JUNIO 2016.
Fechas
y títulos
1-06-1816. BOLÍVAR OTRA VEZ EN CARÚPANO
2-06-1873.- GENERAL PÁNFILO CASTRO.
3-06-1816. BATALLA EN LA
ESMERALDA.
4-06-1830.- LA MUERTE DE
SUCRE.
5-06-1853. PRINCIPIO DE LA REVOLUCIÓN FEDERAL
6-06-1499. ALONSO DE OJEDA.
6-06-1832.-
CORONEL PEDRO JOSÉ ALARCÓN.
6-06-1827. MANUEL NORBERTO VETANCOURT.
7-06-1828. PEDRO CESAR SUCRE Y ROJAS.
8-06-1871. DOMINGO BADARACCO BERMÚDEZ.
8-06-1499. EXPEDICION DE PER ALONSO NIÑO AL PUERTO DE CUMANA.
9-06-1654. DON PEDRO DE BRIZUELA. 1652-1661.
9-06-1835. REVISTA ORIENTAL.
9-06-1890. JOSE ANTONIO RAMOS SUCRE.
10-06-1817. FRANCISCO JOSE DE SUCRE Y ALCALÁ.
10-06-1816. BATALLA DE CARLOS LÓPEZ.
1-06-1816. BOLÍVAR Y EL DECRETO DE LIBERTAD DE LOS ESCLAVOS
2-06-1873.- PERFIL BIOGRÁFICO DEL GENERAL PÁNFILO CASTRO.
3-06-1816.
BATALLA EN LA ESMERALDA Y DATOS BIOGRÁFICOS DE DON TOMÁS DE CIRES
4-06-1830.- LA MUERTE DEL MARISCAL SUCRE.
5-06-1853.
PRINCIPIO DE LA REVOLUCIÓN FEDERAL
6-06-1499. EL CONQUISTADOR ALONSO DE OJEDA.
6-06-1832.- CORONEL PEDRO JOSÉ
ALARCÓN.
6-06-1827. EL POETA INMORTAL MANUEL NORBERTO VETANCOURT.
7-06-1828. PEDRO CESAR SUCRE Y ROJAS.
UN HIJO DEL MARISCAL
8-06-1871.
NATALICIO DEL DR DOMINGO BADARACCO BERMÚDEZ.
8-06-1499. EXPEDICION DE PER ALONSO NIÑO AL PUERTO DE CUMANA.
9-06-1652. CAPITAN GENERAL PEDRO DE BRIZUELA.
9-06-1890. NATALICIO DEL EXCELSO POETA JOSE ANTONIO RAMOS SUCRE.
10-06-1817. FRANCISCO JOSE DE SUCRE Y ALCALÁ.
11-06-1828.-DIPUTADOS POR CUMANÁ A LA CONVENCIÓN DE
OCAÑA
12-06-1819. BATALLA DE
CANTAURA.
13-06-1816. BATALLA EN CARÚPANO.
13-06-1817.-
BATALLA EN CARÚPANO
13-06-1930. MUERTE DE JOSE ANTONIO RAMOS SUCRE.
14-06-1814.-
FUSILAMIENTO DEL CAPITAN PEDRO JOSÉ DE SUCRE Y ALCALA.
16-06-1777. Dr. ANDRÉS LEVEL DE GODA.
17-06-1804.
JUAN MANUEL CAJIGAL Y NIÑO.
18-06-1822. SUCRE GENERAL DE DIVISIÓN DESPUES DE LA BATALLA DE RIOBAMBA.
19-06-1816. TOMÁS DE CIRES.
20-06-1812. SUCRE EN SUS PRIMEROS COMBATES.
21-06-1736.
LA FUNDACION DE IRAPA.
22-06-1792.
VICENTE DE EMPARAN Y ORBE,
23-06-1500. PRIMERA EXPEDICIÓN DE VICENTE YÁNES PINZÓN.
24-06-1595,
FRANCISCO DE VIDES Y WALTER RALEIGHT
24-06-1821.- LA BATALLA
DE CARABOBO
25-06-1926.- NATALICIO DE GUILLERMINA RAMÍREZ.
26-06-1971.- Un recuerdo para un
gran maestro. KESHAVA BHAT.
27-06-1789.- EL HOSPITAL ANTONIO PATRICIO ALCALÁ DE
CUMANA.
28-06-1818. Dr. PEDRO JOSÉ ROJAS.
29-06-1847. DON B L A S B R U Z U A L Y
VELOZ.
30-06-1878.- JOSÉ MARÍA MILÁ DE LA ROCA DÍAZ.
LOS DÍS
HISTÓRICOS
1-06-1816. BOLÍVAR Y EL DECRETO DE LIBERTAD DE LOS ESCLAVOS
Bolívar
llega victorioso a Margarita al frente de la ‘’Expedición de los Callos de San
Luis’’ y es recibido como héroe por el General Juan bautista Arismendi. En esta fecha, sale desde Margarita y arriba al
puerto de Carúpano, en compañía de los
generales Arismendi y Santiago Mariño, y los guerreros que lo acompañaban. En
el puerto de Carúpano obtiene resonante triunfo al vencer a los realista que,
bajo el mando del coronel Andrés Martínez de Pinillos, lugar teniente de
Morillo, le opone obstinada y tenaz
resistencia; al fin el valiente español
que sabe que no podrá detenerlo se declara en derrota y abandona la plaza sale, sin embargo logra ordenarse y reponerse
y logra evadir el cerco y con gran parte de sus fuerzas se refugia en Casanay.
Continuando
su hazañosa campaña tras una cuidadosa
organización de sus fuerzas desplegadas por toda la ciudad y pese a la tenaz
resistencia de sus moradores partidarios de los españoles toma toda la plaza, y
el mismo día cumpliendo la palabra empeñada con el Presidente de Haití Alexander Petión firma el Decreto por el cual declara la libertad de los
esclavos.
Bolívar
permanece trabajosamente en Carúpano 30 días, en los cuales los españoles y
gran parte de la población le es hostil por lo cual El Libertador estuvo a
punto de incendiar la población que se negó a colaborar con la causa
patriota. Pese a Todo formó con reclutas
una fuerza importante y parte para el
centro como estaba previsto. Se concentra en Ocumare de La Costa, al frente de
1000 hombres; enfrenta graves problemas con sus oficiales encontrándose cercado por el coronel Francisco Tomás
Morales que no le daba cuartel. Salva
milagrosamente la vida, ya que querían abandonarlo o fusilarlo sus propios
compañeros. Gracias al auxilio del francés Videau salva la vida. Entonces
decide volver a Haití. Deja al
coronel Mac Gregor al frente de las
tropas y parte probablemente con la idea de asilarse o tal vez en busca de
auxilios.
DECRETO DE LIBERTAD DE LOS
ESCLAVOS
El 2 de Junio de 1.816
Simón Bolívar Jefe Supremo y Capitán General de los ejércitos de Venezuela y Nueva Granada.
A los habitantes de Río Caribe,
Carúpano y Cariaco, salud: considerando que la justicia, la política y la
patria reclaman imperiosamente los derechos imprescindibles de la naturaleza,
he venido en decretar, la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo
el yugo español en los tres siglos pasados, considerando que la República
necesita de los servicios de todos sus hijos, tenemos que imponer a los nuevos
ciudadanos en las condiciones siguientes:
Art. 1. - Todo hombre robusto,
desde la edad de catorce años hasta los sesenta años, se presentará en la
Parroquia de su Distrito a alistarse en las banderas de Venezuela, Veinticuatro
horas después de publicado el presente decreto.
Art. 2. - Los ancianos, las
mujeres, los niños y los inválidos quedarán eximidos desde ahora y para siempre
del servicio militar; como igualmente del servicio doméstico y campestre en que
estaban empleados a beneficio de sus señores.
Art. 3 - El nuevo ciudadano que
repuso tomar las armas para cumplir con el sagrado deber de defender su
libertad, quedará sujeto a la servidumbre, no sólo de él, sino también de sus
hijos menores de 14 años, su mujer y sus padres ancianos.
Art. 4 - Los parientes de los
militares empleados en el ejército
Libertador gozarán de los
derechos de ciudadanos y de la libertad absoluta que es conceder este decreto a
nombre de la República de Venezuela.
El presente reglamento tendrá
fuerza de ley y será fielmente cumplido por las autoridades de Río Caribe,
Carúpano y Cariaco.
Dado en el cuartel General de
Carúpano, 2 de Junio de 1.816. días después, al continuar en la Campaña militar
en el centro de nuestro país, el Libertador ratifica su decreto de Carúpano en
su proclama a los venezolanos de la Provincia de Caracas. Entre los anuncios
que hace a los compatriotas dice: "esa porción desgraciada de nuestros
hermanos que ha gemido bajo las miserias de la esclavitud".
2-06-1873.- PERFIL BIOGRÁFICO DEL GENERAL PÁNFILO CASTRO.
Este patricio de espíritu
romano, nació en esta fecha, en la
ciudad de Cumaná -Estado Sucre. Desde 1919, a los 46 años, se incorpora al movimiento patriota y revolucionario que luchaba contra
la dictadura de Juan Vicente Gómez, encabezado en Oriente por el general y Dr.
Aquiles Iturbe; y en el cual militaban líderes como los coroneles Matheus y
Guzmán, y el heroico patricio Pedro
Elías Aristeguieta Rojas, de la estirpe del Libertador; y los generales Agustín Rodríguez, Elías Rodríguez,
Alfredo Russián y Pedro María Yegres; el
líder unificador del pueblo cumanés, Juan de Dios Gómez Rubio; el recio luchador social Dr. Ramón Carbonell; y otros como Miguel Ángel Blanco, Antonio Amundarain, que
son los que preparan la lucha clandestina en Cumaná. Este movimiento organiza
la épica jornada del 11 de agosto de 1929, cuando surge en Puerto Sucre el
navío “Falke” con una fuerza invasora bajo el mando del general Román Delgado
Chalbaud, que se desplaza abiertamente
por la Avenida Bermúdez, y bajo metralla incesante logran avanzar con desprecio
de sus vidas, hasta el puente Guzmán Blanco, dejando una estela de heridos,
entre los cuales estaba Armando Zuloaga Blanco. En ese fatídico puente estaban
atrincheradas las fuerzas del gobierno del Estado Sucre, bajo el mando del
General Emilio Fernández, Presidente del Estado Sucre, y el General Tobardía, Jefe de las Fuerzas
del Estado Sucre, fuertemente armados y protegidos; sin embargo las fuerzas invasoras intentaron
con atrevidos movimientos, atravesar el puente,
bajo fuego incesante; y, cuando
casi lo lograban, una bala disparada por un francotirador, desde un samán que
estaba del otro lado del río, alcanzó en el pecho al general Delgado Chalbaud,
cuando intentaba salir gritando victoria con una bandera alzada; y otra bala, en circunstancias
parecidas, mató al general Emilio
Fernández, que salió eufórico de la barricada en la cual estaba protegido, para
arengar a sus hombres que daban muestras de cansancio; las fuerzas invasoras se replegaron bajo el
mando del general Doroteo Flores, cuando apareció en la escena Pedro Elías
Aristeguieta, con sus escoltas pero sin los refuerzos, que a esa hora, 11 am.,
estaban desembarcando en Caigüire; tampoco llegaron a tiempo las fuerzas de
Pedro Maria Yegres ni las de Juan de Dios Gómez Rubio, al parecer no hubo
concierto en el día ni la hora. Nadie lo ha explicado. Al enterarse Pedro
Elías, de la tragedia, se unió con Doroteo Flores, y reuniendo las fuerzas
dispersas, a las cuales se habían unido muchos cumaneses, se retiraron en busca
del batallón de guaiqueríes que esperaba instrucciones de Pedro Elías en
Caigüire, donde se les unió con sus fuerzas el general Pánfilo Castro, que
venía desde Cumanacoa y Marigüitar, con muchos hombres, pocas armas y escaso de
municiones; entonces lograron organizar un batallón de 500 hombres, atacaron Cumaná el día 13, y derrotaron completamente al general
Tobardía que capitaneaba las fuerzas del gobierno, en la batalla más importante de la gesta
libertadora, en la Plaza Ayacucho; y tomaron la ciudad, fue el único día de
gloria de Pedro Elías y Pánfilo Castro. Pánfilo Castro salió herido, pero continuó
en la pelea hasta Santa Ana, donde fue herido de muerte el heroico Líder Pedro Elías Aristeguieta.
3-06-1816.
BATALLA EN LA ESMERALDA Y DATOS BIOGRÁFICOS DE DON TOMÁS DE CIRES
Don Tomás de Cires, gobernador nombrado por Morillo de
la provincia de Nueva Andalucía, en conocimiento del desembarco de Bolívar en
Carúpano, sale a su encuentro, y es derrotado en La
Esmeralda, muy cerca de Carúpano.
Notas
sobre Don TOMAS DE CIRES. 1815-1820. Fue nombrado directamente por Fernando VII,
gobernador y capitán general e intendente del ejército y real hacienda de las provincias de Cumaná y Nueva
Barcelona, inspector de las tropas
veteranas y milicias de sus respectivas guarniciones, Juez de arribada y comisos, Juez conservador de la real renta de correos y postas y Vice
patrono real. Gobernó desde Agosto de 1815 hasta enero de 1820. Casó en Cumaná
con María del Rosario Sotillo Santaella,
Por orden de Morillo hizo derribar la iglesia de la Divina
Pastora e incendiar el barrio de Chiclana en Cumaná, también ordenó incendiar y
destruir los templos de Cumanacoa, San Lorenzo, Aricagua y Arenas.
En su período hubo algunos gobernadores interinos, como el
coronel Aldama, quien hizo azotar a doña Leonor Guerra, la cual murió de
pesar. Se le considera mártir de la revolución.
Morillo, Cires y Aldama se ensañan con las mujeres de
Cumaná: Micaela Brito de Machado, Clara Pereira de Vetancourt, Micaela Mejía de
Sucre, Cesárea Sánchez, Teresa Prada, Ana Josefa Peñaloza de Núñez, fueron
torturadas y desterradas.
Mariño
con Bermúdez, Sucre, Valdés, estrechaba
el sitio sobre Cumaná. Los reales abren frentes en el interior de la provincia.
Mariño manda una columna a cargo del intrépido
coronel Domingo Montes y otra al mando del coronel Berné para
contenerlos y él se dirige a
Carúpano. Mariño se enfrenta al
indio Macario Martínez, sagaz caudillo de aquella zona, lo derrota y logra
pacificarla, volviendo a Catuaro.
Desde
Ocaña en la Nueva Granada, Morillo se
informa de la situación de la provincia
de Cumaná, y vuela en auxilio de Don Tomás de Cires, cercado por Mariño, y
también por el regreso y desembarco de Bolívar en Carúpano al frente de una
bien organizada expedición.
Llega a principios de junio de 1817 y encuentra al
Brigadier Don José de Canterac que había venido desde España al frente de un
poderos ejército compuesto de dos batallones: Navarra y Burgos, con 800 plazas
cada uno. Dos escuadrones de lanceros con 360 plaza cada uno; dos compañías de
caballería de 192 plazas cada uno; una compañía de artilleros de 80 plazas,
equipajes y demás pertrechos de guerra.
Morillo
ordena a Canterac atacar a Cariaco, y lo hacen el 10 de junio; derrota
convincentemente a los patriotas de Mariño que se refugian en Carúpano. En
Cariaco no solo se pierde una batalla sino que acaecen dolorosas bajas, muchos
jefes patriotas pierden la vida entre ellos el Capitán Pedro José Sucre y Alcalá, hermano del
Mariscal; y el Teniente Coronel Rafael Jugo, Secretario de Mariño. En esos días
se hizo famoso el indio Macario Martínez, que aterrorizaba a las familias carupaneras,
y al cual Canterac acogió de buen grado para cometer cientos de fechorías
contra las principales familia cumpliendo instrucciones de Morillo.
Don
Tomás de Cires, se dice vencedor de Bermúdez,
lleno de sagrado entusiasmo,
dice: “Establecido el enemigo en el Puerto de la Madera, a legua y media
de esta plaza, determiné atacarlo en sus
trincheras con 700 hombres, que era mucha parte
de nuestra guarnición , y tuvo efecto mi
pensamiento hoy día de nuestro augusto soberano, con tan feliz suceso, que
el enemigo desalojado a la bayoneta de sus fuertes atrincheramientos, dejó en
nuestro poder las dos piezas de artillería que allí tenia, toda su caballería
compuesta de 130 caballos ensillados,
copiosa porción de municiones; un crecido número de fusiles y lanzas, todas las
reses que allí tenían, y el campo cubierto de cadáveres. Nosotros hemos tenido
alguna perdida. Aun no se me ha dado el parte circunstanciado de todo: cuando lo reciba lo trasladaré a V. S. Cumaná 30 de mayo de 1818. (73)
Nota: Cires consideró un triunfo la retirada
táctica de Bermúdez el Áyax venezolano, hacia Cumanacoa donde va a reorganizar
el ejército después de cobrar 150 bajas en el ejército de Cires. Bermúdez
capturó a Cires en 1821 y ordenó su inmediata ejecución.
4-06-1830.- LA MUERTE DEL MARISCAL SUCRE.
Berruecos fue un poema, fue la oscura
Página roja de la hostil cruzada,
Y una cumbre a la gloria levantada
Donde el hombre inmortal se transfigura
Si por la libertad lucha y fulgura,
Nunca más redentor que en la emboscada,
él, que llevaba en su gloriosa espada
la simbólica cruz de empuñadura.
Héroe de generosas convicciones,
Imponiendo su gesta a las naciones
Vence y perdona con grandeza extraña.
Vence y perdona, y ávido de arcano
Escoge bajo el cielo americano
Una tumba de cóndor: la montaña.
J M Rondón Sotillo.
El 4 de junio de 1830, víspera del día de Corpus
Cristi, el General en Jefe Antonio,
José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho y Redentor de los Hijos del Sol, fue
asesinado por el capitán Apolinar Morillo, y cuatro sicarios, contratados al
efecto, por el General José María Obando, del partido de Santander.
