en aquellas áreas de dominio republicano (1812). En aquellos momentos el poder estaba en el personaje con la capacidad de atraer y armar a un grupo de seguidores.109
La caída del orden colonial estaba siendo sucedida por gobiernos débiles, lo que permitía a caudillos regionales, descontentos con el reparto del poder, romper la frágil paz institucional y armar expediciones para derrocar al poder instalado en Caracas. En 1812, Monteverde se apoyó en los corianos; en 1813, Bolívar alzó a los andinos y Mariño a los orientales o guayaneses; y, en 1814, Boves hizo lo propio con los llaneros. Este fenómeno continuó durante las posteriores guerras civiles.110
Las causas del rápido éxito de Monteverde habían sido la anarquía y debilidad militar de la dictadura de Miranda, el rechazo popular a la Primera República y el alzamiento de los negros.15
En efecto, entre 1811 y 1816, los esclavos, libertos y campesinos se rebelaron contra la clase dominante criolla y su orden socioeconómico.111 En varios lugares fueron alentados por españoles aunque estos tuvieron que huir al comenzar las matanzas de blancos, siendo las provincias más afectadas Cumaná y Margarita.112 Este alzamiento significará la pérdida del apoyo mantuano a Miranda y su caída.
Entre la entrada de Monteverde en Caracas y la muerte de Boves se desata la fase de mayor violencia y expansión de la rebelión que supuso el colapso de una nueva «república mantuana».111 La guerra de razas o castas empezó a volverse cada vez más sangrienta desde 1813.113 Se inició un círculo vicioso en el que cada bando buscaba ganarse o aterrorizar al pueblo siendo más violento que el contrincante.80 En todo caso, desde la llegada de Monteverde, la situación era pavorosa para los venezolanos: la economía arruinada por la guerra, un devastador terremoto, despoblación de provincias enteras, emigración de los comerciales, fuga de capitales a las Antillas, hambruna por no poderse producir alimentos y malas políticas de la tiranía del canario y sus asesores.102 El reconquistador jamás aplicó la Constitución de Cádiz: solo su ley de conquista, que no era más que la violenta persecución de cualquier sospechoso de ser afín de la rebelión, lo que fue un factor clave en el éxito de la Campaña Admirable de Bolívar. Luego vino la Guerra a Muerte, que fue un eficaz método para financiar la guerra: los bienes de los españoles asesinados se repartieron entre oficiales, soldados y Estado.114 El mismo Bolívar decía:
Será mérito suficiente para recibir premio o grado en el ejército, presentar un número de cabezas de españoles europeos o isleños (canarios): el soldado que presente 20 cabezas será ascendido a alférez, 30 valdrán el grado de teniente; 50 el de capitán (...).80
Esta etapa, caracterizada por la degollina y el robo, no dejó más que muerte y cenizas a los venezolanos.101 Bolívar apodó a Boves el azote de Dios, comparándolo con el huno Atila y acusándolo de ser responsable de la muerte de ochenta mil personas en sus campañas 1814 fue conocido como el Año terrible en Venezuela. Durante los constantes combates, masacres y devastación que asolaron dicha tierra murieron entre cien y ciento cincuenta millares de seres humanos.115 Según los estudios del historiador Francisco Antonio Encina (1874-1965) de los 12.000 peninsulares y canarios y 220.000 criollos que vivían en Venezuela al comienzo de la guerra, 7400 de los primeros habían muerto en combate o fueron masacrados por los patriotas entre julio de 1813 y abril de 1814, y 200.000 criollos habían sido masacrados antes de llegar Morillo por ser las víctimas preferidas de Boves, Morales y Yáñez.116 Por esta razón, el arzobispo Narciso Coll y Prat (1754-1822) dijo que «Boves era un héroe para destruir, no un hombre para edificar».109
Miquel Izard Llorens, historiador de la Universidad de Barcelona sostiene que la famosa crueldad de Boves y sus tropas es producto de un largo trabajo de difamación elaborado en la época posterior a la independencia venezolana.23 Sin embargo, la mayoría de los historiadores sostienen que Boves, su lugarteniente Morales y sus huestes saquearon las ciudades de ValenciaCaracasCumanáBarcelona y Maturín, cometiendo terribles masacres y logrando un gran botín.117 Con Boves, el número de degüellos, azotes, descuartizamientos, desollamientos, descogotados, cepos, desorejamientos y colgamientos en ganchos practicados por los realistas alcanzaron una escala terrorífica.80 Como señala un historiador:
