MÓN
BADARACCO
VOCES DEL
AMANTE
CUMANA 2014
Autor: Ramón Badaracco
LIBRO: VOCES DEL AMANTE
Copyright Ramón Badaracco. 2012
Primera edición 2009
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Ilustración de la cubierta R. B.
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“En el principio
existía el Verbo y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios. El estaba en
el principio con Dios. Todo fue hecho por Él y sin Él nada se hizo. Cuanto ha
sido hecho, en Él es vida, y la vida es la luz de los hombres, y la luz luce en
las tinieblas, y las tinieblas no la sofocaron.
(Juan. 1.1)
CANTOS ESPIRITUALES
I
Estuve allí
Desde el principio
Cuando apareció el
rayo
Rompiendo la
oscuridad
-iluminando…
Tras las formas
áridas
Estuve allí
Durante siete días,
Cuando el Creador
tocaba
Por vez primera
El horizonte
De aguas virginales.
Entonces…
Vino la lluvia
Y los primeros
rebozos:
Lirios en flor y
margaritas
Y también escuché
La primara palabra…
II
Desde el principio
Soy la voz del
amante…
Templo vivo del
Creador,
Hecho de espacio y
tiempo
Como la raíz, como
la piedra.
Soy la verdad…
La poseo,
La proveo
Entre las gentes,
En soledad,
En las edades.
Se materializa.
Escuché la voz
En la tiniebla
La palabra tomó
forma
En cada parto
La palabra y el
tiempo
La elocuencia,
La sabiduría engendrada
La iluminación…
El genio
Que es el mismo Dios
Manifestado.
Todo está en mí
Soy un retoño de
Dios
De la Pachamama
Engendro de Dios
Que hace la vida.
III
Nada me es ajeno
Soy la roca
Y la forma
Parte insustituible
De las cosas:
Él las impetró en
abundancia
El rio discurre
Por los prados
Entre piedrecillas
Miríadas de pececillos
Besan mi piel
Crece la palmera
La gaviota rasga la
blanca nube
El colibrí liba en
el granado
El Creador esta
cerca
En cada gota
Que lava mi piel
Lo presiento.
IV
En la hora de la oración
El sol declina en el
ocaso
La luz crepuscular
Pinta en las nubes
La imagen divina
Levanto los ojos
A lo lejos atisbo el
follaje
Sobre una piedra en
el río
Allí está Él, lo
presiento
Penetra en mi alma
Oro en el silencio
Siento su poder.
Él escucha mi voz
Cierro los ojos,
siento su resplandor
Arde en mí
su luz me ciega me
quema…
Obtuve la plenitud
del amor.
V
Durante ese rato de paz
Entra sonriente la
mañana
Recostado en las
arenas
En el regazo del río
de aguas quietas
en la hora de
oración
De rodillas en la
misma piedra,
El agua salpica mi
rostro;
La fe y la paz me
poseen,
Estoy en presencia del
Señor
Los pajarillos lo
anuncian
Con sus trinos y su
alegría
Levanto las manos hacia
Él
Con mis ojos
cerrados…
Trato de tocarlo
Una luz serena se
apodera de mí,
La gracia divina invade
mi alma;
Y… mis ojos
abismados
Contemplan el rostro
de mi Señor.
VI
¡Oh Señor…!
Otra vez en mí… yo
en ti…
El sol besa lento
En la línea azul del
mar.
Contemplo…
Nada existe sin ti
Y nada sin mí.
.
Todo es amor…
Como el Apamate
florecido
Entre los árboles
silvestre
VII
Padre en tu obra
Todo, todo armoniza
En el agua
En las plantas
En los animales
En la piedra
En el espacio
Estas tú
Fuente inextinguible
de ternura,
El amado,
El lirio de Serón.
Aquel que dijo:
“Yo les aseguro que
verán
El cielo abierto y a
los ángeles
De Dios subir y
bajar
Sobre el hijo del
hombre”
La piedra desechada
El amado.