Se ha probado que
éste general Obando, hizo llamar al coronel Apolinar Morillo,
venezolano, a su servicio, y, con él y
en su casa, se fraguó el macabro
plan de asesinar al Gran Mariscal, estando presentes otros cómplice,
entre ellos: Antonio Mariano
Álvarez.
Después de convencer al capitán Morillo, de la necesidad de eliminar a Sucre,
se le entregó una carta para el siniestro José Erazo, famoso asesino; con quien
se reunieron los conjurados, en Salto de Mayo. Este sitio queda en la ruta que
cruza la montaña de Berruecos.
El 2 de Junio llega el Mariscal en “Salto de Mayo”, a
la casa de José Eraso, acompañado por el Licenciado José Andrés García; el Sargento
Caicedo, hombre de su confianza; el sargento Colmenares con cuatro escoltas: el
negro Francisco, esclavo del Licenciado, y tres hombres que se ocupaban del
equipaje.
Llegaron la a
la casa de José Erazo, y encontraron reunidos a los criminales: Juan Gregorio
Sarria, Juan y Andrés Rodríguez, y Juan
Cuzco, con Erazo y Morillo.
Sucre y su comitiva pasaron allí la noche. El día 3 salieron temprano y llegaron a Venta Quemada, y allí estaban los
sospechosos. Sucre se alarmó pero no lo dio a entender sino que puso en alerta
a su comitiva. Al amanecer del día 4 a
las 8 de la mañana, sale Sucre con sus acompañantes, de Venta Quemada, por la
única ruta posible, subiendo por intrincados caminos, entre los bosques de la
alta montaña de Berruecos y entran por una senda muy estrecha y peligrosa, que
llaman de Cabuyal; tienen que pasan en fila india. Delante va García Trelles y
el sargento Colmenares, luego un poco retrasado va Sucre en compañía de Sarria,
detrás va el sargento Caicedo, distraídamente. No se escucha en Berruecos ni un
lamento.
Alguien, tal vez Morillo, llama al Mariscal por su
nombre: ¡General SUCRE!…
Y luego, casi instantáneamente, cuatro disparos. Tres
dieron en el cuerpo del Mariscal y uno tocó a la mula.
El Mariscal cae de la mula y murmura.
¡Oh Balazo!...
Y otra vez el silencio volvió a la montaña.
La mula en la que cabalgaba el Mariscal, al sentirse herida huyó
desbocada.
El Licenciado García, aterrorizado pico espuelas y se
apartó del teatro del crimen; en cambio el Sargento Caicedo, que venía en la
retaguardia, avanzó rápidamente y al ver al Mariscal herido y tirado en el
camino bajó de la mula a socorrerlo, y pudo escuchar sus última palabras, Trató
inútilmente de reanimarlo, estaba muerto. Alcanzó ver a los asesinos, a los
cuatro sicarios huyendo por el camino que bajaba entre el follaje de la
montaña. Caicedo según su versión trato
de seguir a los bandoleros, pero se dio cuenta de lo imposible de enfrentarlos,
eran cuatro asesinos armados y él estaba solo. Regresó a Venta Quemada, El Sargento Colmenares también
regresó con su gente.
En ese sitio y a esa hora nació una luz que alumbrará por siempre el espíritu de la libertad americana. ¡Sucre ha muerto! ¡Han matado al Abel de
Colombia!
Apolinar Morillo consigna en pago, la vil suma
de diez pesos a cada uno de sus tres sicarios. Treinta monedas de plata, que no
pudieron disfrutar, fue el precio de la vida de Cristo, a quienes, a pocos días
de consumado el horrendo crimen, los envenena José Erazo, el famoso auxiliar
del general José María Obando; conocido asesino como el “Bandido de Salto de
Río Mayo”, Erazo los envenena, con el fin de evitar que hagan confidencias o
revelaciones.
El sargento Lorenzo Caicedo, fiel servidor de
Sucre, llega a Quito en la mañana de un
Jueves de Corpus, el diez de Junio, trayendo ensillada la mula de Sucre, y las
botas y el sombrero en la montura. El sombrero tiene dos rasgaduras hechas con
proyectiles de fusil. La Casa Azul de la Marquesa, sita en
la carrera Venezuela hoy número 66, hállase lujosamente adornada, en virtud de
que la “Procesión de Corpus” pasará por
su frente.
Al ver la Marquesa a Lorenzo Caicedo, le
pregunta:
¡Caicedo!… ¿Qué es del General?,
y él responde:
“Vengo de enterrarlo debajo de un árbol,
porque lo mataron en Berruecos”.
Al oír la noticia del asesinato en la persona
del ilustre General Antonio José de Sucre, la dama horrorizada ordena quitar
los adornos de la Casa Azul, la que
esperaba vestida de fiesta, se muda en riguroso duelo. La viuda, su familia, los
amigos, la servidumbre, y el
pueblo, lloran desesperados y temerosos.
A mediados del mismo Junio, Mariana. Revestida
de valor, resuelve que Lorenzo Caicedo, su mayordomo Isidro Araus y cuatro
peones, vaya a Berruecos a traer el cadáver de Sucre.
Llevan dos bestias de carga, mucho alcohol,
varias sustancias antisépticas, y también una caja antigua de madera, de las de
guardar ropa.
Una vez en Berruecos, desentierran el cadáver,
le echan el alcohol y las sustancias, lo ponen en la caja, le recogen las
piernas, a fin de que entren en la caja, la cierran bien, y encima le tienden
ropa, para hacer creer que es una caja de mercaderías.
Lo traen con el mayor disimulo; viajan de noche, con el objeto de no ser asaltados
por los envidiosos y pérfidos enemigos de Sucre
A Principios de Julio del mismo 1830, pisan el
Valle de Chillo, situado al Sur-Este de Quito.
La viuda pone el cadáver en un lindo ataúd,
después de esparcirle sustancias antisépticas, y lo entierra en el Oratorio de
su Hacienda “El Deán”, ubicada en el
mismo valle, a saber, en la hoy parroquia de Conocoto de la Provincia de
Pichincha.
Ahí permanece hasta 1841, en que la señora
Mariana de Carcelén, viuda del Mariscal, muda los restos a un nuevo ataúd, al
cual también muda los restos de su hija, la niña Teresa, fallecida el 15 de
noviembre de 1831, y cuya muerte aún no ha sido esclarecida, y fue
sepultada el 16 del mismo mes en la
iglesia de San Francisco.
Isidro Araus, su esposa Francisca y otras
personas, junto con la Marquesa, traen el ataúd con mucho sigilo hasta la Iglesia del Carmen Bajo, y con
especial cuidado, lo entierran en el Presbiterio delante del Comulgatorio de
las Religiosas, por voluntad de la Madre Priora, Manuela Valdivieso Carcelén,
prima hermana de la viuda, y, a la vez, previo influjo de otras religiosas,
Josefa y Magdalena Larrea, tías carnales de la viuda.
La señora Rosario Rivadeneira, en virtud de
ser amiga del Dr. Alejandro Melo (Médico) le avisa, a principios de abril de 1900, que los restos de Sucre se hallan sepultados en el Presbiterio de la
iglesia mencionada
La señora llega a poseer el secreto, porque,
después de muchos años de fallecida la Marquesa, se lo reveló a la mujer de Isidro Araus, ya cerca de
morir.
A la Marquesa se la bautizó en Quito, el 27 de
Junio de 1805. murió de fiebre, y con todo auxilio de la Religión Católica, en
un lunes 15 de diciembre de 1861,
a los 56 años, 4 meses, 18 días. Fue llorada por la
ciudad de Quito, en atención de haber
sido muy virtuosa y muy
caritativa, y sepultaron su cadáver en el Tejar.
Pues bien, el Dr. Melo se asocia al señor César Portilla, y ambos dan la
noticia a don Abelardo Moncayo, Ministro de lo Interior, y éste consigue del Ilustrísimo Señor Arzobispo Dr. Pero Rafael González Calisto, que dé licencia a las Religiosas del Carmen Moderno (Carmen Bajo) a fin de hacer las delicadas averiguaciones.
Interrogada la Madre Priora Carmen Jámeson,
previa licencia arzobispal, dice entre varias cosas, que por tradición
sabe con seguridad que, en 1841,
sepultaron los restos del Mariscal Sucre en el Presbiterio de la aludida
Iglesia, delante del Comulgatorio de las Religiosas.
Como se ve,
las palabras concluyentes de la
Madre Jámeson, son las que hacen creíble la revelación de la señora Rivadeneira, revelación que
carecía de apoyo y de sello de verdad.
El gobierno que preside
el General Eloy Alfaro, ordena que
en virtud de autorización
concedida por el Señor Arzobispo, se hagan las excavaciones en el lugar señalado por la Rda. Jámeson; y en verdad, a los tres días de excavar hallan el ataúd, a las dos de la tarde de un martes 24 del referido Abril de 1900.
La señora Rivadeneira es premiada por el
gobierno con 4000 fuertes.
Ahora pues, en un lunes 7 de mayo del ante
dicho 1900, la Junta Médica de la Universidad Central, previo examen
concienzudo, informa que los restos son
los mismos de Sucre.
Se ponen los identificados restos en una linda
caja de ébano inclusive un tubo de vidrio que contiene el acta de colocación de
ellos; después se cierra y sella la caja
en debida forma, y se la guarda en una urna extraordinariamente lujosa, y
asegúrasela con buenos candados. En Europa trabajan la urna; es de metal
dorado, y de bellísima configuración; la parte inferior se compone de cuatro caras de mármol negro; el
interior es de muy fino terciopelo rojo, con botones de oro; sobre ella está
fija una preciosa cruz dorada, y el trabajo es verdaderamente artístico.
Más o menos, la urna tiene un metro de altura;
uno de largo y 60
centímetros de ancho.
Es destinada a poner en ella los restos del
gran jurisconsulto y Vicepresidente de la República, Dr. Pedro José Arteta,
fallecido el 24 de agosto de 1873, y en seguida guardados en la Iglesia de la
Compañía; más por razones de dificultad de última hora, su hijo Don Carlos Arteta vende la urna al
Gobierno en mil sucres, en uno de los días posteriores al 24 del enunciado
abril.
El jueves 17 de mayo del mismo 1900,
el Ministerio de Hacienda, por medio de oficio, ordena a la Tesorería
Fiscal de Pichincha que pague los mil sucres.
Previa licencia del Señor Arzobispo, se forma
una Capilla Ardiente en la iglesia del Carmen Bajo. El principal compositor de
la Capilla, que resulta muy lujosa, es el habilísimo hermano Mercedario Fray
Miguel Serapio Quijano.
Los restos contenidos en la urna, quedan en la
Capilla desde el mismo 29 de Mayo, hasta el domingo 3 de Junio del mencionado
1900, y celébranle honras solemnes los padres Mercedarios, los Agustinos, los
Franciscanos, los Dominicos y los Jesuitas, respectivamente.
Ahora pues, un Consejo de Guerra de Oficiales
Generales, instalado en Bogotá, sentencia a la pena de muerte al Ex-Teniente
Coronel Apolinar Morillo, en un jueves, 18 de Agosto de 1842, después de
convicto y confeso.
Forman el Consejo los generales Ramón Espina,
Manuel María Franco y Marcelo Buitrago; los coroneles José María Cancino y José
Arjona; los tenientes coroneles Fernando Campos y Lorenzo González y el Auditor
de Guerra Dr. Narciso Sánchez, todos ilustrados.
En un martes, 25 de octubre del mismo 1842, la Suprema Corte Marcial de la Nación, residente en Bogotá, confirma
la sentencia.
Los jueces son los doctores Estanislao Vergara, Miguel Tobar y Eusebio
María Canabal; Conjueces Militares, General Joaquín París y Coronel Anselmo
Pineda; Fiscal, Dr. Manuel María Mallarino, y Secretario interino, Dr.
Nepomuceno Esguerra, todos muy ilustrados.
A
Morillo lo tienen en el Cuartel
de San Agustín en Bogotá. Allí lo visitan con frecuencia, el religioso
agustino, Francisco Aguillón y el señor presbítero Ignacio González. Ambos lo
consuelan y le hacen fervorosas exhortaciones.
En un lunes 28 de Noviembre del propio 1842,
Apolinar Morillo da un largo Manifiesto, cuyos dos párrafos principales dicen
así: “A mis conciudadanos, a mis compañeros de armas, a la humanidad entera.
Dentro de pocos instantes no quedará de mi sino la memoria, lo único que me sobrevivirá,
y que quisiera librar de la ignominia con la sangre que voy a derramar en el
patíbulo. Nada deseo ya, nada más apetezco sino el que mi nombre no sea pronunciado
con horror, ni execrado por la posteridad.- Cometí, es verdad un delito, pero
mi corazón no participó en él; mi acción fue criminal, pero mis sentimientos
jamás lo fueron. Un destino funesto quiso que el ex general José María Obando,
que tenía meditado el asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de
Sucre, de acuerdo con otros señores, cuyos nombres no debo expresar en estos
momentos, más cuando la Opinión Pública
los señala con el dedo, me escogió para instrumento para entender en
aquel crimen, perpetuado en un hombre justo a quien yo respetaba”.
“A
las 4 de la tarde del miércoles 30 del mismo noviembre de 1842, la Compañía que
guarda al reo, Apolinar Morillo, en el Cuartel de San Agustín, lo lleva
amarrado a la plaza de Catedral. Va pálido, con los ojos hacia el suelo y con
un crucifijo en las manos; camina al paso lento de la marcha que toca el
respectivo tambor; en la plaza está formado todo el Ejército que hay en la
ciudad, en la que, a la vez hay un inmenso gentío, las campanas tocan a agonía;
además de numerosa concurrencia lo acompañan dos sacerdotes, el Dr. Antonio
Herrán y el Dr. Antonio Margallo, y le
hacen muchas exhortaciones. (El primer sacerdote llegó a ser Arzobispo de
Bogotá, del 15 de abril de 1855 al 6 de febrero de 1868 en que murió)
Una vez en el patíbulo, lo sientan en el
banquillo, lo amaran a este y le vendan los ojos. Dice que perdona al Ex
-General José María Obando, a fin de que Dios le perdone a él, y exclama: “¡He
sido muy pecador! ¡Dios mío, perdóname!”.
En seguida, cuatro tiradores le disparan
sendos balazos en el corazón, e instantáneamente se inclina la cabeza sobre el
pecho.
De este modo se cumple la sentencia de Dios,
que dice: “El que derrama la sangre de su hermano será castigado con la efusión
de la propia suya.”
Con la merecida muerte que sufrió Apolinar
Morillo, quedó satisfecha aquí en la tierra la “Vindicta Pública”, dice un gran
pensador.
José María Obando nace el 8 de agosto de 1795,
en una hacienda de la jurisdicción de Caloto, ciudad del Departamento del Cauca
en Colombia, y es hijo de padres desconocidos.
Lo traen dos años a Popayán, y lo adopta por
hijo el español Juan Elías Obando, de quien toma el apellido. Para concluir,
José María Obando, que ordena asesinar al insigne Bienhechor e inocente Sucre, el gloriosísimo
triunfador en las sangrientas batallas
de Pichincha, Ayacucho y Tarquí; José María Obando, el bandido de Berruecos, el
infame Caín del justo Abel de la Gran Colombia, muere como cerdo , en un martes
29 de abril de 1861, con once lanzazos que le dan en el sitio de Cruz Verde, o,
de una manera más precisa, en Puente de Tierra del hoy Departamento de
Cundinamarca en Colombia, y el nefando crimen de Berruecos lo paga él también con la efusión de su propia sangre.
Como se ve, y como lo dice la historia y la
experiencia, de la inflexible justicia de Dios, aunque demore bastante, no se escapa ningún perverso, ningún
malhechor, ningún tirano, ningún homicida, ningún asesino por muy grande y poderoso que sean”.
5-06-1853. PRINCIPIO DE LA REVOLUCIÓN FEDERAL
Cumaná se suma al movimiento contra los
Monagas iniciado en Valencia el 24 de Mayo de 1853. Margarita se suma a este
movimiento el 1 de Junio de ese año. El
día cinco de junio se repite la tendencia manifestada por todos los pueblos
orientales; pero es en Cumaná donde se le da sentido revolucionario y
doctrinario con Estanislao Rendón a la cabeza, que proclama un movimiento
federalista reivindicando los movimientos similares de 1822, 1826 y 1835, y es
en Cumaná donde se utiliza por vez primera el exergo “Dios y Federación”.
La bandera
que se enarbola es de dos colores: amarillo con una franja azul en el centro.
Se constituye un gobierno provisorio, formado por el propio gobernador don José
del Carmen Guevara, el Dr. Estanislao Rendón y don Pedro Lucas Mayz; quedando
de suplentes: don Lorenzo Prado, General Bartolomé Milá de La Roca y
Valenzuela, y don Gervasio Sotillo; y
fue nombrado jefe las fuerzas armadas el invicto general Ramón Pérez.
Todos los
pueblos de oriente incluidos: Barcelona, Maturín y Carúpano se adhirieron al
movimiento federalista. Fue aquí donde nació La Federación.
6-06-1499. EL CONQUISTADOR ALONSO DE OJEDA.
Surge en esta fecha en el
puerto de Cumaná una expedición bajo el mando de Alonso de Ojeda, Juan de La
Cosa y Américo Vespucio, organizada bajo
la protección del Obispo Fonseca, tenebroso personaje del Imperio recorre
las costas de la tierra firme americana,
y llegan al pueblo Chaima Caribe de Cumaná, el más poblado y con un promisorio
río navegable, el Chiribichií, en cuyo
puerto fueron muy bien recibidos por sus habitantes, que ya conocían los
españoles, y los surtieron de una buena cantidad de perlas, sal, maíz, pescado
salado y casabe.
Maravillados por lo que creían
haber descubierto le ponen el nombre de Provincia de
Nueva Andalucía el mismo de cuyos puertos habían zarpado se propuso
sacar ventaja de su conocimiento
En 1508 Ojeda se enteró que el Rey Fernando el Católico, había llamado a concurso la gobernación y
colonización de Tierra Firme, que comprendía las tierras desde Honduras hasta el cabo de la Vela en Colombia.