(...) en Venezuela se derramó más sangre en aquel año que en toda la Revolución Francesa. Ningún pueblo ha conocido una lucha de clase de esa magnitud.118
Entre 1815 y 1816 se dará una baja en la intensidad del conflicto gracias al licenciamiento de muchos llaneros, la llegada de un ejército profesional desde la metrópolis, el discurso más inclusivista de los rebeldes y la ausencia de grandes operaciones bélicas. Cuando la guerra se reactive ambos bandos mostraran un lado mucho más humanizado,119 pero la guerra arrasará con mayor o menor intensidad Venezuela hasta 1821, momento en que dejaran de librarse en su territorio las principales operaciones militares.16
Caudillismo

El fenómeno del caudillismo fue una de las peores consecuencias de la guerra independentista, acompañando el país por casi un siglo hasta la imposición final del poder civil en 1903.120 Es la causa de que diversos historiadores consideren a los caudillos agentes de la barbarie, atraso en la institucionalidad del país, luchadores de la igualdad o hasta democratizadores nacionales.121 Por eso mismo, Boves ha sido visto usualmente como un antihéroe, símbolo del retroceso a los estados más primitivos y bárbaros de la sociedad.15
Al eliminar el sistema de castas Boves fue considerado por el historiador Juan Vicente González (1810-1866) como «el padre de la democracia venezolana»; democracia entendida como un factor de igualdad social.109 Esta afirmación es criticada por Augusto Mijares (1897-1979), un personaje llamó a los venezolanos a matarse entre sí en nombre de sus diferencias étnicas o sociales no puede ser un genuino democratizador. La democracia no nació de caudillos como él sino de las ideas de los revolucionarios y azares del destino.122 Sus hordas de llaneros seguían al caudillo con una espontaneidad que Bolívar nunca consiguió de las propias.123 Un «fanatismo de tribu islámica» que los hacía en extremo valientes en las cargas de caballería que el mismo asturiano encabezaba.124
Los líderes rebeldes por otra parte, debieron enfrentar constantemente a poblaciones muy divididas y reacias a movilizarse, debiendo depender de sus dotes personales de mando más que una sólida institucionalidad, elemento clave en la preponderancia del caudillismo durante la construcción posterior de los Estados hispanoamericanos.125 Debían ser a la vez militares (tácticos y estrategas), estadistas (organizadores de un Estado) y soldados (combatientes que sabían hacer lo mismo que el resto de la tropa); personas que por medio de la disciplina y la confraternización con la tropa pudieran ganarse a los soldados para que identificaran su causa ideológica con sus intereses sociales o étnicos.126 Por ejemplo, tras el colapso del sistema militar tradicional colonial de milicias en 1812 y el apoyo de las guarniciones regulares a Monteverde, los independentistas debieron realizar levas en masa con las que defender la Segunda República. Tras la caída de ésta habrá que esperar hasta 1817-1819 para que vuelva a reconstruirse una tropa armada rebelde, esta vez como el Ejército de la Gran Colombia.127
El historiador Samuel Phillips Huntington (1927-2008) propuso no usar el término caudillismo sino que pretorianismo oligárquico por el bajo nivel de institucionalización y participación política decimonónica. Surge antes de que se formen ejércitos nacionales modernos y verdaderamente efectivos, cuando los caudillos por medio de amenazas y violencia podían intervenir militarmente en la política civil para conseguir sus fines.128 La debilidad de los ejércitos estatales era producto de la falta de modernización en el material bélico y pobre profesionalización de oficiales y soldados (muchas veces los gobiernos solo se preocupaban de lo primero), por esto muchos militares hacían carreras influyentes en la política. Sin embargo, otros estudiosos distinguen a estos pretorianos de los "genuinos caudillos" y clasifican a los militares en tres grupos: militares de carrera o profesionales, que servían libres de personalismos o intereses políticos; pretorianos o militares-políticos, que ejercían indebida influencia en la política; y caudillos o guerreros personalistas políticos.129 Los primeros venían de lo mejor de la excelencia militar hispánica y las reformas borbónicas de mediados del siglo XVIII, los segundos eran fruto de las distorsiones asociadas al proceso independentista y los terceros resultaron de los lazos de clientelismo entre patrones y trabajadores del periodo colonial.