VIII
Escucharemos su voz
Como Abrahán
Su voz misteriosa y
recóndita
Voz que penetra
paredes de acero
Que nos habla y
advierte
La palabra que orada
La roca más dura y
nos llama
Y bendice y enseña
Él nos dio su don de
sabiduría
Dios es la tierra
que se abre
Para que brote el
manantial;
Es el rayo de sol
Que se quiebra
En la gota de roció;
En la rama donde
canta el pajarillo
Y abre un capullo el
rosal;
En la hojarasca que
arrastra el viento
Y sive de nido al gusanillo,
Todo esta previsto
Por su amor y ternura
Amar al amado…
Un pensamiento,
Una idea
Una oración
Es el racimo de uvas
De las viñas de Engaddi.
IX
Todo en derredor se
ilumina,
Toda la gracia se
desborda
Y cobra vida.
El buen Dios
Que todo lo prevé,
Rompe el silencio
A su manera.
Es el equilibrio…
Ese pajarillo
Que endulza la
mañana
Con su breve canto
Nos anuncia el día
Que el sol omnipotente
Pronto llenará de
luz.
Radiosa la mañana,
Extiende su imperio
Sobre todas las
cosas
Y una luz interior
nos guía.
Es la hora de la
oración.
¡Hijo mío, toma el
rosario
¡Y dale gracias al
Creador! …
¡Gracias Señor
gracias
Por despertarme y
ver
¡Otro amanecer!
CANTOS DE AMOR
I.
Vivir en el
Amor del Creador…
La madre también duele
de amor.
Cuando vuelvas,
Si ella te llama,
Si está callada,
Si suspira…
Échate a sus pies,
Pon la cabeza en su
regazo;
Déjala que peine tus
cabellos
Con sus dedos;
Déjala que llore,
Que sus lágrimas
Caigan en tus
mejillas.
Ella moriría por un
beso tuyo…
Bendice al Señor
Alma mía… Bendícelo…
II
La madre duele
De ausencia
Piensa en ella
Como piensas en
Dios.
Ella cree que te ha
dado poco
Y es mucho de lo poco
Que tiene.
Ella suspira…
No trates de
entenderla
Es solo amor.
Si la encuentras
airada,
No hagas caso…
Acércate, acércate
despacio…
Bésala… No le digas
nada…
Bésala, que es puro
amor.
III
El amor del padre
Es como la justicia
de Dios.
Si te reprende…
Escúchalo con
respeto
Si te castiga…
Acéptalo con
resignación.
Aunque te duela,
Aunque te parezca
injusto
Y amargue tu corazón;
Piensa en Jesús
crucificado
Y su paz.
Cuando se calme,
Sus ojos se llenarán
de lágrimas;
Entonces bésalo,
bendícelo;
Llora con él.
Está airado,
El Señor le traerá
su paz.
IV
El vientre de
nuestra santa madre
Es bendito como el
de la madre de Dios.
En familia todos
somos uno
En el amor de
Cristo.
Amémonos como Él nos
dijo.
No le reproches nada
A tu hermano.
No importa como es.
No lo hagas tú.
Busca el amor que
guarda
En su corazón.
Ora al Señor,
Ora con insistencia…
Pídele que Él te escuche.
Ya verás como
Vuelve el hermano
pródigo.
Entonces habrá
alegrías
En el cielo y en la
tierra.
V
Hijo mío practica la
caridad;
Anda, camina por los
senderos polvorientos;
Por las calles…
Mira en las esquinas:
El firmamento…
No busques la
estrella…Se tú.
¡Ves! allí está el mendigo de siempre,
Con su mano
pedigüeña;
No levantes la vara…
Míralo bien… Es El
Señor…
“Sírvelo con temor…”
Acércate, dale tu
palabra
A cambio de su mano;
Siéntate a su lado,
Comparte su pan.
Mira en sus ojos;
Saca tu pañuelo
Porque también brotarán
Diamantes de los
tuyos
Y su luz te
deslumbrará.
V
Si tus ojos no ven
Tú espíritu no
siente
Permaneces sordo y ciego
Si nunca has pensado
en Dios…
Detente…
Ha llegado la hora
del amor…
El momento de orar…
No estás solo,
Escucha la algarabía…
Sal por las riveras
del río,
Camina por los
campos llenos de luz,
Levanta los ojos.
Mira los astros
rutilantes;
En todo hay vida…
La vida te responde.