La Corona dividió la oferta y otorgó la región en dos gobernaciones: Veragua al oeste y Nueva Andalucía al este, con límites en el golfo de Urabá; así Ojeda recibía la
gobernación de Nueva Andalucía y Nicuesa recibía Veragua. Esta capitulación fue
firmada el 6 de junio de 1508.
El 10 de noviembre de 1509, Ojeda logró partir nuevamente como
gobernador de Nueva Andalucía, y llega a
Santo Domingo, poco después de nombrar Alcalde Mayor al bachiller Martín Fernández de Enciso, un acaudalado abogado que tenía
órdenes de fletar una embarcación con más provisiones para ayudar a Ojeda
cuando fundara una colonia en Nueva Andalucía.
El nobel
gobernante, procurando evitarse problemas con los indígenas de su
región, pidió que se redactara una extensa y curiosa proclamación en la que
invitaba a los indígenas a someterse al Imperio español, que de lo contrario
iban a ser sometidos a la fuerza; dicha proclamación fue hecha por el
escritor Juan Palacios y Rubio y contó con la aprobación de las autoridades
españolas.
Ojeda llegó a la bahía de
Calamar, en la actual Cartagena (Colombia), combatió y venció a
los indígenas de la costa; aprovechándose de esta ventaja decidió perseguir a
algunos indígenas que se habían adentrado en la selva y llegó a la aldea
de Turbaco: ahí sufrió la ira de
los indígenas que tomaron desprevenidos a los españoles.
En esta contraofensiva murió Juan de la Cosa, que
sacrificó su vida para que Ojeda escapara, y murieron también casi todos los
que le acompañaban. Ojeda tuvo que huir para salvarse con un solo hombre y
llegó a la orilla del mar, en donde pudo ser rescatado.
Poco después llegó la
flota de Nicuesa, quien, preocupado por la pérdida que había tenido Ojeda, le
cedió armas y hombres,
y lo acompañó, en sus expediciones, para vengarse de los
indígenas de Turbaco, a los cuales acometieron y derrotaron. De vuelta en la
bahía de Calamar, Nicuesa se separó de Ojeda en dirección mar adentro hacia el
oeste rumbo a Veragua, mientras que Ojeda seguía recorriendo las costas de
Nueva Andalucía hacia el suroeste, llegando al Golfo de Urabá, donde estableció el
famoso fuerte de San Sebastián de Urabá, el 20 de enero de 1510.
6-06-1832.- CORONEL PEDRO JOSÉ
ALARCÓN.
Fue el coronel Pedro José Alarcón Ayudante
de Sucre, a cuyo lado estuvo con lealtad y decisión por espacio de muchos años
desde 1817, y cuya valiosa estima supo granjearse por sus especiales
condiciones. El 6 de junio de 1832 murió en Guayaquil, donde fundó hogar y
residía dedicado entonces al comercio: a continuación insertamos, tomado de “El
Colombiano”, periódico de la antigua Tumbes, No. 148, correspondiente al
jueves 14 de junio del último año
mencionado la siguiente necrología:
“El 6 del
corriente falleció el señor coronel Pedro José Alarcón, natural de Cumaná, a
los 32 años de su edad.
“Desde su
primera juventud abrazó con entusiasmo la causa de la Independencia en clase de
aspirante, se halló en las principales batallas que dieron libertad a Colombia
y al Perú, conduciéndose de modo a captar la amistad y elogio de sus jefes,
particularmente del Gran Mariscal de Ayacucho, de quien fue primer Edecán y
amigo, que mereció sus más lisonjeras y honorificas confianzas. Asegurada en
Ayacucho la causa de la América, se retiró del servicio activo, tanto para no
gravitar sobre los fundos públicos, cuanto para dedicarse a otra carrera que
pudiese hacer valer sus haberes militares y procurarse una vida más tranquila
por sus personales esfuerzos; pero permaneciendo siempre a disposición del
gobierno en caso de una nueva contienda con España”. En medio de los peligros
inseparables de la agitación de la vida de un militar siempre en campaña,
conservó en toda su pureza los principios de honor y demás virtudes que había
recibido de sus padres, y en el período de su vida comercial, logró corroborar
el buen concepto que le había atraído una conducta en todo exenta de la menor
censura. Militar valiente y honrado, comerciante íntegro, ciudadano consagrado
a la Patria, amigo sincero y esposo afectuoso, llevó al sepulcro el sentimiento
de todos los que lo han tratado, y el respeto de los que solo de reputación lo
conocían.
El pueblo
de Guayaquil, que lo contaba entre sus buenos vecinos, ha dado las más
inequívocas pruebas de la triste impresión que le ha dejado su temprana muerte:
su viuda, lamentado su inmensa pérdida nunca las olvidara” (1)
Honra de la
tierra de su natalicio es por lo tanto el Coronel Pedro José Alarcón, cuyo
nombre estaba en el olvido entre sus coterráneos, así como todavía lo está, el
de muchos, muchísimos otros patriotas cumaneses, dignos de recordarse con
cívica elación, porque resueltos y desprendidos, se consagraron a la causa
generosa y humanitaria de la Independencia Nacional. Es signo de la vitalidad
de un pueblo el culto de su historia.
6-06-1827. EL POETA INMORTAL MANUEL NORBERTO VETANCOURT.
Nace en
Cariaco el inspirado poeta Manuel
Norberto Vetancourt, autor del famoso soneto “Berruecos”. Fue además abogado,
senador de la República, presidente del Congreso Nacional, Ministro de
Relaciones Interiores en 1869, Murió en Cumaná el 22 de Junio de 1870.
Participó en
la Revolución Federal. Formó parte distinguida en la redacción de la
Constitución Nacional después del triunfo de la Federación, y redactó la
Constitución del Estado Nueva Andalucía, que comprendía el territorio de los
estados Sucre y Monagas, en 1865.
Líder de
recio carácter, acatado y respetado en el Congreso, se opuso
a otorgar al General Falcón, los títulos de Gran Ciudadano y Mariscal,
cuando este ocupaba la Presidencia provisional de la República. También se
opuso al empréstito que pedía el gobierno Federal. Una vez que triunfó la
Revolución Azul, fue nombra Ministro de Relaciones Interiores y en ejercicio de
esas funciones, regresó a Cumaná para organizar el gobierno de la Provincia de
Nueva Andalucía, y aquí permaneció hasta
su muerte, este gran hombree.
7-06-1828. PEDRO CESAR SUCRE Y ROJAS.
UN HIJO DEL MARISCAL
A Sucre se
le atribuyen tres hijos en Ecuador, uno de ellos, sin duda hijo del General en
Jefe, Antonio José de Sucre, Gran Mariscal de Ayacucho y doña Manuela Rojas,
fue bautizado por el Cura Rector de la Parroquia de Santo Domingo, en Quito,
Dr. José de Higueras; en la pila bautismal,
que antes fue el sagrario de la Guadalupe. La Partida de Bautizo se encuentra asentada
con el No. 53. Foja 94 del año 1819.
Aunque en la
partida no aparece el nombre, es César Sucre Rojas, que se graduó de abogado en
1855, y casó con doña Carmen de Matienzo. Estos datos y la partida las publicó
don Ángel Grisanti, a quien se le atribuye el descubrimiento de este documento
indubitable.
Sucre ya
había tenido en Cumanacoa en 1817, una relación que dio frutos con Doña Ana
María Serpa, una niña que fue bautizada con el nombre de Lucía, y está
enterrada en la iglesia de Píritu, y también procreó con Doña Tomasa Bravo, una
hembra a la cual bautizó con el nombre de Simona. Al Mariscal se le conocen
cuatro hijos.
8-06-1871. NATALICIO DEL DR DOMINGO BADARACCO BERMÚDEZ.
Domingo Badaracco Bermúdez nació en Cumaná el 8 de junio de 1871. Cursó
estudios en el Colegio Federal de Cumaná y en la Universidad Central de
Venezuela. Se graduó de médico cirujano en el año 1895.
Ejerce la medicina durante 40 años en Cumaná, y murió en el año 1935. Domingo fue llamado
por Andrés Eloy Blanco “El Sócrates de Venezuela”, tenía la virtud de enseñar
caminando por las calles polvorientas, por las plazas, bajo los árboles, cada
vez que hablaba. Desempeñó la medicatura
de Sanidad, fue miembro correspondiente de la Academia Nacional de
Medicina, así como también de muchas Sociedades científicas.
Se distinguió por su tratamiento del paludismo, el tifo y el cólera; también como maestro de castellano y
literatura del Colegio Federal, además
de crítico de arte y ensayista, crítico de arte, guía espiritual de una
generación intelectual. Diego Córdoba lo honra, al llamarlo “Héroe de la
cultura cumanesa”. Orador por antonomasia, periodista, fino escritor, gran
humanista, educador e historiador.
Por más de 30 años impartió clases en el Colegio
Federal. Fue Presidente del Concejo
Municipal del Distrito Sucre y Director del Registro Principal del Estado
Sucre, se dedicó con pasión a la investigación histórica y al cuidado de los
archivos municipales y del registro que
aún se conservan. El pueblo le erigió una de las pocas estatuas que tienen en
Cumaná sus hijos ilustres.
Alberto
Sanabria dice: “Su vida profesional fue todo caridad… Desde su juventud fue
apasionado por el cultivo de las letras, y las nuevas generaciones que se han
sucedido en la tierra cumanesa siempre encontraron en el Dr. Badaracco Bermúdez, el paladín que las guiara
en el sendero de la cultura… La parte más importante de su actuación de pensador
y artista está en sus discursos, maravillosas gemas de su vida literaria”.
Domingo Badaracco,
escribía y colaboraba en la redacción de
todos los periódicos de su época en Cumaná, especialmente en “La Constitución
de Federico Madriz, “El Heraldo Oriental” donde firmaba como el seudónimo de Juan
Boheme, y en “Broches de Flores”, órgano
del Club Surge et ambula” del cual era Secretario General. En su época podría decirse que no había en
Cumaná, ninguna actividad en la cual no jugase
papel importante. Su magisterio
se puede apreciar por el juicio de todos sus contemporáneos. Ricardo Archila,
acota que “donde brilló con fulgor deslumbrante fue en la oratoria; en tal
sentido, se consideran de gran valor sus discursos en el centenario de la
batalla de Ayacucho, en el sepelio del inolvidable cumanés Delfín Ponce
Córdova, y ante el féretro del inmortal humanista José Antonio Ramos Sucre, y
en la inauguración de los Juegos Florales de 1922.
Además
de médico de gran sabiduría, fue un consumado filólogo y políglota que dominó
además del castellano, el latín, el griego, el romance, el esperanto, el
francés, el inglés, y el italiano. Sus escritos en prosas y verso, delatan al
conocedor profundo de los secretos del lenguaje y al genial repentista que
plasma la idea en el eterno mármol del conocimiento. Domingo fue un periodista
consagrado que dominó el editorial y la noticia con igual maestría. Los
periódicos y revistas de su época dejan el testimonio de su arte; director y
redactor de “Filaresia”. Escribe en: “Broches de Flores”, “Claros de Alba”, “Pléyades”,
Oriflama”, “El Satiricón”, “Ecos de Sucre”, “Arte y Ciencia”, “El Cóndor”, “El Heraldo”, “El Iris”, “Prometeo”, “El
Sucre” y “El Renacimiento”. Así era Domingo, un hombre de paz, de armonía y
trabajo. Sus escritos, sus discursos y su ciencia, calan profundamente
en el alma colectiva. Es un
médico de cuerpos y espíritus; receta, da la medicina y su palabra amplia y
bondadosa. Es un médico a pie que busca al enfermo, que se da íntegro a su
vocación apostólica. El pueblo camina a su lado y lo palpa en esa dimensión que
se crea entre el hombre sabio, el hombre pueblo que aprehende sin necesidad de
hablar.
Es
la época de las grandes endemias: La viruela, el paludismo, la fiebre amarilla,
la tifoidea, la tuberculosis, la lepra y la terrorífica fiebre española. Época
terrible porque no existen los medios adecuados para combatir los flagelos que
arrastran a la muerte segura, al aislamiento y desesperación al hombre atacado.
Este es el momento del Doctor Badaracco Bermúdez. Alguien dijo: “Que el hombre
está atado a las circunstancias”, esta fue su circunstancia y en ella se
agigantó, lo ayudó su espíritu de sacrificio y su vocación, porque él
consideraba el ejercicio de la medicina como un apostolado. Domingo como lo
llamó su pueblo, se dedica casi con fanatismo al tratamiento y al estudio de
las endemias, y el éxito que alcanza, traspone los límites del terruño. Su
maestro, el Doctor Razetti, le escribe solicitándole sus experiencias, las
cuales se publican para el conocimiento del público. Son sencillas y prácticas
las medidas que toma para el tratamiento de los enfermos; sabe de la pobreza
reinante y se da cuenta que muchas medidas sanitarias surten mejor efecto que
los mismos medicamentos. Muchas veces prefiere el llantén, el jugo de limón o
de piña y así se lo escribe al sabio capitalino.
En
Cumaná se ha organizado para principios de siglo un importante movimiento
científico: Domingo sobresale por sus trabajos sanitarios, Beauperthuy, por sus
investigaciones microbianas, Eliso Silva Díaz, Ponce Córdova, Julio Gómez
López, Guevara Blohm, Carlos Bomunto, Urosa Ortiz, Rivas Masa, y otros valiosos
médicos constituyen toda una generación extraordinaria que interviene a la vez
en el movimiento cultural que paralelamente se desarrolla en Cumaná y en otras
importantes ciudades de la República. La palabra de
8-06-1499. EXPEDICION DE PER ALONSO NIÑO AL PUERTO DE CUMANA.
Per Alonso Niño y Juan de la Cosa, llegan a
las salinas de Araya, donde cargaron de sal sus navíos, y así fueron los primeros europeos que descubrieron
Laguna Madre, la portentosa mina de sal
de Araya, la más importante del Caribe; y luego aportaron al puerto de Cumaná: Per Alonso Niño, Juan de la Cosa y
Cristóbal Guerra, y también fueron bien recibidos y agasajados por sus
habitantes; habían entrado por Paria donde, con ayuda de los indígenas,
probablemente en el puerto de Irapa,
cagaron palo de Brasil. Permanecieron en Cumaná hasta finales de agosto de ese año. Los indígenas les entregaron 49 libras de
perlas que había encargado Cristóbal Colón. Sobre este asunto se produjeron
acusaciones contra Cristóbal Colón, su hermano Bartolomé y su hijo Diego, y
también se descubrieron los viajes clandestinos que hizo el Almirante a Cumaná.
Colón fue conducido preso a España, por el Corregidor Bobadilla, Según el Ing.
Víctor Silva Bermúdez, acucioso investigador cumanés, Colón arribó al puerto de Cumaná, el 20 de
diciembre de 1493.
9-06-1652. CAPITAN GENERAL PEDRO DE BRIZUELA.
En esta
fecha por Cédula Real fue nombrado
Capitán General de la Provincia de Nueva Andalucía. Fue reconocido como pacificador de la
provincia de Barcelona. Ejerce el gobierno desde 1652; en 1653 parte al frente
de una expedición hacia la provincia de Barcelona donde solo se conservaban los
pueblos de Nueva Barcelona y San Cristóbal de los Cumanagotos. Por Cédula Real
del 9 de julio de 1654 se le encomienda la conquista de los indios
cumanagotos. Deja al frente del
gobierno a Francisco de Castilla Corbarán y Brito, quien en abril de 1654,
rechaza un ataque corsario sobre la ciudad, pero no pudo evitar la destrucción
de la antigua ciudad de Nueva Córdoba y
el exterminio de la mayor parte de sus habitantes destacándose en la defensa el
anciano Pedro Marchan, que también murió en el combate. Es muy probable que
durante su gobierno se reconstruyera el fuerte de San Antonio de la Eminencia.
Tauste, que residía en Cumaná, y Gaspar
Mateo, dan noticias de ese fuerte, en 1678 y 1688.
Don Pedro era
Caballero de la Orden de Santiago. Fue un hombre recio y decidido. Ejercía la gobernación cuando llegaron, el 8
de mayo de 1656, los misioneros observantes destinados a Píritu para iniciar la evangelización de
sus territorios inhóspitos; la avanzada estaba formada por: un comisario, Juan
de Mendoza, y Francisco Gómez Larruel, Diego de los Ríos, Domingo Bustamante,
Cristóbal de la Concepción, Pedro del Río, Antonio Mateo, y Felipe Pérez. Estos
fueron los primeros europeos que conocieron la Cueva del Guácharo. Durante el mandato de Don Pedro se logró la
pacificación de la provincia de Barcelona, o sea el territorio de los indómitos
cumanagotos. Terminaron así las
terribles luchas de la conquista contra hombres como Cayaurima que levantaban
ejércitos de hasta 10 mil hombres dispuestos a morir por la libertad.
En 1657 llegan
a Cumaná los misioneros PP. Fr. Lorenzo de Magallón, prefecto; Fr. José de
Carabantes, Fr. Francisco de Tauste, Fr. Agustín de Frías, Fr. Lorenzo de
Belmonte; y el lego Miguel de Torres. Todos excelentes sacerdotes. El padre
Tauste dejó escrito una relación de aquella misión ejemplar. Todos estos sacerdotes dejaron obras
escritas en Cumaná.
En 1657 vuelven
los piratas franceses y son nuevamente derrotados en Cumaná. Don Pedro
fue un hábil estratega.
9-06-1835. LA REVISTA ORIENTAL. EDITADA POR DON PEDRO COVA
Sale en
Cumaná el primer número de “La Revista Oriental” Salía tres veces al mes. En
esta revista se recogen tres documentos en los cuales el general José
Vallenilla Centeno, utiliza el exergo “Dios y Federación”. Se editaba en la
imprenta de don Pedro Cova. En este año en la misma imprenta se publicaban los
periódicos: El Anticorreo, El Látigo, El Antípoda y el Correo.