Otros autores sostienen también que durante las guerras independentistas se encontraron en el mismo bando rebelde dos polos opuestos:24 políticos y militares de carrera, provenientes usualmente de grandes ciudades, más imbuidos por las ideologías, vistos como representantes de la élite administrativa y económica, buscaban crear ejércitos regulares que sirvieran de base para organizar los nuevos Estados de forma ordena y coherente; jefes rurales informales, dueños de un poder unipersonal sobre sus seguidores, a quienes sus milicianos obedecían en tanto defendieran y satisficieran sus intereses ya que estos líderes carismáticos conocían sus condiciones de vida y anhelos de cambio material, ellos mandaban las guerrillas locales. Los ejércitos independentistas son una mezcla de ambos con un peso mayor de los segundos, en tanto que los primeros eran usualmente oficiales de las milicias americanas, posteriormente esos cuerpos de milicianos serán reemplazados por unidades de profesionales en las últimas etapas de la guerra.127 126
Los denominados «guerreros personalistas políticos» eran sujetos usualmente carismáticos, capaces de identificar sus intereses personales a los populares y movilizar seguidores, esto último era fundamental puesto que un caudillo «no podía dejar de ser era el jefe de una hueste armada». Se los clasifica en tres categorías distintas: caudillos menores, gamonales o caciques dominantes en una zona local pequeña; provinciales o regionales con poder sobre una comarca o unidad sub-estatal; y nacionales, de los que por definición podía haber solo un a la vez en cada país, cuyo poder venía de la violencia, compromisos y negociaciones con sus pares.130 Laureano Vallenilla Lanz (1870-1936) dice que el caudillismo se expresaba de dos modos: anárquico y despótico. El primero periodo de lucha general por el poder donde ningún bando logra imponerse completamente como entre 1846-1849 y 1859-1863. El segundo es cuando termina imponiéndose un solo líder nacional, un «hombre de compromisos», que impedía nuevos periodos de guerra.
Relación con el mando realista
Boves y Monteverde tienen similitudes: comandaron las reacciones contrarrevolucionarias de la población local y una vez triunfantes se negaron a reconocer a sus legítimos superiores108 131 e iniciaban sus propios gobiernos y beneficiaban a sus partidarios con puestos de poder: Monteverde a los canarios132 y Boves a los pardos.133 Posteriormente el régimen de Monteverde será reconocido por Cádiz,108 Boves morirá demasiado pronto como para eso.
Se puede entender de este modo porque el popular y exitoso Boves se negaba a seguir las órdenes provenientes de Cajigal, cuyo gobierno estaba a punto de colapsar.109 Esto quedó patente tras La Puerta, cuando al capitán general, hombre moderado pero débil, le escribió «He recobrado las armas, municiones y el honor de las banderas españolas que S.E. perdió en Carabobo».15 Siguiendo el ejemplo de Monteverde, el ambicioso asturiano de no morir prematuramente en Urica hubiera sido otro dictador del país.
Debido a su falta de reconocimiento de la autoridad de Cajigal, su exterminio de blancos o la repartición de tierras entre los pobres algunos autores consideran que Boves no era un verdadero realista, sino que era un subterfugio su adhesión a este bando,133 tal como declararía Hugo Chávez (1954-2013) en un evento oficial.134 Quizás por no querer aceptar que hasta 1815, por lo menos, la mayoría de los venezolanos eran monárquicos135 y el conflicto vivido no fue uno entre países sino una guerra civil donde España simplemente auxilio a esa mayoría.99 La proyectada «guerra continental contra España» había fracasado,24 hasta esos momentos la mayoría de los americanos eran realistas y siempre la mayoría de los realistas fueron americanos. Solo la llegada de la expedición ultramarina permitió el final del conflicto interno.80 Sin ese apoyo la guerra jamás hubiera podido durar tanto ni ser tan sanguinaria,99 su pérdida fue la causa determinante de la victoria independentista.