Piensa y encontrarás
Todas las respuestas.
Él esta allí…
Espera…
Es el amor,
La sabiduría.
El espíritu es
inmortal,
La vida es inmortal.
“Nuestra confianza
en Dios
Es total”.
Escucha a San Juan.
VI
Si te acercas a la
charca
Y el agua, espejo de
luz,
Refleja tu imagen
pecadora…
Detente, eleva al
cielo
Tu plegaria… Es
tiempo…
Busca consuelo…
Colma tu alma de ensueños…
El Señor espera por
ti,
Debes vencer.
Tu lucha no ha
terminado,
El camino es largo,
no te detengas.
Bendice al Creador,
Bendice al que te
dio luz
Para vencer y ganar la
vida eterna;
Bendice tu fuerza
interior,
No importan las
derrotas,
Si puedes levantarte.
La batalla apenas
empieza,
El premio es la
eternidad.
Recuerda: “Hoy mismo
estarás
Conmigo en el Paraíso”.
VII
Él te llama, no
temas. Acércate…
El Señor está
contigo…
Háblale, pídele,
consuélate,
Todo vendrá en tu
auxilio.
Desde el cielo
bajaran los ángeles;
Y en forma de paloma
Verás el espíritu de
Dios.
“Tú eres mi hijo, el
predilecto;
En ti me complazco”.
Aparecerán todas las
cosas,
Y no morirás…
Te lo digo, como lo
dijo Juan:
Obtendrás una gran
victoria.
El amor es
invencible.
II
No dejes pasar la
oportunidad
Que te brinda el
Señor…
Acude presuroso a su
encuentro
El está allí…. Es su
voz….
Es el mismo…
Indudablemente…
Acércate al fuego, a
la zarza…
Arrodíllate y no
abras los ojos;
Descúbrelo en tu
corazón…
Entrará tanta luz…
III
No tengas lástima,
ni temor
Del prójimo…
No te levantes ante
el Señor…
Se compasivo…
No somos iguales;
Pero nos une el amor
En Dios, en Cristo,
en la Virgen.
Si pones barreras,
Nunca entrarás en su
corazón...
IV
Eres misionero…. Obsérvalo…
Camina airoso,
retador…
Osado, aventurero,
Pero callado y sabio.
Se nota que un mal
lo aqueja.
No importa, pide por
él
En soledad, en el Sagrario.
Sus palabras y
hechos
No deben molestarte…
No lo perturbes,
Pues te alejas del
Señor…
Si es bueno o malo,
No lo sabrás nunca
Si no abres la
ventana
De tu corazón.
La vanidad, la
indiferencia,
A veces oculta un
corazón sencillo.
Descúbrelo, habla
con él…
Invítalo, y tal vez,
Se sienta en el
último puesto.
Es fácil llevarlo de
la mano
Hasta la mesa del
Señor.
I
Hijo mío no te
detengas
Camina por la vida.
Lee, estudia,
experimenta.
Ahora es fácil verlo
todo,
Pero la materia…
puede crear materia,
Pero no la sabiduría…
Solo Dios.
Los años,
La observación.
El interés,
Enseñan más…
Somos los testigos
Los intérpretes
Del Creador.
Contempla las
maravillas…
Asómbrate…
Busca las estrellas
Arrodíllate ante el
Sol y la Luna.
Entra a los bosques
Pídeles permiso a
los santos
Como hacían los
sabios piachas.
Húndete en los ríos,
Duerme en sus arenas
incontaminadas
Pero, solo dentro de
ti
Lo encontrarás.
II
Él esta entre
nosotros…
No grita, no clama,
su voz
No se escucha por
las calles;
No rompió la caña
resquebrajada,
No apagó la mecha
que aun humea;
Pero si promovió la
justicia
Y nos dejó la luz
que nunca se apaga.
Acrecienta tu amor,
Busca la paz.
En cada hombre
harapiento
En cada niño
solitario
En cada hogar roto
de aguacero
Pero iluminado
Por la misericordia
de Dios.
Todos somos uno en
el amor
Dame tu mano de
mendigo
Toma mi mano de
alfarero.
Ven caminemos juntos…
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