En el Correo
se publicó toda la poesía del pota suicida Félix Octavio La Pausa, recopilada
por el crítico y escritor Dr. Jesús Torres Rivero; este poeta fue considerado
por Ida Gramko, como inspirador de Ramos Sucre. Fue una de las joyas que
publicó el Dr. Jesús Torres en el suplemento literario “Angoleta” del Diario La
Región por los años 81.
Por cierto
en San Juan de las Galdonas deberían rendirle homenaje a este fino poeta que
publicaba sus versos en un periódico manuscrito que circulaba a principios del siglo pasado en los pueblos
de Paria. Hay algunos ejemplares de este periódico en la biblioteca de Humberto
Angrisano donde lo conocí.
El poeta
Félix Octavio La Pausa, vivió antes de
morir en la casa de su amigo el poeta Humberto Guevara en Cumaná, y fue muy
apreciado en los círculos literarios de esta ciudad. Él marchó con la idea del suicidio a su
pueblo donde se disparó en la sien. Días después fue encontrado su cadáver en
la playa en el mismo sitio donde se inspiraba viendo la puesta del sol. Era un
soñador solitario.
Don Pedro
Cova es considerado como “Padre espiritual” de la ciudad guayanesa de “Upata”
9-06-1890. NATALICIO DEL EXCELSO POETA JOSE ANTONIO RAMOS SUCRE.
Nació en
Cumaná en esta fecha el sabio poeta Dr. José Antonio Ramos Sucre, cuya obra
poética ha sido la inspiración de las
nuevas generaciones de poetas de casi todo el mundo hispánico. Caupolicán
Ovalles dice de él, que es el único poeta muerto que inicia un movimiento
poético en el mundo. Brillante, muy destacado exponente de la lírica
contemporánea en lengua española. Hijo de Rita Sucre Mora, sobrina nieta de don
Vicente de Sucre y García, padre del Gran Mariscal y de Jerónimo Ramos Martínez. Se graduó de
Bachiller, en el Colegio Nacional de Cumaná, y abogado en Caracas, en 1917.
Traductor e intérprete en el Ministerio de Relaciones Exteriores, educador en
el Liceo Andrés Bello y en el Instituto San Pablo. En 1929 es cónsul general de
Venezuela en Ginebra. Su poesía hermética, intimista, culta, y la leyenda de su
insania, hicieron que su creación poética quedara sepultada en el olvido
durante muchos años. Escribió tres libros, La Torre de Timón (1925), El
cielo de esmalte (1929) y Las formas del fuego (1929). A partir de
los años 50, la poesía de Ramos Sucre es revalorizada por las jóvenes
generaciones. Se han publicado muchos
libros sobre él y sus obras. Para el pueblo de Cumaná, es uno de sus ídolos.
Entre
sus tíos maternos estaba el presbítero José Antonio Ramos Martínez, que a la
vez fue su verdadero maestro, aunque también fue un alumno destacado del
colegio Nacional de Cumana, cuyo rector fue el maestro Silverio González
Varela, y su maestro de castellano y literatura fue Domingo Badaracco
Bermúdez.
Ya es
difícil buscar las huellas cuotidianas del poeta. Aprenderlo desde sus actos se
hace cada vez más angustioso, sin embargo los críticos lo renacen desde la
palabra y van tejiendo conjeturas míticas que lo devuelven inasible. Fernando
Paz Castillo lo dice así:
“Su
manera de vivir, incomprendida y maniática… Muchos de sus poemas, que no otra
cosa resultan sus escritos, son reminiscencias, más que de la lectura, de las
láminas que ilustran viejos libros… en un temperamento poético. Sólo que carece
del dominio de la rima…”.
Sólo aquellos que lo trataron desde su más
tierna infancia pueden decir como era y cuanto sabía. Mis padres lo tuvieron
tan cerca y nos trasmiten tanto de él, que sería criminal no dar el testimonio
que hemos recibido. Por ejemplo su madre Doña Rita, fue vecina de la mía que
aún conserva en el recuerdo muchas de sus celebradas anécdotas. El Dr. Luis
Ramos Sucre, padrino de mi hermana Tulia, visitaba cuotidianamente la casa de
mis padres; y cuando éstos iban a Caracas, llegaban a su casa; entonces nadie
puede como ellos hablar de la personalidad del poeta.
Mi padre decía que José Antonio, tenía una
memoria de elefante. Cierta vez llegaron a una pensión en la cual las
habitaciones estaban separadas con tabiques de madera. Al lado unos estudiantes
de medicina intentaban aprenderse de memoria toda la anatomía y sobre todo los
nombres de los huesos del pie. José Antonio estaba insomne oyéndolos. Al otro
día durante el desayuno, los jóvenes trataron de memorizar las lecturas y no
atinaban, entonces el poeta se acercó a la mesa de los estudiantes y les recitó
sus lecturas de la noche. Mi padre agregaba: “y además les corregía la
puntuación”.
`José Antonio Ramos Sucre no necesitaba
describir láminas de viejos libros, sus lecturas impenitentes las tenía
grabadas en su privilegiada memoria, lo que pasa es que los críticos no pueden
salvar sus limitaciones, y muchas veces son incapaces de entender la sabiduría.
Decir que José Antonio no conocía la rima es desconocer lo que significaba ser
el mejor alumno del maestro Silverito y el Dr. Badaracco.
10-06-1817. FRANCISCO JOSE DE SUCRE Y ALCALÁ.
Fusilamiento del capitán Francisco de Sucre y
Alcalá. Morillo envía a Canterac contra Cariaco defendido por
Mariño. Lo derrota y toma la ciudad,
apresa y ordena fusilar al capitán Francisco José de Sucre y
Alcalá, hijo de Don Vicente de Sucre y María Manuela de Alcalá, hermano del
Mariscal. Morillo y Canterac derrotan a los patriotas a todo lo largo de nuestras
costas y una vez pacificada la provincia
de Cumaná, se trasladan con su ejército
de más de 3000 hombres a Margarita.
El
teniente Don Francisco José de Sucre y
Alcalá, nacido el 23 de enero de 1799, de 14 años se incorporó al ejercito
patriota, después de ocupada por Mariño
la ciudad de Cumaná, el 2 de agosto de 1813. Hijo de General en Jefe Vicente de
Sucre y García Urbaneja, y doña Maria Manuel Alcalá y Rendón Sarmiento de
Sucre. Don Francisco fue recomendado por
el propio Mariño al ejército con especial encomio, antes de cumplir los 15
años. Alcanzó el grado de teniente, combatió en Cariaco contra Morillo y Canterac, capturado el 10 de junio de 1817, fue sumariamente ejecutado a los 18 años. Es
un mártir de la Patria a la que ofrendó su vida. Murió soltero, sin sucesión.
10-06-1816. BATALLA DE CARLOS LÓPEZ.
Combate en
“Carlos López”. Sección Cumaná. Bajo el mando del General Santiago Mariño,
contra don Tomás de Cires, que sale victorioso pero no muy bien parado de la
escaramuza. Mariño se retira en orden. Esta batalla tiene una gran importancia
en la reacción de los patriotas contra el poderoso ejército de Morillo. Es el
inicio de una serie de batallas que desconcertaron por completo al orgulloso
jefe español.
11-06-1828.-DIPUTADOS POR CUMANÁ A LA CONVENCIÓN DE
OCAÑA
Los diputados de la
provincia a la Convención de Ocaña que se instaló el 9 de abril y se disolvió
el 11 de junio del mismo año 28, fueron: Principales, Fernando Peñalver y Pbro.
Domingo Bruzual de Beaumont; Suplentes, José María Rodríguez y Coronel
Francisco Avendaño. 1828.
12-06-1819. BATALLA DE
CANTAURA.
Sección Barcelona. Mariño derrota al Coronel Eugenio Arana. Dice José Mercedes Gómez, en su obra ‘’José
Francisco Bermúdez General en Jefe de los Ejércitos de Colombia’’, que en los
meses de Mayo y junio, Mariño se había separado del Congreso de Angostura,
donde era Diputado por Cumaná, y asumió
la jefatura del ejército de Oriente,
agrupando las tropas de los generales Monagas Zaraza, Rojas y Sedeño,
que juntas formaban un ejército de unos 1300 hombres, con el cual se dedicó a
hostiliza a las fuerzas realistas que
campeaban en los llanos del centro de Venezuela. Después de varias escaramuzas
victoriosas, el Coronel Arana fue el
encargado de combatirlo el 12 de junio
Mariño de 1819, y Mariño lo derrotó en el hato de La Cantaura. Esta batalla
inutilizó la ofensiva de Arana que tenía el dominio y la responsabilidad del
Centro de Venezuela pero el día siguiente recibió órdenes del Libertador de
integrarse al Congreso y entregarle el mando al general José Francisco
Bermúdez, segundo en el mando. Mariño resentido cumplió la orden y entregó el mando a al general Sedeño y
regresó a Angostura para integrarse al Congreso. Posteriormente, ante el
reclamo de Mariño, regresó al mando del
Ejército de Oriente, unificado por Mariño, y con el beneplácito del Libertador Las consecuencias
de esta batalla no se hicieron esperar,
después del triunfo de Mariño sobre el coronel Eugenio Arana en el combate de
Cantaura; y mientras Bolívar operaba en la Nueva Granada, la intriga triunfa en Angostura, le escriben
al Libertador mal poniendo a Mariño y lo Bolívar lo destituye del mando del
Ejército de Oriente. Poco después de Boyacá, con la amenaza de una invasión
realista cerca de Angostura, hay una crisis en el Congreso que cambia algunos
cargos y se restituye a Mariño en la jefatura perdida, pero se enferma y debe
dejarla.
Mariño tomó parte en el movimiento que desplazó a Francisco Antonio Zea de la vicepresidencia de la República; en su lugar fue nombrado el general en jefe Juan Bautista Arismendi, y Mariño quedó como comandante en jefe del ejército de oriente. Una vez que Bolívar regresó triunfante a la ciudad de Angostura, se resolvieron los problemas que causó la ausencia del Libertador, Mariño fue destacado al el Estado Mayor del Ejército Libertador. Posteriormente, el 30 de mayo de 1821 fue nombrado jefe del Estado Mayor General del Ejército Libertador, y con ese cargo combatió en la batalla libertadora de Carabobo (24 de junio). En 1824, fue designado en Caracas presidente del Consejo de Guerra de Oficiales Generales que debía juzgar la conducta del general de brigada Lino de Clemente en la pérdida de Maracaibo en 1823.
Mariño tomó parte en el movimiento que desplazó a Francisco Antonio Zea de la vicepresidencia de la República; en su lugar fue nombrado el general en jefe Juan Bautista Arismendi, y Mariño quedó como comandante en jefe del ejército de oriente. Una vez que Bolívar regresó triunfante a la ciudad de Angostura, se resolvieron los problemas que causó la ausencia del Libertador, Mariño fue destacado al el Estado Mayor del Ejército Libertador. Posteriormente, el 30 de mayo de 1821 fue nombrado jefe del Estado Mayor General del Ejército Libertador, y con ese cargo combatió en la batalla libertadora de Carabobo (24 de junio). En 1824, fue designado en Caracas presidente del Consejo de Guerra de Oficiales Generales que debía juzgar la conducta del general de brigada Lino de Clemente en la pérdida de Maracaibo en 1823.
13-06-1816. BATALLA EN CARÚPANO.
PERFIL BIOGRAFICO Del GENERAL DON JOSÉ DE CANTERAC. En
esta fecha con fuerzas infinitamente
superiores, derrota a Mariño en
Carúpano, y toma la ciudad a sangre y fuego.
El General Don José de Canterac, nació en el seno
de una familia de tradición realista (su padre fue ejecutado durante el terror
en la Revolución francesa), su familia le trasladó a España siendo niño. Vino a
Cumaná al frente de 5000 hombres. Triunfo en Cariaco contra Mariño y se hizo
tristemente célebre por el fusilamiento de Francisco Sucre el hermano del
Mariscal.
Canterac
entró inmediatamente en combate contra los patriotas en la provincia de Cumaná
bajo las órdenes de Morillo, indetenible al frente de un ejército invencible.
Luego en el Perú en 1818 luchó contra las guerrillas de la región de Tarija y
al año siguiente dirigió una gran operación hasta Jujuy, población que
conquistó. Tuvo que abandonarla por órdenes del virrey La Serna, que le mandó
regresar al Perú ante la amenaza de una invasión sanmartiniana. En septiembre
de 1819 La Serna pidió permiso para volver a España y Canterac quedó como jefe
supremo de las tropas españolas, a las órdenes del virrey Pezuela.
El 29 de
enero del año 1821 fue uno de los protagonistas del pronunciamiento que
destituyó a Pezuela (acusado de contemporizar con los revolucionarios) y
restituyó a La Serna en el poder (no se había ido aún a España) como virrey.
Canterac fue nombrado entonces jefe del ejército español en el Perú. Vino luego
la campaña libertadora de San Martín con el Ejército de los Andes que
presagiaba el fin de la dominación española. Canterac asistió a la entrevista
de Punchauca y abandonó luego Lima con dirección al Alto Perú, que pensó
convertirlo en baluarte de la resistencia española. Reestructuró y disciplinó
el ejército realista en Jauja y en agosto del mismo año (1821) se dirigió al
Callao, que tomó fácilmente. Tuvo que abandonar este puerto por falta de
abastecimientos, pero su acción significó un resurgimiento de la resistencia
española, que obligó a San Martín a pedir ayuda a Bolívar. La guerra
se estancó, pues Canterac tampoco tenía efectivos suficientes para vencer a San
Martín. Se retiró a Jauja y actuó en forma autoritaria y despótica para evitar
las deserciones, por ejemplo en la destrucción de la población de Cangallo.
Ascendido a Mariscal de Campo,
volvió a salir de la sierra en marzo de 1822. Derrotó en Machacona (Nazca)
a Domingo Tristán (7 de abril), pero tuvo que volver a los
Andes y a Cuzco, ante la amenaza de Rudecindo Alvarado desde Arica.
La ofensiva de Bolívar en 1824
fue demoledora, pues llevaba numerosas fuerzas veteranas de las campañas de
Colombia. Canterac fue derrotado en Junín (6 de agosto) y tuvo que retirarse a
Huamanga y luego a Cuzco. Su ejército había perdido más de 3.000 hombres,
víveres, municiones y casi todo el parque. Intentó cortar la marcha a Sucre hacia el Alto Perú, pero tuvo que enfrentarse
con él en Ayacucho el 9 de diciembre de 1824. La batalla fue un triunfo rotundo
de los patriotas y el propio virrey La Serna fue herido y hecho prisionero.
Canterac tuvo que firmar el armisticio como teniente general de los reales
ejércitos de S.M. Católica en el mismo campo de batalla. En él se dispuso la
entrega total al Perú y se permitió que los españoles que lo desearan
regresasen a España. Con la victoria de Ayacucho se puso fin a más de tres
siglos de dominación española en la América continental.
13-06-1817. BATALLA EN CARÚPANO.
El general realista Francisco
Jiménez ataca en Carúpano el general Santiago Mariño, pero no pude tomar la
plaza y tiene que retirarse hacia Casanay.
PERFIL
BIOGRAFICO DEL GENERAL EN JEFE SANTIAGO MARIÑO CARIGE, LIBERTADOR EN 1813 DE LA
PROVINIA DE CUMANA. Nació en El Valle del Espíritu Santo, en Margarita, Estado Nueva
Esparta, el 25 de
julio de 1788. A los 22 años de edad, a raíz de los sucesos del 19 de abril de 1810 fue a Trinidad en el desempeño de una comisión que le fuera encomendada
por el Ayuntamiento de Cumaná ante el gobernador británico de la isla. Dos años después formó parte
de la expedición que bajo las órdenes del coronel Manuel Villapol, salió de Cumaná con el encargo de dominar la insurrección surgida en
la provincia de Guayana. Perdida la Primera República emigró a Trinidad y
se une a varios patriotas que también huyeron de la tiranía reinante en la
provincia de Cumaná; en cuenta de la
situación reinante en Venezuela con el gobierno del jefe español Domingo
Monteverde, decide trasladarse al islote de Chacachacare, lugar donde se encontraba la hacienda de su hermana Concepción Mariño.
El 11 de enero de 1813, junto con 44 patriotas que habían emigrado a Trinidad, constituyó una
junta en la cual se discutió y decidió una ofensiva para liberar la provincia
de Cumaná o Nueva Andalucía, al oriente
de Venezuela, del dominio español; a tal
fin organizo un ejército y se redactó el documento conocido como Acta de Chacachacare, redactada por el comandante de ingenieros Antonio José de Sucre, siguiendo las instrucciones del general Santiago Mariño, jefe
expedicionario, en su Cuartel General instalado en la isla de Chacachacare, al norte de la isla de Trinidad, colonia
inglesa, en una propiedad de su hermana
Concepción Mariño, a la cual le correspondió toda la logística de la
expedición; formaron el Estado Mayor: Francisco Azcue, José Francisco Bermúdez, Manuel
Piar y Manuel
Valdés, el joven Antonio José de Sucre fue su secretario
y principal ayudante. .
Al día siguiente de la firma del acta, Mariño, con el grado de
coronel, con sus oficiales y soldados, invadieron la
provincia de Cumaná, y avanzó victorioso hasta la capital de la provincia. que,
en el curso de ocho meses, afrentándose a más de 8.000 hombres del ejercito
realista, en diferentes combates, dieron como resultado la liberación de las
provincias de Cumaná, Margarita y Barcelona.
En febrero de 1814, acudió con su ejército en auxilio de Bolívar, quien operaba en el centro y occidente del país.
En La Victoria, después de haber derrotado en Bocachica al jefe realista José Tomás Boves, se entrevistaron Mariño y
Bolívar el 5 de abril, para discutir los planes que desarrollarían los
ejércitos de oriente y occidente respectivamente; de acuerdo con esto, marchó
Mariño con 2.300 hombres 2 hacia San Carlos contra el
brigadier José Cevallos, quien comandaba a 4.000 hombres, y fue derrotado por el jefe
realista.