A su muerte el mando lo asumió su segundo, Francisco Tomás Morales, quien se dice estuvo involucrado en el deceso de su predecesor. En la noche inmediatamente posterior a Urica ejecutó a todos los oficiales realistas que en la asamblea convocada propusieron reconocer el mando de Cajigal.136 Morales asumió el poder absoluto en Venezuela, persiguiendo a las últimas unidades rebeldes en el país hasta la llegada de la Expedición Pacificadora de Morillo, 10.642 soldados veteranos de la Guerra de Independencia Española, momento en que sometió a la nueva autoridad, partiendo a la Nueva Granada.137 138 Al caer Cartagena de Indias masacrara a 400 civiles inocentes y en la batalla de Carabobo demostrara su indisciplina retirándose con el grueso de la caballería al comenzar el combate.
Su falta de obediencia a sus superiores ha sido vista por algunos como una señal de que sí no hubiera perdido la vida en Urica la guerra civil desatada habría continuado, esta vez entre sus milicias y el ejército venido desde España.101 Después de todo, al momento de su fallecimiento diversos actores en el conflicto, de los dos bandos involucrados, estaban ya buscando un modo de deshacerse de él y poner fin a la carnicería. Esta sería una de las causas del envío del ejército peninsular.133 No es del todo impensado, cuando la expedición desembarcó en Venezuela más que a combatir a los rebeldes se dedicó a restituir el antiguo orden social.105 Su comandante, Pablo Morillo (1775-1837), simplemente siguió las pautas del rey para restaurar el statu quo de 1808, lo que a la larga se demostró imposible.
Fue llamada diablocracia que crueles caudillos asumieran el mando y consiguieran ascender socialmente gracias a su brutalidad y capacidad de desatar la violencia usualmente contenida de los sectores más humildes y apartados de la sociedad.139 Hombres como Monteverde, Yáñez, Boves, Morales, Zuazola, Antoñanzas, Puy y Cervériz.80 Este término también fue utilizado por los monárquicos para denominar a los gobiernos republicanos e independentistas instaurados por los revolucionarios.140
Pero él y sus lugartenientes no fueron los únicos personajes despiadados que destacaron en la independencia venezolana, se pueden mencionar al coronel Manuel Cogorza Lechuga (1796-1814) o al mismo Arismendi, ambos encargados del cumplimiento de las órdenes de Bolívar referidas a la Guerra a Muerte. También se ha acusado que el sangriento comportamiento de Boves fue una respuesta de los realistas, en especial españoles y canarios, a las masacres que empezaron a sufrir por parte de los rebeldes después de que ésta fuera decretada por Bolívar.131 102 Dicha táctica había sido iniciada por Bolívar y asociados responsabilizando a los españoles de la violencia de la guerra, pero en Venezuela ni había tantos peninsulares ni se enviaron muchos soldados.99 De hecho, cuando se envió finalmente el gran contingente de Morillo fue que la guerra empezó a bajar su intensidad, licenciándose a las milicias llaneras y reemplazándolas con tropas de línea.141
A pesar de actuar de forma autónoma, se debe señalar que Boves recibió órdenes y rangos por parte del Consejo de Indias por correspondencia.115 Tras su muerte, su madre y dos hermanas, por orden del rey Fernando VII (1784-1833), fueron beneficiadas con una pensión y honores de por vida. Ciertamente, a Boves más que las riquezas materiales le interesaba el poder y la venganza contra los mantuanos que consideraba culpables de sus desgracias personales.15
Los llaneros[editar]
El apoyo de los llaneros era fundamental para quien lo tuviera. Su región era siempre rica en recursos, con un inagotable suministro de valientes reclutas acostumbrados a una vida dura, jinetes muy buenos en la guerra móvil, disciplinados, veloces y capaces de gran improvisación.31 142 143 Su vida semi-nómada como arrieros de ganado o peones de hatos los acostumbraron a cabalgar sin monturas y a combatir con lanzas artesanales hechas con las rejas de ventanas.102 En cambio, las regiones andinas o de la costa noroeste apenas participaron en la guerra. Poblaciones sedentarias poco belicosas y que producían recursos de forma estacional, quien tuviera el apoyo de solo estas últimas sin duda sería derrotado.143 Por ejemplo, en 1814 ambos bandos habían agotado los recursos de las zonas andinas y costeras donde dominaban, solo los llaneros permitirán a los monárquicos continuar la guerra y vencer tras perder al ejército coriano en Carabobo.102