Después de esta derrota del jefe oriental se profundizan las diferencias
entre Bolívar y Mariño, dice Rufino Blanco Fombona: “Pero la gran preocupación
de Bolívar por el momento era Mariño no Boves; la preocupación política, no la
preocupación militar.
La acción siguiente fue la primera batalla de Carabobo (28 de mayo) en la que Bolívar venció al mariscal de campo
Juan Manuel Cajigal. De Carabobo, Mariño se dirigió al sitio de La Puerta donde junto
a Bolívar hizo frente a José Tomás Boves con saldo desfavorable para los
republicanos.
Caída la segunda república se fue con Bolívar a Cartagena, Jamaica y
Haití. Participó en la primera expedición de Los Cayos y llegando a Venezuela
fue nombrado segundo del Libertador. Inspiró el Congreso de Cariaco con José Cortés de Madariaga, en el cual se revivió el federalismo en Venezuela, lo que le ocasionó
un choque con Bolívar que desautorizó dicho Congreso. Como diputado, Mariño
representó la provincia de Cumaná en el segundo Congreso de Venezuela, reunido
en Angostura el 15 de febrero de 1819, del cual tuvo la licencia para volver al
ejército.
Ese mismo año, triunfó sobre el coronel Eugenio Arana en el combate de Cantaura; y mientras Bolívar operaba en la Nueva Granada tomó parte
en el movimiento que desplazó a Francisco Antonio Zea de la vicepresidencia de la
República. En su lugar fue nombrado el general en jefe Juan Bautista Arismendi, y Mariño
quedó como comandante en jefe del ejército de oriente.
Una vez que Bolívar llegó a la ciudad de Angostura, Mariño fue destacado
en el Estado Mayor. Posteriormente, el 30 de mayo de 1821 fue nombrado jefe del Estado Mayor General del Ejército Libertador, y
con ese cargo combatió en la batalla de Carabobo (24 de junio). En 1824, fue designado en Caracas presidente del Consejo de Guerra de Oficiales
Generales que debía juzgar la conducta del general de brigada Lino de Clemente
en la pérdida de Maracaibo en 1823. En 1826 el Congreso de Colombia lo designó con el importante cargo de ministro
y juez de la Alta Corte, función que no pudo ejercer al estallar en Venezuela
el movimiento de La Cosiata, en el que fue uno de los principales dirigentes
junto a José Antonio Páez.
El movimiento separatista de La Cosiata o revolución de los morrocoyes, estalló en Valencia el 30 de abril de
1826, fue el que llevó al poder al general Páez, desconociendo la Constitución,
rechazando la unión de Venezuela a la Nueva Granada y al gobierno de Santander.
Como Intendente y Comandante general de Maturín se destacó en la
separación de Venezuela y fue su representante ante los granadinos que dirigía
el mariscal Sucre en la reunión de Cúcuta de 1830.
Derrotado por el doctor José María Vargas en las elecciones
presidenciales de 1834, dirigió la "Revolución de las Reformas" el 8 de julio de 1835 la cual tenía como objetivos establecer el fuero militar, la religión
del Estado, reivindicar el nombre del Libertador Simón Bolívar y reconstruir la Gran
Colombia. El 9 de julio de 1835 el Presidente Vargas y el
Vicepresidente Navarte salieron desterrados a la Isla de Saint
Thomas.
A pesar de que los miembros de la Junta Revolucionaria reconocerían al
General Santiago Mariño como Jefe Supremo, hasta que se promulgase la nueva
Constitución, los revolucionarios, en un intento por mantener el poder, también
proclamaron a José Antonio Páez como Jefe Superior, y lo mismo
hizo el expulsado presidente José María Vargas, cuando lo designa Jefe de
Operaciones, constituido en árbitro. Páez decidió apoyar al Gobierno
Constitucional, argumentando que: No vacilé pues en volar en defensa de la
Constitución. En realidad, lo que hace es defender el poder que perdería
con el triunfo de la revolución reformista, dirigida por su más serio opositor
militar y político, pero ésta al final sucumbe y es derrotada por el propio
general Páez. Mariño deja el poder y es expulsado a la Antillas. El doctor
Vargas fue restituido en la primera magistratura el 20 de agosto de 1835 y
continuó como Presidente de la República hasta abril de 1836, fecha en la que
renunció irrevocablemente a dicho cargo. 7
Mariño Regresó en 1848 y el presidente de la República José Tadeo
Monagas, le encomienda la dirección del ejército para hacer frente al
levantamiento en armas del general Páez, a raíz de los acontecimientos del 24
de enero de 1848, que derivaron en el asalto al Congreso por parte de Monagas.
Años después en 1853, fue reducido a prisión por su participación en la
llamada Revolución de Mayo, la cual estalló la noche del 24
al 25 de mayo de dicho año, pero fue libertado tiempo después. Los últimos días
de su existencia los pasó en La Victoria, retirado de las actividades públicas
y políticas. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 29 de enero de
1877.
Bolívar reconoció en más de una ocasión la relevancia de Mariño para
Venezuela.8 Al igual
que muchos personajes de la historia de Venezuela, estuvo vinculado a la
masonería, siendo miembro de esta orden en grado 33
Mariño no
solo merece los honores que se le han tributado, sino que él debe ser un
ejemplo permanente de patriotismo y servicio a la patria. En el bronce estará
siempre invicto este patriota inmortal.
Muere en La Victoria (Aragua) el 4 de septiembre de 1854, fue uno de los grandes próceres de la Independencia de Venezuela.
13-06-1930. MUERTE DE JOSE ANTONIO RAMOS SUCRE.
El periódico
‘’SUCRE’’ de Marco Tulio Badaracco Bermúdez. No. 539, del 14 de Junio de 1930,
da la noticia brevemente, dice: En Suiza, en donde ejercía representación
consular de su Patria Venezuela, dejó de existir el 12 del corriente el Dr.
José Antonio Ramos Sucre.
La noticia
telegráfica para su familia en esta ciudad
de su nacimiento no ha dicho aún cuales fueron las causas, o causa de su fallecimiento. Cumaná siente
enormemente esta pérdida y ha compartido
con los deudos del ilustre extinto la inmensa pena asociándose al justo
dolor. Ramos Sucre era ya universalmente conocido por sus obras. Original hasta
volverse un aislado en la República de las letras, raro y exquisito, su estilo
no admite parangón y sus concepciones literarias no pueden catalogarse en el
común de este ejercicio intelectual. Se le dijo poeta y mucho si dejan resumar
sus prosas del divino arte de Apolo, se recordó estudiándolo a muchos que antes de él expresaron sus
pensamientos en esa forma exótica, pero nunca hasta él, la prensa tuvo tan
extraño colorido, ni la poesía tan sugerentes pinceladas. Alguien lo llamó el
primer vanguardista. Asombroso sería poder ver el mundo bajo la luz de aquel
cerebro en el que aunaron la sapiencia, la fantasía y la originalidad”.
Muere pues en
esta fecha en Ginebra Suiza, el genial y excelso poeta cumanés Dr. José Antonio
Ramos Sucre, sus restos mortales fueron trasladados a Cumaná, donde le dieron
cristiana sepultura, el Dr. Domingo Badaracco Bermúdez, fue nombrado para decir
una oración en el Cementerio de la ciudad, ese discurso fue publicado en el
bisemanario Sucre en 1930, y ha sido elogiado por muchos críticos literarios.
Nuestra
tierra, Venezuela toda, las letras, tienen, con su muerte una pérdida
irreparable.
14-06-1814.-
FUSILAMIENTO DEL CAPITAN PEDRO JOSÉ DE SUCRE Y ALCALA.
Don Pedro José de Sucre y Alcalá; nació en Cumaná,
hijo de don Vicente de Sucre y García Urbaneja y doña Maria Manuela Alcalá
Sánchez de Sucre; fue bautizado el 15
de setiembre de 1793. Obtuvo de la Junta Revolucionaria de Cumaná, el grado de
subteniente en 1810, acompañó al general Mariño en la campaña de 1813 y bajo su
mando combatió en Bocachica, el Arao,
Carabobo y La Puerta, donde fue hecho prisionero y ya ascendido a Capitán pasado por las armas por los comandos de
Boves, en la plaza de la Victoria.
Pero el capitán
Pedro Sucre Alcalá fue un héroe en
Bocachica, lidiando al lado de Bermúdez y de su hermano Antonio José, jefe del
Estado Mayor, de esa división, y al recordar esa batalla su nombre resplandece
entre los más valientes de la epopéyica batalla, recordemos ese evento
inmortal:
El ejército de
Oriente se desplazaba hacia Bocachica y al pasar cerca de San Luis de Cura, el
31 de marzo, tienen noticias de las fuerzas realistas comandadas por el temible
asturiano José Tomás Boves que perseguía, con 5000 hombres, al patriota coronel
Lucas Ballivián. Mariño sin perder
tiempo ordenó su ejército en las cercanías de Bocachica para enfrentar al
sanguinario realista. Mariño ordenó maniobrar al valiente coronel Leandro
Palacios, con la vanguardia, sobre una quebrada seca que dividía el campo, para
inquietar al realista. Boves convencido
de su superioridad, no esperó y atacó precipitadamente. Mariño esperó
pacientemente el desarrollo de los acontecimientos y cuando notó que Palacios
flaqueaba y podían cortarlo, ordenó a Bermúdez cargar con todas sus fuerzas
contra los realistas, y así lo ejecutó el Ayax venezolano con la terrible
fuerza que poseía y desarrollaba en circunstancias tales. Mariño ordenó a Valdés
atacar por el centro mientras la caballería desplegada evitaba que las fuerzas
de Boves lograran cohesionarse en las faldas de los cerros. Los realistas, ante el ímpetu de los
patriotas, atropelladamente lograron protegerse en alturas laterales del escenario
de la batalla, pese a los esfuerzos de la caballería, y en un intento desesperado, a la derecha
prendieron fuego a la paja, con tan mala surte que el viento que les era
favorable, cambio y los rodeó por todas partes. Mariño envió contra Boves a una
brigada de negros libertos que peleaba a su lado, y que atravesaban el fuego
sin temor, además eran diestros en el manejo de las lanzas. La entrada de estas
tropas fue suficiente, los realistas se dispersaron por los barrancos y montes.
De esta batalla quedan para la historia actos
de entrega heroica, de patriotismo desbordado y valor. El capitán Tánago que destrozó la caballería de Boves con una sola pieza de artillería, se inmortalizó; y el grupo de lanceros, que a las 5 de la tarde, dispuestos a inmolarse
por la Patria, asaltaron una
fortificación realista que hacía mucho daño,
con
A las 6 de la
tarde Valdés advierte a Mariño que ha llegado la hora de resolver la acción, y
ambos se lanzan con todas las fuerzas a su mando contra el asturiano que está
irremisiblemente derrotado; hay que rematar la faena, y los dos capitanes
entran al campo para compartir con sus soldados aquella heroica victoria; ante
su empuje, el asturiano huye desordenadamente.
En los partes
de la batalla no se nombran a Pedro ni a Antonio José de Sucre, pero sin lugar a dudas lucharon
con inteligencia y valor, y tanto se destacó el futuro Mariscal que Bolívar lo
nombró Jefe de Estado Mayor del Ejército de Oriente, después de la
batalla; porque esa batalla también
lleva el sello del Mariscal.
En la segunda batalla de La Puerta,
fue derrotado el ejército unido del Centro y de Oriente bajo el mando de
Mariño, y con ella se perdió la Segunda República. Boves ocupa Valencia y
Caracas, y se dirige triunfal hacia Oriente. En una orgía de sangre y triunfal,
llega hasta Urica, que fue su destino, donde muere de un lanzazo que le da el
indio Zaraza
15-06-1813. SANTIAGO MARINO INICIO DEL SITIO DE CUMANA.
En
1813. En esta fecha las fuerzas
patriotas de Mariño, inician el bloqueo de Cumaná, con tres divisiones activas que parten de
Cumanacoa, y el general Juan Bautista Arismendi, que se ubica frente a las
costas de Cumaná, al frente de la armada margariteña, que da inicio al sitio de
la ciudad. El español, Capitán General Don Eusebio Antoñanzas, tiene bajo su
mando más de mil hombres de las fuerzas
regladas apertrechadas tras 40 cañones bien dispuestos, listas para la defensa, y espera refuerzos desde Puerto
Cabello. Mariño, indetenible, con tres divisiones que avanzan hacia Cumaná
de triunfo en triunfo, y desde las puertas de la ciudad, le envía al Capitán General un ultimátum,
firmado en su cuartel general, la Chara de Capuchinos. De seguidas ordena a Bermúdez, al frente de
la Primera División, ocupar la Sabana
del Salado, con buen suceso; a Piar, le ordena desplegar la Segunda
División, desde El Peñón, hasta el fuerte de Aguasanta. Mariño con el grueso de sus fuerzas acampa a
orillas del río Cumaná, casi sobre el barrio de San Francisco, bajo fuerte
bombardeo desde el fuerte de San Antonio. De todas maneras se iniciaron los
trámites de rendición de la plaza, que culminaron el 16 de agosto de 1813.
Mariño y sus fuerzas entraron victoriosas a la ciudad liberada.
Los
españoles no acataron la capitulación y cometieron toda clase de atropellos por
lo cual Marino tuvo que aplicar castigos ejemplares y persecuciones que dieron
por resultado la muerte del Gobernador Español
don Eusebio de Antoñanzas y el fusilamiento de prisioneros
16-06-1777.- Dr. ANDRÉS LEVEL DE GODA.
Nació en
esta fecha en Cumaná el Doctor Andrés
Level de Goda, hijo de don Andrés Level Alén
y doña Melchora de Goda y Limardo. Estudió en Cumaná y Madrid España.
Fue gobernador de Cumaná en 1813, Presidente de la Corte Suprema de Justicia y
primer rector del Colegio Nacional de Cumaná en 1834. Demasiado grande para ser
perseguido. Escribió sus memorias con el nombre de “Antopodosis” que fueron
publicadas por Vicente Lecuna en el Boletín de la Academia Nacional de la
Historia. Se casó en Cumaná, en primeras nupcias con Maria Ascensión, hermana
de José Francisco Bermúdez. Y en Caracas
en segundas nupcias, con Candelaria Duarte Pérez, dejó una ilustre
descendencia.
17-06-1804.
JUAN MANUEL CAJIGAL Y NIÑO.
El general Juan
Manuel Cajigal y Niño, gobernó la provincia de Nueva Andalucía, capital Cumaná
entre 1804 y 1809. Logró ganarse las simpatías del pueblo de Cumaná. Tanto así
que durante el primer Gobierno Independentista de 1810, se le distinguió con el
grado de Mariscal y Jefe del Ejército; sin embargo renunció y pasó al bando
realista. Viajó a Cuba y de allí fue enviado como gobernador de la provincia de
Venezuela en 1812. Fue derrotado por el
Libertador en la primera batalla de
Carabobo en 1814.
Durante el
gobierno del general Juan Manuel Cajigal y Niño, en la provincia de Nueva
Andalucía o Cumaná -1804-1809, entre otras obras se
terminó de reparar la Iglesia de Altagracia en la plaza Guaiquerí, que había quedado muy dañada
en el terremoto de 1797; y se construyó en la calla La Marina hoy Bermúdez, la
capilla de la Santísima Trinidad.
18-06-1822. SUCRE GENERAL DE DIVISIÓN DESPUES DE LA BATALLA DE RIOBAMBA.
El
Libertador en Quito, a Antonio José de Sucre y Alcalá, después de la victoria
en la batalla de Riobamba, el 21 de abril, le otorga el grado de General de
División. Veamos cómo nos cuenta esta batalla don Vicente Lecuna: Estando Sucre
con sus fuerzas en el pueblo de Riobamba, en Ecuador, rodeado por las fuerzas
reales; y, queriendo provocarlos a una
batalla: “…ordenó al coronel Ibarra atacar los cuatro escuadrones del enemigo con los Granaderos y los
Dragones, pero en ese momento la infantería española desocupaba la villa de
Riobamba y dentro de ésta la caballería protegía su retirada. Al otro lado de la
población el bravo escuadrón de Granaderos demasiado adelantado, se halló solo
de improviso al frente de dos escuadrones de la caballería española, pero no
pudiendo combatir sino una parte de estos, por hallarse encerrados en un
callejón, el comandante Lavalle, aprovechando esta ventaja casual, los cargó y
rechazó con una intrepidez, según expresión de Sucre, de que habrán raros
ejemplos. Reunidos los dos escuadrones
batidos con otros dos situados a
retaguardia volvieron caras contra los Granaderos y ya los alcanzaban, cuando
los Dragones colombianos llegaron en socorro de sus compañeros argentinos ,
pero el coronel Ibarra ordenó retirarse a los dos escuadrones, para atraer a
los enemigos lejos de su infanterías; logrando esto el coronel Ibarra dio orden de volver caras
y ambos cuerpos cargaron por segunda vez todavía con más ímpetu, en
campo abierto, y derrotaron toda la caballería real”.
Fue una gran
batalla, pese a lo escueto de la información, donde se puede apreciar la
pericia de Sucre, que en definitiva fue el que ordenó las maniobras que
produjeron aquel episodio memorable en los anales de la guerra de independencia
que culminó en Pichincha. Los reales perdieron 92 hombres entre muertos y
heridos; y los patriotas 22 hombres
entre muertos y heridos.
Después de
la victoria en la batalla de Riobamba, el 21 de abril, el Libertador le otorga
el grado de General de División.
19-06-1816. TOMÁS DE CIRES.
Las fuerzas reales bajo el mando del coronel
don Tomás de Cires, derrotan a las fuerzas patriotas bajo el mando del coronel
Francisco de Paula Alcántara.
Este
brigadier fue nombrado directamente por Fernando VII, gobernador y capitán
general e intendente de ejército y real hacienda de las provincias de Cumaná y Nueva
Barcelona, inspector de las tropas
veteranas y milicias de sus respectivas guarniciones, Juez de arribada y comisos, Juez conservador de la real renta de correos y postas y Vice
patrono real. Gobernó desde Agosto de 1815 hasta enero de 1820. Casó en Cumaná
con María del Rosario Sotillo Santaella. Por orden de Morillo hizo derribar la
iglesia de la Divina Pastora y el barrio de Chiclana en Cumaná, mandó incendiar
y destruir los templos de Cumanacoa, San Lorenzo, Aricagua y Arenas. En su
período hubo algunos gobernadores interinos, como el coronel Aldama, quien hizo
azotar a doña Leonor Guerra, la cual
murió de pesar. Se le considera mártir
de la revolución.
El 20
de marzo de 1816 parte del puerto de los Cayos de San Luis una expedición
organizada por el Libertador, bajo el mando del almirante Luis Brión, con 7
goletas, 4 generales, 14 coroneles, 22 comandantes, 11 mayores, 42 capitanes, 8
tenientes, 15 subtenientes, 17 aspirantes, 11 empleados civiles, para un total
de 250 hombres de guerra. La expedición atracó y tomó la ciudad de Carúpano, el
1 de junio de 1816, después de una débil
resistencia. La guarnición española se retiró a Casanay. Bolívar decreta en
Carúpano la libertad de los esclavos.
Don
Tomas de Cires logra vencer a los invasores en varias oportunidades, y Bolívar
sale de Carúpano para Ocumare el 1 de julio de ese año. Mariño se dirige a
Güiria, y Sucre, que salva milagrosamente la vida de un naufragio en la boca de
Dragos, se le une. Piar se dirige a
Maturín. Morillo, Cires y Aldama se ensañan con las mujeres de Cumaná: Leonor
Guerra, Micaela Brito de Machado, Clara Pereira de Vetancourt, Micaela Mejía de
Sucre, Cesárea Sánchez, Teresa Prada, Ana Josefa Peñaloza de Núñez, fueron
torturadas y desterradas.
20-06-1812. SUCRE EN SUS
PRIMEROS COMBATES.
Sucre bajo
la bandera de Miranda, se incorpora al ejército; a los 17 años, es Comandante
de Ingenieros, grado que se le otorga en Caracas, lo atestigua el propio
Libertador, combate en La Victoria y
Valencia, Sección Aragua, contra el General Domingo de Monteverde, que
muerde el polvo de la derrota. Estuvo al lado de Bolívar y peleó a su lado,
Bolívar fue su superior como comandante de tropas. Muy pocos historiadores se
atreven a decirlo porque no encuentran pruebas,
pero es imposible que estos dos prototipos estuviesen juntos en un mismo ejército y no
se conocieran. Sucre y Bolívar fueron oficiales
del ejército de Miranda y naturalmente concurrieron juntos en muchas
oportunidades.
La primera
carta que se ha publicado de Sucre para
Bolívar da a entender que hay otras anteriores. Sucre
escribe al Libertador desde Maturín el 17 de octubre, 6 días después del
fusilamiento de Piar sin mencionar el hecho; es la primera carta dirigida a
Bolívar que aparece en el “Archivo de
Sucre”:
“Mi General y apreciado amigo: … Anoche a las diez llegué a ésta, habiendo
tenido en Tabasca la dilación que avisé a Vd. Al amanecer hoy escribí a
Cumanacoa… ha recibido el general Rojas el parte que incluyo a Vd. del coronel
Carmona. Por dicho parte, la división de Cumanacoa está ya corriente; pero
temiendo yo que hagan una igual a la pasada en que dieron un paso casi semejante, me apresuro a marchar para asegurar
el que han dado ahora, y no permitir que alguna otra junta o bochinche varíe la disposición… Me
parece más importante que nunca la venida del General Bermúdez; tanto que aún
sería tal vez bueno darlo a reconocer sin embargo de no haber llegado…. Del
General Mariño nada se sabe; porque la toma de Güiria ha impedido la comunicación de Trinidad. Yo le escribo
hoy por Tabasca para cuando haya ocasión. El coronel Armario pudo salir de
aquí para llenar su comisión antes que hubiese buques enemigos en el golfo
Triste; pero estando algunos ahora, sin
trasportes aquí y sin medios para verme
con él a fin de desempeñar la
otra parte de mi comisión, que comprende su completa reunión al gobierno, tendré (si Vd. dispone que vaya donde él) que volverme a Tabasca y procurar allí en que
verificarlo para Trinidad.
Mientras Vd. me contesta habré yo
ocupado el tiempo en que se arregle la
división de Cumanacoa, y para facilitar entonces si he de ir donde el general Mariño, sería bueno que
viniese de Guayana una flechera a Tabasca o mejor a Barrancas equipada de lo
necesario , pues ya digo que en esta no hay trasporte alguno ni puede entrar.
Yo no dudo que el General Mariño
se convendrá al orden no teniendo otro arbitrio
sino ese o el de ser un guerrillero en los montes de Güiria, y aun en ellos se dice que lo han atacado.
Será sensible que le suceda un mal, o que pierda 300 hombres que había reunido
en Güinimita. Los enemigos parece que
tenían en Güiria 500 hombres y 14 pequeños buques mal armados y tripulados. En fin Vd. Me dirá lo que debo
hacer respecto a mi marcha casa del general Mariño con presencia desorden de cosas actuales…” (69)
21-06-1736.
LA FUNDACION DE IRAPA. Patrocinio de San José de Irapa, creado el
21 de junio de 1736 por el padre Francisco de Torres.
Capital del municipio Mariño, visitada por Colón en 1498, es uno de esos
pueblos tradicionales que nos reserva sorpresas insospechadas. Desde la entrada
sabemos que nos espera una calurosa acogida, está toda allí, visible frente al
sol, como una virgen blanca y luminosa,
con una avenida llena de jardines, con una iglesia colonial de hermosas torres
góticas, un campanario elevado, que se parece tanto a las iglesias de los
pueblos españoles que encontramos en las campiñas; y nos salen al paso su
atiborrado mercado, sus hoteles, restaurantes, comederos, cervecerías, salas de
fiesta y posadas; todo nos invita a
permanecer en ella para disfrutar las delicias de su clima, sus playas, sus
platos tradicionales. Definitivamente es una de las poblaciones más acogedoras
del Estado. Situada en la costa sur
de la península de Paria, fue fundada en 1736 con el nombre de “Patrocinio de
San José de Irapa”. Muchas de sus casas recuerdan el estilo victoriano, por
influencia trinitaria, construidas en madera por los dueños de las antiguas
plantaciones de cacao.
En Irapa fundó, el
cronista profesor Rodríguez Marcusi, en 1995, el Museo IRAPARI, dedicado al
rescate de la artesanía Barrancoide, de las milenarias tribus arecunas y
arawacas, cuyos yacimientos han sido explorados por él y sus discípulos. Hasta
ahora han descubierto y explorado 13 yacimientos, que corresponden a depósitos
de alfareros de aquellas sabias culturas.
El museo es una joya de Irapa y del
Estado Sucre.
Cuenta además con el
Salón de Lectura “Carmen Vásquez Ruiz”, situado en la calle Cedeño, en la Casa de la Cultura de Irapa.
Actividad económica. Produce cacao, café, plátanos y maíz. La
explotación de sus cocotales es proverbial.
Irapa tiene de
todo, el edificio de la
Alcaldía , y todas las instituciones del Municipio y del
Estado, iglesias católicas y templos
evangélicos, sus liceos y escuelas,
hospitales y centros de salud 24 horas, bancos, farmacias, buenos hoteles y
posadas, etc.
22-06-1792.
VICENTE DE EMPARAN Y ORBE,
Natural de Vizcaya. Designado por
Carlos IV gobernador de la Nueva Andalucía, tomó posesión de su cargo el 22 de
diciembre de 1792. Al terminar su primer período el Ayuntamiento de Cumaná
solicitó que se le prorrogara el mando.
En
este largo período suceden hechos relevantes que no podemos obviar porque
produjeron trastornos en la vida económica, política y social en la provincia,
tales como el movimiento revolucionario de Gual y España, el terremoto de 1797,
la expedición de Alejandro de Humboldt y Aimé Bonpland y su permanencia en
Cumaná por 4 meses, y el crecimiento demográfico y económico de la provincia.
Cumaná
se había convertido en un pueblo igual a cualquier ciudad porteña de España,
con una población de 30.000 habitantes,
capital de una provincia. Por supuesto sumados los indígenas que para
algunos escribidores de historia no
cuentan.
Alejandro
de Humboldt, por ejemplo, nos deja esa
visión de la ciudad de su época. Calcula la población en 12 mil habitantes
blancos y 15 mil indios, tomando en
cuenta las estadísticas de nacimientos, pero Depons en la misma época, la
calcula en 24 mil incluyendo a los indígenas. Era una ciudad bulliciosa
con puerto en el río, tascas, tabernas,
posadas, mercado, teatro, circo de
toros, iglesias, conventos de muchas órdenes religiosas, 13 fuertes, baterías,
milicias, dice Humboldt, entusiasmado, que las casas eran de platabanda
pintadas de siena blanco, que visito siete conventos que más bien parecían
plantaciones inglesas ‘’Me voy de Cumaná cuando se acaben las
maravillas’’. Muy distinta la opinión
del viajero a las que daban los Obispos de Puerto Rico y algunos gobernadores,
que no querían que los sacaran del Paraíso.
Más de un gobernador y dos o
tres obispos de Puerto Rico pidieron un
periodo más y otros se quedaron en Cumaná
por resto de su vida. Emparan se mereció el periodo adicional, Cumaná se
hizo atractiva, vinieron colonos de Cataluña, aumento el comercio con las
Antillas, construyó las murallas de
protección en los lados del río y una amplia avenida bordeándolo, que enlazaba
el puente con el nuevo edificio del hospital de Caridad. Estas obras salvaron a Cumaná del terrorífico
mar de leva que se produjo en 1796, que
destruyó por completo las obras de la magnífica marina y todos los equipos de
pesquerías.
Emparan se empeñó en hacer
una gran ciudad, construyó el Palacio de Gobierno en 1798, el nuevo palacio del
Ayuntamiento y cárcel pública, colaboró
para la creación del hospital y la escuela para niños pobres, de las misiones y
de los misioneros; y el Ing. Don Juan
Bautista Iriondo, logra modificar el curso del río reforzando los dos causes principales.
Cumaná vivía un momento
estelar, era una sociedad orgullosa donde se destacaban sabios como el Dr. José
María Vargas, Dr. Alfonso Ruiz Moreno, Lic. Bartolomé Bello, el Dr. Andrés Level de Goda, el inigualable
maestro fray Cristóbal de Quezada, el rector del colegio Blas de Rivera, el
director de la academia de matemáticas don José Joaquín Pineda, el astrónomo y
cosmógrafo don José Sánchez Alcalá, oradores como el padre Botino y el padre
Quintero, mujeres de la talla de María Alcalá, Leonor Guerra, y otros no menos importantes, familias como
los Sucre, Alcalá Bermúdez, Gual, Sánchez, Mayz, Mejía, Rendón, Sarmiento,
Vallenilla, Freites, Serpa, Rengel, etc.
Humboldt le dedica varias páginas al sabio Cumanés Don Carlos del Pozo
Sucre del cual dice que fabricaba con sus manos los instrumentos científicos
con los cuales él trabajaba e investigaba como queriendo decir que sabía tanto
como él
Cumaná se sentía orgullosa
por sus cátedras de teología, filosofía
música y derecho.
J.A. Cova dice: “La
gobernación de Emparan fue copiosa en beneficios, que redundaron en favor de
sus moradores”. Había reconstruido a
Cumaná después del terremoto de 1797, “Amaba mucho las ciencias” como lo dice
Humboldt. Construyó también el hermoso barrio de Chiclana, y reconstruyó el
urbanismo de Altagracia destruido por el terremoto de 1797. Fue un gobernante progresista y honesto.
Emparan significa en gran medida la culminación de un difícil proceso de
desarrollo demográfico de una ciudad que ocupa el territorio de la
desembocadura de un gran río.
Antonio de Sucre Pardo y
Calderón, abuelo del Mariscal, fue gobernador interino de septiembre a octubre
de 1792.
23-06-1500. PRIMERA EXPEDICIÓN DE VICENTE YÁNES PINZÓN.
Para el Día
Histórico de hoy, tenemos la primera expedición
del formidable navegante europeo, que después de Colón, fue el tercero
que pisó la tierra sagrada de los Kaimas Caribes.
Vicente Yánez Pinzón surge en el puerto de
Cumaná que en ese tiempo se conocía con el nombre de Puerto de Las Perlas primer nombre con el que se conoció a la
ciudad de Cumaná. Ubicado en una isla que
quedaba en la desembocadura del río Chiribichií la última luenga por el ‘’Golfo
de Cariaco’’ como dice Bartolomé de Las Casas.
` Este afortunado viajero que siguiendo la ruta del
Almirante del Mar Océano, entra al puerto de Cumaná, de regreso de su expedición al Brasil. Primero
arribó a Guiria, donde pasó algún tiempo cargando Palo Brasil; luego
siguió su rumbo para Cumaná y después para Santo Domingo.
Debemos
recordar que asociado a Almirante del
Mar Océano Cristóbal Colón le tocó capitanear la carabela “La Niña” la
preferida del incomparable marino, y participó,
por lo tanto, en el
descubrimiento del Nuevo Mundo.
A su regreso
a España, logró una capitulación con el
Imperio, para viajar nuevamente a las
tierras recién descubiertas. Esta expedición fue la más afortunada de las
llamadas “Viajes Menores”. Entonces por segunda vez arriba a las costas del
Brasil; surge en Cabo Verde, al partir de este punto una tormenta lo lleva al
Cabo San Agustín, que bautizó con el nombre de “Santa María de la Consolación”.
Sin saberlo
fue el primer navegante que se conozca que cruzó la línea ecuatorial. Llegó al
Brasil tres meses antes que Cabral por lo tanto debe ser considerado como el
descubridor de ese inmenso país. Por supuesto fue el descubridor de las Bocas
del río Amazonas y también del río Orinoco.
A pesar del
fracaso económico de sus viajes mantuvo su prestigio y el Imperio le prodigo
sus favores, con otras importantes capitulaciones.
24-06-1593.-WALTER RALEIGH Y FRANCISCO DE VIDES. 1592-1595
Este
personaje llega a Cumaná investido no solo como gobernador de la provincia de
Nueva Andalucía, sino como capitán conquistador con jurisdicción en el vasto
territorio que se extiende desde el río Uchire hasta el Marañón, incluyendo las
islas de Trinidad, Granada y Tobago. Para ejercer el cargo partió de Sevilla
con un ejército y dos navíos: Nuestra Señora de Rosario y Nuestra Señora de la Concepción ,
generosamente apertrechados, con los cuales llega a Cumaná en 1592. Ejerció el
cargo sangrienta y dictatorialmente, por 3 años; esclavizó asesinó y persiguió
centenares de indígenas, hasta que denunciado fue llevado a España, donde fue
juzgado y encarcelado.
Don
Francisco fue un hombre acaudalado, con buenas relaciones con la Audiencia de
Caracas, casó con una dama principal, doña Elvira de Montes dueña de casas y
haciendas, entre las cuales figuraba Cumbres de Churumo, que sirvieron para
acrecentar su patrimonio.
En su gobierno Cumaná fue atacada
por el famoso corsario ingles Walter Raleigh, al cual derrotó y puso en fuga,
según parte que envió a la Corte. Veamos…
Finalizando el siglo XVI, en
1591. El más célebre entre los piratas del Caribe, donde gozaba de reconocida
fama como salteador de pueblos costeños, fue derrotado por don Francisco de
Vides, Capitán General de la Provincia de Nueva Andalucía el 24 de junio de 1593.
En esos tiempos el ‘’Cawaná Chiribichií’’,
desparramaba sus aguas en caños profundos, entre manglares infinitos, formando
un gran delta frente al golfo de Cariaco. En la parte más oriental de la isla
de Cumaná, se veían las ruinas del castillo de Jácome Castiglione, y a un tiro
de ballesta desde la playa, río arriba se alzaban los dos monasterios,
dominicos y franciscanos, y varias iglesias. La ciudad estaba defendida por una
gran empalizada que la separaba del pueblo indígena, cuya población sobrepasaba
los 15 mil habitantes entre españoles e indígenas, que vivían en grandes bohíos
de madera y palmas de carata, dispersos en la espesura de la selva que bordeaba
el río.
Frente al puerto de Toporo estaba la ciudad con
sus defensas a toda prueba; muchos piratas trataron de asaltarla y fueron
derrotados. A lo lejos el monasterio de los franciscanos lanzaba al vuelo sus
campanas avisando el peligro. Inmediatamente las milicias se presentaron con
sus armas y ocuparon sus posiciones. El choque frente a la ciudad fue muy
violento. La refriega duró más de una hora, y produjo varios muertos en ambos
bandos. El pirata se equivocó, sus
hombres trataron de entrar por los caños que tejían un laberinto y no tenían un
práctico que los condujera, sin embargo, el pirata decidió desembarcar en
chalupas una parte de sus hombres, para que, al iniciar el ataque con sus
barcos, penetraran en la ciudad y la saquearan e incendiaran, pero no
encontraron la ruta para hacerlo ni auxiliarlo.
En efecto y de acuerdo con su Estado Mayor,
desembarca la gente de Walter Raleigh, al frente de 210 aguerridos piratas,
armados “hasta los dientes”. Burlaron en principio a los bravos Guaiqueríes,
que desde mediados del siglo XVI ocupaban las tierras del noroeste de la
ciudad, lo que hoy conocemos como “El Salado”; por allí entraron los barcos y
cañonearon la ciudad sin resultado. Los indígenas los dejaron pasar, era una
emboscada, en esa parte, rica y exuberante, tenían bohíos con su iglesia, bajo
la advocación de Nuestra Señora de las Altas Gracias, además de sus alcaldes,
caciques y los derechos que les concedió El Rey.
En el gobierno de Cumaná, estaba Don Francisco
de Vides, ya informado de la incursión del intrépido pirata, que había apresado
al gobernador de Guayana y Trinidad, Don Antonio de Berríos.