La región de los Llanos venezolanos y neogranadinos tenía poca ciudades aunque la más importante era Calabozo, su población era escasa y dispersa en comparación a su extensión, las noticias iban lentas y erráticas, sin vías formales de comunicación.31 Su economía se centraba en la captura del ganado cimarrón y su cría en hatos. Aunque los llaneros tenían por costumbre pastar sus animales libremente por el territorio, los mejores lugares quedaron en manos de hacendados que rápidamente generaron lazos de clientelismo con sus peones.144
A pesar de que algunos eruditos sostienen que sus pobladores vivían en una especie de sociedad de gentes libres, iguales, solidarias, pacíficas y hasta agnósticas,23 esto choca con la gran mayoría de fuentes y opiniones de estudiosos (como con la crueldad y habilidad guerrera demostrada por los llaneros). La mayoría considera la región como un «territorio de frontera» donde el robo de ganado era común y frecuentemente impune puesto que la autoridad española apenas hacía sentir su influencia.145 Numerosas partidas de esclavos fugitivos escapaban ahí y formaban bandas de forajidos. Esto creo entre los llaneros un sentimiento de autonomía que defendería ferozmente de quien la amenazara. La guerra convirtió a los delincuentes en guerrilleros y a algunos en caudillos.146
Varios historiadores han comparado a los llaneros venezolanos con los gauchos rioplatenses.147 Poblaciones mestizas, lanceros nómadas, de regiones planas y abiertas (Pampas y Llanos), criadores de vacas y caballos en tierra realenga, acostumbrados a vivir con lo puesto que pasaban de servir de una estancia a otra.148 Combatirían del lado de sus caudillos toda esa centuria después de las independencias en las guerras civiles argentinas y venezolanas; y como con Boves muchos historiadores han considerado a personajes como los cabecillas federales Facundo Quiroga (1788-1835), Estanislao López (1786-1838) y Juan Manuel de Rosas (1793-1877) como agentes del salvajismo mientras que sus rivales unitarios de la civilización.149 Se diría:
La plebe se puso en armas y de ella brotaron como emanaciones telúricas, los caudillos de la guerra. Para los siervos y esclavos, que nada entendían de constitución y concepciones jurídicas, el enemigo natural resultaba ser, precisamente, el gran propietario de tierras, el acaudalado comerciante en bienes de consumo básico (...).El gaucho y el llanero resultaban por su propia condición, guerreros natos. Muy pronto surgieron bajo las órdenes de caudillos que entraron en la leyenda como expresiones avasalladoras de la violencia elemental: un Quiroga en la Argentina, un Boves en Venezuela.150
Llaneros y Morillo[editar]

Bandera de Cabrera, similar a las usadas por Boves y Quiroga.
Deseando disminuir la intensidad del conflicto social y reconciliarse con los mantuanos y revolucionarios tiene que limitar el poder adquirido por las masas populares y sus caudillos. Se destituyeron de sus cargos a numerosos pardos y llaneros premiados por Monteverde y Boves.151 Defraudados por esta política, el grueso de los venezolanos podrán sus esperanzas de una mejor vida en los líderes rebeldes. Además, promoviendo la humanización de la guerra Morillo prohibió los saqueos, disminuyendo el botín del pillaje. De hecho, con el país bajo el control monárquico la única forma de poder saquear era uniéndose a los rebeldes.139 152 Fue este último factor era posiblemente la principal causa de que se les sumaran tantos millares de hombres junto a la promesa de ascenso social,109 durante el breve gobierno de Boves en Caracas los puestos de mayor importancia fueron ocupados por llaneros y libertos.133 Previendo la reacción negativa, un numeroso contingente de tres mil llaneros fue enviado a Nueva Granada.153 Inicialmente Morales se opuso a esta medida por temor a que sus tropas desertaran.126
En cuanto al saqueo, los caudillos siempre lo practicaron, en especial, los rebeldes que carecían de ingresos regulares mientras negociaban el apoyo económico británico.126 Por ejemplo, Páez tenía al robo como método exclusivo de pertrechar y pagar a sus huestes152 y tras vencer a Cajigal en Carabobo Bolívar permitió a sus guerrilleros hostilizar al enemigo y quedarse con el armamento, utensilios y vestimentas que capturasen.126 También recurrieron a métodos más sofisticados: embargo de bienes, préstamos forzosos, multas y donaciones.