Las dos fuerzas de la ciudad actuaban según
planes preconcebidos. Don Francisco preparó escrupulosamente la defensa de la
plaza. Destacó a los leales Guaiqueríes, hábiles en el manejo del arco y la
flecha, para que vigilen los movimientos y contengan al enemigo; sin embargo,
el inglés llegó a las puertas de la ciudad, a la que aspira sorprender,
navegando por el cauce principal del rio. Sus galeones eran poderosos. No era difícil escurrirse entre las selvas de
manglares y los caños del río. Los
invasores superan en número a los colonos, pero el terreno favorece la defensa.
La sólida muralla de Palo Sano nunca había sido violada.
Los colonos bien pertrechados contienen el
ataque y causan daño a los barcos, y a una señal de Don Francisco, los
indómitos Guaiqueríes entran en combate, tomando desprevenidos a los ingleses,
que abandonaron el campo en precipitada fuga, dejando a sus jefes en poder de
Don Francisco, además de sus arcabuces y demás pertrechos de guerra. Walter
Raleigh se rindió, cayó prisionero y su sobrino el oficial Granilla, murió como
un valiente en el combate.
El Dr. José Mercedes Gómez, que fue Cronista de
Cumaná, nos dice: “Orgulloso Vides de su victoria, daría cuenta de ésta al
Monarca: Hoy viernes 30 de este mes se ha hecho a la vela el inglés. Lleva la
vuelta de Macanao. Dícese va a Inglaterra y no tan bien parado como él
quisiera”.
Raleigh salva la vida por canje de prisioneros,
lo que supone la firma de algún tratado, hecho señalado que debe constar por
cuanto de este pacto salva la vida tanto el inglés como el gobernador don
Antonio de Berríos, que era su prisionero.
24-06-1821.- LA BATALLA
DE CARABOBO. Este es día
histórico es para toda Venezuela y para el mundo porque se trata de la
batalla de la Libertad la culminación de una de las epopeyas más gloriosas y
extraordinaria de la historia Universal la primera fase de la liberación de las
naciones suramericanas alguien dijo que para igualarla tendría que haber otro
mundo para liberarlo.
EL 24 de junio
de 1821, se habían cumplido todas las
órdenes dadas por el Libertador, y los ejércitos estaban preparados y ordenados
para la batalla decisiva, en n las
sabanas de Carabobo.
El Ejército
patriota a las órdenes de Simón Bolívar había iniciado su avance desde
Tinaquillo en horas de la madrugada. Después de atravesar la serranía de “Las
Dos Hermanas” Desde la colina de Buena
Vista, Bolívar, subido en el techo de una vieja casa, Bolívar contemplaba como
el Mariscal de Campo Miguel de La Torre, Comandante del Ejército realista,
había dispuesto sobre el terreno las tropas que enfrentará a los patriotas ocupando posiciones estratégica, con sus
mejores batallones entre ellos “El Valencey”, bajo el mando del general Tomás
García, punta de lanza que enfrentaría con ventaja a la División del General
Páez.
El Libertador
se reúne con sus comandantes de divisiones generales José Antonio Páez de la
Primera, Manuel Cedeño de la Segunda, y el coronel Ambrosio Plaza de la
Tercera. Bolívar explica el plan de ataque, les dice: La División de Páez atacará por el flanco
derecho del enemigo. La División Cedeño,
protegerá a la Primera División, y la División de Plaza entrará por el centro y
obligará al enemigo a mantenerse al margen de la contienda.
Bolívar con La
Guardia, atacará a La Torre, lo cercará
inutilizando la reserva de éste considerándolo el más vulnerable, y evitaba a
su vez, un ataque frontal que le lucía más favorable a los realistas.
En efecto, Páez
se movió con su División por la Pica de la Mona, guiado por el baqueano Febres,
para continuar luego sobre unas quebradas y riachuelos, que sólo permitían el
avance de un hombre, y así subir a las
sabanas para presentar combate. Seis batallones realistas y tres grupos de
caballería descansados y en las mejores posiciones se enfrentaron a las tropas
patriotas; y, cuando las tropas de Páez
trataban de subir a la sabana, empezó sobre ellos, el fuego endiablado de la artillería
realista.
El
batallón Bravos de Apure, se sacrificó
en la maniobra, se enfrentó al
formidable batallón ‘’Burgos’’, que era la reserva de La Torre. Se repliega con
muchas bajas el “Bravos de Apure”, y entonces,
Bolívar desde su olimpo, ordena avanzar a los británicos, que de inmediato
afrontan la tremenda responsabilidad de salvar la batalla, y con una intrepidez
nunca superada, se interponen entre los
Bravos de Apure y el “Burgos” con otros
batallones que, en vista del posible descalabro patriota, acudieron bajo el
mando de impertérrito comandante del Valencey, el general Tomás García.
Pero Bolívar no
descansa. Arenga a los batallones, los guía hacia los puntos conflictivos como
en un gran tablero de ajedrez. El glorioso
Cazadores Británicos, dispuestos a vencer peleando como nunca lo habían
hecho, como nunca sus oficiales habían pensado,
y ven caer a su comandante el inmortal
coronel Tomás Farriar, y caen
tres comandantes más, hasta que toma el mando el mayor Minchin, pone orden en
el ataque y dando las muestras de su propio
valor y el de sus oficiales, logra contener la furia de los españoles
que ya se creían vencedores; y logrando
una posición más conveniente, resiste heroicamente la arremetida del
“Barbastro”, que como una tromba viene en auxiliado del “Burgos” que ha venido
a menos ante la audacia de los ingleses, que ahora son un muro
indestructible.
Páez, más
confiado, como tigre hambriento, reordena el ataque y el “Bravos de Apure”,
apoyado con dos compañías del batallón de Tiradores de la Segunda División,
bajo la orden del teniente coronel de las Heras, entra en acción fulminante. En
ese momento las acciones se han equilibrado; el Bravos de Apure apoyado con los
ingleses ataca sin desmayo al Burgos, y las compañías de Tiradores lo hacen al
Barbastro.
En este momento de la batalla, el general La Torre, ordena el contraataque con los
batallones “Príncipe”, “Infante” y “Hostalrich”, pero ya los patriotas con El
Libertador a la cabeza, con todas las fuerzas,
van arrollando, destrozan al “Burgos”, se rinden el “Barbastro” y el
“Infante”, la batalla concluye, la victoria es un hecho.
Sin embargo,
crecido en el campo, La Torre con su caballería quiere cambiar el destino
incierto para él, de la batalla. Entonces la caballería realista ataca
orgullosa y desafiante; pero, aparece en escena la invencible y majestuosa
caballería de los “Bravos de Páez” bajo el mando del intrépido y heroico
capitán Juan Bravo, que recibe estoico
como su maestro Diógenes Laercio, catorce heridas, manteniéndose sobre su
caballo con las lanzas que lo inmortalizaron, y los “Bravos de Páez”, en una
arremetida que no tiene igual en la historia patria, dejan el camp de Carabobo
lleno con los restos de aquel ejército español que se creyó invencible.
Y aun así, La
Torre ordena renovados ataques con la caballería “Lanceros del Rey”, pero ya no
queda nada por hacer, ésta caballería que significaba la esperanza real, huye vergonzosamente al ver que entra en
acción el coronel Cornelio Muñoz, que
implacablemente los vence, atacando sin tregua a los realistas que ya no
tienen esperanza y se desbandan.
El batallón
Valencey, que ha logrado mantenerse unido bajo el mando de Tomás García, y que
ya no soporta más el fuego patriota, decide abandonar el campo de batalla, porque
el general Tomás García, que lo ve todo perdido, quiere salvar el honor del
Imperio, empieza a reorganizar a los dispersos y logra retroceder
ordenadamente.
Las órdenes de
Bolívar son terminantes, la victoria tiene que ser contundente y total
¡Destruyan al enemigo! Y ordena a La
Reserva perseguir al enemigo.
La División de
Plaza entra ahora en acción, y acomete al “Valencey”, pero su heroico
comandante, el gigante Ambrosio Plaza,
que arriesga todo en una arremetida, en el cumplimiento de la orden,
muere en el campo de batalla. Así mismo sucede con Cedeño, quien cayó muerto en aquella persecución, porque cae en medio de los
realistas, y muere como debía morir el
bravo de los bravos de Colombia.
Bolívar, al percatarse de los movimientos del
Valencey, y que para este momento ya estaba en el campo de batalla entre sus
tropas, ordena que 500 soldados de los Granaderos y del Rifles, montados en las
grupas de los caballos persigan y destrocen al enemigo que huía hacia Valencia.
La persecución se detiene en las puertas de Valencia
después que el Valencey, tras seis horas
de marchas forzadas entró en la ciudad y se hicieron invisibles, porque llegó
la noche y no se pudo hacer más, entonces se detiene la persecución. Los
realistas continúan hacia Puerto Cabello donde se atrincheran.
La batalla concluyó después de una hora de encarnizada
lucha y de seis horas de persecución. Seis mil trescientos hombres del ejército
patriota derrotaron a cinco mil del ejército realista para sellar
definitivamente la libertad de Venezuela.
25-06-1926.- NATALICIO DE GUILLERMINA RAMÍREZ.
Sobre
nuestra otra reina del folclor,
Guillermina Ramírez, nos hace la
Prof. Hedra Franco de Gómez, un perfil biográfico que es más bien un
estudio muy importante y profundo de los
componentes del alma popular sucrense,
veamos porque son pocas las cuartillas
de que disponemos. Nos dice Hedra que:
‘’Nació en la calle Larga de Cariaco (Hoy Av. José
Francisco Bermúdez), el 25 de junio de
1926, Fueron sus padres Francisco
Ramírez y María Isabel Cova. Su madre muere cuando ella tenía siete años y por
ello quedó en manos de Don Félix Mata Marcano, quién la lleva a vivir a Catuaro
hasta que se hizo mujer y regresó a su pueblo. Su esposo y padre de sus quince
hijos fue el Señor Socorro de Jesús Figuera.
Comenzó a
componer, a hacer sus comparsas y
cantar a la edad de 43 años, después
que tuvo todos sus hijos. Su primera
comparsa la llamó ‘’El Canario de la Reforma’’ creada en 1972. Hoy día a sus 72
años continúa creando comparsas,
fulías, malagueñas, galerones y trasmitiendo a los niños de
Cariaco, incluyendo a sus nietos, el amor por todas esas tradiciones,
mitos, música y todo aquello del
folclore cariaqueño, con la idea de que ellos continúen su labor cuando ella
pase a otro plano.
Guillermina
también es partera, botánica, fabricante
de dulces y bebidas de todo tipo y tambien es santiguadora.
Lo
anecdótico de esta destacada folklorista
oriental, es que no tiene ningún grado de instrucción, pero es una autodidacta
que lee y escribe rudimentariamente, crea piezas musicales y comparsas y les
pone música. Tiene todas sus creaciones en su cabeza, ya que ninguna
institución se ha preocupado por publicar todo este bagaje cultural.
Se ha
presentado con su grupo en varias partes del País entre ellas: Carúpano,
Maturín, Valera, Caracas, Cumaná y Cariaco su terruño natal donde hace representaciones en todas las
fiestas populares y especialmente en las Fiestas Patronales de San Felipe de
Austria y Cruz de Mayo.
26-06-1971.- Un recuerdo para un
gran maestro. KESHAVA BHAT.
En esta fecha inició con una
espléndida celebración el servicio para
el pueblo de Cumaná de su Jardín. El Dr. Bhat fue un
etnobotánico, que promovió el naturismo auténtico: una manera sencilla de vivir
mejor. Iniciador del movimiento de reeducación natural en Venezuela y otros
países. Creyó siempre que la solución de los problemas de salud, especialmente
de los países tropicales en vías de desarrollo, es posible mediante la
autosustentación, una educación adecuada para saber vivir y la implementación de
un plan preventivo de salud, traducido en un cambio en el estilo de vida. Dejó
revolucionarias teorías en el campo de la medicina como la ley de la abuela, la
Ley del Ahorro y Ahorco y la Embriogénesis (formación del feto con sus
componentes energéticos respectivos).
La Universidad de Oriente ha enriquecido a
nuestro pueblo con algunas personalidades que se han integrado profundamente en
nuestro amor, y uno muy destacado fue el Dr. Keshava Bhat, heredero, diría yo de una tradición
científica muy cumanesa, derivada del
conocimiento de las plantas medicinales, que por cierto inició fray Bartolomé de las Casas, que fue
el primero (entre 1516 y 1521), que
investigó en torno de la sabiduría de nuestros viejos ancianos, ‘’los Piachas’’ (médicos indígenas), como él los llamaba y con los cuales conoció el uso y poder de
las plantas, y luego de sus escritos se
alimentó y avanzó en su estudio, Fray
Antonio de Caulín (1750), que vivió entre nosotros doscientos y tantos años
después, el cual hasta nos dejó un
recetario con las formulas indígenas aplicadas a las distintas
enfermedades Poco más tarde llegó a Cumaná el sabio sueco Pitor Löfling ( 1779-1789) de la escuela de Lineo, que
vivió 10 años en la casa del sabio cumanés Don José Sánchez Alcalá, con el cual estudió todo el material dejado
por esos maestros Esa sabiduría la recibió tambien Alejandro de Humboldt, su amigo Amadeo de Bompland y el Dr. José
Maria Vargas, que de paso se convirtió
en un apasionado botánico, y andando el
tiempo la recibió también el sabio Dr. Luis Daniel Beauperthuy que culmina el proceso ya que con ese bagaje
que le dejó nuestra escuela
científica a la ciencia y sus
experiencias con el aceite del merey
para curar la lepra y sus descubrimientos microbiológicos utilizando el
microscopio y con el fundamento de la microbiología que avanzaba siendo uno de
los padres de esta ciencia El r Beauperthuy lo
aplicada a la malaria y descubre
el mosquito trasmisor que lo eleva a la gloria y enamorado de Cumana y de su
ciencia funda la escuela de medina de
Cumaná
Keshava
Baht, fue un afamado profesor de la UDO,
y su recuerdo permanece intacto. Este gran investigador hindú se instaló en
Cumaná con su familia y trabajó en la Universidad de Oriente, fue hijo adoptivo
de Cumaná, él la adoptó como su patria.
Se dedicó a la investigación de nuestras plantas medicinales, descubrió sus
secretos, y curó con ellas y con amor infinito atendió a todo el que llegó a él con
bondad misionera. Su nombre y su obra trascendieron las fronteras
venezolanas. Sus alumnos aun lo veneran y siguen sus enseñanzas.
FICHA
TECNICA
El Dr. PALLATHADKA KESHAVA BHAT,
nació al sur de la India el 3 de enero de 1940. Sus padres fueron Pallathadka Subraya Bhat y Lakshmi Amma, lo
educaron en contacto permanente con la naturaleza y crearon en él un sentido
amoroso por la misma. Casado con su coterránea
Lie Devaki, con quien procreó tres hijas y un hijo, todos nacidos en
Cumaná.
Estudió en la Universidad de Madrás
desde 1955 hasta 1966 obteniendo tres títulos: B. Se (1959), M. Se (1961) y el
PH. D en Botánica, en 1966. Recibió la beca de honor para graduados. Trabajó
como Asistente de Investigación en el Presidency College, Madrás (1968) y
recibió el Council of Scientifíc and Industrial Research (C. S. I. R
INDIA) Sénior Fellowship en 1969 Desde 1969 hasta 1987 trabajó en la
Universidad de Oriente (U.D.O.), en Cumaná (Venezuela) en la Escuela de
Ciencias, a nivel de pre-grado y postgrado, en el área de botánica, y llegó a
la categoría de Profesor Titular.
Hablaba 17 idiomas con diferentes
sintaxis y símbolos de escritura: Hindú, Inglés, Español, Sánscrito (idioma
originario), Kánada y otros. Era un maestro del Yoga y de la Reeducación
Natural, como la alternativa al Armagedón (extinción y/o degradación de la
especie humana) que se viene en pocos años. Sobre este último tema manejó
resaltante información.
27-06-1789.- EL HOSPITAL
ANTONIO PATRICIO ALCALÁ DE CUMANA.
En esta fecha el sacerdote Antonio Patricio de Alcalá y el Capitán
General Vicente de Emparan y Orbe, ponen en servicio el hospital de la Caridad de Cumana.
El Edificio del Hospital quedaba donde está hoy el Museo Gran Mariscal de
Ayacucho.
Don Vicente de Emparan gobernó en Cumaná
dos períodos de cinco años, por petición del pueblo, una calle honró su nombre, y su nombre perduró y pasó a nuestra historia donde también se le
honra. Fray
Antonio Patricio Alcalá aparece en
nuestra historia escogiendo el terreno en lo que después se llamó Plaza
Guaiqueri, para la construcción del templo de Nuestra Señora de Altagracia, con
el Capitán General de la Provincia, Don Pedro José de Urrutia Ramírez de
Guzmán, cuya construcción se inició en 1772, y nos parece más una idea de don
Antonio que del Gobernador, porque tenía tiempo clamando por los guaiqueríes
del Salado que habían quedado sin su iglesia por efecto de los terremotos y la
ruina total. Por cierto que en el tiempo de este gobernador padeció la ciudad
una terrible peste en la que don Antonio hizo verdaderos prodigios y servicios
de caridad cristiana, recibiendo a los enfermos curándolos y ayudándolos a
morir cristianamente; por esta razón humanitaria le donó su “chara”, a los
capuchinos, para los que no entiendan este término cumanés, se trata de una
finca o chacra, que tenía para el sustento de él y su familia, en las orillas
del río, como muchas otras familias de la Cumaná de antier; se la cedió pues, a los capuchinos, que prestaban servicios
gratuitos al pueblo; para convertirla en hospicio, como así fue. Dice Ramos
Martínez: “La casa y la capilla rurales que poseía a orillas del Manzanares,
junto con los ornamentos y enseres necesarios para el culto, los donó a los
capuchinos con el objeto de que éstos tuviesen allí enfermería y hospicio, y de
que los habitantes de las charas no quedasen privados de la facilidad de oír
Misa en los días de precepto, ni de los otros consuelos espirituales que les
proporcionaban, al tenor de las facultades que le habían sido concedidas por
los Superiores eclesiásticos”.
28-06-1818. Dr. PEDRO JOSÉ ROJAS.
El más
destacado periodista de Venezuela de su tiempo. Nace en Cumaná, hijo de don Pedro Rojas Casanova y doña
Josefa Isabel de Rojas, por lo tanto
hermano del general Pedro Elías Rojas y Pedro Ezequiel Rojas brillante
parlamentario y diplomático. Estudio en Cumaná filosofía con el sabio maestro
Lic. José Antonio Ramos. Periodista, político y ciudadano esclarecido. Funda en
Cumaná el semanario “El Manzanares” su primer número circuló el 14 de marzo de
1843. Pedro José Rojas represento a Cumaná y fue Presidente del Congreso
Nacional cuando se produjo el desastroso suceso del 24 de enero de 1848,
lamentable suceso que le costó la vida al gran pintor patrio Michelena. Salió al exilio voluntario y en
Nueva York donde hizo amistad con quien lo llevaría al sitio que le
correspondía en la historia el General
en Jefe José Antonio Páez. En 1860 funda en Caracas el diario “El
Independiente”, del cual publicó cerca de mil números, los editoriales de este
periódico forman parte fundamental de la
literatura política de Venezuela. Durante la última presidencia de Páez, con el
cargo de Ministro Plenipotenciario, que en la práctica se tradujo como una
sabia presidencia colateral, sin
embargo la revolución continuaba y le tocó firmar con el General Antonio Guzmán
Blanco, el célebre tratado de Coche, una rendición honorable, el 24 de abril de 1863. Ese fue ese gran
maestro del periodismo Cumanés al que se le deben los honores que se le brindan
a los grandes hombres, y que ganó durante una vida útil de trabajo, de servicio y grandes
sacrificios.
PEDRO JOSE ROJAS. En otra
versión tomado del bisemanario “El Disco”. Cumana 1923.
El 28 de
junio de 1918, nace en Cumana el Dr. Pedro José Rojas Esteves Ortiz de
Aguilera, que es como decir: “el alma del general en jefe José Antonio Páez, y motor formidable del
último período de gobierno de su dictadura”.
Estudió en el Colegio
Nacional de Cumaná; la representó en el Congreso Nacional y fue redactor de “El
Manzanares”. En 1858 asilado en Nueva York íntima con el General José Antonio
Páez; en abril de 1860 inicia la publicación en Caracas de su periódico “El
Independiente”, que proyecta su extraordinaria personalidad. Ramón J. Velásquez
dice que: “Todo político venezolano, debería leer los editoriales de Pero José
Rojas”.
“Fue Pedro José Rojas uno de
los cerebros más vigorosos y una de las voluntades más decididas que tuvo el
partido conservador en la segunda mitad
de su predominio en Venezuela, preciso
en todos los lineamientos morales de su
egregia personalidad, sin que fuese posible confundirlo con ninguno de los políticos de su época así
en el gabinete como en la prensa así en
la tribuna como en la vida privada, en todo momento supo imprimir vigorosamente las huellas, de su
brillante talento, y de su
caballeresca actitud.
Su periódico dejó de
existir desde ese mismo momento en que
dijo adiós a Venezuela, vencido ya definitivamente el partido de sus
afecciones, y de su ultimo editorial son esas palabras: “Hemos luchado con
diferentes atletas, pero jamás se nos ha visto ni en la mano ni en el cinto
otras armas que las armas del hidalgo”...
“Si todos hemos pecado entonces todos hagamos el acto de contrición. Si
todos somos inocentes reconozcamos el error del juicio a que nos hemos
sometido. Si realmente estamos divididos en inocentes y pecadores, seamos
tolerantes. En todo caso practiquemos la
saludable y santa doctrina del Salvador del mundo”.
Pedro José Rojas brilló entre
soles, y esplendorosamente, en una época que lo eran Fermín Toro, Juan Vicente
González, Estanislao Rendón, Marco Antonio Saluzzo, José Silverio González, en una fatigante
enumeración de magnas intelectualidades de la política, de la ciencia y de las
letras.
Estando ya en Europa llegó a manos del gobierno federal una carta privada
que él le dirigía al Arcediano Doctor Antonio José de Sucre, la
cual levantó una polvareda, pero al fin se vio que no habia razón ni para mucho
menos. En ella, entre otras cosas le decía, muy regocijadamente, más o menos: “¡Para
mí son lo mismo los dos partidos políticos de Venezuela, los cuales me hace
acordar de aquellos hermanos Villegas de Cariaco, a quienes llamaban Villegas
“el malo” y Villegas “el más malo”, yo hasta ahora no se cual es Pedro ni cual
es Francisco!”.
29-06-1847. DON B
L A S B R U Z U A L Y
VELOZ.
Edita en Cumaná su periódico “El Republicano” De la
investigación heráldica de la familia Bruzual, que puso en mis manos el Dr.
Andrés Suels Bruzual, se puede afirmar que Don Blas Bruzual y Veloz, hijo de
Don Antonio Bruzual y Beaumont y Margarita Veloz, nació en Cumaná. Aunque
nuestros viejos cronistas no lo tienen por tal; sólo sabíamos de él que fundó,
en 1835, la Cátedra de matemáticas en el Colegio Nacional de Cumaná, y mudó de
Barcelona para esta ciudad su periódico “El Republicano”, cuyo primer número
salió el 29 de junio de 1847.
Blas
Bruzual fue un aventurero fanático, se inició en las filas del Ejército
Libertador bajo las órdenes directas del General Páez en las operaciones del
sitio de Puerto Cabello, en donde recibió una honrosa herida poco antes de la
toma de la plaza del Batallón Primero de Antioquia, con el grado de Subteniente
de la Tercera Compañía. En 1830, en Valencia, figura entre los oficiales de la
Brigada formada por los Batallones
Anzoátegui y Junín que declaran estar dispuestos a “sostener la dignidad de
Venezuela en su augusta Representación Nacional”. En 1831, asiste en Caracas a
los cursos de Cajigal y Acevedo en la Academia Militar de matemáticas recién
creada, donde tiene por compañeros a Rafael María Baralt, Olegario Meneses,
Manuel María Urbaneja y Juan Aguerrevere. Entra en 1832, en contacto con el
integro republicano Tomás Lander, el patriarca del liberalismo venezolano. En
1834, Bruzual se traslada a Cumaná, con Don Andrés Level de Goda, y se dedica a
la enseñanza; entonces con su amigo Gutiérrez Coll y del músico Pedro Elías
Gutiérrez, autor del himno popular “Alma Llanera”; redacta la “Revista
Oriental”. Poco dura esa etapa, pues al estallar en 1835 la revolución llamada
“Las Reformas”, Bruzual se adhiere a ella con entusiasmo. Vencidos los
reformistas, es expulsado de Venezuela.
Halla
asilo en la Nueva Granada bajo la protección del General José María Obando,
alzado en armas contra el gobierno de Herrán. Derrotado Obando es reducido a
prisión en Bogotá pero logra fugarse, y a través de la cordillera marcha a
reunirse nuevamente con Obando, que se encontraba en Popayán. Obando lo nombra
jefe del Estado Mayor General del Ejército del Sur, con el grado de Coronel.
Pero la revolución fracasa, y Bruzual tiene que abandonar el país; pasa a
Guayaquil, y de allí sigue a Costa Rica en donde presta servicio militar por
algún tiempo. Regresa al suelo nativo en 1843, se establece en Barcelona, en
donde inicia el año siguiente la publicación del semanario El Republicano, que
habrá de perdurar, con diversos avatares en cuento a la residencia, hasta
octubre de 1852.
Blas
Bruzual, es ante todo un gran periodista, defiende con inteligencia y energía
los principios de la oposición liberal. Lanzado de lleno a la lucha política,
sostiene fogosas polémicas tanto en el plano local como en el ámbito nacional,
y contribuye a la creación de la agrupación Liberal de Barcelona, que funciona
bajo el título de “Sociedad Promovedora”. Se dedica también a la enseñanza de
las matemáticas rivalidades de carácter profesional, que vienen a unirse a las
divergencias políticas, le enfrentan públicamente, a fines de 1845, con el
Doctor Nicanor Bolet Peraza, Vicerrector del Colegio Nacional de Barcelona y
miembro conspicuo del partido denominado “Oligarca”, en las afueras de la
ciudad, ante un nutrido grupo de curiosos y los alumnos del Colegio Nacional en
batalla, con la Bandera Nacional desplegada en medio de varias banderolas,
Bruzual y Bolet se entregan en una curiosa confrontación, provisto aquél de un
teodolito y éste de un octante: se trata de demostrar cuál de estos
instrumentos es más apropiado para proceder a una triangulación al terreno.
Después de varias demostraciones, los adversarios se retiran convencidos cada
uno de que ha logrado la victoria en esa
confrontación que en verdad es poco común en los anales de la política
venezolana.
30-06-1878.- JOSÉ MARÍA MILÁ DE LA ROCA DÍAZ.
Nació en Cumaná el 30 de
junio de 1878, era un joven de largos silencios, de caminar pausado, alto,
delgado, blanco traslúcido, de pelo negro, mirada triste pero altiva,
trabajador incansable, escritor a tiempo completo, sabio, elocuente y rebelde.
Su rebeldía era innata, angustiosa, con un sentido alto de la dignidad. Tenía
conocimientos misteriosos de todas las cosas y de todo lo que se movía en
derredor.
Mi padre decía que José María Milá de La Roca Díaz, era como un hermano
para él, cuando cayó enfermo se encerró en su casa, hablaba con sus familiares
cercanos y con algunos amigos a mi padre
le entregaba semanalmente, por debajo de la puerta de su casa, las cuartillas de su novela LALITA para que
las publicara en su periódico.
Yo también aprendí a querer al poeta a través de la parte de su obra que se
publicó en el periódico ‘La Constitución’ de don Federico Madriz Otero, en el
cual el Dr. Badaracco y papá eran redactores, y luego, tengo el Libro de la
Familia Milá de La Roca, donde está su obra completa.
Los poetas Celso Medina y Ramón Ordaz, lo han dado a
conocer en sus obras, Ramón Ordaz publicó su novela ‘Lalita’ con una
introducción crítica, y Celso Medina sus poesías, con lo cual lo han dado a
conocer a las nuevas generaciones, considero importante aportar a ustedes el
trabajo de mi padre, amigo personal del poeta, veamos:
‘ José .María fue uno de nuestros admirados poetas. Bajo el
seudónimo de César Augusto Cumanés, a fines del siglo pasado, comenzó a darse a
conocer como cultivador de las letras, publicando sus producciones en
periódicos de la localidad, y nosotros,
presuntos intelectuales,
recibíamos y recitábamos sus sentidas estrofas, en nuestros incipientes
corrillos literarios, discutiendo la personalidad de este bardo que emergía
como una prometedora luminaria tras el prolongado silencio que pareció asentar
definitivamente su tiniebla infecunda en la vastedad del territorio
provinciano.
Sabíamos de su reclusión, por el mal tremendo que torturó y destruyó su
vida, y un sentimiento de piedad aunado a ese oro de admiración al poeta nos
hacía asignarle una estatura inmensurable, cual si nadie más, ni Milton creando
su ‘Paraíso Perdido’ en medio de nuestra ceguedad pudiera comparársele.. ¡Que
de prodigios imaginábamos! Se nos antojaba cada verso suyo a manera de hebra
sutil y luminosa que se filtraba al exterior por rendijas invisibles de su
celda, para proyectar hacia el pueblo la claridad melodiosa de su talento.
En el Colegio Nacional de
Cumaná, cuando él cursaba estudios secundaros y muchos de nosotros asistíamos
al curso de latinidad bajo el rectorado del sabio maestro Don José Silverio
González Varela, le veíamos casi a diario
y recordamos su perfil de adolescente, la expresión preocupada de su
rostro como de quien presiente la pena letal que ha de atarlo, cual otro
Prometeo a la columna inclemente del martirio
Al pie de áridas colinas que bordean la extensión semejante y salobre,
huérfana de árboles, que declina hacia el mar, ante un panorama de incambiable
desolación al noreste de la ciudad, edificaron sus padres algo como rústico
albergue, definitiva o anticipada mortaja de este hijo que poseyó dotes
sobresalientes para elevar su nombre por sobre el tiempo en alas de cantos y
rompió con el poder de su pensamiento el estrecho recinto que lo aprisionaba
para divulgar y vivir con la perennidad de sus canciones más allá del dolor,
más allá de la muerte.
En aquella rústica vivienda, en vida contemplativa y solitaria, se consagró
al estudio, al trabajo intelectual, acogió quizá a la elocuente sentencia del
Salmista ‘Suma dolor quien suma sabiduría’
Al conjuro de su musa, vibraron allí sus poemas, con resonancia
armoniosa en la ciudad que los recibía como dones inefables, porque se le
suponía hundido con el pesar, agotado por el sufrimiento, sin voluntad,
añorante de cuanto a se redor adivinaba él transformándose, viviendo, la
cambiante ilusión juvenil, el progreso naciente de la ciudad, el diuturno
ajetreo de su pueblo y, antes de todo, la revolución literaria que se imponía
tanto en la expresión como en la forma, con aquel movimiento que se llamó
modernismo, surgido en Nicaragua con la paternidad de Rubén Darío trasponía las
fronteras y era acogido con entusiasmo en todas las juveniles Peñas literarias
del Continente renovando la lírica castellana.
Los más renombrados representativos de esa lírica en la vasta extensión
americana, dieron impulso a esa corriente renovadora: Lugones, Chocano, Nervo,
Díaz, Valencia, Blanco Fombona, Juana de Ibarboroug y tantos consagrados por la
fama, lumbreras que difundían su comprensiva diafanidad por el orbe castellano
sustentadores de los nuevos símbolos.
Con AZUL la obra inicial
de Rubén Darío, que se editó en Chile, penetró en España la nueva escuela,
r4ecibiendo allá las más extremas contrapuestas discusiones. Don Juan de Valera
el castizo autor de Pepita Jiménez de
prosa acicalada y polifónica según con conceptúa Felipe Tejera, comentó el
libro en una carta al autor, a manera de Prologo con liberalidad, con alabanza,
convirtiéndose al exótico credo que se propagaba por la Madre Patria, tocando a
todos los cenáculos, adueñándose de la mente juvenil, dispuesta siempre a
cuanto signifique renovación.
Atónitos quedaban los viejos maestros, los
consagrados en el arte de Apolo, sucesores y continuadores de los mejores
clásicos de nuestro idioma: Núñez de Arce, el príncipe de la lírica creador del
IDILIO a quien imitó nuestro Andrés Mata; Campoamor el de las Doloras y tantos
insignes vates de universal renombre ya en la Península, ya en la América
Hispana, quienes habían afirmado su opinión como dogma, esclavos de la métrica
cadenciosa, sujetos a la retórica de Hermosilla, el gigante traductor de Homero
en impecables versos castellanos, atentos a la crítica erudita de don Marcelino
Meléndez Pelayo el polígrafo sin par, cortaban el vuelo a la fantasía, no
atreviéndose a romper la línea trazada por los clásicos, dándole ductilidad y
soltura al estilo, son que los definió Rubén Darío ‘‘eran defensores acérrimos
de la conexión académica de letras y de modo lamido del arte, almas sublimes,
pero amantes de la lija y de la ortografía…’’
Milá de la Roca Díaz se
aferró a la antigua escuela, encasillado en los antiguos moldes, no queriendo
dar crédito al desquiciamiento de una tradición secular, sustentado hasta
entonces por los más ilustres escritores, por el prestigio de nombres intocables
y que él conceptuaba inamovibles. Estereotipó su estilo en la forma arcaica,
porque dentro de su dura vivienda, cultivando el verso, alejado de la incesante
palpitación de la vida diaria, del tráfago urbano, de la policromía de la luz
en cuanto tocan sus rayos , a la manera de Silvio Pellico, enamorado de su
‘‘Picciola’’, la única manifestación de vida nacida en la oscuridad de su
húmedo calabozo, se apegó a su modo de expresión, para lanzar al mundo sus
endechas, sus imprecaciones, la conmoción dolorosa de su fe…
En la inflexibilidad de tales moldes supo, sin embargo,
encontrar soltura a sus estrofas, exteriorizar su pensamiento, los anhelos de
su corazón, convirtiendo su honda pena en imágenes, ri9mados mensajeros que lo
hacían convivir con su pueblo, en el afecto de la comunidad. Su dinamismo fue
íntimo, con Lalita, la heroína de su novela de ese nombre, recorrió nuestras
calles, subió a nuestras colinas, visito nuestros campos, percibió la fragancia
de nuestros montes, supo del amor que no llamó a sus puertas, lapiadas
físicamente para el infantil dios alado.
Al leerlo se creería que personalmente estuvo en los
sitios que describe, ya es él encarnación de su fantástico héroe. Son gráficas
descripciones que para los cumaneses sus contemporáneos constituyeron deleites,
a la vez que el consuelo de figurárselo viviendo aquellos episodios románticos
creados por su pluma para darle libertad a su espíritu y elevado ágil y
jubiloso a espacios distanciados de su lento martirio.
Nacido en 1878, acaeció su muerte en 1911 y a su vida
atormentada, pese a su reclusión de años, dejo editadas ‘’LALITA’’, novelas y
dos tomos de poesías ‘’ARISTAS Y FCACETAS’’
y ‘’ALJABA´´, con otras producciones
que se conservan inéditas y que él tenía recopiladas para darlas a publicidad
bajo el título de ‘’NOCTURNOS’’. Noble y encomiable esfuerzo el de este
apasionado de la poesía, cuyo nombre se alarga con la vibrante estela de sus
canciones hasta aquellas generaciones que sepan gustar la música del verso, el
sabor inefable de una bella estrofa.
Sobre su tumba se deshojaron inmarchitables rosas, aquellas de perenne
fragancia que inspirados bardos de claro estilo dedicáronle en manojo de rimas.
También nosotros hemos querido depositar sobre la losa sepulcral de este
preclaro hijo de Cumaná, esta breve semblanza, como tributo de sincera admiración.
Marco
Tulio Badaracco Bermúdez
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