Hasta la llegada de la expedición los caudillos locales habían sido los principales enemigos de la revolución, aún más que los «ejércitos propiamente realistas» (tropas regulares) pues tenían mayor autonomía y recursos que estos últimos, y los usaban sobre todo para defender y expandir sus haciendas. Otra causa de la pérdida del apoyo de estos cabecillas fue el miedo a perder el liderazgo autónomo conseguido frente al recién llegado Morillo.154 En algunas regiones la guerra fue constante por cinco, diez o hasta quince años y la única autoridad a la que se podía recurrir por protección durante y después del conflicto era el caudillo cuyo dominio se veía así legitimado, por eso tras la independencia quedaba listo un escenario de guerras entre jefes rivales. Como dijo el portugués Joaquim Pedro de Oliveira Martins (1845-1894) sobre la devotio ibérica «los pueblos ibéricos acuden como por instinto a sus tradiciones más primigenias».155
En la práctica el ejército de Morillo solo sirvió para radicalizar a los opositores al monarca y hacerlos ver su lucha como una resistencia hasta la muerte, su dura política de represión contra los insurrectos o sospechosos, en especial criollos, solo contribuyo a la pérdida de apoyos a la monarquía.156 Debe mencionarse que inicialmente el español intento una política de amnistía con los anteriores rebeldes, como con Juan Bautista Arismendi (1775-1841), quien fue perdonado a pesar de los consejos de Morales, ya que había sido verdugo de numerosos prisioneros españoles.157 En cuanto Morillo partió a Cartagena de Indias Arismendi se escapó a Isla Margarita, donde alzo a los locales y masacro a la guarnición realista. Tras esto los indultos se hicieron más difíciles de conseguir.
Ni Morales ni Morillo consiguieron jamás el dominio sobre los feroces llaneros, serán hombres como José Antonio Páez (1790-1873), Manuel Cedeño (1784-1821), José Gregorio Monagas (1795-1858), José Antonio Anzoátegui (1789-1819), Francisco de Paula Santander (1792-1840), Ramón Nonato Pérez (1778-1819), Juan Nepomuceno Moreno (1779-1839) y Pedro Zapata126 158 los que con su fama ganaran el apoyo de estos jinetes.159 Hábilmente Bolívar consiguió el apoyo de estos personajes, clave en su victoria final.143 En palabras de Morales, personaje que partió a Nueva Granada justo cuando los republicanos empezaban a establecer sus guerrillas en los Llanos, Boves tenía características personales que le permitieron unificar a las partidas de llaneros que ni los independentistas pudieron:
Boves tuvo la fortuna de penetrar los sentimientos de los llaneros, gente belicosa que es necesario saberla manejar. Comía y dormía con ellos. Tenía un no sé qué, que le atraía su simpatía. Los dominaba con imperio. Llegó a mandar 19.000 hombres de los que podía presenta en una acción 12.000 (…) Boves fomentó la insurrección con el bando de Guayabal del primero de noviembre por el cual disponía el degüello de los blancos y el reparto de sus propiedades (Carta de Francisco Tomás Morales a Pablo Morillo, 31 de julio de 1816).16
Como señalan Landázuri y Ayala, «la necesaria unidad entre blancos, pardos, mulatos e indios era indispensable para superar el racismo y conquistar la independencia. Citando de nuevo a Morales:
La igualdad legal es indispensable donde hay desigualdad física (...).160
Tras la caída de Caracas y Bogotá millares de rebeldes se refugiaron en los llanos de Cumaná, Barcelona, Apure y Casanare, donde tras fracasar en reconstruir un gobierno como los desaparecidos por la impopularidad que resultaba para los locales tuvieron que aceptar el liderazgo de Páez en Arauca en septiembre de 1816.161 Armados con más lanzas que rifles pudieron cortar las comunicaciones, emboscar patrullas, bloquear los abastecimientos y dejar inmovilizadas a las guarniciones realistas en las grandes ciudades.
Páez menciona en su Autobiografía el caso de un soldado llamado Pedro Camejo, originalmente esclavo de un propietario apureño se sumó a las tropas de Yáñez en vista que todos los que partían a la guerra volvían enriquecidos por lo robado.162 Tras la derrota de éste en Araure se ocultó en Apure hasta que lo recluto Páez con la promesa de más botín y un discurso nacionalista. Hábilmente el apureño supo tomar para sí el discurso y símbolos del asturiano, atrayendo para la causa independentista a numerosos llaneros.133 Esto es visible ya que ambos usaron una bandera negra con una calavera como estandarte y una pluma de zamuro negra como símbolo.163 164 Sin embargo, al final de la guerra los grupos que se apoderaron del poder no cumplirán sus promesas, dejando el germen de una nueva gran insurrección popular igual de violenta, la Guerra Federal, bajo el mando de un nuevo caudillo: Ezequiel Zamora (1817-1860).133 165
La guerra beneficio a caudillos como Monagas y Páez que pasaron de ser pobres a grandes propietarios y hombres de enorme prestigio, miembros de la nueva clase dirigente surgida del conflicto gracias a la expropiación de las propiedades y armas de los vencidos.166 Por el contrario, en palabras del historiador Acisclo Valdivieso Montaño (1876-1935), el asturiano actuó de una manera muy distinta:
"(...) Desprendido, a su muerte en Urica, solo legó a su heredera, su madre, pues que murió soltero, trescientos pesos, como herencia única, ya que las contribuciones solo las aprovechaba para el mantenimiento de su ejército y los botines producto de los saqueos, los daba a sus tropas. Fue sobrio y desprendido hasta el extremo de no tener con que vestirse (...)".167
Comparaciones.
Aunque la táctica favorita de Páez era simplemente cargar con su desordenada caballería contra los cuadros enemigos hasta romperlos,159 la de Boves y Quiroga era similar al «¡Vuelvan caras!» de Las Queseras del Medio: primero se fingía una carga para luego retirarse tentando al enemigo a salir en su persecución, luego los jinetes se daban media vuelta y volvían a atacar mientras la reserva atacaba por sorpresa la retaguardia enemiga,168 similar a los sucedido en La Puerta. Los llaneros resultaron invencibles en campo abierto, por eso muchas veces se sostiene que los caudillos vencían más por audacia y habilidad bélica de su tropa que por sus tácticas.169
Otro personaje con el que Boves ha sido comparado es el carlista Ramón Cabrera (1806-1877).155 Ambos habían sido marineros carismáticos que sin experiencia militar previa movilizaron a pueblos enteros bajo su mando sin gran apoyo logístico en momentos de desorden para defender la continuidad Monarquía Católica, iban al frente en la batalla y vivían como sus hombres, tratan de tomar lo mejor de su tradición sin renunciar al progreso, son personajes resolutivos, prácticos, austeros y meritócratas que tuvieron serias desavenencias con las élites amigas y enemigas.
En la cultura popular[editar]
La vida de Boves es el tema de la novela Boves el urogallo por Francisco Herrera Luque (Editorial Pomaire, 1980).170 Hay una adaptación cinematográfica de la novela: Taita Boves, producción venezolana de 2010 dirigida por Luis Alberto Lamata, director de Miranda regresa (2007). Protagonizada por Juvel Vielma en el papel del caudillo.171
Boves en la educación media venezolana[editar]
En Venezuela la figura de Boves se ha convertido en el arquetipo de guerrero terrible. Este hecho ha generado cierta distorsión en la enseñanza de la historia oficial de la independencia venezolana sobre todo en la fase media; es así como muy pocas veces se le menciona en los libros de texto utilizados como referencia en esta fase del proceso educativo.

Uno de los más discutidos hechos históricos que se le atribuyen a la figura de Boves como guerrero es que, contrario al ejército independentista ante el decreto de guerra a muerte, logró aglutinar a las múltiples razas y los miserables habitantes de la Venezuela colonial en un mismo ejército que más que luchar en contra de la independencia de Venezuela, lucha más bien en contra del mantuanaje caraqueño y sobre todo del carácter clasista y racista de la formación de la república independentista. Otro hecho que genera suspicacia es la omisión de personajes del ejército patriota que fueron tan o más crueles que el mismo Boves, tal como lo fue el coronel Manuel Cogorza Lechuga(1796-1814) quien ostentaba el cargo de comandante de las tropas del Libertador Simón Bolívar.172

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